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14 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Amor de recién casados
Décimo largometraje de François Truffaut, rodado en exteriores y en escenarios naturales de Paris. Se estrena en "première" el 1-IX-1970 (Paris).

La acción tiene lugar en Paris, en 1969/70. Analiza el amor conyugal de Antoine (Jean-Pierre Léaud) y Christine (Claude Jade), recién casados. Sitúa frente a frente dos maneras de ser, dos modos de entender el amor, dos educaciones diferentes y dos extracciones sociales contrapuestas. La historia traspira el encanto y la poética propios del realizador. Christine llena la pantalla de elegancia, sensibilidad y sensualidad. Antoine desborda vitalismo y simpatía. La vida en común trascurre al amparo del amor de recién casados, que en general facilita la adaptación a la nueva vida y permite la superación de algunas dificultades. El entorno que les rodea viene marcado por la excentricidad de los personajes que pueblan el patio de vecinos de la vivienda que ocupan (cantante de ópera exageradamente puntual, veterano de la IGM recluido en casa desde hace 20 años, un curioso personaje apodado "el estrangulador", etc.).

El humor y la ironía salpican el metraje con ocurrencias y lances que mantienen la sonrisa a flor de labios casi sin interrupción. Se hace uso de recursos sencillos e imaginativos: aviso en japonés, cena de potitos y similares. En otras ocasiones se recurre al surrealismo y al humor negro, como en la escena en la que una chica enamorada da fe de su amor diciendo al amante: "Si tuviera que suicidarme, me gustaría hacerlo contigo".

La fotografía es de Néstor Almendros, en su segunda colaboración con Truffaut, sobre un total de ocho. Ofrece encuadres de gran precisión, un dibujo magnífico y combinaciones armónicas de colores suaves (blanco, azul, verde, gris). Construye composiciones novedosas y efectivas (imagen de Antoine de pie en el suelo junto a Christine de pie sobre una tarima con encuadre a la altura de la cabeza de él). Algunas tomas provocan desconcierto y sorpresa, como el derribo de un tabique visto desde el lado opuesto al de quien lo derruye con gran estrépito. Para desvelar al espectador un feliz acontecimiento futuro se utiliza la imagen inmensa de una valla estática. La música ofrece temas predominantemente románticos, de formación orquestal, que suenan con brío y fuerza. Destacan las composiciones "Christine", "Kyoko", "Les charmes du Japan", "Hereuxs en menage" y otros.

El realizador no oculta su amor al cine de los grandes maestros y su deseo de contagiarlo al espectador. La vida en el patio de vecindad parece inspirarse en Jean Renoir, la excentricidad de algunos vecinos posiblemente evoca a Jacques Tati, las miradas furtivas desde la ventana podrían ser de Hitchcock, el silencio que se produce al paso del "estrangulador" recuerda a Lubitsch, los encuadres de piernas rinden homenaje a Buñuel (de moda entonces en Francia). La caracterización de Christine subraya su parecido con Catherine Deneuve. Abundan las citas cultas, sobre todo las cinéfilas y literarias.
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31 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
“Siempre hay una flor que no cambia de color”
Esta frase forma parte de uno de los continuos gags y desmanes que van conformando este fascinante film de François Truffaut, el director enamorado del cine.
Son las flores de Antoine, su perpetua búsqueda de trabajo e inquietudes y, sobre todo, las situaciones que se reflejan, cotidianas por una parte, y surrealistas y delirantes por otra, las que hacen de este desenfreno una película excepcional.
Porque es con este personaje y alter-ego de Truffaut cuando encontramos al director francés en su faceta más surrealista y extravagante. Ahí lo demuestran el claro homenaje a Jacques Tati en el andén del metro, la afortunada entrevista de trabajo, el conocido que siempre pide dinero o el inquietante vecino que resulta ser famoso o el resto del pintoresco vecindario.
Además, son sus picarescos diálogos los que envuelven a la cinta en un aire tremendamente perspicaz e ingenioso, lo que le hace desmarcarse y posicionarse como una película sumamente por encima de todas aquellas que se le asemejan en este subgénero de la vida cosmopolita en pareja.
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24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Una bella historia de amor. Y veraz, sobretodo veraz.
En mi opinión, films como este son necesarios. Porque yo no sé qué concepto se tiene hoy en día del amor. Ni qué concepto pretenden dar sobre él, en especial los yankees con su moralina barata y sus productos de dudosa honestidad. Aunque no sean los únicos, claro.
Pero aquí Truffaut, en un ejercicio por impregnar la cinematografía de vitalidad, nos muestra un concepto sobre la pareja que es, precisamente, el que se debería tener hoy en día, y más estando en una sociedad tan avanzada como se supone que estamos, aunque en múltiples ocasiones no parezca eso. Un concepto donde los sujetos que conforman la pareja deben aceptar tanto las virtudes como los DEFECTOS de la persona con quien conviven, y saber tratar con ellos.
Olvídense de esas frases oídas mil veces sobre ir a mejor, ofrecer cambios en algunos aspectos e intentar pulir las imperfecciones. Que no errores, pues son cosas distintas. Una imperfección es algo que forma parte del sujeto en sí, y está claro que se puede pulir, pero entonces.. ¿donde quedaría el amor que sentimos por una persona a la que conocimos y queremos tal COMO la conocimos? El error está claro que puede y debe ser pulido, pues no es más que eso, equivocos y fallos que se pueden cometer. Y aquí el cineasta galo lo muestra como nunca lo había visto yo en una pantalla de cine.
Pero no sólo eso. El amor también es la necesariedad de estar con esa persona tan querida, la necesariedad de estar a su lado, compartir momentos, buscar regazo en los peores instantes y, sobretodo, sentir añoranza cuando no se está a su lado. Y hay secuencias como la del teléfono o la del coche que lo demuestran sobradamente, y por ello son veraces y decididas.

