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64 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Qué pedazo de actores y ambientación
Esta serie es la leche. O sea, te lo digo ya de entrada. ¿Por qué le pongo un 9 y no un 10? Por los cuatro primeros capítulos, bastante confusos y que pueden hacer perder el interés a más de un posible fan. A partir de un suceso clave en el cuarto capítulo aquello se vuelve una maravilla.

La serie trata sobre Deadwood, un poblado situado más allá de la frontera de EEUU (en territorio indio) al principio de la serie. No hay ley, no hay gobierno, no hay autoridades, y cada uno debe salvaguardar sus propios intereses. Por la serie desfilan algunos personajes históricos como Seth Bullock, Wild Bill Hickock o Calamity Jane. Si buscáis en Internet sobre ellos encontraréis información, pero NO LO HAGÁIS porque os destriparía cosas del argumento. En todo caso os aconsejaría que después de ver el quinto capítulo leyeseis una biografía sobre Wild Bill Hickock.

Los actores son de traca. Los que deben interpretar a tipos duros no se limitan a forzar la voz y poner poses, también saben dotar a sus personajes de sentimientos y dudas. La producción es ACOJONANTE. Estos cabrones de la HBO reconstruyen un poblado del lejano oeste con pelos y señales. Hay incluso secuencias sólo dedicadas a exhibir sus decorados, y están en su derecho, porque vaya tela. La dirección es genial siempre. Todo el tiempo se mantiene una dinámica constante, un tira y afloja entre los que pueblan Deadwood que resulta absorbente.

Y lo mejor de todo: no hay ni un solo tópico. No hay cowboys, no hay indios, no hay séptimo de caballería. De hecho la serie parece adaptarse mejor al género de mafiosos que al del western. La mayor parte de la trama son disputas entre los del campamento, centrándose la acción alrededor de los dos burdeles: The Gem y Bella Union.

En conclusión: recomendadísima para cualquiera, incluso para los que no gusten del western. Que, por cierto, con esta serie perderán sus prejuicios absurdos por el género.
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135 de 158 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¡Esto se ha acabado!
En este pueblo fronterizo se respira el polvo, huele a sudor y sangre, a animal muerto, huele a inmundicia, a supervivencia en cada paso que hundes tus botas en el barro. "Deadwood" es sucio y salvaje, "Deadwood" es vida, y cuando deja de serlo, comienzas a oler la muerte. Si sobresale algún aspecto en esta serie, ese debería ser su ambientación. Únicamente "Carnivale" iguala a "Deadwood" en este apartado.

Acabó la tercera temporada, acabó "Deadwood". No habrá películas, no habrá final para una de las mejores series de la historia. Jode, porque no me gusta como finaliza la tercera temporada, porque como mínimo tenían que haber realizado otra temporada más. Eso no será posible debido a su elevado coste de producción, al igual que tampoco se realizarán las dos películas que deberían de haberle dado un final digno a esta pedazo de serie.

Hay muchos cinéfilos sedientos de buenos westerns y aquí encontrarán el mejor western realizado en décadas. Se desmitifica en cierto modo la figura del vaquero y se nos muestra un salvaje oeste mucho más salvaje que el conocido. "Deadwood" es una ciudad sin ley donde los colonos intentan mantener su poder en un pueblo en el que está todo por hacer.

Como en otras grandes series, no hay serie si no hay un personaje en el que descargar tu odio, tu amor, tu ira y tus frustraciones. En "Deadwood" este personaje es Al Swearengen (Ian McShane), un personaje a la altura de Tony Soprano de "Los Soprano". Sweagy -así lo llama el chino Wu- es el gerente del primer burdel del pueblo, un cabrón sin escrúpulos capaz de rebanarte el cuello con su cuchillo al mínimo despiste.

Al Swearengen es el alma de la serie, pero también destaca el temperamental Seth Bullock (Timothy Olyphant); Dan Dority (W. Earl Brown), el matón de Al; o la prostituta Trixie (Paula Malcomson), entre otros grandes personajes como el legendario Wild Bill Hickok, Calamity Jane, Doc Cochran o Silas Adams. Son decenas de personajes haciendo actuaciones memorables. "Deadwood" es sencillamente una serie extraordinaria. Lo jodido es que no veremos su final.
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96 de 104 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Bienvenidos a Deadwood
Antes de ver esta excelente serie castrada (por y) de la HBO debe tener en cuenta:

