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El planeta del tesoro
El planeta del tesoro (2002)
  • 6,5
    11.551
  • Estados Unidos John Musker, Ron Clements
  • Animación, (Voz: Joseph Gordon-Levitt, Brian Murray) ...
6
Un dechado de virtudes pictóricas... dentro de una historia de aventuras demasiado básica y convencional.
El largometraje animado número 43 de Disney Animation Studios fue sin dudas toda una proeza a nivel artístico... que tuvo el reconocimiento proporcionado (una nominación al Oscar al lado de la tremendamente superior en su conjunto "El viaje de Chihiro") dado que en el terreno de desarrollo argumental tiene las patas cortas. Y digo patas cortas porque patas al menos tiene.

Inspirada en la novela "La isla del tesoro" de Robert Louis Stevenson (algunos personajes hasta conservan los nombres de aquella obra), "El planeta del tesoro" se sitúa en un universo fantástico donde su protagonista adolescente (Jim Hawkins) sueña con vivir aventuras interplanetarias... algo en lo que se emprenderá cuando se haga con el mapa de un tesoro. En el viaje hará amigos y enemigos, contará con traiciones y alianzas y comprenderá que los tesoros no suelen ser materiales.

La trama de "El planeta del tesoro" y como va avanzando por sus peripecias no es algo que vaya a hacer vibrar y sorprender al público adulto (ya les adelanto que no estamos ante "El Príncipe de Egipto" (1998), "Del revés" (2015) o "La bella y la bestia" (1991) a la hora de inspiración en la situaciones de instantes originales y elaboración de personajes) sino que tira más bien por un exceso de sencillez y rutina, pues el toque de Ron Clements John Musker y Rob Edwards es muy básico, perezoso, infantil (y diría que hasta tópico por momentos (la pseudo-araña mala malosa se lleva la peor parte a la hora de tratamiento de personajes, aunque el recurso cómico del cargante robot no le va a la zaga)). No es que estemos ante un guion idiota, pues las circunstancias se plasman de forma natural y orgánica, pero sí tremendamente limitado a lo trillado, convencional y elemental.

Sin embargo, todo lo que no se ilumina en el guion se ilumina en la animación. Ahí sí hay una inspiración original de ARTE (con mayúsculas, valga la redundancia). Y es que "El planeta del tesoro" no es la primera cinta animada que combina animación 3D CGI con animación 2D tradicional... pero sí la que lo hace de la forma más aseada, sutil e inmersiva. Las texturas que nos ofrece este largo son asombrosas a todos los niveles (de concepto y de ejecución), con un diseño de paisajes tan diverso y prolífico como ingenioso y ensoñador. Resulta de una belleza abrumadora todo el plano visual de la cinta, con una iluminación cálida de los más certera, con una paleta de colores tan armoniosa, con unos trazos tan estilizados (destaco ese puerto espacial de media Luna), con una composición de los planos tan lírica (ojo a como la cámara virtual se mueve por las escenas). Quizás el diseño de los personajes sea el punto más flojo... en comparación con el resto (es decir, que están a un nivel aceptable pero no superlativo) de navíos voladores, supernovas, robots (todo lo que el guion no le da a B.E.N. se lo dan sus colores luminosos), tablas de surf solares o armas que combinan con maestría lo clásico y lo futurista.

En el terreno del sonido "El planeta del tesoro" se sitúa en lo propicio y competente. Ya que su banda sonora, si bien no pasa a la historia a la altura de los mejores largos de Disney ("El Rey León" (1994), "La bella y la Bestia") imprime la viveza y vehemencia que siente el personaje por experimentar descubrimientos y hazañas.

Así pues tenemos una película brillante en el terreno del celuloide... y frecuente y normalita en el terreno de su trama. Algo que se torna a nivel global en un producto digno, entretenido en su justa medida para todos los públicos (pero más disfrutable para un público infantil) pero no es un estandarte de las aventuras de fantasía... animadas o no (esa categoría se la siguen reservando films como "Shrek" (2001), "Star Wars Episodio IV: Una nueva esperanza" (1977), "El Príncipe de Egipto", "El Señor de los Anillos: La comunidad del Anillo" (2001), "El Rey León", "Tigre y Dragón" (2000) o "Star Wars Episodio V: El Imperio contraataca" (1980) entre pocas otras). "El planeta del tesoro" se sitúa en su conjunto más bien al nivel de "Anastasia" (1997), "Cómo entrenar a tu dragón 3" (2019), "Onward"(2020), "Big Hero 6" (2014), "Enredados" (2010), "Frozen II" (2019), "Madagascar" (2005), "Shrek: Felices para siempre" (2010) o "Ron da error" (2021).

Lo mejor: El diseño y ejecución de la animación de sus paisajes.
Lo peor: Que algunas (muy pocas) escenas se estiran con silencios vacuos.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Synchronic. Los límites del tiempo
Synchronic. Los límites del tiempo (2019)
  • 5,3
    4.341
  • Estados Unidos Justin Benson, Aaron Moorhead
  • Jamie Dornan, Anthony Mackie, Ally Ioannides ...
4
De desganados viajes en el tiempo.
El quinto trabajo de Justin Benson y Aaron Moorhead (asiduos al género del terror de serie B con productos como "Spring" (2014) o "V/H/S Viral" (2014)) se trata de un film de suspense con toques futuristas. Steve Denube (Anthony Mackie) y Dennis Dannelly (Jamie Dornan) son dos paramédicos, compañeros y amigos desde la adolescencia, que se topan continuamente con casos de sobredosis en sus emergencias médicas. El primero se acaba hartando de tanta plaga de drogadicción letal y acaba comprando la droga sintética que tanto daño está causando... para descubrir en sus propias carnes que es un compuesto que permite viajar en el tiempo... literalmente.

La premisa es recia y jugosa, y es que la temática de viajes temporales en pantalla siempre puede dar lugar a relatos tan lucidos como potentes. Y "Synchronic" tiene los ingredientes necesarios (un caso principal a resolver, misteriosas desapariciones, teletransportaciones a lugares indómitos de la historia, objetos de reliquia y personajes cercanos y honestos) para dar lugar a una experiencia cinematográfica notable... el problema es su exposición y evolución. Porque el guion de Justin Benson no aprovecha los elementos curiosos de su premisa, pues los desarrolla con una parsimonia absurda, con silencios estirados que no conducen a nada, con situaciones repetitivas que no hacen progresar su argumento, y sobre todo con situaciones que se quedan en la superficie (¡con lo que podía haber dado de sí el tema de la fórmula del químico! Algo que es tan secreto como la fórmula de la Coca-Cola al parecer).

A ver, que nadie se esperaba en "Synchronic" un largo de viajes temporales con un nervio narrativo de "Regreso al futuro" (1985) o "Project Almanac" (2015), o con un estudio tan profundo de su ciencia física especulativa como el de "Interestellar" (2014) o "Tenet" (2020). Pero desde luego un "Código fuente" (2011), un "Premonition" (2007) o un "Looper" (2012) sí puedo dar, pues "Synchronic" cuenta con los mismos mimbres no solo en su libreto sino en su puesta en escena (pues Benson y Moorhead presentan una cinematografía resultona, con un uso de las luces tenues y parejas de lo más agradecidas en su fotografía, con unas planos usuales pero espabilados siempre con su tono sombrío, con una elección de escenarios ascetas pero significativos, con un uso eficiente (que no sobresaliente) de una trillada banda sonora, y con unas actuaciones sólidas (aunque Mackie y Dornan han tenido roles más jugosos, incluso sus Christian Grey y sus Halcón/Capitán América tiene más aristas que estos papeles tan esquemáticos y reducidos. Aun así saben sacarles algo de jugo con sutileza, pues son dos protagonistas hastiados con sus vidas)) y sin embargo no los traducen con una evolución nervuda, robusta, multifacética y caracoleante. Eso se lo vamos a dejar a los largometrajes ya mencionados como "Interstellar","Regreso al futuro", "Project Almanac", "Tenet", "Looper", "Al filo del mañana" (2014), "Atrapado en el tiempo" (1993) y demás (a los que "Synchronic" no llega ni a la suela de los zapatos. Pero tampoco se pone al nivel de las más modestas pero también disfrutables "Código fuente", "Una cuestión de tiempo" (2013) o "Premonition". Digamos que como thriller con toques de fantasía futurista... "Synchronic" es más parejo a "El destino de Júpiter" (2015), "After Earth" (2013), "A ciegas" (2018), "Un pliegue en tiempo" (2018), "Géminis" (2019) o "Ghost in the Shell" (2017), lo cual no es un desastre pero sí un producto mediocre que aguanta un visionado por su "factor sorpresa" de travesías espacio temporales... pero que a muchos instantes resulta de una flema exasperante).

Hay que ser muy muy aficionado/a/e de este subgénero sci-fi que juego con el tiempo no lineal para aguantar el visionado sin verse tentado a su abandono por culpa de tantos puntos muertos y tanta descripción grisácea. Solo recomendable a los fans del binomio Benson/Moorhead, a los seguidores de sus intérpretes o a los incondicionales de los saltos temporales en pantalla. El resto se pierde entre poco y nada.

Lo mejor: Su premisa.
Lo peor: Su desarrollo (un desarrollo a lo "Proyecto Power" (2020) o "Campamento alienígena" (2019), con esto lo digo todo).
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bullet Train
Bullet Train (2022)
  • 6,5
    24.124
  • Estados Unidos David Leitch
  • Brad Pitt, Joey King, Aaron Taylor-Johnson ...
6
Un digno y trepidante homenaje al cine de Tarantino.
En su cuarto largometraje (si pasáramos por alto sus enormes contribuciones a la saga de "John Wick" como codirector y director de escenas de acción, así como su trabajo como doble de acción en el cine de Van Damme o de la saga de Jason Bourne entre otros créditos) como director, David Leitch nos presenta la adaptación de la novela japonesa del mismo nombre de Kotaro Isaka.

Y con estos credenciales "Bullet Train" se desarrolla como una comedia negra de acción realmente amena. Admito que iba al cine acompañada de amigos y de bajas expectativas, y tal vez por ello haya disfrutado más de lo que pensaba de esta cinta comercial pero aseada y consistente (dentro de sus avatares de acción desatada de lo más surrealista). Entremezclando el "Asesinato en el Orient Express" de Agatha Chritie con las fórmulas de cine negro de más gamberro de Quentin Tarantino y Guy Ritchie, "Bullet Train" nos mete en un tren bala que va desde Tokio a Kyoto. Un tren en el que el diseño de producción se ha lucido con creces (el set contaba con cuatro vagones que han ido cambiando de decoración para aportar la ilusión de ser un tren más amplio y diverso. Un tren futurista, con vagones temáticos (ojo a ese vagón "infantil" inspirado en un imaginario anime para preescolares, sin dejar de lado la elección de los tonos de las luces depuradas y vanguardistas en cada vagón)), con una selección de sus elementos de atrezzo de lo más inspirada (el recurso humorístico del WC inteligente resulta una maravilla guasona) donde observamos unos combates que entremezclan catanas con botellines de agua, bolsas de aperitivos con puños americanos o pistolas con peluches.

