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Críticas ordenadas por:
Venom: Habrá matanza
Venom: Habrá matanza (2021)
  • 4,6
    12.211
  • Estados Unidos Andy Serkis
  • Tom Hardy, Michelle Williams, Woody Harrelson ...
4
Venom, disminuído.
Continuación de la aceptable cinta palomitera "Venom" (2018), una adaptación cinematográfica sobre el villano por antonomasia de Spider-Man en los cómics: Veneno aka. Venom. Aquella cinta de 2018 ofrecía un entretenimiento equilibrado entre aventuras superheroícas, enigmas sobrenaturales y comedia de situación... y además dotaba de un carisma digno tanto a Eddie Brock (Tom Hardy) como a su alter ego simbionte a la vez que nos regalaba una animación por ordenador de inspirado diseño. Desde luego la cinta, sin ser una obra maestra, superaba con creces el destrozo que hizo "Spider-Man 3" de aquel malvado alienígena.

Esta continuación por desgracia no es capaz de mantener la razonable altura de su comercial primera parte. Y es que el guion no aporta una intriga criminal atrayente en ningún momento (pues todo nos es rebelado en el comienzo) y opta por redundar en el choque de personalidades entre Venom y su huésped humano Eddie con chistes desatinados que encajarían mejor en una sit-com de Disney Channel. Es esa repetición de chistes perezosos que se sitúan la nivel de otras comedias negras como "Las brujas de Zugarramurdi" (2013), "Scary Movie 3" (2003) o "Gremlins 2" (1990) lo que hacen que el film se vea de forma indiferente e inalterable, mientras que su argumento de supervillano contra protagonista está tan garabateado y resulta tan superficial y estándar que aleja con cierta asiduidad a la audiencia media. Tampoco es que se esperara algo como "El Caballero Oscuro" (2008), pero si "Venom: Habrá matanza" hubiera dado al menos con las teclas en su comedia de situación... podría haberse situado a la estupenda altura de "Guardianes de la Galaxia" (2014) o "Deadpool" (2016). Incluso con algo más de virajes y ardides aventureros lograría un entretenimiento ajustado a lo "Ant Man" (2015), "Viuda negra" (2021), "Doctor Strange" (2016) o "Deadpool 2" (2018).

La parte positiva es que, si bien reincide en un humor bastante gris y flojo, no lo hace en demasía como para acabar hastiando del todo al espectador. La cinta apenas supera la hora y media de metraje y discurre con cierto compás activo. Así que, a pesar de que lo que nos cuenta ya lo hemos visto y bastante mejor, "Venom: Habrá Matanza" distrae por momentos con un progreso admisible y con una puesta en escena que pone el resto. Y es que el diseño CGI de Veneno y Matanza sigue siendo apoteósico, Tom Hardy mantiene el nivel actoral que ya dió a su afligido y desquiciado personaje (son las sutilezas del actor las que logran dar algo de matices a su rol) y está acompañado por actores de la talla de Woody Harrelson o Michelle Williams que dan todo lo que el acotado guion les permite a nivel interpretativo. La cámara de Andy Serkis (en su segundo largometraje como director) siempre es puntual en cada escena y cada corte, dotando de una fluidez orgánica al devenir del relato. El sonido y la definición de la cinta son otros de sus puntos fuertes, aunque la fotografía sea del todo usual. Y la banda sonora del prolífico Marco Beltrami es obviable (las ha tenido mejores).

Así pues tenemos en definitiva una cinta que no hace daño a los ojos y que ameniza por momentos gracias a su espectáculo de efectos visuales y a un elenco habilidoso. Pero ese guion dejado (y diría que hasta descafeinado) es una losa que pesará en multitud de ocasiones en el más curtido en blockbusters... que verá el film con cierta indolencia. Solo recomendable a los muy muy fans del personaje en cuestión o del cine marvelita... y al público adolescente que tenga en una película en el cine una excusa para pasar un rato con los amigos. Pero como experiencia cinematográfica, digamos que "Venom: Habrá Matanza" no es "Deadpool", más bien se queda a nivel global a la altura del cine superheroíco de "Daredevil" (2003), "Superman III" (1983), "The Amazing Spider-Man" (2012), "Iron Man 2" (2010) o "Blade" (1998) y sus secuelas.

Lo mejor: Los efectos especiales por ordenador.
Lo peor: El guión.
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Negación
Negación (2016)
  • 6,0
    3.623
  • Reino Unido Mick Jackson
  • Rachel Weisz, Tom Wilkinson, Timothy Spall ...
8
Primoroso drama judicial con una Rachel Weisz en estado de gracia.
El séptimo largometraje de Mick Jackson es una delicia cinematográfica, una pequeña joya basada en hechos reales que esconde por sus costuras mucho más de lo que su temática a priori nos da a entender. En principio "Negación" se trata de un drama judicial más, con un caso que levanta ampollas y unos protagonistas que lucharán con uñas y dientes para que se haga justicia.

En esta ocasión la cinta se basa en el caso británico de David Irving (Timothy Spall) por difamación contra la editorial Penguin. La autora de esa presunta difamación, Deborah Lipstadt (Rachel Weisz), tratará de demostrar en juicio que su descripción de Irving como un charlatán antisemita y negacionista del holocausto está completamente fundamentada.

El film pudo ser un producto comercial que basara su narración en situaciones tópicas y superficiales clichés (al estilo de "El inocente" (2011), "Acoso" (1994), "El juez" (2014), "Los jueces de la ley" (1983), "El cuerpo del delito" (1993), "Al filo de la sospecha" (1985), "Una duda razonable" (2009), "Doble traición" (1999), etc.) sin embargo aquí no tendremos persecuciones de malvados esbirros por aparcamientos ni acosadores de damiselas en apuros ni romances entre abogados y clientes. "Negación" nos presenta un caso con honestidad y lo desarrolla con erudición, fluidez y garra. Jamás cae en ñoñerías melosas (y eso que podría haberlo hecho dada su propuesta), por el contrario opta por ser un film de diálogos sinceros, instruídos y avezados. Así que quien espere ver acción y lágrimas aquí no se lo encontrará, aquí se encontrará cultura y agitación.

El caso discurre en el guión con una evolución imparable, las exposiciones argumentales están completamente equilibradas y las batallas dialécticas tienen un alto nivel transformador. Por ello "Negación" no solo no aburre nunca (es un largo que se pasa en un suspiro) sino que siempre mantiene la atención del espectador adulto así como le arrima a sus personajes haciéndonos partícipes del litigio. Es cierto que el largo se acota tremendamente a su género judicial e indagador (pues el juicio en realidad acaba derivando en un juicio sobre si el holocausto sucedió en realidad o si es una propaganda victimista del pueblo judío), pero en este caso al film le sienta de maravilla pues presenta a unos personajes multifacéticos (incluso el repugnante Irving (genialmente interpretado por Spall, por cierto) tiene más aristas que la moral perversa y la escogida ignorancia) y un catálogo de pruebas científicas tan rebosante que los defectos a la hora de no ampliar sus miras argumentales (cosa que por ejemplo otras cintas con la misma altura en sus recitaciones como "Invictus" (2009) sí llegaron a conseguir) quedan completamente desvanecidos.

Así pues, estamos en "Negación" ante una cinta de diálogos (con sutiles expresiones de cercana carga emocional que aprovechan sus actores con gran precisión. Desde un carismático y cerebral Tom Wilkinson hasta una Rachel Weisz que dota a su personaje de una dualidad inmensa, con un eterno conflicto a la hora de aplicar la sensatez o dejarse llevar con pasión por sus sentimientos más profundos. Y todo esto lo realiza con una actuación muy fina, tenue y natural. La actriz londinense no tuvo aquí un papel tan extravagante como para ganarse la atención de los Oscars (no está en "La favorita" (2018), "La vida en rosa" (2007) o "Million Dollar Baby" (2004)) pero eso no hace de su labor algo menos loable, en opinión de quien esto escribe... está de Oscar)... al estilo de largos como "Lincoln" (2012), "Cuestión de justicia" (2020), "La verdad" (2015), "El hundimiento" (2004), "The Queen" (2006) y otros films notables cuyo esqueleto fundamental son esas conversaciones astutas y juguetonas.

Jackson no aporta más que un oficio aceptable en una realización que no tiene ningún protagonismo (la cinta basa sus virtudes en su libreto y su reparto), y que se basa fundamentalmente en el plano/contraplano (picado y contrapicado) y en ciertos planos medios estáticos. Pero, a pesar de que tras las cámaras "Negación" no destaque a nivel cinematográfico (es una obra que seguramente funcione exactamente igual de bien en un teatro), posee un grano conveniente, una fotografía refinada y una puesta en escena tan aseada como confortable en la medición de sus elementos escénicos y sus colores. La banda sonora de Howard Shore por su parte es obviable.

En definitiva "Negación" no solo da lo que promete, sino que aporta bastante más respecto a un tema peliagudo (la cinta toma algo de partido (sin llegar a cotas exageradas en ningún momento) pero es que ante un caso así... ¿acaso es posible no tomar partido?). No es la maravilla insuperable de "Invictus" o "Mar adentro" (2004) (si de dramas con intensos temas político-sociales de por medio se trata) pero supera con facilidad intrigas legales como "Erin Brokovich" (2000), "El cliente" (1994) o "La tapadera" (1993). Se queda a la altura notable de "Una cuestión de justicia" o "Primary Colors" (1998). Muy recomendable para todo público adulto (menos para los antisemitas... aunque tal vez les venga bien algo de información científica sobre ciertos hechos históricos)... e indispensable a todo cinéfilo o a todo aficionado a los dramas legales en pantalla (admito que, sin ser mi género favorito, este palo del cine siempre me pierde si está tan bien ejecutado como en este caso). Aguanta varios visionados sin perder un ápice de su disfrute.

Lo mejor: Me quedo con el guión y la actuación de Weisz.
Lo peor: Su banda sonora (que tampoco es un horror, pero está bastante por debajo del resto de sus elementos).
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Jumanji: Siguiente nivel
Jumanji: Siguiente nivel (2019)
  • 5,2
    10.134
  • Estados Unidos Jake Kasdan
  • Dwayne Johnson, Karen Gillan, Jack Black ...
6
Trama habitual, personajes formidables.
Continuación de "Jumanji: Bienvenidos a la jungla" (2017), la actual (y, en opinión de quien esto escribe, certera) revisión cinematográfica del mundo literario de "Jumanji". En "Jumanji: Siguiente nivel" de nuevo contamos con los mismos protagonistas (y un curioso y atinado añadido) y de nuevo son absorbidos por el videojuego exótico.

En esta ocasión los avatares encarnados por Dwayne Johnson, Kevin Hart y Jack Black tienen personalidades diferentes pero igualmente espléndidas. No daré más pistas para no "spoilear", pero dejaré caer que el sentido del humor de Johnson y Hart esta vez tira por la sorna e irreverencia que dan los años de experiencia en la vida (y esta diversión posee el digno nivel de productos como "El método Kominsky" (2018-21) (donde Danny DeVito también hace alguna que otra participación, por cierto), "Arrugas" (2011), "Ahora o nunca" (2007), "El becario" (2015) o "Un golpe con estilo" (2017)... y esto es decir bastante en cuanto a humor basado en la vejez se refiere). Y es que "Jumanji: Siguiente nivel" mantiene la misma decente y complaciente altura que su predecesora en su comicidad, y eso es algo loable teniendo en cuenta que segundas partes nunca suelen ser buenas (salvo contadas excepciones). Pero esta vez la complicidad, la sagacidad y la agudeza en las situaciones y diálogos siempre aportan al espectador una diversión co-patícipe y varias carcajadas irremediables

Pero, como sucedió en su predecesora, la vertiente de aventuras fantásticas no presume de la misma categoría que su sentido del humor. Desde luego "Jumanji: Siguiente nivel" no nos lega la astucia de "El Señor de los Anillos" (2001) precisamente, ni las ondulaciones de las mejores entregas fílmicas de "Harry Potter"... digamos que su andanza por la jungla contra el villano de turno es tan simple, perezosa y resobada como las andanzas fantasiosas en "El cazador y la Reina de Hielo" (2016), "Enredados" (2010), "Las aventuras de Tadeo Jones" (2012), "Alicia en el país de las maravillas" (2010) o "Sonic, la película" (2020). Y esto es una trama troncal previsible y básica que sirve como sostén al principal baluarte del film que es la chispeante parodia y el simpático pitorreo hacia los palos que toca (desde el mundo los videojuegos (aquí sigue el cachondeo que ya tuvo "Jumanji: Bienvenidos a la jungla" con los NPC (aka. los personajes no jugables) hasta los contrastes entre los avatares y la personalidad real de estos personajes), pero que no aporta esas dosis extra de inspiración y elaboración argumental que hubieran dado una comedia más redonda y pulida. Desde luego "Jumanji: Siguiente nivel" tenía (al igual que la primera parte de esta serie) el potencial de ser un "Rompe Ralph" (2012), un "Shrek" (2001) o un "Deadpool" (2016), pero se queda en un "Piratas del Caribe: En mareas misteriosas" (2011) o en un "Madagascar" (2005)... que no está nada mal pero que pudo ser mejor.

