Una película que se titula “Esto no es una película”. Ya de primeras llama la atención y dan ganas de saber más, ¿eh?. Aunque es importante no confundirla con “Esto no es otra estúpida película americana”, la cual resultó ser otra estúpida película americana que no merecía la pena. Muy al contrario que la no-película que nos atañe.

Érase un director de cine iraní llamado Jafar Panahi. Empezó a dirigir películas a mediados de los 90, y a ganar premios en Cannes, Venecia y otros sitios inmediatamente. Una década después, de improviso, se dejaron de estrenar películas suyas. No es que se le fueran las ideas, ni que se volviera vago, al contrario, lo que ocurrió es que el Gobierno de su país se fijó en él y en los contenidos que tenían sus trabajos, los cuales consideró “peligrosos”, y empezó a hacer todo lo posible por impedirle dirigir nada más. Después de censurarle varios guiones, y tras varios procesos judiciales, en 2011 nuestro director estaba al borde de una pena de 6 años de prisión, y una prohibición expresa de no volver a dirigir películas durante dos décadas.

Es más, hasta que la vista llegara a algo, no le tenían permitido ni siquiera salir de casa. Pasaban los días y los meses esperando a que la sentencia llegara, y él estaba aburrido, confinado entre las paredes de su hogar, sin tener nada en lo que ocupar su tiempo. Los guiones de las películas que jamás había llegado a realizar empezaban a coger polvo en las estanterías. Y tuvo una idea: le habían prohibido dirigir, le habían prohibido conceder entrevistas, le habían prohibido salir de su casa, pero no le habían prohibido actuar ni leer un guión delante de una cámara. Así que llamó a un amigo suyo, de nombre Mojtaba Mirtahmasb (no os sentáis culpables si no podéis pronunciar bien estos nombres), que casualmente estaba grabando un documental sobre los iraníes que no pueden dirigir cine, y le pidió que se acercara hasta su casa, donde se pondría a relatar delante de la cámara uno de sus guiones no realizados.

Y el resultado de lo que grabaron durante ese día, tuvo bien cuidado de titularlo “Esto NO es una película”, como diciéndole a los señores jueces que en realidad no había incumplido su prohibición.

Después del visionado, se nos aseguró a los asistentes del pase de prensa que este breve filme está más guionizado de lo que parece, que muchas de las cosas que parecieron improvisarse ese día estuvieron en realidad en preparación y rodaje durante al menos un mes. En ese caso se trataría del “falso” documental más verídico que he visto en mi vida (más que nada porque los datos que aporta, como el estado personal de la vida de Panahi en esos momentos, son claramente reales). Es debatible, pero explica la clara estructura narrativa con la que nos encontramos.

Es una entrada única en la filmografía de Alfred Hitchcock, ya que el maestro del suspense jamás metía elementos puramente sobrenaturales en sus obras. Todas las demás están asentadas en el "mundo real", y todos sus misterios, por muy raros que puedan parecer, suelen resolverse con una solución lógica. (Véase "Vértigo", que durante la primera mitad parece estar vendiéndonos una historia de fantasmas que luego desemboca en otra cosa). Pero no ésta.

Ésta trata sobre el fin del mundo bajo las garras de los pájaros. pero eso sí, empieza de una manera muy modesta, muy tranquila. Se permite a sí misma muchísimo tiempo para construir sus personajes apropiadamente (si no lo supiéramos, podríamos pensar que estamos ante el principio de una comedia romántica de la época) y para mostrar un mundo realista y creíble antes de que empiecen los ataques. Una chica se embarca en una aventura amorosa para darle una sorpresa a un chico... que vive con su hermana pequeña y su madre posesiva. A Hictchcock le gustaban mucho las madres posesivas, ¿no? (Véase su obra maestra, "Psicosis", de 1960). Como digo, tardan mucho en llegar los ataques de los pájaros, y una vez que éstos comienzan son muy graduales y no llegan a niveles realmente peligrosos hasta ya pasada la mitad del metraje.

Me dijeron que los efectos visuales están muy pasados de moda, incluso que hoy en día sólo se la podría considerar de serie B. Nada más lejos de la realidad: una auténtica película de serie B jamás podría aspirar a hacer algo con tanto arte, tantas escenas memorables.
Sólo hay dos escenas en las que se nota realmente que los pájaros están dibujados por encima (Realmente son dibujos animados realizados por Ub Iwerks, el verdadero creador original de Mickey Mouse, un genio también de la mezcla de acción real y animación), pero no distrae ni molesta demasiado; no es fácil que te distraigan de la atmósfera que se ha ido creando.

No hay banda sonora en absoluto. Esto le da realismo a la primera mitad, y muchísima tensión a la segunda, especialmente durante ciertos ataques en la casa, cuando sólo se oye el poderoso sonido de los pájaros graznando y picoteando fuera.

Una cosa que se me ha pasado por la cabeza: Los protagonistas defendiéndose del ataque en aquella casa, a base de colocar maderas en las paredes, se ha convertido en un cliché de las películas de zombies... Pero la primera en la que apareció algo así fue "La noche de los muertos vivientes" de 1968, el clásico que revolucionó el subgénero, cinco años después de "Los pájaros". Curioso, ¿no?

