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Críticas ordenadas por:
Entonces los condené a todos a muerte
Entonces los condené a todos a muerte (1972)
  • 6,7
    48
  • Rumanía Sergiu Nicolaescu
  • Amza Pellea, Cristian Sofron, Ion Besoiu ...
7
Los que se sueñan héroes
Notable película de Sergiu Nicolaescu, uno de los directores más afamados de los años del régimen de Ceaucescu, adaptada de una novela de Titus Popovici, un destacado intelectual rumano de los años 60-70 perteneciente al Partido Comunista. Cuando uno se pone ante la pantalla las reminiscencias de grandes clásicos literarios saltan a la vista de forma casi inmediata, así cuando vemos la figura del huérfano adoptado por el sacerdote y su esposa pensamos en el Pin de Italo Calvino en “El camino del nido de las arañas”; de igual forma, al ver la figura de Ipu, magistralmente interpretada por Amza Pellea – un actor que cada día me sorprende más -, podemos pensar en cualquiera de los antihéroes borgianos. No es extraño encontrarnos con paralelismos como estos, al fin y al cabo son temas recurrentes en las culturas latinas y la literatura de Borges tuvo un amplio alcance mundial, muy presente en países del bloque soviético. Las bellas escenas costumbristas nos transportan a una realidad ajena a la mayoría de los espectadores que, no obstante, no deja de ser la de buena parte de Rumanía aún por aquel entonces: un país eminentemente agrario. Al año siguiente se estrenaría en Italia una película que por estilo (en lo que a filtros, planos, enfoques, etc.) y temática – salvando las distancias - tendría notables paralelismos con la de Sergiu Nicolaescu: “Film de amor y de anarquía” de Lina Wertmüller, donde el protagonista, un pobre desgraciado al igual que Ipu, se ve forzado por las circunstancias a convertirse en héroe.

Más allá de los tópicos se deja notar la influencia del “realismo socialista” – si bien no en su vertiente más dogmática –, estilo que marcaría buena parte de la obra cultural y artística de los años del socialismo real en Europa del este. El objetivo es describir la vida del pueblo tal y como es y su objetivo no es otro que el de educar al pueblo, buscar su toma de conciencia ante los problemas que le afectan y las posibles soluciones. Todo esto encuentra su reflejo plástico en el tratamiento de las figuras de la intelectualidad del pueblo donde Ipu y el muchacho protagonista viven: el notario, el médico, el pope de la Iglesia Ortodoxa y su esposa, la maestra, todos ellos representantes clásicos de las fuerzas opresoras que imponen el pesado yugo de sus privilegios a los más desfavorecidos.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La reconstrucción
La reconstrucción (1968)
  • 6,8
    123
  • Rumanía Lucian Pintilie
  • George Constantin, Emil Botta, George Mihaita ...
9
Autocensura y connivencia
Hay razones de sobra para considerar a ésta si no la mejor una de las mejores películas rumanas de la historia. Basada en una novela de los años 50 de Horia Patrascu donde el propio autor plasmó el modo en que percibía el régimen comunista. Estamos ante un film que en su momento dio mucho que hablar, entre otras cosas por su claro contenido crítico hacia el régimen. Su historia es la de tantas joyas de la época (estoy pensando en "Ucho", en Checoslovaquia o, varios años después, "Interrogation", en Polonia): apareció en el año 1968, tres años después del ascenso al poder de Ceaucescu, en un momento de liberalización del régimen, muy influenciado por el "socialismo con rostro humano" que venía de Checoslovaquia, con la cual el Conducator mantenía excelentes relaciones. No obstante no había liberalización que pudiera soportar tamaña crítica, de modo que la cinta fue inmediatamente retirada de los cines y, al año siguiente, el prometedor Lucian Pintilie - que por entonces contaba con 35 años - obligado a trabajar fuera de Rumanía durante los siguientes veinte años. Su carrera fue prácticamente truncada, sin embargo fue capaz de recuperarse con una prolífica producción de títulos durante los años 90 y la primera década de este nuevo siglo.

Nos encontramos ante dos pequeños y jóvenes alborotadores, Vuica y Nicu, que tras un altercado en el que abrieron la cabeza del dueño de un chiringuito de una zona de recreo para los obreros del pueblo y destrozaron una de las barracas son obligados a filmar una película educativa sobre los efectos del alcohol en la juventud que será emitida en colegios y fábricas de obreros para prevenir el consumo, condición sine qua non - aunque ellos no lo saben en un principio - para que queden libres de todos los cargos que se les imputan.

La película empieza con una escena de cine dentro del cine en la que vemos a uno de los protagonistas, Vuica, obligado a repetir varias veces un plano en el que es golpeado por su amigo Nicu cayendo con su cara sobre el barro. Visto en retrospectiva el mismo inicio nos remite a la degradación experimentada por el ser humano bajo los regímenes comunistas, caracterizados por su invasivo ejercicio del poder que afectaría a la vida privada de los individuos y a las relaciones sociales. Lucian Pintilie recordaba en el año 2004 el motivo concreto que le llevó a realizar una película como ésta: por aquel entonces fue informado de que un actor amigo suyo, homosexual no reconocido públicamente (algo imposible), fue acusado de romper la Ley Rumana de Sodomía, siendo forzado para evitar la condena a prisión a mantener relaciones sexuales con su esposa mientras los investigadores observaban la escena.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Autobiografía de Nicolae Ceaușescu
Autobiografía de Nicolae Ceaușescu (2010)
Documental
  • 6,9
    154
  • Rumanía Andrei Ujica
  • Documental, (Intervenciones de: Nicolae Ceaușescu, Elena Ceaușescu)
9
De lo relativo de las percepciones
La obra que analizamos aquí es un trabajo magistral de Andrei Ujica, un trabajo que tan sólo incluye imágenes de archivo de los servicios de propaganda del régimen montadas por el propio director, entre las cuales se intercalan canciones de época que sirven con sus letras como acompañante irónico y amargo de la realidad del régimen. Y es que Nicolae Ceaucescu se nos muestra aquí en toda su dimensión contradictoria, porque una bonita fachada consigue esconder la realidad de una casa de puertas para adentro. Eso fue el régimen del Conducator, llegando a convertirse en una broma macabra para todos los rumanos que vivieron bajo su régimen, porque éste es un documental esencialmente dirigido a ellos (al no tener narrador que situe al espectador puede resultar difícil para aquellos que no conozcan los principales hitos de la historia rumana durante aquellos veinticinco años), aunque a cualquiera le puede servir para ver la realidad que se esconde tras toda dictadura totalitaria.

