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Críticas ordenadas por:
Saw
Saw (2004)
  • 7,2
    107.371
  • Estados Unidos James Wan
  • Cary Elwes, Leigh Whannell, Danny Glover ...
7
"Tú decides..."
Saw es una de esas películas que todo el mundo conoce y que algunos, los menos fuertes de estómago, jamás se han atrevido a ver. Una película tensa y que cala en el espectador, con cierto aroma al clásico canadiense Cube pero con mucho más fondo que la película de Vincenzo Natali.

James Wan había dirigido un corto llamado Saw que sirvió de carta de presentación para la idea que quería contar. En él podemos ver la escena en la que Amanda está atrapada con ese aparato que funciona con un cepo para osos al revés, con la diferencia de que el personaje es masculino. A partir de ahí, Wan y Leigh Whannell desarrollaron una historia con más matices que la que vemos en el corto (que se basa simplemente en un juego macabro) y, sobretodo, con unos personajes desarrollados a la perfección. El mayor de los muchos aciertos de Wan es saber introducir las escenas de los anteriores "crímenes" de Jigsaw sin romper el desarrollo principal, dándonos los datos con cuentagotas. Además, el director de Malasia (aunque nacionalizado y residente en Australia), juega con una cámara que se acerca y se aleja de forma vertiginosa, creando con el montaje un efecto realmente atractivo. En otras ocasiones, la cámara se mueve de forma arqueada, rodeando el punto central de la acción y ofreciendo una impresionante sensación de ansiedad en el personaje que protagoniza cada escena. El desarrollo está bien medido (con todo lo dicho anteriormente) y se encamina a un final realmente bueno que causó sensación. Además, Wan logra algo que pocos pueden decir que han conseguido: tener un estilo propio.

Cary Elwes y el propio Leigh Whannell (sí, el guionista) protagonizan la historia principal. Encerrados entre cuatro paredes, van descubriendo poco a poco parte de sus vidas y su relación atraviesa diferentes fases en poco tiempo, logrando entre los dos crear una relación creíble a pesar de las circunstancias. Si bien Cary Elwes ya era un actor consagrado, Whannell solamente había protagonizado el cortometraje que precedió a la película y había hecho pequeñísimos papeles en alguna que otra película australiana (en una carrera paralela a la de James Wan) y su trabajo es una gran sorpresa. Danny Glover pone la cara más reconocible de la película y aporta carisma, además de una notable interpretación. Buen trabajo el de Shawnee Smith, que si bien aparece poco, es la protagonista de una de las escenas más recordadas de la película y pasaría luego a ser parte importante de la saga. Tobin Bell, quien aparece poco en pantalla pero es el indudable protagonista de todo esto, casi no tiene trabajo aquí.

Resumiendo, que es gerundio: Saw fue la primera de una larga saga que parece no tener fin y que, a mi entender, es de las más regulares. Aunque con el paso de las entregas pasó de ser una película sorprendente a unas producciones más basadas en el gore y el sufrimiento, los resultados son, en general, bastante buenos.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juno
Juno (2007)
  • 6,9
    101.298
  • Estados Unidos Jason Reitman
  • Elliot Page, Michael Cera, Jennifer Garner ...
7
"Soy un planeta"
Juno es una de esas películas que se convierten en cine de culto sí o sí. Por la ingeniosa dirección, por el particular guion y por los pequeños detalles que aquí se convierten en piedras gigantescas, como los diálogos sin aparente sentido que acaban siendo determinantes.

Jason Reitman es un director casi único. Salvando las (gigantescas) distancias, su forma de contar historias me recuerda bastante al maestro de maestros Billy Wilder, por el hecho de ser capaz de cubrir un drama con un vestido de comedia y, en general, la capacidad para camuflar géneros. Aquí Reitman adapta el gran guion de Brook Busey-Hunt (AKA Diablo Cody), que nos cuenta el camino que atraviesa una joven que queda embarazada. La diferencia con cualquier otra película que pueda tratar un tema similar es el enfoque, que aquí se centra mucho más en el desarrollo de unos personajes reconocibles para el espectador y de las relaciones entre ellos, que acaban como terminarían dentro de un mundo donde reinara la lógica. Reitman aprovecha el guion de maravilla y convierte en virtudes (a nivel de construcción) las imperfecciones de sus personajes. La banda sonora, elegida a la perfección, se convierte en un secundario de lujo que sirve para trazar lazos entre dos de los personajes principales y protagoniza, además, esa maravillosa escena final con dos guitarras y dos voces en medio de un mundo que demuestra seguir girando pese a quien pese.

Ellen Page es una actriz fantástica y una de las mayores esperanzas interpretativas del cine actual, que ve cómo sus referentes femeninos van entrando en edades peligrosas y el cambio generacional está tardando más de lo esperado. Page borda un papel nada sencillo dada la complejidad de una adolescente inteligente pero no tanto como ella cree. Eso hace que Page tenga que saber cómo y cuándo debe dar su brazo a torcer y mostrar en su expresión que ha aprendido la lección. Michael Cera representa un papel que hoy sabemos que se le da de maravilla y que tal vez está haciendo que se encasille un poco, aunque eso no es malo siempre y cuando cumpla del modo en que lo hace aquí. Jason Bateman y Jennifer Garner también hacen un buen trabajo (sobretodo él) y representan a la perfección las virtudes del guion a la hora de desarrollar las relaciones personales y su evolución lógica. Allison Janney va subiendo su nivel a la misma velocidad en que su presencia en pantalla gana peso y J.K. Simmons hace un trabajo estupendo que representa perfectamente lo que es la película: algo rocambolesco llevado con una peculiar naturalidad.

Resumiendo, que es gerundio: Juno es un pequeño drama disfrazado de comedia encantadora que cumple con su cometido en todos los frentes que aborda. Basada en un buenísimo guion y apoyada por la particular dirección de Jason Reitman, encuentra la guinda en un reparto que está a un nivel sobrehumano. Muy recomendable.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cara oculta
La cara oculta (2011)
  • 6,5
    13.561
  • Colombia Andrés Baiz
  • Quim Gutiérrez, Clara Lago, Martina García ...
4
A mí me parece un ñordo
La cara oculta es un thriller con tintes de terror que aborda una (sí, una y no más) de las muchas lineas que se trazan en una relación de pareja. Cosechando buenas críticas ha ido convirtiéndose en una película cuyo nombre es conocido en cualquier lugar de habla hispana.

Andrés Baiz dirige su segundo largometraje. Hatem Khraiche y el propio Baiz escriben un guion de los que se nota que están hechos para dirigirlos por su creador. Los apaños que hace Baiz no podría hacerlos un director que no hubiese escrito el guion ya que parecen no tener demasiado sentido, aunque tal vez en la cabeza del cineasta de Cali sí lo tengan. A mí me parece que el mayor error de Baiz es medir mal los tiempos. Lo que empieza siendo una película bastante aburrida, pasa a ser una historia con cierta intriga que va despertando el interés del espectador pero, por desgracia, cuando salen las preguntas llegan inmediatamente las respuestas explicadas de forma demasiado evidente. Además, Baiz se sirve de trucos baratos de esos que tanto criticamos si la película viene de Estados Unidos: una puerta que se abre "sola" y al final es un perro quien la ha abierto, tormentas que dejan a la casa sin luz en el momento exacto y, sobretodo, un plano fantasmagórico que resulta ser una mentira descarada. Por otra parte, el desarrollo de los personajes es un tema que Baiz se pasa por el forro de los cojones, presentándonos a tres protagonistas unidimensionales que no van a ningún lugar.