La puesta en escena por su parte se mantiene al mismo (valga la redundancia) nivel que el film de 2017. De nuevo nos encontramos con un diseño virtual de escenarios vegetales cautivadores, la cinematografía tiene una definición soberbia, la realización es admisible y acompasada, los efectos visuales son pasables y... lo mismo se puede decir de su vestuario y maquillaje. Mientras que la gran virtud frente a la pantalla es la elección del reparto y la labor que realizan. Esta vez son Dwayne Johnson, Kevin Hart y Danny DeVito los que más se lucen con unas personalidades, o bien festivamente duales en el caso de los dos primeros o bien marcadas a fuego con gran ternura en el caso del último.

Y así con todo "Jumanji: Siguiente nivel" nos regala un vivo y alegre entretenimiento muy disfrutable para todo público que vaya buscando precisamente eso, pues el metraje no aburrirá apenas y sabe entregar muchas sonrisas y varias risas. Eso sí, quien espere una aventura de fantasía con grandes giros y trama compleja aquí no lo verá. Digamos que "Jumanji: Siguiente nivel" está en el mismo escalafón que "Las crónicas de Spiderwick" (2008), "Mi amigo el gigante" (2016) o cualquiera de las entregas de la saga de "Piratas del Caribe"... y desde luego supera pifias (con el mismo corte comercial que este "Jumanji: Bienvenidos a la jungla") como "Dragonball: Evolution" (2009), "Speed Racer" (2008), "Spy Kids 2" (2002) o "La momia: La tumba del Emperador Dragón" (2008).

Lo peor: Que sus peripecias en la jungla sean tan estandarizadas y limitadas (no hay una sola sorpresa en el guión).
Lo mejor: Precisamente la lucidez que presenta el libreto en su comedia (me quedo con el NPC que...
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Jumanji: Bienvenidos a la jungla
Jumanji: Bienvenidos a la jungla (2017)
  • 5,3
    19.243
  • Estados Unidos Jake Kasdan
  • Dwayne Johnson, Jack Black, Kevin Hart ...
6
Una gran bufonada, en el mejor de los sentidos.
Tras las adaptaciones cinematográficas de 1995 ("Jumanji") y 2005 ("Zathura") del mundo literario de Jumanji, nos llegó en 2017 una nueva revisión sobre este juego mágico y maldito que hace reales sus obstáculos y retos exóticos para los actuales y temerosos jugadores. Admito no ser gran fan de los largometrajes del 95 y el 2005, reconozco que tenían cierto potencial temático... que nunca llegaron a ejecutar con un compás certero o con unos personajes singulares (por lo que la participación del gran Robin Williams quedó bastante desdibujada). Y eso es algo que "Jumanji: Bienvenidos a la jungla" sí consigue.

Es esta ocasión son 4 adolescentes compañeros de Instituto los que dan con el juego (ahora evolucionado a videojuego) en una vieja estantería de una clase abandonada. Y los cuatro esta vez no se topan con animales salvajes en el salón de su casa como en la errada cinta del 95, sino que entran directamente en el juego como avatares.

Esta peculiar idea se ejecuta en la narración con gran astucia y con un sentido de la diversión audaz. Los personajes en cuerpos de otras personas siempre han dado mucho juego en la comedia cinematográfica (y quien no se haya topado aun con alguna de estas comedias destacadas (no hablo de exponentes horrendos como "Este cuerpo no es el mío" (2002) o "Siete vidas" (2916)), le recomiendo encarecidamente "Big" (1988) o "Señora Doubtfire" (1993)), y esta vez se sabe exprimir con gusto y singularidad. La trama de aventuras por una fantasiosa selva no deja de ser un McGuffin, una mera excusa tremendamente garabateada para la sucesión de situaciones humorísticas que esta vez relucen con un brillo especial.

Sinceramente, no me esperaba que "Jumanji: Bienvenidos a la jungla" funcionara tan bien en su humor. Ya sea en la comedia física o de situación, estos cuatro protagonistas se ríen de los avatares que les han tocado en gracia con sutileza a la vez que se manejan con habilidad por esa dualidad entre su personalidad real y sus atributos virtuales recién descubiertos. Pero en esto no solo el guión ayuda con cercanía, sazonamiento y maduración en los diálogos y reacciones; los actores también atinan inmejorablemente. El luchador/actor Dwayne "la roca" Johnson lleva demostrando desde hace mucho tiempo saber reírse de sí mismo y llevar con ajustadas dosis de carisma y solidez personajes ligeros... y casi nunca (solo me viene a la mente "Dolor y dinero" (2013), pues ni "Los vigilantes de la playa" (2017), ni "Hobbs & Shaw" (2019), ni "Jungle Cruise" (2021) llegan como comedias de acción al decente nivel de esta "Jumanji: Bienvenidos a la jungla") los guiones le han acompañado tan bien como en su melodramático e intenso Doctor Bravestone/su inseguro y tirillas adolescente Spencer. Y lo mismo se puede decir de Kevin Hart que tiene mucho espacio para pitorrearse con descaro de su avatar (un personaje en baja forma pero con una mochila llena de herramientas útiles para el progreso del juego). Y por si esto fuera poco Jack Black hace de una adolescente influencer metida en el cuerpo de... Jack Black, así que imagínense al cómico de "Alta fidelidad" (2000) en su salsa (de sus mejores trabajos en el cine, no se le veía tan cómodo en un papel desde "Escuela de Rock", y ya ha llovido desde 2003). Probablemente Karen Gillan sea el punto más flojo del cuarteto, pero eso no quiere decir que esté mal o descolocada en su rol, simplemente no descolla tanto. Y lo mismo se puede decir del resto del reparto (Alex Wolff, Ser'Darius Blain, Nick Jonas, Bobby Cannavale, Madison Iseman, Morgan Turner) que está natural pero que no tiene mucho que aportar ni hace méritos para sacar oro de unos papeles más limitados que las tres puntas guasonas del relato (Johnson, Hart y Black).

Y el argumento, además de tener una diversión gansa de forma casi continuada, avanza con un ritmo aceptable haciendo que la película apenas aburra en sus casi dos horas. Es cierto que el guion en su vertiente aventurera puedo elaborarse con mayor erudición y maquinaciones más intrincadas, pero está claro que "Jumanji: Bienvenidos a la jungla" no quiere ser una aventura de Pixar sino algo más básico y frugal. Y por ello no llega a las cotas de maestría en su género.

Pues la puesta en escena es realmente elegante. Su realización es orgánica (que no destacada), pero lo que más despunta es su mimada iluminación entre la virtual vegetación así como el diseño de sus definidos y envolventes paisajes. La banda sonora por su parte es completamente inocua, mientras que la labor del vestuario y maquillaje es egregia.

Así pues tenemos en "Jumanji: Bienvenidos a la jungla" una mayúscula diversión (sin nada más que esto en el guion) envuelta en una percha atractiva. Hará sonreír a todo público en más ocasiones de las esperadas y distraerá prácticamente siempre, pues la simpatía co-partícipe es realmente confortable en el producto. Me ha resultado una grata sorpresa, y aunque objetivamente otras cintas del mismo corte como "Plesantville" (1998) o "Señora Doubtfire" poseen algunas virtudes extras y por ello está un pequeño escalón por encima... confieso que "Jumanji: Bienvenidos a la jungla" me resulta exactamente igual de disfrutable y revisionable que aquellas para un rato de esparcimiento. Digamos que la cinta se queda a la altura de "Ready Player One" (2018) o "Sonic, la película" (2020) si se trata de comedias de aventuras en mundos de videojuegos...aunque me ha recordado a "Ponte en mi lugar" (2003) con la galardonada actuación Jamie Lee Curtis en aquella. Desde luego supera con creces a otros productos de acción extravagante para toda la familia como "Viaje al centro de la Tierra" (2008), "Prince of Persia" (2010), "Sahara" (2005), "La vuelta al mundo en 80 días" (2004), "Looney Tunes: De nuevo en acción" (2003), "Pan" (2015) o "Spy Kids" (2001) y sus secuelas. Recomendable para toda la familia, indispensable para los interesados en ese grupo de cintas de personajes en cuerpos de otros.

Lo mejor:..
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Titanes (Serie de TV)
Titanes (2018)
Serie
  • 6,3
    3.321
  • Estados Unidos Greg Berlanti (Creador), Akiva Goldsman (Creador) ...
  • Brenton Thwaites, Teagan Croft, Anna Diop ...
7
Personajes apreciables, misterios seductores.
Allá por los años 60 DC Cómics publicó por primera vez una aventura que contaba con la unión de varios de sus superhéroes adolescentes (que normalmente actúan de colegas de los superhéroes adultos más afamados) a los que bautizó como "Teen Titans" (aka. Titanes adolescentes). Desde aquel entonces los "Teen Titans" han vuelto de tanto en cuanto a las viñetas de forma variada (por el grupo ha desfilado un gran catálogo de superhéroes. Y sus orígenes como grupo o sus retornos a éste han sido "reiniciados" y reciclados en numerosas ocasiones). Esta adaptación de este grupo superheroíco a imagen real para Netflix es de lo mejorcito que nos ha dado el género en cuanto a series se refiere (hay que admitir que Netflix tiene muy buen ojo cuando opta por comenzar una asociación con un sello comiquero. Primero fue "Daredevil" (2015-18) y ahora este "DC's Titans", no han vuelto a tener productos que superen a estos dos si se trata de basarse en personajes de MARVEL y DC... ni siquiera fuera de Netflix).

Y es que "DC's Titans" supone un firme entretenimiento. Con una mirada descarnada y sin censuras (absténgase los que no deseen ver en pantalla explícitas escenas de combates violentos) la serie nos va presentando a sus personajes que ya contaban con gran singularidad sobre el papel... y que aquí se nos retratan con pinceladas honestas y naturales a la par que potentes o enigmáticas. Y esta configuración de caracteres se sucede a través de unas tramas de misterios recónditos y complots criminales colosales... unas incógnitas suspendidas en el tiempo con pericia y acompasadas con un ritmo avispado. Así pues estos héroes evolutivos pueden hacernos vibrar con sus poderosos trazos y su afán de hacer justicia ante el entramado perverso con el que se topan. Tampoco es que el guión llegue a unas cotas de elaboración argumental (que maride intriga criminal e introspecciones personales) sobresaliente al nivel de "Daredevil" (2015 18) o "Batman Begins" (2005), pero se mantiene a una notable altura (al menos en las 3 temporadas que llevo en la mochila) que nunca tropieza en la nimiedad o el tópico sin desarrollar.

La puesta en escena hace el resto con un grano impoluto, una realización orgánica (que no loable. Pues, si bien en "DC's Titans" contamos con unas estrategias de combate inspiradas, la forma de rodarlas con bastante trucaje en la edición no nos envuelven con maestría como los planos mantenidos en "Daredevil" (2015-18) por ejemplo), una fotografía estilizada que mima la tenue iluminación y resalta con gusto los colores estandarte de cada uno de los protagonistas (el púrpura en Raven/Rachel Roth, el verde en Beast Boy/Gar Logan, el naranja en Koriand'r/Kory Anders y el granate y verde oscuro en Robin/Dick Grayson), un intachable trabajo de vestuario y maquillaje, y una banda sonora original oportuna (y una elección de temas pop memorable. Siempre asociaré sin remedio a esta serie y ciertas secuencias canciones como "I Feel Love" de JORD y "Sunny" de Boney M. al igual que asocio "Street Life", "Woo Hoo" o "You Never Can Tell con varios momentos de "Jackie Brown" (1997), "Pulp Fiction" (1994) o "Kill Bill" (2003)).

Estamos en definitiva ante una serie que entremezcla con astucia acción superheróica, interrogantes malévolos y pequeñas coyunturas personales cómplices (ya sean de amistad, compañerismo, rivalidad, romance, trauma, afán protector, etc.). Es superable, pero su cometido de ameno pasatiempo de calidad para todo público adulto (abierto a cualquier género. Quien no pueda ver un solo tramo de fantasía y superhéroes en la pantalla que se aleje lo más posible) lo cumple con creces. Es indispensable para todo fan de los superhéroes de DC Cómics (admito que me incluyo en este grupo) y muy recomendable para el aficionado en general a este subgénero de capa y antifaz que está viviendo su edad dorada en cine y televisión.

