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Críticas ordenadas por:
Historias de Nueva York
Historias de Nueva York (1989)
  • 6,5
    10.344
  • Estados Unidos Martin Scorsese, Francis Ford Coppola ...
  • Nick Nolte, Rosanna Arquette, Steve Buscemi ...
7
Tríptico neoyorquino
Prácticamente, muchas personas disfrutamos de una segunda casa aún sin haber pisado jamás el territorio donde ésta se encuentra. Me estoy refiriendo, claro está, a una metáfora cinematográfica. Y es que son cientos las películas que se han desarrollado dentro de la gran ciudad de Nueva York, lo que produce sobre el espectador una gran familiaridad con ese emblemático enclave y un fundado conocimiento sobre la idiosincrasia del mencionado lugar. Al ser una ciudad abierta, plural y cosmopolita goza de un encanto especial que consigue que cualquier ciudadano del mundo urbano pueda sentirse identificado con alguno de sus aspectos. Tres de los mejores directores de siempre se reúnen en esta interesantísima producción que presenta los particulares puntos de vista de Martin Scorsese, Francis Ford Coppola y Woody Allen, que dirigen cada uno una historia con la intención de reflejar el espíritu y sentido de la ciudad que nunca duerme.

APUNTES AL NATURAL. La primera y la mejor de las tres. Dirigida por Martin Scorsese (“Toro salvaje“, 1980), realizador que tiene mucho recorrido cinematográfico sobre Nueva York, pues gran parte de su filmografía está precisamente rodada entre sus calles, habiendo sido uno de los directores que mejor ha sabido captar en sus trabajos la esencia de esta ciudad. Un magnífico Nick Nolte (“Aflicción“, 1997) y una sensual y muy convincente Rosanna Arquette (“¡Jo, qué noche!“, 1985) encabezan el pequeño plantel de este episodio, que narra el bohemio estilo de vida de un pintor de renombre que debe combinar su difícil relación de convivencia con su bella ayudante, con el hecho de poder presentar su obra en una exposición, dentro del plazo acordado. El personaje de Nolte resulta profundamente inspirador. El arte y el amor no correspondido como protagonistas de una historia que engancha por su contundencia, calidad, escenas poderosas (¡esa a lo Romeo y Julieta…!), mensaje, guión de Richard Price y una dirección que huele a la versión más pura y auténtica de Scorsese. (Nota: 8,0)

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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No mires atrás
No mires atrás (2007)
  • 5,8
    2.227
  • Italia Andrea Molaioli
  • Toni Servillo, Denis Fasolo, Nello Mascia ...
7
"En el agua hay una serpiente que si la miras, te hace dormir para siempre"
Casi cuatro años después de su estreno en el Festival de Venecia llega a las carteleras españolas la primera película realizada por el director italiano Andrea Molaioli (“Il gioiellino”, 2011), un estupendo trabajo de intriga policial y frustraciones internas que espero le sirva de base para poder iniciar el camino de una extensa filmografía. La historia, basada en la novela de Karin Fossum y adaptada por Sandro Petraglia (“Cuando naces… ya no puedes esconderte”, 2005) y Ludovica Rampoldi, se combina con una buena dirección que apuesta por un ritmo narrativo pausado, de voces casi susurrantes y acciones sin apenas sobresaltos, sabiendo fascinar y crear sorpresa desde su plácido tempo. Este hecho se complementa con la fotografía de Ramiro Civita (“Princesas”, 2005), que, desenvolviéndose con muy buena técnica sobre la maravilla de los paisajes ubicados en los alrededores de la ciudad de Udine (Laghi di Fusine, Moggio Udinese, Pontebba, Preone…), no cae en el error de embelesarse con ellos, sabiendo transmitir la paz de su naturaleza y la increíble belleza del lugar sin abusar de este recurso, pues la fuerza del argumento de esta cinta, por sí sola, no necesita en demasía de muchos artificios estéticos.