El reparto es de risa. Vaya por delante que Quim Gutiérrez me parece un actor poco más que pasable. Si tengo razón, habría explicación para su calamitoso trabajo con un personaje con una bipolaridad tremendamente sencilla que no cuenta nada. Uniendo una cosa y la otra, el resultado es inevitablemente catastrófico. Con Clara Lago me pasa lo mismo que con Gutiérrez. La joven Lago tiene un cuerpo que quita el hipo y unos enormes ojos que hipnotizan, pero no es una gran actriz. Al principio, metida en diálogos del nivel de Perdona si te llamo amor (tan pastelosos que hacen sangrar los oídos), la chica da un poquillo de vergüenza ajena. No obstante, tras su reaparición, el tema cambia para bien y Lago deja una labor bastante destacable, cosa que me hace no perder la fe en que esa costumbre tan extendida de que a los actores y actrices les sobre con un buen cuerpo para conseguir papeles podría desaparecer. Martina García es la tercera en discordia y su función en la película es, basicamente, salir desnuda. Si bien cuando tiene lineas de diálogo se muestra como una actriz floja, sus desnudos tampoco consiguen alegrar la vista del público masculino.

Resumiendo, que es gerundio: si La cara oculta es un thriller inteligente, la gente a la que conozco que ha visto la película son superdotados. Previsible, con un guion trucado, con un desarrollo que va dando bandazos y con unas interpretaciones (salvando la parte final de Clara Lago) bastante mediocres. Ver, oír... y olvidar.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leyenda Urbana 3: La maldición de Mary
Leyenda Urbana 3: La maldición de Mary (2005)
  • 3,1
    1.264
  • Estados Unidos Mary Lambert
  • Kate Mara, Robert Vito, Tina Lifford ...
1
Apoteósica
Tres películas después, concluye (al menos de momento y esperemos que siga así) la saga Leyenda urbana. Tras una mala primera parte (que al menos hacía honor al título), una horrorosa segunda parte que pudo llamarse El sapo del Dr. Calavera (y tendría la misma relación con la trama) llega el broche de oro a la trilogía: La chica del carnaval del pueblo.

Mary Lambert dirige. Hay gente que está en el cine por el mismo motivo por el que Iván Campo estuvo en el fútbol: porque tiene que haber de todo. La señora Lambert nos monta un videoclip de hora y media que no tiene desperdicio. ¿Sabes esa chica de tu pueblo que en Halloween se viste con una bata blanca, se pinta sangre y se pone lentillas azul cielo? Pues esa chica sale y, en teoría, es la que asusta. ¿Sabes ese tipo que fue asesino y ahora es un alto ejecutivo que sale en dos de cada tres películas americanas? Pues ese también sale. ¿Te suenan de algo las chicas rebeldes que no quieren mezclarse con la gente superficial del instituto? Pues esas también salen pero, ojo, hay una diferencia: no son chicas gorditas con poco gusto para vestir, sino modelos que en la primera escena se montan una pelea de almohadas que te deja totalmente loco porque hay parodias menos ridículas. Tenemos todos los clichés gracias al guion de Michael Dougherty y Dan Harris, que se toman la molestia de intentar innovar y pasar de las leyendas urbanas de asesinatos a las leyendas urbanas sobrenaturales. Lo de tratar de aportar algo nuevo siempre es positivo, a no ser que lo que tengas nuevo sea una mierda recién salida del horno a la que te has molestado en dar forma con tus propias manos hasta convertirla en una obra de arte equivalente a la casita con chimenea y árbol que dibujamos cuando tenemos tres años.

El elenco actoral es la leche. Vaya por delante que la película hubiese ganado enteros si la gran directora (que ha trabajado para The Asylum y con eso lo digo todo) se hubiese centrado en mostrarnos desfiles de las chavalas en ropa interior. Tendría su cosa. Pero la (a partir de ahora idolatrada) Mary Lambert se empeña en hacerlas actuar. La suerte que tiene es que cuenta con Kate Mara, que si bien no es una de las mejores actrices del mundo, sí sabe al menos cómo debe moverse ante las cámaras. En el otro lado de la balanza tenemos a Robert Vito, un chaval con una carrera tan larga en el cine como la mía en la investigación de los protones. Viendo su trabajo, es muy comprensible. También aparece el gran jugador de fútbol americano Ed Marinaro, a quien su incursión en el cine ha supuesto un éxito inversamente proporcional al que tuvo como deportista. También es comprensible. El reparto principal lo completa Tina Lifford, una mujer que lleva intentando ser actriz desde los 80. Déjalo ya, Tina, en serio. No pasa nada, algo se te dará bien en la vida, digo yo...
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leyenda urbana 2
Leyenda urbana 2 (2000)
  • 3,7
    3.911
  • Estados Unidos John Ottman
  • Jennifer Morrison, Matthew Davis, Hart Bochner ...
2
Infumable
Travis Stark, Travis Stark, Travis Stark... y Trevor. Travis y Trevor Stark. Eran dos nombres que tenía en la cabeza desde hace mucho tiempo y que no lograba ubicar en una película. Acabo de ver Leyenda urbana 2 y, ya que es una mierda, por lo menos me ha dado la alegría de saber de dónde me venían los nombres. Por contra, me ha borrado la idea de que esos nombres eran de una buena película. Es lo que tiene haberla visto cuando salió, con 13 años (o eso quiero pensar).

John Ottman es un buen compositor de bandas sonoras que de vez en cuando pierde la cabeza y se dedica al cine (una vez en 1988 y otra en el 2000, con lo que siguiendo la regla, nos toca este 2012). No es lo que mejor se le da, sinceramente. Aquí nos presenta la secuela de Leyenda urbana, una película que fue bastante mala pero que al menos hacía honor a su nombre. Aquí Ottman trabaja con el trillado guion de Paul Harris Boardman y Scott Derrickson, que hacen gala de un conocimiento tremendo de los clichés. ¿Cómo lo hacen? Utilizándolos todos. Hay un personaje puente entre la primera y la segunda (la guardia de seguridad), un montón de muertes previsibles y una cantidad de estereotipos que cubre exactamente el 100% de los personajes. Puede decirse que, pese a todos sus errores, al menos el final es más o menos digno, aunque para llegar a él los guionistas nos quieran dar gato por liebre, queriendo provocar un efecto sorpresa que se convierte en efecto decepción cuando se resuelve todo. El mayor de los errores de Ottman es que, pese a tener muchas escenas muy dinámicas en el metraje, las transiciones las convierte en material plomizo que provoca un aburrimiento terrible y eso, precisamente, es la peor crítica que pueda recibir una película de estas características.

