13 Críticas de los usuarios

Basada en la novela homónima de Giancarlo De Cataldo, "Romanzo Criminale" cuenta la historia, real, de la banda de la Magliana (nombre de un barrio de Roma) que en los años 70 se hace con el control de la ciudad en lo que a crimen organizado se refiere.
Banda que como la propia película describe, se hizo famosa por lo violento y decidido de sus acciones así como por el carisma de sus componentes.
El director profundiza en los caracteres y particularidades de cada uno de ellos. Gente que sin tener nada decide apoderarse de todo: "Que yo sepa alguien que ha muerto una vez, no puede hacerlo otra. Nosotros morimos cuando repetimos una y otra vez: si señor. Que podemos perder?"

Pero lo bueno de la cinta es que va mas allá que el ser una "peli" de mafia y criminales ; al tiempo nos cuenta un pedacito de historia italiana, en la que los protagonistas tendrán su papel. Una visión que se amplia hasta llegar a contarnos como se hacía política en aquellos años de agitados ideales .

Ascensión y caída de un grupo de adolescentes convertidos en asociación de malhechores en la Roma de los 70. Asesinatos, extorsión, dominio de los negocios de la droga y la prostitución, banqueros y médicos a su servicio exclusivo y relaciones afectivas envenenadas.

Podrían ser palabras dedicadas a “Érase una vez en América”, de Sergio Leone, y recuerda a “El padrino”, entre otras. Lo original de la propuesta es la mención a la mano negra, a la existencia de profesionales del cargo al servicio del Estado que, según sus palabras, sirven a la patria cuando se relacionan con la mafia, el hampa y las brigadas rojas. La película no llega a desvelar quiénes fueron. Seguramente, porque equivaldría a decir quiénes son.

Nos dejan con la miel en los labios y la revelación deseada no se produce. De algún modo, se deja entrever que fue un mundo que acabó con la caída del muro. Por si quedan bienintencionados que así lo quieran creer, en las carteleras se mantiene “Gomorra”, relato de la camorra napolitana en la época actual.

El cine italiano que llega a España prosigue su denuncia de una situación política corrompida aludiendo a los célebres crímenes de Aldo Moro (como ya hiciera Marco Belllocchio en Buon giorno notte), al atentado de la estación de Bolonia, a la muerte de Juan Pablo I (como en El Padrino III)… Ojalá la lectura correcta fuera que es un problema italiano. Para contradecirlo, en medio de la acción, el capo principal intima con una joven. Cuando esta le pregunta por su profesión, aquel se declara sin dudar empresario de la construcción. Ojalá no recordara a otro país de lengua latina que conocemos mejor. Ojalá no hiciera desear una versión más realista sobre aquel Torrente de misión en Marbella.

Parece que el cine italiano se ha vuelto a poner de moda, y creo que en esta ocasión, con todo merecimiento. Mucho menos publicitada, al menos en España, que “Gomorra” o incluso que “Il divo”, este romance criminal se revela como una película irregular, con indudables defectos, pero de una fuerza indiscutible y más interesante que las dos señaladas. No es la mejor película sobre mafiosos, pero plantea ciertos acontecimientos de la reciente evolución italiana con bastante más crudeza que las antes aludidas. Comparte con ellas la inspiración en hechos reales, pero presenta la virtud de distanciarse del tono irónico de la biografía de Andreotti, y de desmarcarse de un planteamiento pseudo-documental como el de “Gomorra”, a pesar de que Placido logra una excelente recreación de la Italia de los setenta. El argumento está narrado como si de una ficción se tratase, lo cual, aunque implica ciertas licencias dramáticas, contribuye a construir una trama mucho más llevadera. Con todo, el metraje es excesivo, algunos personajes están bastante bien trabajados mientras que otros parecen meros bocetos y, en particular, los aspectos más flojos son los del romance, porque la relación entre el comisario y la prostituta, tal como se cuenta, es muy poco verosímil. Por otro lado, algunas subtramas dejan muchos cabos sueltos, en especial lo relacionado con el terrorismo de estado; es como tirar la piedra y esconder la mano. Quizá la película hubiera ganado con un poquito menos de sangre y algo más de guión, pero siguen pesando más sus virtudes que sus defectos. Una obra que ha pasado casi desapercibida, pero que merece la pena.