Una de las tres últimas películas que dirigió mi adorado Alfred Hitchcock, y una de las más extrañas si tenemos en cuenta el resto de la filmografía del maestro del suspense y el escapismo.
Este thriller de espías está ambientado en la crisis de los misiles de Cuba de 1962 y tiene una carga increíblemente política, lo que la convierte en una víctima de su época que podemos ver de dos formas: O bien es una aburrida propaganda que ha envejecido mal, o bien es una interesante cápsula temporal.

La propaganda consiste en que los buenos siempre son los americanos y aquellos que se alíen con los americanos. Pero eso también podemos achacarlo a que el director siempre ha sido un pelota hacia el país que esté pagando por sus películas. La primera mitad de su filmografía fue producida en Inglaterra, y en ellas los buenos siempre son los ingleses, especialmente cuando se trata del género de espías ("Los 39 escalones", "Alarma en el expreso"), así que es normal que cuando empezara a trabajar para Estados Unidos, éstos pasaran a ser los protagonistas.

Es un poco liosa porque en gran parte de su metraje no tiene un protagonista principal (lo más parecido a ello es el personaje de André, pero no lo tenemos tanto tiempo en pantalla), e incluye muchísimos viajes entre países, hasta tal punto que casi es una visita guiada por el mundillo político de la época. Aparecen rusos, ingleses, franceses, cubanos y americanos (todos ellos hablando siempre en inglés entre ellos en la versión original independientemente de su nacionalidad, lo cual siempre me ha parecido absurdo).

A continuación os cuento el argumento de pe a pa tal y como yo lo he percibido, incluyendo spoilers:

"En 1984 el director alemán Phillip Gröning pidió permiso a la Orden de los Cartujos para rodar una película, en el interior de uno de sus monasterios. Le dijeron que era demasiado pronto. Quizás más adelante. Dieciséis años después recibió una llamada. Había llegado la hora..."

En un evento sin precedentes, permitieron a alguien que no era de la Orden vivir allí durante 4 meses, durante los que grabó él solito todas las imágenes para el documental, y luego estuvo dos años y pico editándolo.

El resultado son 160 minutos de película que muestran la vida de los monjes: Cómo aceptan nuevos monjes aprendices, cómo comen, cómo duermen, cómo se lavan, cómo se rapan el pelo cada dos por tres, cómo salen de vez en cuando a charlar entre los árboles y jugar con la nieve, y sobre todo, cómo rezan, y rezan, y rezan y rezan. En silencio. Todo esto sin narrador ni sonidos adicionales, ni mucho esfuerzo por resumir el metraje. Ocasionalmente un par de cartelas sobre negro del estilo "Señor, me has seducido y me he dejado seducir", o "Dios es infinitamente bueno", ese tipo de cosas.

Puede servir su objetivo a un cristiano como experiencia espiritual, compartiendo por tres horitas la vida de aquellos que se la dedican enteramente a Dios, rezando en silencio con serenidad, reflexionando sobre las formas milagrosas que hay en la luz y la oscuridad y la naturaleza en general.

Para un ateo como yo quizá podría resultar interesante conocer a los cartujos, por curiosidad... durante media hora como muchísimo, o más si me das algo de ritmo, pero por lo demás esta peli es insoportable. No me la he podido ver entera; he aguantado los primeros 15 y los últimos 10 minutos, con varios fragmentos entre medias.

No recomendable ni a tiros para nadie que no sea profundamente cristiano (no religioso en general, sino cristiano en particular) y muy paciente.

Osea, que la mayoría de los mortales que poblamos este diminuto puntito azul, que se abstengan. Y hagan algo mejor con sus vidas.

No dejéis de leeros la fenomenal crítica de Xavier "El Listo" Águeda en esta misma página.

No estoy especializado en las películas del Oeste en general, ni en las de John Ford en particular, lo cual se considera pecado mortal en ciertos círculos sociales por los que me muevo. Concretamente tengo pendiente de ver el clásico "La Diligencia", realizada por el mismo director 30 años antes que "Dos cabalgan juntos", y que aparentemente revolucionó el género western en general y ciertos tópicos en particular.
La única otra peli que he visto de John Ford ha sido "El Delator", que está bastante bien pero no tiene absolutamente nada que ver con lo que es el western.

También es la primera vez que veo a James Stewart de vaquero. Le he visto de héroe sufrido en varias películas de Hitchcock y de deprimido (des)afortunado en "Qué bello es vivir", pero nunca de vaquero sheriff antihéroe escupe-suelos y divertido contestón. Aquí comparte protagonismo con otro actor llamado Richard Windmark, con cuyo personaje se lleva fatal a priori, pero ambos son emparejados para una misión y se ven obligados a dejar atrás sus diferencias; muy al estilo de las pelis de parejas de policías a lo "Arma Letal".

