65 Críticas de los usuarios

Uno de los episodios más negros de la reciente historia polaca y un crimen de guerra, uno más, perpetrado por una potencia totalitaria en territorio enemigo. La cosa es, desde luego, trágica, y sigue soliviantando las siempre tensas relaciones entre rusos y polacos. Tampoco es discutible que el episodio ofrece un punto de partida inmejorable para un buen guión cinematográfico. Es precisamente eso, el guión, lo que le ha fallado a Wajda.

Los aspectos técnicos del asunto son intachables, los ochenta años del director polaco dan, sobre todo, mucho oficio. La ambientación es excelente, las interpretaciones, sentidas, la fotografía, magnífica, y la banda sonora no desentona. Su arranque, metafórico y realista a la vez, es prometedor: un grupo de polacos intenta cruzar un puente mientras huye de los soviéticos, pero se encuentra al otro lado del mismo con otro grupo de compatriotas que trata de escapar de los nazis. No hay salida. Tampoco el final es desdeñable, sus imágenes son en verdad impactantes.

Buen comienzo y gran final. Lo que falla es todo lo que hay por el medio, una historia cansina, con demasiadas subtramas y falta de ritmo. Lo del medio es aburrido, no hay que darle más vueltas. En mi opinión, le falta capacidad de síntesis y le sobra al menos media hora. Interesante por la temática y la ambientación, pero ni por asomo una gran película.

El cine está acostumbrado a banalizar la realidad, y el mal, como driría Arendt. Aunque hay cineastas excepcionales que recrean tragedias históricas procurando ser respetuosos de los hechos, como hace Wajda en ésta "Katyn". Algo que nos alegra porque el horror no es visto como espectáculo para el entretenimiento sino como una preocupante reflexión sobre la historia y la naturaleza humana. Todavía nos causa estupor el recuerdo de las matanzas europeas en el contexto de las dos guerras mundiales, y películas como "Katyn" es un dramático recordatorio del sufrimiento de una, -oficiales y académicos polacos-, de las muchas víctimas de la locura de la guerra.

Una gran película de uno de los mejores directores de cine polacos Andrzej Wajda, ganador de un Óscar honorífico en el 2000. "Katyn" es la historia de una masacre ocurrida durante la Segunda Guerra Mundial, una historia que durante mucho tiempo ha sido un tema tabú.
Es muy importante conocer algo de historia antes de ver la película porque no es nada fácil de entender. Es decir, en primavera de 1940 el ejército soviético asesinó a 22.000 Polacos entre los que se encontraban muchos oficiales del ejército, hechos prisioneros de guerra. La verdad estaba oculta hasta 1990, cuando la Unión Soviética decidió reconocer la masacre. Durante este tiempo la versión oficial era que fueron los nazi, los que eran autores directos de ésta tragedia.
Pues así es, en resumen, la dura verdad, la gran vergüenza de la parte negra de la historia de humanidad, que Andrzej Wajda decidió llevar al cine, y que a mí me apareció una gran obra.

Katyn, es comúnmente recordado como el bosque del pueblo del mismo nombre, que se encuentra cerca de Smolensk, Rusia.
La lista de Katyn fue la que se publicó en los periódicos informando de los 22.000 ciudadanos polacos (tenientes, ingenieros, profesores, médicos y demás vertiente intelectual y cultural de la Polonia de la época) asesinados en dicho bosque a manos de los soviéticos de Stalin, que a su vez echaron la culpa a la Alemania nazi de Hitler.
Este tipo de películas son las que fomentan que se catalogue el cine como "cultura", pues informan de unos hechos verídicos e históricos poco divulgados.
Y está bien tener esta vertiente para tener más variedad cinematográfica, pero qué queréis que os diga, se le debe dar un tono y enfoque atractivo, que capte la atención del espectador. Porque a fin de cuentas, aunque hablemos de denuncia social, de hechos históricos o cualquier otro tema, es cine el medio y cine lo que debemos ofrecer.
La película de Andrzej Wajda tiene un arranque prometedor y un final atrayente e impactante, pero todo su nudo argumental se hace pesado y largo, muchos personajes se mezclan y se confunden, dando una sensación de pastiche del cine de la Segunda Guerra Mundial sin un claro camino. Un metraje excesivo para la información que se da (se repiten ideas y no se desarrollan mejor las que se exponen) y una película de pretende quedar en la memoria para que los hechos se recuerden tiene que ganarse al público y no adormecerlo.
Tiene una cuidada ambientación y fotografía como se le exigen a estas producciones, pero esto no es suficiente para dejar huella en el espectador.