Una acción tan estrambótica (en el buen sentido de la palabra. En el sentido de "Deadpool" (2016), "El mito de Bourne" (2004), "Kill Bill Vol. 1" (2003) o "John Wick: Parabellum" (2019)) como imaginativa (una acción coreografiada además de forma impecable, con un dinamismo cautivador, y con unos efectos CGI muy hermosos (ojo a ciertos slow-mo cómicos)), que resulta curiosa y divertida para el espectador capaz de esbozar una sonrisa cuando vea a sus personajes reaccionar defendiéndose con lo primero que encuentren a mano... y que eso les acabe funcionando por golpes de suerte bien asentados en el libreto.

Y es que el film, si bien limitado a la hora de desarrollar a sus personajes (pues son todos asesinos y sicarios. Con algún toque de ironía y sentido del humor en sus personalidades, pero sin nada más que aportar a nivel humano), sabe engarzar la trama con astucia y dinamismo. Con un protagonismo coral (aunque esté capitaneado por un Brad Pitt en su salsa, que siempre se ha desenvuelto a las mil maravillas en estos personajes socarrones y desenfadados que se ven en envueltos en circunstancias de lo más extrañas y extremas. Y para muestras "El club de la lucha" (1999), "Érase una vez en Hollywood" (2019), "Malditos bastardos" (2009), "Quemar después de leer" (2008) o la saga de "Ocean's Eleven") que poco a poco nos va encajando en sus motivos y motivaciones para estar en ese tren lleno de gente malvada, mafiosa y asesina.

Con esto no digo que estemos ante un guion perfecto ni mucho menos, en sus notas de humor hay bastantes que son demasiado bobas, perezosas y redundantes como para resultar triunfales (claro ejemplo el tema del "Tren Thomas"), y la acción se estira en sus puntos finales sin demasiada necesidad. Aun así engarza con suficiente coherencia interna (tenemos que tener un cuenta que como comedia disparatada hay casualidades muy convenientes y choques entre personajes de lo más oportunos... pero eso también sucede en films como "Pulp Fiction" (1994) o "Fargo" (1996) y lo compramos porque corresponde al tono de film de comedia negra) a sus personajes y sus misiones, así como sus combates, persecuciones y dilemas criminales.

Es en definitiva un film siempre entretenido gracias a su combinación de acción espectacular, escenarios estilizados y trama urdida con unas dosis de ingenio y solidez suficientes en líneas generales. Las actores por su parte están aceptables a grandes rasgos (pues nombres como los de Pitt, Joey King (indispensable visionar "The Act" (2019) para darse cuenta de la calidad de esta actriz), Michael Shanon, Aaron Taylor-Johnson, Hiroyuki Sanada dotan de cierto carisma a sus roles con los ojos cerrados. Mientras que otros nombres como los de Bad Bunny, Brian Tyree Henry o Zazie Beetz no logran enriquecer a sus limitados roles y pasan de forma desapercibida y distante para con el espectador) pero no tienen demasiado con lo que trabajar más que con dar y recibir sopapos curiosos mientras que lo sobrellevan con ciertas miradas de confusión, sorna y retranca.

Desde luego el libreto no llega a las cotas de humor gore y criminal de "Pulp Fiction", "Dolor y dinero" (2013) o "Jungla de cristal" (1988), pero lo que nos da es verdaderamente digno y disfrutable en sus dos horas de metraje. La cinta no aburre nunca y hace sonreír (que no reír a carcajadas. Eso se lo dejamos a las cintas antes mencionadas. O a otras comedias criminales como "El lobo de Wall Street" (2013) o "Yo, Tonya" (2017)) mientras nos deleitamos con unos escenarios hermosos y unas realización en la acción habilidosa y dinámica. Es una película recomendable a todo público adulto abierto a todo tipo de género de entretenimiento palomitero (absténganse los que no soporten la comedia de acción, o los combates y masacres irreales y exagerados), indispensable para los más aficionados al cine de este corte (como "Los odiosos ocho" (2015), "The Gentlemen" (2019), "Django desencadenado" (2012) y demás) en especial a los fans del cine de Tarantino (al que la cinta homenajea de forma respetuosa y con gusto) o de Guy Ritchie. Para mi gusto, la mejor película de Leitch, bastante por encima de sus otros largos de acción "Atómica" (2017), "Deadpool 2" (2018) y "Fast & Furious: Hobbs y Shaw" (2019).

Lo mejor: Me quedo con su ambientación y la coherencia interna del guión a la hora de...
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Tolkien
Tolkien (2019)
  • 5,7
    4.524
  • Estados Unidos Dome Karukoski
  • Nicholas Hoult, Lily Collins, Genevieve O'Reilly ...
5
Un Tolkien más corriente que doliente.
El noveno largometraje del finlandés Dome Karukoski es un biopic dramático sobre la juventud de J.R.R. Tolkien (Nicholas Hoult), autor de todo el universo de la Tierra Media... entre muchos otros avatares vitales de lo más intensos. En el largometraje la vida del autor y erudito es trasladada a la ficción con bastante más fidedignidad de lo esperado (aunque no evita pasar por ciertos tópicos simplones nada acordes con el nivel de madurez e ilustración real de sus personajes) y con unas notas de elegancia audiovisual que tornan a la cinta en un drama aseado y llevadero.

Hay sin embargo en "Tolkien" una cadencia narrativa un tanto parsimoniosa, deslavazada y redundante que diluye las virtudes (que las tiene sin duda) del conjunto. Pues el film cuenta con unas actuaciones dignas (incluso por parte de una estereotipada Lilly Collins como interés romántico sin nada más que aportar a la trama), Nicholas Hoult carga de singularidad y honestidad a su rol tan ilustrado como recto... mientras que sus acompañantes que no dejan de tener roles meramente testimoniales cumplen con naturalidad y desenvoltura (destaco la participación de "robaescenas" que se marca Derek Jacobi). La delicadeza y franqueza a la hora de tratar sus avatares es de lo más gratificante (aunque se hubiera agradecido aún más dotar de más garra y osadía a sus momentos, algo que un biopic de ficción necesitaría para resultar notable. Pero esto no es "En la cuerda floja" (2005), "Uno de los nuestros" (1990), "Braveheart" (1995) o "Dallas Buyers Club" (2013)), y su puesta en escena acompaña de una forma que realza el visionado (pues su vestuario es distinguido en todo momento, su elección de escenarios bucólicos y pudientes de Oxford son una delicia, las escenas ambientadas en la gran guerra se miman con un simbolismo audiovisual muy preciso, y la fotografía de ocres e iluminación vivaz acompañan a unos planos usuales pero orgánicos siempre).

Es una pena que el guion vaya navegando por lo elemental y se suceda con más reiteración y alongamiento vacuo en sus instantes, pues la envoltura de "Tolkien" se sitúa a un nivel superior de su contenido descafeinado (que no es horrible ni desatinado, pero sí bastante diluido y arquetípico).

Así que como biopic, "Tolkien" se equipara a cintas como "Mi nombre es Harvey Milk" (2008), "Mi semana con Marilyn" (2012), "Beyond the Sea" (2004), "Judy" (2019), "El puente de los espías" (2015), "J. Edgar" (2011) o "El método Williams" (2021). Y esto es un largo llevadero en líneas generales, pero a años luz de potentes estandartes del género biográfico en ficción (como "Mar adentro" (2004), "Elizabeth" (1998), "Descubriendo Nunca Jamás" (2004), "El hundimiento" (2004), "Amadeus" (1984), "La chica danesa" (2015), "Hasta el último hombre" (2016), "Yo Tonya" (2017), "Patch Adams" (1998) o "Lincoln" (2012)). Pero mejor que desatinos del género como "Miss Potter" (2006), "Alma salvaje" (2014) o "Grace de Mónaco" (2014) sí es. Es una película recomendable a los muy aficionados a los biopics o a los muy interesados en todo lo que envuelva al escritor y maestro J.R.R. Tolkien (aunque sus trabajos literarios trasladados al cine sean mejores exponentes que esta cinta sobre su vida).

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: Su guion (no es malo, pero sí la pata más corta del conjunto).
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Lightyear
Lightyear (2022)
  • 5,8
    11.471
  • Estados Unidos Angus MacLane
  • Animación, (Voz: Chris Evans, Keke Palmer) ...
3
De las aventuras más ordinarias e inmaduras de Pixar.
Mira que me duele en el alma puntuar a un producto de la factoría Pixar tan bajo, pero es que no queda otra. "Lightyear" se nos presenta como las aventuras de ficción que el niño Andy de la saga "Toy Story" veía de pequeño (y que le llevó a tener el juguete tan cándido, ingenuo, recto y bondadoso que se nos regaló en las estupendas "Toy Story" (1995), "Toy Story 2" (1999), "Toy Story 3" (2010) y la más regulera pero también disfrutable "Toy Story 4" (2019)). Sin embargo esas aventuras interestelares no muestran la chispa a la altura de los largometrajes predecesores que envuelven a este personaje.

Buzz Lightyear es un astronauta encargado de buscar un planeta habitable para la humanidad... pero en sus intentos acaba dando con un planeta hostil en el que los humanos se ven obligados a residir. Pero Lightyear nunca abandona su empeño de buscar una salida para la humanidad de ese planeta (pero por supuesto se acabará dando cuenta de lo realmente importante que no es precisamente su misión). La premisa en sí es sugerente, el problema es que no se desarrolla con un sentido del humor cómplice y astuto a lo "Toy Story 2" (la relación entre Lightyear y su antagonista el Emperador Zurg es allí realmente divertida y co-partícipe para todo espectador) ni con unas intrigas elaboradas y penetrantes... y aun menos con un simbolismo dramático hondo. ¡Vamos!, ¡que esto no es el Pixar de "Toy Story 3", "Up" (2009) o "Del revés" (2015). Pues tenemos un desarrollo argumental errático (con más agujeros de guion que un queso gruyere en sus viajes espacio temporales. El film trata de emular al cine de Christopher Nolan de forma torpona... y acaba siendo un galimatías sin pies ni cabeza, que los niños no entenderán y que a los adultos distanciará), con una dimensión dramática muy superficial, y con unos chistes y chascarrillos más propios de "Los Thundermans" (2013-2018) o "Zack y Cody: Todos a bordo" (2008-2011) que de "Buscando a Nemo" (2003) o "Los increíbles" (2004).

Es en definitiva una película que distrae levemente gracias a su cinematografía atildada, pero que en la mayor parte de sus puntos aburre y disuade tanto a niños como a adultos. Los más peques de la casa pueden esbozar alguna que otra sonrisa de tanto en cuanto con sus gags de parvulario, pero la tónica habitual es la de un largometraje que concatena la acción con mucho ruido y pocas nueces. Un 10 eso sí a la definición de su animación, al diseño de los trajes de sus personajes, al uso de los colores vivos en los puntos de los planos que lo demandan (destacan los ojos del villano principal y los botones de los trajes de los protagonistas) y a la configuración de los escenarios apocalípticos extraterrestres.