Jennifer Morrison está pasable y poco más. Su personaje es algo más que una scream queen al uso, aunque tampoco tiene mucho donde rascar. Matthew Davis hace un trabajo acertado (siendo generosos) en su doble papel. Anthony Anderson pasará a la historia por ser un actor bastante decente que ha dedicado su carrera cinematográfica (menos mal que como humorista tiene éxito) a salir en descomunales bodrios. Hart Bochner, ni fu ni fa. Está ahí aportando presencia pero deja de ser creíble cada vez que abre la boca. Eva Mendes tampoco suma demasiado para bien en el plano interpretativo, aunque sus curvas imposibles son siempre una bendición para el público masculino.

Resumiendo, que es gerundio: Leyenda urbana 2 es todo un misterio. Poner ese título sin tratar de leyendas urbanas (por mucho que repitan la expresión durante la película) podría explicarse si quisiera aprovecharse el tirón de una primera película buena, pero como resulta que la primera es otro mojón, pues nos encontramos ante un enigma mucho más difícil de resolver que los que plantean tanto la una como la otra.
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1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Heat
Heat (1995)
  • 7,5
    53.024
  • Estados Unidos Michael Mann
  • Robert De Niro, Al Pacino, Val Kilmer ...
7
Completa
¿Sabéis lo que hizo Robert Rodríguez? Con cuatro duros hizo El mariachi y, cuando tuvo pasta a su disposición, se montó un remake a lo grande con estrellas de Hollywood y lo tituló Desperado. Corría el año 1995 y no muy lejos de allí otro hombre estaba haciendo algo parecido.

Michael Mann dirigió Corrupción en Los Angeles en 1989. La cinta tenía una duración de hora y media más o menos y estaba destinada a ser el episodio piloto de una serie que finalmente no llegó a realizarse. Seis años después, Mann había triunfado con El último mohicano y tenía el mundo a sus pies, con lo que no le costó tanto trabajo que una productora financiara una producción con muchos ceros en la factura.

Heat es una película que tiene aires de clásico. Aunque Mann echa mano de varios convencionalismos en el guion, lo cierto es que toma como referencia las grandes películas del cine policíaco y los buenos thrillers. Eso podría llevarnos a pensar que el resultado es excelente, pero no es el caso. Heat tiene un guion lleno de detalles, pero deja varios errores por el camino que no pasan desapercibidos. Sus dos personajes principales, que se nos describen como dos mentes brillantes, van en más de una ocasión por detrás del espectador y, claro, ahí salen a relucir las vergüenzas de Michael Mann. No obstante, el director se aplica en dos de las facetas más importantes en una película: la construcción de los personajes y la ejecución de las escenas. En el primer apartado, Mann nos presenta a dos protagonistas que no son solamente dos monigotes moviéndose por la inercia de una única motivación, sino que tienen problemas más allá de la linea principal de la película. En el segundo aspecto, Mann hace lo que muchos (entre los que creo que me incluyo) piensan que mejor se le da, que es el espectáculo con balas, explosiones y coches en persecución. En la retina del espectador queda el tiroteo que comienza en el banco y atraviesa la ciudad, rodado con nervio y cuyo resultado es espectacular.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El último tren a Auschwitz
El último tren a Auschwitz (2006)
  • 6,1
    3.855
  • Alemania Joseph Vilsmaier, Dana Vávrová
  • Gedeon Burkhard, Lale Yavas, Lena Beyerling ...
2
Golpe bajo
El último tren a Auschwitz cuenta la historia de unos judíos que son metidos en vagones de ganado y llevados al famoso campo de concentración. Un tema demasiado delicado como para hacer semejante calamidad en forma de película.

Joseph Vilsmaier y Dana Vávrová (ella fallecida demasiado pronto, con solamente 41 años) dirigen. Pese a que no esté bien hablar mal de quienes ya no están, hay que intentar ser objetivo y, siéndolo, tengo que decir que la aberración que hacen los directores es, como poco, una falta enorme de respeto. Teniendo en cuenta que Vilsmaier ya tenía una carrera como director y que Vávrová había trabajado con él como actriz, no hay que ser un genio para saber quién llevaba las riendas de la dirección. El caso es que Vilsmaier sabe que el holocausto es un tema que hiere la sensibilidad del espectador y por eso se encomienda a él buscando su gran película. Lo que sucede es que hace una chapuza tremenda. Todas las frases están dichas para conmover y eso es algo totalmente innecesario, ya que hablamos de uno de los peores sucesos de la historia del ser humano y no hace falta ser barriobajero para transmitir al público ciertas emociones. Digamos que lo que hace la película es buscar la lágrima fácil a base de convertirse en frívola y eso, dado el tema que está tocando, me parece un insulto al espectador y, sobretodo, a las víctimas del holocausto. Los flashbacks son un buen ejemplo de cómo los directores intentan conmover, contándonos (como si alguien fuese tan imbécil de no saberlo) que los personajes tenían una vida antes de subir al vagón. Las partes en la que aparece la niña es una de las mayores estupideces que he visto en el cine, pues la chiquilla es casi superdotada en un momento y en la siguiente escena se pone a parir frases mongoloides. Para mear y no echar gota...

El reparto, nefasto. Vale que tal vez la película no tenga un gran presupuesto, pero si vas a contar una historia dura, lo menos que puedes hacer es buscar actores que sepan transmitir emociones. Pongamos que el protagonista es, más o menos, Gedeon Buckhard. El actor alemán es de lo más salvable en el plano actoral. Junto a él, Hans Jürgen Silbermann es el otro que aporta algo. Lale Yavas, de absoluta pena. La actriz está aquí más inexpresiva que una piedra. La pequeña Lena Beyerling se encuentra con dos problemas: que su personaje (como digo arriba) es absurdo hasta la saciedad y que su interpretación está a un nivel tan flojo como la mayoría de cosas en esta película.

Resumiendo, que es gerundio: pueden hacerse buenas o malas películas sobre el holocausto, pero lo que me parece inadmisible es que llegue alguien y, buscando un mar de lágrimas, convierta lo triste en frívolo, lo duro en absurdo y lo que debería ser un homenaje a las víctimas del holocausto, lo acabe convirtiendo en su propia paja mental. A mí me parece vergonzoso.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Devorador de pecados
Devorador de pecados (2003)
  • 4,8
    3.040
  • Estados Unidos Brian Helgeland
  • Heath Ledger, Shannyn Sossamon, Mark Addy ...
4
Ideas mal encauzadas
Devorador de pecados no es una película de la que pueda decirse que no aporta nada. Parte de una buena idea y aprovecha más o menos bien sus medios, pero se equivoca y mucho en las formas.

