Áspera película la que nos narra Faith Akin basada en su propio guion. Áspera, pero atractiva a la vez en su trama de historias cruzadas que desconcierta al espectador de principio a fin. Los distintos personajes que la forman son imperfectos y por lo tanto muy reales, dando gran verosimilitud a un relato notable que engancha aunque sin que sepas muy bien porqué, más allá de que no tienes la más mínima idea de lo que va ocurrir al no ser el argumento nada lineal. Los saltos que va dando el guion al enfocar a los distintos personajes ayuda más aún a perder a un espectador ya de por sí sorprendido.

Otro de los fuertes que tiene el film es que no hace trampa en ningún momento, es decir, no se apoya en nada artificial para ganar fuerza, ni usa una música que incremente el drama, o una cruda fotografía que impacte al público, simplemente ofrece las distintas historias de varios personajes que tienen algo en común que poco a poco irá descubriendo el espectador, y que hará las delicias de los cinéfilos más exigentes.

La incertidumbre y el asombro no cesa durante todo el metraje de la cinta, apoderándose del público con mucho oficio, haciendo además que el metraje te resulte incluso corto en sus dos horas de duración, tanto por lo que ofrece como por dividirse en las distintas historias de cada uno de los personajes en los que se centra la acción durante toda la película, cumpliendo ampliamente con ello las expectativas del espectador al ser enlazada una historia con otra con gran efectividad.

Al final, todo recobra un hermoso sentido común más allá de lo que muestra cada historia individual, dejando una gran sensación de paz en el espectador, una impresión apacible que hará que la recuerdes con agrado, y desde luego con la certeza de que has visto una de las mejores películas de historias cruzadas que se han rodado, no solo por la calidad y el buen enlace entre una y otra historia, sino porque como ya he mencionado, al final todo tiene un significado general muy por encima de cada una de las historias que vive cada personaje.

Cine de intriga de primera calidad el que filmó Fred Zinnemann en el año 1973, basado en el best seller de Frederick Forsyth (The day of the Jackal) y adaptado al guion por Kenneth Ross para deleite de los seguidores del buen cine europeo.

Chacal es una magnífica cinta con un montaje bien trabajado que hace que el suspense vaya incrementándose poco a poco hasta llegar a un final de infarto. Poco tiene que ver esta cinta con el Chacal que rodó Michael Caton-Jones en el año 1997, y que fue protagonizada por Bruce Willis, Ricard Gere y Sidney Poitier, ya que guardando las distancias, aquella no pasaba del mero entretenimiento, y esta, protagonizada por Edward Fox y Michael Lonsdale en una estupenda obra que encantará a todos los amantes del buen cine, sobre todo el de intriga y policiaco en el que un policía sigue la pista de un escurridizo hombre que no deja de ser un asesino a sueldo, pero que atrapa la atención del espectador durante todo el metraje con sus trucos y artimañas para llegar a cumplir su objetivo.

Los inmejorables ingredientes de un libro de tanto éxito que desarrolla el personaje de un asesino de primera que es contratado para matar al presidente de la república Francesa Charles De Gaulle, es todo lo necesario para hilar una gran historia que mantiene a todo el mundo pegado al asiento, formando con ello un autentico clásico que sobrevive notablemente el paso del tiempo, aun cuando sus efectos visuales lógicamente están anticuados. Pero lo verdaderamente importante de esta película, es la tensión que va en aumento y que mantiene en vilo al espectador hasta el final.

Quizás el único fallo, es que no tienes que indagar mucho en la historia francesa para darte cuenta cuál será su final, pero quitando eso, es prácticamente una película redonda que merece la pena ser vista por todo el público en general.

En definitiva, la considero una obra digna de elogio. Un film sobresaliente que consigue mantener en vilo al público con una trama que se va calentando poco a poco hasta alcanzar un final de lo más recordable. Además, tiene el aliciente de mostrarte como va el asesino a sueldo preparando todos los detalles de su ataque y cómo evita dejar ningún cabo suelto, aunque el agente que lo persigue también se las conoce todas. Es precisamente esa dupla, la que hace que esta película sea desde mi punto de vista tan remarcable.

La rima a través de la poesía, la poesía a través del amor, el cual no tiene el pendenciero pero romántico Cyrano de Bergerac, magníficamente representando por un enorme Gerard Depardieu. Esta película, de capa y espada, de amor y humor, y de una época ya bastante lejana, es de esa clase de películas que sin llegar a ser algo sobresaliente, cumple de forma notable con el entretenimiento y la diversión que esperas de ella.

La narrativa y los afilados e hilarantes diálogos son el plato fuerte real de este film, que se esconde tras una bonita pero imposible relación de amor, ya que el complejo del protagonista, que se siente feo por tener una nariz desproporcionada, impide tal ventura. Es el amor platónico por tanto, el verdadero hilo de la historia que hace que te representes en ella por haber sido tú también, partícipe de una historia no igual, pero sí parecida en el desamor y desasosiego de un amor no correspondido.

