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358 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Del material con el que se hacen los sueños
Resulta curioso que en el mismo año que los franceses hacen sus maletas rumbo a conquistar Hollywood(land) para rodar un homenaje al cine más sofisticado, elegante y clásico que marcó época, con o sin voz, los americanos rinden tributo al cine indagando en sus orígenes y exhumación viajando… ¡a Francia! “The Artist” y “La invención de Hugo” tienen un bellísimo punto en común: su amor innegable por el cine. Pero mientras que Michel Hazanavicius realiza una brillante reverencia por el viaje a la referencia, Martin Scorsese decide indagar en los cimientos y fósiles cinematográficos para reproducirlo con el lenguaje visual contemporáneo (también pasado y universal) encajándolo en nuestro mismísimo presente mediante el 3D. Triple pirueta mortal de la que sólo puede sobrevivir un genio y maestro.

“La invención de Hugo” es el más bello viaje a luna de los sueños cinematográficos que funciona como una transcripción de la belleza de contar historias y revivir las fantasías que habitan en la mente. Partiendo del material gráfico y narrativo de Brian Selznick el director de “Toro salvaje” ha entendido la película como un perfecto mecanismo de piezas en perfecto movimiento donde todo funciona con absoluta exquisitez. Scorsese muestra la chistera (la “Llegada del tren a la estación de La Ciotat” de los Lumière o “El hombre mosca” con Harold Lloyd) para después sorprender con un genial truco. Hugo Cabret, un pequeño huérfano, ladrón y relojero prácticamente invisible, actúa como el director y espectador de esos resortes humanos de un gran reloj llamado vida que orbitan a su alrededor. Su deber, sin saberlo, es que esas aparentes disfuncionales y desconsoladas existencias se ‘arreglen’ para que poner en marcha también nuestras emociones.

La película se mueve como homenaje y resurrección del mito y la grandeza del cine pero también como cuento sobre una metáfora de esos jóvenes que se adentran en un misterio que abre secretas cerraduras, con forma de corazón, y reaniman lo que aparentemente está inerte y aparentemente muerto. ¿No es acaso eso el cine, la literatura y, en definitiva, la vida? ¿Buscar y desenterrar el pasado para poder seguir soñando, haciendo magia y contando historias en el futuro? ¿Hallar ese material con el que se hacen los sueños para que otros los contemplen?
¡Tenga cuidado! Un cohete llamado “La invención de Hugo” va a despegar y a alunizar directamente en sus ojos, atravesando sus retinas, pasando por su cerebro, para clavarse eternamente en su corazón…
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239 de 307 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Desandando el camino
Un escalofrío escaló mi nuca cuando hojeé una famosa revista de cine, o similar. Y es que todos los críticos de la publicación, el 100%, habían evaluado a “la invención...” con la máxima nota. Ante esto, uno no sabe qué escribir, si una crítica de la película o una crítica a los críticos españoles, a los que de un tiempo a esta parte se les ha ido la pinza. Sí, la pinza.

Porque vamos a ver. “La invención de Hugo” no es una buena película. Me resulta difícilmente creíble que alguien que guarde en su 'disco duro' visionados de Dreyer, Kubrick, Welles o Berlanga la considere merecedora de un 5 sobre 5, me extraña enormemente que gente que seguramente haya revisado “Taxi Driver” o incluso tal vez “After Hours” no hace demasiado tiempo, eleve a esta peliculita a la altura de la perfección. Es edulcorada y artificial. A la música se la ve venir desde la primera nota. Es muy obvia en sus intenciones evocadoras. Su infografía (sic) es inexpresiva. Todos los momentos oficialmente emotivos son previsibles. Etcétera. Lo mejor que se puede decir de ella es que no es ofensivamente mala como muchos hits de la actualidad.

¿Entonces? No lo sé, y estoy demasiado cansado para averiguarlo. Señores, el arte es una cosa muy compleja, muy cabrona. No llega con tener un corazón de oro y un homenaje tierno entre manos para llegar a algún sitio. Se habla de los sueños, de la magia, como se habla de la belleza del atardecer de una vieja postal, con la barbilla sobre el puño y pestañeando mientras se mira hacia arriba con aire soñador. Se ejecuta el artefacto al modo-de-las-aventuras-literarias-de-descubrimiento-infantil, sin alcanzar en ningún momento lo que a gritos pretende obtener. Me parece muy bien que sea para niños, los criterios de calidad son los mismos que para el cine de mayores. ¿Creen de verdad que Scorsese se ha dejado los marbolubios en el parto de esta película? Qué va. Él también está cansado. Y lleva mucho tiempo desandando el camino.
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268 de 370 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Mucho mejor como homenaje cinéfilo que como película en sí
'Hugo' es, indudablemente, una buena película y un trabajo excepcional de Martin Scorsese. La cinta tiene una planificacion casi perfecta, a pesar del abuso de la tecnología. Los actores están bien seleccionados y bien dirigidos, y la obra es visualmente inmejorable, además de poseer una banda sonora preciosa. En el elenco sobresale por encima de todos la joven Chloë Moretz, a la que ya vimos brillar un tiempo atrás en la notable 'Kick Ass'.