Pero por mucho que la carcasa sea sublime... si el contenido es tan marrullero el conjunto no acaba cuajando desgraciadamente. Es una película solo recomendable a los muy pequeños de la casa o a los muy muy incondicionales del universo "Toy Story" o del cine de animación para todos los públicos. Pero "Lightyear" (y valga la redundancia) se sitúa a años luz de obras majestuosas de Pixar como "Monstruos S.A." (2001), "Coco" (2017), "Del revés", "Los increíbles", "Soul" (2020), "Toy Story 2", "Buscando a Nemo", "Los increíbles 2" (2018), "Toy Story" o "Wall.E" (2008)... y es ciertamente inferior a entretenimientos Pixar como "Brave" (2012), "Luca" (2021), "Toy Story 4", "Onward" (2020), "Red" (2022), "Ratatouille" (2007), "Bucando a Dory" (2016), "El viaje de Arlo" (2015), "Monstruos University" (2013) o "Cars" (2006). Digamos que se queda en un "Aviones" (2013) o "Cars 2" (2011), es decir de lo peorcito de Pixar y del cine animado familiar si me apuran.

Lo mejor: Su animación.
Lo peor: Su guion.
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Mi prima Rachel
Mi prima Rachel (2017)
  • 5,6
    1.845
  • Reino Unido Roger Michell
  • Rachel Weisz, Sam Claflin, Holliday Grainger ...
6
Mi carismática Rachel... y el tonto a las tres.
De la mano de Roger Michell ("Notting Hill" (1999), "Morning Glory" (2010)) nos llegó en 2017 esta intriga británica de época, basada en la novela homónima de Daphne du Maurier (autora también de "Rebeca" (el trabajo en el que se basó Hitchcock para una de sus obras maestras del suspense)). A principios del siglo 19 el joven noble Phillip Ashley (Sam Claflin) se dispone a heredar una gran fortuna de su primo y padre adoptivo fallecido... pero su viuda (Rachel Weisz) también llega a las tierras de los Ashley con dudosas intenciones.

El film cuenta con ciertas cualidades robustas que tornan la experiencia cinematográfica en una distracción admisible siempre... y hasta seductora por momentos. Y estos bastiones son en mayor medida el juego continuado de su ambigüedad criminal (el guion (a pesar de caer en la simpleza y topiquez del personaje masculino de la trama, un ser que nunca piensa antes de actuar) sabe componer y virar con la intriga de si este personaje femenino es un lobo con piel del cordero o una incomprendida entre prejuicios) y la actuación maestra de Rachel Weisz (capaz de dotar a su rol de un magnetismo natural a la vez que trasmite de forma avezada unos sentimientos inciertos (nunca se sabe si su personaje está fingiendo para manipular o no)), y en menor medida una puesta en escena distinguida (hay en "Mi prima Rachel" un despliegue de escenarios repleto, tanto de interiores como de exteriores. Y para muestra la secuencia de la cena navideña o esos paseos a caballo por parajes naturales), una actuación natural y pertinente de Sam Clafin, y una banda sonora adecuada (que no sobresaliente) de Rael Jones.

El problema viene con la distribución de los tiempos que hace Michell, y es que el de Pretoria estira ciertas escenas sin ninguna necesidad... e incide demasiado en las partes redundantes del relato (pocas, pero las tiene). Esto hace que "Mi prima Rachel" se vaya diluyendo más de lo que debería (¡vamos, que no estamos ante el magnífico tempo de Paul Verhoeven en "Instinto básico" (1992)!) y vaya distanciando con cierta indiferencia al espectador. Y eso que Michell ofrece un despliegue de planos versado (entre tanto plano/contraplano y plano recurso hay un uso estupendo del foco alterno).

Es, en definitiva, una cinta de género que pudo resaltarse más con una elección más equilibrada y pulida de sus situaciones. Y aun así, todas las virtudes del film (con Weisz a la cabeza de ellas) van sosteniendo un metraje para derivar en un visionado lo suficientemente confortable y curioso en líneas generales como para merecer un vistazo. Es una película recomendable como pasatiempo a todo público adulto (e indispensable para los muy incondicionales de las intrigas de época y de los trabajos de sus actores principales). Pues "Mi prima Rachel" no es un thriller de la categoría de "El secreto de sus ojos" (2009) o "Tesis" (1996), pero se puede equiparar fácilmente a "La duquesa" (2008), "Un crimen perfecto" (1998), "La chica del tren" (2016), "Regresión" (2015) o "La visita" (2015) entre otras.

Lo mejor: La actuación imperial que se marca Rachel Weisz (éste está entre sus mejores trabajos. Y eso es mucho decir de una actriz que ha hecho papelazos como los de "El jardinero fiel" (2005), "Negación" (2016) o "La favorita" (2018)).
Lo peor: Como el guion trata de forma tan arquetípica y simplona al personaje de Sam Claflin (que merecía algo más que ser el pardillo manipulable de turno).
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doctor Strange en el multiverso de la locura
Doctor Strange en el multiverso de la locura (2022)
  • 6,4
    21.861
  • Estados Unidos Sam Raimi
  • Benedict Cumberbatch, Elizabeth Olsen, Xochitl Gomez ...
5
Mucha locura y pocas nueces.
Continuación de la adaptación comiquera a la gran pantalla del superhéroe marvelita "Doctor Extraño" (más conocido por esa traducción castellana de las viñetas que como el Doctor Strange del cine) de 2016... y a su vez continuación de las historias del resto de personajes del universo cinemático de MARVEL que pululan por el metraje (básicamente hablamos del personaje de Wanda Maximoff/Bruja Escarlata (Elizabeth Olsen) y su vida tras lo acontecido en la miniserie de Disney+ "Bruja Escarlata y Visión" de 2021). Y es que MARVEL Studios se ha caracterizado por crear nexos entre sus películas (en casi todos los largos con un superhéroe principal... siempre hay otro superhéroe relevante que sirve de acompañante (y para ejemplo a Iron Man en "Spider-Man: Homecoming" (2017) o en "Capitán América Civil War" (2016), a Hulk en "Thor: Ragnarok" (2017), a Halcón en "Ant-Man" (2015), a Viuda Negra en "Capitán América: El soldado de invierno" (2014) o al mismo Doctor Strange en "Spider-Man No Way Home" (2021))) y series de forma que sus cintas se vean tanto de forma independiente como en forma de un episodio más de un conjunto realmente digno para con los cómics en los que se basa (digo digno, no sobresaliente).

Y así "Doctor Strange en el multiverso de la locura" logra el arduo objetivo de suponer un entretenimiento tanto para los más fanáticos del universo cinemático de MARVEL Studios... como para los que no se han visto productos anteriores que envuelvan a estos personajes. Esto es loable por parte del conjunto, que presenta una trama jugosa en lo audiovisual (el Doctor Stephen Strange (Benedict Cumberbatch) debe proteger a una joven (Xochiti Gómez) que es capaz de saltar de universo en universo (todos paralelos y similares, por cierto) de las garras de una Bruja Escarlata (Elizabeth Olsen) completamente alocada y desatada)... pero que sin embargo no es capaz de infundir enjundia a la hora de desarrollar una intriga honda y nervuda o a unos personajes multifacéticos y humanizados.

Y es que "Doctor Strange en el multiverso de la locura" se queda en una trama infantil y superficial, de escasos diálogos y situaciones instruidas, pero de mucha acción, vuelos, explosiones y magia psicodélica. Desde luego la cinta no posee el libreto de "The Matrix" (1999), "Donnie Darko" (2001) o "Abre los ojos" (1997) (si de misterios con viajes por realidades diversas se refiere).... algunos lo hubiéramos agradecido, pero lo que nos da (aun siendo algo conformista, arquetípico y simplón) posee la suficiente coherencia interna y fluidez como para servir de sostén de las verdaderas virtudes que realzan al conjunto como un producto de evasión distraído siempre y atrayente por momentos.

Porque "Doctor Strange en el multiverso de la locura" puede ser pueril y frívola pero es vistosa y espectacular. El CGI es el estandarte de esta obra, ofreciéndonos unos planos continuos de energías destructoras o constructoras de maravillosa composición (ojo a la escena de los espejos con Bruja Escarlata), con una cinematografía impoluta, con una fotografía hábil y esmerada (el uso de los tonos rojizos y anaranjados resulta un deleite para la vista) o unas magnas secuencias de acción entre universo y universo (me quedo con ese "viaje" que se marcan los personajes de Cumberbatch y Gómez en cierto momento del metraje) y un mimado y envolvente sonido que nos harán pasar el rato con comodidad y agrado... al igual que sus confortables actuaciones (todos los intérpretes (Cumberbatch, Olsen, Benedict Wong, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams) ya están asentados en sus personajes (sean de las realidades que sean, mantiene sus rasgos esenciales), y aquí aportan solidez a pesar de contar con un guion escaso). A esto hay que sumarle unos cameos "sorpresa" (más en spoilers) que alzarán la experiencia cinematográfica entre los marvelitas (admito que no es mi caso particular, que la primera película del Doctor Strange no me dijo nada y que soy más de DC (aunque disfruto con los mejores productos audiovisuales de MARVEL como pueden ser las series de "Daredevil" (2015-17), "X Men" (1992-97), "Bruja Escarlata y Visión", "Spider-Man" (1994-98) o cintas como "Guardianes de la galaxia" (2014), "X-Men" (2000), "Spider-Man: Homecoming", "X-Men 2" (2003), "Deadpool" (2016), "Spider-Man" (2002), "X-Men: Días del futuro pasado" (2014), "Black Panther" (2018), "Capitana Marvel" (2019) o "Thor: Ragnarok" entre otras) pero eso no quita para que el film me parezca un pasatiempo palomitero adecuado y respetable) y una realización dinámica y diestra por parte de Sam Raimi (que marida a la perfección la realización y el montaje de su cine superheroico (la trilogía de Spider-Man original. Aquí se vuelve a notar de forma distintiva (en el mejor de los sentidos) su uso de los zooms) y el de su cine de terror (no se me ha escapado como mantiene el plano de los personajes más tétricos en su aspecto)). La banda sonora de Danny Elfman por su parte pasa sin pena ni gloria (al contrario que otras de sus obras musicales)

Así pues nos encontramos ante una película de acción superheroica tan pasajera (dudo que se retenga mucho tiempo en la memoria a no ser que se sea incondicional de este subgénero cinematográfico) como atractiva durante su momentáneo visionado. No es "El caballero oscuro" (2008), "Black Panther", "Wonder Woman" (2017), "Guardianes de la galaxia" o "Batman Begins" (2005)... ojalá, es más bien equiparable a su cinta predecesora de 2016, a "Capitán América: Civil War", a "Green Lantern" (2011), a "Viuda Negra", a "Aves de presa" (2020), a "Guardianes de la galaxia 2" (2017), a "Escuadrón Suicida" (2016), a "Deadpool 2" (2018) o a "El escuadrón suicida" (2021). Desde luego mejor que pifias como "Catwoman" (2004), "Hulk" (2003), "Batman y Robin" (1997) o "Superman IV" (1987) sí es. Es recomendable a todo público en general que desee pasar un rato de inofensivo y olvidable recreo, y solo se torna indispensable para los más acérrimos de MARVEL en pantalla.