• Si Al Swearengen te quiere muerto y te encuentras a menos de metro y medio eres un cadáver desangrado.
• El consumo medio de alcohol por habitante de Deadwood es de cuatro litros al día.
• El índice de mortalidad es el 10% en las minas y del 40% en el pueblo. Del 95% si eres enemigo de Al Swearengen.
• Poder, respeto y autoridad valen menos que un cuchillo y una buena estrategia.
• Las manchas en el suelo de sangre salen frotando con fuerza y perseverancia.
• Nadie decía ‘cocksucker’ ni ‘fuck yourself!’ en aquellos tiempos pero queda tan bien…

Es triste escribir sobre lo que fue y nunca terminó, sobre aquello que vimos, sentimos y nos hizo dilatar nuestro corazón para dejar un hueco allí y que nunca supimos cómo acabó. Las leyendas escriben su historia por lo que otros cuentan de ellas. “Deadwood” es leyenda desde que la HBO la cancelase. Los 36 episodios que vivimos forman parte de un mito. De una de las grandes series que parió la HBO y que fue desterrada de la posibilidad de tener, al menos, una temporada final como “A dos metros bajo tierra”, “The Wire” y “Los Soprano”. Un epílogo y despedida que quedó en los extras, a modo de documental, que explicaba y concluía la vida de todos sus protagonistas.

Uno de sus puntos fuertes era el anacronismo del insulto que lo enlazaba con nuestros días: en la serie se emplearon 2980 ‘fuck’ y derivados y un personaje mítico y monumental interpretado por Ian McShane. La filosofía del villano que acaba siendo un héroe temido, admirado y showman del espectáculo es conocer a su enemigo para rebanarle el cuello si es necesario.

Entre la realidad y la ficción, entre la leyenda y la sutil diferencia por la creación del mito, entre el barro y el sabor a sangre y pólvora. Porque en “Deadwood” hay pocos tiroteos que desvinculan la serie del género, hay intensidad por el odio y el beneficio, el cuchillo queda afilado para apuñalar y segar vidas. Hay entretenimiento monumental por humor negro y afilado, por socarronería y devoción, por risas entre la tragedia y la locura. El mundo que nos presenta David Milch es un nido de ratas hambrientas y deseosas de devorarse entre ellas e incluso a sí mismas.

Un caballo salvaje galopa y emerge de las profundidades del bosque. Llega la civilización, la violenta fiebre por el oro, la avaricia del deseo, la cuenta atrás de un reloj de arena con pepitas sangrantes y costosas. El apetito de las bajas pasiones, sinuosas curvas hundidas en el fragor del un baño purificador de pecados, del placer pagado por cinco dólares hasta los efluvios etílicos a golpe de lingotazo. Lingote y barro, barro y sangre mezclada con el lento galope de un caballo que mira el nuevo florecimiento urbano. Las leyendas se marcan a golpe de imprenta, en el reflejo de lo que nunca fue y siempre ha sido. Bienvenidos a Deadwood.
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70 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El verdadero nacimiento de una nación
Esta serie es la bilblia en verso. Vamos, que es la leche. No le doy un 10 porque creo que es imposible darle un 10 a una serie: no todos los capítulos pueden ser una obra maestra. Hay algunos que sólo son buenos o muy buenos.

La producción es espectacular. En el DVD de la segunda temporada salen fotos antiguas del Deadwood verdadero y es... ¡igual! ¡Qué pasada!
Los personajes son excepcionales, tanto los históricos como los imaginados, pero quisiera destacar a Al Swearengen (interpretado por Ian McShane). Es alucinante su actuación, no me extraña que produzca tanto pavor en sus lacayos, sólo que te mire y te cagas de miedo. Y si encima lo ves en V.O. alucinarás con su voz. Cada capítulo se adueña más de la serie, y no me extraña.

Yo sólo he visto 2 temporadas y claro, como todas las series, hacer una crítica hasta que no la has visto enterita es precipitado, pero no he podido reprimirme porque la recomendaría vestido con mallas, con pompones y haciendo acrobacias circenses.

Vedla y disfrutad. No veréis otra cosa igual.
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85 de 112 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Deadwood es como el viento
Nos encontramos ante una de estas series marca HBO. Que como los Soprano, parece que no pasa nada para que luego, te des cuenta que está pasando de todo. Los guiones son de una sutileza descomunal. Quizá, tengan que pasar unos cuantos capítulos para que empieces a cogerle el gusto, para que vayamos entendiendo lo que nos están planteando con la astucia del que espera recoger la cosecha que siembra en la temporada anterior. Deadwood es como la fuerza de un viento, empieza soplando con suavidad, y luego, arrastra todo lo que encuentra a su paso, se mete en cualquier vericueto y teja una estela de polvo que lo cubre todo y tarda tiempo en irse.

Deadwood es cine del bueno, son actuaciones magistrales (madre mía, desde que Angela Chanin desapareciera de las parrillas de televisión no teníamos a un personaje con quien disfrutar como Al Swearengen, interpretado por Ian McShane), son guiones soberbios, es una ambientación extraordinaria, es magia.