Pero 'Hugo' tiene problemas, y como suele suceder, estos vienen en la construcción de la trama. Esta historia, envuelta como cuento para niños, tiene muchos agujeros y varias trampas de guión.

Por ejemplo:

- La casualidad está demasiado presente en el libreto, prácticamente en todo momento: varios ejemplos en el 'spoiler'.

- Algunas situaciones están forzadas hasta el límite. Más ejemplos en el 'spoiler'.

- Varias secuencias rayan en la tontuna, como casi todas en las que está el 'policía' torpe.

- Y de la utilidad de personajes como el de Christopher Lee mejor ni hablar.

- El brutal fallo de raccord de la llave en la vía lo dejaremos pasar porque algo tan burdo no puede estar hecho sin querer.

Sin embargo, cuando casi todo parece negativo, aparecen esos momentos de CINE donde la obra despega para hacernos volar con ella, demostrando que 'Hugo' funciona mucho mejor como homenaje cinéfilo que como película en sí. Todo lo que rodea a Méliès es puro cine. Cada fotograma de sus obras está expuesto con un amor reverencial por parte de Scorsese. Una maravilla.

Con todo ello nos queda un film irregular, con una historia que no termina de convencer por un lado y que enamora por el otro. En global Hugo es una cinta altamente disfrutable, y una delicia para la vista y el oído a pesar de sus variados problemillas de guión. De todos modos, la mayoría de la gente no se los tendrá en cuenta.

+ Lo mejor: Los momentos en los que la película se olvida de la trama principal y nos habla, con el corazón en la mano, de Cine. Chloë Moretz.
- Lo peor: que la trama principal no esté un pelín más trabajada y tenga tantos agujeros y casualidades.

Calificación: 7/10
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188 de 229 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
La sobrevaloración de Hugo
No entiendo de cine desde un punto de vista profundo. No veo películas buscando signifados metafóricos sobre los sueños y el amor perdido. Simplemente me siento e intento disfrutar. Hay películas con las que disfruto, y otras con las que desconecto y pienso en mi agenda del día siguiente.
La invención de Hugo está en esa segunda clase de películas. Sin negar la excelente calidad técnica, ambientación, decorados, etc. Pero en contraposición con la mayoría de críticas, a mi no me pareció ni una obra de arte ni nada parecido. De hecho, los momentos en los que el director busca emocionar, se ve claramente que el director quiere emocionar. Bueno, no me he explicado bien, pero da igual. Nadie o casi nadie estará de acuerdo con esta crítica.
Entre esta y los descendientes, voy a empezar a pasar bastante de las críticas de los críticos antes de ir al cine.
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135 de 180 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Cuando la vida va mal es porque no funciona y hay que repararla
Este es el mensaje de la peli, y para ofrecerlo Scorsese se vale de un pobre huérfano que vive en un reloj en la estación de París, un ex combatiente de la primera guerra mundial tullido, que es el jefe de estación, enamorado locamente de una floristera, un señor mayor que quiere acercarse a su amada y su perro siempre se lo impide, y de un pobre viejo juguetero al que le embarga la más profunda tristeza. Todos están rotos, no funcionan, y el coraje del niño es lo único que existe que pueda solucionar la situación, él arregla cosas, aparatos, y piensa que las personas somos iguales, si no funcionamos es porque necesitamos una reparación.

Para contarnos esta historia Scorsese se vale de toda su maestría cinematográfica, todo su talento al servicio de un maravilloso cuento. Unos fantásticos decorados, preciosa fotografía, buenos actores, con la increíble resurrección de Ben Kingsley, música pegadiza, un buen guión basado en el libro de Brian Selznick y finalmente una conmovedora sobrecarga cinéfila en recuerdo a los pioneros del cine.

Normalmente, cuando pongo una nota, esta va siempre dirigida al género que estoy presenciando, y aunque esta peli abarca un buen número de ellos, mi puntuación va como película fantástica, y como tal me parece una de las mejores de los últimos años, yo diría que una obra maestra del género.

El maestro Scorsese ha vuelto, y lo ha hecho por la puerta grande, por lo que hay que darle gracias de nuevo por peliculones como este, tan alejado de sus anteriores trabajos.

Aviso a navegantes: Pese a ser una peli presumiblemente infantil, quizá a los chavales les aburra, ya que es una peli dirigida más bien para adultos, cuidado con lo de los niños, pues además es bastante larga, y ya sabemos todos la guerra que dan cuando se aburren.

