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Las noches de Cabiria
Las noches de Cabiria (1957)
  • 8,2
    8.883
  • Italia Federico Fellini
  • Giulietta Masina, François Périer, Amedeo Nazzari ...
9
¡RÍE CABIRIA, RÍE...!
El cine de Fellini es un viaje desde aquel neorrealismo en el que participó hasta su particular universo "surrealista" donde el mundo de la realidad comparte mesa y mantel con el de los sueños. Es la travesía natural de los grandes genios que se hacen más y más íntimos a la vez que van soltando el lastre de los convencionalismos.

Y en la mitad de su periplo, "Las noches de Cabiria", que en realidad son las noches de la "porca miseria" italiana, las noches de los "sin escrúpulos", las noches del pan, amor y fantasía (Comencini y su neorrealismo rosa)- Y en el cenit de todas estas noches, la ingenuidad indecorosamente ingenua, inolvidable Cabiria, inolvidable Giulietta Masina. Aquella inolvidable Gelsomina de La Strada llevando sobre su espalda la misma mochila cargada de sueños.

Y alrededor de este núcleo central se aglutina el personalismo de Fellini, con sus curas, sus tetonas y sus referencias chaplinescas, Con su humor distinto e irreverente. En definitiva, con su particular manera de entender y crear el cine. Fellini por y para su cine. Un cine capaz de conmover una y otra vez la sensibilidad de los espectadores, incluso los culturalmente diversos como prueban los 3 Oscars otorgados a la mejor película extranjera (Las noches de Cabiria, La Stradda y Amarcord).

Probablemente, la excelente música de Rota cree el sortilegio y todas esas noches se conviertan en la noche final, la del desengaño, la de la cruda realidad dándole una bofetada a los sueños, la de la ¿esperanzada o fatalista? sonrisa de Cabiria. Una sonrisa que acalla nuestras "culpabilidades" de mundo cruel.

¡Ríe Cabiria, ríe... !
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16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lazos humanos
Lazos humanos (1945)
  • 7,3
    894
  • Estados Unidos Elia Kazan
  • Dorothy McGuire, James Dunn, Joan Blondell ...
8
UN ARBOL CRECE EN BROOKLYN Y TAMBIÉN EN NOSOTROS...
Un árbol. Brooklyn. Elementos aparentemente contrapuestos, pero enlazados. Lazos ¿humanos? Tal vez. Pero sobre todo, vitales. La vida por encima de la adversidad, Las raíces que volverán a romper el cemento. Esa es la conclusión, el corolario de la opera prima de Kazan basada en una novela “ejemplar” de Betty Smith.

Estos son los poderes sobre los que se asienta la película de Kazan, la inmigración, la pobreza, la frustración y sus gotas de alcoholismo, la madre, la abnegación, el sacrificio, el futuro... Todo ello, mezclado (no agitado) y siempre con las dosis oportunas, que los excesos suelen retraer a los espectadores, ya bastante cargados de problemas.

Y Kazan consigue el equilibrio justo, casi en la cuerda floja, entre alegrías y dramatismos, sin que se pierda un ápice del carácter de los personajes, la madre, el padre, la tía Sissy, la abuela y por supuesto los hijos, especialmente Francie, espectacular Peggy Ann Garner, de quien he oído decir que es la mejor interpretación infantil de la historia. ¡Que fuerte! Yo, mas comedido, afirmo que está entre las mejores. Como magnífico es el trabajo de James Dunn padre ejemplar y hombre entrañable, cuya mejor definición es aquella de que “uno se siente bien yendo a su lado”.

En definitiva, buena película de las que se reponían anualmente en las TVs navideñas estadounidenses y donde aquel árbol talado que impedía tender la ropa, renace de los cementos para crecer en Brooklyn y también en nosotros...
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35 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
San Francisco
San Francisco (1936)
  • 6,9
    1.472
  • Estados Unidos W.S. Van Dyke
  • Clark Gable, Jeanette MacDonald, Spencer Tracy ...
9
CONMUEVE. ¡VAYA SI CONMUEVE...!
¿Qué es lo más destacable de la película? No puedo decírselo. Supongo que dependerá de cada uno de nosotros como espectadores. Yo me quedaría, tal vez, con la interpretación de Clark Gable, actor al que no había valorado demasiado bien en otras películas como Mares de China (1935) pero que aquí demuestra temple y mando como los toreros.

Pero...también me quedaría con Jeanette MacDonald, interesante actriz pero excepcional diva del “bel canto” en un papel a medida dentro de un musical probablemente también a medida.

Pero...también me quedaría con la canción, con ese tema principal de la película que evidentemente ya conocía desde hace muchos años pero que he promocionado hasta el “top-ten” de mi hit parade particular y ahí estoy, tarareándolo en mis peregrinaciones diarias.

Y...también me quedaría con esos efectos especiales, año 1936, no lo olvidemos, que nos transmiten la fuerza, la impotencia y la angustia de aquella catástrofe.

No me hagan elegir. No puedo. Me quedo con la película entera. Con la plena realización de W.S. Van Dyke ( donde colaboraron también el propio Griffith y Eric von Stroheim), con ese puñetazo del curita Tracy que catapultó a Gable, de la lona al estrellato (evidentemente algunos trabajos del rey Gable ayudaron a esta ascensión “estelar”: Pongamos que hablo de Rebelión a bordo o de esta interpretación del seductor magnate del juego Blackie Norton) , con su historia de amor de ni contigo ni sin ti, e incluso con esa San Francisco resurgiendo de sus cenizas gracias a la fe y al trabajo de sus ciudadanos.