Pues "DC's Titans" está a la misma altura que "The Flash" (2014-), y supera con gran facilidad a la mayoría de series de MARVEL y DC con actores de carne y hueso ("Lois y Clark" (1993-1997), "Arrow" (2012-2020), "Luke Cage" (2016-2018), "Smallville" (2001-2011), "Jesica Jones" (2015-2019), "Gotham" (2014-2019), etcétera)... no llega al nivel de "The Boys" (2019), "DC's Doom Patrol" (2019-) o "Daredevil" pero se le acerca bastante. En mi caso particular me recordó mucho a la maravillosa "Héroes" (2006-2010) y eso es mucho decir. De momento "DC's Titans" mantiene su categoría en las tres temporadas que lleva. A falta de ver "The Punisher" (2017-2019), "Batwoman" (2019-), "Stargirl" (2020-), "Pennyworth" (2019-) y "Constantine" (2014 2015) (y considerando "Watchmen" (2019) y "Bruja Escarlata y Visión" (2020) miniseries limitadas), mi ranking particular sería éste:...
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ted 2
Ted 2 (2015)
  • 5,1
    14.440
  • Estados Unidos Seth MacFarlane
  • Mark Wahlberg, Seth MacFarlane, Amanda Seyfried ...
3
TEDiosa.
Seth MacFarlane dirige su segundo largometraje en esta continuación de su primero, "Ted" (2012). En esta ocasión el desidioso y descarado John Bennett (Mark Wahlberg) continúa su amistad con el lenguaraz y avispado peluche que cobró vida en su infancia... y que ahora es un sarcástico y rudo adulto.

Es posible que haya algo peor que una comedia que no haga gracia (pues "Ted 2" sí logra hacernos reír de tanto en cuanto): una que aburra. Y es que "Ted 2" no tiene el tino cadencioso y evolutivo de su primera entrega (que tampoco era una obra maestra, pero sí conseguía que su argumento fuera progresivo y compacto para entretener en todo momento entre gag simpático y gracieta inspirada). "Ted" presentaba como base al devenir del relato la típica historia de comedia romántica... a la que autoparodiaba e iba insertando otras tonalidades de humor adulto muy logrado, mientras que "Ted 2" no sabe nunca por donde tirar.

Y lo mismo tenemos una pseudo-aventura legal, un drama familiar, un romance estereotipado, un lance de persecuciones y huídas... o una road-movie interminable. "Ted 2" no se define nunca, pero eso no sería un defecto de por sí si no fuera porque en cada una de estas vertientes se repite más que el ajo. No necesitamos que Ted nos repita continuamente su drama personal/legal, ni necesitamos viajar por tantas apelaciones redundantes o por tantos tanteos entre la pareja protagonista humana que no avanzan en la trama. "Ted 2" reitera frases (se puede hacer el juego del chupito cada vez que se dice eso de "no soy un ser humano" o "Ted no es un ser humano") cuyo propósito no es otro más que estirar un metraje que ni de lejos pedía sus casi dos horas de duración. Eso no se lo puede permitir una película que busca amenizar de forma pasajera al espectador, no puede repetirse tanto en sus temas pretendidamente "serios" y ñoños una y otra vez hasta la exasperación. No se lo puede permitir y lo hace, y por ello la cinta lastra consigo todas sus virtudes que quedan emborronadas.

Porque virtudes tiene. "Ted 2" presume de una cinematografía de calidad, se beneficia de una iluminación estilosa, mantiene un alto nivel en la animación y los movimientos del peluche, posee una realización natural plano a plano y entre ellos, tiene ciertas coreografías bailongas notables, Wahlberg sigue mimetizado en el papel de niño grande, hay un desfile de cameos de relumbrón que ensalzan de forma puntual al conjunto (más en spoilers) y algunas de sus salidas humorísticas (no todas, por desgracia en "Ted 2" hay mucha paja (y no va con segundas) sobre todo en todo lo que al tema de las drogas se refiere) poseen una lucidez y una ironía deliciosas que recuerdan al mejor MacFarlane de "Padre de familia" (1999-). Y aun así, con todo esto, "Ted 2" es una película que cuesta ver dado su tempo errado y su redundancia narrativa. Es flemática en todos los sentidos y abandonar su visionado es algo que invita a hacer demasiado pronto. "Ted 2" pudo ser como su primera parte, pero se queda en un "Doce fuera casa" (2005), un "Jack y su gemela" (2011), un "Sigo como Dios" (2007), o un "Scary Movie 4-5" (2006 & 2013). No la recomendaría al público general que busque un poco de humor adulto... a no ser que sea sea completamente incondicional a todo lo que haga MacFarlane o Wahlberg ya sea malo, bueno o mediocre (pues ambos tienen mejores exponentes en cine o televisión).

Lo mejor: Me quedo con las escenas de los cameos de...
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Pesadillas de R.L. Stine (Serie de TV)
Pesadillas de R.L. Stine (1995)
Serie
  • 5,4
    5.167
  • Canadá R.L. Stine (Creador), Randy Bradshaw ...
  • Scott Wickware, Amos Crawley, Kathryn Short ...
3
Miedo escaso, diversión fortuíta.
Soy de aquella generación que durante Primaria se leía los relatos cortos de R.L. Stine que publicó Ediciones B (tremendamente fáciles de leer para un público infantil o al comienzo de la adolescencia) y se entretuvo bastante con ellos al igual que mis compañeros y amigos de pupitre por entonces. Lo más llamativo de esta serie de libros eran sus llamativas cubiertas y su narración rauda y simple. Desde luego R.L. Stine no es Stephen King... aunque se le conoce merecidamente como el "Stephen King para niños".

La adaptación televisiva de estos reducidos cuentos de terror light llegó casi de inmediato a la publicación de la serie literaria (con más de 60 entregas, admito haberme leído 10 como mucho de peque). Una serie limitada y antológica (esto es que comparte temática pero no historias ni personajes. Ahora está muy en boga lo de las series antológicas (con mucha más calidad que la que nos ocupa) con "True Detective" (2014-19), "American Horror Story" (2011-) o "American Crime Story" (2016-)) que adapta todos los cuentos de "Pesadillas" de R.L. Stine en cuatro temporadas con capítulos de 20 minutos de duración cada uno.

Y esta traslación comparte exactamente el mismo tono ligero, infantil y suave en sus historias de "miedo". Y lo digo entre comillas porque los protagonistas que se topan con monstruos peludos, muñecos poseídos y vampiros de chalet son niños a los que estos "terroríficos" elementos (que pueden ser desde una esponja que no se puede despegar de la mano hasta una pelusa en la cocina con vida propia) solo pu-ean de forma mansa y apacible. Lo peor que pueden hacer estas gamberras criaturas de cuento a los niños protagonistas es hacer que se enfaden entre hermanos y amigos o que sus (inexcusable recurso en casi todos los episodios) padres nos les crean. Esto está bien para todo aquel niño de carácter muy asustadizo (en esa etapa de mi vida también me incluía en ese grupo) que se quiera acercar el género del thriller, pues "Pesadillas" no va a asustarle prácticamente ni dejarle ningún trauma infantil. Pero por otra parte los verdaderos amantes del género de terror adulto (y no es mi caso, es de los pocos géneros que no me dicen nada, pero respeto profundamente a los seguidores de dicho género) no podrán soportar ni los primeros minutos de "Pesadillas" a no ser que se tomen el producto en plan comedia.

Y es que "Pesadillas" tiene una cinematografía pésima; he visto funciones escolares con mayor presupuesto, los monstruos (exceptuando la brillante confección del muñeco Slappy) dan el mismo miedo que el que puedan dar la gallina Caponata o el monstruo de las galletas de "Barrio Sésamo" (1976-), y las actuaciones son horrendas y vergonzosas... y van desde la sobreactuación sonrojante a la falta de ritmo en la recitación. Al menos la realización acierta en los planos (que ya es algo) y va sorteando entre plano/contraplano la falta de dinero con planos cerrados, subjetivos y contrapicados para infundir algo (muy poco) de tensión.

Pero no es suficiente... al menos para un adolescente o un adulto. Así pues no es un producto que se vea con el mismo recreo que lo puede ver un niño si se tiene que tragar en familia por culpa de Halloween o vaya usted a saber qué. Puestos a ver algo de terror familiar que aligere su carga de desasosiego con humor para todos/as/es... pues tenemos los especiales de Halloween de "Los Simpson" (1989-) que ganan a esta "Pesadillas" en su compás narrativo e ingenio argumental (entre muchas otras cosas) sin abandonar el tono liviano.

Mientras que "Pesadillas de R.L Stine" es aceptable y recomendable... si se tiene menos de 11 años, pues para los peques sí supondrá un pasatiempo llevadero complaciente (doy fe, a mis 8 años me entretenía... pero tampoco se me hacía reseñable como "Érase una vez la vida" (1987) o "Heidi" (1974)).

Lo mejor: Sus créditos iniciales (esos sí conjugan unos compases memorables y unos planos inspirados), el diseño del muñeco Splappy.
Lo peor: Difícil decidir, pero diría que las actuaciones en general.
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Sin tiempo para morir
Sin tiempo para morir (2021)
  • 6,2
    18.937
  • Reino Unido Cary Joji Fukunaga
  • Daniel Craig, Léa Seydoux, Rami Malek ...
5
Resultona en el buen sentido, moñas en el malo.
Daniel Craig se despide de su encarnación del Agente 007 (en opinión de quien esto escribe, la mejor interpretación de James Bond seguida de la insuperable labor que nos dejó Sean Connery) con un largometraje ciertamente mediocre pero competente en su labor de entretenimiento palomitero.

Seamos francos, las cintas de James Bond jamás han sido ni han pretendido tener otro propósito más que el de amenizar una tarde lluviosa en una sala de cine. Ninguna de las entregas de este espía al servicio de su Majestad son obras de Elia Kazan, Stanley Kubrik, Francis Ford Coppola, Clint Eastwood u Orson Welles precisamente. Y en ese cometido de distraer con piruetas de acción y una trama de caza al villano de turno cadenciosa, "Sin tiempo para morir" cumple. Pero ahí se queda su eficiencia.

Y es que en esta película no tenemos esos añadidos extra de villano carismático inolvidable como en "Skyfall" (2012) o una secuencia de créditos iniciales de composición pictórica y musical memorable (aquí no estamos ante lo logrado en "Casino Royale" (2006), "Thunderball" (1965), "Skyfall", "Goldeneye" (1995) o "Goldfinger" (1964)).

Pues lo mejor que se puede decir de "Sin tiempo para morir" es que es entretenida. Nos presenta una trama clásica en la línea de lo esperado en la saga: Bond (Craig) sale de su retiro para desenmascarar a una organización criminal liderada por el enigmático Safin (Rami Malek), una organización que le hace la competencia a la malvada Spectre liderada por Blofeld (Christoph Waltz) y cuyo propósito no es otro que comerciar con una arma de destrucción masiva. Dentro de su interrogante principal, el argumento nos va legando subtramas amorosas y dentro del propio MI6 que nunca son lo que parecen. Y así, "Sin tiempo para morir" se torna en una cinta de acción de espionaje muy formulaica pero eficaz... sin perder por ello el toque contemporáneo que se la ha dado no solo a este Bond sino a los personajes que lo envuelven (cosa que personalmente agradezco, pues es cuestión de renovarse o morir habiendo cosas que realmente chocarían en la actualidad). Desde luego estamos ante un guion eficiente que, a pesar de contarnos algo que hemos visto en multitud de ocasiones y en infinitas formas, sabe moverse con astucia y jugueteo por sus situaciones para no aburrir apenas en sus casi 3 horas de metraje. Dentro de esos minutos de resolver misterios y buscar a los villanos tenemos unas escenas de acción de combates y persecuciones evolutivas, con gadgets precisos en cada momento y tiroteos muy "bondianos". Ahora bien, no todo son luces en este guion. Al que se le ocurriera la idea de hacer un James Bond sentimentaloide hasta el extremo en "Sin tiempo para morir" no ha acertado. Nadie que vaya a a ver una cinta de 007 a estas alturas busca minutos de babas y ñoñería que no hacen sino entorpecer el devenir del relato. Esos momentos de cursilada innecesaria y accesoria no solo sobran en una película que no necesitaba ser tan larga, sino que incomodan pues ni vienen a cuento ni comparten el resto del tono de la cinta (en eso "Skyfall" sí supo escoger gastar metraje mejor en la construcción del villano, algo que aquí brilla por su ausencia por cierto).

Desde luego el libreto de Purvis, Robert Wade, Fukunaga y Waller-Brige es mejorable y se denota un tanto irregular por segundos... a pesar de que no dejan de ser unas leves manchas en un conjunto que en líneas generales ofrece lo que se espera de él de forma atildada y complaciente.