Esperaba ver una película más sobre la Segunda Guerra Mundial, o sobre una parte de ésta, pero he de reconocer que este trabajo aporta novedades, no se limita a ser un llanto a los muertos y una condena a los verdugos. Continúo el párrafo en el spoiler.

En líneas generales es una película que se deja ver, con un argumento bastante sólido, muy bien ambientada y actuaciones bastante correctas. El Director Andrzej Wajda perdió a su padre en la masacre de Katyn y con esa motivación añadida ha fabricado un largometraje que hace reflexionar sobre las atrocidades que se han cometido en el mundo a lo largo de la historia, aunque sin recrearse excesivamente en enlatar escenas dramáticas una tras otra, prefiriendo centrarse en contar la historia de forma más o menos serenada.

Andrzej Wajda parece que no se ha enterado. Ya pasó, lo conseguisteis hace veinte años, el comunismo es una reliquia arqueológica, no es necesario que sigas profundizando en esos temas buscando el aplauso de Occidente. Ya sabemos que aquello fue una matanza y que perdiste a tu padre, igual que un ucraniano perdió a su tatarabuelo asesinado por los polacos.

No tengo nada en contra de los polacos, pero siempre se hacen las víctimas, cuando ellos campaban a sus anchas por Europa del Este no hace tantos siglos era cojonudo, o cuando después de la PGM se les creó por intereses británicos y franceses un país ficticio, con ciudades como Danzing donde el 95% de la población eran alemanes, haciéndoles además la vida imposible no pasaba nada. Pero que a ellos no les toquen, que entonces la maquinaria propagandística empieza a carburar. Dentro de la esfera de influencia soviética, Polonia fue la princesa, siempre se le trató mejor que a ninguno, mejor que incluso a los propios rusos, y sin embargo fue el que peor se portó con Moscú. Suele pasar lo mismo con ciertas taifas en España, perdón comunidades autónomas.

Personalmente siempre me ha parecido el cine de Wajda muy lejano de la calidad de Krzysztof Kieslowski, el primero es un político haciendo cine y el segundo es un artista.

En “Katyn” sólo funcionan los últimos veinte minutos, los de la masacre, los que buscan el compungimiento del espectador, y es verdad que lo consigue, pero antes hay que pagar el peaje de hora y media de preparaciones artificiosas y montaje inconsistente que conducen hacia la total indiferencia. Es una de esas películas que reclama un público fiel, que antes del inicio se siente en la butaca esperando que despedacen en este caso al comunismo.

Una cosa es el cine histórico, y otro muy distinto el que pretende generar odio entre países fronterizos y hermanos, independientemente de la ideología que uno u otro tuvieran. Ser tan mayor y guardar tanto rencor debe ser muy jodido.