Lo mejor: ...
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Zombies 3 (TV)
Zombies 3 (2022)
TV
  • 3,8
    115
  • Estados Unidos Paul Hoen
  • Meg Donnelly, Milo Manheim, Kylee Russell ...
3
En su línea de enredos y gracias de preescolar que dejan impasibles a los jóvenes y adultos.
Tras el afable y simpático (y diría que hasta curioso) telefilm "Z-O-M-B-I-E-S" de 2018 nos han llegado unas continuaciones bastante más difusas y disparatadas (en el peor sentido de la palabra). Si la segunda parte ya bajaba el listón de su entretenida y confortable TV Movie original (que tampoco era una obra maestra, "El padrino" (1972) ya les adelanto que no era, era más bien un "Los magos de Waverly Place: Vacaciones en el Caribe" (2009) si de alegres y distraídos largos para Disney Channel se refiere), esta tercera entrega mantiene ese nivel en el que trama tan tópica, superficial, pronosticable y absurda se sucede con múltiples divagaciones y alongamientos del todo innecesarios en un producto que se dice de recreo pasajero. Que sí, que la primera no era Dostoevsky pero al menos conducía su argumento con bastante concisión y coherencia interna a pesar de su trama tan infantil y arquetípica (aquella en la que en un pueblo convivían humanos y zombies a ritmo de musical mientras los últimos trataban de encajar en una sociedad que los discrimina).

Aquí sin embargo se entremezclan humanos, zombies, extraterrestres y hombres-lobo (todos muy estéticos y luminosos, que esto es el Disney Channel a lo "Amo a Laura" de "High School Musical" (2006)) sin ton ni son (nunca mejor dicho), con un hilo argumental tan fino que hace tomar las distancias a todo espectador que supere los 10 años de edad (y eso perdonando todos los agujeros argumentales). Y así, con un guion endeble que salta de cliché en cliché más que resobado en cualquier producto comercial de distracción fugaz... y que se va llenando de chistes y chascarrillos que no logran ni crear una mueca en la audiencia mínimamente exigente... pues poco se puede alzar un conjunto que por otra parte cuenta con un diseño de producción resultón (que no sobresaliente), con una cinematografía digna, una fotografía aseada en sus colores fluorescentes y en su iluminación elaborada (destaca lo mucho que hacen con tan poco en sus decorados interiores y sus efectos CGI con la nave nodriza extraterrestre), con una realización lógica y franca, con una elección de vestuario refulgente, con un maquillaje aceptable, con unas actuaciones solventes (el par protagónico ya demostró encajar a la perfección en sus roles en el telefilm de 2018, pero aquí no tienen un material sobre el papel tan acomodado a sus actuaciones... y milagros no puede hacer, que Meg Donnelly y Milo Manheim no son Meryl Streep y Daniel Day Lewis), pero sobre todo con unas coreografías inspiradas y vivaces que gracias al singular cuerpo de baile consiguen atrapar de tanto en cuanto al espectador más conformista (admito que mis expectativas con este producto eran más bien bajas, así que logró encandilarme en esos pocos minutos de números musicales atractivos). Y digo coreografías porque la música que nos presentan es tan somera como olvidable... pero éste es el Disney de "Camp Rock" (2008), no el de "Mary Poppins" (1964). No digan que no están avisados, es una TV Movie solo recomendable a los más peques de la casa... el resto haría bien en alejarse de ella a no ser que se sea completamente incondicional de su subgénero de "musical Disney Channel" o de sus intérpretes. Pues "ZOMBIES 3" se pone a nivel global en la deshonrosa categoría de "High School Musical", "Camp Rock", "The Prom" (2020) o "Los descendientes 2" (2017) sí de TV movies musicales se trata (y está a años luz de musicales estandartes ("West Side Story" (1961), "Chicago" (2002), "Sonrisas y lágrimas" (1965), "Cabaret" (1972), "Grease" (1978), "Hairspray" (2007)... estos dos últimos con melodramas de instituto por en medio también) o sencillamente amenos como "Mamma Mia" (2008), "Encantada" (2007) o "El gran Showman" (2017).

Lo mejor: Su puesta en escena.
Lo peor: Su guion.
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La leyenda de Tarzán
La leyenda de Tarzán (2016)
  • 5,2
    12.609
  • Estados Unidos David Yates
  • Alexander Skarsgård, Margot Robbie, Christoph Waltz ...
6
Leves aventuras.
Del cuento para niños "Tarzán de los monos" de Edgar Rice Burroughs publicado en 1912 no solo surgieron secuelas literarias, sino un sinfín de productos audiovisuales. Está visión que nos propone David Yates nos conduce por una aventura de intrigas sencillas, tópicas y pronosticables... y con una acción exótica de lo más vistosa y acabada.

John Clayton aka. Tarzán (Alexander Skarsgård) se ve obligado a regresar al Congo que lo crio junto a su ahora esposa Jane (Margot Robbie) cuando es invitado por el Rey de Bélgica para solucionar un conflicto con los nativos de la por entonces colonia del siglo 19. Pero esa invitación esconde encerronas y trampas más vistas que el tebeo (tenemos uno malo malosos encarnado por el siempre solvente Christoph Waltz, cuyo único objetivos es el de siempre: el dinero). El protagonista es un bueno muy bueno, y tiene unas dotes de fuerza más propias de un superhéroe, Robbie es la damisela en apuros, y así podemos seguir en cuestión de personajes que nunca sobrepasan a su arquetipo.

Desde luego el guion de Adam Cozad y Craig Brewer no tiene ni siquiera la altura del largo animado de Disney "Tarzán" de 1999, y con eso lo digo todo. Las aventuras se suceden sin embargo siempre con dinamismo y vehemencia. Todo un entretenimiento de cabriolas, travesías, persecuciones y saltos que se asientan con un desarrollo argumental aceptable, siempre con progreso narrativo decente. Desde luego "La leyenda de Tarzán" no deja apenas lugar para el aburrimiento en el espectador medio, y eso es un punto a su favor. Que el libreto no sea el de "El padrino" (1972) y sea más bien el de "Australia" (2008) o "Furia de Titanes" (2010) (si de aventuras de acción exótica se refiere) es algo que se puede sobrellevar si lo que se espera es un pasatiempo elegante. Pues "La leyenda de Tarzán" lo es, tiene unas actuaciones honestas y habilidosas (Skarsgård, Waltz, Samuel L. Jackson, Robbie, Djimon Hounsou, Jim Broadbent... todos mantiene su nivel actoral de categoría a pesar de contar con unos personajes que no les ofrecen todo lo que pueden dar como intérpretes), posee una realización profusa por parte de Yates (hay una variedad de planos de lo más calibrada a la par que activa y natural), hay una fotografía delicada ya sea en sus imponentes paisajes entre junglas y llanuras o en sus interiores de decorados victorianos, la labor de vestuario y maquillaje es completamente digna, y los efectos especiales son pasables (a ver, no son el portento de "Avatar" (2009) o "El Señor de los Anillos" (2001) pero cumplen su función con eficiencia tanto en los orangutanes animados como en la acción más fantasiosa).

Así pues es una cinta que cuenta con los ingredientes necesarios (premisa curiosa y jugosa (la de Tarzán lo sigue siendo a pesar de haber pasado por tantos y tantos productos de evasión), dirección cabal, gran diseño de producción, planos de espectáculo fastuoso, actuaciones engalanadas y tratamiento argumental eficaz (que no sobresaliente)) para resultar un pasatiempo gustoso... incluso en más de un visionado en el cinéfilo medio. Recomendable si lo que se busca es un rato de distracción lucida (y solo indispensable a los muy aficionados a este personaje literario... o al cine de sus intérpretes o director), absténgase los que busquen unos lances épicos y/o silvestres con la disección argumental de "Braveheart" (1995), "Gladiator" (2000), "El último Mohicano" (1992) o la saga de la Tierra Media de Peter Jackson, porque aquí no encontrarán esa altura de miras. Pues "La leyenda de Tarzán" es más bien un divertimento del tipo de "Jumanji: Bienvenidos a la jungla" (2017), "Australia", "Epic" (2013), "El último Samurai" (2003), "La leyenda del Zorro" (2005) o las sagas de "Piratas del Caribe" o "Las crónicas de Narnia".

Lo mejor: Sus actuaciones.
Lo peor: Su guion.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Whitney Houston: I Wanna Dance with Somebody
Whitney Houston: I Wanna Dance with Somebody (2022)
  • 5,8
    1.561
  • Estados Unidos Kasi Lemmons
  • Naomi Ackie, Ashton Sanders, Stanley Tucci ...
7
Un biopic sobre la gran voz de nuestro tiempo tan correcto como templado.
De la mano de la actriz y directora Kasi Lemmons ("Black Nativity" (2013), "Harriet: Camino a la libertad" (2019), "Madam C. J. Walker: Una mujer hecha a sí misma" (2020)) en este su sexto largometraje nos ha llegado una película dramática y musical basada superficialmente en la vida de Whitney Houston, la mujer con el talento vocal e intuición musical más grande que se recuerde... cuyo final todos (o casi todos) conocemos.

La elección de Lemmons en la dirección no puede resultar más pertinente, dado que cumple con sobrada experiencia a la hora de narrar historias basadas en la vida real de mujeres afroamericanas ("Harriet" me sigue resultando un decente e infravalorado film, y "C.J. Walker" tampoco le va a la zaga) pero tampoco se puede decir que su batuta haya sido capaz nunca de imprimir a sus largos de un estilo narrativo estimulante e imaginativo (desde luego no estamos ante lo que nos regalaron otros autores cinematográficos en otros biopics como "Lincoln" (2012), "Yo, Tonya" (2017), "Oppenheimer" (2023), "Uno de los nuestros" (1990), "La lista de Schindler" (1993), "Mar adentro" (2004) o "El lobo de Wall Street" (2013) entre otras magnas obras).

Y es que contamos en "I Wanna Dance With Somebody" con una realización correcta sin más. Con planos medios y planos/contraplanos siempre fluidos y que no molestan al espectador... pero que tampoco impulsan la narración en los momentos más flojos, tópicos y superficiales (que los tiene) del metraje que se dan todos y cada uno de ellos en el tercer tercio del metraje.

Porque "I Wanna Dance With Somebody" a nivel de libreto comienza con garra y se va desinflando por momentos. La forja de esta artista se enfoca con ciertos instantes singulares, humanos y curiosos... para luego derivar, con su fama ya instaurada, en momentos que nunca llegan a calar en el espectador ni en los dramas ni en las alegrías dado que todo se toca con nulo riesgo (y quien no arriesga no gana), tan "respetuoso" con la artista en cuestión y su entorno que no somos capaces de vislumbrar las potentes luces y sombras en estos personajes poco trabajados y nada enriquecidos. El padre acaba siendo un tópico andante, ciertas personas relevantes en la vida de la artista desaparecen sin más (se ve que Anthony McCarten no quiso ahondar con identificación, cercanía y gusto en los conflictos de la artista con Robyn Crawford (Nafessa Williams) y Bobby Brown (Ashton Sanders)... y por eso se los salta directamente y en el último tercio del film vemos a estos personajes aparecer y desaparecer ya estén a bien o mal con la protagonista). Es, en definitiva, un guion que no quiere mojarse ni en lo bueno ni en lo malo de la vida de esta persona. Y por ello, acaba siendo una película aceptable y elegante pero no una experiencia cinematográfica inolvidable e ilustrativa (a lo "Ray" (2004), "La vida en rosa" (2007) o "En la cuerda floja" (2005) si se trata de biopics nervudos y cómplices sobre cantantes con abuso de sustancias de por medio).