Es posible que el metraje sea un tanto largo para lo que ofrece, y que también no sea la clase de historia del gusto de todo el mundo, pero si es cierto que es la única, o al menos de las pocas, que mezcla la capa y espada, el drama, el humor y el romance de forma notable para ser recordada por aquellos seguidores de esta clase de obras tan poco trabajadas, tan poco versionadas, porque sin duda deja tras de sí, el pozo de una película que resiste bien el paso del tiempo, ya que su esencia, lo que verdaderamente guarda en su interior, es algo tan real y triste como la vida misma, aunque esta se vista de palabrerías empalagosas y de hazañas heroicas, que realmente no formen parte, de lo que es nuestro día a día.

Hermoso y sincero film que llega con naturalidad al espectador gracias a un original guion que es llevado a cabo con sencillez, y sin la más mínima intención de superficialidad o tópico. Su trama, que se va generando a un ritmo que no se toma prisas, atrapa al espectador y lo hace comprender desde el principio que el amor no tiene edad, ni sexo, y que este puede surgir en cualquier momento, o mejor dicho, resurgir, muchos años después.

La historia de estas dos mujeres, que coinciden en un hospital y que se reconocen después de más de 50 años desde que se conocieron, en una época atrás donde las relaciones entre mujeres sencillamente no existían, pues no era su momento, queda en suspenso sin ellas saberlo para retornar todos estos años después, con sus vidas ya hechas.

Las interpretaciones, de caras no conocidas son creíbles gracias al excelente trabajo de Itziar Aizpuru y Mariasun Papoaga, las cuales, a través de una buena conexión hilan con un romanticismo natural pero profundo un trabajo digno de elogio y de ser recordado. Su narrativa, en Euskera, y por tanto subtitulada, es evocadora al lugar en cuestión y transporta eficazmente al espectador.

Concluyendo, la considero una maravillosa historia de amor prohibida, no prohibida, sino desarrollada a destiempo, con unos personajes de los más reales y desde luego verosímiles que llenan la trama de amor, pero también de amargura, de ilusión, pero también de altas dosis de realidad que hace volver a sus personajes a su día a día para no abandonar a los suyos, aunque su corazón esté ya en otra parte, y con otra persona, pero manteniendo la lealtad hasta el final hacia los que han compartido con ella sus vidas.

Una de las cosas buenas de Ridley Scott es que es capaz de desarrollar cine de todo tipo, ya sea de ciencia ficción, histórico, acción, terror y como en este caso, basado en una historia real. Y no se anda con tapujos el director, desde que empieza mete a la historia un ritmo vertiginoso que atrapa al espectador si este es capaz de seguir su ritmo sin despegar un segundo la vista de su visionado.

Denzel Washington hila una gran interpretación, al igual que Russell Crowe en esta historia real que te mantiene pegado al asiento de principio a fin en sus más de dos horas de duración. Con estos dos actores la película mantiene el tipo en todo momento, y mucha de la historia real acontecida esos días se plasma en el film por no marcar un ritmo lento, sino más bien todo lo contrario.

La banda sonora, fotografía, decorados y demás trabajos técnicos son llevados a cabo con clase y sabiendo en todo momento lo que debe ofrecer. Todo bien hilado para dejar al espectador con la sensación de que este está viendo una cinta notable.

En conclusión, un film notable lleno de intriga y violencia que captará la atención de toda clase de públicos, ya que lo que en el se encuentra es una historia real digna de conocer y bien hilada gracias a unas estupendas interpretaciones, una banda sonora acorde con lo que se muestra y ninguna intención de sorprender artificialmente, sino más bien mostrar todo acorde a lo que ocurrió.

Una de las cosas que más admiro de Bela Tarr, es su reconocible estilo que no busca impresionar, sino hacerte pensar de un modo filosófico como puede ocurrir con directores como Andrey Tarkovsky o Terrence Malick. Es, por tanto, no una cinta para entretener, ya que más bien es un tipo de cine bastante denso, sino más bien para calar en los cinéfilos más exigentes que busquen nuevas experiencias cinematográficas.

No es un film fácil de ver, para nada. Sus casi dos horas de duración de un cine lento y minimalista no agrada a todo el mundo, pero si a los más rigurosos que quieren sensaciones que le hagan pensar para sacar cada uno su propia versión de la película, o interpretarla a su manera.

Sigue Tarr en su línea de hacer cine en blanco y negro, con sus movimientos de cámara personalísimos y sus largos planos-secuencia que acompañan a los protagonistas. Y la verdad, es que se le da genial, ya que esa gran fotografía embruja al espectador y lo hipnotiza ayudado además por una banda sonora simple y de lo más turbadora que se repite una y otra vez.

Prácticamente, toda la historia transcurre en casa de los protagonistas, que son un cochero, su hija, y el caballo al que supuestamente se agarro Friedrich Nietzsche al cuello cuando presencio que su dueño lo azotaba en una calle de Turin. Hecho que por cierto, no sabes si ocurre antes o después de la historia que cuenta, ya que lo que se observa durante los días en los que se desarrolla la trama, es solo un viento apocalíptico que parece no cesar nunca.