Momento dulce, no por casualidad proveniente de una documentada cantera de realizadores, del nuevo cinema italiano, una cinematografía comprometida que se adapta formidablemente a los cambios, su pasado histórico le avala una calidad destacada, y su producción ha sabido aprovecharse, siempre con destreza, de los géneros con saludable persuasión. No es casual, que la mejor película de gansters de todos los tiempos, Érase una vez en América, provenga de un monarca romano con posición indiscutible, y de que las mejores muestras del cine mafioso norteamericano tengan sangre ítaloamericana corriendo por sus venas, Scorsese, Coppola, De Palma, analistas de orgullo y raza que presumen, con mas razón que un santo, de haber captado la singularidad de un entorno que Italia lleva granando durante muchos años de historia, ficticia y, evidentemente, real, la cuna de la camorra no ha sido ajena a la mitificación escénica, y tampoco le faltan detalles para seguir desarrollándose, bien sea tirando de patrimonio propio (que lo tiene, y cuantioso), como aprovechandose del material ajeno ( fuentes USA y buen noir europeo).

Michele Placido, actor, director y parte importante de la escuela transalpina, rueda en Romanzo Criminale, un ambicioso film río, en donde la sublimación genérica parece pedir a gritos aproximarse prematuramente a Leone, dedicando su obra al defectuoso ruedo humano, las pasiones entrecruzadas de unos murales con bestiarios elementos, y una espabilada funcionalidad trágico existencialista.

Una cinta que parece estar pensada a lo grande, como dice Líbano (estupendo Pierfrancesco Favino, ganador del David de Donatello al mejor actor secundario), a modo de los emperadores romanos, delirios de grandeza, que no siempre vienen mal en el momento de abarcar un manifiesto con agradecidas intenciones dramáticas (auge y caída de un grupo de delincuentes de la calle, que al igual que su director, respiran necesariamente unas enormes ganas de conquista), ellos lo consiguen parcialmente pero Placido cuaja un film de construcción circular y brutal biopsia del hombre imperfecto, un elaborado retrato de amistad que no chirría en ningún momento, es mas, puede enorgullecerse de tocar todos los palos sin caer en la codicia desbordante, con escrupuloso y soberbio sentido de la planificación. Romanzo criminale es un ejercicio combinado con sabia, traviesa, apropiación de los esquemas acostumbrados, pero en absoluto reprochable si nos transporta hábilmente a los escenarios mas representativos e infalibles del rufianismo delictivo, extrapolando al concepto del mote, Frió, el Líbano, Dandi, el negro, Búfalo, el rata, una completísima y variada (un poco a lo Guy Ritchie) presentación de personajes.

243/10(08/07/09) Aparatoso y pretencioso retrato sobre una banda de criminales que a principio de los ochenta se quiso hacer con el tráfico de drogas de Roma. La historia recuerda y mucho a la cinta de Sergio Leone "Erase una vez América", como en aquella sigue las andanzas de un grupo de muchachos aficionados a las fechorías, que de mayores forman una banda y que la ambición de unos y de otros termina por destrozarlos, como también bebe de "El padrino", copiando alguna de sus escenas. En aquella el escenario era Nueva York y en esta es la Roma de finales de los setenta y principios de los ochenta, un escenario que se convierte en sórdido decorado para la violenta ascensión de esta banda violenta y amoral, con los alias de "El Libano", "El Frio", "El Dandy" y "El Sordo" que con tal de conseguir pasta harán lo que sea preciso. La historia intenta hacer un recorrido por estos turbulentos años en Italia en que el grupo terrorista "Brigadas Rojas" y la Mafia campaban a sus anchas por un país ingobernable. El relato quiere inspirarse en las trilladas tragedias entre amigos con romances que estropean la amistad. Está plagada la de escenas violentas si más sentido que veamos los salvajes que son, quizás para salvar la falta de un guión sólido que no nos y haga ver lo pueril de las situaciones, pues todo parece muy simple. Es destacable su poderosa puesta en escena con la fiel recreación de una época, ayudado por un reparto brillante, con el añadido de los temas musicales que adornan la película, todo junto te consigue transportar a este tiempo. La película entretiene pero no consigue atraparme, le falta alma, carece de originalidad, pretende más de lo que ofrece, si apuntas tan alto deberías estar respaldado por un guión más sólido y no tan manido. Recomendable a los amantes del género gansteril. Fuerza y honor!!!