Debido a esto le he bajado un punto y no le he cascado ese 10 que seguro se merece, película redonda.
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83 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La estación
Las historias protagonizadas por niños siempre albergan grandes alicientes: citarnos de nuevo con nuestras más inocentes ilusiones, hacernos soñar de la misma manera que cuando aún no éramos conscientes de las miserias que componen esta vida, devolvernos parte de la infancia que perdimos, transportarnos a un mundo mágico en el que los problemas siempre tienen alguna solución… Martin Scorsese (“Shutter Island“, 2010) pretende resucitar ese espíritu traicionando -de nuevo- su propia identidad artística. Y es que el trabajo del realizador italoamericano a lo largo de su carrera puede dividirse en dos partes: la auténtica (urbana, reflexiva, oscura, delincuente, polémica, única, llena de personajes convertidos en icono) y la que inició una vez entrado el nuevo siglo: más densa, arriesgada, comprometida con historias enrevesadas, transmitiendo la sensación de que tuviera que saldar alguna deuda con esa parte del cine que nunca tocó.

A todos sorprendió su anuncio de una película familiar en 3D, producto en las antípodas de lo que hasta ahora había hecho el director. John Logan (“Gladiator“, 2000) adapta la novela escrita por Brian Selznick ‘La invención de Hugo Cabret‘, cuyo argumento nos habla de un niño huérfano llamado Hugo que vive sólo entre los grandes relojes de una estación de tren. Allí los mantiene y repara, y cuando el hambre acucia baja a darse algún paseo entre los andenes para birlar algún tierno croissant. Su mayor reliquia es un robot estropeado y oxidado cuyo funcionamiento se acciona a cuerda, y su mayor objetivo, el de repararlo, por toda la historia sentimental que hay detrás de él. En su odisea se cruzarán personajes que intentarán darle caza para meterlo a un orfanato, como el Inspector (Sacha Baron Cohen), o ayudarle, como es el caso de la entrañable niña ansiosa de aventuras, Isabelle (Chloë Moretz). El mayor enigma se esconde tras las barbas del personaje interpretado por Sir Ben Kingsley, George, que regenta una tienda de reparación de juguetes dentro de la estación.

La película quiere ser un sentido homenaje al cine y una experiencia llena de sueños infantiles, y aunque en su conjunto es preciosa y la atmósfera de la que está compuesta puede considerarse como mágica, hay algo que deja vacías las emociones o la capacidad de transmitir de esta historia. Como película infantil, “La invención de Hugo” es brillante: si yo tuviera siete años estaría saltando de alegría sobre mi butaca, celebrando esta bella e inocente fábula nostálgica. Pero como hace ya muchos años dejé atrás esa edad, sólo puedo contemplarla desde una percepción adulta que no logra sobrecogerse, ni emocionarse, ni vibrar con esta película, encontrando múltiples desenlaces bastante predecibles y multitud de historietas demasiado impuestas e ingenuas como para sorprender.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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64 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Ni Hugo inventa, ni la cosa va con él
Decía Capra que toda buena película debe tener al menos un par de momentos destinados a perdurar. El argumento de cualquier historia puede olvidarse, pero no esos momentos. Esa es una de las cosas que distinguen a una buena de una mala película, o, simplemente, de un trabajo realizado con oficio.

Este último es el caso de "La invención de Hugo", una peli de oficio. Por más que pienso en ella no logro recordar ningún momento que me haya emocionado especialmente. La película pasa sin pena ni gloria, tardando demasiado tiempo en arrancar, demasiado tiempo hasta que comienza a definirse. Está muy bien hecha (se nota que es una producción en la que hay dinero), pero la historia no llega a emocionar y eso es problema de guión principalmente.

Que Scorsese es un cinéfilo empedernido ya lo sabíamos. Que ha hecho gala de su talento tiempo ha, también. Lo triste es comprobar, una vez más, que ninguna de las otrora "viejas glorias" de Hollywood (léase Scorsese, Spielberg, Allen, Eastwood, Coppola, etc.) están ya al nivel de cuando eran jóvenes. Parece que todos echaron el resto hace más de veinte años. El oficio ya se lo presuponíamos al director de "Taxi Driver" y "Toro Salvaje" (como el valor al soldado), pero no es suficiente.

No hay aventuras ni fantasía en esta cinta, no hay magia, tan sólo un pequeño homenaje a la figura de un pionero. Algunos personajes, además, me parecen francamente desaprovechados, como el librero interpretado por Christopher Lee. Lástima que un papel con tanto potencial como este se quede simplemente en lo anecdótico.