Es algo que se puede decir de la misma forma de su puesta en escena. Con una acción que no nos regala secuencias memorables en su composición de elementos como la iniciales de "Casino Royale", "Desde Rusia con amor" (1962), "Skyfall" o "La espía que me amó" (1977), pero que atraen de forma momentánea con coreografías de combate repletas y estudiosas así como por la enervada edición y orgánica realización de Fukunaga. El film cuenta además con un sonido elegante e implicante, unos efectos visuales aceptables (hay algún que otro error de continuidad, más en spoilers), un vestuario y maquillaje impecables (destaca en especial la labor de maquillaje en Malek), una fotografía afinada (sobre todo en la guarida del villano), unas actuaciones competentes (que no sobresalientes, pero es que el guión tampoco les ayuda a dar más de sí mismos como intérpretes. De Malek, Ana de Armas (tremenda la magnífica evolución que ha tenido y está teniendo como actriz desde cierta actuación vergonzosa (ejem, ejem. Es difícil de olvidar lo de "Mentiras y gordas" (2009), es un trauma de por vida)), Fiennes, Waltz y Whishaw se pide más para con sus personajes tras la salida del cine. Mientras que Seydoux no da ningún detalle más a su papel que el de accesorio femenino de Bond (y demuestra que no es Eva Green, Famke Jensen, Maud Adams o Halle Berry)), y una banda sonora de Hans Zimmer notable que homenajea con gusto el pegadizo e inspirado tema principal de Bond mientras que aporta sus típicos pero soberbios compases (esta banda sonora es como un maridaje perfecto de Batman y Bond, merece escucharse al menos una vez en la vida por todo cinéfilo).

Así pues estamos ante una película de pasatiempo aceptable en su conjunto. Con ciertas fallas (que no se esperaban siendo éste el vigésimo quinto largometraje de la serie fílmica y sabiendo ya lo que le funciona o no a Bond) pero con más virtudes que defectos en su estandarizada pero capacitada trama de intrigas criminales y acción fantasiosa de "superespías". Pudo dar más, pero lo que da es suficiente teniendo en cuenta sus expectativas y propósito. Recomendable a todo público ávido de un espectáculo efímero, y solo indispensable a los más fans del Bond de Daniel Craig.

"Sin tiempo para morir" es mejor que "Quantum of Solace" (2008) pero peor que "Casino Royale" y "Skyfall". Digamos que se queda al nivel de "Spectre" (2015) u otras cintas de acción y espionaje como "Hanna" (2011), "Salt" (2010), "Jack Reacher" (2012) o "Colombiana" (2011).

Lo peor:...
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3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ted
Ted (2012)
  • 5,5
    51.298
  • Estados Unidos Seth MacFarlane
  • Mark Wahlberg, Mila Kunis, Seth MacFarlane ...
6
MacFarlane Light.
Con su fulgurante éxito televisivo a sus espaldas ("Padre de familia" (1999-) ha sido y sigue siendo una joya del humor adulto absurdo y socarrón... y sus temporadas hoy en día tienen incluso más nivel que las actuales de "Los Simpson" (1989-) y eso es mucho decir) Seth MacFarlane debutó en la dirección y guion cinematográficos con esta comedia para el público mayor de edad que en el fondo sigue siendo un niño grande. La trama se nos disfraza de comedia romántica y sigue sus patrones, pero no por ello deja de lado la autoparodia y el humor. John Benett es un niño solitario que pide el deseo de que su peluche Ted (voz de MacFarlane) cobre vida. Cuando su deseo se hace realidad todo es felicidad... pero cuando llega a la edad adulta, John tendrá el conflicto de si escoger una vida seria y comprometida con su novia (Mila Kunis) o seguir de juerga descontrolada con su ahora lenguaraz amigote Ted.

"Ted" acaba resultando una comedia afable siempre y disfrutable por momentos. Que se pasa casi volando gracias a un progreso narrativo ágil, a un ritmo raudo y evolutivo, y gracias también a ciertas píldoras de humor sagaz de tanto en cuanto. Lo que sucede es que de MacFarlane (dado su historial) se puede esperar bastante más, se puede esperar que esa comicidad llena de autoparodia e ironía respecto a la sociedad sea continuada... cosa que en "Ted" no se da (ya les adelanto que tendrán más salidas de escarnio mordaz en cualquier capítulo de "Padre de familia" aun durando éste menos de 20 minutos que aquí en "Ted"). Y es que "Ted" tiene mucha paja, una paja que se sucede con la cadencia lo suficientemente ajustada para que nunca aburra... pero que no posee el nivel de astucia y causticidad notable, y que hace distanciarse al espectador al no aportar mayor novedad que el devenir tipicón de toda comedia romántica mediocre (para ejemplo ese previsible final, que también resta enteros al conjunto). Desde luego "Ted" pudo aportar más locura surrealista (ese clímax con un Giovanni Ribisi chiflado pedía a gritos más situaciones descontroladas, y ese es uno de tantos momentos desperdiciados).

Eso no quita para que lo que nos de sea más que suficiente como para tornar este largo en una experiencia humorística gustosa y satasfactoria en su conjunto final. Pero no estamos ante "Con faldas y a lo loco" (1959), "El gran dictador" (1940), "Deadpool" (2016), "El lobo de Wall Street" (2013) o "Rompe Ralph" (2012) y su secuela. Digamos que "Ted" se queda en un "Ponte en mi lugar" (2003), "Un niño grande" (2002), "Tú la letra, yo la música" (2007) o un "Como Dios" (2003) si se trata de comedias con una superficial y somera historia de romance en su esqueleto de fórmula narrativa. Es agradable con competencia, y en eso no solo tienen merito MacFarlane, Alec Sulkin y Wellesley Wild con su pluma. Pues los actores elaboran un trabajo riguroso y eficiente. Mark Wahlberg no es un intérprete superlativo, pero encaja con tal precisión en su rol de bobalicón carismático que logra configurar un personaje cercano y divertido en todo momento y con gran naturalidad (al igual que lo logró en la estupenda y más recomendable "Dolor y dinero" (2013)), el resto del elenco no dejan de ser comparsas que aportan su granito de arena de desenfado (en especial Giovanni Ribisi y Jessica Barth, cuyos personajes merecían más en el guión).

Por su parte, la animación de los movimientos y demás del peluche están muy logrados, aunque tampoco necesitaban demasiado dado su diseño (para nada remarcable e inolvidable, en eso largos como "Sonic, la película" (2020) le ganan la partido a este "Ted") mientras que la realización es tan usual como adecuada (solo hay un paneo y alguna cámara lenta completamente necesarios entre tanto plano/contraplano subjetivo y semisubjetivo).

Así pues en "Ted" tenemos una comedia adulta ligera, sin la concentración de humor ingente de otros productos (incluyendo a bastantes del propio de MacFarlane) pero que consigue entregar el entretenimiento casi continuado y la guasa puntual como pretende. Recomendable (que no indispensable) a todo público joven adulto que solo busque un tiempo de esparcimiento ocurrente por momentos. Y solo indispensable a los más seguidores de MacFarlane o Wahlberg.

Lo peor: Cuando tira de instantes estandarizados de cinta romanticona naif.
Lo mejor: Cuando opta por el humor burlesco...
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La vieja guardia
La vieja guardia (2020)
  • 5,4
    9.101
  • Estados Unidos Gina Prince-Bythewood
  • Charlize Theron, Chiwetel Ejiofor, KiKi Layne ...
4
Charlize Theron al rescate de una trama de revisto desarrollo y de ejecución irregular.
En el fatídico 2020 Netflix nos ofreció en su plataforma un telefilm de gran factura visual pero bastante mundano en cuanto a su temática y desenvoltura argumental (pues el tema de los superhéroes inmortales se ha tocado en el celuloide desde las adaptaciones de la mitología griega, pasando por cada una de las cintas protagonizadas por el mutante más afamado de la patrulla X: Lobezno (que no son pocas: "X-Men orígenes: Lobezno" (2009), "X Men" (2000), "X-Men 2" (2003), "X-Men: La decisión final" (2006), "Lobezno inmortal" (2013), "X-Men: Días del futuro pasado" (2014), "Logan" (2017)), las series televisivas notables como "Héroes" (2006-10) o "The Boys" (2019-)... y llegando hasta la guasa y autoparodia al tema que la saga de "Deadpool" nos está regalando. Eso sin contar todas las películas de ciencia-ficción que han abordado este tema con más o menos fortuna como "El destino de Júpiter" (2015), "Eternal" (2015), etc.). Desde luego la premisa de "La vieja guardia" no descubre a todo aficionado medio al cine la fórmula de la Coca-Cola.

La historia tan manoseada trata de un grupo con capacidades auto-regeneradoras, que decide utilizar sus poderes para el bien mientras son perseguidos por los humanos "normales" que envidian sus extraordinarios dones. Esto me suena bastante (y no pude evitar añorar las pequeñas dosis de profundidad, virajes, mimo y cavilaciones que las mejores entregas de la saga X-Men sí supieron legar) y ya les adelanto que "La vieja guardia" no está al nivel de "X-Men 2" o "The Boys". Su argumento se desenvuelve a través de situaciones realmente esquemáticas (ojo a ese unidimensional villano incomparable a los aportados por Brian Cox o Peter Dinklage a la hora de mostrar sus maniacas obsesiones por los mutantes), con personajes de escaso fondo (a pesar de sugerir bastante con algunos retales de humanidad madura como la relación romántica entre dos de ellos o el hastío del resto por su vida errante, un solo diálogo entre Alan Cumming y Rebecca Romijn en "X-Men 2" les gana la partida) y por silencios alargados y estiramiento de la acción innecesaria (parece que hoy en día las películas tiene que durar obligatoriamente más de dos horas aunque lo que nos cuenten sea superficial, tópico y rutinario. Es absurdo (la duración no hace que una cinta sea mejor, y sino que se lo digan a las maravillas que son "Tiempos modernos" (1936), "Wall.E" (2008), "La bella y la bestia" (1991), "Gravity" (2013), "Del revés" (2015) o "El rey León" (1994) que apenas llega a la hora y media de metraje) y más en el caso de "La vieja guardia" cuyo guion pertenece a ese grupo de lo somero y no le sienta nada bien. Si me estuvieran hablando de un producto cuyo guion se asemeje a "El padrino" (1972) o "Érase una vez en América" (1984), pues sería otra historia pero no es el caso). Y es que con esa manía de estirar el chicle sin necesidad ni propósito "La vieja guardia" desciende de nivel y torna su entretenimiento ajustado en exasperación indiferente y distante. El público adulto puede desconectar por momentos por ello, mientras que en el resto de instantes se dejará seducir por un progreso tan previsible como efectivo y efectista.

Y es que, si bien su guion es mejorable al menos es mínimamente aceptable y sirve de sostén para el lucimiento de las principales virtudes del film que rescatan al conjunto en cierta medida. Esas virtudes son sus interpretaciones en general (Luca Marinelli, Marwan Kenzari, KiKi Layne, Chiewetel Ejiofor... todos saben otorgar las dosis de naturalidad e intensidad que demandan sus roles... pues no demandan nada más. Y Harry Melling (irreconocible tras su paso por la saga de "Harry Potter") además da un toque siniestro a un rol que es puro cliché esobre el papel) y Charlize Theron en especial. La sudafricana con su solidez interpretativa da a su protagonista una sutil complicidad sombría con sus ademanes y sus miradas. Es esto aunado a una puesta en escena notable (cuya cinematografía tiene una factura impecable), con una fotografía que marida los ocres con gran elegancia, una realización diestra (ya sea en la acción o fuera de ella), unos efectos especiales magníficos, un sonido equilibrado y envolvente, y unas coreografías de combates ejecutadas con maestría lo que hacen que "La vieja guardia" maquille bastante un libreto timorato y de exigua erudición (no, esto no es "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001) y su estudio sobre lo perecedero y lo trascendental) que decide apostarlo todo por la acción sin demasiado seso (tampoco estamos ante "El caballero oscuro" (2008) ni mucho menos).

Así pues "La vieja guardia" será un divertimento que disfrutarán más los puramente fans del cine de acción con poco o nada más que ofrecer (a lo "John Wick" (2014) y sus secuelas, "Misión imposible: Fallout" (2018), "Snake Eyes" (2021), "Sin salida" (2011) y demás), mientras que para el resto puede ser un pasatiempo olvidable si no se tiene absolutamente nada mejor que hacer (digamos, por ejemplo, si se está de viaje por muchas horas dentro de un avión) pero desde luego las hay mejores (aunque Theron las ha tenido bastante peores, todo sea dicho. "Aeon Flux" (2005) o "Atómica" (2017) están ahí para atestiguarlo). Digamos que "La vieja guardia" no llega al nivel de distracción palomitera gustosa de "Misión: Imposible" (1996), Fast & Furious 5" (2011), "Black Panther" (2018) o "Capitán América: El soldado de invierno" (2014), pero se queda a la regulera altura de "La fría luz del día" (2012), "Misión imposible: Protocolo fantasma" (2011) o "RED 2" (2013). Se avecina secuela y no la espero como agua de Mayo, pero sí tengo cierta esperanza puesta en que elabore con mayores honduras la construcción de sus personajes pues el potencial está ahí al igual que lo estaba en "X-Men 2" y los actores pueden recoger ese guante.