La trama se sitúa en una pequeña y hermosa localidad rural de los alpes orientales italianos, en la que se investiga el crimen de una joven adolescente encontrada en la orilla del imponente lago del pueblo. El comisario Sanzio (Toni Servillo) dirige las pesquisas en compañía del inspector Lorenzo Siboldi (Fausto Maria Sciarappa) y de Alfredo (Nello Mascia). Los sospechosos van sucediéndose durante el transcurso de esta película, llena de detalles que la hacen novedosa y con el nivel suficiente como para considerarla un aporte distinto y original al género de la intriga contemporánea. Todo en ella huele a una extraña fábula, no sólo por el desarrollo del caso de homicidio, sino por las inquietudes que atormentan a sus protagonistas. Como ya le sucedió a Toni Servillo bajo las órdenes de Paolo Sorrentino en “Las consecuencias del amor” (2004), su personaje, del que poco se sabe en todo momento, destila misterio por todas partes, siendo además de un esmerado y huraño policía que sólo pretende resolver el rompecabezas al que se enfrenta, un hombre de apariencia gris y mirada triste, profundamente preocupado por su hija y su mujer.

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25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conocerás al hombre de tus sueños
Conocerás al hombre de tus sueños (2010)
  • 5,9
    21.644
  • Estados Unidos Woody Allen
  • Josh Brolin, Anthony Hopkins, Naomi Watts ...
7
Amor y desengaño en Londres
Brillan las estrellas, los grillos componen la partitura de la noche y bajo el negro cielo que se dibuja allá arriba, yaces tú, lleno de paz y tranquilidad. No deseas que esta armonía se rompa, y tampoco quieres faltar a tu apasionada cita con el cine. La elección de una película de Woody Allen (“Match Point“, 2005) parece casi obligada. Él siempre te habla de algo, transportándote a través de unas historias que fluyen por la pantalla de manera agradable y fácil de entender, a pesar de la inteligencia con la que están construidas. Bajo el amparo del jazz comienza esta comedia dramática llena de contrastes, que resulta tan vivaz como relajante, tan alocada como lógica y tan divertida como reflexiva. Probablemente no sea su mejor película, pero es una buena película, digna de ver, sentir y disfrutar. Todo en ella encaja perfectamente y se ofrece desde la particular visión de un director sin complejos.

Esta historia de historias tiene como lujoso enclave la ciudad de Londres. Por sus calles transitan toda una serie de personajes que comparten entre sí el hecho de tener una situación romántica inexistente o caótica, con el acecho en el horizonte del divorcio o de las infidelidades. Helena Shebritch (Gemma Jones), de unos 65 años, está separada de Alfie (Anthony Hopkins), y al sentirse invadida por la soledad, recurre a una médium para que le “prediga el futuro”, previo pago por talón o efectivo, y siempre con la compañía de una buena botella de whisky en el centro de la mesa. Alfie por su parte, al verse acorralado por el paso de los años, quiere detener el reloj de la vida y busca a una mujer que le llene de esperanzas, mientras hace footing, ejercicio muscular y se adapta a una dieta sana y equilibrada. La hija de los dos citados, Sally (Naomi Watts) y su marido Roy Channing (Josh Brolin) representan la típica pareja estancada en una aburrida monotonía. Sally trabaja alegremente en una galería de arte para un jefe que le atrae, Greg (Antonio Banderas), mientras que Roy, que ha dejado varios trabajos, intenta estabilizarse teniendo éxito escribiendo una novela. Pero la chica de enfrente, Dia (Freida Pinto), una preciosidad exótica, le quita el sueño…

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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rescate al amanecer
Rescate al amanecer (2006)
  • 6,4
    7.279
  • Estados Unidos Werner Herzog
  • Christian Bale, Steve Zahn, Jeremy Davies ...
7
La jungla es la prisión
La Guerra de Vietnam es uno de los recursos bélicos más utilizados del cine. El macabro atractivo de poder combinar la belleza y el peligro de los paisajes de Vietnam con las arriesgadas operaciones militares a las que deben hacer frente los soldados de ambos bandos, o las ganas de sobrevivir en un territorio en el que desde el primer día todo huele a perdido, son algunos de los alicientes que el espectador puede encontrar en este conflicto bélico, situado después de la Segunda Guerra Mundial como el mejor aliado del género al que pertenece. Werner Herzog realiza su particular aporte con “Rescate al amanecer”, una cinta que revisa los viejos conceptos de la amistad, la supervivencia, la nostalgia y la relación entre los guardias de un campo de prisioneros y sus cautivos (hecho este último que me recuerda a la mítica “El puente sobre el río Kwai”, 1957).