"Cinema Paradiso". Eso sí es una historia redonda y uno de los mejores homenajes al mundo del celuloide.
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46 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Insufrible e interminable
De verdad que no sé de dónde sacan los periódicos- de aquí y de fuera- a sus críticos. ¿Con que bellísima, espléndida, etc...? A mí más bien me pareció un auténtico plomazo. Conste que soy un espectador bastante resistente, pero hacia la mitad ya había perdido cualquier esperanza de que aquello llegar a enderezarse y no sabía cómo ponerme en la butaca. Para ser sincero, confieso que tengo muy poco cariño por el cine "poético". Me aburrió "Amelie" (por citar algún ejemplo) y esta especie de homenaje a Meliès, a los pioneros del cine o a la magia de la pantalla me pareció un quiero y no puedo. Me da igual que la firme Scorsese. Para empezar me gustaría saber a quién se le ocurrió un argumento tan alambicado. La película no termina nunca de arrancar, entre otras cosas porque el director no se la cree y tampoco parece haber disfrutado haciéndola. La prueba es que a pesar de sus esfuerzos no tiene maldita gracia. Ni tampoco conmueve ni emociona. La magia del cine se defiende mostrándola, no refregándola en las narices del espectador una secuencia sí y otra también. Todo trufado además de guiños para los entendidos. Yo sólo capté la escena del reloj a lo Harold Lloyd, pero me juego la cabeza a que hay media docena más. Una auténtica lata. Si le dan un Oscar será para suicidarse, aunque el mérito visual sí se lo reconozco. Sin superlativos, pero el tratamiento de la imagen no está mal. Lo que ocurre es que el cine no es sólo imagen.
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85 de 133 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¡Qué viva el cine!
"Si alguna vez preguntan de dónde vienen tus sueños, mira a tu alrededor". Esta frase escuchada en el film, afirma lo que nos viene ordenando los fotogramas que el cineasta Scorsese nos deja no sólo a la imaginación, sino a los recuerdos y evocación de Georges Méliès y sus primeros films en el cine.

Si bien la historia ubicada en París, en los años treintas, donde Hugo (Asa Butterfield) es un niño huérfano que vive escondido en una estación y se ocupa de arreglar relojes; muy pronto entenderemos que el cine del siglo XXI no sólo rinde un tributo más que merecido al mago francés Méliès, sino que a través de la imaginación del niño, devienen los deseos e imaginación de él, por el descubrimiento y significación de Méliès.

Un encuentro bien cinéfilo, que arbitra los intereses más recónditos de cualquier espectador por encontrar la fascinación de las imágenes en movimiento y con ese tono sincero y escudriñador de los ojos de Hugo: un interés histórico, como reflejo de un instante de la evolución del cine como arte desarrollándose, y, por otro lado, un provecho hermenéutico, como “pergamino” de un estado de la cuestión (la imagen en movimiento más ontológica que valorativa).

Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia).
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54 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El inventor de sueños
“Hugo Cabret” es un espectáculo de magia con una llave secreta que abre el corazón para hacer funcionar las almas estropeadas. Es un viaje alucinante a los orígenes del celuloide en un París embrujado.
El homenaje que Georges Méliès, el ilusionista, mecánico, cineasta y fabricante de sueños se merecía. Porque con él se gestó esta maravilla que nos lleva a las estrellas desde hace algo más de cien años. Tuvo mucha más visión de futuro que los Lumière, los inventores de la máquina de filmar, pues al contrario que ellos advirtió que aquel aparato señalaba el nacimiento de una revolución en el campo del arte y del ocio.
Pero como toda ilusión, era frágil, un soplo demasiado fuerte podía desbaratar sus delicados engranajes, los que Méliès había construido con tanto cariño, como los de los juguetes y autómatas en los que él era un consumado manitas. El arte de fabricar sueños se sostiene sobre un castillo de cristal, aquél que el genio empleó como estudio cinematográfico transparente para rodar sus cientos de películas.
Llegó la Gran Guerra y ya no había lugar para una distracción que quedó superflua. ¿A quién le apetecía ver películas cuando medio mundo estaba enzarzado en una hecatombe? La vocación del pionero se vino abajo cuando la gente dejó de tener tiempo y ganas de soñar despierta. Años de pasión y trabajo se arruinaron y los originales que eran el producto de tanta creatividad fueron quemados.
Hugo Cabret es la llave con forma de corazón. La que no inventa ningún artilugio nuevo pero sí aprende cómo encajar y reparar un alma que llevaba muchos años averiada. Es el legado de unos tiempos que pugnan por resurgir, porque heredó los fundamentos de la magia.
Y de hecho, el celuloide retornó con más fuerza que nunca, y el testimonio de ello es que aquí estamos, más de un siglo después de su creación, encomiando una película de un director actual llamado Martin Scorsese.
La forma de rodar ha evolucionado tanto que quizás al mismo Méliès, tan avanzado y vanguardista, le costaría asimilar la masiva intrusión de la tecnología. Ya la artesanía es un artículo desfasado y lo que antes se recreaba con escenarios, decorados y efectos especiales de fabricación casera ahora se hace con complejas máquinas electrónicas como los ordenadores.
Pero el espíritu es el mismo. La forma varía, pero no la finalidad: seguir fabricando sueños.
Venid y soñad. Un viaje al infinito cuesta muy poco.
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33 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
SCORSESE POWER
Espectacular tomadura de pelo. Lo de espectacular es por lo visual, únicamente. La perfección técnica envuelve un paquete vacío, decepcionante.