Además, Truffaut lo tiñe todo con un halo de comedia ligera que le viene a la perfección, porque otorga frescura a lo largo de todo el metraje y consigue resultar del todo acertado sin que parezca innecesario, que no lo es. Porque donde puede haber llanto, también pueden haber sonrisas.
Si a ello añadimos una de las mejores interpretaciones que servidor haya visto del señor Léaud en su cuarta colaboración con el director galo, además de la de su acompañante, que realiza un papel perfecto, encontramos en "Domicilio conyugal" una cinta tan necesaria como bella y áspera al mismo tiempo. No tiene desperdicio.
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16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los secretos de un matrimonio
Tras la aparente sencillez que se desprende de muchas de las comedias de pareja del, a menudo, gran realizador galo Truffaut, se esconde mucha más intensidad de la que se aparenta en la pantalla (véase "Besos robados"). Aquí, su pasión por las piernas femeninas (idea que también recogía Buñuel en Viridiana ó El fantasma de la libertad, por poner dos ejemplos) son el comienzo de una comedia tan ligera y poco liviana como apasionante. Que esconde todos esos juegos de la vida cotidiana y fantasea con la rutina y el aburrimiento que provoca la vida diaria de dos jóvenes enamorados de la vida. Bonito guiño a Tati y película a reivindicar.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Cuarta entrega de Antoine Doinel
La cuarta entrega de las aventuras del antihéroe de Truffaut presenta a un protagonista recién casado. Antoine ha consumado la relación que iniciara con Christine en Besos robados pero sigue siendo un bohemio con tendencia a la ensoñación y el infantilismo. El director lo retrata una vez más con ternura, tanto en sus absurdos oficios -vendedor de flores tintadas, operario de maquetas de barcos- como en esa mirada ingenua que prefiere el vuelo de los pájaros a la realidad del suelo, pero esta actitud le costará cara cuando se embarque en una aventura amorosa con una joven japonesa (Hiroko Berghauer). Aunque la excentricidad de algunas de las situaciones de la película pueda parecer excesiva, Truffaut sabe hacer creíble al protagonista, consiguiendo incluso que la conversación telefónica en la que este se queja de su amante a su mujer no chirríe.