Brian Helgeland, reputado guionista, escribe y dirige la película. Sobre Helgeland se pueden decir muy pocas cosas negativas en su función de guionista (Mystic River, L.A. Confidential, Deuda de sangre o El fuego de venganza son de su puño y letra, pese a ser adaptaciones de novelas). No obstante, su trabajo como director sí deja bastante que desear. En Devorador de pecados, Helgeland propone una interesante premisa que va haciéndose más atractiva conforme avanza la película durante gran parte del metraje, pero que cae en picado en los últimos 20 minutos. En esos últimos compases, Helgeland se ve obligado a resolver el problema y es ahí cuando se ven sus carencias tras las cámaras. Falta chispa en su trabajo y, puesto que tiene la posibilidad de ir cambiando el guion a su antojo, opta por la vía rápida: engañar al espectador. Cualquiera que se fije minimamente en la película, se dará cuenta de que en el desenlace se unen infinidad de detalles que no cuadran de ninguna manera. El otro gran fallo del director es la búsqueda de la escena memorable. Tal vez Helgeland buscaba dar un golpe de efecto y reconducir su carrera hacia la faceta de la dirección de forma definitiva y es por eso que sus personajes disfrutan demasiado intentando ser misteriosos y también es por eso que cada frase que sale de sus bocas intenta convertirse en una revelación, como buscando desvelar misterios que el espectador desconoce y que, en algunos casos, no importan demasiado.

Heath Ledger todavía estaba en construcción. Su trabajo es bueno, pero lejos de su gran interpretación en Casanova, de su impresionante labor en Brokeback Mountain y, sobretodo, a años luz de esa soberbia encarnación del Joker que pasará a la historia como uno de los mejores papeles vistos en el cine. No está mal aquí Ledger, pero tampoco se luce. Puede que sea Mark Addy el más acertado del reparto y eso se debe, posiblemente, a que es el único personaje que no necesita hacer chorradas en pantalla. Papel sencillo, trabajo sencillo, resultado positivo. Benno Fürmann representa a la perfección lo que digo sobre los personajes. Pretende que cada gesto sea definitivo y que cada palabra sea concluyente y disfruta demasiado encarnando un personaje con una riqueza interior (por lógica pura) espectacular pero que, sin embargo, no llega a desarrollarse.

Resumiendo, que es gerundio: Brian Helgeland se convierte en su peor enemigo cuando se pasa tras las cámaras escribiendo para sí mismo uno de los guiones con más grietas de su carrera. Aunque Devorador de pecados se deja ver y tiene cosas interesantes, tiene tantas carencias que no puedes evitar pensar que está desaprovechada.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El secreto de sus ojos
El secreto de sus ojos (2009)
  • 8,1
    89.281
  • Argentina Juan José Campanella
  • Ricardo Darín, Soledad Villamil, Pablo Rago ...
8
Puro cine argentino
El secreto de sus ojos adapta la novela La pregunta de sus ojos, novela del reconocido escritor y devoto futbolero Eduardo Sacheri. Ganadora de más de 30 premios por todo el mundo, fue la segunda producción argentina en llevarse un Oscar a la mejor película de habla no inglesa, arrebatándoselo conra todo pronóstico a otra gran pelicula como es La cinta blanca, del gran Michael Haneke.

Juan José Campanella comenzó su carrera como director de largometrajes en Estados Unidos y luego volvió a su país natal, Argentina, en una de las rarezas más grandes que puede darse en este negocio. Campanella se asocia con Sacheri para escribir el guion de una de las mejores películas que ha dado el cine latino en muchísimo tiempo y el resultado del mismo es simplemente magistral. Ambos consiguen una historia compleja, dura, conmovedora, que cala en el espectador y hace que dude de sus convicciones más básicas; una historia perturbadora que se mete bajo la piel y que envuelve a quien está sentado delante de la pantalla gracias a la magistral colocación de las cámaras, que convierten al espectador en ese actor pasivo que debería ser en cualquier película. Campanella es capaz de crear una historia de amor llena de matices y de problemas, como el amor verdadero, siendo esa parte de la película solamente una pequeña subtrama. Es capaz, por lo tanto, de condensar una dura historia romántica y convertirla en un simple añadido a la potentísima historia principal. Es eso, justamente, lo que hace de El secreto de sus ojos una película tan perfecta, a mi parecer. El hecho de que cualquier pequeño detalle sea tan real, tan cercano a la vida misma, es lo que hace que el espectador se vea atrapado en esa maraña de sentimientos cruzados, relaciones tormentosas, amistades difíciles y dilemas morales. El vestuario es otro de los puntos fuertes, sobretodo puesto sobre Soledad Villamil, que es quien pone la parte pasional y desata la pasión del protagonista. Ese rojo pasión representa de forma evidente, pese a que el espectador no lo perciba de forma consciente, el deseo, ayudando a hacer de la parte romántica de la película algo totalmente fascinante, como he dicho antes. El apartado musical es impresionante, adecuado al desarrollo desde que suena la primera nota hasta que termina la última, fundiéndose con un ambiente otoñal que dota a la película de un marco perfecto para su desarrollo. Por si todo lo dicho fuera poco, El secreto de sus ojos cuenta con un clímax de casi 15 minutos que paraliza al espectador, haciendo que montones de sentimientos se crucen creando una experiencia inolvidable.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El incidente
El incidente (2008)
  • 5,1
    44.539
  • Estados Unidos M. Night Shyamalan
  • Mark Wahlberg, Zooey Deschanel, John Leguizamo ...
4
Lo esperado
El trailer de El incidente era una promesa de sensaciones olvidadas. Un boom que daba a entender que había algo que no íbamos a entender hasta el final. Había mitad de verdad y mitad de mentira en él, ya que la película tiene buenos momentos, sí, pero todos salían en los avances. Por la otra parte, Shyamalan en esta ocasión no nos guardaba ninguna sorpresa para el final.

M. Night Shyamalan es, probablemente, uno de los directores con el ego más subido que ha dado el cine en los últimos años. Sin embargo, aquí parece rendirse a sus detractores, aquellos que nacieron con El bosque (una película que a mí personalmente me gusta bastante). Shyamalan hace aquí justamente lo contrario de lo que hizo en la cinta protagonizada por Joaquin Phoenix: si allí había sugerencia, aquí hay evidencia; si allí había miedo a lo conocido, aquí hay pánico a lo desconocido; si allí había giro final importante, aquí hay demasiadas explicaciones. Con todo esto, no voy a decir que El incidente sea una película que sirva para limpiarse el culo, porque no es así. Shyamalan aprovecha bien los espacios abiertos y la atmósfera que se crea con el viento agitando las plantas. Convierte la película en algo muy cercano a esas buenas obras apocalípticas en la que los zombis persiguen a un pequeño número de supervivientes y logra una fusión entre los personajes y el entorno muy meritoria. Sin embargo, pese a que la película es bastante corta (una hora y media, aproximadamente), se vuelve un tanto repetitiva a medida que las diferentes vías de escape de los protagonistas se ven siempre bloqueadas del mismo modo.