La narrativa del film, brilla por su ausencia. Subtitulada, aunque como ya he mencionado tendrás que leer más bien poco. Centra su historia alrededor de esta pequeña y rara familia, y sobre todo en el caballo, que parece estar enfermo o simplemente hastiado de la vida que lleva.

La narcótica, aunque magnética trama, se apodera del espectador poco a poco al repetirse una y otra vez, como lo es: comerse todos los días una patata asada ardiendo, vestir y desvestir la joven al padre al ser este un tullido, sacar agua Del Pozo y preparar al caballo a diario para salir, aunque este en realidad se niega. Todo esto, para llegar a impregnar de extrañezas a un espectador que si consigue llegar al final, la recordará con una gran interrogante en la cabeza, pero desde luego con el run run de buscarle un significado mas bien metafísico.

La considero, por tanto, una película digna de ver para el que busca un cine distinto y con sello propio que no pretende lucirse, sino hacerte pensar una y otra vez sobre la filosofía que tanto amaba Nietzsche y el propio director, y buscar el significado de esta dentro de la pobreza más extrema. Repito, no es un cine para todo el mundo, pero si te gusta, posiblemente quieras descubrir el resto de la filmografía de Bela Tarr.

Es necesario comenzar diciendo, que es admirable que una mujer como Haifaa Al-Mansour realizara una película en Arabia Saudí con el riesgo que ello conlleva. Mostrando en la gran pantalla las cosas que allí ocurre. Lo hace además, a través de una niña de tan solo diez años, la cual, a través de la amistad que tiene con un niño con el que tiene una gran complicidad y que tiene una bicicleta, pretende comprarse ella también una para competir con él, cosa que por cierto está prohibida por su religión y país.

Es admirable las dos atmósferas que crea la directora en el film. En primer lugar, está la del entorno de la niña, principalmente por su madre y profesoras que muestran tal cual es la vida allí, sin paños calientes, todas las costumbres y prohibiciones que en Arabia Saudí existen. En segundo lugar, tanto la historia de nuestra joven protagonista, -que por cierto es pícara, descarada y muy inteligente al no sobrepasar más de la cuenta los límites que su sociedad le marcan-, y también la de su joven amigo, que también la trata con naturalidad y como si fuera un amigo más, aunque con cierto aire de enamoramiento platónico.

Así, sin más, se va desarrollando el film, que muestra la vida de la niña con sus padres -principalmente con su madre-, la vida de la niña en el colegio, con sus compañeras y profesoras que le marcan constantemente los límites hasta donde puede llegar, y la vida de la niña en la calle así como va ganando dinero para comprarse su deseada bicicleta verde, lo cual llega a ser una obsesión para ella.

La historia en si, tiene un desarrollo apropiado para lo que la trama ofrece, aunque sinceramente considero que todo esto, es tan solo la excusa de la directora para mostrar al mundo lo que allí ocurre, para hacernos partícipes de la gran diferencia cultural y religiosa que existe entre ambos mundos tan distintos entre si, de la privación de libertad que tienen, y más aún en el caso de las mujeres, que están muy limitadas en todo lo que pueden hacer, sobre todo en el exterior fuera de sus casas, aportando con ello la directora una gran información ilustrada y detallada de lo que es Arabia Saudí para la mujer. Dentro de todo esto, esta nuestra joven e inocente protagonista Wadjda, para cautivar con su corazón e ingenuidad, aunque también con su picaresca, a toda clase de espectadores.

Cuando sabes que vas a ver una película de culto, sospechas que te vas a encontrar con algo atrayente para un grupo de personas que puede ser reducido, o grande. Con The Wicker Man, sabes desde el principio, que vas a ver una cinta de lo más extraña y desconcertante, que se queda sin embargo, en la retina de todo aquel que se aventure a verla.

Llama la atención curiosamente, que fuera la primera película de Robin Hardy, y desde luego no la primera de muchas. En ella encontrarás todo lo que le puedes pedir a esta clase de historias y se queda en tu memoria con una sensación difícil de catalogar, pero agradeces en todo momento haberte dejado atrapar por algo tan distinto y envolvente, narcótico incluso en ocasiones para dejarte embriagado en su excentricidad.

Cuál es su significado?… quien lo sabe a ciencia cierta. Lo que es seguro es que es una película muy arriesgada para su época, para un público por entonces poco acostumbrado a ver trabajos tan lejos de lo habitual, y más aún al tocar temas tan sensibles como la religión, ya sea católica o pagana, el culto a lo inusitado (aunque con cierta lógica a través de las creencias más antiguas), y el sexo más libertino, para a través de un humor más bien negro, las canciones más extravagantes y un sutil desconcierto en un terror basado en lo desconocido, llegar a toda clase de espectadores abiertos a descubrir cintas de lo más singulares en el séptimo arte.