Cada vez, me gusta más la televisión.
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48 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
DE DIEZ.
Difícil se me hace poner un 10 a una serie, pero una nota inferior a esta cifra no haría justicia a semejante obra. La HBO siempre ha brillado por la calidad de sus producciones y pocas apuestas de esta cadena han bajado de ser interesantes cuando menos. Los Soprano, A dos metros bajo tierra, The Wire, Roma, Carnivale... Mejores o peores, más o menos acertadas, todas mantienen una excelente producción y ambientación así como tienden a un mayor realismo del que exhiben otros productos de este tipo. Deadwood no es la excepción. Todo en esta serie está cuidado al milímetro: Unos actores memorables, una ambientación acertadísima, un guión certero y cautivador, buena dirección... El oeste nunca había sido tan sórdido, violento, sucio y desagradable en ninguna otra película o serie que abordara este género. Las tres temporadas que componen Deadwood son a cual mejor, en un crecendo que lleva desde la llegada del sherif Bullock al pueblo hasta el arribo de un siniestro magnate decidido a enriquecerse aún más a través de todo medio a su alcance. Los personajes van creciendo con la serie, se perfilan y fortalecen conforme cada episodio de 50 minutos concluye ofreciendo nuevas facetas de ellos. Las tramas se diversifican y los intereses que formaron los Estados Unidos como país, perfectamente retratados en esta serie, se van plasmando en forma de avaricia, lujuria y violencia. En este sentido, la serie funciona en dos niveles: como fiel retrato histórico de la génesis de un país, de su idiosincracia violenta y despiadamente capitalista, así como un excelente ejercicio de entretenimiento. Desde su fundación, asistimos a la consolidadción de las facciones que aspiran a controlar Deadwood, manipulando las noticias en el único periódico del pueblo, presentando sus hombres de paja en las primeras elecciones democráticas, asesinando opositores, traficando con drogas (opio) y un amplio espectro que define cómo nació el país que ahora se autoproclama paladín de la democracia y la "libertad" aunque aún tiene mucho del momento histórico que tan fidedignamente plasma esta impresionante serie. Lo dicho. De 10.
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38 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Total falta de higiene
Creo recordar que es allá por el capítulo seis de la segunda temporada cuando un hombre, por fin, se mete en una bañera (y no sé si contabilizarlo porque es un forastero que viene de paso).
Las putas (prácticamente la totalidad de la población femenina del pueblo) sí se bañan... pero a ellos los vemos despertarse, sudorosos, echar una meadita y vestirse con la misma ropa que llevaban en los últimos diez capítulos. He seguido con interés el devenir de la camisa del dueño del hotel. De un cierto tonillo blanco pasó a un ocre mierda corroído en apenas siete capítulos. Eso sí, comparado con el que cocina en la cantina del hotel parece un aséptico cirujano. Y en la cantina comen una gran mayoría de los personajes.
O sea, que no vea la serie mientras cena.
Pero tenga claro una cosa: no se le ocurra perderse esta maravillosa obra de arte, mezcla de documental histórico (en todos sus minuciosos detalles) y ficción adictiva que nos ofrece el mejor malo maloso en años: Al, el dueño del puticlub Gem. Un sociópata al mejor estilo de Tony Soprano.
Tenga paciencia al principio, donde al salir tantos personajes uno puede perderse. Pronto, la soberbia ambientación le trasladará a la América de los pioneros, donde seguro disfrutará cada minuto de cada capítulo
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39 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
San Francisco, Hijo puta!
Una vez más a contracorriente, me quedo con los primeros 5 capítulos, donde los roles están aún sin definir, y el formato serie es menos notable. Conforme avanza cada temporada, aumenta el humor, excelente cuando no es escatológico, y se mantiene igual de firme y sorprendente la violencia, en un goteo regular y no exagerado, evitando la conversión de ésta en gag.
Tan trabajados están los personajes como la ambientación (sus dos pilares más sólidos) Evidentemente los actores ayudan. No hace falta ni opinar sobre Keith Caradine o Ian McShane, aunque sí merece una colleja Timothy Olyphant, que termina la serie, efectivamente, enfrascado en el tan cómodo como efectivo registro de gruñón.
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33 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Víctima de la audiencia
Deadwood, una serie maravillosa, es un buen ejemplo para evidenciar las tremendas dificultades a las que se enfrentan las producciones televisivas: todas son esclavas de los índices de audiencia. Una obra que requiera una gran inversión económica en cada episodio, como Deadwood, tiene que ser rentable para tener salida en el mercado. Es decir, debe ser una serie notoria, con el respaldo del público y alentado por los medios de comunicación. No basta con una ambientación espectacular, un guión exquisito o un gran reparto, y es una lástima.
Otra grandísima serie de HBO, The Wire (David Simon 2002), estuvo a punto de ser cancelada en su tercera temporada por falta de audiencia: su público, fiel pero minoritario, no rentabilizaba el gasto que suponía una serie tan colosal como la obra de Simon. Afortunadamente, The Wire salió adelante con sus cinco sesiones, pese a todo.
Deadwood no corrió la misma suerte, y tanto la productora HBO como su creador, David Milch, abandonaron este proyecto en la tercera temporada, mutilando de forma irreversible una serie que apuntaba muy alto.
Aunque su vida es corta y reciente, Deadwood está considerada como uno de los mejores western de la historia, junto a obras tan grandes como El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962), o Sin Perdón (Clint Eastwood, 1992)
Esta serie sorprende y enamora por su lenguaje provocativo y shakesperiano, por su estética brillantemente sucia, por tener un personaje como Al Swearengen: Deadwood es el responsable de que Ian McShane haya explotado como el monstruo de la interpretación que es.
Éstas son algunas razones para pensar que tres temporadas no hacen justicia a Deadwood:
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28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Deadwood: ese bendito pueblo de hijos de puta.
No me lo puedo creer. Las tres únicas temporadas de la magistral serie Deadwood han llegado a su fin y nunca jamás podré volver a ver los devenires de los emblemáticos personajes que han aparecido en todos y cada uno de sus episodios, transmitiendo rechazo, aceptación, amor, odio, ternura, despotismo y un sinfín de calificativos que el servidor que escribe estas líneas no tiene la ocurrencia de expresar, debido a que el final de esta serie me ha dejado tocado, hundido, confundido y lleno de incredulidad al no aceptar que una de las mejores producciones que he visto en mi vida no haya tenido la oportunidad de expresar su calidad durante más temporadas. Me invade la alegría de saberme un privilegiado por haber podido asistir a tan bello ejercicio del mejor western que recuerdo, estando esta serie a la altura de cualquiera de las mejores películas que haya podido parir tan inagotable género. Deadwood es sin duda algo más que un producto para la televisión, pues supera las grandes expectativas que pudiéramos esperar de algo exclusivamente dirigido a la pequeña pantalla. Técnicamente brillante, con un argumento poderoso, guiones que desbordan calidad, una ambientación inmejorable y un reparto de auténtico lujo. Así es esta joya de la corona del Viejo Oeste que tiene su corazón en el pueblo que hoy es ciudad, y que presume de historias de héroes y villanos dentro de los límites del Condado de Lawrence (Dakota del Sur, EEUU).