Y así la audiencia va a pasar un rato entretenido de evasión, pero no va a entender ni porque a Houston le gusta su marido o le deja de gustar ni porque comienza una adicción ni porque es capaz de controlarla o no con tanto diálogos falto de chispa y vehemencia. Todo queda demasiado en el aire y eso acaba distanciando al espectador en sus minutos finales.

Y digo minutos finales porque lo cierto es que la película presume en el resto de su metraje de un tempo muy ajustado y concentrado, que intercala la apasionante escalada hacia el éxito de su protagonista con una música imperecedera ejecutada de forma meritoria sobre la escena.

Y es que, por muy vagamente que se describa la vida de esta artista, no deja de ser una vida muy singular con unas actuaciones emocionantes. Algo que la casi debutante Naomi Ackie logra comprender al dedillo y ofrece una configuración de esta Whitney Houston muy natural en su carisma, orgullo y talento. Las canciones son interpretadas en un playback imperceptible, los ademanes de Ackie son maravillosos en cada nota y en cada expresión de rabia, felicidad o desesperanza a la largo de esta vida resumida que nos da la cinta. Tampoco desmerece el resto del elenco que cumple con franqueza en unos roles reducidos de los que incluso algunos sacan algo de petróleo como Stanley Tucci. Hay en el film además una sobresaliente mezcla y edición de sonido, así como una brillante y admirable elección de maquillaje, peluquería y vestuario (que no solo recrea los modelos más emblemáticos lucidos por Houston, sino que dotan de algo más de personalidad al resto de sus personajes en el día a día).

Por todo ello "I Wanna Dance With Somebody" acaba siendo en su conjunto un biopic recomendable como pasatiempo con espectáculo y trama cautivadora casi siempre. Si se la tuviera que juzgar por sus dos primeros tercios estaríamos hablando de algo del nivel de "Ray", pero con esa forma de desinflarse y acabar como un telefilm de alto presupuesto... lo cierto es que es más equiparable en su conjunto final a biopics tipo "Sissi" (1955), "The Queen" (2006), "El quinto poder" (2013), "Florence Foster Jenkins" (2016), "El escándalo de Ted Kennedy" (2017), "Richard Jewell" (2019), "La chica danesa" (2015) o "Gold" (2016), que tampoco está nada mal dicho sea de paso. Desde luego mejor que bodrios abyectos como "Miss Potter" (2006), "Alma salvaje" (2014) o "Amelia" (2009) sí es. Pero no traten de compararla con lo mejor del género que esto no es "Apolo 13" (1995), "Negación" (2016), "Dallas Buyers Club" (2013) o "American Gangster" (2007).

Es una película aceptable para todo público y muy aconsejable para los fans de la música de Whitney Houston o su figura (como admito que es mi caso y tal vez se me haya ido la mano en cuanto a subjetividad a la hora de valorar el film).

Lo mejor: Su primera mitad.
Lo peor: Su segunda mitad.
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Asalto al poder
Asalto al poder (2013)
  • 5,2
    12.456
  • Estados Unidos Roland Emmerich
  • Channing Tatum, Jamie Foxx, Maggie Gyllenhaal ...
5
Una "norteamericamericanada", sí. Pero una "norteamericanada" de reluciente factura.
Dos años después de "Objetivo: La Casa Blanca" (2013) de Antoine Fuqua nos llegó este "Asalto al poder" de Roland Emmerich, un film con la misma premisa y desarrollo que el largo de Fuqua (aunque para hacer justicia, el director de Pittsburgh tampoco fue el primero a la hora de abordar un film de acción en el que el Presidente de los Estados Unidos es sitiado/secuestrado. Y para muestra tenemos "El secuestro del Presidente" (1980), "1997: Rescate en Nueva York" (1997) o "Air Force One" (1997)).

Durante una visita turística a la Casa Blanca, el policía John Cale (Channing Tatum) se convierte en héroe improvisado cuando unos terroristas secuestran al Presidente (Jamie Foxx). Pero no esperen en este secuestro con héroe "inesperado" un desarrollo de humor sagaz e inolvidable a lo "Jungla de cristal" (1988), o una intriga de acción a lo "Black Hawk Derribado" (2001). Esperen más bien un desarrollo que opta por convencional y básico (desde los tópicos personajes (el malo muy malo, su segundo al mando matón, etc.) hasta las obligadas situaciones de rescates y combates en las que los protagonistas sobreviven a explosiones, tiroteos y demás)... lo mismo que sucedió en "Objetivo: La Casa Blanca" con más petulancia y cursilería nacionalista (digo más, pero "Asalto al poder" tampoco evita caer de tanto en cuanto en esos rollos patrioteros un tanto absurdos para con la trama... destacando por su supuesto la escenita de la bandera).

Es por ello, y porque el casting tiene más categoría (el siempre resuelto y sólido Jamie Foxx da más el pego como Presidente que un Aaron Eckhart más impávido en el film de 2013. Lo mismo se puede decir de Tatum comparado con Gerard Butler (que no fue capaz de sortear la ínfima calidad de aquel guion). Y si en "Objetivo: La Casa Blanca" teníamos un secundario de lujo con Morgan Freeman, aquí tenemos a Maggie Gyllenhaal, Richard Jenkins, Jason Clarke o Joey King (si desean comprobar su categoría actoral, dense un paseo por muy recomendable miniserie "The Act" (2019)) por lo que "Asalto al poder" me gana en el pulso particular respecto a su casi gemela "Objetivo: La Casa Blanca".

Con unas actuaciones solventes que se unen a un dinámico desarrollo de los acontecimientos y a una puesta en escena elegante (otra cosa no, pero Emmerich está más que curtido en blockbusters de acción y espectáculo. Y aquí lo confirma), tenemos un pasatiempo tan pronosticable como confortable. Es recomendable como entretenimiento somero, pues "Asalto al poder" resulta un largo aceptable como distracción audiovisual si no se tienen las expectativas demasiado altas.

Lo mejor: Las actuaciones.
Lo peor: Lo rutinario de un guion que no muestra alicientes extras en las dimensiones de los personajes. Que su desenlace redunda un poco entre tanta huida de los protagonistas entre tanto malvado con munición infinita.
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Superman y Lois (Serie de TV)
Superman y Lois (2021)
Serie
  • 6,2
    1.352
  • Estados Unidos Greg Berlanti (Creador), Lee Toland Krieger ...
  • Tyler Hoechlin, Bitsie Tulloch, Dylan Walsh ...
4
Superman y líos familiares demasiado rutinarios y cotidianos.
La última (y parece ser final) serie del llamado "Arrowverso" (que contiene las series "Arrow" (2012-20), "The Flash" (2014-), DC's Legends of Tomorrow" (2016-20), "Supergirl" (2015-) y "Batwoman" (2019-20). Siendo en opinión de quien esto escribe "The Flash" la mejor con diferencia y "DC's Legends of Tomorrow" la más obviable. Aunque el "Titanverso" que abarca las series "DC's Titans" (2018-) y "DC's Doom Patrol" (2019-) supera con creces todo lo que nos puede regalar el "Arrowverso") nos presenta al superhéroe insignie de DC Cómics y la cultura popular (con permiso de Batman, claro): a Superman/Clark Kent (Tyler Hoechlin) que se encuentra en la etapa vital de héroe consolidado en la Tierra y padre de familia junto a una Lois Lane (Elizabeth Tulloch) que ya sabe el secreto de su identidad superheroíca. Y así, este superhéroe combate a los malvados de turno mientras lidia con los conflictos de sus hijos adolescentes y los padecimientos de su sufridora mujer.

Que conste que el planteamiento de "Superman y Lois" me parece de lo más acertado, pues la historia incicial de Superman/Clark Kent la hemos visto todos los aficionados al medio audiovisual de forma notable ya sea en las cintas de Richard Donner y Christopher Reeve o en las series de los noventa con una Teri Hatcher encanando a la mejor Lois Lane de Metrópolis que se recuerda. Por lo tanto hacer avanzar la trama del kriptoniano y sus amigos en la Tierra de forma natural no supone el problema de "Superman y Lois". Tampoco lo supone una puesta en escena confortable, de fotografía elegante, de caracterización de lo más oportuna, de aceptable (que no singular e inolvidable. Eso se lo dejamos a la música de "Lois & Clark" (https://www.youtube.com/watch?v=CTDjZcO6mYw), "MARVEL: Agentes de Shield" o "Black Lightning") banda sonora, y de efectos especiales superlativos.

El problema es que el conjunto no termina de cuajar. Pues una serie de superhéroes se cimenta en varias patas y a "Superman y Lois" le falta una fundamental: unas tramas criminales de indagaciones intrincadas, de giros intrigantes y de villanos multifacéticos y carismáticos. También adolece de unas actuaciones cautivadoras. No me malinterpreten... Tyler Hoechlin resulta un convincente Clark Kent/Superman tanto en su humano torpe como en su extraterrestre atractivo, lo mismo se puede decir de unos naturales Elizabeth Tulloch, Jordan Elsass, Alex Garfin o Dylan Walsh (quien fuera presentado en su personaje en la serie "Supergirl") que encarnan estos roles establecidos del "universo Superman" con tremenda dignidad y solidez. Pero lamentablemente ninguno de ellos es capaz de enriquecer a sus personajes con una imponencia memorable y magnética o con una complicidad innata para con el espectador. Y solo hace falta acercarse a otros productos del mismo corte como "Black Lightning" (2018-20), "Lois y Clark: Las nuevas aventuras de Superman" (1993-95) o "The Flash" para darse cuenta de lo que hablo respecto a actuaciones conquistadoras en héroes o villanos (casos de "Black Lightning", "The Flash" o "Lois y Clark")... o si me apuran incluso de secundarios (caso de Cisco Ramon (Carlos Valdés) en "The Flash", de Cat Gran (Calista Flockhart) o Detective Marciano (David Harewood) en "Supergirl", de Tobias Whale (Marvin Jones III) en "Black Lightning" o de Perry White (Lane Smith) en "Lois Y Clark" entre otros), de la química entre ellos y ya si hablamos de enredos criminales... "Superman y Lois" se queda en pañales respecto a casi todas las series del mismo estilo (que maridan estas tramas con subtramas personales caseras).

En "Superman y Lois" tenemos rollos familiares y de instituto más típicos de "Riverdale" (2017-) que de una serie adulta, mientras que los acontecimientos delincuentes y de investigación periodística se quedan en lo básico y holgazán ("El informe pelícano" (1993) o "The Boys" (2019-) ya les adelanto que esto no es. Pero tampoco es un "Black Lightning" o un "Lois y Clark") con malos muy malos sin nada más que rascar y con topicazos tras topicazos en los temas del día a día en una empresa.