Es, por tanto, un trabajo digno de visualizar si te gusta descubrir obras raras pero atrayentes, oscuras y de difícil significado, y con una mezcla incongruente de terror, thriller y humor sutil que dejara a todo aquel que la haya visto en una atmósfera de difícil digestión, y con una sensación de rechazo y atracción a partes iguales, que hacen de ella una película atemporal y de culto para aquellos que gusten indagar historias poco convencionales.

Fantasía, animación y drama se dan la mano en el tercer largometraje de Juan Antonio Bayona para hacer un cocktail melodramático pero efectivo. La imaginación de un niño de 12 años cuya madre tiene un cáncer terminal, parece no tener límites para evadirse de una triste y desoladora realidad que a cualquiera le cuesta encajar, a lo que hay que sumar, el acoso escolar que sufre en el colegio nuestro joven protagonista. En escena, aparece un monstruo representado por un árbol que no deja de recordarme a Bárbol de “El señor de los anillos” para visitar al niño y contarle 3 historias, y una vez las cuente, es nuestro joven personaje quien debe contar la cuarta, según dice el monstruo, la verdad, su verdad.

La atmósfera recreada en el film es algo sombría y enigmática, siendo posiblemente lo mejor y más destacable de la película, junto con los efectos especiales. También las interpretaciones son destacables en sus tres protagonistas formados por el joven Connor (Lewis MacDougall), su madre enferma de cáncer (Felicity Jones) y la apática abuela (Sigourney Weaver), para dar forma a una difícil trama, cuyo objetivo es enternecer al espectador.

También cabe destacar su historia, la cual se va desarrollando y comprendiendo poco a poco para dar forma a un drama desolador por tratarse de algo tan real y cotidiano, algo que nos rodea cada día en nuestra vida misma, ya que no podemos dejar de sentir la posibilidad de que nos pudiera tocar a nosotros mismos. Además, en este caso se recrudece al tratarse de una mujer joven y de su hijo que no acaba de asimilar lo que está a punto a sucederle a su madre, esto hace que aún sea peor la sensación que deja tras de sí. Es esta posiblemente, la parte que mas atrapa al espectador, por ser desgarradora y a la vez real, mezclada dentro de la imaginación del niño con una fantasía que le ayuda poco a poco a comprender lo inevitable.

En definitiva, es una película destacable y la considero digna de elogio, ya que lo que se propone lo hace bien, tanto a nivel estético y de efectos visuales como del desarrollo de una trama que se apodera de ti y te sacude con gran dosis de autenticidad, y una belleza que radica sencillamente en lo más profundo del corazón de su historia.

Curiosa unión surge entre Cahit, un turco-alemán con problemas de bebida y drogas tras la muerte de su mujer y Sabel, una chica Turca que ha intentado suicidarse varias veces cuando se conocen en un psiquiátrico. Ella quiere huir de su familia y el de su pasado. Para ello necesita Sabel casarse con un turco como ella, y él, sencillamente, dejarse llevar por alguien como ella. Con este comienzo da lugar a una insólita historia que capta con efectividad la atención del espectador.

Llamativa es la forma que tiene el director y guionista de marcarse un tanto con una cinta tan original como inusitada, ya que de un modo peculiar da forma al amor de dos personas un tanto perdidas, cada una en su estilo, pero sin duda perdidos en un mundo que poco tiene que ver con ellos, y sin embargo, esta unión va acercándolos cada vez mas no solo el uno al otro, sino también al camino recto para sorpresa de todos.

Al final, todo es tan imprevisible como la vida de sus dos protagonistas, haciendo alarde de una inestabilidad sentimental que sin embargo se estabiliza cuando están juntos, consiguen con ello dar forma a una aventura muy distinta a lo convencional que es la parte más llamativa del film, junto con las acertadas interpretaciones y la música utilizada que es de lo más consecuente con la forma de ser de los protagonistas y sus andanzas.

No es que sea una cinta imprescindible, pero sí distinta. Algo novedoso para disfrute del cinéfilo que busque nuevas experiencias en películas que toman como base el amor más inusitado, el que se esconde tras una pose de locura y libre albedrío, pero amor al fin y al cabo, consiguiendo con ello dejar tras de si una extraña sensación interrogante que desde mi punto de vista añade más morbo al trabajo de un director y guionista que ha querido desmarcarse de lo corriente y más manido. Aunque no con ello logra ser un film sobresaliente, sí cumple con su cometido y no dejará a nadie con mal sabor de boca con lo que ve, aunque sí posiblemente con su desenlace.