Truffaut vuelve a recurrir a una serie de gags en los que lo cotidiano se mezcla con el surrealismo, la paternidad, la vida burguesa o el matrimonio. Así sucede con la excéntrica comunidad de vecinos que podría encontrar su eco en los parroquianos del café de Amélie. Como viene siendo habitual, los homenajes del film son incontables, desde el Hulot de Jacques Tati que irrumpe en la estación a la intervención del imitador televisivo citando a Resnais o las autorreferencia a Besos robados. Especialmente bien están Jean-Pierre Léaud y Claude Jade -convertida en una especie de clon risueño de Catherine Deneuve- a los que acompañan secundarios habituales del director como Daniel Boulanger o el habitual cameo del productor Marcel Berbert. Se consolida también el tándem Duhamel-Almendros. En definitiva, una excelente comedia y probablemente la mejor de las películas de la serie de Atoine Doinel desde Los 400 golpes.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Agradables andanzas de Doinel.
Truffaut prosigue con las andanzas de su alter ego Antoine Doinel (Léaud), aquí en su vida de recién casado, con la paternidad en el horizonte y una inevitable infidelidad. Es una dinámica y suelta comedia entre romántica y nostálgica dónde Léaud está más brillante que otras veces y la fotografía de Néstor Almendros se hace notar. Muy agradable.
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7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Magnífica, delirante.
Entrañable película. Es cierto que recuerda a Tati y a Amelie, en sus personajes secundarios, a cada cual más raro, y en alguna otra cosa más. Es cine costumbrista, con una pizca de surrealismo.
Surrealistas los oficios de Antoine (continuando los que tenía en Besos Robados), también muchas escenas y algún dialogo. Es muy divertida, puede no parecerlo a primera instancia pero yo me he reído a carcajadas. De la serie de la aventuras de Antoine Doiniel podría ser la mejor, junto con los 400 golpes.
Claude Jade está deliciosa, la dulzura y la comprensión hecha mujer, espléndida y muy guapa. Es la mujer de Antoine, el protagonista. Las caras de Antoine son desternillantes, él vive en un planeta aparte continuamente. La historia japonesa es delirante y sorprende. El humor de Truffaut es muy fino, muy sutil, inteligente, casi no te das cuenta que te estás riendo toda la película. Y nos comparte su deliciosa obsesión por las piernas de mujer.
Truffaut lo bordó.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Empieza a hilar
Seguimos con Doinel, esta es la cuarta peli de Truffaut con Léaud. Antoine y Christine se han casado. y tienen un hijo. Y Antoine sigue yendo de putas de vez en cuando y se lía con una japonesa.
La trama está más hilada que en “Besos robados”, casi con los mismos detalles y el mismo modo de cortar las escenas, por lo demás siempre muy cortas.
Hay quienes prefieren a un Truffaut más deshilvanado, pero me gusta que aquí cuente una historia de principio a fin.
Aprovecha la película para homenajear a sus directores admirados. Explícitamente a Tati y a John Ford. Implícitamente a muchos más.
Una película que es carne de cinéfilos. Aunque las películas del ciclo Doinel se pueden ver por separados, aconsejo verlas seguidas, como una miniserie.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Doinel IV.
131/14(17/04/10) Cuarta entrega de las aventuras y desventuras del personaje creado por François Truffaut, Antoine Doinel (brillante Jean-Pierre Leaud), en este episodio de su vida toca algo muy manido como es la apatía ante un futuro rutinario causado por su recién matrimonio y su paternidad, le seguimos desde que se ha casado con Christine (deliciosa Claude Jade casi clon de Catherine Deneuve) y tienen un niño, entonces empiezan a aflorar la vacilación y la inmadurez de Doinel, un ser impulsivo que rezuma vitalismo e inconformismo que se le empieza a hacer monótona la tradicional vida en pareja, con una esposa con la que choca su carácter, pues ella es todo lo contrario que él, ella es metódica y tradicional, por esto él busca alicientes fuera del matrimonio. El film es una comedia ligera que por debajo deja entrever conflictos filosóficos universales, como la constante búsqueda del amor, la inseguridad ante una vida familiar que te aboca al aburrimiento y la ociosidad, ello en el marco de un universo idealizado, donde como la historia te cuenta algo muy trillado Truffaut rodea a los protagonistas de personajes excéntricos y situaciones rocambolescas donde el realizador deja patente su amor al cine en constantes referencias, destacaría el cameo del genial humorista galo Jacques Tati. La narración está sumida en un delicado lirismo donde todos los personajes transmiten ternura, este era el punto fuerte del director, crear una atmósfera idealizada donde las situaciones parecen flotar, con un cierto aire estilo Lubitsch, donde un humor sutil y hábil es lo que te saca de un argumento convencional. El personaje de Doinel denota cierto agotamiento, no evoluciona, aunque Leaud lo borda su papel no crece con el paso del tiempo y las partes, esto consigue lastrar la cinta. Recomendable alos que gusten de comedias románticas deliciosas. Fuerza y honor!!!
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3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
No es de las mejores de Truffaut
Si te gusta Fraçois Truffaut, adelante. Visiona esta película porque tiene "marca de la casa", es una francesada típica de él. Pero si va a ser la primera película que veas de este director-guionista pues que sepas que no es de sus mejores películas, por lo menos a mi gusto. Te va a parecer que no pasa nada, que la película trascurre aburridamente entre charla y más charla. Es así, es la típica película de mucho diálogo y poca acción.

La protagonista recuerda a Catherine Deneuve en el físico, parece que a Truffaut le gustaban así. Y cumple bien lo que se le exige. El actor es un mítico actor de este director, su alter ego, el mismo que protagonizó "Los 400 golpes" con 13 años. Y ya que hablamos de esta película, mejor empezar con ella para comprender a este director, un gran director a la par que guionista, actor, crítico, en fin, una persona completita en el octavo arte.
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5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
“Eres mi hermana, mi hija, mi madre”… “Hubiera querido ser también tu esposa”
Es inevitable compararla con “Besos robados”, a pesar de que es una evolución natural de los personajes. Antoine tiene 26 años y está casado con Cristine, que es profesora particular de violín. Viven en un barrio algo caótico, con unos vecinos muy peculiares, tipo 13 rue del Percebe. Esto lo reviste de un tono humorístico, incluso surrealista por momentos (me estoy acordando de la cena de potitos).