¿Y qué es lo que pasa en Deadwood? De todo lo que podríamos esperar de un pueblo de estas características durante los años en los que se basa la serie, en la década de 1870. La estética austera de sus calles y la sórdida personalidad de sus habitantes esconde tras de sí una ciudad rica por las minas de oro que la acompañan, y que centran la atención, influyen de alguna manera o son el motivo principal de la llegada al pueblo de los personajes que dan vida al argumento. Hay burdeles (Gem Saloon o Bella Union), almacenes y tiendas, bares como el acogedor Nº 10 de Tom Nuttall, en el que se dan cita las historias más irrelevantes (algunas no tanto), periódico local (“El pionero”), hotel... toda una serie de servicios que irá viéndose aumentada según vaya pasando el tiempo. Desde los puntos más diversos del país llegan a Deadwood personas de lo más variopintas, con la vista puesta en sacar rentabilidad del jugo que se pueda exprimir de una ciudad de reciente creación y garantizado crecimiento.

Absolutamente todos hacen un trabajo extraordinario, aunque yo pongo sobre la mesa el papel del fabuloso actor británico Ian McShane. Treinta y seis premios Oscars concedería yo a este actorazo por todos y cada uno de los capítulos que ha protagonizado en Deadwood. Su personaje arrasa con una interpretación soberbia, y se echa a las espaldas el mayor interés del visionado de esta serie, gracias a centrarse en él la parte más poderosa del argumento.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento por falta de espacio)
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23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Los Soprano en el viejo oeste
Otra vez. Lo han vuelto a hacer. No hay ni una sola serie de la HBO que no me haya emocionado o estremecido hasta lo más profundo. Da igual si es con una familia de funerarios, con un grupo de soldados combatiendo en la Segunda Guerra Mundial o con una familia de mafiosos de Nueva Jersey, o incluso con esa misma familia de mafiosos instalados en el viejo y legendario Oeste Norteamericano. Los de la HBO hacen las series como los Ford o los Hawks, utilizan los géneros como simple excusa para narrar historias HUMANAS.