Como por milagro Ceaucescu consiguió colarse entre los resquicios dejados por el enfrentamiento de bloques que caracterizó a la guerra fría para hacerse con un papel de mediador independiente en el ámbito internacional, evitando el destino de otros experimentos como el húngaro (1956) o el checoslovaco (1968). No estoy de acuerdo con la sinopsis incluida en la ficha de esta película ya que, salta a la vista, el dictador consiguió convertirse con grandes dosis de habilidad y pies de plomo un lugar en el mundo de las relaciones internacionales, consiguiendo respeto y privilegios para su régimen de unos y de otros. Sin embargo, desde mediados de los años 70 (especialmente en los 80) su política exterior, muy centrada en los discursos por la paz y la no injerencia de las superpotencias en los asuntos de otros países, comenzó a contrastar de forma aguda con el imperio ejercido por la Securitate sobre la sociedad rumana, ahogando cualquier tipo de visión que disintiera con la planteada por el régimen y con la condena a la que sometió al pueblo rumano con su política de ahorro y austeridad para el pago de la astronómica deuda externa contraida con los países occidentales: explotación de la clase trabajadora para elevar las tasas de producción y llevar a cabo el máximo número de exportaciones posibles, aún a costa de la contracción más brutal del mercado interno. Se trataba de una cuestión de prestigio de cara al exterior, de un modo de acumular más capital simbólico de cara a los ojos de mundo que se admiraba de la fantástica gestión del conducator, "uno de los comunistas buenos" de acuerdo con Bush Sr.

El final es trágico por varios motivos, entre ellos se encuentra el hecho de que Ceaucescu fuera cogido completamente por sorpresa ante las condiciones en que se dio el golpe de Estado. Los últimos archivos desclasificados parecen confirmar que a mediados de 1989 tenía claro que algo iba a pasar, pero no que serían sus propios colaboradores los que lo traicionarían.
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Salvador Allende
Salvador Allende (2004)
Documental
  • 7,4
    1.253
  • Chile Patricio Guzmán
  • Documental, (Intervenciones de: Salvador Allende, Patricio Guzmán) ...
9
Un hombre del siglo XX - "un golpe en la conciencia"
Patricio Guzmán nos regala otro fantástico documental en un recorrido por el pasado traumático de Chile, esta vez centrándose en la figura de Salvador Allende. Desde el principio de la obra queda claro que para el director se trata de una cuestión personal, él mismo dice que "Sin Salvador Allende no sería quien soy", porque "el pasado no pasa, vibra y se mueve con las propias vueltas de mi propia vida". De la suya y de la de los miles de chilenos que vieron sus vidas destrozadas, porque a los miles de muertos hay que sumar los cientos de miles de personas que abandonaron el país. Buena muestra de ello es la reacción a la decisión de su hija, parlamentaria en Chile, de llevar a cabo una nueva autopsia que confirmara definitivamente las condiciones en que murió su padre. Buena parte de la sociedad chilena está poniendo el grito en el cielo, hablando de que se está removiendo el pasado y acusando a Allende de ser un agitador de las masas. Y es que no hay más ciego que el que no quiere ver, salvando las distancias se puede decir que Allende cumple entre una parte de los chilenos el papel que la República española tiene en la historia reciente de España para muchos españoles: el de chivo expiatorio, descargando de culpa a los que realmente hicieron imposible la convivencia democrática.

El tono sentimental del principio, con las impresionantes imágenes de sus últimos efectos personales, pronto deja paso a los hechos: sin su figura carismática, única en la Historia, el impresionante movimiento que observamos en la mítica obra "La batalla de Chile" nunca habría sido posible, la batalla de un pueblo sin armas por la justicia social y la igualdad.

Vuskovic aporta mucha luz sobre la figura de Allende, cuyo pensamiento califica de libertario afirma que éste estaba marcado por muy variadas fuentes de inspiración, fundamentalmente los ideales de la Revolución francesa; ese lema cuasi-sacro de Igualdad, Legalidad y Fraternidad que marcó un antes y un después en la historia humana. Estas afirmaciones son muy convenientes dada la cantidad de veneno que se ha vertido contra una figura como ésta, de gran altura humana y política, que nunca aceptó el rol desvirtuador del Partido Único o la idea de la dictadura del proletariado. La única influencia que aceptaba del marxismo era la lucha por la igualdad y la defensa de los trabajadores. En su intento por llegar a la raíz Guzmán recorre el pasado de Allende en Valparaíso, donde hizo relación con un anarquista italiano que lo concienció de la necesidad de la lucha por la justicia social; en las salas comunes de los hospitales tomó conciencia de la miseria que afectaba a las clases más desfavorecidas; etc.
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6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Go West
Go West (2005)
  • 5,9
    39
  • Bosnia y Herzegovina Ahmed Imamovic
  • Mario Drmac, Tarik Filipovic, Rade Serbedzija ...
8
Condenados a estar presididos por un Sol que no calienta
Nos encontramos ante un valiente e interesante ejercicio cinematográfico que levantó no pocas controversias en el momento de su estreno. Tanta fue la controversia que Ahmed Imamovic recibió amenazas de muerte y aquellos que se atrevieron a ir a las proyecciones privadas en Bosnia (el film no llegó a ser proyectado en abierto) evitaban ser identificados por miedo a represalias. Hay que tener en cuenta el poder de la religión en la sociedad bosnia, muy fortalecido tras la infamante guerra de los años 90: de asociaciones religiosas llegaron la mayor parte de las críticas, aunque las hubo de todo tipo. El director de la revista sarajevita Walter, Enver Causevic afirmaba que no tenía ningún problema con la homosexualidad en sí, "Pero la película mezcla cuestiones como la nacionalidad y la homosexualidad. Y eso es una equivocación. Hablando de la homosexualidad en un film de la guerra de Bosnia se empequeñecen las verdaderas cuestiones en juego durante el conflicto". Nada más lejos de la realidad.

La película muestra variados dramas, en sí misma cada una de las vidas que vemos a lo largo de ésta constituyen uno diferente unido por la misma esencia: vivir en Bosnia. Rade Serbedzija, en el papel de padre de Kenan, lo deja muy claro cuando afirma en un momento muy intenso de la película que "Tú puedes comprar todo aquí con dinero excepto la felicidad. No hay felicidad aquí. Quizás la habría si nos hubiéramos quitado de encima a todos los musulmanes. Y ese puñado de croatas y, al final, nosotros, los serbios también. Deberían encerrarnos a todos en el infierno. Entonces deberían poblar Bosnia con gente normal que sea capaz de disfrutar su belleza". En una frase que condensa algunas de las ideas que el genial Ivo Andric expresara en obras como "Crónica de Travnik" o "Un puente sobre el Drina" se nos expresan algunos de los prejuicios que, producto de la experiencia histórica, dominan la imagen que muchos bosnios tienen de sí mismos. Esta es una imagen que paraliza a aquel dominado por ella, y ese es el mayor de los dramas que aqueja a la sociedad bosnia.