Lo mejor: La actuación de Charlize Theron.
Lo peor: Un guión perezoso y acotado al producto de acción más supérfluo.
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Ice Road
Ice Road (2021)
  • 5,0
    3.897
  • Estados Unidos Jonathan Hensleigh
  • Liam Neeson, Laurence Fishburne, Amber Midthunder ...
5
Hasta que el cuerpo (y el camión) aguante.
El norteamericano Jonathan Hensleight dirige y escribe en su tercer largometraje un estilizado y eficiente drama de supervivencia y acción, que toma como inspiración (sin basarse en ningún hecho verídico, estamos ante una trama de pura ficción) las desventuras por las que tienen que pasar los transportistas que cruzan las llamadas "carreteras de hielo" hechas sobres los grandes lagos de Canadá. Mucha es la dificultad de transitarlas y se debe contar con buen equipo e instrucción, pero rara vez se da una fatalidad.

Los hechos de este film de ficción, que se sitúa en esas pistas heladas, nos conduce por una trama tan formulaica y efectista como eficiente y rítmica. El protagonista Mike McCann (Liam Neeson) y su hermano Gurty (Marcus Thomas) inician una misión de rescate transportando en un camión una tubería que salvará a unos mineros atrapados en la provincia canadiense de Manitoba. Pero la travesía por las Ice Roads del título van desvelando traiciones, sabotajes, conspiraciones, persecuciones, peleas y huídas por doquier.

No les voy a engañar; "Ice Road" es una película de palomitas, en cuya trama nos encontramos con "malos muy malos", "buenos muy buenos" y complots estandarizados en este tipo de producto. Pero lo cortés no quita lo valiente: a pesar de que su propuesta está más que trillada, "Ice Road" sabe encaminarse con medición y astucia por sus golpes de efecto (que producen el sobresalto que buscan), por sus misterios mantenidos (que consiguen su propósito de intriga y curiosidad en el espectador) y por sus emociones fuertes (que logran la agitación y el anhelo en la audiencia). Y es que en "Ice Road" sabemos...
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Baywatch: Los vigilantes de la playa
Baywatch: Los vigilantes de la playa (2017)
  • 4,1
    9.340
  • Estados Unidos Seth Gordon
  • Dwayne Johnson, Zac Efron, Alexandra Daddario ...
5
Producto volátil y momentáneo, de ajustada ligereza y distracción.
Con la fiebre de los remakes, secuelas, precuelas y demás productos comerciales que optan por apostar por lo conocido y afamado para atraer al espectador (y con las adaptaciones al celuloide de célebres series televisivas del pasado entre estas traslaciones: desde "Misión: imposible" (1996) hasta sus secuelas, pasando por "Corrupción en Miami" (2006), "El llanero solitario" (2013), "Infiltrados en clase" (2012), "El equipo A" (2010), "Superagente 86" (2008), "Sexo en Nueva York" (2008), "Operación U.N.C.L.E." (2015), "S.W.A.T." (2003) y un largo etcétera) nos llegó en 2017 la versión cinematográfica de "Los vigilantes de la playa" (1989-99), una longeva serie noventera que, si bien contaba con la original premisa de del día a día de los socorristas de la costa, acababa derivando en misterios criminales en la playa de desarrollo argumental bobo, perezoso y torpe... aunados a melodramas de folletín. Unas historias ejecutadas con una simpleza pasmosa en el mal sentido de la palabra y con un conjunto de tópicos vergonzosos (para más detalles: https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/484565/886864.html) Pero esos guiones eran además interpretados... digamos que de forma limitada. Pero tenía a modelos en bañador y persecuciones de polis y cacos para venderse durante una década entera (y que en la actualidad pocos o nadie quieren revisar).

Este reboot a pantalla grande tiene mucho deje de autoparodia, lo cual le sienta bien a una trama troncal que es igual de básica y estándar que las de la serie original (aquellas sí pretendían tomarse en serio a sí mismas). Pero no esperen una comedia de acción con el nivel humorístico alto y continuado, porque "Los vigilantes de la playa" no es ni "Jungla de cristal" (1988) ni "Deadpool" (2016)... ni siquiera es "Arma letal" (1987), "Cuerpos especiales" (2013) o "El otro guardaespaldas" (2017). Y es que, si bien su guasa se torna inspirada con algunas reacciones y diálogos (que despertarán la sonrisa cómplice del espectador en esos momentos en los que el largo se ríe de si mismo, de su material de base televisivo, y hasta rompe la cuarta pared), el metraje posee en igual medida sus dosis de gags escatológicos pueriles y sin chispa y de acción policiaca estirada y plana. Y su trama de traficantes e investigadores es tan previsible como redundante, mientras que sus personajes tienen el mismo fondo que una piscina infantil. Sin embargo estos estereotipos andantes ("el gordito diana de los chistes más zafios", "las chicas/accesorio de la película", "el líder/ser lleno de luz", "el guaperas creído") son bien conducidos por unos actores que han tenido sin duda mejores papeles pero que logran acomodarse con simpatía, dignidad y eficiente química de compadreo (destacan Dwayne Johnson y Zac Efron que le toman el pulso a sus desenfadados e irreverentes personajes rápidamente).

Es la labor actoral la que, junto a esa parodia que aligera el peso de sus defectos (aunque esa sorna se quede a medio gas y no gaste todos los minutos del film. Si lo hubieran hecho tal vez estaríamos hablando de un "Aterriza como puedas" (1980) o un "Loca academia de policía" (1984)) y una realización refinada (Seth Gordon no hace alardes en sus usuales planos (aunque se luce en unos planos bajo el agua que tampoco van a cambiar la historia del cine), pero los mima con astucia para que el devenir de la cinta resulte orgánico). La edición es ágil y natural, la fotografía de colores saturados es completamente pertinente con el tono del producto. Y con una cinematografía de nivel e inmaculada, una banda sonora aceptable y adecuada (que no sobresaliente), y unos efectos visuales logrados (el croma ni se nota) se consigue un conjunto que a nivel global pasa como un entretenimiento pasajero. Pero, aunque quedando algo compensados, sus sonados patinazos (sus caca-culo-pedo-pis-teta-paquete), sus absurdeces en la exposición inicial (más en spoilers), y su argumento resobado y obviable hacen que el espectador medio adulto se distancie por momentos (con esa irregularidad de puntos difusos e instantes de afable ironía, "Los vigilantes de la playa" acaba resultando de esos largos que se pueden ver mientras se hace otra cosa sin perder el hilo narrativo). Pero su conjunto se torna como una amenidad vistosa a grandes rasgos. Los jóvenes se entretendrán más con ella que el resto, pero todos la olvidarán con la misma facilidad.

Solo recomendable si se es muy fan del cine de "La roca" Johnson, de Zac Efron o de la serie en la que se basa (WTF), o si se busca un pasatiempo muy muy superficial. En cuestión de adaptaciones cinematográficas de series televisivas.. no llega al nivel de la primera entrega de "Misión: Imposible" (y no es por no tomarse tan en serio como aquella, pues autoparodias tenemos otras de mayor nivel y a "Deadpool" o "Aterriza como puedas" me remito) pero supera con facilidad a "El equipo A", "Misión: Imposible 2" (200) o "El llanero solitario", digamos que se queda a la altura de "Superagente 86", "Sexo en Nueva York: La película" o "Power Rangers: La película" (1995).

Lo mejor: Me quedo con cuando tira de sarcasmo e ironía...
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Elementary (Serie de TV)
Elementary (2012)
Serie
  • 6,2
    5.757
  • Estados Unidos Robert Doherty (Creador), John Polson ...
  • Jonny Lee Miller, Lucy Liu, Aidan Quinn ...
9
Desentrañando con estilo y carácter.
En 2012 nos llegó otra libre adaptación (tras "Sherlock Hound" (1984-85), "Shirley Holmes" (1996-99), "House" (2004-12), "Sherlock" (2010-17) y tantas otras) del personaje detectivesco más afamado de las novelas: Sherlock Holmes. En "Elementary" los personajes se nos modifican levemente en sus circunstancias (en el caso de Holmes la cocaína se cambia por la heroína, y su lugar de trabajo como asesor de la policía se traslada de Londres a Nueva York... aunque el protagonista sigue siendo orgullosamente británico. Mientras que Watson cambia de sexo (lo cual no me parece taaaaan escandaloso. En el mundo hay un 50% de hombres y un 50% de mujeres, y no todos los médicos, investigadores y demás son hombres. No veo el problema. Si el problema está en que una amistad entre un hombre y una mujer no es creíble... bueno, doy fe de que es completamente posible y natural... si se tiene madurez, claro. Y en este caso lo transmite la química de compadreo y complicidad entre sus actores de forma fraterna)) y se nos presenta una serie policiaca ambientada en el presente y del corte de las series procedimentales episódicas actuales más afamadas.

Y "Elementary" logra que no le haga sombra ninguna otra serie (sí, "Sherlock" incluída. Pues, a pesar de tener en común una traslación de las páginas de Sir Arthur Conan Doyle a la época actual, son muy diferentes en su enfoque. "Elementary" es más ligera, festiva y superficial tanto en misterios como en tratamiento de personajes. Esto no es malo, es sencillamente diferente y es en esa diferencia en la que triunfa. Pues consigue aportar unos personajes afables y magnéticos a la par que unas intrigas co-partícipes y curiosas). ¡Es más!, diría que iguala a las mejores e incipientes temporadas de "C.S.I.: Las Vegas" (2000-15) (la causante de la fiebre de los procedimentales en televisión).

Admito no haber visto las siete temporadas y solo haber disfrutado de la primera pero... ¡qué gozada de primera temporada! Es una maravilla que marida de forma soberbia la intriga criminal episódica con las vicisitudes personales de sus protagonistas. Unos detalles que, si bien no se escarban con honduras en los guiones, nos dejan detalles muy espabilados y cómplices. Y es que estos Holmes y Watson tienen un sentido del humor en sus diálogos enriquecedor, Watson aporta una sorna y un sarcasmo vivaz y astuto, mientras que Holmes es de una sinceridad sin filtros tan claroscura como extravagante. Y las deducciones de Holmes se sueltan con una sagacidad firme y una singular vehemencia. Cada episodio mide sus tiempos con perfección, y así el producto no aburre en ningún momento mientras hace progresar la trama y crecer a sus personajes. Todo ello envuelto en una puesta en escena confortable que concuerda absolutamente con el tono afable y cálido que la serie pretende y logra calar.

Y es que, si bien su realización es usual y formulaíca (pero siempre pertinente), la banda sonora de lúcidas y alegres notas de violín ensalzan el relato. Así como su fotografía que cuida la composición de cómodos y aseados escenarios de tonos ocres (mientras que en los exteriores neoyorkinos se abre la obturación para que también nos atraigan sus tonos grises y azulados). Gran labor también la del vestuario y el maquillaje imperceptibles pero siempre estilizados, pero por supuesto una de las principales bazas de la serie es el acierto en el casting. El británico Johnny Lee Miller encuentra en "Elementary" el papel de su vida (y eso que ha desfilados por largos tan interesantes como "Trainspotting" (1996) o "Drácula" (2000), y rebosa carisma, naturalidad, complejidad y rareza (en el buen sentido de la palabra) conjugados en un rol muy agradecido para cualquier intérprete. Jamás podré volver a ver a Miller sin pensar en su particular e inolvidable Sherlock Holmes. Lucy Liu pone el contrapunto de franca (y bastante mordaz) sensatez y, si bien su papel no es tan agradecido y resulta más mundano, la actriz de "Kill Bill vol. 1" (2003) o "Chicago" (2002) comparte química con su co-protagonista y ambos mantienen una relación de lealdad innata y compañerismo natural. El resto del elenco son convidados de piedra o personajes episódicos, pero por la primera temporada desfilan nombres tan cautivantes como los de Natalie Dormer o Lisa Edelstein que regalan unos villanos o sospechosos de gran calidad.

En definitiva "Elementary" presenta guiones completos ejecutados en la escena con gran elegancia y con un ritmo tan raudo como orgánico. Nos intrigaremos al igual que su protagonista y su afán por desvelar constantemente los misterios que pasan por su vida (desde los más personales hasta lo más distantes), pues "Elementary" nos hace partícipes de sus casos e indagaciones, transmite esa emoción de desentrañar misterios para hacer justicia, mientras los vivimos con personas que se nos tornan próximas con diálogos inspirados y evolutivos.

