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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
8
Serie de TV. Western. Drama Serie de TV (2004-2006). 3 temporadas. 36 episodios. Ambientada en los Estados Unidos, en la época de la fiebre del oro (1876). Poco después de la última acción del general Custer, en Black Hills surge una ciudad fronteriza, que es testigo de la implacable lucha de los pioneros por el poder. Entre los colonos había gente muy heterogénea: un hombre de leyes retirado, el intrigante propietario de un salón, el legendario Wild Bill Hickok o ... [+]
29 de diciembre de 2010
71 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ver esta excelente serie castrada (por y) de la HBO debe tener en cuenta:

• Si Al Swearengen te quiere muerto y te encuentras a menos de metro y medio eres un cadáver desangrado.
• El consumo medio de alcohol por habitante de Deadwood es de cuatro litros al día.
• El índice de mortalidad es el 10% en las minas y del 40% en el pueblo. Del 95% si eres enemigo de Al Swearengen.
• Poder, respeto y autoridad valen menos que un cuchillo y una buena estrategia.
• Las manchas en el suelo de sangre salen frotando con fuerza y perseverancia.
• Nadie decía ‘cocksucker’ ni ‘fuck yourself!’ en aquellos tiempos pero queda tan bien…

Es triste escribir sobre lo que fue y nunca terminó, sobre aquello que vimos, sentimos y nos hizo dilatar nuestro corazón para dejar un hueco allí y que nunca supimos cómo acabó. Las leyendas escriben su historia por lo que otros cuentan de ellas. “Deadwood” es leyenda desde que la HBO la cancelase. Los 36 episodios que vivimos forman parte de un mito. De una de las grandes series que parió la HBO y que fue desterrada de la posibilidad de tener, al menos, una temporada final como “A dos metros bajo tierra”, “The Wire” y “Los Soprano”. Un epílogo y despedida que quedó en los extras, a modo de documental, que explicaba y concluía la vida de todos sus protagonistas.

Uno de sus puntos fuertes era el anacronismo del insulto que lo enlazaba con nuestros días: en la serie se emplearon 2980 ‘fuck’ y derivados y un personaje mítico y monumental interpretado por Ian McShane. La filosofía del villano que acaba siendo un héroe temido, admirado y showman del espectáculo es conocer a su enemigo para rebanarle el cuello si es necesario.

Entre la realidad y la ficción, entre la leyenda y la sutil diferencia por la creación del mito, entre el barro y el sabor a sangre y pólvora. Porque en “Deadwood” hay pocos tiroteos que desvinculan la serie del género, hay intensidad por el odio y el beneficio, el cuchillo queda afilado para apuñalar y segar vidas. Hay entretenimiento monumental por humor negro y afilado, por socarronería y devoción, por risas entre la tragedia y la locura. El mundo que nos presenta David Milch es un nido de ratas hambrientas y deseosas de devorarse entre ellas e incluso a sí mismas.

Un caballo salvaje galopa y emerge de las profundidades del bosque. Llega la civilización, la violenta fiebre por el oro, la avaricia del deseo, la cuenta atrás de un reloj de arena con pepitas sangrantes y costosas. El apetito de las bajas pasiones, sinuosas curvas hundidas en el fragor del un baño purificador de pecados, del placer pagado por cinco dólares hasta los efluvios etílicos a golpe de lingotazo. Lingote y barro, barro y sangre mezclada con el lento galope de un caballo que mira el nuevo florecimiento urbano. Las leyendas se marcan a golpe de imprenta, en el reflejo de lo que nunca fue y siempre ha sido. Bienvenidos a Deadwood.
Maldito Bastardo
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