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España España · ALCALÁ DE HENARES
Voto de Inaki Lancelot:
7
Drama Roma, años 80. Tres jóvenes delincuentes, Libanés, Frío y Dandy, con la ayuda de una improvisada banda de malhechores, entre ellos El Negro, un extremista que se cree el último samurai, secuestran y asesinan brutalmente a un rico propietario. El dinero del rescate deciden invertirlo en el negocio de la heroína. Así nace una organización criminal despiadada que elimina a todos sus rivales, controla completamente el tráfico de drogas y se ... [+]
31 de diciembre de 2008
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ascensión y caída de un grupo de adolescentes convertidos en asociación de malhechores en la Roma de los 70. Asesinatos, extorsión, dominio de los negocios de la droga y la prostitución, banqueros y médicos a su servicio exclusivo y relaciones afectivas envenenadas.

Podrían ser palabras dedicadas a “Érase una vez en América”, de Sergio Leone, y recuerda a “El padrino”, entre otras. Lo original de la propuesta es la mención a la mano negra, a la existencia de profesionales del cargo al servicio del Estado que, según sus palabras, sirven a la patria cuando se relacionan con la mafia, el hampa y las brigadas rojas. La película no llega a desvelar quiénes fueron. Seguramente, porque equivaldría a decir quiénes son.

Nos dejan con la miel en los labios y la revelación deseada no se produce. De algún modo, se deja entrever que fue un mundo que acabó con la caída del muro. Por si quedan bienintencionados que así lo quieran creer, en las carteleras se mantiene “Gomorra”, relato de la camorra napolitana en la época actual.

El cine italiano que llega a España prosigue su denuncia de una situación política corrompida aludiendo a los célebres crímenes de Aldo Moro (como ya hiciera Marco Belllocchio en Buon giorno notte), al atentado de la estación de Bolonia, a la muerte de Juan Pablo I (como en El Padrino III)… Ojalá la lectura correcta fuera que es un problema italiano. Para contradecirlo, en medio de la acción, el capo principal intima con una joven. Cuando esta le pregunta por su profesión, aquel se declara sin dudar empresario de la construcción. Ojalá no recordara a otro país de lengua latina que conocemos mejor. Ojalá no hiciera desear una versión más realista sobre aquel Torrente de misión en Marbella.
Inaki Lancelot
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