Mark Wahlberg no está fino. No es el mejor actor del mundo, pero a veces parece ser de los mejores de su generación. Wahlberg es ciertamente irregular. Tan pronto inventa un papel soberbio (se me ocurren ahora mismo sus trabajos en Infiltrados, Shooter o The Fighter) que hace una labor que no aporta demasiado (Max Payne, El planeta de los simios o El incidente, de la que hablamos ahora mismo). Zooey Deschanel es una actriz encantadora que, por algún extraño, me cae fenomenal (igual que su hermana Emily). No obstante, Zooey es una actriz de comedia y de cine romántico, pero no demasiado capacitada para llevar carga dramática sobre sus hombros, como queda demostrado aquí. La corta aparición de John Leguizamo completa un trío no muy acertado. Además, la joven Ashlyn Sanchez no es tampoco ninguna niña prodigio.

Resumiendo, que es gerundio: El incidente pintaba bien, y podría haber sido un cortometraje excelente. La idea de Shyamalan era buena pero, claro, luego había que rellenar la película y es ahí donde el director no encuentra muchas opciones. No puede decirse, desde mi punto de vista, que la película aburra. Pero sí puede decirse que apenas entretiene. Que tiene lo justo, pa' entendernos...
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El viaje de Chihiro
El viaje de Chihiro (2001)
  • 8,1
    114.284
  • Japón Hayao Miyazaki
  • Animación
8
Magia pura
El viaje de Chihiro es una de las películas más conocidas de el maestro Hayao Miyazaki y lo es, en gran medida, gracias al enorme despliegue de imaginación del director, guionista y dibujante japonés.

Hayao Miyazaki gusta de inventar mundos llenos de fantasía y sus películas siguen esa línea. Sin embargo, El viaje de Chihiro tiene algo diferente al resto: el hecho de que lo único "normal" en toda la película sea la propia protagonista. No hablamos de mundos distópicos ni de hechos paranormales en el mundo en el que vivimos, sino de dos mundos totalmente diferentes con algunos eslabones que sirven para unirlos. Gracias a eso, Miyazaki puede permitirse el lujo (y darnos el placer a los espectadores) de inventar todo lo que le venga a la mente sin ningún tipo de barreras. Lo que hemos visto en el cine de animación occidental tantas veces en estos últimos tiempos, donde se crean sociedades casi desde cero a partir de animales (Ratónpolis), máquinas (Robots) o coches (Cars) por poner algunos ejemplos, Miyazaki lo eleva a la máxima potencia. El genio de Tokio inventa una sociedad perfectamente estructurada en la que no falta detalle alguno y prepara unos personajes sensacionales para que vivan en ella, consiguiendo un efecto de incomprensible realismo que solamente puede ser obra de un maestro.

El viaje de Chihiro nos muestra a la protagonista asustada, ilusionada, sorprendida, nerviosa, confusa y, en cierto modo, también enamorada. Chihiro atraviesa distintas fases durante la película, en las que sus prioridades van cambiando en función de la situación, que se mueve en dirección al objetivo de conseguir recuperar a sus padres. Por el camino, la joven va conociendo a una gran cantidad de pintorescos personajes que influyen (unos en mayor y otros en menor medida) en las decisiones de la niña. Es otro de los méritos de Miyazaki el conseguir poner cada cosa en su sitio y saber inventar una solución para cada problema y un problema nuevo que tenga que ser solucionado.

Resumiendo, que es gerundio: el fabuloso mundo en el que nos sumerge El viaje de Chihiro es precioso. Desde la naturaleza hasta la personalidad de los personajes, reflejada en su color y su forma de vestir, hacen que la película sea tan completa como es. Una obra de visión (y revisión) obligada.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un cuento chino
Un cuento chino (2011)
  • 6,6
    19.766
  • Argentina Sebastián Borensztein
  • Ricardo Darín, Ignacio Huang, Muriel Santa Ana ...
7
Encantadora
Un cuento chino toma como premisa una historia que su director y guionista leyó en un periódico y que le pareció tan absurda que pensó que podía dar mucho de sí. Acertó, desde luego.

Sebastián Borensztein, aclamado director argentino, escribe un guion que no necesita sentirse superior a la inteligencia del espectador pero que no cae, tampoco, en el humor "simple" de porrazos y chistes escatológicos. Borensztein prepara unos persones que encajan a la perfección entre sí. Con un protagonista absoluto (Darín), un secundario importantísimo (Huang), una actriz de reparto determinante (Santa Ana) y pocos añadidos más, el director bonaerense consigue una gran película gracias a que todos los personajes son imperfectos y se complementan entre sí. Además, el punto de partida de la película, da muchas opciones a Borensztein para ir moviendo la película entre el humor y la naturaleza humana, bordando ambos frentes sin ningún alarde y sin recurrir a manidos tópicos que le faciliten las cosas. El diesño de producción, austero y muy cercano para el espectador, contribuyen muchísimo a dar credibilidad a cualquier situación que se produzca, ya que hasta el mínimo detalle está cuidado y no aparecen grietas en ningún momento.

Ricardo Darín es un actorazo. Uno de los mejores del mundo, sin duda. Uno de los pocos que pueden ser el más villano de los villanos, el más cómico de los cómicos, el más bruto de los brutos y, en definitiva, el más humano de los humanos. Aquí, en una película no tan exigente para alguien de su talento, vuelve a demostrar por qué es un referente. Huang Sheng Huang, actor chino que lleva toda su vida en argentina, borda un papel nada sencillo, ya que depende mucho de su expresividad corporal y, sobretodo, de la capacidad facial para mostrar emociones que no siempre son tan genéricas como la tristeza o la felicidad. Muriel Santa Ana completa el trío principal con una sonrisa perenne que define a la perfección al personaje. Lo mejor de todo es que los tres se compenetran a las mil maravillas.

Resumiendo, que es gerundio: Un cuento chino se convertirá, en cierto modo, en una película de culto, ya que contiene todos los ingredientes para serlo. Originalidad, buenas interpretaciones, frescura tras las cámaras, valentía en el montaje y, sobretodo, una cercanía tremenda con el espectador, que parte de una base casi imposible (pese a ser verídica) y acaba metido de lleno en una historia humana de crecimiento personal.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La princesa Mononoke
La princesa Mononoke (1997)
  • 8,0
    70.809
  • Japón Hayao Miyazaki
  • Animación
8
Grandiosa
Hayao Miyazaki es un genio al que los amantes del cine en general y del anime japonés en particular conocen de sobra. Su larga carrera ha dejado obras imborrables como Mi vecino Totoro, El castillo en el cielo, El castillo ambulante o las dos películas que suelen considerarse sus dos mejores obras: El viaje de Chihiro y la que nos ocupa, que no es otra que La princesa Mononoke.

Miyazaki suele hacer películas en las que el hombre y la naturaleza se funden por momentos a pesar del tremendo empeño que ponemos los humanos en destruírla. Esa suele ser la base de los productos de este genio (que dibuja él mismo gran parte de sus películas y que, en el caso de La princesa Mononoke, llegó a lesionarse la muñeca y los dedos de trabajar sin descanso). A partir de esa premisa, Miyazaki suele aderezar sus historias con seres mitológicos reales, inventados o un poco de las dos cosas. Además, la ambientación es algo que cuida muchísimo el director y dibujante de Tokio, como puede verse a simple vista en las montañas que suelen rodear a pequeñas aldeas en las que el trabajo rural suele ser básico para dar vida a los habitantes de la zona.