El 1 de septiembre de 1939 los alemanes invaden Polonia y el 17 de septiembre lo hacen los rusos por el este. Desmenbramiento de Polonia, significa perder tu identidad como país y ya de esto de por sí es duro pero viendo lo que ocurrió con las personas se queda en nimiedad.
La música inicial es estremecedora.
La fotografía, la ambientación, el apartado técnico y la manera de enfocar la historia de forma sobria, sin sentimentalismo barato, es un aliciente para ver este film.
Personalmente me quedo con el principio y el final. Lo que es el nudo se hace algo complejo y con varios personajes por lo que puedes perder el hilo de la historia. Es más, como no te quedes con las caras, es facilmente equivocarte de quién es cada persona.
Siempre se ha dicho que el vencedor de la Segunda Guerra Mundial fueron los soviéticos ( desde 1945 hasta 1991 ) , lo que es detrás del telón de acero o pacto de Varsovia, son gobiernos títeres en los países satélites de la URSS, como Polonia, Hungría, Rumanía, etc.
Aqui vemos de manera clara usando el terror, la falta de libertad y de tergiversar la historia por parte de los soviéticos lo que hacian con los países "conquistados" que no liberados como nos hacen creer, mentiras al fin al cabo...
¿ Cómo mantener tus principios, la historia de tu familia, la verdad y viendo a tus anchas como esos invasores ahora "amigos" no reciben justicia y para colmo negarlo ?
Cabe destacar que el encargado de la purga de 22.000 oficiales polacos fué la NKVD que hicieron sus pinitos en Paracuellos ( España, durante la guerra civil ) .

LOS FUSILAMIENTOS DEBERIÁN DE ESTAR PROHIBIDOS PARA SIEMPRE.

He leído por ahí alguna crítica a esta película que me ha dejado helada. Se habla de "azucarillos", noñería (porque aparece una niña, cosa rara: resulta que uno antes de ser adulto no es niño, y verdad que la guerra no la vivieron también los niños...), moralina, lágrima fácil, culebrón y no sé qué otros despropósitos. Para empezar, diré que soy hija de un ex combatiente de la Sda. Guerra, y al margen de la película, me entristece hondamente que haya tanta gente joven que, a juzgar por sus comentarios, se nota que sus familias han hecho todo lo posible por borrar de un plumazo su memoria histórica, y con ella su conciencia y su objetividad. Prueba ineludible, y por demás terrorífica, de que estos hechos podrían repetirse -si es que ya no suceden- porque sabemos que cuando se pierde la memoria, se pierden también los referentes, y con ellos el respeto a los vivos y a los muertos, y con ello el respeto a uno mismo, y lo que es peor, a los que vendrán.
Para hablar de quienes consideran que esta película es "una más" sobre el género segunda guerra, y con todos mis respetos, sólo hacer una reflexión: ¿cuántas películas hay sobre las masacres cometidas por Stalin durante su larga tiranía en la URSS?¿Usted ha visto alguna? Yo no. Y por cierto, veo mucho cine. Áquí no se trata de abstraer la ideología viendo sólo el empaquetamiento, sino de TOMAR CONCIENCIA de una larga mentira que tardó más de medio siglo en descubirirse. Y Katyn es sólo la punta del ovillo. Pero habrá quien prefiera seguir ondeando la bandera del encuentro de Yalta, de los aliados y toda la mar en coche, cuando sabemos bien que aquí no hubo malos y buenos, que la segunda guerra no fue una peli de indios y vaqueros, sino una tragedia ética que desemboca en nuestros días, como desembocan los troncos en sus ramas, y éstas en sus hojas. La segunda guerra no es un hecho aislado "ya pasado", es parte de una realidad actual, y se respira aún entre víctimas y victimarios en la era del chip, de Internet, del imperio en decadencia y de los monopolios.
Sabemos quién ganó (los aliados, ¿de quién?) y Hitler estará retozando en su tumba loco de contento.
Sobre la película no me pronuncio, porque creo haberlo hecho de forma indirecta. Sólo decir que me ha parecido impactante, desestabilizadora, sobria, y perturbadora. Menuda especie somos, a veces preferiría haber nacido árbol.