Más allá de todo esto, como decía, la película está cargada de detalles simbólicos bien calculados que merece la pena mencionar, si bien a veces el juego dialéctico es tan marcado que puede dar una impresión excesivamente simple. Una de las cosas que me llama la atención es la dualidad entre el turbo-folk, género musical muy apreciado por los serbios, del cual es buena exponente la viuda de Arkan y la música clásica que Milan interpreta con su violoncello. El turbo-folk, en la boda entre Ljubo y Milan, que se convierte en una celebración colectiva de la comunidad étnica, sería el paradigma del nacionalismo serbio: una música basada en temas étnicos y en el más radical exclusionismo. Frente a éste la música clásica, representación de los ideales ilustrados de paz y fraternidad.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los misterios del organismo
Los misterios del organismo (1971)
Documental
  • 6,2
    434
  • Yugoslavia Dusan Makavejev
  • Documental, (Intervenciones de: Milena Dravic, Ivica Vidovic) ...
7
Nota a pie de página de los sucesos del 68
Desde sus confines orientales hasta sus costas atlánticas Europa aparece indefectiblemente condicionada en todos sus aspectos por la tradición judeo-cristiana que, al fin y al cabo, es una parte esencial de ese complejo entramado poliédrico que llamamos civilización europea. Esta curiosa obra de Makavejev ahonda en estas y en muchas otras cuestiones, así, de algún modo nos muestra cómo la cultura cristiana ha cumplido dos roles fundamentales en la configuración del carácter de las sociedades europeas: en primer lugar incitar al individuo a avergonzarse de su aspecto externo y, en segundo lugar, a rechazar las manifestaciones de su microcosmos mental que se salieran de los términos de lo establecido o lo políticamente correcto. Así pues el cristianismo ha enseñado al hombre a rechazar tanto su desnudez y transparencia como la de los demás, tanto en el ámbito puramente físico como en el espiritual. Esto es lo que permite a Wilhelm Reich y a Makavejev después (junto a ellos muchos otros) observar la naturaleza humana como una enorme estructura artificial - las mentalidades, la cultura, los prejuicios, la religión, el Estado - que se superpone a las necesidades mismas del ser tratando de contener sus impulsos primarios y su naturaleza misma bajo una capa de superficialidad: la razón (entendida como orden) que oculta a la verdadera razón (entendida como desorden), dando lugar a una auténtica sinrazón, a algo verdaderamente insoluble. He aquí la doblez del mundo mostrada y atacada por Makavejev en su película (de hecho esta es una idea muy trabajada en la Yugoslavia comunista, estoy pensando por ejemplo en las magníficas obras literarias de Aleksandar Tisma).

De algún modo los años 60 fueron revolucionarios en muchos sentidos y vinieron marcados por su colofón por el convulso 68, que tuvo ramificaciones de lo más interesantes a nivel mundial. Makavejev nació en 1932, de modo que era suficientemente joven en aquel momento como para empaparse de toda la revolución cultural en ciernes que, en su máxima expresión, supuso poco menos que el cuestionamiento de las bases mismas sobre las que se sustentaba la sociedad. El 68, tanto en Francia - paradigma por excelencia - como en Nuevo Belgrado se pudieron escuchar discursos muy similares donde se defendía que las cosas podían ser distintas y mejores, aunque no supiesen exactamente cómo. Frente a ellos se encontraban sus padres y abuelos que, acostumbrados a sangrientas coyunturas bélicas y épocas de grandes privaciones - más aún en la antigua Yugoslavia, dado el impacto brutal de la Segunda Guerra Mundial -, por primera vez podían contemplar retrospectivamente aquella larga racha de inusual paz y prosperidad que venían disfrutando desde los 50. Esto hacía que la mayor parte de la población yugoslava se desentendiera con facilidad de la política. Lo que Makavejev plantea es que sobre ese relativo bienestar y sobre la bendición brindada por el silencio y la connivencia de las masas se asentó la injusticia.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pixels (C)
Pixels (2010)
CortometrajeAnimación
  • 6,6
    3.792
  • Francia Patrick Jean
  • Animación
8
La suplantación de la realidad
Tengo que agradecer a mi amigo Amor Perro el descubrimiento de este pequeño y curioso cortometraje que ofrece ideas muy interesantes desde un plano muy crítico, similar - como bien me apuntó él en su recomendación - a otras obras maestras de la animación y el cortometraje como "Big Bang Big Boom".Lo que Patrick Jean viene a hacer en tan sólo tres minutos es mostrarnos en modo hiperbólico cómo lo virtual está suplantando la realidad a marchas forzadas.

Igual que no podemos negar los aspectos positivos de la tecnología virtual, como el hecho de que aquí podamos compartir e intercambiar opiniones en torno al cine, tampoco podemos negar que cada día más gente se entrega a la diversión en sus propias videoconsolas y ordenadores, prescindiendo de la interactuación con el mundo exterior; lo mismo ocurre en el ámbito de las relaciones humanas, donde cada vez ocupan un lugar más decisivo las redes sociales, hasta el punto de ser para muchos la única conexión con la vida más allá de sus cuatro metros a la redonda. Desde el siglo pasado muchos pensadores vienen afirmando que incluso cualquier elaboración racional o interpretación de la realidad no son más que una superposición sobre la misma naturaleza o la realidad, si es que un concepto como éste es definible, porque ¿qué es la realidad? ¿Lo percibido como tal por los hombres de forma mayoritaria? Si es así el mundo virtual ya hace tiempo que se ha convertido en una realidad paralela por derecho propio y, además, in crescendo, de modo que cada vez es más difícil hablar de que lo virtual sea tan sólo una mera superposición a lo que hasta ahora se ha considerado realidad cuando millones de personas viven su socialización a través de este medio.

Si esto entra en conflicto o no con la realidad exterior sólo el tiempo lo dirá.
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17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La condena
La condena (1988)
  • 7,3
    1.247
  • Hungría Béla Tarr
  • Miklós B. Székely, Gyula Pauer, Hédi Temessy ...
9
"No me aferro a nada, pero todo se aferra a mí"
No hay que engañar a nadie, esta no es una película para todos los públicos, el que se introduzca en un film como éste ha de haber degustado con deleite la obra de otros genios de la cámara como Tarkovski, Lynch, Angelopoulos o Sokurov. Lo que vemos aquí es un ejercicio de sensibilidad del que sólo parecen capaces los europeos orientales - con esa excepción del siempre inclasificable Lynch -, pero esto no ocurre sólo en el cine, sino también en la literatura. El caldo de cultivo cultural para que obras como ésta sean alumbradas en el gran y variado espacio europeo centro-oriental es más que adecuado y, sin lugar a dudas, es maravilloso poder contar con esa mirada diferente que siempre nos prestan desde allí. En cualquier caso obras como éstas nos muestran que no por casualidad la vocación de Tarr en un principio fue la filosofía, camino abortado por el régimen comunista húngaro allá por los 70 dadas las controvertidas ideas del director que entraban claramente en conflicto con el régimen. En cualquier caso el húngaro se ha resarcido a fondo en el cine.

La pasión de Tarr por Nietzsche no sólo se pone de manifiesto en el hecho de que su última película verse sobre el caballo al que el filósofo alemán abrazó en plena vía pública, en Turín, episodio que acabó con éste en un sanatorio, sino que se pone de manifiesto en "La condena", donde el director húngaro nos ofrece un repaso de algunos de los aspectos de su filosofía, como trataré de mostrar.