Esta vez se fijan sobretodo en nuestras miserias, en la bajeza humana, en la extraña fascinación que sentimos acerca de la violencia y el poder que deriva de ella. Deadwood es un western que no se parece a ningún otro. Ni siquiera a la nueva oleada de westerns post-modernos. Deadwood es sucio y polvoriento, un puñetazo de realidad, donde no hay ni buenos ni malos, donde no existe la ley, donde los sentimientos humanos están a merced del honor y el dinero. Donde muchos callan y se esconden. Una maldita selva donde sobrevivir es lo único que queda.

Si "Los Soprano" nos mostraba la otra cara de los Estados Unidos, Deadwood nos enseña los orígenes de todo ello. El nacimiento de una nación, marcada por hombres hechos a sí mismos, por banqueros judíos, por prostitutas, por proxenetas, por comisarios de dudosa moralidad. Tal es el caos en Deadwood que llega un punto en el que se ven obligados a reunirse y comenzar a hablar de comunidad, de orden, de cargos públicos, de elecciones, de anexiones a territorio americano. Sí, de ahí viene América, y es imprescindible saberlo para comprender muchas de las cosas que suceden en ese país en la actualidad.

Y con ese y otros pretextos, la HBO vuelve a demostrar que está a años luz de los demás. En las series de la HBO no hay trampa ni cartón, tan solo la grandeza de unos actores extraordinarios, de unos personajes tan bien definidos (como ese Ian McShane encarnando a Al Swearengen, el hijoputa más entrañable de la historia televisiva desde Tony Soprano), de esos diálogos tan metafóricos y filosóficos, de esas escenas tan poéticas y poderosas que tan solo desprenden aroma de CINE.

Y así estamos, maravillados, una vez más, por la grandeza monumental de unos tipos que se han empeñado en ser la factoría de ficción televisiva más genial e impresionante de la historia. Estremecido por la belleza de esta nueva obra de arte y estupefacto por su final, tan áspero, seco y real como el aire que se respira en Deadwood; bulevar de los sueños rotos, de nuestras miserias y nuestras grandezas, de todas aquellas cosas que nos hacen ser, precisamente, seres humanos.
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21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Todo debe tener un final...
No veáis Deadwood.

Así de simple...

Si queréis saber por qué no la recomiendo y aún así le pongo un 7 seguid leyendo hasta el final, por favor.

1) Aciertos generales:

-La ambientación en Deadwood es absolutamente PERFECTA, sus decorados, vestuarios y estilo de rodaje son puramente cinematográficos, da la sensación de ser un pedacito del lejano oeste preservado hasta nuestros días.

-Su dirección en la inmensa mayoría de capítulos es magistral... no solo por su buen ritmo sino porque huele a cine (del bueno) por todas partes... planos anchos que captan toda la esencia del pueblo, primerísimos planos (a lo Leone), cámara en primera persona...

-El mayor acierto, como en casi toda serie de calidad, son sus personajes... ricos en matices, bien estructurados, y completamente carismáticos...

Breve resumen de personajes:

Seth Bullock; uno de los personajes principales, de los mejor construido y genialmente interpretado por Timothy Olyphant.

Al Swarenger; Dios, el puto amo, lo mejor de toda la puta serie, Ian Mcshane se merece una estatua, un oscar, un planeta... Sin duda, y por muy cabrón que te pueda parecer adorarás a este tío... (Por mucho que les pique a Tolliver y Hearst, no le llegan a la suela).

Y el resto, personajes como Leon, Tom, Tolliver (uno de los mejores junto a Al), Doc, Charlie Uther (es genial), Bill Hitchcock (una pasada, pero...),Jack Langrish (aunque su trama nunca despegara, es genial), John Hearst (un mamonazo), Merrick (Jeffrey Jones), Johnny (es la leche, me encanta este tío), Alma Garret, Wu (Ole ese chino), Martha Bullock, Adams (va ganando cada vez más), EB (aunque sea un capullo lo adoro) o el genial Dan (Jim Beaver ¡enorme! Dan es la hostia.) tienen gran parte de culpa de que me enganchara a esta magnífica serie de la HBO... Y llegados a este punto (gracias a los que hayáis llegado) os preguntareis; ¿Y por qué recomienda no verla este tarado? Pues básicamente:

1) Que a estas alturas de siglo, LE CAMBIEN EL DOBLAJE a mitad de serie A PERSONAJES PRINCIPALES me hincha los huevos mogollón... las voces de Trixie, Moss, Wu, Joanie Staps... cambian de una temporada a otra, y aunque sea una gilipollez, jode muchísimo. (-0,5).