Película tediosa y mal contada, en parte debido a un guión torpe y lento, que no consigue enganchar ni por un momento. A los diez minutos uno se revuelve en la butaca con la esperanza de que la cosa espabile, pero nunca lo logra. 127 minutos desperdiciados.

11 nominaciones a los Óscar, absolutamente inexplicables. Uno sale del cine pensando en el poder que debe tener este señor llamado Martin Scorsese sobre Hollywood, o en lo comprados que están los responsables de que este truño esté en la -supuestamente- gala más importante del cine (por otra parte, cada año más cobarde).

En resumen, una cinta desapasionada, vacía, lenta, aburrida como ella sola. Ni siquiera los actores hacen nada por evitarlo. Un tostón, un pestiño, un bodrio muy caro. No desperdicien dos preciosas horas de sus vidas en esto y vayan a ver una buena película.
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80 de 136 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Los engranajes del autómata
Martin Scorsese ya no tiene que demostrar nada. Pero ahí sigue, siendo un referente, y para colmo uno de los abanderados del nuevo cine tridimensional con La invención de Hugo. Scorsese se entretiene y nos maravilla creando espacios mágicos, utilizando el 3D para garantizar la aventura de este cuento de hadas, de trenes y de cineastas. La invención de Hugo puede entenderse como una película menor de Scorsese, pero lo más justo, como ya ocurría con el Oliver Twist de Roman Polanski (también con Ben Kingsley), sería decir que es una película diferente del director de Toro salvaje. Por eso La invención de Hugo es un homenaje al cine y sobre todo, ante todo, una exploración del medio cinematográfico, el sano ejercicio de un maestro que continúa jugando con los canales y las posibilidades de ese séptimo arte que remite a tiempos de los hermanos Lumière y George Méliès.

Ninguna película aúna mejor los conceptos de tradición y modernidad como La invención de Hugo, y la cinta desfila ante nuestros ojos como un espectáculo precioso, con una factura visual impecable, como ese relato familiar navideño casi definitivo que no fue Polar Express. Ahora bien: hay cosas que no son propias de un autor como Scorsese. La película empieza con un travelling esplendoroso y un cuarto de hora de cine mudo que me hace pensar en la posibilidad de una película más pequeña, tal vez un mediometraje. La cuestión es que el relojero Scorsese falla en los engranajes narrativos de la historia. El paisaje es de ensueño, pero la historia que acoge no vibra, no emociona, no sucede a la misma velocidad que un vagón sobre sus vías, ni tan siquiera funciona con la precisión y la efectibidad de un reloj antiguo. El envoltorio técnico es muy grande, aunque no debería pasar desapercibido que su entramado, el sistema que conecta las tripas de hierro del robot, cuenta con pocas piezas.

La invención de Hugo es un placer para la vista, una suerte de Carlos Ruiz Zafón en un París luminoso. La desgracia es que me paso dos horas de película intentando que la llama no se apague, tratando de no perder la ilusión, luchando para que la historia conecte con un cine no solo impoluto en lo técnico sino complejo en lo emocional. Me gusta estar en la estación de La invención de Hugo, pero a pesar del 3D no siento como propios los ruidos de las gentes, los pitidos de los trenes, el olor de los cruasanes o el eco de los pasos del jefe de estación que interpreta Sacha Baron Cohen. Me coloco y sueño, pero no llego al éxtasis. Hablar de los mundos que recrean los libros y las primeras tiras de celuloide no significa sentir en primera persona la magia del arte. Es una obra mayor y aún así me ha dejado con ganas de más. El problema está en el mecanismo, en los engranajes, en la sinergia de una historia que tal vez pedía menor voluptuosidad y mayor riesgo.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
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26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La Invención de Martin
Recomiendo a los seguidores de Martin Scorsese que vean esta película, y que no se dejen influenciar por otras críticas que han catalogado a este largometraje como "una película demasiado infantil". Es cierto que no es el género habitual que suele hacer este gran director, pero no por ello es de menor calidad.

Recuerdo que al principio no estaba del todo convencido de ir a verla. Sin embargo, no podía dejar pasar la oportunidad de ver de nuevo una película de Scorsese en la gran pantalla. Cuando comienza con ese movimiento de cámara tan original y acompañado de una fantástica banda sonora, es imposible arrepentirse de haber ido a verla. Además, hay que destacar a Ben Kingsley interpretando al director Georges Méliès.