En líneas generales la película versa sobre los límites de la libertad humana, mostrándonos al individuo atado por mediación de múltiples lazos a la realidad circundante impidiéndole liberarse de las contradicciones del entorno en que se desenvuelve. Esto empieza a ponerse de manifiesto en el hermoso diálogo del ecuador de la película entre Karrer y la mujer que es objeto de deseo para él. Además, al explicar su relación con una de las mujeres de su vida ("Odiaba que fuera tan ordenada y precisa. Me turbaba la confianza ciega con la que se aferraba a mí") pone de manifiesto uno de los grandes problemas que han dominado el siglo XX y que han dado lugar a la tragedia del hombre contemporáneo: el relativismo que parece estar acabando con la vida propiamente dicha, porque el relativista siente celos por naturaleza hacia todo aquel que es capaz de creer en algo de forma irrevocable, actitud condenada a no entender ni a ser entendida. De la creencia en algo surge el orden, pero ¿puede surgir la vida y la alegría del relativismo?

Sin embargo la contradicción reside en el hecho de que el relativista ansíe con todas sus fuerzas aferrarse a algo, lo cual se pone de manifiesto en la obsesión de Karrer por la mujer a la que ama, en su necesidad por entregarse a ella en cuerpo y alma: "Haría las cosas más despreciables por hacer que me escogieras", le dice.
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26 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cómo celebré el fin del mundo
Cómo celebré el fin del mundo (2006)
  • 6,2
    357
  • Rumanía Catalin Mitulescu
  • Doroteea Petre, Timotei Duma, Ionut Becheru ...
6
Sin hacer ruido
Así llegó el fin del régimen de Ceaucescu, sin hacer ruido, al menos hasta los famosos sucesos de Timisoara o los abucheos durante la aparición pública del conducator en la capital. En cualquier caso, hasta aquel histórico diciembre de 1989, nada parecía presagiar los traumáticos sucesos que se sucederían a toda velocidad desde la manifestación popular en la capital del Bánato rumano en apoyo del pastor luterano Laszlo Tökés, quien acusó al régimen de incitar el odio racial en medios internacionales, lo cual llevó a Ceaucescu a un intento por purgarlo y marginarlo social y económicamente. Mucha gente se unió a aquella manifestación pacífica sin estar al corriente de los detalles por los que ésta había sido convocada. He aquí una buena muestra del hastío generado por el régimen comunista, que había condenado al pueblo rumano al hambre y la miseria moral: sólo hizo falta un paso adelante (además del empujón que supusieron los acontecimientos en el resto del bloque soviético, no hay que perder la perspectiva) de unos pocos para que todo el país pidiera el fin de un extraño experimento político-económico que ya había llegado demasiado lejos. Los signos de este cansancio quedan patentes a lo largo del film en el rechazo de los habitantes de ese pequeño y rural suburbio de Bucarest hacia el padre de Alexandru, miembro de la Securitate (policía política del régimen) o la represión en el ámbito de la educación, bien representado por el encontronazo de la protagonista con las autoridades. Lo que mejor muestra que lo ocurrido en diciembre fue totalmente inesperado para el pueblo es esa intentona de Eva por escapar a Occidente de forma clandestina (el único modo en que se podía salir del país) junto a Andrei, o la sorpresa de los propios padres de Eva y Lalalilu ante la caída del régimen, quienes se abrazarán efusivamente al conocer la noticia. El final de Ceaucescu fue una liberación, pero lo que iba a venir no sería fácil, de hecho hoy en día la vida en Rumanía sigue estando cargada de incertidumbres y es muy dura para la mayor parte de la población, lo cual puede verse en el corto de Cristi Puiu “Cigarettes and Coffee” (2004) o “Cuentos de la Edad de Oro” (2009) por citar dos ejemplos.

La película tiene detalles muy interesantes, eso no se puede poner en duda, pero coincido con la mayor parte de los compañeros en que la trama aparece carente de unicidad y sentido, pecando de excesiva superficialidad a lo largo de la mayor parte de la película. Para mi gusto hay algo que salva todo este desaguisado en que por momentos se convierte la película: la naturalidad, credibilidad y singular belleza de Doroteea Petre, una actriz que poco menos puedo decir que me ha enamorado en este film. Sin lugar a dudas lo más destacable.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La muerte del estalinismo en Bohemia (C)
La muerte del estalinismo en Bohemia (1991)
CortometrajeAnimación
  • 6,8
    527
  • Reino Unido Jan Švankmajer
  • Animación
10
Un repaso por cuarenta años de la historia checoslovaca
Estamos ante una genialidad extraordinaria de Jan Svankmajer, artista y director de cine nacido en Praga.

El director empieza en tono provocador advirtiendo de que estamos ante un trabajo de agitprop, lo cual es significativo en tanto que esta corriente artística surgió en la Unión Soviética completamente subordinada a los intereses del Partido Comunista. Su fin no sería otro que el uso del arte y la literatura (realismo socialista) como medios para el adoctrinamiento y movilización de las masas en pos de unos determinados objetivos. Lo que Savankmajer hace aquí es un ejercicio de relativismo contra los mitos de la política y la historia para tratar de desnudar la esencia del régimen socialista que se instauró en Checoslovaquia en 1948 e intentar poner alerta a la opinión pública frente a las situaciones indeseables que podría desencadenar la reciente Revolución de Terciopelo (1989). Para ello se sirve de su conocida maestría con la técnica del stop-motion.

Tras el colapso de un edificio dinamitado desde sus cimientos nos queda constancia de que tanto el hombre como lo creado por el hombre acaba dejando a lo sumo un inmenso rastro polvoriento, metáfora del desmantelamiento del comunismo en Europa del este, cuyo polvo ha sido respirado largo tiempo después del año 89 en muchos países. Al son de un conocido tema del Coro del Ejército Rojo nos aparece un mural con el rostro de Stalin en posición central acompañado por la mítica en que la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin en el Viejo Continente: el 9 de mayo de 1945 (o 9.5 visto en clave). El georgiano fue percibido en buena parte de Europa como el gran artífice de esta gloriosa victoria frente al fascismo. A continuación se suceden imágenes de la liberación en la que los soviéticos, liderados por el general Koniev (que aparece con la pechera cargada de medallas) son recibidos con flores. Como colofón aparece una fotografía del atractivo Julius Fucik, mártir de la resistencia comunista checoslovaca que se oponía a la ocupación alemana convertido en mito del Partido Comunista Checoslovaco. Durante su estancia en la cárcel previa a su ejecución a manos de los alemanes dejó una famosa obra escrita en papel de fumar ("Notas desde la horca") donde apostaba por un futuro mejor bajo el comunismo. De ahí que bajo su nombre se pueda leer "Lide Bdete", algo así como "Os observa", traducido al castellano. Éste fue elevado al altar de la patria, convertido en símbolo y ejemplo de abnegación y entrega a la causa, algo similar a lo que Franco hiciera con José Antonio aquí en España.
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47 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cigarettes and Coffee (C)
Cigarettes and Coffee (2004)
Cortometraje
  • 5,7
    104
  • Rumanía Cristi Puiu
  • Victor Rebengiuc, Mimi Branescu, Mihai Bratila
7
Todo es como antes
Por empezar con una nota de humor hay que reconocer que el título perfecto para esta crítica hubiera sido el que lleva el cortometraje si es que no se le hubiera ocurrido antes a Cristi Puiu que a mí, y aún con todo no sé si hubiera tenido una ocurrencia tan oportuna.