En La princesa Mononoke, Hayao Miyazaki lleva todas sus virtudes a su máxima expresión, consiguiendo así que la vida que transmite la película sea casi infinita. Muchos califican la película como un canto a la naturaleza y, en mi opinión, lo es. A pesar de eso, el artista japonés no se conforma con vender una historia que deje una moraleja agradable, sino que durante más de dos horas nos presenta a personajes que están ahí por algún motivo. Nadie sobra y nadie falta. Miyazaki reparte a los personajes por la película con acierto, haciendo que cada uno aparezca en su momento para que la mentalidad del espectador con respecto al desarrollo de la película se vaya formando poco a poco al tiempo que va conociendo diferentes puntos de vista. Eso no significa que la película juegue a ser ambigua, sino que nos muestra las motivaciones de cada personaje y hace que las entendamos aunque no las compartamos. El diseño de los animales, del espíritu del bosque, la aparición de los demonios o las perfectamente coreografiadas (aunque escasas) luchas, hacen que el espectador sea incapaz de despegar la mirada de la pantalla. Los coloristas decorados, que se tornan grises cuando son pisados por el odio, representan de forma sencilla y práctica una forma de ver la vida: puede llegar alguien (o algo) que te destroce, pero siempre puedes volver a empezar.

Resumiendo, que es gerundio: obra maestra de uno de los mayores maestros del cine de nuestro tiempo que se convierte al instante en película inolvidable para quien consigue disfrutarla. Es cierto que no gustará a todos porque no es tan dinámica como el anime japonés de acción (mucho más atractivo sobretodo para la gente joven), pero quien le encuentre el punto, habrá encontrado una película para toda la vida.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueve reinas
Nueve reinas (2000)
  • 7,8
    74.488
  • Argentina Fabián Bielinsky
  • Ricardo Darín, Gastón Pauls, Leticia Brédice ...
7
Buena, pero no es para tanto
Aclamadísima película del cine argentino que se convirtió rapidamente en mito gracias al que, decían, era uno de los mejores finales que se habían visto en el cine. Lo cierto es que el final sería bueno de no ser por dos grandes errores: que es muy previsible y que se vale de trampas insultantes para intentar desviar la atención.

Fabián Bielinsky dirige la película de maravilla en lo referente a la puesta en escena. Elige bien cada plano y resalta constantemente lo importante de las escenas, aunque es ahí donde se permite la licencia de engañar al espectador con cosas que suceden en un aparente segundo plano pero que están puestas para que todos veamos lo que sucede y pensemos: "vaya, pues si esta persona hace esto, es imposible que al final haga lo otro" (quien la haya visto sabrá a qué personaje me refiero y a qué situaciones). Destaca, por encima de los demás, un error en el que cierto personaje parece tener una gran idea mirando un cuadro, cosa que Bielinsky se encarga de dejar bien claro al espectador (digo lo mismo: quienes la hayan visto, saben qué escena es). A pesar de eso, quitando las trampas, el guion de Bielinsky se cierra con inteligencia y sin dejar ningún cabo suelto. Cada situación sucede por algún motivo y cada personaje está metido en su sitio para convertir la película en una experiencia amena pero muy intensa. Además, el ambiente urbano en el que se desarrolla, la hace muy cercana (estamos un poco hartos de que todo suceda en Nueva York, Boston o Los Ángeles).

Ricardo Darín salta a la primera linea del cine mundial con su interpretación. Es complicado ver un trabajo de cualquier actor sin absolutamente ninguna fisura; ver que no flaquea; ver que se adapta al desarrollo a la perfección, y Darín lo consigue. Es por eso, y porque ha sido capaz de superarse, que yo diría que hoy por hoy es uno de los 10 mejores actores del mundo. Y quien quiera, que me llame exagerado. Gastón Pauls, conocidísimo y muy valorado actor en sudamérica (y entre los conocedores del cine español), está también a un gran nivel, no dejándose achantar por el portentoso trabajo de su compañero protagonista. Leticia Brédice es la peor parada del reparto. Si su trabajo es apenas aceptable (siendo generosos), queda muy herida en la comparación en pantalla con Darín y Pauls. De los secundarios, destacaría a Antonio Ugo, que realiza una labor impecable.

Resumiendo, que es gerundio: Nueve reinas es una película muy notable en su desarrollo, pero cae en el (típico) error de buscar un final sorprendente que la haga estar en boca de todos. Lo jodido, como he dicho, no es que no lo consiga. Lo jodido es que para llegar hasta ahí se vale de toda clase de timos. Y eso, dentro de la película está bien. Pero jugársela al espectador...
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alta fidelidad
Alta fidelidad (2000)
  • 7,1
    37.031
  • Estados Unidos Stephen Frears
  • John Cusack, Jack Black, Joelle Carter ...
7
Cine de culto
Alta fidelidad adapta la novela de Nick Hornby que tanto gusta a cinéfilos, melómanos y lectores más conocedores del tema.

Stephen Frears nos muestra el lado bueno de su irregular carrera con esta deliciosa película. El director inglés propone una película para que los frikis podamos disfrutar. Las referencias al maravilloso cine de finales de los 80 y principios de los 90 son continuas y la banda sonora es reconocible para cualquier amante de la música sin necesidad de ser un experto. La forma en la que el protagonista nos cuenta su Top Five de cualquier cosa, mirando a cámara, hace que el espectador sienta como si la película estuviese diseñada especialmente para él, con un interlocutor que parece estar sentado a nuestro lado contándonos sus historias. Frears sabe que, pese a que la película nos cuenta la vida de un hombre triste que acaba sucumbiendo a sus propios temores, debe explotar la vena cómica para hacer que la historia sea diferente. El caso es que no tira de humor barato, sino que se vale de los geniales diálogos llenos de sarcasmo y de situaciones cargadas de ironía que son fáciles de detectar gracias a la fabulosa planificación del guion. El diseño de los personajes, la tienda de discos y la genial escena de la pelea imaginaria, hacen el resto.

John Cusack es un actor que suele meterse en camisas de once varas. Le gustan las películas arriesgadas y no siempre acierta, pero es uno de los mejores actores de la actualidad sin ningún género de dudas. Aquí Cusack acierta e inventa un personaje que forma parte ya del cine de culto. Jack Black hace uso de su habitual humor grotesco pero lo enfrasca bien dentro de una historia que admite personajes límite pero que se vendría abajo con algún exceso. Todd Louiso redondea el trío de la tienda y lo hace con una fenomenal interpretación del papel que es, en cierto modo, el que cierra el perfecto triángulo principal. Iben Hjejle interpreta el papel que hace estallar la historia y su labor es realmente buena, ya que debe cambiar de humor constantemente y eso no siempre se consigue por parte del actor. Las apariciones en segundo plano de Joan Cusack, Lili Taylor o Catherine Zeta-Jones son complementos fabulosos para los protagonistas, pero sin duda el mejor secundario es Tim Robbins, que protagoniza la fabulosa escena por la que es recordada esta película.