Y es una pena, pues "Superman y Lois" cuenta con varias virtudes en su temática y en su puesta en escena, pero nunca llega a engatusar a la audiencia como entretenimiento de fantasía (muchos aficionados al subgénero superheroíco se van a ver tentados a abandonar el visionado o a ver hacer otra cosa con la serie de fondo). A años luz de productos como "Daredevil" (2015-18), "The Boys", "DC's Doom Patrol", "Héroes" (2006-10), "The Flash" o "DC's Titans" y algo peor que series como "Arrow", "Bruja Escarlata y Visión" (2021), "Supergirl", Lois y Clark: Las nuevas aventuras de Superman" o "Black Lightning"... digamos que se queda en un "Gotham" (2014-19), un "Batman del futuro" (1999-02), un "Caballero Luna" (2022-) o un "Batwoman". Mejor que "Smallville" (2001-11), "Loki" (2021-), "DC's Legends of Tomorrow", "Jessica Jones" (2015-19) o "Iron Fist" (2017-18) sí es, pero eso tampoco era demasiado difícil. Solo recomendable a los muy incondicionales del subgénero de aventuras superheroícas, al público más joven/novel o a los fans acérrimos de Superman (aunque tengan productos mejores en "Superman" (1978), "Lois y Clark: Las nuevas aventuras de Superman", "Superman II" (1980), "La Liga de la Justicia de Zack Snyder" (2021) o "El hombre de acero" (2013). Esto es más un "Superman III" (1983) o un "Superman Returns" (2006)).

Lo mejor: Me quedo con la puesta en escena.
Lo peor: La falta de un villano/a carismático/a y multidimensional...
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Misery
Misery (1990)
  • 7,5
    42.009
  • Estados Unidos Rob Reiner
  • Kathy Bates, James Caan, Frances Sternhagen ...
6
La fan (muuuuuy) chiflada... y nada más.
Rob Reiner ("Algunos hombres buenos" (1992), "El Presidente y Miss Wade" (1995), "Ahora o nunca" (2007), "Cuando Harry encontró a Sally" (1989)) realizó en 1990 la que es a mi parecer (y con permiso de los sobresalientes dramas carcelarios "Cadena perpetua" (1994) y "La milla verde" (1999)) la mejor adaptación fílmica de una novela de intriga y terror de Stephen King (sí, me ha parecido bastante mejor que "El resplandor" (1980), "La niebla" (2007) o "It" (tanto la de 1990 como la de 2017)... tal vez "El cabo del miedo" (1991) sea la adaptación de King que pueda hacerle un poco la competencia).

La premisa nos sitúa cuando el afamado escritor Paul Sheldon (James Caan) ha terminado de escribir su novela en una casa de las montañas de Colorado, cuando regresa a casa tiene un accidente de coche en la nieve y es "rescatado" por Annie Wilkes (Kathy Bates); una "enfermera" obsesionada con el escritor que va dando de una forma muy perturbadora (para con el espectador y el protagonista inválido) instantes de verdadera chifladura y sadismo.

La cinta sabe lo que es en todo momento: un thriller tan eficiente como constreñido. Es decir, que no estamos ante un largometraje de inmensas ambiciones que vaya más allá de su propio género (es decir, que esto no es el suspense con más matices y aristas de "El secreto de sus ojos" (2009), "Prisioneros" (2013) o "El silencio de los corderos" (1991)) pero sí ante una película elegante y disfrutable dentro de su propio tono uniforme de misterio y temor.

Y es que "Misery" sabe medir los tiempos en cada escena a la hora de otorgarnos desasosiego (la audiencia se convierte literalmente en ese prisionero receloso de su carcelera e ingenioso a la hora de planificar sus escapadas) con un juego de planos/contraplanos cerrados y de planos detalle cruciales siempre hacia los avatares criminales y de supervivencia. Una realización usual pero eficaz (todo un acierto los planos recurso tan comedidos de los escenarios exteriores) por parte de Reiner que aprovecha un guion jugoso en su desarrollo argumental (estupenda la adaptación que hace William Goldman de la novela de King. Pues "Misery" se torna en un film que nos va a hacer vibrar se sea o no aficionado a la novela original) que apenas cuenta con puntos muertos o redundantes (el relato evoluciona con una cadencia de lo más agradecida).

Pero gran parte del mérito de infundir esas emociones de turbación o impacto (admito haber soltado más de una vez a la pantalla cosas como "¡qué pu-a chalada!" o "no, no irá a hacer esa burrada, no por favor") lo tiene la colosal actuación de Kathy Bates (su Oscar por este papel no es que fuera merecido, es que era obligado) con unas miradas taimadas que harán temblar al espectador (encarnado por un natural y cómplice James Caan) al no saber si interpretarlas como de una ternura infantil o de una vileza lunática y desquiciada. Un 10 a esas dos actuaciones principales que soportan prácticamente todo el peso del film (las apariciones secundarias de Lauren Bacall, Richard Farnsworth o Frances Sternhagen son sólidas pero se reducen casi a cameos). También tenemos en "Misery" un uso pertinente del piano de Liberace.

Y, aunque la cinematografía no es que sea el sumun del Séptimo Arte (esto no es "Traffic" (2000), "El renacido" (2015) o "Avatar" (2009) precisamente) pues no hay ni un grano pulido ni un uso original de filtros y encuadres, "Misery" acaba con un saldo positivo gracias a ese suspense robusto y progresivo... y esas dos actuaciones que se van sirviendo de contrapunto una a la otra con gran pericia. Como thriller "Misery" se me hace completamente recomendable a todo público adulto (eso sí, el que no soporte este tipo de películas de misterio entre cuatro paredes que ni se acerque) e indispensable para todo aficionado al lore de Stephhen King ya sea en el papel o en el celuloide. Pues, a pesar de no ser una película de incertidumbres y confabulaciones del nivel de "Abre los ojos" (1997), "Los hombres que no amaban a las mujeres" (2009) o "El club de la lucha" (1999)... a nivel global sí es equiparable a "La visita" (2015), "Déjame salir" (2017), "Contratiempo" (2016), "Múltiple" (2016), "El cabo del miedo", "El sexto sentido" (1999) o "La sombra de los otros" (2010). Desde luego mucho mejor que cintas como "Perdida" (2014), "A ciegas" (2018), "Los hombres que no amaban a las mujeres" (2011), "La mujer de negro" (2012) o "Calle Cloverfield 10" (2016) sí es.

Lo mejor: La actuación de Kathy Bates como la loca de los libros es para enmarcar, otorga a su rol humanidad a la par que verdadera indignación. La actuación de James Caan va por detrás pero muy muy cerca de la de Bates (que no deja de tener el rol más lucido).
Lo peor: Diría que el escasísimo sentido del humor de sus personajes (James Caan intenta sacar oro de forma sutil de algunos instantes, pero no tiene demasiado material para trabajar esta vertiente de su personaje) y esa falta de genio en su fotografía.
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3 generaciones
3 generaciones (2015)
  • 5,7
    1.564
  • Estados Unidos Gaby Dellal
  • Elle Fanning, Naomi Watts, Susan Sarandon ...
5
Una tediosa transición.
En su quinto largometraje la actriz, guionista y directora británica Gaby Dellal nos ofreció un drama contemporáneo en el que su protagonista, el adolescente Ray (Elle Fanning), está en camino a transición de ser un hombre (habiendo nacido mujer). Pero para el tratamiento hormonal y las operaciones necesita de la aprobación de sus desestructurados padres (Naomi Watts y Tate Donovan).

El film promete mucho, pues trata un tema (el del camino lleno de espinas de la transexualidad) tan hondo como relevante (el de la propia identidad de una persona). Y sin embargo "3 generaciones" desaprovecha su temática con un desarrollo argumental descafeinado y cargado de resbalones en el tempo narrativo. No digo con esto que estemos ante un guion memo o absurdo, ni mucho menos, el libreto de Dellal y Nikole Backwith trata el asunto de Ray y el abanico de reacciones de su familia con franqueza y naturalidad... pero hay en el film una falta de arrojo en los momentos más positivos y/o negativos del proceso y del rechazo social. Una falta de potencia que, a un largo de ficción (con retales de realidades LGTBI, pero no deja de ser una historia ficcionalizada para el espectador. Esto no es un documental) como éste le hace falta como agua de mayo. A esto se suma que la trama opta por repetir de forma algo hastiante varias de sus situaciones una y otra vez, y Dellal se alarga en silencios accesorios que lo único que aportan son más segundos al conjunto.

Y es una pena, porque los mimbres argumentales están presentes en "3 generaciones", con una tema significativo e interesante para todo público adulto, con unas actuaciones solventes (que no sobresalientes) por parte de Fanning, Watts, Donovan, Susan Sarandon y compañía. Es el reparto el que realza en gran medida el desarrollo argumental, y lo torna con su cercanía y carisma en un producto aceptable en líneas generales. Mientras que la puesta en escena por su parte es del todo digna (hay en la cinta un uso preciso de sus sutiles filtros, una elección musical tolerable, un diseño de escenarios estilizado, una labor de vestuario y maquillaje competente (destaca por supuesto la caracterización del look de Ray), y una realización hábil (que no soberbia) por parte de Dellal en los usuales planos (aunque no faltan ciertos planos detalle y focos alternos entre tanto plano/contraplano y plano medio)). Pero desde luego no es una cinta que llegue al nivel de productos de ficción audiovisuales que toquen el tema de la transexualidad de forma imponente como "La chica danesa" (2015), "Boys Don't Cry" (1999) o la miniserie "Veneno" (2020)... digamos que como cinta de género LGTBI es equiparable a "Rocketman" (2019) o "Moonlight" (2016), y ciertamente superior a desatinos como "Te quiero Phillip Morris" (2010) o "Chloe" (2010). Es solo recomendable a los muy interesados en la T del colectivo LGTBI, o a los fans de alguno de sus intérpretes. Se deja ver gracias al buen hacer de sus actores que nos atrapan por momentos... y gracias al estilo de sus escenarios exteriores e interiores, pero en un segundo visionado se nos puede tornar plúmbea por momentos por culpa de esos vacíos o irregularidades en su ritmo.

Lo mejor: Me quedo con la labor actoral de Sarandon (en un personaje desenfadado e instruido de lo más confortable para con el espectador) o Fanning (completamente mimetizada en su rol masculino de forma innata).
Lo peor: Cuando la cámara de Dellal opta por mantener el plano en las expresiones impasibles de Watts o Fanning (si al menos se alargara la escena en algún instante de emoción esencial) sin ningún tipo de sentido o propósito más que alargar el metraje.
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Toc Toc
Toc Toc (2017)
  • 5,5
    16.906
  • España Vicente Villanueva
  • Paco León, Rossy de Palma, Alexandra Jiménez ...
4
En su formato cinematográfico "Toc, toc" funciona de forma mínimamente tolerable, en su formato teatral lo hace de forma brillante.
De la obra teatral francesa de 2005 que luego tuvo su adaptación española en 2009, nos llegó esta versión patria cinematográfica. Una versión que pierde cierta frescura con el cambio de formato. Y es que esta comedia que trata sobre un grupo de personas con trastorno obsesivo-compulsivo (Paco León, Nuria Herrero, Rossy de Palma, Alexandra Jiménez, Óscar Martínez y Adrián Lastra) que se unen en terapia dando lugar a situaciones estrambóticas... se luce más con actuaciones en directo y en una sala reducida. Mientras que aquí los personajes se dispersan y sus situaciones se diluyen con escenas estiradas o reiteradas sin necesidad (el personaje de Jiménez no necesitaba de tantos minutos en el lavabo, sinceramente).