Les confesaré algo. Cuando el film sufre ese giro brusco, desde la comedia musical al cine catastrofista, llegué a pensar que la película se resentiría. Y no sucedió así. La dura realidad se impone al vodevil, a la alegría, al music hall y se hace un lugar justo enfrente de los espectadores. Y lo reconozco, conmueve. ¡Vaya si conmueve...!
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14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El rey del juego
El rey del juego (1965)
  • 7,2
    5.548
  • Estados Unidos Norman Jewison
  • Steve McQueen, Edward G. Robinson, Karl Malden ...
8
LA CARTA QUE PUEDE CAMBIAR EL RUMBO DE LA HISTORIA
Dejando atrás este tipo de cuestiones que no conducen a ninguna parte, les diré que mi impresión sobre El rey del juego es que se trata de una excelente película de un buen director al que recordamos igualmente por El violinista en el tejado, Jesucristo Superstar, En el calor de la noche ó El caso de Thomas Crown también con Steve McQueen y que recrea a la perfección tanto el ambiente de New Orleans como el mundo del juego profesional, con sus interminables timbas, sus caras de poker, sus faroles, sus odios y sus venganzas. Todo ello aderezado con el suspense de la partida final y decisiva y de esa última carta que va a cambiar el rumbo de la historia para uno de los dos contendientes.

Es cierto que Jewison incorpora elementos melodramáticos como la insostenible relación matrimonial entre Genius (Malden) y Melba (Margret) o la presión ejercida por el magnate (Rip Torn) sobre el débil Malden amenazando con difundir el oscuro pasado de su cónyuge, incluso transformándolo en cuento infantil con que prologar los felices sueños de sus hijos. Pero todo ello, a mi entender, no resta precisión a la película ni distorsiona su íntimo sentido, la eterna lucha por ser el mejor, el campeón frente al aspirante. En este sentido es significativa la frase de Kid (McQuenn): Quienes jueguen conmigo podrán decir que han jugado con el rey.

Llamar secundarios a Karl Malden y especialmente a Edward G. Robinson es un delito, pero me redimiré diciendo que ambos están soberanos en sus papeles. Steve McQueen, bien sin excesos y en cuanto a las féminas, Joan Blondell (Lady Manitas) está unos cuantos pasos por encima del resto en cuanto a lo de profesionalidad, saber estar y buen hacer, pero Anne Margret seguro que saca los ojos a mas de uno, especialmente en la escena de su presentación haciendo trampas a los rompecabezas y donde lo de menos son las trampas. Por su parte, a Tuesday Weld le van los papeles de niña buena un tanto simple, de las que acaban llevándose el gato al agua.

En resumen, muy buena película, con banda sonora interesante y el lujo de voz de Ray Charles. Como verán muchos pros y pocos contras: Por ejemplo ese toque final sicodélico muy propio de los 60 donde las cartas, ojos y rostros de participantes y espectadores se mezclan en alucinógena espiral de sorpresa por el desenlace me parece una frivolité fuera de tono, en el conjunto del resto de la obra. Resta algunas décimas a la película pero esta sigue siendo francamente buena.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La rosa negra
La rosa negra (1950)
  • 6,1
    744
  • Reino Unido Henry Hathaway
  • Tyrone Power, Orson Welles, Cécile Aubry ...
7
HACIENDO CULTURA
Hathaway es un director que, aunque abarca todos los géneros, podemos decir que se especializó en el cine de aventuras. Cuando en 1950 realiza La rosa negra, ya había dirigido películas como Tres lanceros bengalíes o La jungla en armas. Posteriormente encontramos cintas como Rommel, el zorro del desierto, Arenas de muerte o La conquista del Oeste. Eso sin mencionar la archiconocida Niágara con Marilyn Monroe.

Director prolífico y a tener muy en cuenta, que anda un tanto rodeado de paisajes exóticos y que, en muchos de sus trabajos, hace viajar al espectador a parajes lejanos en los que la aventura es algo consustancial. Léase por ejemplo Catai (China), donde nosotros, cinéfilos empedernidos donde los haya, conseguimos traernos souvenirs en forma de pólvora, de seda, de imprenta o del mismísimo ajedrez para de esa forma ir haciendo cultura universal al propio tiempo que repasamos lecciones olvidadas de la historia de Inglaterra con sus sajones y normandos rivalizando en odios seculares.

De este caldo de cultivo y contando con la colaboración de actores de garantías, especialmente Tyrone Power, Orson Welles y, en menor medida el resto, Hathaway da a luz una interesante y aventurera producción que, al igual que otros trabajos suyos, juega sobre seguro con el interés del público por lo oriental y desconocido, lo cual no desmerece su trabajo sino que revaloriza al propio director en la medida que da al espectador lo que éste demanda.

Es un trabajo interesante. Queda dicho. Pero un tanto light, con esa niña floreciendo a mujer como si estuviese bajo los objetivos del National Geographic o con ese espécimen del ogro-bandido que finalmente acaba siendo una especie de caperucita del bosque. De los recordados bosques de Inglaterra, naturalmente...