Resumiendo, que es gerundio: Alta fidelidad representa como pocas películas los valores del cine de culto. Una película divertida, con referencias al cine de los 80, con una historia de amor realista y, sobretodo, con una banda sonora difícil de igualar. Muchas frikadas juntas dentro de un diseño de producción realmente bueno.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pactar con el diablo
Pactar con el diablo (1997)
  • 6,7
    42.967
  • Estados Unidos Taylor Hackford
  • Keanu Reeves, Al Pacino, Charlize Theron ...
6
Excesiva
Pactar con el diablo es una película que nos vende un poco más del mito de Nueva York y sus tentaciones, enmarcando el desarrollo entre abogados y el mismísimo Satán. Con un planteamiento atractivo (por los incontables símiles), su duración la hace un tanto pesada.

Taylor Hackford es un director que me gusta. Sabe dar fuerza a los personajes sin alejarlos del espectador y eso es algo que no todos los cineastas saben hacer. Aquí, Hackford hace un buen trabajo durante aproximadamente 90 minutos, pero acaba sucumbiendo en un final que, si bien es bastante bueno, debe decirse que llega demasiado tarde. El planteamiento es realmente atractivo, así como la forma en la que vamos conociendo a los personajes, pero cuando la película da el giro definitivo, todo se vuelve más previsible de lo que ya era y nos queda la sensación de no saber exactamente a dónde se dirige la historia. Sabemos de qué va y entendemos el discurso moral, pero todo parece ir por un camino que no lleva a ninguna parte. Es uno de los pecados capitales del cine, supongo. A pesar de que no tiene agujeros en el guion, todo parece estar amontonado en busca de una duración excesiva que pretende, quizás, meterse dentro del espectador repitiendo las mismas cosas (de formas diferentes) una y otra vez. En el apartado positivo encontramos un magnífico diseño de producción en el que los decorados son parte de las escenas tanto como los actores y podemos ver, también, un cuidado y ácido retrato de abogados, jueces y leyes que favorecen al criminal si uno sabe utilizarlas bien.

Al Pacino se siente en su salsa. Interpretar al mismísimo Diablo es algo que debió gustar mucho a un actor amante del ademán exagerado y del cambio facial excesivo (no digo que eso sea malo, ojo). Pacino está sobresaliente, sobretodo en ese antológico monólogo final en el que devora, como en todas las otras escenas, a un Keanu Reeves mermado por sus constantes tics que tan bien casan con algunos personajes que ha interpretado en su carrera (destacando el de Neo, en Matrix) pero que no son positivos en cualquier papel. La hermosa Charlize Theron da rienda suelta a su talento cuando afronta su cambio mental y es ahí donde vemos lo mejor de la actriz sudafricana. El mítico Jeffrey Jones, en un rol habitual en su carrera, también está soberbio, al igual que esa gran actriz danesa llamada Connie Nielsen.

Resumiendo, que es gerundio: no sé si será una buena adaptación o no de la novela de Andrew Neiderman, pero si los mimbres son los mismos, el cine ofrece la posibilidad de crear vida "real" y Taylor Hackford la aprovecha solo a medias. Una auténtica pena, porque la película pide a gritos ser una obra maestra.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
También la lluvia
También la lluvia (2010)
  • 7,1
    28.139
  • España Icíar Bollaín
  • Luis Tosar, Gael García Bernal, Karra Elejalde ...
8
Espectacular
También la lluvia formó parte de las candidatas al Goya a mejor película en 2011. Junto a ella, competían la floja Balada triste de trompeta, la aceptable Buried y la concienzuda (pero no tan buena como debiera) Pa negre, que fue al final la que se llevó el gato al agua.

Icíar Bollaín demuestra con También la lluvia que es, a mi entender, una de las mejores directoras del momento y no solo en nuestro país. El guion del escocés Paul Laverty (aunque nacido en Calcuta) es una auténtica maravilla. Laverty da fe de que sus orígenes, acostumbrados a conflictos sociales, siguen muy presentes en su mente y con mucha fuerza. Bollaín se encarga de que las ideas de Laverty tomen forma y lo hace de una manera impresionante. La calma con la que mueve la cámara (que se convierte en su principal arma) al principio de la película es diametralmente opuesta al nervio que imprime cuando se desata todo el conflicto. La directora madrileña mezcla perfectamente dos historias principales con un montón de subtramas personales, consiguiendo que el espectador quede desconcertado y tome consciencia al mismo ritmo que lo hacen sus protagonistas. Lo mejor de esto, a mi parecer, es que la consciencia de cada personaje evoluciona de una manera y eso provoca en el espectador un cruce de ideas y de sentimientos imposibles de explicar. La cuidadísima ambientación, el magistral vestuario y la excelente música, culminan una producción que está muy por encima de otras cintas del cine patrio encumbradas por algunos sectores.

Luis Tosar se sale, como siempre. No es noticia ver al actor gallego devorando una película, pero sí lo es el hecho de que Tosar encuentre en el reparto adversarios a su altura. Un soberbio Karra Elejalde (que igual te destroza una película que te hace él solito otra) hace saltar la banca con su imponente interpretación, así como con su labor de Colón. Gael García Bernal borda su personaje y supone el contrapunto perfecto a Luis Tosar y a su relación con un soberbio debutante como es Juan Carlos Aduviri, que da fuerza al papel al saber perfectamente de lo que habla y comprender de maravilla lo que se le pide a su personaje. Raúl Arévalo y Carlos Santos, metidos como secundarios con mucho peso en la influencia moral de los protagonistas, rinden también a un altísimo nivel. Cassandra Ciangherotti, acostumbrada a papeles y películas ligeras, se adapta perfectamente y absorbe todo el talento que la rodea para ser una más, lo que es mucho decir dadas las circunstancias.

Resumiendo, que es gerundio: También la lluvia es una de las mejores películas españolas de los últimos años sin ningún tipo de dudas. Además, es de las más completas y de las más centradas, ya que siendo ambiciosa, no se desvía nunca de su idea principal. Muy buena.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La matanza de Texas 2
La matanza de Texas 2 (1986)
  • 4,5
    3.027
  • Estados Unidos Tobe Hooper
  • Dennis Hopper, Caroline Williams, Bill Johnson ...
2
Aberración
Secuela de una de las mejores películas de terror en la que sucede algo que no suele verse: que el director repita labor (como guionista, aportando piezas musicales y dirigiendo) y que dé a entender que, o el mundo entero entendió mal la primera (que a mí me parece una obra maestra) o resulta que el resultado final fue pura chiripa.