Creo que Wajda se supera a sí mismo definitivamente al presentarnos esta referencia histórico-épica de sacrificio y que, con ello, rinde tributo a la Historia con mayúscula. Toda una lección de a qué nos lleva el nacionalismo y la supraindividualidad que éste conlleva. Por otro lado creo que el guión está planteado de un modo magistral, especialmente las escenas finales, de una intensidad, dolor y emoción difícilmente superables. Es evidente que Wajda es capaz de sentir en su propia piel lo que está contando y esto es lo que hace que la historia nos llegue con tanta intensidad. Desde el punto de vista histórico la calificaría de impecable y muy sobria. Espero que nadie se atreva a criticarla por falta de objetividad, porque no hay tal cosa en la historia si tenemos en cuenta la gran cantidad de refracciones por las que puede llegar a pasar ésta.

"Katyn" es una película muy irregular de la que sólo son atractivos sus minutos iniciales y los finales, en cambio el nudo del filme, o sea, casi todo el metraje restante, es solamente paja para colchones, un auténtico melodrama barato de telenovela de sobremesa. El argumento de la cinta trata sobre la masacre de Katyn, una ejecución en masa de ciudadanos polacos, muchos de ellos militares hechos prisioneros de guerra, por la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. El guión daba para mucho más, quizás incluso para una excelente película, pero no ha sido así, ni mucho menos. El principal problema de la película es que es demasiado lenta y en ningún momento se explica absolutamente nada de lo que pasa, por lo que aconsejo leer un poco la historia de la masacre de Katyn antes de ver el filme, porque si no, te perderás en una trama difícil de seguir. Otro desacierto total es que la trama se centra mucho más en los familiares de las víctimas que en los militares que las sufrieron en sus carnes, por lo que podríamos hablar incluso de dos películas en una: la primera sería la historia de los militares polacos hechos prisioneros, que realmente no está mal pero apenas la desarrollan, y la segunda sería un conglomerado de historias de los familiares (madres, mujeres, hermanas, hijas, etc), que ocupa la mayor parte del metraje, y donde dichas historias se entrecruzan entre sí sin ningún sentido. Estas escenas de familiares buscan tocar la fibra sensible del espectador, sobreactuando los actores de una manera muy forzada, para transmitir angustia y sufrimiento, pero resultan tremendamente tediosas (incluso bastante cutres en algunas ocasiones), y te aburres como una ostra. Y bueno, la sobrecogedora parte final del filme es la que maquilla un poco el conjunto, consiguiendo que la cinta no sea un tedio total. No obstante, la sensación que te deja "Katyn" es que todo lo que te muestra ya lo has visto antes en otras películas que son mejores que ésta, y no sólo eso, sino que también esas películas te lo han mostrado con unos actores, interpretaciones, efectos especiales, ambientación y fotografía, que son inmensamente mejores que las del filme que nos atañe.

Quizás me paso un poco con la nota, quizás sea una película exquisita en sus formas, estilo y ambientación, quizás cuente a la perfección el sufrimiento de los polacos y las desavenencias de la guerra, quizás... pero yo me aburrí como una mona viendo la película:

Katyn es ante todo una película honestísima que hace justicia a toda una nación, la polaca, que ha sido masacrada en repetidas ocasiones a lo largo de la historia. La historia que aquí se cuenta es tan poderosa que lo eclipsa todo. Hay quien dice que los personajes no están bien construidos, que puede ser que la narración esté algo deslavazada y vaya dando demasiados saltos. Da igual, detrás de todo hay una historia tremenda que necesita ser contada.

La matanza de los oficiales polacos por parte de los soviéticos era un episodio semidesconocido de la Segunda Guerra Mundial. Aquí está Andrzej Wajda, cienasta veterano, para honrar la memoria de su padre, uno de los militares asesinados en los bosques de Katyn y contar de una puñetera vez la verdad. Y la verdad, como dice cínicamente un oficial soviético en la película, sólo hay una, que en este caso es que la matanza de oficiales la hicieron los rusos.