Situado en la convulsa Italia de los años 70, el film dirigido por Michele Plácido, adapta una novela de Giancarlo di Cataldo en el que se narran las andanzas de la conocida como “banda de la Magliana”, un violento grupo de delincuentes que consiguieron controlar el crimen organizado en la misma Roma a base de acciones brutales y despiadadas. Las referencias a Scorsese y Coppola no son gratuitas, ya que se nota que Plácido se ha empadado bien los títulos emblemáticos de ambos realizadores aunque se ha tomado su distancia para narrar la historia de forma personal, con un aspecto visual, en el que opta por un “realismo sucio”, en el que la cámara sigue a los protagonistas por las partes más marginales de una Roma que no aparece en las guías de viajes para turistas. Las únicas concesiones que se permite el realizador es la de enmarcar a sus personajes en un contexto real (muy de Coppola) y la selección de la banda sonora (muy de Scorsese).

El realizador no cae en la trampa de presentarnos a los protagonistas como héroes. No hay tanto una exaltación del gangster como si de la amistad Desde el principio queda claro que son criminales muy peligrosos. En realidad, no le dedica demasiado tiempo a la ascensión de la banda y si a su lenta y progresiva caída, deteniéndose en los tres pincipales cabecillas: “el líbano” (Pierfrancesco Favino), el “frío” (Kim Rossi Stuart) y el “dandy” (Claudio Santamaría), cuyo retrato poco tiene que ver con suntuosidad de “El padrino”. Se trata de tipos de la calle, que gracias a sus brutales métodos llegan a lo más alto del mundo criminal, gracias sobretodo a los fuertes lazos de amistad y lealtad que les unen. Una lealtad que el éxito y el tiempo irá resquebrajando.

El film se hace muy interesante desde sus primeras imágenes, con un arranque que recuerda bastante a Tarantino, y un ritmo ágil que consigue mantener durante las dos horas y media de metraje, llenas de sucesos y violencia, sin que llegue a ser cargante en ningún momento. Sus personajes están siempre en movimiento, sirviéndose de las elipsis para ir avanzando el tiempo, sin perderse demasiado en otros asuntos, y sin desviarse de la larga carrera de sus protagonistas. Además va alternando a sus protagonistas como si de una carrera de relevos se tratara, consiguiendo que mantengamos el interés, ya que es fácil perderse en medio de tanta “actividad”.

Quizás el film pretende ser excesivamente ambicioso, abarcando muchas cosas, algunas de las cuales son tan locales que un espectador que no sea italiano seguramente se perderá. Pero es indudable que se trata de un buen film y sobretodo una muestra más de la excelente salud que goza el cine italiano, del que deberían tomar nota algunos más preocupados de la piratería que de ofrecernos verdaderos productos de calidad.