Un profeta, de Jacques Audiard, te hace sentir miedo desde que empieza. Te hace partícipe de la inseguridad que siente el protagonista una vez entra en prisión. La violencia que se mastica en el film, se apodera desde un primer momento de ti de un modo notable y desde luego efectivo. Te sacude con escenas sangrientas y sumamente reales que te generan inquietud y te mantienen en vilo todo el rato. Pero poco a poco, nuestro protagonista se va haciendo un sitio entre la mafia Corsa de la cárcel, y se va ganando el respeto de todos mientras empieza a trapichear por su cuenta y a escalar en el crimen con la venta de droga. Así, se va desarrollando el personaje para deleite del espectador, que disfruta escena a escena de una película tan real y dramática como dura por su similitud con la vida que existe en las cárceles.

En definitiva, una cinta reseñable y digna de elogio que capta con mucha eficiencia la atención del espectador de principio a fin en sus dos horas y media de duración. Mostrándose sin tapujos como una historia áspera y llena de pocas esperanzas para el protagonista, el cual, siga el camino que siga, tienes en todo momento la sensación de que no tendrá un gran final, aunque quién sabe….

Comienza la película con una narrativa del mismo Elia Kazan sobre el asentamiento Griego y Armenio que había en la meseta de Anatolia, en Turquía, en los últimos años del siglo XIX. Dando su versión sobre lo que allí ocurría. Como convivían con el odio y desconfianza, así como los altercados que sucedían entre ellos. Pero pronto, centra su historia en Stavros, un joven griego que es el primogénito de una familia numerosa, que vive en la pobreza y cuyo máximo deseo es llegar a América. Stavros es, en realidad, el tío de Elia Kazan.

Con esta premisa, comienza la aventura narrada en el film sobre todo lo que debe pasar Stavros para llegar primero a Constantinopla (actual Estambul), y una vez allí, dar el salto a los Estados Unidos de América, deseo que es en realidad una obsesión.

El trabajo técnico del director es muy personal, gracias al uso de los primeros y cortos planos para ayudar a dramatizar las interpretaciones, y la fotografía te transporta eficazmente a cada lugar. Pero sin duda lo mejor del film, es el desarrollo del personaje principal, como va pasando de inocente y soñador a desconfiado y mucho más perspicaz, haciendo sentir con ello al espectador las calamidades que pasaron los emigrantes cuyo destino eran los Estados Unidos de América a principios del siglo XX, en este caso, de los griegos.

Es por tanto, en parte, una película biográfica o mas bien biográfica familiar del director, que también es el guionista, ya que el film está basado en su propio libro. Narra todas las calamidades y esfuerzos que tuvo que hacer su tío para llegar a América, y una vez allí, conseguir que toda su familia emigrara con él.

En definitiva, la considero una película que aunque bastante larga, es necesario visualizar todos y cada uno de sus minutos para explicar, aunque sea brevemente, todas las situaciones por las que tuvo que pasar el protagonista hasta llegar a América, haciendo por tanto partícipe al espectador de una de tantas y tantas historias que tuvieron que pasar los millones y millones de emigrantes que soñaban con la tierra de las oportunidades, como siempre ha sido considerada América.

Un actor retirado, que se dedica a escribir en un hotel de Anatolia, apartado de todo, mientras un trabajador suyo se dedica a cobrar los alquileres de los pisos y locales que tiene, es la excusa que utiliza el director y también guionista Nuri Bilge Ceylan para hilar un film de lo más personal e inusitado.

Comienza la historia cuando un niño que es hijo de un inquilino que lleva meses sin pagar y que está a punto de ser desahuciado, arroja una piedra sobre el coche donde va el escritor protagonista de la trama, y su trabajador que se dedica a cobrar los alquileres. Este es el comienzo de una extraña pero profunda historia que no se toma la más mínima prisa en avanzar y que alcanza más de tres horas de duración, ya que es llevada a cabo con un ritmo paulatino pero confortador.

Las interpretaciones son naturales y creíbles, con unos personajes que se van desarrollando conforme avanza el film, y cuyo carácter se va agriando a medida que se encrudece el tiempo. Tienen además estos, largas conversaciones sobre temas personales y pensamientos sobre lo que pudieron ser, y no fueron. Los planos y movimientos de cámara están elaborados con la intención de crear una estética armoniosa, ayudados también por una fotografía inspiradora que saca lo mejor de unos paisajes inhóspitos.

Hay quien pudiera comparar al autor con el cine de Bergman, guardando las distancias, ya que los personajes muestran claramente sus inquietudes y tienen largas conversaciones que a priori no son trascendentales. También como Bergman, te atrapa con su cine personal y único, sin saber como, sin saber porqué, simplemente estás observando lo que ocurre sin que suceda nada excepcional, pero te quedas hipnotizado viéndolo sin más.

En definitiva, es una obra notable. Una película que deja huella en su sencillez y toque personal que hará que la recuerdes con agrado, ya que deja poso y posiblemente haga crecer en ti la sensación de querer seguir descubriendo a su director, con el presentimiento de que puede acabar siendo uno de esos directores, que sin gustar a todo el mundo, pueda cautivarte a ti, por ofrecer algo distinto y personal con un sello inconfundible.

Si hay algo con lo que puedes contar con el cine de Yorgos Lanthimos, es que desde luego nunca te vas a encontrar un cine convencional, y con Canino, no va a ser una excepción.