En los 127 minutos que dura la película, Scorsese nos muestra con gran elegancia los medios, materiales y decorados de los que disponían los cineastas de la época. Y por supuesto los "trucos" que hacían posible lo que tanto se ha hablado de este largometraje: la magia.

La película te hace valorar como nunca el cine de antes, hasta tal punto que te dan ganas de ver la filmografía de Georges Méliès. “La Invención de Hugo” no es solo para niños. También es para aquellos que les gusta el cine. Mi voto es de un 8, pues mi nota final se acerca más a esa que al 7.
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23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
En serio, ¿estáis de coña?
Me acabo de registrar en FilmAffinity expresamente para hacer un acto de caridad y evitar que la gente gaste su dinero en una de las películas más aburridas que he visto. No soy un entendido de cine, sólo me puse a ver la peli con la intención de pasar un buen rato y cuando iba por la mitad estaba pensando en mis cosas y luchando por concentrarme en lo que estaba viendo. Cuando ya me desligué totalmente de ese bodrio de historia, comencé a fijarme en que no para de salir humo de todos los sitios...jajaja de verdad que se ha abusado muy mucho muchísimo de ciertos efectos, pero bueno, con la vergüenza ajena que me dieron los personajes, eso es lo de menos. Ahora, lo peor de la película son las críticas. Vale que puede haber gente que disfrute de este ''homenaje al cine'', pero en ese caso, que lo vendan como tal y no como una maravillosa historia de aventuras que deleitará a mi niño interior... por favor... no sé si son más empalagosas las críticas que la película misma. Si yo estuviera en la piel de Scorsese, me daría un poco de corte aparecer con "esto" y que la gente pagara por verlo, pero si fuera el autor de alguna de las críticas que aparecen en la página principal, definitivamente se me caería la cara de vergüenza y pediría a Dios que trajera de vuelta mi sentido del criterio.
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39 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
¡Abran paso, tenemos una obra maestra!
Este año se lleva el tema de los homenajes. Pues qué bien. O andamos faltos de ideas o la nostalgia nos embriaga que da gusto, ¿eh, Allen? Sea como fuere, no soy yo un cultureta que reniegue del cine actual, ni mucho menos del cine de esa bestia parda que es Scorsese. A mí este tipo no tiene nada ya que demostrarme. Eso sí, si bien afronté la cinta con ganas y unas expectativas decentes, debo admitir también que rondaba enderredor mío la mosquita cojonera de turno poniéndome sobre aviso, no fuera a ser que una vez más, como ya pasara con 'The artist', la cosa tuviera más de terrenal de lo que tantos y tantos creyentes fervorosos promulgaban. Y es que a veces pareciera que el cielo se estuviera abriendo sobre nosotros, tales son los gritos entusiastas de algunos (lo de la unanimidad de crítica es la leche). Total, que no soy yo quién para juzgar nada, mucho menos cuando de hablar de los gustos particulares de cada uno se refiere, pues ya se sabe, cada cual se emociona como buenamente puede.

El caso es, pues, que 'Hugo' lo tiene todo para ser catalogada de obra maestra, o de peli notable, al menos. Y tal es la evidencia que desde escasos minutos de película yo ya desistí de maravillarme ante nada: absolutamente cada pieza está engranada y engrasada para apelar a los sentimientos del palco, que de estar por la labor meará bechamel y cuantos perjúmenes se quiera. No todos los días se redescubre el cine, claro -dirán. Pero no, el aplauso no puede ser unánime, y así es que a mí cuanto ocurre en esta cinta me resulta intrascendente, mecánico, artificioso, visto demasiadas veces. ¡Eso es porque lo miras con los ojos de un adulto, autómata de mierda! Que sí, que vale, que un día de estos que tenga revisión con el oculista le pregunto acerca del mito de "la mirada limpia, renovada, juvenil, cándida e inocente", la cual parece requisito imprescindible para distinguir el grano de la paja, y es que hay mucha paja...

Por poner algún ejemplo, no sé ustedes, pero a mí las historias de mocosos me suelen dar bastante asco, salvo que los mocosos en cuestión in-ter-pre-ten, cualidad bastante deslucida en los que habrán de protagonizar esta 'Hugo'. Tanto él como ella apestan en sus roles. Como sé que ella gusta mucho baste recordar la escena de "you don't read booookssss????", en la que sólo le falta exclamar un OMG, pues los ojos desorbitados y la boca desencajada ya la lleva de serie (toda la película). Total, que los mayores sobran y los pequeños sobreactúan que da gusto, pues nada... ¿Qué pasa? Que esto sería perdonable si el bueno de Scorsese hilvanara una historia mínimamente interesante o absorbente, pero no, la peli aburre a las ovejas. Mucho traqueteo con la cámara, mucha experimentación visual, mucho plano acojonante, mucha ambientación insuperable, mucha iluminación chachiguay, mucha NADERÍA argumental. Al final uno acaba del virtuosismo estético hasta las mismísimas pelotas. Empacho es poco.
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30 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Maravilloso homenaje a los padres del cine
Me imagino a un joven Scorsese descubriendo las obras de Méliès, Keaton o Chaplin mientras soñaba con poder imitar algún día a los padres del cine. También grabando sus primeros cortos, ilusionado por escribir su propia página en la historia de la pantalla, labor que conseguiría con creces. Tras cuarenta años de peliculones ('Toro Salvaje', 'Casino', 'Infiltrados'), el director se atreve ahora con un magistral 3D que, curiosamente, resucita al cine más prehistórico.