Muy recomendable a todo público adulto (menos al más purista que solo tolere a Sherlock Holmes si se sitúa a principios del siglo XX)... e indispensable a todo el que se complazca con una serie policiaca episódica (pues "Elementary" supera con gran facilidad a decentes y eficientes productos como "Mentes criminales" (2005-20), "The Closer" (2005-12), "C.S.I. Miami" (2002-12), "Scorpion" (2014-18), "C.S.I.: Cyber" (2015-16), "Major Crimes" (2012-18), "Bones" (2005-17), "C.S.I.: Nueva York" (2004-13), "El mentalista" (2008-15) o "NCIS: Los Angeles" (2009-) entre muchas otras), pues "Elementary" es uno de sus productos estandarte y se pone a la altura de series como "House", "C.S.I.: Las Vegas" (en sus primeras e intermedias temporadas) o "Principal sospechoso" (1991-2006), así de buena es. Esta primera temporada de "Elementary" se merece un sitio en mi videoteca y varias sabrosas revisiones.

Lo mejor: Me quedo con los guiones, la banda sonora y la actuación de Miller.
Lo peor: Que quisieran estirar su éxito (al parecer...
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos
Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos (2021)
  • 6,1
    16.873
  • Estados Unidos Destin Cretton
  • Simu Liu, Awkwafina, Tony Leung Chiu-Wai ...
4
Vistosa pirotecnia audiovisual, historia innecesaria, resobada y mediocre.
Nueva aportación palomitera de los estudios MARVEL/Disney, esta vez nos topamos con la adaptación de uno de los superhéroes de MARVEL Cómics menos célebres entre el gran público y de los más recientes en su concepción y comercialización (no es que Shang-Chi llegue a las cotas de inspiración en su configuración y de proliferación en sus tramas de Spider-Man, la patrulla X o Capitán América... es que las viñetas de MARVEL tienen incluso un superhéroe de corte oriental más afamado y con mayor historia y urdimbres en el mundo del cómic (a pesar de ser éste posterior a Shang-Chi en su creación: "Puño de Hierro" aka. Iron Fist): Shang-Chi, creado por los norteamericanos y en los años 70 durante la fiebre de las teleseries con artes marciales en los Estados Unidos (Shang-Chi quiso ser la traslación al cómic de la serie Kung-Fu, pero MARVEL no logró los derechos de la serie y por ello tuvieron que idear otros nombres y circunstancias para el personaje y su universo).

Huelga decir que esta adaptación no cuenta con un material de base tan rico e iluminado como otros superhéroes MARVEL, y es esa propuesta tan limitada y con continuada sensación de deja vú uno de los lastres de un metraje que recuerda demasiado a "La leyenda del Samurai" (2013), "El monje" (2003), "El poder del Tai-Chi" (2013), "La gran muralla" (2016), "Airbender, el último guerrero" (2010), "El poder del talismán" (2003) y demás films de similar calidad que no cuentan con el sello MARVEL pero que también aúnan fantasía y artes marciales en una batalla del bien contra el mal. Desde luego lo que nos relata "Shang-Chi" ya lo hemos visto, y lo hemos visto igual ("La leyenda del Samurai", "El poder del Tai-Chi"), mejor ("Tigre y dragón" (2000), Érase una vez en China (1991), "La casa de las dagas voladoras" (2004)) y también peor ("Dragonball Evolution" (2009), "Street Fighter, la leyenda de Chun-Li" (2009)). Además el guión de Dave Callaham, Destin Daniel Cretton y Andrew Lanham no es capaz de enriquecer su temática revista y previsible con aristas extras, y la trama de "Shang-Chi" se nos queda como una concatenación de personajes meramente esbozados (el malo muy malo, el héroe atormentado por su pasado, los alivios cómicos cuyas gracias son peores que las de las teleseries de Disney Channel, los matones accesorios, etc) y de perezosos lugares comunes (esos duelos con persecuciones y rescates trillados, esa batalla final estirada y de recorrido y desenlace exageradamente pronosticable). A ver, que ni yo ni nadie que se disponga a ver "Shang-Chi" va a tener unas expectativas a lo "Braveheart" (1995), "Gladiator" (2000) o "El Señor de los Anillos" (2001). Ya se sabe a lo que se va si se ha visto una de las tropecientas cintas de MARVEL, pero incluso dentro de ese cine de espectáculo y fuegos artificiales ha habido guiones mucho más elaborados ya sea en las conspiraciones criminales, el humor o los viajes de fantasía (ejem: "Capitán América: El soldado de invierno" (2014), "Thor: Ragnarok" (2017), "Guardianes de la galaxia" (2014) "Spider-Man: Homecoming" (2017), "Deadpool" (2016), "Ant Man y la avispa" (2018), toda la saga de "Los vengadores") o con virajes más originales dentro de su obligado esquema superheróico (véase "Black Panther" (2018) o "Capitana Marvel" (2019)). Y es que el guión de "Shang-Chi" es tan común como olvidable. Un gran peso muerto que no molesta en los primeros tercios en los que la atracción audiovisual capta la atención por si sola...pero que llegado el desenlace acaba haciendo mella en esas dos horas de metraje (el adulto medio acabará pidiendo la hora).

Es una cinta de entretenimiento que no logra entretener en todo momento... aunque sí en casi todo. Pero esto se debe a su puesta en escena en gran medida. Pues "Shang-Chi" cuenta con un diseño de escenarios, vestuario y efectos notable. Hay en ella una combinación de luces y colores realmente bella y medida en cada uno de los fotogramas (aunque tampoco va a pasar a la historia del cine como "Tigre y dragón" o "The Matrix" (1999)), la fotografía se beneficia además de una cinematografía superlativa de una definición asombrosa y un CGI pulido y avispado. Además el director de la magnífica (y mucho más recomendable) "Cuestión de justicia" (2020) se pondera en los encuadres y su edición de forma aceptable en líneas generales (aunque hay algunas escenas de acción que no merecían tanto plano cerrado y tanta edición excesiva), y el elenco a nivel global aporta firmeza (destaca Michelle Yeoh como secundaria de lujo, pero por desgracia no tiene en el guión un papel a su altura al que darle más empaque. Mientras que el protagonista Simu Liu se desenvuelve mejor en las escenas de acción (terreno que le es más familiar como doble de acción de que ha sido) que en el drama tópico y superficial del argumento, Tony Chiu-Wai Leung cumple como...SPOILERS
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3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Act (Serie de TV)
The Act (2019)
Serie
  • 7,2
    1.795
  • Estados Unidos Nick Antosca (Creador), Michelle Dean (Creador) ...
  • Joey King, Patricia Arquette, Chloë Sevigny ...
7
Ilustre disección de un caso estremecedor.
El caso real de Gypsy Rose Blanchard (Joey King) y su madre Dee Dee Blanchard (Patricia Arquette) es probablemente el caso de síndrome de Munchausen por poderes más destacado desde que se tienen registros de este desorden (admito que ya lo conocía aunque no los detalles al hacer zapping y toparme con la historia en un docudrama de DKiss). Y lo es por su tremenda crudeza y por las enormes dimensiones de los engaños, torturas y demás actos criminales que se fueron sucediendo a lo largo del tiempo por culpa de ello.

"The Act" (al contrario que el olvidable, superficial y atropellado telefilm del mismo 2019 "Love You To Death" (algo también esperable, pues el canal Hallmark no se caracteriza por su calidad)) nos relata los pormenores de tan monstruoso (esto sí es una historia de terror, y no las de fantasmas, muñecos diabólicos y demás) hecho con tacto, multifacetas, realismo y una puesta en escena impoluta y mimada. Este drama criminal se nos presenta en formato de miniserie de 8 episodios y, si bien está bastante claro que pudo condensarse mucho más sin perder un ápice de categoría (es ese y solo ese el principal defecto del producto: un alongamiento innecesario con silencios accesorios y lentitud narrativa que no transmiten o aportan absolutamente nada), lo cierto es que llega resarcirse de esta losa con instantes irrepetibles, escenas imborrables y una evolución in crescendo por capítulos tan sinuosa como atrapante.

Sí, pudieron ser 4 capítulos (no menos, pues la repleta trama pide y necesita de al menos 4 horas), pero sus 8 (si bien no excelentes) siguen manteniendo cierta altura dando lugar a una serie destacada y recomendable. Lo que nos cuenta "The Act" no es baladí, es toda una observación de la mente retorcida y trastornada a la par que enmarañada y recóndita de una psicópata (una psicópata de un marcado egoísmo llevado hasta la locura, de un carácter manipulador completamente estudiado) a través de los hechos por los que conduce a su víctima (una víctima que también se nos muestras con luces y sombras (aunque por fortuna tiene más luces que sombras) y con la que no podemos sino empatizar dada su humanidad). La disección que hace "The Act" de sus personajes es madura y se llena de dimensiones (ojo a lo bien narrado que está el despertar sexual de cierto personaje de forma tan natural. Pero la catarata de inseguridades o satisfacciones de este par tampoco tienen desperdicio), nos enseña hechos cruciales pero siempre cercanos, sabe jugar con un tempo milimétrico a la hora de exponer sus intrigas, giros y revelaciones (más en spoilers) y no cae en amarillismos a la hora de progresar en su historia sino que siempre se mueve por la sensibilidad. Esto hace que la serie nos vaya acercando y sintamos como nuestras las tribulaciones de Gypsy Rose, sus poderosos anhelos y sus potentes conflictos internos.

Gran mérito de este triunfal contagio al espectador lo tiene una Joey King en estado de gracia (no solo es que logre con ciertos ademanes clavar al personaje verídico, es que se mueve de forma sobresaliente en esa dualidad de "farsa Vs. realidad") y una Patricia Arquette que se llevó el Emmy con esta interpretación de un personaje que por fuera no se parece físicamente a la verdadera aberración de ser humano, pero que por dentro es capaz de hacer palpable y real a esta persona sin perder un ápice de su villanía (el tipo de villano que más asusta al darse en el mundo real). Y otra gran parte del mérito está en su cinematografía.

Y es que, al contrario que "Love You To Death", "The Act" sí cuenta con una gran labor de maquillaje y vestuario. Desde el mundo del cosplay pasando por las formas de su protagonista de embellecerse y llegando a sus mutilaciones impuestas por cierto personaje... todo en "The Act" tiene un lustre y una delicadeza insuperables. La fotografía por su parte opta por saturar la imagen con unos colores vivos y optimistas, dando una falsa sensación de seguridad muy acorde con este cuento de hadas que nos hace caer en las garras de la bruja y darnos de bruces con la oscura realidad. La realización no es especialmente destacada pero es orgánica y muy académica (predomina el estilo teatral, pero deja detalles de planos que impulsan las situaciones con gusto, ya sean planos aberrantes, subjetivos, travellings, ojos de buey o planos estáticos amplios de esos barrios supuestamente perfectos y positivos de norteamérica). La banda sonora es tan olvidable como mejorable, pero es un detalle que no ensombrece al conjunto en ningún momento.

Así pues tenemos un drama criminal basado en hechos reales capaz de hacernos sentir todo lo que pretende, la congoja, las ilusiones, la angustia, el deseo, el terror o la indignación. Tiene personajes intrincados y unas revelaciones sorprendentes...
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reminiscencia
Reminiscencia (2021)
  • 5,1
    5.274
  • Estados Unidos Lisa Joy
  • Hugh Jackman, Rebecca Ferguson, Thandiwe Newton ...
5
Distopía noir bastante usada... pero capaz de manejar con sagacidad y firmeza sus elementos y sus avances.
Lisa Joy escribe y dirige su ópera prima en "Reminiscencia", un thiller futurista que marida sus dos géneros (el cine noir y la ciencia-ficción distópica) con cierto equilibrio y astucia... pero que en ningún caso los presenta con la genialidad y la elaboración de otros largos (esto no es "The Matrix" (1999), "Minority Report" (2002) o "Blade Runner" (1982)... aunque navegue por lugares bastante calcados respecto a aquellas y tantas otras que nos presentan la misma temática). La cinta nos sitúa en un futuro post-apocalíptico visto en mil y un largometrajes: un futuro muy diferente donde la humanidad solo trata de sobrevivir tras una gran catástofre/accidente/guerra ("El día de mañana" (2004), "Soy leyenda" (2007), "El libro de Eli" (2010), "Rompenieves" (2013), "A ciegas" (2018), las sagas de "Los juegos del hambre", "Divergente" y un largo etcétera). En caso de "Reminiscencia" hay que aplaudir que ese futuro que nos plantean sea completamente fidedigno a las previsiones actuales de aquí a unos 500 años si el clima sigue subiendo la temperatura (Joy no maquilla pero tampoco exagera esa predicción), otra historia es la rama de avance tecnológico que es tan fantástica como la de la mayoría de films futuristas (esto no es malo de por sí, y para muestra tenemos las mentadas "The Matrix", "Minority Report" o "Terminator" (1984) y su secuela de 1991. Todos largos notables).