El arranque es magnífico, con un grupo de polacos que huye de los alemanes que se encuentra a otro grupo de paisanos. Les dicen que se den la vuelta, que tienen a los nazis encima. "Sí, pero es que nosotros tenemos a los rusos". La pinza polaca no podía estar mejor contada. A partir de aquí se cuenta la historia de una familia que pierde a dos miembros, a uno lo matan los rusos, a otro los alemanes.

La historia pronto da paso a la manipulación que alemanes y rusos hicieron de la matanza. Llega el año 1945 y los asesinos ahora son los libertadores. Se cambian las fechas, se obliga a la población a tragar con la mentira. Esa es la liberación que trajeron los asesinos, la liberación del tiro en la nuca y del yugo del comunismo durante más de cuarenta años.

Novedosa visión la que nos ofrece, pues nos muestra la guerra desde el punto de vista polaco, pero no por ello menos brutal, teniendo en cuenta que está basada en hechos reales. Con una crudeza y perversidad casi insoportable, narra la verdadera historia del pueblo polaco durante y tras la segunda guerra mundial, la fatalidad hizo que quedaran atrapados, ya que los invadieron por el oeste los nazis y por el este los rusos, a cual más cruel. Narrada con gran realismo nos muestra la angustia de un país, y la impotencia y sufrimiento por la guerra, pues nunca gana nadie, pero especialmente para esta nación, allí nadie ganó, durante la contienda le "dieron" por todos lados, y al finalizar ésta para ellos siguió la pesadilla. Principalmente cuenta las atrocidades que perpetraron los comunistas de la URSS, la dificil situación en que se encontró una sociedad sin intelectuales, la falta patente de libertad, y con una sociedad politizada y bajo la influencia y amenaza directa de la URSS, con polacos traidores, en definitiva una sociedad con pocas esperanzas en el horizonte. En fin un enorme drama plagado de otros más pequeños que se suceden sin solución de continuidad. Imágenes impactantes no recomendadas para los excesivamente sensibles, pero sin duda ilustrativas e históricas, que nos sumergen en otra tragedia de la guerra, interiorizando la situación de los personajes, por lo que el impacto es aún mayor, pues lo que les pasa ya no lo vemos como a extraños que nada nos importan, sino como a conocidos cercanos a nosotros. Le doy un 7.5 sobre 10.

"Todo el mundo quería hacer esta película desde que existe el cine polaco", esto dice Wajda en el Making Off, porque este hecho histórico ha sido utilizado por el chauvinismo polaco y el nacionalismo mas reaccionario y antisemita. Utilizada por historiografía oficial polaca como arma arrojadiza contra Rusia.

La película es lenta y aburrida, le sobra media hora de metraje y lo peor es que narra hechos históricos más que dudosos cómo ciertos. Vamos con el spoiler.

Al leer la SINOPSIS se dice que uno de aquellos oficiales asesinados en era padre del director Wajda, en el desarrollo de la película se puede apreciar nítidamente que el director, que aquí es además guionista, tiene un profundo conocimiento de la estética castrense.

Esta película refleja de forma magistral lo que sin duda Wajda debió conocer en sus años jóvenes, la ética que rige el comportamiento del militar profesional, donde el honor y el sacrificio son su valor máximo, y que aprovecha para denunciar igualmente de forma magistral las atrocidades cometidas por el ejercito rojo, donde los comisarios políticos controlaban toda su estructura.

Porque el ejercito rojo no solamente era cruel con sus enemigos, contra el pueblo polaco, atrocidades que luego se repetirían con el pueblo alemán, alguna de cuyas acciones vandálicas quedaría reflejadas en películas referentes a la ocupación de la Prusia Oriental, como en el caso de Noche de angustia de F. Wisbar o en la más reciente del Gran éxodo de K. Wessel, sino que eran crueles con sus propios soldados a los que no dudaban en mandar a una muerte segura en el campo de batalla a cambio, muchas veces, de nada.