2) Personajes como Trixie, que a partir de la segunda temporada siempre está cabreada e histérica sin razón aparente, Calamity Jane que aunque sea entrañable da un coñazo importante siempre haciendo la borracha toca cojones o el rollo de Steve con el pequeño general negro que no se que coño significa (Racismo, comedia, drama... ni idea) restan atractivo y tiempo a tramas y personajes muchísimo más interesantes. (-0,3).

SIGO EN SPOILER (No desvelo nada).
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28 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
This is Deadwood, this is America, this is Al Swearengen!
270/22(24/10/10) Cuéntame la historia de un pueblo y te contaré la historia de un país. Esto es esta soberbia serie, es el épico relato de la construcción de una Nación, Estados Unidos, y Al Swearengen (Bestial Ian McShane) es el mástil en el que se apoya la bandera, es la ambigüedad moral, es la manipulación, es la inventiva, es el genio, es la raza, es un sociópata, es sanguinario, es compasivo, es un creador, es un destructor, es un dios, es un político, es Satanás, y él somos un poco todos, nos guste o no. La serie se viste del Oeste para desmitificarlo y contarnos en realidad una historia universal, como es la historia real del nacimiento de un pueblo, Deadwood, empieza poco después de la famosa derrota del General Custer en Little Big Horn, cerca de allí se desarrolla la acción, con la aparición de oro en las Black Hills nace esta villa, un lugar sin ley pues todavía no se sabe a qué estado pertenece, al que van llegando todo tipo de personajes en busca de fortuna, unos con más suerte que otros, pero donde solo los más fuertes y menos escrupulosos sobrevivirán, y aquí el más duro es Al Swearengen, dueño del primer burdel del lugar, un tugurio de mala muerte desde el que controla todo lo que sucede, se dedica a la prostitución, al juego, al tráfico de opio, al robo, a timar a los incautos, e incluso a la política, todo ello con la ayuda de varios esbirros, entre los que destacan un violento Dan Dority (magnífico W. Earl Brown) y EB Farnum (excelente William Sanderson), dueño de un hotel, el doctor de esta singular urbe es Cochran (Soberbio es quedarse corto, Brad Dourif compone a un doctor sublime), a Deadwood llegan personajes como Seth Bullock (buen Timothy Olyphant), un ex-sheriff comerciante, Wild Bill Hicock (Majestuoso Keith Carradine), Charlie Utter (gran Dayton Callie), socio de Hicock, Calamity Jane (histriónica Robin Weigert), Cy Tolliver (Powers Boothe), dueño del otro burdel, George Hearst (gran Gerald McRaney)y más y más, todos estas personas son reales. La puesta en escena de la serie resulta colosal, inspirada en el feísmo muy acorde con la realidad, calles eternamente embarradas, prostitutas demacradas y sucias, la gente con ropas asquerosas y rotas, gentes que se nota no saben lo que es asearse, con un decorado de pueblo fastuoso, de un realismo que asusta, una recreación sublime. La historia es coral y el hilo conductor es controlar un pueblo en el que diferentes grupos van luchando unos contra otros, como si de mafias se tratara, para ello no dudan en robar, en manipular la prensa, en sobornar a comisarios y jueces, por supuesto a asesinar, vamos, lo que viene llamándose hacer política, y donde no hay ni malos ni buenos, únicamente gente que lucha por sus intereses, es la ambigüedad moral más absoluta. Los habitantes de Deadwood es el crisol en el que se refleja esta nación, está compuesto por ingleses, suecos, chinos, austriacos judíos, chinos, negros, etc, incluso personas nacidas en América.
Spoiler sin spoilers
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17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Como hacer que huela a oeste sin gastar ni medio barril de pólvora.
Brutal. Impresionante. Épica.

Cualquier adjetivo que yo le pueda dar a Deadwood creo que no será muy objetivo. Sin embargo no creo que esté lejos de la realidad.

En el viejo oese donde todo eran duelos a las 3 de la tarde, prostitución, juego y asesinatos a sangre fría también había tiempo para el engaño, el fraude y la manipulación. Esa es la parte que muestra Deadwood de toda aquella época y toda esa gente.

No hacen falta barriles de pólvora ni winchesters por doquier para hacer fidedigna una historia del oeste.
Ahí radica la grandeza de Deadwood.

Arropada por una ambientación sencillamente genial y un reparto sublime la serie desgrana las miserias de todos y cada uno de los personajes con absoluta maestria.
Se me llena la boca.

Al Swarengen es probablemente uno de los mejores personajes jamás diseñados para la TV.
Pero así, con dos cojones!

Lo único malo, para variar, que se la cargaran en la 3ª temporada y nos hayan dejado con ganas de cargarnos un par de productores!