El estilo de dirección de Ford por alguna razón me recuerda al revolucionario animador/dibujante Osamu Tezuka, porque es suave, directo, divertido, gracioso, casi infantil en algunos de sus diálogos, pero si te paras a pensarlo en el fondo te está contando una historia bastante dura (con muertes de niños de por medio y tal) e incluye una reflexión (espero) sobre tolerancia, antropología, y los difíciles tiempos en los que transcurre la historia.

Argumento:

¡Que no os engañe el título! ¡Esto no va de un ángel caído que se pone a matar gente a diestro y siniestro! Para darse una pequeña idea sobre el argumento real de esta película, fijáos más en el título que iba a tener originalmente según los créditos iniciales: "Los náufragos de la calle de la Providencia".

¿De qué va realmente? Muy fácil decirlo, no tan fácil explicarlo. Un grupo de amigos y familiares de la alta sociedad se juntan en una casa para cenar juntos. Pero a la hora de dar por terminada la reunión, nadie puede irse.

Es una idea brillante.

Vosotros sabéis estos tópicos de las películas de terror, ¿verdad? Juntar a varias personas en un espacio cerrado y luego impedirles marcharse con alguna excusa. Por ejemplo, ¡hay una horda de zombies ahí fuera!, o, ¡un psicópata ronda por aquí cerca y nos está matando uno a uno, pero todas las vías de escape están cortadas!
Me encantan ese tipo de películas. Lo interesante no es siempre la razón por la que están atrapados, ese elemento de terror, ese psicópata, esos zombies. Lo realmente interesante es la microsociedad que se forma ahí dentro, las relaciones entre las personas que están siendo obligadas a compartir una experiencia extrema. Un buen ejemplo reciente es "La Niebla", de Frank Darabont: ¡No podemos salir, porque fuera hay monstruos! Pero, esperad... ¡Los verdaderos monstruos somos nosotros, que nos estamos destruyendo a nosotros mismos!

El Ángel Exterminador cuenta el mismo tipo de historia, pero con un giro inesperado. Ojo al dato: Nadie sabe por qué no pueden salir. Sencillamente, no pueden. No es que la puerta esté cerrada, no es que haya algo terrible fuera. Lo único es que siempre encuentran una excusa para no hacerlo.

Pasa un día, y otro, y se les empieza a acabar la comida y la bebida, y discuten entre ellos e incluso muere gente... Y, en la calle, los policías, los bomberos y los transeúntes curiosos se preguntan qué es lo que está pasando en el interior de aquella vivienda, por qué no salen, por qué no se comunican con el exterior... pero tampoco se atreven a entrar. En todo el metraje, no se da ninguna explicación coherente al hecho de que nadie puede salir o entrar en esta sencilla casa. Los personajes, mediante diálogos, presentan varias hipótesis al respecto, pero la mayoría son contradictorias y poco definidas.

(CONTINÚO EN EL SPOILER, SIN SPOILER)

Esta peli la visto en el primer pase de prensa al que he ido nunca, casi dos meses antes del estreno oficial en España. ¡Yay, qué ilusión!

Así que esta es la primera película en la que aparece Daniel Radcliffe después de interpretar durante diez años a Harry Potter...

Radcliffe sufre de la misma condena que todos los actores que han interpretado a, por ejemplo, James Bond; es decir, siempre le vamos a relacionar, por lo menos un poquito, con el personaje que le hizo famoso. Pero él no es tonto, está haciendo todo lo posible por huir de ese estigma y escoger papeles que le alejen de esta comparación. Ya lo hizo antes cuando se desnudó en escena con Equus. En este caso también parece haber escogido un buen guión para el efecto, y no lo hace mal.

En "La Mujer de Negro", interpreta a un personaje llamado Arthur Kibbs, un joven abogado que hace ya cuatro años que es padre. Teniendo en cuenta que el actor tiene la misma edad que yo... Calculo que el hijo lo habría tenido a los 19 años. Me da la impresión de que se supone que Kibbs es más adulto que todo esto. Y es un hombre atormentado, pues su mujer murió en el parto. Está caracterizado de una manera razonablemente distinta a la que nos tiene acostumbrados, sin gafas y con unas patillas cuidadosamente perfiladas, que terminan en punta.

Bueno, ¿de qué va esta película?

El jefe de Arthur Kibbs le encarga que se vaya a un lejano pueblecito abandonado de la mano de Dios para solucionar un tema un poco difuso relacionado con una herencia. Le reciben más o menos de una manera tan amable como al protagonista de "La Sombra sobre Innsmouth", es decir, insistiéndole una y otra vez en que se vuelva a Londres cuanto antes, que no pinta nada allí, y que si se queda lo va a pasar mal.
Pero por lo visto este abogado es el más testarudo de su profesión, así que se empeña en resolver esta tontería de caso aunque le vaya la vida en ello.
Y así, decide pasar un par de noches en una casa abandonada que hay en un islote al que sólo se puede acceder cuando la marea está baja.
Una casa habitada por un espíritu maligno que, por venganza, ansía la sangre de todos los niños del pueblo...