Tobe Hooper, después de varios trabajos entre mediocres y medio pasables, vuelve a ponerse, doce años después, al mando de La matanza de Texas. Olvidaos de todo lo visto en la anterior porque ya nada cuenta. Hooper intenta hacer una ligera parodia de su película y acaba de un plumazo de manera grotesca con la magia de su ópera prima. Los descontrolados movimientos de cámara (realmente fabulosos) de la primera, dejan paso a planos picados y contrapicados en los que la acción queda, en ocasiones, casi fuera de encuadre. Eso, que ya de por sí es un error imperdonable, se convierte en una minucia cuando se compara con un guion que es más similar a los especiales de Halloween de Los Simpson que a la primera película. Los personajes que permanecen (algunos sin sus actores, por desgracia) pierden todo el encanto y Leatherface se convierte, de repente, en un primo cachondo de Chewbacca. Pero sin duda, lo peor del trabajo de Hooper es la dirección de actores, encargándoles auténticas gilipolleces (ese momento "baile"con la motosierra, que además se repite es indignande) que ellos cumplen con sumo gusto.

Y es que el reparto no mejora la labor de Hooper. A pesar de contar con un actorazo como Dennis Hopper, el director consigue que todos hagan el ridículo. El bueno de Hopper lo intenta, pero se ve atrapado en una maraña de situaciones sin sentido, sin gracia y sin oportunidades para su personaje y no puede hacer nada por remediarlo. Lo de Caroline Williams es de escándalo, sinceramente. Su nominación en Sitges a mejor actriz es algo tan incomprensible para mí como el funcionamiento del acelerador de partículas. He visto pocas interpretaciones tan sumamente malas. Jim Siedow pierde todo el encanto, ya que su personaje pasa de inquietante a absurdo. Bill Moseley, que tiene la difícil tarea de suplir el estupendo trabajo de Edwin Neal, hace un ridículo espantoso que se ve superado solamente por la asombrosa tontería que le cae encima a Bill Johnson, que resulta que en doce años a pasado de ser uno de los mejores personajes del cine slasher a ser un baboso que bailotea con la sierra e incluso se la apoya en las pelotas para simular un jincamiento.

Resumiendo, que es gerundio: hay que tener huevos para sacarse de la manga La matanza de Texas asumiendo tantos riesgos como asumió Tobe Hooper en 1974, pero hay que tener las pelotas cuadradas, también, para mandar a la mierda una joya que has parido tú solito. Lamentable.
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11 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con derecho a roce
Con derecho a roce (2011)
  • 5,4
    21.002
  • Estados Unidos Will Gluck
  • Mila Kunis, Justin Timberlake, Patricia Clarkson ...
6
Irregular
Con derecho a roce está muy cerca de ser una buena película. Metida deliberadamente en un género que trata de "sabotear", acaba, para su desgracia, cayendo en su propia tumba.

Will Gluck dirige su tercera película en tres años. Para ello, él mismo elabora junto a David A. Newman y Keith Merryman un guion que descubre los tópicos de la comedia romántica (por si queda alguien sobre el planeta que todavía no los conozca) e intenta pasar sobre ellas. El problema es que no lo consigue y, lo que podría interpretarse como una declaración que diga: "este género es así y no se puede huír", acaba dejando al descubierto la poca imaginación de la película para terminar de forma libre. A pesar de eso, Will Gluck (al que le hacen una putada con un montaje espantoso) dirige con bastante frescura durante gran parte de la película y se atreve a meter humor en cualquier situación sin renunciar a unos personajes con más personalidad que los que estamos acostumbrados a ver en estas películas de tarde de domingo. Apoyándose en una certera banda sonora, Gluck nos lleva al mismo destino que el resto de comedias románticas pero elige, para ello, un trayecto diferente (casi opuesto, por momentos) en el que las preguntas sí llegan a calar en el espectador y no parecen sacadas del bote de los clichés.

Mila Kunis es un talento curioso. Es una gran actriz cuando se le exige mucho, pero en la comedia romántica no tiene esa chispa que se necesita. No hace un mal trabajo, pero parece acomodarse y caer en el error de pensar que trabajar en una película ligera es pan comido, con lo que descuida mucho las facetas más relevantes del personaje y se centra mucho en los detalles, algo que está muy bien para los papeles de gran calado pero que necesita lo contrario en esta ocasión. Justin Timberlake, sin embargo, ha sido una grata sorpresa. Nunca he sido muy fan de la faceta interpretativa del cantante y, aquí, se le ve como pez en el agua y haciendo un muy buen trabajo. El fenomenal Woody Harrelson, en un papel de apoyo, está verdaderamente gracioso. Buena labor también la de Jenna Elfman, pero si alguien destaca por encima del resto, incluyendo a los protagonistas, es ese genio de la interpretación llamado Richard Jenkins, que se come sus escenas con una facilidad pasmosa.

Resumiendo, que es gerundio: Con derecho a roce es una película muy divertida y que explota muy bien la química de su irregular pareja protagonista. No obstante, deja esa sensación de que podría haber sido una gran película si se hubiese encargado de poner soluciones a los problemas que tanto se empeña en sacar a la luz.
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Larry Crowne, nunca es tarde
Larry Crowne, nunca es tarde (2011)
  • 4,8
    7.687
  • Estados Unidos Tom Hanks
  • Tom Hanks, Julia Roberts, Bryan Cranston ...
4
Cagada
Larry Crowne es una película fallida. Un error que tiene como principal responsable a un Tom Hanks que no tiene ninguna necesidad de meterse en estos berenjenales. Y nosotros, de verlo, tampoco.

Tom Hanks, cuya trayectoria tras las cámaras es bastante corta (aunque él ya ha dicho que se siente cómodo en la labor de director, con lo que augura que va a seguir ejerciendo), nos presenta Larry Crowne, una película que parece enfocada, por reparto, a un público más o menos maduro. Por fuera puede parecer que es una película diferente y a mí, personalmente, me daba la impresión de que sería bastante madura. Lejos de eso, el guion nos presenta situaciones que van saltando de tópico en tópico con el único aval de que sus dos protagonistas son personajes un tanto diferentes a los de la comedia romántica habitual (por la edad, más que nada). Los secundarios son como un grupo de "personajes estrafalarios de comedias baratas unidos". Es como sacar lo que más destaca de cada comedia ligera y juntarlo con otros de su misma especie. El tema, ahí, es que cuando juntas tantas perlas, todas parecen iguales. Al final, los personajes acaban pareciendo casi iguales y se pierde la gracia. En lo referente a la parte romántica, no llega a explotarse la química de los protagonistas, con lo que hablar de romance es casi un eufemismo.

Tom Hanks y Julia Roberts están curtidos en mil batallas. Es por eso que, tal vez empujados por las nuevas generaciones de actores jóvenes o puede que por capricho del propio Hanks, se ven de manera incomprensible metidos en una película que. para ellos, es como darle de mascar una golosina a un tiburón. Los dos están mucho mejor que la mayoría de protagonistas del género, pero así y todo la memoria cinéfila hace que los espectadores tengamos un pequeño sentimiento de decepción. El cómico Cedric "The Entertainer" Kyles aporta un humor muy gestual, convirtiéndose en el único secundario aceptable.

Resumiendo, que es gerundio: Larry Crowne es una comedia que podría calificarse de romántica, aunque los tintes amorosos brillan por su ausencia. En general, la película es un homenaje de Tom Hanks a algunos de sus trabajos más conocidos por el gran público como Forrest Gump, Big, o más recientemente El código Da Vinci.
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