Esta película tiene una segunda vertiente no menos importante y desarrollada igualmente de forma muy acertada y es la exaltación del valor del individuo frente a las organizaciones por muy sagradas que sean.

Wajda nos da una película que una obra magnifica digna de verse.

Gonzalo Eugenio

Katyn es una película, que narra de manera pausada uno los acontecimientos ocurridos a principio de la segunda guerra mundial la masacre de soldados polacos en la región de Katyn, haciendo énfasis en la mentira que intentaron establecer los rusos sobre la autoría del crimen, la película es buena ya que logra ser precisa y fácil de comprender, aunque hay partes en las que se torna un poco tediosa cuando narra de manera paralela la lucha de los familiares por lograr saber la verdad que tanto ocultan, sin embargo se logra demostrar al mundo este hecho no tan cargado de arreglos que en algunos casos llega a desvirtuar la realidad de lo ocurrido, puesto que para algunos es desconocido y no se debe olvidar.

Ciertamente esta película no se podría calificar técnicamente como de esas capaces de pasar a la historia por sus virtudes meramente cinematográficas. Pero resulta que esta película, por todo su trasfondo, por su riqueza interior y algunos momentos verdaderamente contundentes, perturbadores, de esos que dejan huella en el alma, se convierte en una cinta imprescindible, no solo desde el punto de vista historiográfico, sino de la naturaleza de la barbarie, la condición humana y la falta de ella y sus consecuencias.

Wajda aborda la desgarradora historia como un drama de las personas, las familias, los soldados, las madres, esposas, hijos, abuelos. Y lo hace de una manera sencilla, solo dejando transcurrir las relaciones entre los personajes y los sucesos de una manera a la vez intimista y documental tratando de ser preciso en su lienzo histórico. Esto es, a su vez, el mayor defecto porque lastra los metrajes intermedios, que adolecen de un tempo lento y a veces algo pesado, pero siempre profundo e interesante.

Si no pretendemos ver una película tradicional de guerra, la cinta va revelando su verdadera virtud. La ambientación de la época, la sensación de sentirse en el momento y el lugar hacen al espectador partícipe de lo que los personajes deben estar pensando y sintiendo y ello resulta algo desasosegante y desgarrador: esa implicación que se logra con lo que está pasando en pantalla, con los personajes y sus tremendas circunstancias, sabiendo que eso sucedió en la realidad, que esos personajes fueron personas y esos tiempos pasados se sienten como presentes. Es algo que no deja indiferente. Wajda, debido a este enfoque, no se deja llevar por el nacionalismo o la mera toma de partido por bandos. En su cinta las cosas son como fueron: los alemanes matando por un lado; los soviéticos matando por el otro. El paso de la terrible guerra a la no menos terrible postguerra. Y en el medio, las familias destrozadas, con la gente tratando de seguir sobreviviendo a sus sentimientos, a sus recuerdos, a sus posibles deseos de venganza o de reconciliación, a sus fantasmas interiores... Toda esta riqueza de matices queda plasmada como en pocas películas que se hayan hecho sobre la guerra. Todo ello muestra, más que en niguna otra cinta, la verdadera dimensión de la guerra como algo sufrido por personas de carne y hueso, gente que tenía una familia, amigos, un país.....y acaba perdiéndolo todo ello en poco tiempo. ¿Cómo puede un ser humano soportar algo así? ¿Cómo puede el espíritu humano vivir rodeado de semejante crueldad y barbarie?.

Y el estremecedor final queda como un retumbar que deja helado el espíritu. Quizás, un aldabonazo del director para indicarnos que, al fin y al cabo, matar no es solo eliminar cuerpos, que el ser humano es un compendio de emociones y éstas son, realmente, el motor de la vida. Ese es quizás el trasfondo: cuando matas no se trata de cosas, se trata de personas, de seres humanos, con todo lo que eso conlleva.