Nos encontramos ante una historia básica de fantasmas. Es una de terror, pero evidentemente no de las que se apoya en grandes cantidades de sangre y gore, sino de las atmosféricas, de las, digamos, psicológicas. La historia en sí no es nada del otro mundo, pero está dirigida y fotografiada de una manera muy decente. Es verdad que se apoya muchísimo en los sustos fáciles, lo cual es una técnica bastante rastrera pero efectiva.

El montaje de sonido es muy importante para que funcionen las cintas de este género, y aquí desde luego los responsables han hecho un excelente trabajo. Si la veis, que sea en el cine. O en una buena televisión con las luces apagadas y el volumen a tope.

(CONTINÚO EN EL SPOILER, SIN SPOILER)

"Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte II" la pudimos ver durante las vacaciones de verano de 2011. Esto de que la hayan partido en dos ha sido en parte por ganar más dinero y en parte porque los fans lo estábamos pidiendo, para concluir la aventura en una nota alta.

Esta es la entrega final y definitiva. Y no va a haber más. A no ser que J.K. Rowling o Warner Bros enoquezcan de repente, claro está.

Todas las anteriores películas (incluyendo la "Parte I") tienen lugar a lo largo de todo un año, pero esta se centra principalmente en los acontecimientos que suceden durante sólo un par de días, que consisten en el clímax de la historia.

Y quedaban por destruir todavía 4 de los 7 "horocruxes": Una copa, una diadema, la serpiente, y el propio Voldemort. Y además resolver el "misterio" de las tres "Reliquias de la Muerte", la mayoría de las cuales ni siquiera tienen que ver con Voldemort. Y sí, todos estos cabos sueltos los dejan para el clímax, para que se resuelvan durante una extendida batalla final a lo "El Retorno del Rey", durante las últimas dos horas de la saga. Y se resuelven, uno detrás de otro. Hasta hay tiempo para nuevas incógnitas (¿Harry se tiene que morir sí o sí, o no, en qué quedamos?) que por supuesto también consiguen resolverse en el trancurso de este explosivo drama.

Como os podéis suponer, esta es una peli muy diferente a la lenta y atmosférica entrega anterior. Es la entrega más intensa de la saga. Bueno, quizá no la que más; ese honor se lo debería llevar "El prisionero de Azkaban", que también se toma su tiempo durante el clímax.

Esta no es una entrega perfecta, ni mucho menos. Los primeros 20 minutos con el robo al banco ahuyentarían a todo el que no fuera fan, pero luego, desde que regresan al castillo… Buf.

En fin. Es el carpetazo a una saga que ha estado entre nosotros desde 2001 en cines y desde 1997 en libros.

Podían haber salido muchas cosas mal en el traslado del papel al celuloide durante todos estos años. Había por ejemplo el temor de que los niños protagonistas tuvieran que dejar la saga por alguna u otra razón. Leí en una entrevista que Radcliffe tenía miedo de que le echaran cuando llegara a la adolescencia y le salieran granos. Y así, podrían reemplazar a alguno de los actores, como han hecho siempre con la saga de James Bond. Pero al final, de todos los actores, solamente han tenido que reemplazar a Richard Harris, por razones de causa mayor.

Por suerte, estas pelis no han tenido sólo un gran éxito comercial, sino que han cumplido todos los objetivos artísticos que sus productores se habían propuesto.
Han sacado ocho películas que pueden presumir de un estilo muy constante, un argumento muy consecuente, y un universo coherente.

Incluso a los detractores de la saga les gustará la existencia de esta película, simplemente por el hecho de que es la última. Y para los fans como yo, es una fenomenal carta de despedida.

2007 fue un año espectacular. El 10º aniversario de la primera novela, que se había publicado en 1997… Vimos la publicación de la séptima. La novela final.
Tuvo, por supuesto, un éxito impresionante, con interminables colas de gente que ya lo había reservado de antemano.
Y valió la pena la espera, porque es muy buena.

Poco después de leerlo, conocimos la buena noticia: ¡La adaptación cinematográfica de este libro iba a ser dividida en dos partes! Esta fue una buena idea que ya se habían planteado con la descomunal cuarta entrega, y que ahora se podían permitir ya que se encontraban en la recta final de la serie, el último capítulo. A todos los fans esto nos hizo mucha ilusión.

"Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte I" la pudimos ver en las navidades de 2010.

Pero a la hora de dividir la historia, no lo hicieron exactamente por la mitad, sino que la primera parte cubre la mayor parte de la novela, mientras que en la segunda y última solamente veríamos adaptados los 13 últimos capítulos (correspondientes prácticamente en su totalidad a la batalla final).

Así que la "Parte 2" relataría tan sólo el último día, el clímax de la aventura de nuestros héroes, mientras que esta "Parte 1", al igual que el resto de películas, resumiría una serie de acontecimientos que tienen lugar a lo largo de todo un año.

Pero esta es una peli radicalmente distinta a las anteriores, mucho más dura. Cada entrega había sido más oscura que la anterior (y las campañas promocionales y la prensa habían hecho gran eco de este aspecto de la saga a lo largo de los años), pero en esta los protagonistas ni siquiera pisan en ningún momento el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, tan prominente en todas las anteriores aventuras, sino que tienen que pasarse todo el año huyendo, escondiéndose, sin saber a donde ir.