Desde el principio ya se mascan las rarezas del guion, el cual no se hace de rogar para mostrar las primeras excentricidades de las muchas que vas a ver a lo largo de la película.

La imaginación de Lanthimos para hilar guiones, llamémoslo originales o extraños no tiene límites, y lo demuestra en cada película que hace. Puedes perfectamente reconocer su cine viendo tan solo un rato de uno de sus films. Con ello, te sumerges en su insólita trama que te puede atrapar o no, pero que desde luego no te dejará indiferente con lo que ofrece.

En este caso, narra la historia de un matrimonio que vive en una casa apartada en el campo junto con sus tres hijos adolescentes, los cuales nunca han salido de allí, y la única visita que tienen es la de una guardia de seguridad de la fábrica donde trabaja el padre. En esa casa, se desarrolla casi toda la acción, la cual no deja de sorprender al espectador en sus estrambóticas situaciones creadas por los padres para tener retenidos en la casa a sus hijos, lejos, por no decir a años luz de la realidad.

En definitiva, lo considero un film inaudito y con altas dosis de violencia que no dejara indiferente a nadie en lo que ofrece. Por su originalidad y extrañezas, por sus excesos en lo que desarrolla y por la imaginación de un director y guionista que para nada queda en el olvido, ya que como he mencionado antes, te guste o no lo que ofrece no pasará para nadie inadvertido, aunque para algunos pueda parecer grotesco y carente de sutileza, o incluso buen gusto.

La directora y guionista Lynne Ramsay, da forma a una historia en la que se masca la tragedia desde el principio. Algo ha pasado, pero el espectador aún no sabe el qué, y tendrá que esperar al final para saberlo. Van apareciendo flash-Backs en los que se va viendo que algo paso, ya que hay un antes y un después en la vida de la protagonista. Todos la miran, su casa pintada de rojo al igual que su coche, y celebra encontrar un trabajo normal como un éxito, como si hiciera tiempo que nadie cuenta con ella por haber ocurrido algo horrible en su vida, aunque aún no se sabe. En todo esto, la trama va turbando poco a poco al espectador en lo que va ofreciendo, y se va volviendo más y más asfixiante antes incluso de saber qué es lo que ocurrió. Deja de ese modo el interés para el final, y consigue así, que el espectador vaya poco a poco sumiéndose más y más en la historia y yendo así en aumento la incertidumbre y la curiosidad sobre su desenlace. Utiliza para conseguir esto los saltos temporales para extraviar un poco más al espectador si cabe, volviéndose con todo esto la película en sí algo pretenciosa, pero desde luego decente en el modo de crear expectativa al público.

Las interpretaciones brillan de forma eficaz en un registro dramático que llevan a cabo de modo magistral la protagonista Tilda Swinton y por supuesto el hijo de esta, tanto en su fase adolescente interpretado de modo muy sugerente por Ezra Miller, y también en su versión infantil por Jasper Newell. Saca de ellos la directora el mejor registro interpretativo posible para redondear esta aturdidora historia llena de insidias para deleite del seguidor de thriller psicológicos bien trabajados.

Una vez terminas de verla, te das cuenta de que la obra contiene algunos fallos o que podría mejorarse en ciertos aspectos, pero realmente en pocos. En líneas generales, es una película inquietante que te mantiene con la duda de lo que pasa hasta al final, y que incluso sabiendo que algo horrible ocurrió te sigue sorprendiendo al final. Por tanto, es una cinta recomendable de ver para los que busquen dramas psicológicos notables con tintes de thrillers que calan sin remisión en todos aquellos que se aventuren a verla. Es pretenciosa, sí. Pero no se le puede achacar que no cumpla ampliamente con su cometido.

Una pareja ya de entrada edad, decide celebrar sus 45 años como casados. Pero algo ocurre, una misteriosa carta llega a casa de ellos. Dicha carta, saca a la luz una antigua pareja de él que conoció de joven y que resulta que desapareció en la nieve en los Alpes en Suiza, y al cabo de 50 años ha aparecido congelada en el hielo. Todo este reencuentro emocional con el pasado mueve los cimientos de la pareja justo cuando están con los preparativos de sus 45 años de casados. Entonces todo se tambalea y empiezan a salir a la luz historias que ella no sabía, ya que nunca se lo habían contado.

Con esta trama, tan personal y minimalista al no contar con terceros que sean parte de la historia, el director Andrew Haigh saca a la palestra los colores no solo de esta pareja, sino de todas las parejas al preguntarse mientras que la están visualizando si su pareja haría algo parecido o si podrían perdonarlo. Ese es desde mi punto de vista el plato fuerte del film, la fortaleza de la pareja cuando mentiras del pasado salen a flote y desestabilizan una relación que se creía fuerte e incluso en su recta final, no por problemas matrimoniales sino por la naturaleza misma.