Pero eso sí, acabamos sabiendo que los sajones y los normandos eran como Cambridge y Oxford, rivales eternos, y que tanto la seda como la pólvora vinieron de China. ¿Es que eso no cuenta?...
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17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arizona
Arizona (1939)
  • 7,1
    1.393
  • Estados Unidos George Marshall
  • Marlene Dietrich, James Stewart, Irene Hervey ...
9
EL SASTRECILLO VALIENTE O COMO DEJARSE LA PISTOLA EN CASA
Ciudades sin ley extremadamente violentas en la larga historia del western han habido muchas. Desde la típica Dodge City hasta Wichita, pasando por Tombstone o esta Bottleneck. Y detrás de una ciudad violenta siempre hay un pacificador, llámese Wyatt Earp, Wade Hatton o Thomas Jefferson Destry. Lo único que cambia es el diferente grado de violencia que se utilice para contener la violencia. Y en este sentido George Marshall, uno de los tres directores de La conquista del Oeste, hace una apuesta por la razón frente al revolver.

Y lo hace, manejando a su antojo y de forma magistral, los sentimientos del espectador frente al héroe, al que en un principio todos estaríamos dispuestos a calificarlo de pardillo y bonachón si no fuese porque esperamos que la película tenga sorpresa y el “sastrecillo valiente” acabe venciendo al gigante a base de buenas artes. Esta es la tónica general de este tipo de cine sin demasiadas sorpresas y donde se pone verdaderamente difícil que ganen los malos. Pero esa no es la cuestión, lo que verdaderamente importa es la forma como Marshall nos “vende” su planteamiento pacifista y hay que decir que lo hace de forma inconmensurable de la mano del mejor agente comercial que pueda encontrarse para este tipo de papeles en los que el hombre de paja se vuelve mosca cojonera para más de uno, recordemos Caballero sin espada de Kapra. Hablo, claro está de James Stewart.

Y si encima contamos con la presencia impagable de la Marlene de las Marlenes que en el mundo han sido, interpretando ese papel que tan bien se conoce, artista del music hall (El Ángel azul, Morocco, Encubridora) pero que es más, mucho más. Artista completa y sensual donde las haya.

La música acompaña bien y en la voz de la Dietrich mucho mejor una cinta que tal vez no sea una obra maestra pero que nos deja un regusto altamente satisfactorio y donde entre los diálogos encontramos algunas perlas memorables. Calidad contrastada que llevó a este film a ser preservado en el año 1996 en la de la Biblioteca del Congreso junto a otras 24 películas (veinticinco anuales).
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15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acusado a traición
Acusado a traición (1949)
  • 5,8
    226
  • Estados Unidos Richard Fleischer
  • Bill Williams, Barbara Hale, Richard Quine ...
7
EL PALOMO AMNÉSICO
The clay pigeon. Lo de “pigeon” huele a pichón. A palomo, vamos... Y la cosa va de eso, de encontrar un palomo que apechugue con todo y nosotros a lo nuestro. La cosa se pone interesante cuando el palomo, adecuadamente amnésico, intenta localizar a antiguos camaradas del ejercito con los que compartió sufrimientos en un campo de prisioneros japonés, para que le ayuden a clarificar sus confusas ideas y le expliquen porqué toda la US Navy anda detrás de él.

Este es el origen de la intriga. El resto mejor lo ven ustedes. Lo único que quiero comentarles es que la película de Fleischer, en su conjunto, es un interesante trabajo que puede encuadrarse en el género del cine negro, con galones militares en donde, como todo film noir que de tal se precie, no falta la figura del pardillo (ó palomo si lo prefieren) de turno ni la imprescindible vampiresa (en este caso con algún dedo de frente más de lo que suele ser habitual para este tipo de personajes). Les estoy hablando de Bill Williams y Bárbara Hale, actores no demasiado populares, aunque Williams ya participó en el 46 en Hasta el fin del tiempo, aquel trabajo de Dmytryk en la línea (aunque a distancia) de Los mejores años de nuestra vida, haciéndolo bien en un rol difícil de discapacitado. Por su parte Bárbara Hale será siempre recordada por su papel de Della Street, es decir la eficiente secretaria televisiva del abogado entre abogados Perry Mason. Como curiosidad, Bill Williams y Bárbara Hale se casaron en 1946.

En resumen, una entretenida cinta de serie B cuya duración puede calificarse tanto de breve como ajustada. En realidad, es el tiempo suficiente para contar detalladamente una historia interesante. No son precisos más adornos.
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15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los bucaneros
Los bucaneros (1958)
  • 5,9
    424
  • Estados Unidos Anthony Quinn
  • Yul Brynner, Claire Bloom, Charlton Heston ...
6
"NOBLESSE OBLIGE"
La presencia de Charlton Heston, Yul Brynner - sin uno de sus rasgos característicos, la bola de billar - y la dirección de Anthony Quinn, son, a priori, los rasgos más atractivos de esta película de piratas que chamarilean con el botín de sus saqueos y que, cual top manta que se precie, siempre están dispuestos a tirar del cordel, cerrar la saca y levantar el vuelo, ante la llegada de las fuerzas “del orden”.

Este es el panorama que nos encontramos recién iniciada la película. Poco prometedor, debo reconocerlo. Menos mal que la cosa parece tocar fondo y va en una “in-crescendo” mejoría a medida que el metraje avanza, entre conflictos interpirateriles (demasiados capitanes en el mismo gallinero) y sentimientos patrióticos (no hay que olvidar la realidad histórica de la colaboración del pirata Laffitte en la llamada batalla de Nueva Orleans contra las tropas inglesas), así como gotas de humor:

- “Capitán, he perdido la oreja”
- “Para lo que hay que oír”
- “No. Si no es por eso. Es por el pendiente de plata…”

Al acabar, el film deja un buen sabor de boca. Esto si son piratas caballerosos y los demás son Barbanegras del tres al cuarto. Asumiendo sus responsabilidades. “ Noblesse oblige” a la francesa. Por cierto, la presencia de Charles Boyer sigue en paralelo el ritmo “vital” de la película, ridículo al principio y comprometido al final. Buen actor este Boyer, con muchas de cal y algunas de arena. Claire Bloom como chica de la película, hija del gobernador, un tanto anodina, muy al contrario de E.G.Marshall en el papel de su padre y que es siempre un actor de garantías.