Esta entrega no es apta en absoluto para niños y niñas impresionables, lo cual contrasta un montón con el tono familiar y, por qué no decirlo, algo infantiloide de la primera entrega de la saga, "La piedra filosofal". Tiene duras escenas de muerte, y de tortura física y psicológica, y nuestro protagonista pasa por un verdadero tormento al tener que plantearse la lealtad que debía a quienes creía que eran amigos suyos.

Por otra parte esta historia y su ritmo narrativo tienen mucha más sensibilidad y es más íntima, pudiéndose centrar en las relaciones entre los tres personajes principales y sus respectivos dramas, todo ello acompañado de unas localizaciones preciosas, que parecen un anuncio de montañismo en Inglaterra.

En 2009 nos trajeron la penúltima entrega de Harry Potter, también dirigida, claro, por David Yates.

El libro y la peli en la versión original se titulan "The Half-Blood Prince", que significa "El Príncipe Mestizo", pero en España les cambiaron el título por "El misterio del príncipe". ¿¡Por qué!? ¡Es un título mucho menos interesante y mil veces sugerente! Por más que le he dado vueltas a lo largo de los años, no he conseguido descubrir una explicación coherente a este innecesario cambio de título.

Pero centrándonos en el contenido: Tanto la novela como la película tienen algunos de los fallos de "La Órden del Fénix" (la anterior entrega, que es la que más odio de toda la serie con diferencia). Tenemos muchísimas hormonas en esta pobre sombra de Física o Química, al final de la cual cada uno de los tres protagonitas deciden con quién van a vivir en resto de sus vidas.

Pero esto se lo perdonamos porque gran parte de la historia también se centra en contarnos el oscuro pasado de Lord Voldemort.

Los últimos episodios del libro son increíbles, y básicamente nos preparan para la próxima entrega, que ya sabíamos que iba a ser la última.
Y en cuanto a la peli, el director va aprendiendo y la dirección artística es mucho más interesante.

Ya sólo quedaban tres adaptaciones cinematográficas para terminar la serie (La Órden del Fénix, el Misterio del Príncipe, y las Reliquias de la Muerte).
Y Mike Newell, el director de la anterior (El Cáliz de Fuego) decidió dejar la franquicia, como Chistopher Columbus y Alfonso Cuarón antes que él, y así los productores tuvieron que buscarse a otro director.

Y se dijeron a ellos mismos:
-¡Esta vez tenemos que encontrar a alguien que no se raje! ¡Que no nos haga una o dos películas y luego se pire!¡ El siguiente director que cojamos, por nuestros huevos que se queda para las tres últimas películas que quedan! ¡Hombre ya!

Y los fans estábamos tal que así:
-¡Oh, adorados productores! ¿Qué otro director famoso y de gran trayectoria nos vais a traer para dirigir las tres últimas películas que faltan y convertirlas en grandes clásicos?
Y los productores dijeron:
-Hemos cogido a este tío, que se llama David Yates.
Y nosotros nos quedamos así:
-¿Pero ese tío quién es? ¿Qué pelis ha hecho?
-Pues no ha dirigido un largometraje en su p*ta vida pero, ey, ha hecho un par de telefilmes.
-Pero… ¿no tenéis miedo de que os convierta Harry Potter en una especie de miniserie televisiva trasladada al cine?
-Puah, a estas alturas qué mas da. Hagamos lo que hagamos nos vais a seguir comprando las entradas igual…
-Pero oye, que somos los que os damos de comer, nos merecemos un respeto...
-¡¡Besad la punta de nuestros zapatos como hacéis siempre, perras!!
-Bueno, vale...

Y previsiblemente, el resto de películas que se hicieron, todas a manos de este nuevo director, dejaron de tener esa pinta de blockbuster con esa dirección tan cuidada y tan espectacular de las anteriores entregas, y pasaron a ser… telefilmes de alto presupuesto.

Voldemort ya volvió, pero está escondido entre las sombras y no quiere salir de ahí, y por tanto nadie en el mundo de los magos se cree en su regreso. Pero no nos centramos tanto en ello como en las hormonas del catorceañero Harry y en si besa o no besa a esa chica llamada Cho Chang…

Tengo que admitir que una de las decisiones que los productores tomaron respecto a esta peli fue buena: A pesar de ser la adaptación del libro más largo y aburrido, esta es la peli más corta, con sólo unas dos horas de duración, quitando mucha de la morralla y dejando sólo lo esencial.

Por otra parte, también se dejaron en el papel una de las pocas escenas buenas del libro, la persecución final entre las salas misteriosas del Ministerio. Esta escena, en el libro, es mil veces más compleja e impactante.

Pero por mucho que se tratara de un resumen del libro, la peli aún se hace extremadamente aburrida y lenta. No sé cómo lo consiguieron. Otra de las diferencias de este director respecto a los anteriores es que perdió el ritmo totalmente, dejándonos una narrativa mucho más tediosa, y no se volvió a recuperar jamás.

“La Órden del Fénix” para muchos es la peor de las novelas, y para mí también la peor de las películas.