Y así, "Toc toc" es un producto desleído, sin una comedia disparatada atrevida y continuada. Estamos más bien ante un largo que se hace tolerable gracias a unas actuaciones resueltas y una puesta en escena aceptable y confortable (que no sobresaliente y memorable), y que muy de tanto en cuanto deja alguna risa... pero no gracias a la astucia de sus gags trasladados al celuloide, sino más bien gracias al tempo de sus intérpretes más curtidos (admito que solo la pronta reacción de Rossy de Palma fue capaz de que en cierto instante soltara una carcajada).

A "Toc toc" (salvando cierta distancia con una cinta algo superior) le viene a pasar un poco lo que a "Un dios salvaje" (2011), "Agosto" (2013) o "La duda" (2008) todas magnas obras teatrales y films mediocres a todas luces. Un producto que parece tener todo hecho con el libreto original en el que se basa... y por ello no es capaz de variar lo necesario en su comedia o su drama (o en su realización ya puestos. Pues los usuales (aunque naturales y fluidos) planos de Vicente Villanueva no realzan la comedia) para ser un largometraje de ficción repleto y acabado.

Y eso a pesar de contar con un plantel que solventa sus papeles con cierto carisma y complicidad, y con contar con una banda sonora curiosa y divertida. Pero "Toc toc" carece de otros alicientes que hubieran hecho de ella una comedia no ya destacada (a lo "Fargo" (1996), "Con faldas y a lo loco" (1959) o "Jackie Brown" (1997)) sino recomendable (a lo "Crueldad intolerable" (2003), "Amor ciego" (2001), "Carmina y amén" (2014), "Somos los Miller" (2013) o "Los odiosos ocho" (2015)). Pues el film se queda más bien al regulero (que no horroroso. Afortunadamente esto no es "Condemor" (1996) o "Disaster Movie" (2008)) nivel de "Otra terapia peligrosa" (2002), "Hasta que el cura nos separe" (2007), "Noche loca" (2010) o "Sexo en Nueva York 2" (2010). Es un largo que solo se torna indispensable para los muy incondicionales de las comedias patrias actuales o para algún fan de alguien de su reparto.

Lo mejor: La actuación de Rossy de Palma.
Lo peor: Que el guion no añada nada en su traslación al lenguaje cinematográfico y por el contrario disuelva los grandes momentos de la adaptación teatral de Madrid.
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Top Gun: Maverick
Top Gun: Maverick (2022)
  • 7,0
    27.359
  • Estados Unidos Joseph Kosinski
  • Tom Cruise, Miles Teller, Jennifer Connelly ...
6
En la línea de "Top Gun" (1986)... que ya es algo aceptablemente consistente.
Con la fiebre a la hora de volver a tocar series y películas icónicas (por motivos realmente diferentes) del pasado (y para ejemplo las nuevas versiones y revisiones de los universos de "Matrix", "Star Wars", "Terminator", "Superagente 86", "Los cazafantasmas", "Footloose", "Jurassic Park" y demás), nos ha llegado esta continuación de la película de acción Top Gun" de 1986 que (sinceramente) tampoco era gran cosa en cuestión de calidad ("El padrino" (1972) ya les adelanto que no era precisamente).

Pete "Maverick" Mitchell (Tom Cruise) sigue siendo un osado y galán piloto de combate del ejército norteamericano, y esta vez no será el alumno talentoso del equipo que tiene como objetivo una peligrosa misión... sino que será el instructor de una nueva hornada de jóvenes y avezados pilotos que se enfrentan a otra peligrosa misión.

Hay que reconocer que "Top Gun: Maverick" tiene muy claro su objetivo de hacer entretener con gusto al espectador (cosa que el largo logra sin pestañear)... para bien y para mal. Y es que la cinta no es capaz de elaborar detalles creíbles (todo el romance rosa impostado (una canallada lo de no rescatar a Kelly McGillis para el film porque, según sus palabras, está "gorda y vieja". Tal vez si hubiera estado en pantalla la cosa resultaría algo más natural) se denota forzadísimo en ciertas escenas (Tom Cruise, al que considero un magnífico actor, parece sentirse repelido y asqueado cuando le toca besar al interés romántico de turno) y eso le pesa al metraje. Pero tampoco se quedan cortos esos elementos en los que unos pilotos de cazas pilotan con gafas de andar por casa o encuentran justo la tecnología que necesitan para ser salvados. Muchos deux-ex machinas hay en la cinta) y se pasea por un relato ciertamente pronosticable y bastante estandarizado en este tipo de cinta de acción y drama (el guion es intercambiable con otras cintas de acción con un entrenamiento y una misión como "Mulán" (2020), "La gran muralla" (2017) o "Robin Hood" (1991) (o incluso alguna que otra de James Bond o Misión: Imposible) cambien caballos y espadas por aviones y bombas y tendrán los mismo).

Y aun así, aunque con su previsibilidad constante, su topiquez por momentos y su superficialidad manifiesta, "Top Gun: Maverick" logra ser un pasatiempo inmersivo. Un largo al que no le pesan sus minutos gracias a una combinación de elementos. Gracias a un guion que, aunque ni perfecto ni notable (ni mucho menos), en esta ocasión no se excede en las babas romanticonas impostadas (en eso esta segunda parte supera al film original) y se equilibra entre las subtramas personales y la acción espectacular de ajustado suspense. Gracias a una puesta en escena soberbia, de fotografía de tonalidades ocres muy espabilada (infundiendo optimismo o negatividad cuando lo pide el relato), de realización no solo natural sino sumamente elegante por parte de Joseph Kosinski ("Tron: Legacy" (2010), "Oblivion" (2013)) que se luce especialmente en la composición asceta pero colosal de los elementos escénicos de los planos recurso, de diseño de producción excelso (los modelos originales de aviones (al parecer todo un derroche de pastizal en su alquiler por parte de Cruise para el film) resultan asombrosos, y los escenarios se cuidan con un gusto exquisito), de una labor de vestuario y maquillaje de lo más agradecida (¡qué bien caracterizado está Miles Teller como hijo de Nick "Goose" Bradshaw (Anthony Edwards)!), y de unos efectos especiales espectaculares (con un acabado perfecto y con un sonido imponente).

Pero no le van a la zaga el acierto de casting, pues sus actores se adecúan perfectamente a sus roles (a pesar de que Cruise cada vez está más inexpresivo por culpa del bótox, logra solventar este rol que tampoco le demanda demasiado) desde alguna que otra aparición (nunca mejor dicho) de personajes de la cinta predecesora (los y las adolescentes que se chorrearon en la primera película...
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Mulán
Mulán (2020)
  • 5,0
    12.886
  • Estados Unidos Niki Caro
  • Liu Yifei, Donnie Yen, Gong Li ...
3
Yo no creo en esta Hua Mulán.
Con la fiebre de las nuevas versiones a imagen real de los clásicos animados de Disney (que comenzó con la "Alicia en el País de las Maravillas (2010) de Tim Burton y que ha seguido con mayor o peor fortuna en cuestión de calidad con "Maléfica" (2014), "Cenicienta" (2015), "La bella y la bestia" (2017), "Dumbo" (2019), "El Rey León" (2019), "La dama y el vagabundo" (2019), "Aladdín" (2019) o "Cruella" (2021) entre otras) nos llegó (y no sin ciertas polémicas por su reparto, por la censura china y por su estreno online en pleno apogeo de la pandemia Covid) esta revisión del clásico animado de "Mulán" de 1998 (basado a su vez en la leyenda china de la Dinastía Wei).

Y lo cierto es que, si bien el film mantiene ciertos alicientes para con el espectador, sale perdiendo respecto al largometraje de los años 90. La trama es la misma: una joven (Yifei Liu) del extinto Imperio Chino se hace pasar por hombre para ocupar el lugar de su anciano padre cuando éste es llamado a filas por el ejército. Y así Hua Mulán (Liu) cumplirá su sueño de ser una guerrera a pesar de las imposiciones sociales que querían hacerla ir por otro camino.

La verdad es que esta "Mulán" de 2020 mantiene un argumento tan bonito como jugoso (el de buscar el propio camino para lograr la felicidad propia y el beneficio de los demás... desafiando las rígidas normas sociales, la forja de los valores propios, la construcción del coraje durante el arduo camino de la vida, etc.) y son esas notas de comprensión para con el espectador, así como una puesta en escena lucida por momentos lo que no tornan a este largo en un completo desastre.

El problema viene con que muchos de sus minutos los gasta en redundancias absurdas (el relato se estira sin necesidad a las casi dos horas con escenas repetidas (y para ejemplo los ataques de los malvados a las aldeas o las muestras del talento de la protagonista para asombro de sus compañeros una y otra vez) tornando la experiencia cinematográfica en algo más distante de la esperado. La cinta además no evita algunos diálogos infantiloides (todo lo que envuelve al fallido humor sin ir más lejos) o de superficialidad de lo más artificial. Y con este tempo errático este relevante relato se queda en agua de borrajas.

Así pues las comparaciones son inevitables ya que este producto nace a rebufo de la película de 1998, y esta "Mulán" de 2020 nos priva de ciertas virtudes que la cinta de Barry Cook y Tony Bancroft sí nos regaló con gusto. Y estas son una concisión astuta en su desarrollo argumental (de cuando las películas podían durar menos de hora y media y ser consideradas buenas películas), un sentido del humor sagaz (ya lo sé, todos echamos de menos a Wushu. Pero es que tampoco hay color entre las escenas de bromas entre los soldados de aquel film y éste), un sentimiento hondo en la vertiente dramática... y unos números musicales memorables. Todo esto brilla por su ausencia en esta versión más conservadora y falta de originalidad.

Pero es que como film de entretenimiento independientemente de su película referente... "Mulán" de 2020 también parece una cinta irregular y descafeinada. Con un diseño de producción excelso (su cinematografía es magnífica, la fotografía presenta una elegancia primorosa (ojo a ciertos planos de imponentes paisajes de gran saturación del color, o a cómo Niki Caro aleja la cámara con la composición de elementos escénicos asombrosos (sí, el plano de cierto soldado bajando la escalinata imperial me pareció una maravilla)), el vestuario es gustoso y el maquillaje (con perdón del fallido disfraz de la protagonista) es agraciado) que nos atrapa por momentos, con una temática de cierta atracción, y con unas actuaciones aceptables (digo aceptables porque los secundarios no aportan ni una sola nota de carisma, y porque Yifei Liu no da el pego como para hacerse pasar por hombre, aunque esto no es solo culpa de la actriz (que no es Hilary Swank en "Boys Don't Cry" (1999) precisamente) sino que es en gran medida responsabilidad de la pésima caracterización) "Mulán" de 2020 se va dejando ver si se tiene verdadero empeño sin que haga daño a los ojos, pero desde luego no aporta las dosis de entretenimiento y emoción que sin duda pudo legar. Pues sus errores a la hora de desarrollar la trama son palpables y abundantes. Al final se torna en una cinta solo recomendable a los muy muy incondicionales de los largos de Disney (sean como sean estos). "Mulán" (2020) se sitúa a años luz de "Mulán" (1998), y en cuestión de aventuras familiares Disney a imagen real... digamos que "Mulán" (2020) se pone por debajo de "La bella y la bestia" (2017), "Alicia en el País de las Maravillas" (2010), "Dumbo" (2019) o "Maléfica" (2014). Más bien es equiparable a "Aladdín" (2019), "El Rey León" (2019) o "Cenicienta" (2015).