Charlton Heston en su papel de General Andrew Jackson, personaje crucial en la historia americana y en la lucha por su independencia nos regala un papel demasiado breve para quienes admiramos su manera de hacer las cosas. Aunque, bien mirado, lo bueno si breve dos veces bueno.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El vaquero y la dama
El vaquero y la dama (1938)
  • 6,2
    280
  • Estados Unidos H.C. Potter
  • Gary Cooper, Merle Oberon, Patsy Kelly ...
7
ENTRETENIDO ENREDO ROMANTICO CON FONDO CLASISTA
H. C. Potter con la colaboración, no acreditada, de Leo McCarey en el guión, nos ofrece una película de esas sin tensiones ni suspenses. Dulce en su enredo y totalmente previsible en su final. Adecuadísima para toda la familia, aunque haya llegado al siglo XXI un tanto pasada de gustos. Y es que los años no pasan en balde, hoy sabemos mas que Lepe, la juventud baila y que nos quiten lo bailao. Y claro, esto de niña rica mona rodeada de ilustres vejestorios sin conocer varón, pues dibuja en nosotros una cierta sonrisa. Y claro, nos ponemos rapidamente de su parte y casi ayudamos a echarle el lazo al largirucho fortachón Gary Cooper, que la niña es buena chica y se merece un buen vaquero a falta del fontanero recomendado por su tio, salido de madre, Hannibal (Harry Davenport).

Comedia de enredo romántico con fondo clasista, algo así como hombre rico, hombre pobre, donde el rico intenta mirar al pobre por encima del hombro, pero éste le sale respondón y acaba dandole una lección de vida y sentimientos. Si. Esa moralina tan frecuente en este tipo de películas y cuya formula, bien equilibrada, acaba funcionando.

Buena actuación de Cooper, al que tanto se le daban bien los papeles de inmutable ante el peligro como los de sencillísimo hombre anónimo (Juan Nadie). No le pongo demasiados peros a Merle Oberon, aunque ha tenido mejores actuaciones (Lo que piensan las mujeres de Lubitsch, por ejemplo) y en cuanto a Davenport, sus primeros compases en la película, baile ridículo incluido, nos ponen seriamente a la defensiva, pero poco a poco nos solidarizamos con el único cuerdo de la familia. ¡Ah!, y Walter Brennan, como siempre, un lujo contar con su presencia.

Hombre, no es que vayan a dejarlo todo para correr a ver esta película, pero si por un casual la ven, pues es probable que acaben pasando un rato entretenido.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rommel llama al Cairo
Rommel llama al Cairo (1959)
  • 6,0
    104
  • Alemania del Oeste (RFA) Wolfgang Schleif
  • Adrian Hoven, Elisabeth Müller, Peter van Eyck ...
7
TODOS QUEDAN EN BUEN LUGAR
Lo que llama la atención de Rommel llama al Cairo es el enfoque dado a la 2ª Guerra Mundial desde la Alemania de mitad de los 50. Es cierto que la figura de Rommel y su condición de gran estratega ha sido, por lo general, bien tratada desde el lado de los vencedores. Tomo la siguiente cita de Wikipedia: “Rommel es recordado frecuentemente no sólo por sus señaladas proezas militares, sino por su caballerosidad con sus adversarios”, y el cine no ha sido ajeno a ello. Tenemos el ejemplo de Rommel el zorro del desierto donde la imagen del mariscal alemán sale bastante favorecida con un cierto toque antihitleriano incluido.

En Rommel llama al Cairo, Wolfgang Schleif nos ofrece una versión patriótica y heroica de los soldados alemanes en labores de espionaje en el propio centro de operaciones del alto mando británico en El Cairo. Tarea complicada máxime después de atravesar 3000 kilómetros de desierto africano. Y entiendo que la propuesta cinematográfica del realizador germano es tan lícita como prudente y comedida. De algún modo todos quedan en buen lugar, Rommel, los espías (uno de ellos, John Eppler, escribió el libro) y las fuerzas británicas por su eficiencia en la resolución del asunto.

He leído algunos comentarios en Internet acerca de un frente común USA-ALEMANIA OCCIDENTAL, en aquellos años, frente al peligro que surgía del frío: El comunismo. Por ello la tolerancia y el respeto incluso en la pantalla grande. Schleif no fue demasiado antiamericano, como Desmond Young (guionista) y Henry Hathaway (director), en El zorro del desierto tampoco hicieron leña del árbol caído, exaltando incluso la figura de Rommel

Por todo ello y siendo cinematográficamente “apolíticos” la película se ve con interés. Y esto en un género tan “trillado” como el bélico, es mucho, muchísimo.
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14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alma en la sombra
Alma en la sombra (1941)
  • 6,5
    253
  • Estados Unidos W.S. Van Dyke
  • Robert Montgomery, Ingrid Bergman, George Sanders ...
7
ENTRE EL SUSPENSE Y LA PSICOPATÍA
La psicología es una de las ramas más complejas de la medicina. Lo digo desde mi posición de profano absoluto en la materia. Por ello, las anormalidades mas disparatadas pueden ser clínicamente posibles. Esa es una de las conclusiones a las que uno llega viendo películas como ésta. Porque la cuestión no estriba únicamente en las desaforadas consecuencias que pueden desencadenar los celos enfermizos sino que además existe otra patología, la de aquellos psicópatas que ven fantasmas donde no los hay y que necesitan estar molestos, intranquilos y por supuesto, celosos.