Antoine sigue siendo como un niño con cuerpo de adulto, y a pesar de que es feliz con Cristine, tiene un algo indescriptible que no acaba de asentarsen (libertad, curiosidad, infantilismo, ¿?)

Cuando se convierte en padre la cosa se pone seria, y ahí es donde sus responsabilidades se turban. Veo un cierto estancamiento en el personaje de Jean Pierre Leaud.

El retrato de Truffaut sobre las relaciones de pareja es magnífico, con abundantes matices. Cristine sigue siendo elegante, sensible, adorable mientras que Antoine es alocado, vago y soñador. Juntos han de afrontar las dificultades de una vida en común.

Sin embargo, el tono final resulta bastante menos entusiasta, a pesar del cariño que el director muestra por Antoine y su gran capacidad para crear atmósferas de convivencia de pareja y su choque con la realidad. Personalmente, no me ha llegado tanto como “Besos robados”, y en cierto modo, me ha dejado algo frío. No es una continuación mejorada. Quizá esto se deba en gran medida porque se me hace más difícil empatizar aquí con Antoine. La relación con la guapísima japonesa es un tanto desconcertante.
No me parece que sea ésta una de las mejores obras de Truffaut.
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4
Antoine Doinel se nos casa.
La película prolonga la saga Doinel: alegrías, aventuras y dificultades en la vida de pareja, adulterio, separación. Pero el hechizo se ha roto, Truffaut no encuentra el encanto de “Besos robados”. Con el paso del tiempo la película resulta convencional y anticuada, estática a pesar de la velocidad, plomiza debido a los diálogos y las situaciones mecánicas. A fuerza de tanto intentar no “ser de su tiempo”, Truffaut acaba por dar la razón a sus detractores, esta película está hecha sin convicción, una vieja receta que ya no funciona, a pesar del aceptable trabajo de los actores.

Truffaut pone fin a la saga de Antoine Doinel, con más pena que gloria, a través de esta comedia de costumbres con gruesas gotas de acidez y observación. Antoine y Christinne se han ido convirtiendo, a raíz de su matrimonio en una pareja tan burguesa como cuanto les rodea. Donde la evocación y la estilización cómica, cuando no irónica, no consigue sacar a flote una historia que me resulta sosa y sin consistencia. Un triste final para el personaje favorito del cineasta.
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5 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Truffaut mal trufado
Género: Comedia. Subgénero: matrimonial. Clase: Tribulaciones de un francés en Francia

"Domicilio conyugal" es la tercera película del cuarteto de la vida de Antoine Donel, alter ego de Truffaut. Las anteriores son "El amor a los veinte años" y "Besos robados". En mi opinión "Los cuatrocientos golpes" no debería incluirse en esta serie, por mucho que el actor y el personaje sean los mismos, y que esta sea el inicio de la "serie", etc.: siguen sin tener nada que ver.
En mi opinión, todas las virtudes de "Besos Robados" se convierten en defectos en "Domicilio conyugal", en donde se cuenta los primeros años del joven matrimonio Antoine - Christine. Lo elegante se convierte en pedante, lo encantador en hortera, lo chisposo en casposo. Una secuela, en definitiva, sin gracia y sin talento, con muchos guiños a las anteriores, por lo que no recomendaría ver esta sin haber visto las anteriores. Además, Truffaut trufa la película de homenajes a sus directores preferidos: esta película recuerda a muchas otras pero esta no será recordada. Lo mejor, la fotografía de Nestor Almendros y la interpretación de Claude Jade, la mujer de Truffaut, una mezcla entre Catherine Deneuve y Jane Fonda. Valores insuficientes para recomendar esta película. Si aún queréis verla no se os ocurra hacerlo doblada, porque, al menos en mi versión de DVD, hay diálogos censurados.
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10 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
De las peores de Truffaut
Me ha parecido la peor película de truffaut de cuantas he visto; apunta hacia varios frentes que prometen pero al final se queda en un terreno bastante banal y vacilante. Es como si influido por Buñuel (muy de moda en Francia en esos años) a Truffaut le hubiera dado por hacer una pelicula "rarilla" y un punto surrealista. Y lo único que logra es que añoremos la honesta sencillez y la emoción del mejor Truffaut en "Los cuatrocientos golpes", por ejemplo.
Por esta película, y por otras como "Jules y Jim", deduzco una tendencia intermitente de Truffaut consistente en intentar ser original a toda costa y a "epatar" al respetable. Y ahí es cuando la caga.
Otra cosa: No sé por qué, pero menos en "Los Cuatrocientos golpes", Jean-Pierre Léaud me parece bastante insoportable.
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4 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
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