Pero en líneas generales el guión de "Reminiscencia" no es un lastre para el producto. Es mejorable, por supuesto. Y no evita caer en ciertos tópicos con personajes algo unidimensionales (ese villano amoral) o que son puro cliché (la femme-fatale) o con algunos puntos estirados con acción torpe (aquí no tenemos combates al nivel de las sagas de "Terminator" o "Matrix"). Pero en su conjunto tenemos un libreto capaz de conducirnos por su progreso argumental con un juego eficaz de misterios, giros, flash-backs y ensoñaciones realmente resultones y cautivadores durante su visionado (otra cosa es que la cinta se olvide bastante pronto tras su visionado). Y tiene merito pues el film tiene que esquivar escenarios ya vistos (básicamente en "Blade Runner" a la que hace repetidas referencias) que solo alejan al espectador (pues esto ya lo hemos visto y pormenorizado de forma bastante superior. En mi caso me quedo con la ciencia-ficción de "Minority Report", si se trata de otro antihéroe atribulado que va desvelando misterios criminales en una megalópolis futurista. Pero también tenemos "Yo, Robot" (2004), "La isla" (2005), la saga de "Blade Runner" o "Looper" (2012) entre otras). Y aun así, aun situándose en unas circunstancias manidas, "Reminiscencia" sabe llevarnos por sus intrigas y sus suspenses con un gusto elegante y una ponderación casi milimétrica.

Es el buen hacer de Joy en la redacción de un libreto acotado a su género pero eficiente en su objetivo, lo que hace que "Reminiscencia" se torne en un entretenimiento aceptable. Eso junto a un reparto sólido que enriquece a sus personajes (Jackman no falla en ningún papel, aunque éste que nos ocupa es un estándar del cine noir (con esa narración en off pesimista que tantas veces hemos visto ya en casi todas las cintas de este corte) y desde luego no tiene tanta riqueza en su construcción literaria como los de films como "Bad Education" (2020) o la saga de los "X-Men". Pero quienes más se lucen en "Reminiscencia" son las féminas del reparto que sacan petróleo a sus secundarias con sutilezas y cercanías muy bien llevadas frente a la pantalla) son los puntos fuertes del largo. Un largo que tiene un diseño artistico tolerable pero jamás único y asombroso (de nuevo, esto no es "The Matrix" o "Blade Runner"), sus efectos visuales son precisos así como su fotografía. Mientras que la realización de Joy es tan usual como orgánica. La banda sonora por su parte es olvidable.

Así pues tenemos una película de enigmas efectistas. Donde un protagonista de (a ratos exagerada e innecesaria) voz en off va desvelando junto con el espectador una urdimbre criminal que le trae de cabeza dentro de una ciudad nocturna amoral, echada a perder y cargada de delincuencia. Ese avance científico de retrotraer a las personajes para que recuerden eventos del pasado con una pormenorización exacta no deja de ser un McGuffin para una película cuyas aspiraciones se limitan demasiado a ser un pasatiempo pasajero. "Reminiscencia" no quiere ampliar sus ambiciones al nivel de "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001), "La naranja mecánica" (1970) o "Minority Report" y opta por conformarse con ser un "Código fuente" (2011), un "Dredd" (2012), un "Autómata" (2014), un "Passengers" (2016) o un "Transcendence" (2014) (si de distopías tecnológicas se trata), o un "La dalia negra" (2006), un "Ciudad sin ley" (2005) o un "Gangster Squad" (2013) (si de cine noir actual se trata). Solo recomendable (que no indispensable) a los muy aficionados al cine cyberpunk o al noir/sci-fi (o a los muy muy fans de su protagonista), el resto no se pierde nada más que una distracción momentánea (y ahora que estoy disfrutando al fin de la segunda temporada de "Daredevil" (2015-18) no puedo sino recomendar cualquier capítulo de esta serie que también se zambulle por el cine negro antes que "Reminiscencia". Pues la serie protagonizada por Charlie Cox es muy superior en todos sus palos).

Lo mejor: Me quedo con la forma que tiene Joy de discurrir por los flash-backs y los sueños para presentarnos desvelaciones o giros.
Lo peor: El escaso trabajo a la hora de trabajar el drama o el desarrollo tecnológico entre otras vertientes (algo en lo que le ganan la partida los mejores exponentes de este subgénero).
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La reina del desierto
La reina del desierto (2015)
  • 4,6
    1.255
  • Alemania Werner Herzog
  • Nicole Kidman, James Franco, Robert Pattinson ...
4
Nicole Kidman de turismo y amores por Oriente Medio (cuando éste no estaba carcomido por el integrismo terrorista y radical).
El germano Werner Herzog dirige este biopic de época basado muy muy vagamente en la vida de Gertrude Bell y sus incursiones por el Oriente Medio de principios del siglo 19. Nicole Kidman (que se parece a la verídica Bell lo que un huevo a una castaña) encarna a esta arqueóloga, militar y espía británica... que en este largometraje ve reducidas sus profesiones a la de turista curiosa, amante ocasional y poeta aficionada. Parece como si la cinta no quisiera mojarse en absoluto con algo de fidedignidad, y opta por mostrarnos a este multifacético e intrincado personaje como un ser apolítico (cuando fue todo lo contrario. Desde sus denuncias públicas hacia el trato a la mujer por parte del extinto Imperio Otomano, pasando por su claro posicionamiento contra Turquía, contra el sionismo, y a favor de la influencia, el poder y mando británico en la fundación de Iraq entre muchas otras claras posturas que se ganaron el afecto de muchos y el desdén de otros) y para nada interesado en las estrategias geopolíticas de Occidente por aquellas tierras.

Bien, aceptemos esto. Aceptemos que una premisa tan potente con un personaje tan rico e inmenso quede acotado al romanticismo y a los tours exóticos (que la cinta quiera en su desenlace hacer de su revelación más importante el hecho de si la mujer en cuestión se casó o no es... en fin, no tengo palabras). El problema es que estos pocos mimbres tampoco nos dan "El paciente inglés" (1996), "Lo que el viento se llevó" (1939) o "El piano" (1993). Ojalá, pero no es el caso me temo. Los amoríos son tan superficiales como displicentes, los actores no comparten una sola gota de química (y no es culpa de la evidente diferencia de edad entre Kidman y sus co-protagonistas. Pues cintas como "Carol" (2015), "El lector" (2008), "Pretty Woman" (1990) o "El graduado" (1967) ya demostraron que no resulta ninguna traba cuando el material acompaña a sus intérpretes) pero el guión tan supérfluo y con abundancia de clichés tampoco les ayuda demasiado. Esto distancia al espectador con demasiada facilidad, haciendo que estos estandarizados y triviales personajes nos importen de poco a nada (incluyendo el personaje de Kidman que sigue ejecutando con pericia sus roles, y en este de damisela entre paisajes fascinantes está más que curtida (tiene en su haber muchos largos de este mismo corte como "Australia" (2008), "Cold Mountain" (2003), "Un horizonte muy lejano" (1992), "Retratos de una dama" (1996)). La australiana puede realizar este papel con casi con los ojos cerrados). La vertiente viajera es algo más magnética dados los paisajes que con tal gusto nos muestra Herzog (el punto fuerte de "La reina del desierto" es su cinematografía y su dirección, y lo que hacen de la cinta una experiencia más llevadera y seductora por momentos si se es aficionado al cine que nos lleva de viajes turísticos desde el salón. El grano del film es soberbio, la fotografía de una distinción exquisita con unos encuadres prolijos y elegantes así como una saturación del color perfecta, la oficiosa banda sonora se inserta con gran discernimiento y estimula el progreso narrativo, y el vestuario es de una elegante determinación).

Y así la trama discurre con cierto compás expositivo y con una factura envolvente... pero siempre de forma grisácea y plana dado el material de la vertiente guionista de Herzog. Un exceso de cautela a la hora de tratar su temática que nos deja con un romance de época más bien del montón y tirando a telefilm de sobremesa (se estrenó en salas en 2015; pues costó 36 millones de dólares y... recaudó 2). Y es una lástima porque sus ingredientes pudieron derivar en algo de mayor calidad (por la película deambulan actores como Damian Lewis, James Franco o Robert Pattinson que ya han demostrado su valía en otros productos como "127 horas" (2010), "Homeland" (2011-14), "The Disaster Artist" (2017), "El diablo a todas horas" (2020) o "El faro" (2019)). "La reina del desierto" nunca llega a hacer daño a la vista (dados ciertos diálogos que se quedan a un paso de la vergüenza ajena por su infantilismo y simplicidad, recitaciones que se compensan con otras algo más cabales (que transmiten el afán explorador e indagador del ser humano) y con un despliegue de expediciones realmente primoroso) pero se queda a poco camino de ser un desacierto estrepitoso. Ni tan mala como "Druídas" (2001) ni tan buena como "Gladiator" (2000) si de dramas de época se trata.... más bien se queda en un "El buen alemán" (2006), en un "Anna Karenina" (2012) o en un "Rebelde entre el centeno" (2017). Aceptable y entretenida para los más seguidores de los folletines ambientados en épocas anteriores, bastante obviable y olvidable para el resto. Admito que no soy gran fan del "period drama" o los romances históricos, pero si tengo que quedarme con cintas de este tipo que resalten con guiones más ricos y mayor adherencia entre su reparto... me quedo con "Tigre y dragón" (2000), "La favorita" (2018), "Belle" (2013), "Braveheart" (1995), "Ammonite" (2020), "María, Reina de Escocia" (2018), "Hysteria" (2011), "Brokeback Mountain" (2005), "Elizabeth" (1998), "Caballo de batalla" (2011), etc.

Lo peor: Su guión (en especial su poco sutil y muy tópica vertiente rosa).
Lo mejor: Su ambientación en líneas generales y en particular su atildada fotografía.
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Valerian y la ciudad de los mil planetas
Valerian y la ciudad de los mil planetas (2017)
  • 5,7
    15.964
  • Francia Luc Besson
  • Dane DeHaan, Cara Delevingne, Clive Owen ...
5
Una mona vestida de seda.
El prolífico Luc Besson, que cuenta en la mayor parte de su filmografía con cintas de acción con prominente protagonismo femenino ("Nikita" (1990), Juana de arco" (1999), "Anna" (2019), etc.), pero que también está curtido en largometrajes de ciencia-ficción donde prima el espectáculo visual y los golpes de efecto (Besson no es precisamente Christopher Nolan, Stanley Kubrick, Ridley Scott, James Cameron o Steven Spielberg a la hora de aportar unos relatos perfilado y multiversados. Y ni "El quinto elemento" (1997), "Lucy" (2014) o "Angel-A" (2005) tienen los guiones pulidos, hondos y multifacéticos de "Interstellar" (2014), "La naranja mecánica" (1970), "E.T." (1982), "Origen" (2010), "Inteligencia Artificial" (2001), "Tenet" (2020), Minority Report" (2002), "Terminator" (1984) o su secuela de 1992) nos ofreció en 2017 otro espectáculo futurista con más acción que trama... y con más presentación de su lore que de desarrollo y virajes en su material.

Tomando como base la serie de cómics francesa "Valerian y Laureline", el largometraje nos conduce por un futuro macro-tecnológico en el que la estación espacial internacional ha crecido a un nivel en el que ya conviven en ella numerosas especies extraterrestres, y que va viajando por el espacio sideral. Mientras los humanos ya se han hecho con el control del universo conocido y conforman las fuerzas del orden que van viajando de planeta a planeta. En este cuerpo policial que tiene su base principal en la estación espacial internacional (aka. la ciudad de los mil planetas del título) nos topamos con los protagonistas Valerian (Dane Dehaan) y Laureline (Cara Delevingne), su misión en esta película es más básica de lo que pretende hacernos creer Besson a priori.

Y ese es el principal error del film: presentarnos un guión demasiado mascadito (el segundo de empezar la película ya sabemos de forma poco sutil quienes son los "buenos muy buenos", y en cuanto hace acto de aparición el "malo muy malo" lo sabemos al instante por la cara de malo que fuerza el pobre actor al que le ha tocado el marrón de tal cliché (no diré quien, pero lo sabrán enseguida) en el que los personajes son unidimensionales hasta lo más esquemático (protagonistas incluídos), en el que los misterios e intrigas nos son desvelados demasiado pronto y sin ningún tipo de juego razonado... y cuyo desarrollo es tan rutinario como resobado en la cinta de aventuras más básica y tópica.