Esta es la situación en esta interesante película, mezcla de cine de suspense y de psicópatas, muy al estilo de cinematografías reconocidas como la de Hitchcock (Psicosis) ó el propio Fritz Lang (Secreto tras la puerta). No quiero decir con ello que alcance la categoría de estos films emblemáticos, pero sí que anda en línea con este género de personalidades inconfesables, traumas materno-filiales y otras hierbas de similar cariz.

Contar con la presencia de Ingrid Bergman es siempre un lujo. Rodearla de un magnífico actor como George Sanders en una interpretación algo inusual de bueno, bueno y romántico, es otro acierto. Y añadir la presencia de Robert Montgomery, una buena guinda a un pastel estelar más que notable. Todo ello conforma un buen film dirigido, en créditos, por W.S.van Dyke pero en el que colaboraron también Robert B. Sinclair y Richard Thorpe.

La ficción tiene sus reglas del juego que, en ocasiones, se apartan de las realidades convencionales. Por ello, es fácil que la resolución adoptada para darle carpetazo al film atienda más a intereses comerciales y de audiencia que a realidades verosímiles. Veamoslo así. Cine es Cine. Y no le den más vueltas...
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14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pirata Barbanegra
El pirata Barbanegra (1952)
  • 6,2
    1.242
  • Estados Unidos Raoul Walsh
  • Robert Newton, Linda Darnell, Keith Andes ...
5
DESGANA, FALTA DE COMPROMISO O COMO ESPERAR EL AUTOBÚS.
La factoría Walsh, aclamada por productos como Los violentos años 20, Al rojo vivo ó High Sierra, entre otros muchos, dio la de arena con esta incursión en el género de tibias, calaveras, cruceros caribeños, islas del tesoro, cofres del muerto y botellas de ron. Y ello a pesar de las buenas perspectivas cinematográficas del negocio pirateril, con terrores de los mares de la talla de Henry Morgan y del propio Barbanegra, con enclaves insustituibles como Port Royale, con galeones absolutamente espectaculares y, como no podía ser menos, con la obligada presencia de la dama de corazones de aspecto indiano, perfil a la medida de Linda Darnell.

Pero no. A la película parece faltarle compromiso. El de el director con su obra y el de los actores con sus interpretaciones. La impresión que deja es que se trata de un producto realizado por encargo u obligación mas que por voluntad propia, sin creer en el propio proyecto que se está ejecutando. A veces las apariencias engañan pero no creo que este sea el caso. Hay desgana. Hasta el propio William Bendix, al que no vamos a descubrir ahora, con sus muecas y gesticulaciones parece querer romper la mediocridad y ponerle una nota diferente y discordante al tono anestesiante de la película.

Para no pecar de injusto, elevaré por encima del resto, la actuación de Robert Newton en el papel del pirata Barbanegra. Es la excepción que confirma la regla, el esfuerzo profesional frente a la desgana interpretativa. Aprobado también para Irene Ryan como Alvina, la dama de compañía aficionada al ron de melaza. El resto más que actuar parece que están esperando el autobús. Lamentable.

Menos mal que los navíos tienen buena presencia y que tanto galeones como paisajes marítimos salen favorecidos en la foto que si no apaga y vámonos...
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11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al caer la noche
Al caer la noche (2002)
  • 5,4
    1.421
  • Estados Unidos Robby Henson
  • Billy Bob Thornton, Patricia Arquette, Sela Ward ...
3
PERJUDICIAL PARA LA SALUD
Al caer la noche lo que sucede es que todos los gatos se vuelven pardos y algo así me debió suceder para confundir la película de Tourneur con esta, homónima eso sí, pero que en ningún caso se ajusta, a priori, a mis preferencias cinematográficas. No obstante, apechugué con las circunstancias y los hados que no parecían ser demasiado propicios, y me dispuse a ver la película no sin antes exclamar en plan torero ¡Qué Dios reparta suerte!...

Mira que traté de encomendarme a algún santo patrón de esto del cine, pero no di con ninguno apropiado, por lo que mi encomienda la dirigí a Gary Cooper por aquello de “Gary Cooper que estás en los cielos” pero debía estar en algún homenaje o ceremonia de entrega de angelicales premios porque no acusó recibo de mis prédicas. Total que, sin cielo protector, inicié la sesión nocturna con poca confianza y más moral que el Alcoyano.

Y el caso es que la cosa empezó prometiendo, accidente, chica Mona que pasa a mejor vida ¿Asesinato? Parece que sí. Autopsia. Sorpresa, sorpresa. En el carné de identidad pondrá lo que ponga, pero en el Triángulo de las Bermudas seguro que pone otra. A partir de ahí empiezan las tonterías y las risitas cómplices. Las de ellos porque nosotros empezamos a poner cara de mosqueo. La aparición de Patricia Arquette vuelve a ilusionarnos por unos breves momentos, pero con su vuelta a casita, la cosa empieza a tomar tintes de bodrio de políticos en campaña electoral con música de fiestecitas inconfesables y salidas de madre amén de corruptelas políticas.