Para entender la historia de las películas de esta saga, hay que conocer también la de los libros.

"El Cáliz de Fuego" en concreto marca un antes y un después en la serie. De los siete que hay, es justo el que está en el medio. (Fíjate: Hay tres delante de él, y tres después de él).

La fama de los tres primeros libros fue gradual pero, debido a ellos, el 4º se convirtió en un auténtico récord de ventas en cuanto salió, agotándose enseguida en todos lados. Esta entrega es bastante digna de mención porque cambia muchas cosas. Para empezar, el tamaño del libro.
Los primeros tres son de un tamaño, bueno, respetable para que lo soporten los niños, y hasta se los lean enteros, pero el cuarto de repente tuvo una longitud enorme comparada con los anteriores.
La gente se preguntaba cómo la autora lo había escrito tan rápido. ¿Un año ha salido el 3º y al siguiente ya tenemos este tochazo?
¡Toma ya! Está claro que Rowling ya tenía estos cuatro libros bastante avanzados para cuando le dieron luz verde al primero.

La serie entera se divide en dos grandes mitades, en cuyo interludio se encuentra esta entrega, que marca una transición y contiene elementos que de hecho no son comunes en ambas mitades. Esto lo describo con más detalle en la sección de "Spoiler".

El director de la versión cinematográfica de esta entrega fue Mike Newell, internacionalmente conocido por “4 bodas y un funeral”. Curiosa elección para una película de Harry Potter.

La novela, como he dicho, es larguísima (literalmente mucho más larga que las dos primeras juntas) y tiene muchísimo material, así que los productores estaban planteándose seriamente cortarla en dos partes y sacar así dos películas.
Y cortarla en dos la verdad es que le habría venido muy bien a esta entrega, y habría dejado respirar a una historia en la que ocurren muchas cosas. Pero al final los productores decidieron condensarla en una sóla película.

Mi teoría es que se leyeron el 5º libro y pensaron: "Si dividimos el 4º en dos pelis, nos vemos en la obligación de dividir también el 5º y después el 6º... ¡menudo suicidio!". Porque la 5ª novela, a pesar de ser aún más larga que la 4ª, es mil veces más aburrida y de hecho suceden en ella muchos menos acontecimientos importantes.

Aunque yo creo que en el resultado final todavía se nota esta planteada división. Más o menos a la mitad de la peli hay una escena muy larga y muy intensa, una espectacular pelea con un dragón; una escena a la que en la novela no le daban tanta importancia. Me da la impresión de que si la hubieran partido en dos, este habría sido el clímax de la primera parte. Y habría quedado bien.

Personalmente, cuando vi esta entrega en el cine la disfruté tanto como "El Prisionero de Azkaban" porque, a pesar de lo comprimida que se nota que está, capta perfectamente el espíritu y muchos de los mejores momentos de la novela.

Para muchos, "El Prisionero de Azkaban" es, al igual que su novela, la mejor entrega con diferencia de toda la saga.

Las dos anteriores habían sido dirigidas por Christopher Colombus, el responsable de "Sólo en Casa", y había hecho un buen trabajo produciendo dos clásicos, pero decidió que tenía una familia que atender y dejó el proyecto, así que los productores tuvieron que buscarse otro director. Y lo encontraron en el mexicano Alfonso Cuarón, que había hecho “Y tu mamá también”, y que más tarde dirigiría la notabilísima “Hijos de los Hombres”.

Siguiendo con la estela de actores conocidos, a partir de aquí tenemos a Gary Oldman, haciendo del prisionero del título, Sirius Black.
Eso sí, el reparto sufrió la triste pérdida de Richard Harris, que había muerto en el 2002, y por este "pequeño" inconveniente no podía seguir interpretando al profesor Albus Dumbledore.
Así que los productores tuvieron que reemplazarle, y durante el resto de la serie, a Dumbledore lo interpreta Michael Gambon.

Aparte de sus geniales actores, espectacular dirección artística, y muchas más razones, su éxito tiene un secreto particular: Mientras las dos anteriores intentan adaptar la mayor parte de los capítulos de los libros correspondientes, siendo muy fieles y mostrando muchos detalles, pero sin tener tiempo para recrearse en nada, por el contrario la tercera película pasa por encima de la mayor parte de la novela, contando sólo las partes más interesantes, hasta llegar a los 4 ó 5 últimos capítulos, donde se da el gusto de recrearse, pero bien.
La última hora de la película consiste en un clímax largísimo que nos tiene a los fans pegados al asiento mirando fijamente a la pantalla y diciendo “guau”.

La trama: La palabra "Azkaban" del título viene siendo un particular juego de palabras con la prisión de Alcatraz, porque al igual que ella este es un lugar del que se dice que no puede escapar ningún prisionero. Pero alguien lo ha hecho, y ahora está persiguiendo a nuestro protagonista. Se llama Sirius Black y supuestamente era uno de los seguidores de Lord Voldemort. Durante todo el año escolar, los personajes tienen un miedo terrible a que este asesino se haya colado en Hoghwarts. Pero...