La historia se ubica en los años 30, en una antigua estación de París donde Hugo (Asa Butterfield), un pequeño y pícaro inventor, deberá hacer lo posible por desentrañar un misterio que le dejó su padre antes de morir: hacer funcionar un robot autómata roto y ajado por el tiempo. Junto a su dulce amiga Isabelle (Chloë Moretz), se adentrará en una mágica aventura que le llevará a conocer los secretos de un misterioso Georges Méliès (Ben Kingsley).

Experimentos pioneros de cámara en cientos de cortometrajes consolidarían la figura del mago Méliès, popularmente conocido por clavarle un cohete a la Luna en 1902. 'Le Voyage dans la Lune' es sin duda su obra más emblemática y es una referencia importante en la película. Muchos sonreirán al ver a las criaturas del cineasta francés en pantalla gigante y rediseñadas por Scorsese. Un gran espectáculo. El filme también saca a relucir perlas como la famosa 'Llegada del tren a la estación de La Ciotat' de los hermanos Lumière, escenas y guiños de Keaton y Chaplin, e incluso 'El hombre mosca' de Lloyd. Todo bajo una atmósfera de fantasía donde cada engranaje mueve la película como un reloj de emociones constantes.

La técnica es perfecta y hay que reconocer que el 3D está muy logrado, gracias a escenas majestuosas y envolventes como el kilométrico travelling del principio. Puro cine que se explora a sí mismo, que resucita a sus ancestros y los vuelve a proyectar con la tecnología actual, llegando un momento en que no sabes si llorar, reír o saltar en la butaca.

'La invención de Hugo' hará disfrutar a todo tipo de público y sorprenderá a los más cinéfilos. No pasarán muchos minutos para darse cuenta de que Hugo es el niño que lleva dentro Scorsese, descubriendo el cine bajo la magia creadora de Méliès y queriendo transmitir al espectador su misma pasión y amor por la pantalla. Un hermoso viaje a la luna de los sueños cinematográficos, sin duda uno de los más bellos homenajes que se le han hecho al cine.

Gracias Martin.
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20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
De las peores películas que he visto
Para empezar, cuando sales de ver la película te preguntas: ¿Por qué se llama así? ¿La Invención de Hugo?
Lo único bueno que le encuentro es que visualmente es atractiva y tiene un buen 3D, pero ahí termina todo.
Me da igual que la película sea de Martin Scorsese, que haya ganado 5 Oscars y haya estado nominada a 11. La película es lenta, aburrida y sin sentido.
La película nunca termina de arrancar, y cuando te das cuenta de que no lo va a hacer es desesperante ver como se rellena con escenas estúpidas que intentan ser graciosas y lo único que logran es alargar la duración de la película.
Lo del homenaje al cine... en fin, si esto es un homenaje...
Lo dicho, se que la mayoría llena de halagos esta película, muchos lo harán simplemente por el número de premios que tiene, pero estoy seguro que a muchos de ellos les habrá aburrido tanto o más que a mi.
Si quieres un consejo, ahorratela.
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42 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
La invención de los oscar.
Por favor, seamos serios, que el creador de obras maestras como Uno de los nuestros, Casino, Infiltrados, Toro sentado, Taxi Driver, tenga como película mas nominada La invención de Hugo es un insulto para el cine, para los cinéfilos y para el buen gusto.
Es una película lenta, aburrida, espesa y sin sustancia, visualmente muy atractiva, pero el guion hace aguas por todos los lados.
Personajes sosos, demasiado infantiles y situaciones que están lejos de emocionar o ser graciosas.
Quizá mis espectatívas eran demasiado altas. Esperaba encontrarme una historia a la altura de las aventuras de tom sawyer o oliver twist. Nada mas lejos de la realidad. Una historia sin sentido, personajes que en ocasiones son ridículos o causan vergüenza ajena. Una historia que se diluye según van pasando los minutos de metraje, para acabar totalmente difuminada dejándote en la boca un regusto insulso y amargo.
La banda sonora es buena, pero en ocasiones toma demasiado protagonismo en la historia, logrando hacerse pesada por momentos y deseando un rato de paz entre tanta escena costumbrista (lo mejor de la película) que no dice nada.
En definitiva, para mi gusto, una de las peores películas de Scorsese, y sin duda alguna la mas sobrevalorada.
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34 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
De aventureros y hechiceros.
"Mi padre me llevaba mucho al cine. Me habló de la primera película que él había visto: entró en una habitación muy oscura, y en una pantalla blanca, vio a un cohete volar y estrellarse con el ojo de la luna. Dijo que fue como soñar en la mitad del día.