Cristi Puiu ya es desde hace unos años con toda justicia uno de los principales representantes fundamentales de lo que se conoce como Nuevo Cine Rumano. En concreto el cortometraje ante el que nos encontramos fue galardonado con el Oso de Oro al mejor cortometraje en el Festival de Berlín del año 2004, de modo que resulta maravilloso que pueda darse a conocer a través de FilmAffinity.

El escenario se situa en un lujoso café de una céntrica calle de Bucarest, la ciudad a la que Puiu trata de dar voz a través de sus films desde sus inicios en el mundo del cine. En una de sus mesas mantienen un breve encuentro de diez minutos un padre y su hijo, diez minutos que bastarán para dejar grandes pinceladas sobre la situación de la sociedad rumana surgida de la disolución del régimen de Ceaucescu, convirtiendo este cortometraje en una mirada imprescindible sobre esa realidad que desapareció de los periódicos una vez cayó el tirano pero en la cual la vida siguió, con todas sus miserias. El padre es una persona del montón, sin más aspiraciones que las de poder asegurarse una vida digna para él y su esposa, aquejada de un ictus con toda probabilidad. Sin embargo sus dificultades saltan pronto a la vista al calor de la conversación.

Al producirse la disolución de los régimenes comunistas de Europa del este la mayor parte de ellos asistieron a la irrupción brutal de las doctrinas neoliberales que dieron lugar a gigantescas privatizaciones en prejuicio de unos ciudadanos incapaces muchas veces de ajustarse a los nuevos estándares de vida: subida de la luz, el agua, la energía, los alimentos básicos, etc. A partir de aquí la consabida cantinela de desmantelamientos y reestructuraciones de sectores económicos improductivos pero que, al fin y al cabo, daban trabajo a la gente. El padre, interpretado por Mihai Bratila, será uno de los que sufra los efectos colaterales del cierre de una gran planta química para la cual trabajaba en el comedor, justo dos años antes de poder hacerse con la jubilación anticipada.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bajo la capucha: un viaje al extremo de la tortura
Bajo la capucha: un viaje al extremo de la tortura (2008)
Documental
  • Canadá Patricio Henriquez
  • Documental
7
Experiencias dispersas en el tiempo y el espacio unidas por una capucha
Buen documental de Patricio Henríquez que tuve la suerte de poder ver en el Ciclo de Cine sobre Derechos Humanos de Zaragoza, una magnífica iniciativa que se llevan haciendo en la capital del Ebro desde hace unos años.

Desde luego estamos ante una temática bastante común en los últimos tiempos y que ya sonará a algunos si han visto documentales como "La Escuela de las Américas" o "ESMA. Memorias de la resistencia". Sin embargo nunca está de más adentrarse de nuevo en trabajos de este género y tratar de ahondar en diferentes perspectivas. Si algo tiene el documental del chileno es un excelente montaje técnico, tanto en lo referente a la imagen como al sonido, creo que es el aspecto más destacable - junto al tema en sí, por supuesto. No obstante pierde fuelle en el guión, y es que quizás acaba dispersando excesivamente su valiente esfuerzo (aunque su propósito queda claro, precisamente por eso es posible que dicho propósito esté errado).

De una primera hora y quince minutos apabullantes que nos muestran los aspectos más crudos de la lucha contra el terrorismo de los Estados Unidos en Afganistán e Iraq el director acaba tendiendo lazos y paralelismos con la política de la superpotencia durante la segunda mitad del siglo XX en América Latina. Desde luego que tiene mimbres para hacerlo, existe material para hacer algo así posible. De hecho salta a la vista que las acciones de los Estados Unidos en estos puntos tan distantes del planeta se han basado en los criterios de "realpolitik" que dominan las acciones de cualquier potencia. No obstante hay un notable desequilibrio entre el tratamiento del tema de la tortura en Iraq y Afganistán, tratados de algún modo paralelamente y con una meticulosidad y profundidad de análisis mucho mayores; y, por otro lado, la tortura en Guatemala y Argentina, a los cuales dedica sendos cuartos de hora (si llega) dejando muchas cosas en el aíre. Efectivamente, queda claro que el grado de perfección alcanzado en las técnicas de tortura de la primera década del siglo XXI viene de lo experimentado en la segunda mitad del anterior en Latinoamérica, lo cual convierte a la guerra en un campo de experimentación constante para ejercer la supremacía y desarrollar nuevos métodos de control.

Todas las experiencias relatadas y analizadas en el documental aparecen unidas por un elemento omnipresente: la capucha negra que se coloca en la cabeza de las víctimas durante días, hasta que éstas sufren una completa distorsión de las coordenadas espaciales y temporales. La capucha que arrebata la identidad al individuo, lo que lo hace diferente de los demás: el rostro. Así se favorece la impunidad, la supraindividualidad, la violencia del torturador que ya no se enfrenta a un ser humano, sino a una "cosa". Muchas cosas sorprenderán a los espectadores al visionar este documental, entre otras el hecho de que nos introduzca en una realidad que se escapa a los periódicos y telediarios que consumimos de forma cotidiana.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
10 Minutes (C)
10 Minutes (2002)
Cortometraje
  • 7,0
    553
  • Bosnia y Herzegovina Ahmed Imamovic
  • Almedin Leleta, Satoshi Yahata, Milan Pavlovic ...
9
El tiempo y el espacio
Sin lugar a dudas estamos ante un excelente trabajo de Ahmed Imamovic, director de la controvertida "Go West" (2005), excelente por muchos motivos. Siempre es motivo de celebración recibir este tipo de cortometrajes en FilmAffinity, más que nada porque entre otras cosas nos permiten a los usuarios adentrarnos en cines que quizás escapan de nuestros ámbitos predilectos y nos animan a explorar nuevas posibilidades.

Lo que son las cosas... ¡cuán diferentes pueden ser diez minutos de un día cualquiera del año 94 para un habitante de Sarajevo y un turista japonés en Roma! Eso es lo menos que uno piensa al ver este pequeño cortometraje. Pequeño, sí, pero muy ambicioso. Lo cierto es que su principal virtud radica en el hecho de que le bastan esos escasos diez minutos para mostrar una gigantesca tragedia humana colectiva en toda su magnitud. Ya han pasado dieciseís años desde que acabara aquel monstruoso asedio de cuatro años que tantas vidas se cobró, a parte de destruir una de las ciudades más carismáticas del continente. Hace ya casi veinte años que Kusturica alzó su voz en "Le Monde" para advertir a Europa de que su ciudad estaba ardiendo, de que no era el momento para realizar análisis políticos, sino el de actuar. El director sarajevita acabaría resignado, destrozado por el cinismo que tuvo que desarrollar para sobrevivir en su propio exilio personal, que dura desde que empezó aquella guerra maldita que los yugoslavos como él nunca quisieron.