Y así, tras el increíble éxito de taquilla de "Harry Potter y la Piedra Filosofal", se cumplió el sueño que habían expresado los productores (y J.K. Rowling) de adaptar todas y cada una de las novelas de la saga, de las cuales la autora quería que hubiera siete.
Y así decidieron sacar una entrega al año. Lo que les salió, bueno, más o menos...

En este caso, la estructura del filme fue muy similar a la anterior, dirigida además por el mismo responsable. Esta película marcó las bases de qué aspectos de la saga se harían tradición y cuáles no.

La primera película comenzó la tradición de incluir a prácticamente todos los actores ingleses de los que hayas oído hablar que estuvieran vivos hasta la fecha, metiéndolos en papeles de menor o mayor importancia.
Todas las grandes sagas que son así de extensas tienen que tratar una enorme cantidad de personajes. (Lord of the Rings, Star Wars, Dragon Ball, One Piece, Los Miserables...)

Tenemos en todas estas entregas repitiendo intérpretes de la más alta alcurnia, incluso algunos que anteriormente ya habían llegado al estatus de icono popular:
Alan Rickman haciendo del prof Snape (La Jungla de Cristal), John Clesse de Nick Casi Decapitado (Monty Python), Robbie Coltrane como el semigigante Hagrid (GoldenEye), John Hurt como el vendedor de varitas (Alien), Richard Harris como Dumbledore (Cromwell), e incluso el carismático enano Warwick Davis (Willow), entre muchos otros.

En la segunda peli se unen al reparto el fenomenal actor-director Kenneth Branagh como el egocéntrico profesor Gilderoy Lockart (Hamlet, Frankenstein...), que lamentablemente sólo aparecería en esta entrega de la saga. Este tío es impresionante. Y también tenemos de nuevas a Jason Isaacs como el inquietante padre de Draco Malfoy.

Esta 2ª parte es una de mis películas favoritas de la saga, no tanto por sus logros artísticos, sino porque es la adaptación del primer libro de Harry Potter que me leí de pequeño.

Para todos los fans del libro que se había publicado en 1997, por fin se estrenó la película. Ya podíamos ir a ver "Harry Potter y la Piedra Filosofal" en los mejores cines.

El estreno de esta película fue un auténtico fenómeno de masas. Se convirtió en su momento en la segunda película más taquillera de la Historia del cine, sólo detrás de Titanic, que se dice pronto. Hoy en día ya “sólo” es la NOVENA película más taquillera de todos los tiempos.

Para deleite de los fans, además es una adaptación extremadamente fiel a la novela. Esto también fue cierto para casi todas las pelis que se originarían en esta franquicia.

Y así, tras este bombazo, se cumplió el sueño que habían expresado los productores (y J.K. Rowling) de adaptar todas y cada una de las novelas de la saga, de las cuales la autora quería que hubiera siete.
Y así decidieron sacar una entrega al año, y la mayoría les salieron bastante bien. La mejor recibida por la crítica ni siquiera fue esta primera, sino la tercera.

(En el "spoiler" te cuento un poco por encima de qué va el argumento, pero en realidad no te suelto ningún "spoiler"...)

Soy un gran fan de los cómics originales de Hergé y de la serie de televisión de los 90.
El personaje principal no es muy complicado, pero no pretende serlo, es una máscara que te pones para vivir sus aventuras.
Y también soy un gran fan de ese gran director de cine que es Steven Spielberg.
Desde hace muchísimo tiempo se estaba esperando con ansia este proyecto cinematográfico, y el resultado es excelente.

Es una película de animación muy poco habitual en su técnica. Como en los cómics, los personajes están muy caricaturizados, pero los decorados por los que se mueven son muy detallistas.
Hace uso de la captura del movimiento de los actores, tal y como hizo Zemeckis con Polar Express (que no me gustó nada), pero el resultado es mil veces superior.

El capitán Haddock está interpretado por Andy Serkys, que es el que también puso sus movmientos a Gollum y King Kong, y no es la primera vez que hace de marinero, porque también aparecía en un doble papel en King Kong.

Es otro de los homenajes que se han hecho este año al cine de aventuras a lo Indiana Jones, pero supera con creces a Super 8 y Capitán América.

Adapta tres libros de la serie original y los junta para formar una nueva historia. Tiene muchos cambios, como que el humilde vendedor de antigüedades Sacarine, que salía muy poquito en el cómic original, de repente es ahora el villano principal y descendiente de Rackam el Rojo. No me importan estos cambios, porque dan lugar a nuevas escenas muy divertidas y muy ingeniosas, como la pelea de grúas como si se tratara de un duelo de espadas.

La cinta también tiene un plano secuencia muy espectacular, que dura un montón y que el director se pudo dar el lujo de permitirse gracias a que estamos en una animación.
En una era en la que las escenas de acción se cuentan con planos muy cortos y rápidos y a veces no te enteras de qué narices ha pasado, viene Spielberg y nos enseña como hacerlo todo con un solo, excepcional plano secuencia.

"Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio" es una película perfecta.

Qué peliculón.