Y es una pena, porque "Valerian y la ciudad de los mil planetas" cuenta con geniales conceptos y con una puesta en escena soberbia. Pero no sabe sacarle el jugo con astucia e inspiración como otros films de lances detectivescos maridados con fantasía (este film pudo ser una de las entregas más decentes de "Star Wars", "Harry Potter" o la saga de la Tierra Media... pero opta por conformarse como un "Eragon" (2006), un "Percy Jackson" (2010), un "Hermosas criaturas" (2013), un "La casa del reloj en la pared" (2018) o un "Zipi y Zape" (2013)). A ver, no es el horror inconexo y superficial hasta el extremo de "Dragonball Evolution" (2009) o "Aeon Flux" (2005), y logra alzarse unos peldaños por encima de leves patinazos como "City of Ember" (2008) o "Mortal Engines" (2018)... pero mismamente en los años recientes hemos tenido otras someras aventuras fantásticas de palomitas como "Warcraft" (2016), "Hellboy" (2004) o "Ready Player One" (2018) que aportan algo más de dimensiones y cohesión en sus libretos para tornarse en entretenimientos algo más sólidos.

Desde luego a "Valerian y la ciudad de los mil planetas" le falla su guión, a pesar de no ser éste un desastre y de otorgar las dosis necesarias de fluidez para discurrir por sus andanzas con cierta soltura y agilidad (aunque en su último tercio la escasez de materia elaborada hace que los minutos se hagan algo más tediosos y cuesta arriba incluso para el más fan de Besson), le faltan flecos que el largo pedía como agua de mayo. Es esto junto a la patente falta de química de su par protagonista (que nos quiere vender una historia de amor con la que es imposible conectar) el lastre principal de un conjunto que presume de una gran calidad en el resto de sus aspectos.

Pues la imaginería visual que se nos da resulta asombrosa por momentos (ojo que George Lucas tomó referentes de estos cómics galos para su "Star Wars"). El diseño de escenarios es espectacular, el uso de la luz es realmente hermoso, y los efectos visuales son impecables. Esto hace que ciertas secuencias de acción (destaco por supuesto todo lo acaecido en el mercadillo virtual y la persecución de Valerian por la ciudad de los mil planetas a cierta nave) sorprendan para bien a todo amante de la fantasía en el Séptimo Arte. Desde luego el espectáculo descriptivo de todas las criaturas y lugares es tan armonioso como apoteósico. Todo un portento de fastuosidad que logra su objetivo efectista en todo aquel que tenga ojos. Un efecto que se pierde con suma facilidad por culpa del escaso poso y elaboración de su historia. Una lástima, pues Besson maneja la cámara con la naturalidad y pericia que acostumbra (no hay un solo plano académico errado) y el reparto cumple con oficio ante tales papeles (pero ni Clive Owen, ni Dane Dehaan... ni siquiera las modelos/cantantes reconvertidas a actrices (admito que espera algo muchísimo peor de ambas, pero al menos tienen cierta expresividad que ya es algo) Cara Delevingne y Rihanna pueden hacer milagros ante tales papeles).

Al final gracias a su diseño artístico y su ejecución en pantalla "Valerian y la ciudad de los mil planetas" logra compensarse frente a sus carencias y quedarse en una distracción pasajera. Pero solo tolerable para el público más infantil (pues el guión está más al nivel de cualquier telefilm de Disney Channel que de cualquier superproducción de Nolan o Spielberg), los aficionados a los avatares de fantasía y a los muy muy fans de Besson, Dehaan, Delevingne y compañía. El resto no tolerará ni sus primeros minutos.

Lo peor:
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Snake Eyes: El origen
Snake Eyes: El origen (2021)
  • 4,5
    1.955
  • Estados Unidos Robert Schwentke
  • Henry Golding, Andrew Koji, Úrsula Corberó ...
4
Una acción agraciada, una narración argumental patosa. Un combinado más cercano a la saga de "Street Fighter" que a la de "La jungla de cristal".
Spin-Off/secuela/precuela de la saga basada en los muñecos de acción de Hasbro G.I. Joe (con este material de base que no es Shakespeare precisamente, las expectativas nunca serán altas). Tras "G.I. Joe" (2009) y "G.I. Joe: La venganza" (2013), el germano Robert Schwentke nos propone un adentramiento a los orígenes de uno de los juguetes de estos dos equipos (el malvado equipo narcoterrorista Cobra y el heróico grupo capitaneado por Joe Colton, los G.I. Joe): el ninja del título Snake Eyes (Henry Golding).

Este protagonista tiene en este largometraje un comienzo inventado (la descripción del muñeco en cuestión y su devenir por las series de animación, los cómics y los largometrajes siempre ha sido catalogada como "de alto secreto")... aunque eso de decir inventado es un tanto tramposo, pues desde su traumático pasado, desde sus deseos de venganza pasando por sus dilemas morales o su destino final no dejamos de observar un argumento más gastado que los zapatos de baile de Michael Jackson. Claro que un protagonista con traumas del pasado y ansias de hacer justicia puede llevarse a escena de la forma de "Batman Begins" (2005) o de la forma de "Mortal Engines" (2018)... esperen en "Snake Eyes" un tratamiento de su premisa al nivel de la última, realmente básico en la edificación de sus personajes (que no pasan del cliché: malo muy malo (del que se ven venir a la legua sus intenciones), buenos muy buenos, y un par protagonista que se mueve con mayor agilidad por la acción que por sus previsibles, simplones y torpes cambios de lealdades), sin un solo diálogo de cercana madurez y humanidad (ay Nolan, ¡qué nivelazo nos dejaste!), sin aristas de humor natural, sin un solo misterio ilustrado y medido, y sin una investigación detectivesca nivelada y recóndita. Y no es que "Snake Eyes" llegue a caer en la idiotez sin pretenderlo (a ver, supera con creces a engendros como "Dragonball Evolution" (2009), "Robocop 3" (1993) o "Aeon Flux" (2005)) pero no es capaz de aportar astucia en el libreto y ponderación en el progreso narrativo (la cinta cae en la reiteración y la redundancia en su último tercio de forma innecesaria (¿cuantas veces eran necesarias mostrar al protagonista yendo en moto para reunirse con cierta persona?, con una bastaba ya que las demás no aportan nada nuevo. Tampoco eran necesarias, y solo estiran el metraje de forma exasperante, tantas persecuciones automovilísticas. ¿Y qué es eso de que los personajes nativos japoneses hablen entre ellos en un inglés muy chapurreado?)). Esto hace que "Snake Eyes" no llegue a cumplir ni su objetivo de entretenimiento palomitero, aunque se queda a las puertas eso sí. Pues su primer tercio sí posee una fluidez de la trama más atinada y eficiente (a pesar de que lo que nos cuentan lo hemos visto ya y mejor, no deja de resultar un sostén efectivo para su estilosa acción).

Pero es una pena que el guión acabe torpedeando a un conjunto que sí muestra habilidad en su puesta en escena. Robert Schwentke sabe lucirse en la elección de planos (medios en su mayor parte, pero ojo a esa estupenda edición de planos cerrados en la acción y al uso del plano cenital o los paneos) y rueda "Snake Eyes" como si estuviera rodando "Los siete samuráis" (1954) de Akira Kurosawa (sin ese uso del sonido o su falta de él) a pesar de no tener un guión de tal magnitud dramática y simbólica. Esto realza el film, así como la impoluta y sobresaliente cinematografía, la estupenda iluminación (que lo mismo juguetea con gusto con las luces de neón del Tokio nocturno, que amplía la saturación del color en esos imponentes jardines nipones), el óptimo sonido durante los enfrentamientos, el refinado vestuario, las coreografías de combates atrapantes (aunque no lo sean todas, caen bastantes durante el metraje. Destaco el rescate a cierto personaje en el puerto de Los Ángeles, y los duelos con un gran uso de C.G.I. en cierta cueva del clan Arashikage), y el competente (que no excelente) reparto (quienes más se lucen son los secundarios japoneses cargados de oficio, mientras Henry Golding queda galante frente a la pantalla pero cuya expresividad parece haberse quedado aparcada en "Last Christmas" (2019) pues siempre tiene el mismo semblante le ocurra lo que le ocurra).

En fin, "Snake Eyes" se queda con una gran envoltura que, si hubiera tenido un contenido de similar calidad, nos podría haber dado una gran cinta de género de acción (a lo "La jungla de cristal" (1988) y algunas de sus secuelas, a lo "El caso Bourne" (2002) y sus dos secuelas posteriores, a lo "Fast & Furious 5" (2011) a lo "Desperado (1995), a lo "Skyfall" (2012), a lo "Kill Bill Vol. 1" (2003), a lo "Casino Royale" (2006) o a lo "Misión: imposible (1996)) pero "Snake Eyes" se queda a la vacilante altura de "G.I. Joe" (y un peldaño más arriba que "G.I. Joe: la venganza"), "La fría luz del día" (2012), "Misión imposible 2" (2000) o "Quantum of Solace" (2008). Aporta poco sin quedarse en la nada absoluta. Solo recomendable a los aficionados al género de acción (que pasarán un rato más ameno que el resto de la audiencia) y a los muy muy fans de su reparto o de todo el lore de estos juguetes ochenteros. El resto no se pierde nada.

Lo mejor: La iluminación.
Lo peor: El guión
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3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Z-O-M-B-I-E-S 2 (TV)
Z-O-M-B-I-E-S 2 (2020)
TV
  • 4,1
    162
  • Estados Unidos Paul Hoen
  • Meg Donnelly, Milo Manheim, Chandler Kinney ...
3
Tan inocua como su predecesora, pero más dispersa, embarrullada y delavazada.
Continuación del aceptable (pero en ningún caso reseñable, al menos para un público adulto) telefilm musical de Disney Channel orientado principalmente a los niños "ZOMBIES" (2018). El largometraje predecesor contaba con una historia muy estándar (romance entre chica/rica/popular-chico/pobre/marginado) de desarrollo muy básico, pero al menos ofrecía una cohesión argumental realmente efectiva que hacía del visionado una experiencia muy amena para el público infantil... y realmente llevadera para los acompañantes de sofá de mayor edad.

En "ZOMBIES" había un desarrollo argumental sólido y progresivo, en "ZOMBIES 2" la trama es más difusa, se va perdiendo en subtramas que no conducen a nada en claro, va divagando con escenas redundantes que hemos visto unos minutos atrás, y se va dilatando con un estiramiento de la trama que no aporta más que hastío. Los guiones de este tipo de productos made in Disney Channel siempre han sido bastante bobalicones (cuya temática de raíz siempre es la misma de romance/amistad poco probable que lucha contra las trabas y contra la intolerancia: para muestra las sagas de High School Musical, Camp Rock, Los descendientes, "Programa de protección de princesas" (2009), "Starstruck" (2010), "16 deseos" (2010), etc.) pero en alguna ocasión han sabido conducirse por su argumento con una evolución puntual muy agradecida ("¡Salta!" (2007), "Los magos de Waverly Place: vacaciones en el Caribe" (2009) o la "ZOMBIES" culpable de esta obviable secuela). Un esqueleto narrativo que servía de sostén para una puesta en escena lucida en los bailes, entusiasta en su fotografía y bastante certera en su casting.

No es el caso de "ZOMBIES 2" que sufre por culpa de ese libreto más absurdo de lo habitual, tan desordenado y repetitivo, y que cae en el exceso a la hora de dar protagonismo a la comedia tonta de porrazos, caídas y resbalones sin inspiración (esto no es Chaplin, es más Hannah Montana). Con este material literario tan pobre y torpe... el resto de elementos positivos del conjunto quedan ensombrecidos (ya sea el oficio de su joven reparto que muestra la misma desenvoltura en la actuación y los bailes que en la predecesora (sigue destacando Milo Manheim con su destreza en los bailes y el tono de desenfado que imprime a su personaje), ya sea la pericia tras la cámara de Paul Hoen (curtido en estos telemusicales Disney, al menos tiene 5 más en su haber antes de "ZOMBIES 2"), ya sea el correcto diseño de escenarios (de evidente poco presupuesto, pero aprovechado con empeño y distinción), ya sea el diestro uso de la luz (sigue sirviéndose de los tonos fluorescentes), ya sea la pertinente y elegante ejecución de las coreografías (otra cosa es que la música no acompañe y sea deleznable).

Así que tenemos una cinta que no llega a la hora y media, pero que da la impresión de durar el doble para todo público que supere los 10 años de edad. Tan anecdótica y tediosa que solo resulta recomendable al infante más conformista, que a la hora de entretenerse levemente podrá soportarla con cierto nivel de atracción... pero tampoco está hecha para toda esta franja pueril.

Lo mejor: La labor del elenco actoral y el cuerpo de baile.
Lo peor: El guión.
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