Pero efectivamente, Bruselas estuvo del año 91 al 95 enfrascada en estériles reuniones diplomáticas y encuentros internacionales destinados a desarrollar una política efectiva respecto a lo que ocurría en los Balcanes. El propio Emir Kusturica lo decía bien claro en 1992: "Si creaís nuevos estados en el territorio yugoslavo teneís que entender consecuentemente que estaís asumiendo una responsabilidad por la sangre derramada allí, por las lágrimas de los niños, por el dolor." Poco parecía importar todo aquello en Europa, lo cual queda fantásticamente reflejado en esos 10 minutos que dura el cortometraje. A tan sólo 500 kilómetros de la capital fantasma de Bosnia nos encontramos en una de las principales capitales europeas, un gigantesco centro de servicios, un parque de atracciones abierto para el consumo de las masas venidas de todo el mundo para admirar la gloria romana; la magnificencia alcanzada por la Iglesia católica, centro mundial de la caridad y las buenas intenciones; las joyas del Renacimiento y el Barroco... Por supuesto estamos hablando de Roma, ciudad que atrae cada año a seis millones de personas llegadas allí tan sólo para disfrutar. Comprensible.
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44 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Machuca
Machuca (2004)
  • 7,4
    7.185
  • Chile Andrés Wood
  • Matías Quer, Ariel Mateluna, Manuela Martelli ...
9
Lo que pudo ser y no fue
En el momento en que nos encontramos con una obra cultural que pretende reflejar un periodo o fenómeno histórico concreto nos encontramos ante un análisis personal que, dependiendo de la experiencia personal del autor y de aquellos que colaboren con él en la documentación de la obra, podrá ser una fuente histórico-memorística o no. Para el espectador que piense en lo que está viendo salta a la vista que "Machuca" lleva tras de sí un profundo trabajo de investigación y que, de algún modo, constituye un repensado ejercicio de reconstrucción, por ello la colaboración con protagonistas del periodo histórico que se pretende reflejar es imprescindible (como la de uno de los fundadores de Brigada Ramona Parra).

En este caso Andrés Wood, director de cine chileno nacido en 1965, está apelando a su propia memoria y experiencia personal (lo que fluye en parte son los recuerdos de su etapa estudiantil, como él mismo afirmó) para llevar a cabo esta reconstrucción de los sucesos del 73 desde la perspectiva de dos niños y del modo en que dichos sucesos afectaron a la sociedad. No obstante, al colaborar con personas ajenas a su propia experiencia individual está apelando a una memoria que trasciende sus propias vivencias para pasar a ser memoria colectiva. Precisamente esto es lo que ha posibilitado que "Machuca" se convirtiera en un éxito en Chile, porque una memoria individual reprimida se alimenta de los miedos, pasiones y fobias del individuo que la porta, pero al darse la posibilidad de hacer ésta pública se coteja y se vuelve menos parcial, eso es lo que hace que tantos chilenos encuentren su lugar en el film de Andrés Wood.

En este sentido creo que es interesante ver cómo plantea el enlace entre la historia del protagonista con el problema social de fondo, el alto grado de movilización de la izquierda chilena, los prejuicios de las clases altas-medias (la reunión en el colegio es muy significativa), el papel de la Iglesia (a la cual redime el director en buena medida), hasta los planteamientos un tanto esquemáticos y simplistas que predominan a lo largo de la película (que uno no sabe si es simple efectismo dirigido a mover al espectador emocionalmente en un sentido concreto o falta de espacio en la cinta: conflicto entre ricos y pobres, básicamente; pero lo cierto es que en el mismo año 73 aquello fue planteado como un paradigma de lucha de clases y esa es la idea que ha sido preservada en la memoria de muchas familias chilenas). Pero lo que queda claro es que los marcos de referencia y las mentalidades en conflicto quedan muy bien expresados. Así pues, creo que es un ejercicio memorístico que, por supuesto, debe ser tenido en cuenta como una vía válida para la inmersión en el periodo histórico que trata.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
ESMA / Memorias de la resistencia
ESMA / Memorias de la resistencia (2010)
MediometrajeDocumental
  • Argentina Claudio Remedi
  • Documental
7
A las cosas por su nombre
No tengo ni idea de quién se encargó de escribir la sinopsis de este documental pero, empezando por ahí, me veo en el deber de realizar una crítica contundente contra lo que me parece que no es sino un uso más bien burdo de determinados conceptos, más que nada por no ahondar en la confusión y en lo que, de algún modo (y con buena voluntad), no dejan de ser maniqueismos.

Yo sé que mucha gente de la que podrá leer esta crítica estará al tanto de lo que estoy hablando, y mucha otra que podrá no estar de acuerdo; desde luego la idea que expongo aquí es polémica, pero mientras sea dentro del respeto bienvenida sea la discusión. Tuve la oportunidad de intercambiar impresiones con una miembro de Hijos e hijas por la Identidad contra el Olvido y el Silencio y discutí con ella el abuso que se está haciendo del concepto "genocidio" (tanto desde el punto de vista jurídico como histórico) a la hora de hablar de los sucesos acontecidos durante la dictadura de la junta militar en Argentina, en ese momento descubrí que la acusación de genocidio que pesa sobre los torturadores y verdugos que poco a poco van siendo procesados encuentra su amparo en el propio derecho argentino, mucho más laxa en la consideración de este crimen que la sostenida en las leyes internacionales. Y es que hay que tener cuidado con el valor simbólico de determinados actos humanos.