Buen oficio el que demuestra Wajda es esta película en la que la sombra de su padre muerto, en el acto genocida del bosque de Katyn, sobrevuela constantemente el guión, compartido, del propio Andrzej.
La invasión de Polonia en 1939 por los ejércitos alemán y soviético fue un triste episodio más de la 2ª Guerra Mundial. Como consecuencia de dicha invasión, los campos de prisioneros soviéticos contuvieron durante meses a un altísimo número de oficiales y funcionarios polacos. Ordenes del Estado Mayor soviético, como admitió el propio gobierno en 1990, activaron las ejecuciones masivas entre el 3 de abril y el 19 de mayo de 1940 (alrededor de 22.000 prisioneros de guerra).
Una vez más el cine como herramienta de denuncia y como álbum de los horrores; como muestrario de inhumanas maldades y como profeta que grita en el desierto. ¿Cuántas veces más hemos de presenciar la iniquidad, para convencernos de que las guerras no sólo no solucionan nada sino que son el caldo de cultivo propicio para que los peores instintos del hombre se desarrollen?
Alguien dijo que la primera victima de la guerra es la verdad. Tienen que pasar muchos años, (en este caso 50) para admitir culpas y concluir que los responsables ya han muerto; como si los "responsables" no fuéramos todos por seguir alimentando conflictos armados y ejércitos. La Paz, en la segunda guerra mundial, costó 60 millones de muertos. La Paz, a cierto precio, no merece ese nombre.

Aunque parezca imposible la originalidad en la temática sobre la Segunda Guerra Mundial, sin duda sorprende por ser de las escasísimas ocasiones en que se denuncian los horrores del Comunismo. Conviene mentalizarse de que es una película eslava, en el orden y ritmo narrativos; por otra parte, no exenta de frescura, credibilidad y formidable impacto dramático. Los últimos sobrecogedores minutos de la película, incluyendo los créditos finales, serán muy difíciles de olvidar. En resumen, un magnífico exponente de auténtica y justa Memoria Histórica.

No se puede ignorar algo así como se ha pretendido desde hace años, pese a que siempre hubo quien trató de que se reconociera. No se pueden justificar ciertas cosas basándose en la simpatía que te inspire una ideología o, en que desde la opuesta se hicieran cosas iguales o peores. Nada ni nadie puede honestamente considerar esto algo menor. Y lo que es más importante: no puede. Si de algo no peca esta película es de sensacionalismo ni de invenciones en aras del espectáculo. Es una verdad documentada y reconocida aunque haya algunos que se empeñen en negarla como algunos nazis el Holocausto. Eso no vale de nada y no impide que pasara lo que pasó. No entiendo porqué a algunos les molesta que se recuerde esto mientras aplauden sin descanso las 6.000 películas que recojan una y otra vez barbaridades semejantes cometidas por otros. Todas son ruines y dignas de ser recordadas. Y al que no le guste, debería hacérselo mirar... Tampoco entiendo porqué se critica que se muestre mayoritariamente la vida de los que esperaban a los soldados. Para mí es interesante y francamente útil. Al fin y al cabo, el destino de los soldados se sabe antes de verla y, con que se nos muestren unas cuantas escenas y al final, es más que suficiente. Lo más relevante es ver la angustia de sus familiares, las reacciones de los algunos polacos y, de los alemanes y, los soviéticos (quisiendo tapar su mierda) y de los que fueron testigos o conocedores de esto y, no obstante, quisieron correr un estúpido velo... Es muy bueno que los que quedaron cuenten las cosas como se vivieron. Los muertos son los únicos que no pueden hacerlo. Memoria para todos y de todos. No es morbo. No es curiosidad malsana. Es nuestra historia como lo fueron los campos alemanes o, las cárceles franquistas o las desapariciones chilenas y argentinas o, la represión y opresión del pueblo cubano dominado por una familia de frikies dementes en nombre de la "revolución". Todo es malo, no valen medias tintas.