Cuando vuelve a aparecer Patricia, nuestros ojos vuelven a dar señales de vida. Incluso estamos tentados de subir un poco la nota. Pero la película aún no había terminado. La cosa no quedaba ahí. Faltaba lo mejor. Un final para no contar. Ningún final debe contarse. Pero en este caso además de ser secreto de spoiling es tan perjudicial para la salud mental que no quiero tener responsabilidad alguna en caso de desintegración por risa histérica o similar. Debió declararse huelga de guionistas justo antes de escribir el final. Por ello algún lumbreras se sacó un as de la manga. Un farol, ya lo verán...

Necesito una sesión de rehabilitación. Tal vez esta noche me regale, por tenérmelo merecido La mujer pirata de Jacques Tourneur o algún otro complejo vitamínico parecido.
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7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los espías
Los espías (1928)
  • 7,3
    842
  • Alemania Fritz Lang
  • Rudolf Klein-Rogge, Gerda Maurus, Willy Fritsch ...
9
¿RECUERDAN?: ERA EL AÑO 1928
Escribir un comentario de Espías medianamente decente no es tarea fácil. Este film de Lang del año 28 ha sido punto de referencia obligada en el estudio de otros directores, tal es el caso de Alfred Hitchcock y sus 39 escalones y siendo sincero, en el transcurso de la película hay muchísimos momentos que nos hacen recordar al genial mago del suspense. ¡Que injusticia! ¿Verdad? Debería ser absolutamente al contrario y hacer justicia al excelente modo de hacer cine de Fritz Lang.

Pero sin iniciar odiosas comparaciones entre dos de los más excelsos cineastas mundiales de todos los tiempos, debo declarar que Spione (Espías) es un maravilloso trabajo que conjuga el suspense, la intriga, la acción y el romanticismo con una desbordante imaginación visual muy propia del Lang de aquellos años, con edificios amenazadores, con escaleras bullendo de actividad, con esas expresiones que lo dicen todo sin hablar apenas y siempre con ese toque lang-germánico reconocible.

Maravilloso encuentro de las luces con las sombras en un espectáculo de blancos y negros plenamente cautivador ( recuerden la secuencia donde los policías acompañan a los presos encadenados), y no menos lograda la definición de caracteres, con malos absolutamente perversos, mata-haris con el oficio muy bien aprendido y topos tan irreconocibles como mandan los cánones.

De principio a fin, la película es un ejercicio inmejorable de cómo hacer buen cine. De ello tomaron buena nota cineastas como Hitchcock o el propio Jacques Tourner y hasta en el presente debería seguir incluyéndose en los “deberes” de las escuelas de arte.

Seguro que podrías encontrarle alguna pega. Pero, cuando la encontremos, siempre podremos decir...”Era el año 1928”. Recuerden.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El abanico de Lady Windermere
El abanico de Lady Windermere (1925)
  • 7,2
    594
  • Estados Unidos Ernst Lubitsch
  • Ronald Colman, Irene Rich, May McAvoy ...
8
¿EL TOQUE? : SE ESTÁ GESTANDO
Lubistch es un director cuya categoría cinematográfica está fuera de discusión, sin contar, evidentemente, con aquellos que se complacen en reventarlo todo, solo por el hecho de ser incapaces de comprender ni valorar nada. Digo esto por alguna crítica sin sentido que acabo de leer acerca de su película El abanico de Lady Windermere.

Decir que Lubitsch, en su etapa USA, se vende a los americanos, quienes le dan la fórmula del éxito es manifestar la basta (a propósito con b) cultura de que se dispone. En todo caso la fórmula del éxito se debe a la obra literaria de un escrito irlandés universalmente conocido como fue Oscar Wilde, quien en esta comedia satirizaba la hipócrita moralidad de la sociedad victoriana.

O sea, que va a ser que no. Que los americanos no le vendieron nada a Lubitsch sino al contrario. Este les vendió la vasta (a propósito con v) cultura europea.

Con ello no estoy diciendo que sea la mejor obra de Lubitsch, ni que tenga su famoso toque. Nada de eso. Ahora bien, el director berlinés introduce esos elementos diferenciales y esas pinceladas de humor que poco a poco le van haciendo reconocible para los espectadores. Quienes hayan visto, Las hijas del cervecero (etapa alemana) y especialmente Los peligros del Flirt (etapa americana) comprenderán lo que quiero decir. La escena del hipódromo con sus “visones y cotorras” y sus anteojos está francamente bien conseguida. Lo mismo que los “engaños” en las que no se muestra a alguno de los engañadores. O la diferencia entre las delicadezas de una primera visita a la dama a a quien se desea cortejar y las posteriores visitas habituales.

Es Lubitsch. No hay duda...

¿Y el toque?: Se está gestando...
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15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La conquista del Oeste
La conquista del Oeste (1962)
  • 7,0
    5.809
  • Estados Unidos Henry Hathaway, John Ford ...
  • Carroll Baker, James Stewart, Debbie Reynolds ...
8
¿NO ES EL MEJOR WESTERN DE LA HISTORIA? ¡QUE MÁS DA!
La conquista del Oeste es una muy buena película. Vaya eso por delante. Lo de obras maestras se ha puesto cada vez más difícil entre otras cosas porque a medida que vamos viendo cine y más cine, nos hacemos superexigentes. Pero al Cesar lo que es del Cesar y How the West Was Won cumple con todas nuestras expectativas especialmente si se ve por primera vez hace ya algunos años y en aquel cinerama absolutamente espectacular. Luego me he enterado de sus muchísimas deficiencias, tantas que aparcaron el proyecto. Pero esa es otra historia. La que ahora nos ocupa es la historia del Oeste...