Una nueva conquista de Roma, la más actual de todas, seguro que es la menos violenta y la que menos víctimas ha dejado en la historia de la ciudad, pero en este caso las autoridades están en contra, el emperador debe actúar en la sombra y realizar sus trabajos para llegar y para mantenerse en la cima... y en la película hay una puesta en escena de extrema energía, son unos desarropados y unos descerebrados pero forman una banda para la invasión desde la periferia hacia el mismísimo centro de Roma, apoderándose de la droga, las putas y el juego mediante la extorsión y el derramamiento de sangre, un inicio hacia el poder contado con alto voltaje y una violencia explícita a la altura del Londres de Guy Ritchie, con negocios que van variando hacia las finanzas o la política, con cocaína, sexo, armas y toda una serie de ingredientes, detalles, frases hechas y diálogos callejeros, una historia contada con mucha potencia y con una investigación policíal paralela cuanto menos aceptable.
Lo que ocurre con toda esta potencia es que se va perdiendo, se va introduciendo el drama inevitable de unos matones pero que nunca llega a penetrar en ningún personaje, si acaso llegan el sentimiento de amistad y las relaciones de amor imposible por momentos, de resto se puede decir que la trama que comienza en la segunda parte de la película tiene un esfuerzo detrás para reflejar el contexto histórico, la situación oscura de la política y para introducir algunos giros inesperados, se llega a contar con un estilo que mantiene la intriga y mostrar bien la caída de los poderosos, con chivatazos, traición y venganza; aunque luego se alarga en toda una complejidad de acontecimientos que ya no transmiten puesto que nunca se llegó a humanizar en profundidad a los personajes ni tampoco se llega a entender del todo, quizás debido a que la atención se va reduciendo tras el comienzo del final, un final alargado, que habla de temas muy serios a nivel nacional que no explica y es que queda la sensación de que es una película con más continente que contenido.

Me ha gustado esta película, no sabia nada de esta historia lo cual me ha permitido mantenerme atento durante toda la extensión del film. Solo ha habido un minúsculo momento espeso pero todo lo demás transcurre con un buen ritmo lo que ayuda a seguir la película.

Me encantan este tipo de películas:

1º- Que trate sobre la mafia.
2º- Que sea desde el principio hasta el fin.
3º- Que los asesinos maten sin dudar.
4º- Que los personajes estén claramente personalizados.
5º- Que lo importante sea reinar y no el dinero.
6º- Que el orgullo sea casi lo primero.

Quiero decir que no tiene porque gustaros esta película seguro, para gustos están hechos los colores, pero yo os animo a verla, creo que es interesante, entretenida y realista, los actores están bien, igual que las situaciones y las escenas.

Solo una pregunta, ¿Cuánto tiempo transcurre desde el inicio del grupo mafioso hasta el final?

Estimable película en la que se nos presenta un tema muy manido, pero que es a la vez enormemente sustancioso, el mundo del hampa, de la delincuencia, de la extorsión, del asesinato, ajustes de cuentas, luchas de poder, amistad, amor, odios, venganzas, buenos ingredientes sin duda, peo claro hay que saber manejarlos, no es tan sencillo, pero aquí se hace bastante bien, a pesar de tener un metraje largo se ve de un tirón y en ningún momento se hace pesada.
El trabajo de los actores es notable, todo el ambiente que envuelve a la película es creíble, nos va desgranando además una parte de la historia de Italia, los personajes tienen carisma, y hay bonitas historias dentro de la historia que engrandecen el resultado.
Basada en hechos reales, algunos de los protagonistas no solo pretenden hacerse ricos, quieren el poder aún mas que la riqueza, y luchan y mueren por el sin dudarlo, otros mueren por conseguir un poco de felicidad. Pero sus destinos están marcados ya desde la adolescencia o quizás antes y no pueden escaparse de ellos. Tiene también una banda sonora que nos recuerda algunos de los éxitos de aquella época y que encaja muy bien en la trama. El guión en algunas fases es de muy alto nivel y algunos de los diálogos tienen la talla de los mejores. A mi me ha dejado un muy buen sabor.

Dejando de lado su fidelidad y el interés mayor o menor de su trama, así como los fallidos intentos de integrar la realidad en la historia, este film es uno de los que merecen ser objeto de estudio por lograr conjugar 150 minutos con un ritmo frenético.
El noventa por ciento del film pasa a un ritmo frenético, y el otro diez (lo que podríamos decir el antefinal, el quinto acto de seis) se ralentiza con la historia de amor entre el Freddo y Roberta, pero aún así no se hace derrogar.