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: Que el guion diluya tanto su premisa de forma trivial y reiterativa.
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Vuelta a casa de mi madre
Vuelta a casa de mi madre (2016)
  • 5,3
    1.882
  • Francia Eric Lavaine
  • Josiane Balasko, Alexandra Lamy, Mathilde Seigner ...
5
Una vuelta timorata.
Eric Lavaine, director experimentado en la comedia francesa actual ("Poltergay" (2006), "Incógnito" (2009), "Bienvenido a bordo" (2011)) se puso al frente de este largo (con su "paternaire" habitual en el guion de sus largos: Héctor Cabello Reyes) que nos presenta como una hija en paro, cuarentona y divorciada (Alexandra Lamy) se ve obligada a regresar a casa de su madre (Josiane Balasko) hasta que vuelva a levantar cabeza... pero la convivencia entre ambas va a dar lugar a algún que otro enredo simplón y a algunas situaciones cómicas (más escasas de lo esperable).

Y es que, si bien "Vuelta a casa de mi madre" cuenta con una premisa jugosa (con un tema tan en boga como el de los hijos que deben alargar su estancia en el "nido" por culpa de la penosa situación socio-económica que les cae en suerte), un desarrollo argumental lo suficientemente fluido (el film apenas dura hora y media y se desenvuelve con ritmo y evolución), una puesta en escena atildada (a pesar del presupuesto modesto del film, los decorados interiores y exteriores se cuidan con astucia, y lo mismo se puede decir de la labor de vestuario y maquillaje. Y esto le basta a Lavaine que presenta una realización clásica pero orgánica. Pues la banda sonora es completamente obviable), y unas actuaciones insignes (de las actrices de trabajos como "Esa mujer" (2003) o "El potro" (2008) no se podía esperar más que unos personajes con carisma, cercanía y complicidad)... lo cierto es que pisa bastante el freno en el terreno de la comedia hilarante. Es un largo que se conforma con ser simpático y no desternillante, y en el que los momentos de embrollos, de malentendidos y choque entre generaciones no se aventuran al máximo para derivar en un surrealismo desatado y singular. Y basta con observar la mejor (y única) secuencia de humor guasón (que Lamy y Balasko aprovecha de maravilla con sus ademanes y compenetración. Más en spoilers) para echar en falta las mismas dosis de inspiración y arrojo divertido en el resto del metraje (que es agradable pero nunca hilarante).

¡Vamos, que "Vuelta a casa de mi madre" pudo legar una comicidad a lo "Con faldas y a lo loco" (1959), "La boda de mi mejor amigo" (1997), "Aterriza como puedas" (1980), "Atrapado en el tiempo" (1993), "Deadpool" (2016) o "Mientras dormías" (1995) y sin embargo se limita a ser una suerte de "Adivina quién" (2005), "¡Alto, o mi madre dispara!" (1992), "No es tan fácil" (2009), "Doce en casa" (2003) o "Así nos va" (2014). Y esto es una cinta amena y cordial, con actuaciones fulgurantes y situaciones aceptables en líneas generales. Fue un éxito de taquilla en Francia y tuvo secuela en 2021 con peor fortuna comercial (en el caso de la crítica, más o menos tuvo los mismos resultados taciturnos entre los "expertos"). Recomendable a todo público adulto que quiera pasar un rato de distracción inofensiva, solo indispensable a los muy muy fans de la comedia francesa actual (aunque tienen exponentes mejores. Esto no es "Bienvenidos al norte" (2008) ni "La cena de los idiotas" (1998) ni "Samba" (2014), sino que más bien es equiparable a las entretenidas pero olvidables "Sobre ruedas" (2018), "C'est la vie" (2017) o "Salir del armario" (2001)). A ver mejor que comedietas americanas como "Jack y su gemela" (2011) pues sí es, pero no estamos ante la quintaesencia del cine divertido.

Lo mejor: Me quedo con la secuencia...
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Secretos de Estado
Secretos de Estado (2019)
  • 6,5
    5.193
  • Reino Unido Gavin Hood
  • Keira Knightley, Matt Smith, Ralph Fiennes ...
6
No es la primera, pero es igualmente ilustradora y sensata.
De la mano de Gavin Hood ("Tsotsi" (2005), "El juego de Ender" (2013), "X-Men Orígenes: Lobezno" (2009)) nos llegó esta dramática intriga basada en hechos reales. En ella la analista británica del GCHQ Katharine Gun (Keira Knightley) filtra a la prensa un documento secreto sobre como ciertos gobiernos conspiran para que la guerra de Iraq de 2003 se haga realidad.

No es el primer film basado en hechos reales que trata sobre tejemanejes en los estamentos de poder, y cómo una serie de protagonistas aguerridos investigan y tratan de hacer justicia. "Todos los hombres del presidente" (1972), "Los archivos del Pentágono" (2017), "Snowden" (2016), "El quinto poder" (2013) y demás nos han hablado de espías arrepentidos y periódicos que sacan a la luz las inmundicias de los gobierno. "Secretos de Estado" no es una excepción, y mantiene la fórmula acotada de indagaciones y persecuciones que vive su protagonista para tratar de destapar la gran mentira que envuelve a esa invasión de Iraq. El problema del film es esa limitación argumental que acota la historia y la reduce como un evento ilustrativo pero somero.

No hay un pero en "Secretos de Estado" a la hora de perfilar a los personajes (todos cabales y naturales en sus contiendas), y tampoco se puede desdeñar la disección que hace el film de todas las averiguaciones periodísticas ni de todas las tretas de abogados que emplea el guion con suma madurez y complejidad. Pero ahí acaba la cosa en una cinta que pudo ser más cercana a "Negación" (2016) o "Una cuestión de género" (2018) si de litigios relevantes y verídicos se trata, pero que se queda al nivel entretenido y fluido de "Snowden" o "La verdad duele" (2015).

Un film pues que logra evadir con suma facilidad, pero que no se retiene demasiado tiempo en la retina. Un conjunto que cuenta con una cinematografía distinguida, unas actuaciones solventes, una orgánica (que no memorable) realización, un ritmo fluido (que no brioso) y una elegante (que no sobresaliente) puesta en escena. La banda sonora por su parte es completamente obviable. Pero el punto fuerte de la cinta es su libreto que agarra de forma momentánea a todo público adulto que desee pasar un rato de distracción e información (la emoción o el humor se lo dejamos a cintas que también cuenten con estas aristas).

Lo mejor: La pormenorización que hace el guion de las averiguaciones periodísticas.
Lo peor: Que el guion no abarque algo más de dimensiones argumentales.
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Objetivo: Washington D.C.
Objetivo: Washington D.C. (2019)
  • 5,4
    5.677
  • Estados Unidos Ric Roman Waugh
  • Gerard Butler, Morgan Freeman, Piper Perabo ...
4
Una saga muy en su línea... que es la mediocridad.
La tercera entrega de esta saga de acción que siempre envuelve al Presidente de los Estados Unidos (ahora Morgan Freeman tomando el relevo de la encarnación de Aaron Eckhart) y a su guardaespaldas predilecto (Gerard Butler) en un intento de asesinato y una conspiración de terroristas y francotiradores varios, está dirigida esta vez por el responsable de las comerciales (y arquetípicas) "El mensajero" (2013) o "Greenland" (2020).

El guardaespaldas Mike Banning (Butler) del Presidente Trumbull (Freeman) se ve envuelto junto a él en un atentado junto al Presidente cuando éste se encuentra a las afueras de Washington DC pescando. Al atentado sobrevive el protagonista junto al presidente, es entonces cuando Banning es puesto en la diana e inculpado por los terroristas. Comienza entonces una carrera para apresar a los verdaderos culpables y limpiar su nombre. Pero en "Objetivo: Washington D.C." no esperen que culpabilicen a alguien injustamente y éste lo resuelva con la pericia y las vicisitudes en circunstancias y personajes a lo "El mito de Bourne" (la cinta de 2004 no es que sea recomendable a todo público adulto, es que es imprescindible)... más bien esperen un desarrollo argumental con el nivel de "La sombra de la sospecha" (aquella cinta de 2006 tiene, por cierto, un argumento exacto a la cinta que nos ocupa). Con un trabajo mínimo hacia sus personajes (que son completamente básicos y unidimensionales) y a las situaciones tan previsibles (y diría que hasta infantiles) que protagonizan.

Tiene "Objetivo: Washington D.C.", eso sí, un progreso de los acontecimientos (por muy simples y estereotipados que estos sean) ágil (bastante más ágil que en "Objetivo: Londres" (2016), aunque realmente similar a lo acaecido en "Objetivo: La Casa Blanca" (2013)), que hace del film un entretenimiento eficiente en casi todo momento si no se tienen altas expectativas (insisto en que quien espere encontrarse aquí con "Jungla de cristal" (1988), "El caso Bourne" (2002) o "Skyfall" (2012)... se va a llevar un gran chasco).

Es ese pulso narrativo vital aunado a una puesta en escena aceptable (que no sobresaliente), con coreografías de acción habilidosas, dignos efectos especiales, un maneja de la cámara atinado siempre (aunque no resulte singular en ningún momento) y unas actuaciones naturales (el personaje de Eckhart tan santurrón no se echa en falta, y la incorporación de la carismática Jada Pinkett-Smith siempre es un realce para cualquier producto, aunque sea tan trivial e insulso como éste. Mientras que Freeman mantiene su nivel de robaescenas (aunque ha tenido secundarios con más jugo con los que trabajar) y el escocés Butler aporta la firmeza que acostumbra).

Es "Objetivo: Washington D.C." pues, una distracción pasajera. Que no molesta ni emociona, y que solo sirve como amenización si se es especialmente aficionado al cine de acción e intriga de tópicos norteamericanos (basta con observar el cartel de la cinta con la pistola y la bandera estadounidense para aventurar lo que nos espera). El resto de público puede desconectar sin remedio en algunos minutos de obligadas persecuciones y peleas (pues el tema de la trampa hacia el protagonista se lleva con bastante brío por norma general como para que nos seduzca lo suficiente), y tiene (sin lugar a dudas) cintas del mismo tono mucho más indispensables ("Black Hawk derribado" (2001), "Jungla de cristal" o "El ultimátum de Bourne" (2007) sin ir más lejos) o recomendables ("Misión: Imposible" (1996), "Casino Royale" (2006), "Superdetective en Hollywood" (1983), "Venganza" (2008), "Spectre" (2015) o "Misión imposible: Nación secreta" (2015) entre otras). "Objetivo: Washington D.C." es más una "La fría luz del día" (2012), una "Misión imposible: Protocolo fantasma" (2011) o una "Sin salida" (2011) de la vida.

Lo mejor: Que esta vez no abusa tanto de las odas patrioteras absurdas como en las cintas predecesoras.
Lo peor: Que mantiene la mundaneidad en el tratamiento argumental de la trama de acción e "intriga" (por decir algo, pues el film es completamente pronosticable en cada escena).
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