Que se pretenda aplicar el término genocidio a lo ocurrido en la Argentina entre 1976 y 1983 tiene tres causas: una interpretación errónea de lo que un genocidio propiamente dicho es; la propia experiencia histórica de Latinoamérica, diferente al contexto europeo (donde se gestó por primera vez el concepto en torno al que discutimos); y, por último y, quizás, más importante el hecho de que se pretenda aplicar un concepto que la opinión pública puede asociar rápidamente con crímenes paradigmáticos como el propio Holocausto del pueblo judío, es decir, habría un intento por elaborar una fachada mediática, un intento por hacerse oír. El hecho de que lo ocurrido en Argentina no sea un genocidio no hace los crímenes cometidos por la junta militar menos execrables y, además, sigue existiendo la intencionalidad y una planificación concienzuda por parte de éstos para acabar o paralizar (mediante el terror, algo que refleja bien "Historia oficial", sobre todo la figura del profesor de Literatura) a quienes desafiaban el orden social y económico tradicional desde la izquierda. Estamos ante un claro crimen de lesa humanidad, pero no ante un genocidio. Las ONGs vinculadas a los supervivientes que, ni qué decir tiene, han hecho un trabajo admirable en la preservación de la memoria de los crímenes de la junta militar (y que, además, tuvieron un papel decisivo en el colapso de la dictadura) se harían un favor si llamaran a las cosas por su nombre porque evitarían levantar suspicacias entre los que se oponen a su labor y engorrosas trabas jurídico-legales.
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0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La batalla de Chile (Parte III): El poder popular
La batalla de Chile (Parte III): El poder popular (1979)
Documental
  • 7,9
    1.122
  • Chile Patricio Guzmán
  • Documental
10
Ciclo épico en torno a los acontecimientos de Chile de 1973 (III)
El conocimiento del final por parte del espectador ejerce un poderoso influjo sobre las imágenes y testimonios del documental, de hecho contribuye a acentuar ese tono trágico que veníamos destacando e incluso cierto sentimiento de nostalgia por lo que pudo ser y no fue. Creo que esto se hace particularmente notable en esas movilizaciones previas a las elecciones parlamentarias de marzo de 1973, cuando la mayor parte de los entrevistados, a pesar de su filiación política, apuestan por la vía democrática y electoral, lo cual se ve acentuado en el momento en que se produce el adelanto de la victoria de la democracia cristiana y el Partido Nacional sobre la Unidad Popular, cuando uno de los entrevistados afirma en mitad de la euforia que “¡Lo único que queremos es que Chile sea siempre libre!”. No hay que irse al 11 de septiembre de 1973 para ver el vuelco que estas convicciones democráticas van a experimentar. Esa misma noche, cuando se conocen los resultados electorales definitivos y la oposición comete la irresponsabilidad política de poner en cuestión de forma infundada los resultados de las elecciones se producirán episodios de marcada violencia a lo largo de toda la noche.

Nada puede restar vida a unos testimonios que son la Historia misma aprehendida en esos rollos de película virgen que el cineasta francés Chris Marker regaló a Patricio Guzmán en su visita a Chile para que pudiera hacer su documental. Estos testimonios son el recuerdo imperecedero de la lucha de un pueblo sin armas que creyó que la suya era una lucha justa y que sabía que era por el futuro de sus hijos, como afirman al final de La insurrección de la burguesía dos partidarios de Allende. De hecho, si vamos a lo puramente sentimental, en un ejercicio de historia contrafáctica uno espera de un momento a otro que se produzca un cambio, que las cosas ocurran de un modo diferente a como fueron, lo cual ya de por sí nos da una idea de la viveza inherente a estos testimonios.

De la tercera parte, "Poder popular", destacaría el tratamiento de un elemento clave en la movilización de los partidarios de la Unidad Popular: los cordones industriales. Estas grandes agrupaciones de empresas se encargaban de apoyar a cualquier empresa bajo su jurisdicción que pudiera tener problemas con la patronal, es decir, se configura como un instrumento de organización y coordinación de las actividades productivas pero, al mismo tiempo, también como grupo de presión política. Podría decirse que estamos ante una revolución desde abajo en toda regla, justamente por ello el gobierno observa con temor un fenómeno que podría dar lugar a una estructura de poder paralela a la suya propia sobre la que no tendría ningún poder efectivo.
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La batalla de Chile (Parte II): El golpe de estado
La batalla de Chile (Parte II): El golpe de estado (1976)
Documental
  • 8,2
    1.329
  • Chile Patricio Guzmán
  • Documental, (Intervenciones de: Salvador Allende, Carlos Altamirano) ...
10
Ciclo épico en torno a los acontecimientos de Chile de 1973 (II)
Desde el punto de vista político-histórico uno de los aspectos más educativos del documental lo plantea el hecho mismo del golpe de estado: es imposible cualquier resistencia ante el hecho de que una de las partes en conflicto tenga el monopolio absoluto de la violencia y los medios de coerción. Como planteara Charles Tilly en su definición de guerra civil ésta sólo se produce en el momento en que se produce la fragmentación de dicho monopolio en múltiples células. Esto es algo que no ocurrió en el caso de Chile precisamente porque uno de los bandos, el representado por la Unidad Popular, optó por una lucha sin armas, es decir, legalista o situada dentro de los presupuestos democráticos y del pensamiento político del propio Allende (“la vía chilena hacia el socialismo”). En mi opinión La batalla de Chile ahonda de forma bastante certera en esta idea de lucha sin armas sostenida por una parte notable del pueblo chileno al tiempo que nos muestra los efectos del radicalismo y la desempatía de otra parte no menos importante de la sociedad chilena . Esto es lo que hizo posible que el golpe de estado del 11 de septiembre se impusiera con una rapidez pasmosa a pesar del elevado grado de movilización y conciencia política imperante en la sociedad chilena por aquel entonces y esto es lo que convierte este episodio de la historia de Chile en una verdadera tragedia.

En segundo lugar el documental muestra la importancia decisiva del control de los medios de comunicación en la formación de marcos de referencia y en la conquista de la opinión pública internacional. No en vano, como el propio documental destaca y la propia Marta Harnecker se encargaría de recordar años después la oposición a la Unidad Popular controlaba el 70% de la prensa escrita y 115 de las 155 radios, “entre las cuales se encontraban las cadenas de mayor potencia” . De este modo la oposición trató por todos los medios de trasmitir una imagen de Chile entregado a la “anarquía”, al “caos”, al “desgobierno” y al “vacío de poder”, fomentando un estado de opinión favorable tanto en ciertos estratos de la sociedad chilena como en el ámbito internacional hacia un posible golpe militar.
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21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La batalla de Chile (Parte I): La insurrección de la burguesía
La batalla de Chile (Parte I): La insurrección de la burguesía (1975)
Documental
  • 8,2
    1.655
  • Chile Patricio Guzmán
  • Documental, (Intervenciones de: Salvador Allende, Abilio Fernández)
10
Ciclo épico en torno a los acontecimientos de Chile de 1973 (I)
En cuestiones como el concienciamiento en torno a determinados fenómenos político-económicos o sociales hay que tener en cuenta la notable eficacia de la imagen a la hora de producir un impacto en el espectador. En este caso vendría a hacerse efectiva la máxima enunciada por el cineasta soviético Andrei Tarkovski: “Una imagen que a la vez es un hecho, una imagen libre de simbolismo” o aquella de Bertolt Brecht según la cual “Es de las cosas de lo que se trata, no de los ojos para verlas” . Hasta cierto punto podemos decir que desde la creación del séptimo arte ha existido una fe bastante acendrada en la objetividad de la imagen como medio de conectar al individuo con una realidad concreta, especialmente tras la crisis del lenguaje iniciada a finales del siglo XIX y comienzos del XX. A pesar de las contradicciones inherentes a este planteamiento, hasta cierto punto, la sentencia pronunciada en el Festival de Viña del Mar de 1969 vendría a ser una respuesta al imperialismo estadounidense mediante el uso de uno de sus principales activos: el cine. Hollywood no sólo se convirtió desde los años 40 en la principal industria cinematográfica del mundo, sino en un medio fundamental para la proyección de su imagen en todo el mundo: el sueño americano – sostén fundamental del capital simbólico y la esencia misma de los Estados Unidos – y los ideales abanderados por el modo de vida estadounidense. Así pues el poder de dicha industria no sólo sería puramente artístico, sino también propagandístico. De este modo nos encontramos con que el uso del cine a la hora de “enfocar el fenómeno del imperialismo y la penetración norteamericano” no sería más que, dicho vulgarmente, dar la vuelta a la tortilla, es decir, el uso de una de las armas fundamentales de dicho imperialismo en detrimento de éste. En aquel momento se tenía una clara conciencia del poder que el cine podía llegar a ejercer sobre el imaginario colectivo, de modo que se podía pretender servirse de éste como arma política sin traicionarlo como creación artística.