Porque de eso se trata. Del Wild West. Con sus tramperos, sus piratas de río (por cierto con un Lee Van Cleef previo a su etapa Leone aunque con un largo historial “delictivo”), su fiebre del oro, sus esperanzas, sus tahúres, sus indios, el Ponny Express, la guerra civil, el ferrocarril... Todos los elementos que han configurado todos y cada uno de los western que hemos visto, estructurados perfectamente en capítulos unidos a la perfección por los avatares de dos familias, los Prescott y los Rawlings, a su vez entrelazadas entre ellas.

¿Un plantel de actores excesivo? Como decimos por aquí, nunca por mucho trigo fue mal año (en España tenemos refranes para todo) Y encontrarse con todos ellos pues a mi me gustó. Algunos mejor que otros. Evidentemente. Solo voy a citar a una actriz olvidada en el reparto dado por Filmaffinity: la gran Thelma Ritter (¿O es que nadie se acuerda de su candidatura al Oscar a la mejor actriz secundaria por Manos Peligrosas de Samuel Fuller?).

¡Ah! Y la música de Alfred Newman toda una leyenda. Inolvidable. Western y BSO se identifican. Se hacen una sola cosa.

Tres directores de excepción y entre ellos el Ford más genuino. Ese que da importancia a la vida, a la familia y a los sentimientos en las condiciones más adversas, ya sea el trabajo en la mina, la supervivencia de la emigración o, como en este caso, en la guerra de americanos contra americanos. Un Ford que, como es habitual en él, ensalza en su medida justa (es decir las agiganta como se merecen) la figura abnegada de las madres y que no solo filma un concierto de balas sino también una sinfonía de sentimientos.

Acabo con la espectacularidad de una escena que me sobrecogió de joven, la de los búfalos en estampida. Vista en Cinerama me hizo sentir indefenso. Casi debajo de sus pezuñas. Hoy los años y las 625 líneas cambiaron el efecto. Pero aun así... ¡ Chapeau !

¿No es el mejor western de la historia?, ¡Que más da!
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91 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
El juez de la horca
El juez de la horca (1972)
  • 6,7
    3.449
  • Estados Unidos John Huston
  • Paul Newman, Ava Gardner, Jacqueline Bisset ...
8
¡POR TEXAS Y LA SEÑORITA LILI!...
La realidad superando a la ficción. La vida del Juez Roy Bean desbordando la imaginación de Huston. Por lo leído en Wikipedia, este Bean era todo un elemento, con su horca, sus pistolas, su libro de leyes, su saloon. Y me imagino a John Huston estudiando como enfocar la cuestión, si como un western al uso o como un cartoon tipo Warner. Al final se decantó, creo que con acierto, por una especie de semicomic con Correcaminos, predicadores y Osos Yoguis, con canciones de mermelada y te de sasafrás y con agujeros intercorporales en pleno Bob el Malo al que tuvo que disparar por la espalda porque no se dio la vuelta.

Es verdad que en las 2 horas de proyección hay momentos de todos. Desde instantes sublimes:

-” Aquí los linchamientos se producen al amparo de la ley”

- “ Un homicidio plenamente justificado” (tras abatir a tiros a un pistolero que tuvo la osadía de dispararle al poster de la señorita lili)

- “Esta ley queda abolida” (rompiendo la hoja del libro de leyes)


Hasta otros un tanto irregulares, especialmente la parte final con los intereses derivados del petróleo. Demasiado tiroteo, a mi parecer. Lo mejor de la película no está en las balas sinó en las palabras.

Los toques de melodrama son los justos y necesarios para no convertir la película en un vodevil sin sentido. Pero no desvirtúan su calificación como magnífica comedia, con un Paul Newman maestro de actores y una Victoria Principal en su primer papel por el que llegó a estar nominada para el Globo de Oro a la mejor actriz novel.

Del resto de presencias, la de Ava Gardner, breve pero con el estilo y belleza de quien tuvo retuvo.

Reconocimiento en forma de nominacion a los Oscars y Globos de Oro del 73 por sus apartados musicales, aunque la canción sea, a mi criterio, demasiado ñoña y mas apropiada para ser cantada a duo por el oso Yogui y Bubu...

Evidentemente, hay que concluir con esta frase:

¡Por Texas y la señorita Lili!...
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41 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al margen de la vida
Al margen de la vida (1943)
  • 6,5
    327
  • Estados Unidos Julien Duvivier
  • Edward G. Robinson, Charles Boyer, Barbara Stanwyck ...
8
FREUD Y EL LENGUAJE DE LOS SUEÑOS (CINEMATOGRÁFICOS)
No consigo adaptarme del todo a las películas-sketchs. Su oferta suele ser, o bien variaciones sobre un mismo tema, en el mejor de los casos, o reuniones cinematográficas de un grupo de directores para hacer “un trabajito” común, aportando lo que cada uno tiene, de su padre y de su madre.

Los sketchs se asocian con brevedad. Y la brevedad suele dejar demasiados cabos sueltos. Por otra parte, en las diferentes historias también suele haber diferentes calidades, por lo que el conjunto del film acaba perjudicado. Pero Flesh and Fantasy de Duvivier, sin derrochar perfección se salva de esta quema especialmente por dos razones: Por el tema argumental y por sus actores.