Las interpretaciones de la pareja protagonista son de lo más certeras. Ella expresa claramente la preocupación y la tristeza de esta inesperada situación y él saca a la luz el nerviosismo de un adolescente enamorado al que el tiempo ha dejado suspendido y con cuentas pendientes. Da lugar ello, a un sinfín de discusiones y malestares que van dejando un rencor que pone en peligro la celebración de la ceremonia.

Podemos decir por tanto, que es una cinta notable y bastante personal al poner el director y guionista a prueba no solo al matrimonio protagonista de la cinta, sino también a las parejas que asistan juntas a su visionado, ya que surgirán preguntas entre ellos de que hubieras hecho tú, o si tu hubieras hecho tal cosa o dudas de ese calibre que son las que verdaderamente hacen de esta película, una historia digna de ver y ser recordada por el público en general.

De nuevo, el ingenio cómico-dramático del tándem Sophia Loren-Marcelo Mastroianni llevados de la mano por Vittorio De Sica, consiguen dar forma a un film histórico en la comedia italiana de los años 60. En esta ocasión, con una película que consta de 3 episodios protagonizados por la famosa pareja. El primero de ellos, el de una mujer napolitana que vende cigarrillos de contrabando y trata de esquivar una multa al estar embarazada. Por otro, Sophia Loren encarna a la esposa de un millonario al que le es infiel, y por último, una mujer provocadora que vive un intenso romance. Estos tres capítulos, cada uno en su forma y estilo, sacará las risas a todos los espectadores que se aventuren a verla.

En cada uno de los capítulos las situaciones hilarantes y provistas del más típico humor italiano de época aparecen en escena para el agrado de todos, y conforman entre las tres historias un todo que tiene bastantes cosas en común a descubrir por el espectador. Pero la mayor de ellas, es el toque sexual y desde luego sensual que derrocha la protagonista, ya sea para buscar un embarazo en la primera historia, para disfrutar de la infidelidad en la segunda, o para la provocación simplemente en la tercera, sacando a la palestra algunas imágenes históricas de la protagonista que quedaron para siempre en la posteridad.

La trama de las 3 historias, más cercana a llegar al público a través de las miradas e insinuaciones de Sophia Loren, no está desprovista de mérito ni en su humor que busca claramente la risa fácil, ni en el drama que rodea cada una de las historias para hacer buscar cosas en común a un público que la disfruta más allá del entretenimiento, ya que desde el principio hasta el final la película busca calar en la mezcla de géneros a toda clase de espectadores, y lo consigue notablemente incluso con el paso del tiempo.

En conclusión, la considero una comedia dramática indispensable dentro de su género y del cine italiano de humor de los años 60-70, al tener todo lo necesario para sobrevivir perfectamente el paso el tiempo. Por tanto, esta cinta del productor y marido de Sophia Loren Carlo Ponti, es una de tantas de su colección necesarias de ver para disfrutar tanto de la calidad fílmica de Vittorio De Sica, como del genial tándem compuesto por dos de las mayores estrellas que ha dado el séptimo arte en Europa, la gran Sophia Loren y el magnífico Marcelo Mastroianni.

La llegada de Adolf Hitler a Roma en mayo de 1938, hace que toda la ciudad vaya a verlo a un desfile, entre ellos, casi todos los vecinos de un bloque de viviendas, a excepción de la portera. Antonietta, que es una ama de casa que se queda sola, y Gabriele, un misterioso hombre solitario que hace amistad con Antonietta cuando el pájaro de esta se escapa y va a parar al piso de Gabriele. Con esta premisa, comienza una hermosa amistad que dura el tiempo del desfile, hasta que todo vuelve a la normalidad y sus vidas a la monotonía habitual

Lo prohibitivo y tentador aparece en escena en este film, mientras un desfile que hace honor a todo lo contrario ocurre en las calles de Roma. Surge entonces esa bonita y poco duradera amistad que podría ser mal vista incluso hoy día, aunque sin embargo, a ojos del espectador lo único que ocurre es un encuentro necesario para ambos, pero quizás algo inesperado para el espectador cuando la verdad sale a flote. Dicha verdad, que surge mientras suena todo el rato la música del desfile en las radios, hace aún más auténtica la historia por ser algo, no mal visto como hace no demasiados años atrás, sino como algo prohibitivo y mucho más serio de lo que te puedas llegar a imaginar. Además, las diferencias políticas de los protagonistas da lugar a roces entre ambos, pero sin embargo, todo ocurre como un baile, acercándose poco a poco la confianza de ellos para dar lugar a un hermoso cruce de secretos que atraparán la total atención del espectador y harán de la película algo inolvidable.

Esa historia de amor, tan efímera en el tiempo como indeleble en el resto de sus vidas, dejará también marcado al público que se decida a descubrir lo que guarda en su interior esta trama, tan poco habitual como sincera y pocas veces narrada. Porque, aunque hoy día dichos secretos, sobre todo los del protagonista ya dejaron de ser algo vergonzoso, era en ese preciso momento algo muy difícil de sacar a la luz, no solo por la vergüenza que sentían en ese preciso momento de serlo, sino porque sus vidas corrían peligro si salía a la luz la tan perniciosa aventura que compartían.