Además, los personajes son logrados, sobretodo tres: Libano, Freddo y Negro, las tres caras de la misma moneda (siendo la cuarta, menos intensa, el Dandy), y a diferencia de en las otras películas de gangsters, se fija en "Scarface" para lograr un ambiente en el que las mujeres son vitales, y mueven los hilos tras la trama.

Muy entretenida e interesante.

Cada vez que veo una película italiana de estos años me parece ver cómo Rossellini, Fellini, Visconti se agitan en sus tumbas y se preguntan cómo ha bajado el listón del cine patrio.
Este film de Placido adolece de un guión hecho a trozos, de querer retratar a la vez un periodo histórico, la trágica historia de unos delincuentes juveniles y una historia de amor. De vez en cuando las escenas transcurren en lugares turísticos, la Piazza di Spagna, los Foros,… que no vienen muy a cuento.
Conozco Roma por haber vivido en ella casi veinte años y puedo asegurar que la película no la retrata.
Se cuenta o, mejor se anticipa, la debacle de los partidos políticos italianos en los años 90, pero es una visión a posteriori, porque todo eso aún no había sucedido.
Muchos personajes a los que de verdad no conocemos porque no se ahonda en ellos. La única persona que transmite algo de humanidad es la novia de Freddo, Roberta. Por ejemplo, en la escena en la que muestra a Freddo la Madonna dei Peregrini, de Caravaggio, que está en la iglesia de Sant’Agostino.
Es una producción notable, pero le falta lo esencial: arte.

Mucho más apropiado hubiera sido darla por capítulos de lunes a miércoles en veo cine o una cacadena similar.
La historia comienza como tantas del género. Ya en los primeros compases se deja ver el aire de grandeza en que viene envuelta, pero no tarda mucho en convertirse en un pedo putrefacto y maloliente, de esos de dos platos de fabada, pinchito de lacón y chorizo, un buen bocadillín de morcilla y cabrales de postre, seco y untado con sidra. Los personajes se diluyen en tan grandiosa historia, les falta fuerza, credibilidad y, en muchas ocasiones, cordura. El guión mete unas cuantas patadas, alguna sería motivo de descalificación en el campeonato de europa de valetudo. Baste un pequeño ejemplo: el rata canta a pesar de los intentos del abogado de la "familia", poco después la poli enchirona a todo dios, seguro que al abogado se le pasó por alto recordar que iban a ser delatados, ¿no?. No merece la pena seguir, porque si me meto en las idas y venidas de las muyeres es para troncharse, estaríamos hablando de la noria y no de cine. Y todo esto, tráfico de drogas, asesinatos, secuestros, etc., todo a gran escala, tan grande que incluso la républica parece articulada, cual ridícula marioneta, por un fino hilo que huele a spaguetti's C.I.A. En definitiva, la escasez de rigor de los guionistas se la pasan por el forro de los cojones el director, el reparto y el montador, imagínense yo. Ante semejante despliegue de ego de segunda, sólo me queda decir...

La verdad que al ver esta película, no sabia si notificarla como buena… o realmente pasable… Ante todo no es nada nuevo la historia, simplemente la típica historia de una mafia, podríamos llamarle “Gángster” incluso por los motes recuerda las típica historia de “El padrino”.
Pero si he de reconocer que a pesar de su larga duración me hizo pasar un buen rato, así que por ello no la despreciaré.
Esos toque que tenía personalmente la película, en el que pasábamos de la mitad de escenas con un personaje ha tener otro “protagonista”, me pareció buena la idea y fue una de las cosas que hacia que el largometraje no se hiciese pesado.
Es como contar un par de historias que todo tiene que ver en el mismo mundo… El dinero… el poder… las mujeres… Todo lo pueden.