Deadwood, se sale!
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15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Buena pero no imprescindible
Deadwood es uno de los títulos míticos de HBO y tenía muchas ganas de verla pero aunque me ha gustado tampoco creo que sea una serie imprescindible. Como puntos positivos tiene una ambientación del oeste increíble, mucho más sucia de lo que estamos acostumbrados a ver (me gusta especialmente como tratan todo el tema de las enfermedades, medicina, etc), algunos personajes realmente carismáticos y buenos momentos de tensión. Sin embargo las tramas no son lo suficientemente atractivas (además de ser en ocasiones confusas) y los comportamientos de algunos personajes son muy erráticos (y alguno de ellos insufribles). Merece la pena pero no es la maravilla que me esperaba.
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15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Al Swearengen: Un político de raza
Realmente sorprendente la honestidad con la que se trata la realidad de las cosas, mucho antes de que falacias como la democracia se instalen para regular la convivencia. Todas las naciones son en su origen fruto de la guerra y la rapiña donde el más fuerte se hace con el mayor pedazo.
Una vez decidido de quién es que se pone la policía a velar por la propiedad privada de los que quedaron vivos. Esa es la realidad. Al Swearengen (que además resulta ser un personaje real) no es muy edificante, pero es duro es valiente y a su manera es justo: Un político de pura raza.
Al igual que en las películas como "El precio del poder" y "Gangs of New York" en esta serie se defiende la tesis de que la creación de las naciones son fruto de LA RAZON DE LA FUERZA y no de la fuerza de la razón. Por más que luego nos doren la pildora con bonitas epopeyas patrióticas y nos vendan la moto.
La serie manifiesta bastante desprecio por la burocracia y las instituciones por más que respte la figura de la autoridad.
En realidad Bullock (¡También es un personaje real!) tendrá una idea más elevada de sí mismo o unos ideales más acordes con lo que nosotros entendemos pero en definitiva utiliza los mismos metodos que todos los demás. Swarengen es una persona mucho más proxima a la realidad de las cosas.
Tal vez hubiera algún serif como Bullock pero en definitiva estos no defendían más que los intereses de los que tenían.
Al que piense lo contrario le recomiendo vivamente la película de Michael Cimino "La puerta del cielo" (de la que tengo echa la crítica y a la que esta serie debe mucho) que trata de el papel que jugo "papa estado" en el exterminio que tuvo lugar en el condado de Jhonson, en la celebre "Guerra del condado de Jhonson", en la que asesinos a sueldo pagados por los ganaderos y que lucían la placa y tenían además el beneplacito del estado se pasaron por la piedra a un monton de inmigrantes para quitarles las tierras. Así son las cosas y así se las hemos contado. Buenas noches.
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19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"Swedgin", hijoputa, San Francisco
"Deadwood" es una magnífica serie que nos describe el final del siglo XIX en Deadwood, un pueblecito perdido de la mano de Dios. La época de la trama nos sitúa en 1876, en el susodicho pueblo fronterizo. Sin que hayan terminado del todo las guerras contra los indios, los colonos van llegando al pueblo con la esperanza de descubrir oro o de empezar una nueva vida en aquel lugar sin ley. En Deadwood, la delincuencia y la violencia están a la orden del día, no existe representación legal de ningún tipo, y parece que todo está permitido. En esta tesitura, empezamos a conocer a los personajes principales de este exquisito western: el legendario pistolero Wild Bill Hickock, sus amigos Calamity Jane y Charlie Utter, el pelota y falso de EB Farnum, el antiguo sheriff Seth Bullock, la señora Alma Garret, etc. Y por supuesto Al Swearengen, el propietario del salón Gem, desde donde gobierna el pueblo a su antojo. Hablar de "Deadwood" es hablar de Al Swearengen inevitablemente, ya que es el puto amo, el alma y personaje principal desde el cual se construye la serie. Un personaje impactante que Ian McShane interpreta de forma magistral.

¿Qué nos espera en esta serie?. Pues desde sus primeros instantes podemos saborear un clásico del género del western: juegos de azar, tiroteos, ahorcamientos, alcohol, burdeles, buscadores de oro, etc. Pero ojo que quiero hacer especial hincapié, en que a pesar de lo anteriormente dicho, este es un western sin buenos ni malos definidos, es de estilo desmitificador como por ejemplo "Sin Perdón". Cada uno de los protagonistas librará su propia batalla personal para buscarse las habichuelas o simplemente sobrevivir, es una historia que sin tapujos describe la dureza de la vida en un asentamiento donde las leyes de Estados Unidos no estaban vigentes. Tal vez ese sea uno de sus mayores aciertos, saber contar con cosas típicas del género que ya te esperabas, pero ofreciendo una visión realista de la vida en el oeste americano con toda su dureza, sordidez, e incluso de forma verídica, pues hay varios personajes que existieron en la vida real, algunos los conocerás de antemano como Wild Bill Hickock, Seth Bullock y Wyatt Earp. La recreación del salvaje oeste es impresionante, es con todo lujo de detalles, jamás lo ví mejor hecho. A nivel técnico no hay que reprocharle nada a la serie. La primera temporada es la mejor, te fascina su maravillosa ambientación. Los personajes no están del todo perfilados, así que disfrutas y te sorprendes con cada capítulo, y sobre todo lo flipas con Al Swearengen al tratar a la gente con ese vocabulario barriobajero, en especial a las prostitutas.