Es por tanto una película sobresaliente. Una historia llena de confesiones y amores distintos que calarán sin remedio en toda clase de espectadores que busquen historias sinceras y hermosas en las que no pasa en absoluto el paso del tiempo, ya que aunque todo tenga su época, sacar a la luz los secretos de uno mismo sea cual sea su índole no es nada fácil independientemente de la época en lo que esto ocurra, y deja tras de si no solo la expresión del desahogo más intimo y personal, sino también la visión de unos personajes más humanos y menos corrompidos por el entorno.

El director Leos Carax, consigue con Holy Motors da forma a un film surrealista como pocos, o cine experimental según se mire, pero sin duda, consigue hilar fino hasta concluir una película de culto que, aunque extraña hasta el extremo desde que empieza hasta que acaba, te atrapa sin dilación y sin saber muy bien porque, ya que como todo buen cine surrealista no vas a encontrar una explicación lógica más allá de lo que vas viendo, que en este caso es, un hombre con múltiples personalidades que van apareciendo a lo largo del film una tras otra, dando pie a unas situaciones insólitas y desde luego poco comprensibles.
La gran mascarada tanto física como psicológica a la que juega el protagonista para entretenerse o para simplemente satisfacer su vicio, es junto con su insólita trama lo más atrayente del film. El personaje principal, interpretado espléndidamente por Denis Lavant, se apodera de la perturbadora historia para satisfacer a los cinéfilos más exigentes y sobre todo buscadores de un cine distinto y difícil de descifrar. El guion, escrito por el mismo director, no está desprovisto de mérito en su inagotable imaginación para recrear unas escenas que aunque extrañas, e incluso en ocasiones grotescas, se apoderan de la total atención del espectador que se pregunta con asombro como es posible que esté siendo seducido por una película tan desconcertante. Todo lo que va ocurriendo en esta historia inaudita, es como un sueño, o más bien una pesadilla de la que parece que no vas a despertar.
Sin llegar a ser un cine tan surrealista como el que expuso en sus primeros años Luis Buñuel con cintas tan reconocidas como Un perro Andaluz (1929) o La edad de oro (1930), Holy Motors es una cinta con auténticos toques surrealistas aunque claramente experimental, que ilusiona al cinéfilo ávido de historias singulares que se alejan del cine más comercial o convencional, como el que le gusta al público más en general, y se sitúa en un cine de autor que pretende dejar huella en el escenario cinematográfico ofreciendo algo distinto, algo auténtico aunque no guste a todos su resultado. Por tanto, la considero una obra digna de ver si tu petición sobre cine es querer visionar rarezas y un cine estrambótico aunque atrayente que se quedará en tu retina para siempre con sensaciones encontradas de... pero porque me gustó esta película tan inusitada??

Humor y drama se dan la mano con mucha eficacia en este conocido film de Vittorio De Sica para deleite de todos los seguidores de la buena comedia italiana. La archiconocida pareja formada por Sophia Loren y Marcelo Mastroianni, hilan un gran tándem que será las risas de todos aquellos que se aventuren a ver tan conseguida trama, ya que cuando estos dos actores de renombre se juntan, el resultado como mínimo va a ser bueno, y no solo en lo que el registro cómico se refiere sino también en la parte dramática del film.
La historia se basa en una prostituta que se casa con un acomodado burgués que solo busca el entretenimiento sexual de unas y otras, y su intención no es más que sacar tajada física de la protagonista, aunque esta, lejos de ser una dama inocente, le da la vuelta a la situación para sacar ella también tajada, aunque más bien económica de las circunstancias. Con esta idea, el magnífico director italiano saca todo el jugo posible a un sinfín de situaciones que vive la pareja para divertir a todos y dejar evidencia tras su visionado de porqué es una de las más conocidas comedias italianas.
Es curioso como hay cintas que resisten el paso del tiempo y son vistas por generaciones y generaciones de espectadores fílmicos, y otras siendo también buenas acaban en el olvido. Quizás, es un punto a su favor que tanto los protagonistas como el director sean reconocidos a nivel mundial, y por tanto seguidos por miles y miles de seguidores del séptimo arte. Pero desde luego, la comedia italiana y más aún la que se realizó en los años 60 y sobre todo 70, dio muchas alegrías al público, y ejemplos cómo esta película refuerzan la teoría.
Podemos decir por tanto de Matrimonio a la italiana que es una película notable que resiste perfectamente el paso del tiempo por su humor, estupendas interpretaciones e historia hilarante con tintes dramáticos que atrapan la atención de cualquiera que quiera disfrutar de algo más que del mero entretenimiento, ya que esta historia cumple ampliamente con lo que se propone y no dejará a nadie con la sensación de haber visto una película más, sino una obra más que cumplidora que será recordada con agrado por todos aquellos que se decidan a verla.