Está ambientada a finales de los felices años 20 y principios de los 30, justo la época en la que llegó el sonido al cine.
Trata sobre un exitosísimo actor de cine mudo que cae en la miseria cuando llega el sonoro, mientras que una chica que solía hacer de extra en sus películas se convierte en una gran estrella, y entre medias está la historia de amor entre los dos.

Y como trata sobre el paso del cine mudo al sonoro, ¡la película en sí es muda y en blanco y negro! ¡Bra-vo!

Esta idea podría resultar pretenciosa, y el experimento podría haber resultado muy aburrido, pero lejos de todo ello, esta cinta tiene una sensibilidad tremenda. Todos los planos son una ovación, una carta de amor al cine mudo y en blanco y negro, pero también tiene un ritmo y una gracia que no puede resultar aburrido ni siquiera a los espectadores modernos que no conozcan el cine clásico.

Es la película muda que no se podría haber hecho en la época en la que está ambientada, porque ya el cine estaba pasando a ser sonoro.

Los actores están espectaculares; tened en cuenta que sólo se pueden apoyar en sus gestos para contar esta historia, y ninguno está realmente sobreactuado.

“The artist” es una carta de amor al cine con mayúsculas, y para artista, su director.

Esta peli la he incluido en mi vídeo de las 11 mejores pelis que he visto estrenadas en el 2011 (el cual podéis ver aquí: http://www.youtube.com/watch?v=v2Sr7ugi4L4)

Es la última peli de Kevin Smith, especializado en el género de comedia, autor de obras de culto como Clerks, Mallrats, y mi favorita, Dogma.
Esta sin embargo no es una comedia sino que, según él, es de terror.

En lugar de contar con un gran estudio cubriéndole las espaldas, como en muchos de sus anteriores trabajos, “Red State” la ha producido y distribuido independientemente, así que es imposible que la veáis jamás en una sala comercial. La única manera de verla es yendo a un festival donde la pongan, a alguno de los pases limitados que organiza el propio Kevin Smith, o como me la vi yo, por medio de un colega que se la había descargado por internet.

Y es buena. Muy buena. Tiene un guión excelente. Y el actor Michael Parks se luce.

Es una de esas pelis que parece que tratan de una cosa pero a la mitad toman un giro inesperado, como en Psicosis o Abierto hasta el amanecer. No leáis nada más sobre esta peli, y ni siquiera os veais el trailer porque, aunque es muy bueno, en este tipo de películas no se pueden aguantar el destriparte la sorpresa ni siquiera en el trailer.

Pero en fin, digamos que junta terror, acción y crítica social, y es un ataque brutal hacia la religión, la política y la juventud. De hecho, durante los títulos de crédito finales diferencia claramente a los personajes que representan cada uno de estos tres temas.

Sólo un consejo: mientras la estés viendo no te encariñes con ningún personaje, que si no te vas a llevar un mal sabor de boca.

Esta peli la he incluido en mi vídeo de las 11 mejores pelis que he visto estrenadas en el 2011 (el cual podéis ver aquí: http://www.youtube.com/watch?v=v2Sr7ugi4L4)

Mientras que Capitán América (de este mismo año) tiene un guión de libro y es la típica historia de origen de un superhéroe, X-Men First Class lo cuenta todo de una manera bastante diferente. En muchas partes más que una de superhéroes parece una de espías a lo James Bond, aprovecha un montón el contexto de la Guerra Fría.

Resumiendo las pelis de X-Men: La primera está bien y hace cosas que no se había visto antes; la segunda es increíblemente buena, mi favorita hasta ahora, la tercera es una bajada de calidad muy lamentable, la cuarta (que fue la precuela de Lobezno) es una de aventuras para pasar el rato, y ahora de repente llega esta, que tiene lugar antes de la historia de Lobezno, y de pronto las supera a todas, a nivel técnico, interpretativo, pero sobre todo de guión.

Desde el principio tiene momentos muy dramáticos que funcionan fenomenal; las relaciones entre los distintos personajes que se van juntando para formar el grupo te meten en la historia, y el clímax es de lo más tenso y dramático que te puedas echar a la cara.

Muy buena.

Esta peli la he incluido en mi vídeo de las 11 mejores pelis que he visto estrenadas en el 2011 (el cual podéis ver aquí: http://www.youtube.com/watch?v=v2Sr7ugi4L4)

No hay quien entienda a los traductores españoles. ¿Por qué en España no tradujeron el título? Bueno, a mí en realidad eso me da igual porque lo intento ver todo en versión original, pero al grano.

Me encanta Woody Allen. El tío hace una película cada año, pero sorprendentemente casi todas son buenas, y esta no es una excepción.
Pero esta es una obra de su autor que no os puedo contar de qué va porque os arruinaría la sorpresa. Más allá de que es una historia preciosa, ambientada en París.

La idea detrás de esta cinta es que cualquier tiempo pasado nos parece mejor. Pero seguramente a la gente que vivió en ese tiempo pasado no les gustaba lo que estaban viviendo, y hubieran preferido otro tiempo anterior, con lo cual estoy completamente de acuerdo. Y ya he dicho demasiado.

Es una película sencilla, pero sensible, bonita y divertida, como la mayoría de Woody Allen.