Es de dimensión coral de lo que Patricio Guzmán dota a su serie documental La batalla de Chile es precisamente la que aporta esa dosis de originalidad y fuerza que ha fascinado a lo largo de los últimos cuarenta años a tantos espectadores y, del mismo modo, es lo que lo convierte en un clásico imperecedero. Precisamente lo que hace el director es limitarse a dar la voz al pueblo chileno, al cual convierte en protagonista, haciendo efectiva la famosa frase de Salvador Allende según la cual “La historia es nuestra y la escriben los pueblos”. En este caso no la escriben, sino que la cuentan, dejando percibir al espectador toda la carga dramática del momento histórico, de algún modo se convertirían en el choros de toda tragedia griega, cuya función sería contribuir a que dicho espectador – que reacciona ante lo que ve – pueda conectar con lo sucesos que la obra presenta.
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14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
La muerte de un burócrata
La muerte de un burócrata (1966)
  • 7,4
    1.457
  • Cuba Tomás Gutiérrez Alea
  • Salvador Wood, Silvia Planas, Manuel Estanillo ...
8
Metástasis burocrática
La lentitud de los trámites burocráticos y la “hiperburocratización” de la sociedad es algo característico de los regímenes comunistas. En primera instancia esto podría relacionarse con la vocación totalitaria de estos estados, lo cual les lleva a tratar de llevar un control absoluto de todo lo que tenga que ver con las sociedades a las que rigen. Esto se observa a la perfección en La muerte de un burócrata, me parece particularmente significativa la escena en que un hombre se presenta en el Ministerio en busca de un permiso especial para comprar unos zapatos de niño, ya que su talla es demasiado pequeña para llevar unos de adulto.

La causa de la ceguera de la burocracia radicaría en el hecho de que ésta sitúe a la ley por delante del hombre, lo cual da lugar a los inmensos despropósitos que presenciamos a lo largo de la película. Esto se observa a la perfección en la figura omnipresente del burócrata escudado tras sus gafas y su máquina de escribir que se dedica a pronunciar mecánicamente la legislación en torno a exhumaciones; en este sentido hay una escena particularmente significativa: el primer plano que el director dedica a la boca de la secretaria del administrador del cementerio, cuyo discurso acaba haciéndose inteligible para Juanchín (y, a través de él, para el espectador). Al final la burocracia se acaba convirtiendo en un monstruo que cobra vida propia: se produce una constante delegación de tareas y una diversificación que acaba generando hiperespecialización y aislamiento, aparentemente inconsciente de que su buen hacer es decisivo para el funcionamiento de la sociedad. Esto queda reflejado en la escena de Juanchín vagando por el Ministerio de mesa en mesa, en busca de alguien que pueda solucionar su problema. Finalmente dará con la persona adecuada, quien sin pronunciar una sola palabra y con la mayor de las parsimonias le facilitará la orden de exhumación. Es aquí donde se pone de manifiesto la paralización de la sociedad a causa de la lentitud de los trámites burocráticos (en el film un individuo afirma haber estado esperando tres días la resolución de su problema). El propio director reconocerá la particularidad del régimen cubano al afirmar que “Decidí hacer la película a partir de una experiencia personal. Puede sucederle a cualquiera. Me vi de pronto atrapado en los laberintos de la burocracia a partir de unos problemas muy simples y elementales que quise resolver. Perdí mucho tiempo en eso y decidí hacer justicia por mis propias manos".
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La escuela de las Américas
La escuela de las Américas (2003)
MediometrajeDocumental
  • 7,5
    46
  • Estados Unidos John Smihula
  • Documental, (Intervenciones de: Noam Chomsky, Eduardo Galeano) ...
7
Un rastro de muerte y desolación
La Escuela de las Américas es una institución que bajo el eufemismo de la cooperación hemisférica pasó de ser un centro dedicado a la formación de soldados americanos en tácticas de contrainsurgencia, a raíz del impacto de la Revolución cubana de 1959 a convertirse en un centro de entrenamiento para soldados latinoamericanos con cursos impartidos en castellano. Ante la evidencia de que muchos de los graduados de dicha institución han cometido graves crímenes contra los derechos humanos en las guerras civiles y durante las dictaduras latinoamericanas (12 dictadores han pasado por el centro) de la segunda mitad del siglo XX el documental trata de aportar algo de luz en torno al controvertido papel de la Escuela en la historia más reciente de Latinoamérica. Con este fin el director se entrevista con algunos de sus más fervientes partidarios (entre los que se encuentran senadores y congresistas de los Estados Unidos) y sus detractores, encabezados por el padre Roy, fundador de WATCH SOA, organización pacifista que ha luchado por el cierre de la institución. Cada uno mostrará sus particulares y discordantes puntos de vista dejando sobre el tapete importantes debates en torno al principio de responsabilidad, la "realpolitik" promovida por Estados Unidos en su papel de superpotencia y la connivencia de la sociedad estadounidense con proyectos de dudoso contenido ético-moral llevados a cabo en su nombre.

La política de los Estados Unidos en América Latina resulta cuando menos paradójica, si tenemos en cuenta que seguramente es la potencia que mejor ha sabido servirse de su “capital simbólico” para seducir al mundo. Sin embargo, en la enorme masa continental que se extiende al sur de sus fronteras han desplegado una política del palo y la zanahoria donde a menudo ha primado el primero sobre la segunda. En este sentido es natural que Michael Parenti afirme en el documental que “La Escuela de las Américas es uno de los muchos instrumentos que utiliza Estados Unidos para imponer el statu quo sobre otros países usando la fuerza y la violencia”. Dentro del modo en que Estados Unidos enfrentó el fenómeno revolucionario en Latinoamérica resultó claramente decisivo el hecho de que éstos pudieran sentirse amenazados en lo que consideraban su “patio trasero”, en este sentido fue determinante la experiencia revolucionaria cubana y la Crisis de los Misiles de 1962.

Al mismo tiempo el modelo comunista de organización político-económico y social - con una fuerte presencia en Latinoamérica - suponía un reto a menudo serio para el modelo estadounidense y sus intereses económicos en la zona. Así pues, en base a la razón de estado – que es lo que siempre caracteriza la política de una superpotencia – no permitió ningún tipo de disidencia al sur de sus fronteras y, de hecho, favoreció ampliamente la implantación de regímenes dictatoriales para evitarse una eventual sorpresa desagradable.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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