Continuo con mi crítica en el "spolier", ya que es demasiado extensa:
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14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
OBRA MAESTRA AMPUTADA
Deadwood es una delicia con aroma de auténtico western, una obra maestra de la pequeña pantalla. Otro regalo más que nos brinda HBO. Sin embargo, esta productora dejó el trabajo por la mitad y la serie no culminó como debería hacerlo: por todo lo alto. Tres temporadas no son suficientes porque no cierran la trama, la dejan abierta para una cuarta e incluso una quinta temporada más. Hace ya unos años que David Milch, el creador de Deadwood, abandonó este proyecto por otro, que por cierto fracasó. Se habló de finalizar la serie en dos telefilms, hasta el momento no he oído absolutamente nada, y me parece que el final de esta magnífica serie acaba en la tercera temporada. Me entristece no poder disfrutar más de Al Swaerenger, y aún me cabrea más ver a Ian McShane desperdiciando su talento como segundón en insulsas películas de Hollywood trás el fin de Deadwood.
En fin... una obra maestra amputada.
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14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Una ambientación soberbia
No se puede negar que el diseño de producción sea realmente magistral. Las localizaciones, los decorados, el vestuario y el maquillaje son del todo portentosos. Y las interpretaciones están bastantes peldaños por encima de lo que suele ser habitual en cualquier serie de tv, aunque haya ovejas negras entre el selecto ganado (la que hace de Calamity Jane es simplemente horrible en todos los sentidos).
El argumento no es que sea demasiado original, aunque sí el enfoque: es más una serie de mafiosillos que un western al uso, y prima antes el desarrollo meticuloso de los personajes que el de las tramas de unos guiones muy efectivos en cuanto al interés que despiertan.
La fotografía no rinde demasiada justicia a la estética lograda, siendo uno de los puntos oscuros, pero como nota discordante hay que destacar (y escandalosamente) un doblaje horroroso, en el que ni siquiera los textos se han traducido como debieran (la voz de Calamity Jane es nefasta, y la del malvado tabernero no se parece en absoluto a la original, que de tan cavernosa aumenta los matices del personaje).
Excepto un buen ramillete de personajes fijos, el desfile de nuevos secundarios es constante y muy acertado, ya que gracias a esas pequeñas historias eventuales se consigue dotar de mayor profundidad a la personalidad de los protagonistas (aquí destacaría, como curiosidad, a la chiquillla prota de Veronica Mars, en un papel diametralmente opuesto a ese).
En resumen: que es una muy buena serie, con un presupuesto holgado muy bien invertido, y que es capaz de generar interés incluso en gentes poco aficionadas al western como el que esto suscribe.
Sería muy provechoso que los buenos aficionados a este género, como el señor Txarly, opinaran sobre esta serie (y en ése caso en concreto, que volviera a opinar de lo que le apeteciese pero que opinara, que se le echa en falta), para mí del todo desconocida hasta haber leido la crítica de Gilbert (apúntate una).
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25 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¡Invierta su tiempo!
A mi modesto juicio, cada capítulo de esta serie vale más que casi todas las películas que se han hecho últimamente. Es otro ejemplo de que, por alguna razón, el mayor talento en lo que a guionistas se refiere está ahora en las series de tv más que en el cine (ver The Wire, Trème, Los Soprano, Boardwalk Empire...). Con diálogos imposibles y geniales, narra el nacimiento de un pueblo y el advenimiento de la civilización. Los personajes, salvo alguna excepción secundaria, son complejos, interesantes y muchos de ellos divertidos (y algunos de ellos históricos). Consiguen los autores que la serie te parezca real y cercana, cuando trata asuntos tan lejanos o "peliculeros" como la fiebre del oro o la conquista del Oeste.
Como pasa en otras producciones parecidas, probablemente se gastaron tanto en guiones y realización que no les quedaba dinero para actores muy famosos y taquilleros: muy de agradecer, porque no salen estrellas sino sólo extraordinarios e inolvidables intérpretes de primerísima fila. Para disfrutar mucho con las tres temporadas, y lamentar que no hicieran más.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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