El cine era nuestro lugar especial, hasta en los peores momentos"

Con frases como esta inunda Scorsese lo que a priori parecería una historia infantil: Hugo es un cuento que deja de serlo para convertirse en un homenaje al cine. Con una estética cuidada, una historia encantadora y un optimismo radiante que se echa en falta en estos momentos, nos presenta la historia de Hugo Cabret, un niño huérfano que cuida del reloj de la estación mientras busca como arreglar el último recuerdo que tuvo con su padre.

En esta fábula todos los personajes son extraños en su mundo, gente que no se ha atrevido a buscarse como tal, y que se dedican a ser engranajes de una máquina gigante: el trascurrir del tiempo. Pero a Hugo le gusta arreglar cosas, que todo pueda cumplir su cometido. Y así nos encandila e impresiona, hasta dejarnos sin aliento en una película de dos horas en la que los momentos más intensos son aquellos donde la realidad y la fantasía se fusionan, a través de una cámara y una pasión intensa, que pasará más allá de la pantalla.

Bajo el disfraz de un cuento para niños, Scorsese hace de Hugo un homenaje al cine más puro, a las razones que nos hicieron amar la pantalla y entregarnos a un truco de magia que nos vuelve aventureros, hechiceros, sirenas... en definitiva, magos.
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22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"Ven y sueña conmigo"
2011 fue un año de cine, y sobre Cine. Un año para cerrarle la boca a todos aquellos que dicen que "el cine ha muerto". El séptimo arte sigue vivo, y haciendo soñar. Películas "The Artist" o "Midnight in Paris" y cortos del nivel de "The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore" nos demuestran que el lenguaje de los orígenes sigue siendo clave para entender el del presente. Y "La invención de Hugo" ha sido la última en llegar pero se coloca entre las primeras, sin apenas esfuerzo, porque Martin Scorsese en su condición de Méliès moderno nos guía en su primera película "infantil" por la Historia del Cine, convirtiéndonos en otro Hugo, en otra Isabelle, y en definitiva en otro niño que asiste a este milagro como si fuese la primera vez.

"Una vez conocí a un niño que se llamaba Hugo Cabret. Hugo quería resolver un mensaje secreto, y ese mensaje guió sus pasos... hasta que llegó a su destino."

Faltan quilates en la balanza para medir lo que Scorsese ha hecho por el cine no sólo desde detrás de las cámaras (o delante) sino tambien a en paralelo, arriba y abajo. Su labor como restaurador, documentalista y cinéfilo en general se ve plasmada en esta magnífica adaptación del cuento Brian Selznick a cargo de John Logan, pero aquí poco importa eso porque podemos ver en ese Hugo a la figura del propio Martin. Hay mucho de autobiográfico en esta historia sobre un pobre huérfano que sólo aspira a resolver ese misterio familiar, y en esa cansada mirada del ahora juguetero anciano interpretado por un inmenso Ben Kingsley.

Hugo va sobre cine, y es gran Cine. Sin caer en lo obvio, sin forzar más allá de lo razonable, esta fábula trata sobre nosotros mismos y sobre ellos, los que nos abrieron las puertas, y a los que nunca deberíamos olvidar. Cineastas, familiares... en el fondo todo es lo mismo. Se trata del sentimiento, de hacer soñar, de conseguir lo imposible. Y Scorsese filma, rueda, talla este material con una fuerza sobrehumana (sus planos secuencia siguen siendo maravillosos) con el añadido de rodar en 3D real... y conseguir lo imposible: que merezca la pena pagar por verlo. Lo que consigue "Hugo" en tres dimensiones es algo comparable a lo que los Lumiére lograron con su primera proyección de "Llegada del tren a la estación de La Ciotat". Y si encima se ve en un cine, con un buen sonido para disfrutar de la soberbia partitura de Howard Shore, la cosa cambia: para bien. Se graba a fuego, porque aún sin ser una Obra Maestra, se trata de cine de calidad. De muchísima calidad, que nos devuelve al mejor Martin Scorsese, al inmortal Méliès, a los grandes Chaplin, Keaton y Harold Lloyd, que educa y sirve como punto de partida para que, como esos niños, uno pueda interesarse por el "antes", sin olvidar el "ahora", ni el "después".

"Ven y sueña conmigo", dice un personaje a su audiencia. Y yo, fui.
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17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
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