El tema argumental, las predicciones y el lenguaje de los sueños, no puede, porque no las tiene, dar respuesta a las preguntas planteadas, de ahí que necesariamente habrán cabos sueltos que los espectadores deberán llenar, cada cual según su condición y forma de pensar. Por otra parte, no es fácil de encontrar un conjunto de actores tan completo en una misma película, en papeles de primer orden y haciéndolo especialmente bien, todos ellos, desde Edward G. Robinson hasta Charles Boyer, pasando por figuras de la talla de nuestra Barbara Stanwyck o mi admiradísimo Thomas Mitchell.

El primero de los sketchs es, con diferencia, el más endeble, con un aire Cenicienta y zapatitos de cristal que sabe demasiado a cuento de hadas y que nos pone en guardia respecto al resto de historias por venir. Pero no, el segundo sketch, quiromancia incluida, consigue crear un clima de suspense y misterio que engancha al espectador y no lo suelta hasta su instante definitivo e impredecible. Probablemente no sea ajeno a tanta calidad la novela base de Oscar Wilde.

El tercer sketch, innecesariamente enlazado con el anterior plantea el fatalismo, o no, de los sueños premonitorios. Las respuestas no son tan sencillas y Duvivier no cierra el tema. Deja la respuesta en el viento. Lo que no está en el viento, todo lo contrario, es la buena interpretación de Charles Boyer a quien nunca consigo encajar en papeles de cartujo como en El jardín de Alá (junto a Marlene Dietrich), pero que está perfectamente reconocible en papeles tipo “bon vivant”. A Barbara Stanwyck le he dado ya tantos laureles que empiezo a repetirme. La brevedad del papel quizás no la permite lucirse como acostumbra, pero aún así lo hace bien.

Por último, me detengo en la fotografía de una pareja de lujo, especialmente Stanley Cortez quien fue el artífice de aquella genialidad foto cinematográfica que fue La noche del cazador de Charles Laughton
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Huida hacia el sol
Huida hacia el sol (1956)
  • 5,8
    402
  • Estados Unidos Roy Boulting
  • Richard Widmark, Trevor Howard, Jane Greer ...
5
DOS EX-NAZIS, AL ESCONDITE INGLÉS
Basada en “The most dangerous game”, novela de Richard Connell (periodista y escritor de relatos cortos, autor también del guión , Oscar incluido, de “Meet John Doe” - Juan Nadie- de Frank Capra), la película no hace honor a una obra de suspense que ya había sido objeto de otras versiones como por ejemplo El Malvado Zaroff.

Floja y, sobre todo, irregular, no cae absolutamente en la mediocridad por la profesionalidad de Richard Widmark y por esas gotas de calidad cinematográfica que deja Trevor Howard. Del resto poco hay que decir. Si lo olvidan pronto tampoco pasa nada. Esto no es El fugitivo ni La caza de Saura. Estos son dos seres extraordinarios, incansables y fuera de lo normal siendo perseguidos sin éxito por toda una jauría de perros salvajes y dos ex nazis jugando al escondite. Ciertamente al escondite inglés.

Lo de inglés quiero resaltarlo por su director, del que he leido cosas interesantes respecto a sus trabajos con su hermano gemelo John. Evidentemente no me estoy refiriendo a esta pelicula pero si a trabajos como Ultimatum, Oscar a la mejor historia del 52 u otros films con Peter Sellers como por ejemplo “I,m all right, Jack”, año 1959, con esa vena satírica inglesa tan atractiva especialmente despues de conocer los trabajos Monty Python.

Probablemente la cosa esté complicada pero trataré de encontrar alguna empresa conjunta de los Boulting en esta línea. No hay mal que por bien no venga...
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14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tarzán de los monos
Tarzán de los monos (1932)
  • 6,7
    21.299
  • Estados Unidos W.S. Van Dyke
  • Johnny Weissmuller, Maureen O'Sullivan, Neil Hamilton ...
7
EL HÉROE NECESITADO
Joseph Losey ponía en boca de Topol (Galileo Galilei): “pobre del país que necesita héroes”. En el contexto oscurantista en el que se integra la frase, puede entenderse y apoyarse esa afirmación. Pero en tiempos de crisis la sociedad necesita esperanzas que le ayuden a seguir manteniendo el tipo. Y tras la depresión bursátil del 29 había que aferrarse a algo. Y el cine colaboró con su oferta de sueños (Kapra) y de héroes (Tarzán). El público sabía bien que la ficción nunca recompondría la realidad, pero necesitaba de los héroes para seguir sobreviviendo.

Por ello la película de van Dyke no es fiel al desarrollo de la novela de Burroughs. No pretende para nada explicar los orígenes de Piel Blanca “Tarzán” ni su adopción por los gorilas ni su señorío sobre los animales de la selva. No parte de cero. Parte del héroe necesitado. El que siempre acude cuando se le necesita. El héroe salvando a los elefantes. El héroe salvando la expedición de los grotescos pigmeos.

Es absolutamente cierto que la película tiene más fallos que una escopeta de feria. Pero respetemos que estamos en 1932 y sobre todo no veamos únicamente lo negativo. Seamos positivos. Valoremos la exhibición física de un gran atleta como Weismuller. Disfrutemos de la belleza y también de una cierta sensualidad, para la época, de Maureen O,Sullivan, actriz un tanto floja pero Jane por excelencia del mundo Lumière. Valoremos el trabajo de un actor como Aubrey Smith. Y sobre todo reconozcamos que aunque la escopeta tenga fallos, hubo que hacer una escopeta, con sus pantallas superpuestas, sus documentales tipo National Geographic, sus hombres-mono, sus trapecios disimulados y para ser totalmente justos, los elefantes eran elefantes de verdad. Eso sí con trasplante orejudo. Pero hasta eso tiene su mérito...
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16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
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