Todo esto se ofrece desde una perspectiva y momento distinto al de otras muchas películas del género. Es el año 1965 y los Estados Unidos aún no han entrado en guerra con Vietnam del Norte. Su misión es realizar operaciones de alto secreto contra objetivos vietnamitas en Laos, hecho que moviliza a escuadrones de aviación hasta el lugar para proceder al bombardeo de los enclaves marcados. Pero uno de los aeroplanos, pilotado por el teniente Dieter Dengler (Christian Bale) cae fruto de los disparos del enemigo. Su rumbo ahora es ninguno y sólo le quedan las enseñanzas aprendidas en el ejército para poder sobrevivir a una telaraña mortal de dimensiones descomunales: la selva de Vietnam, con su infinita vegetación e imponentes montañas. Queda entonces completamente abandonado a su suerte un hombre perdido por el verdoso terreno sobre el que campa, portando como único equipo de supervivencia su propio uniforme, y sintiendo de cerca el aliento de los guerrilleros del Vietcong. A partir de aquí, cualquier pequeña idea o artilugio de apariencia insignificante es lo que puede definir la vida del protagonista.

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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El imperio del sol
El imperio del sol (1987)
  • 7,3
    29.371
  • Estados Unidos Steven Spielberg
  • Christian Bale, John Malkovich, Joe Pantoliano ...
8
La odisea de James Durham
Un generoso guión, una puesta en escena apasionante, una fotografía espléndida, interpretaciones para recordar, ambientación magistral, música repleta de armonía y un desarrollo argumental perfectamente construido. Estas descripciones son parte de los suculentos ingredientes de esta destacada producción ambientada en el período de la II Guerra Mundial y la Segunda Guerra Sino-Japonesa. En ella se mezclan la desesperanza de la guerra, la inocencia de la juventud, la diferencia de clases, la amistad, la confianza, las ganas y la forma de sobrevivir a un conflicto con varios frentes abiertos: el mundo se encontraba ante una de las situaciones más delicadas e importantes de su historia. Steven Spielberg (“La lista de Schindler“, 1993), un director con una más que asegurada capacidad para emocionar, dirige esta bella odisea basada en la auto-biografía homónima del novelista J. G. Ballard, adaptada por Tom Stoppard (“Shakespeare in Love”, 1998). Aunque me decidí a ver esta película por pura casualidad y con un determinado escepticismo, lo cierto es que acabé encantado con el resultado, pudiendo confirmar que “El imperio del sol” es una gran cinta llena de interés, emociones, aventuras y, en definitiva, de muy buen cine.

La trama comienza inmersa en un clima idílico, hermoso, rebosante de paz, manifestado principalmente desde la felicidad de una adinerada familia inglesa asentada en Shanghai. El joven Jim Graham (Christian Bale), apasionado de todo lo relacionado con la aviación e integrante del coro de su escuela, disfruta contemplando el cielo en busca de aviones mientras comenta estos momentos con su padre (Rupert Frazer) o juega alegremente con una bicicleta. La ocupación japonesa en territorio chino romperá la armonía disfrutada hasta el momento, transformándose lo que hasta ahora había sido bienestar, en un caos repleto de confusión, tensión y alboroto que termina salpicando a Jim, quien en compañía de dos extravagantes desconocidos divisará, en el horizonte, la amenaza de la reclusión en un campo de prisioneros bajo mando de los japoneses…

En cualquier película, y más en una ambientada en otra época, es primordial que la dirección artística, de fotografía y de vestuario realicen un buen trabajo para construir definitivamente, junto a la dirección, una atmósfera que te transporte a otro tiempo sin que ningún detalle pueda sacarte de aquel entorno. Aquí, este punto aprueba con una nota muy alta, siendo memorables cualquiera de las escenas rodadas en Shangai, Reino Unido o la mismísima España convertida en China: las marismas del municipio de Trebujena (Cádiz) fueron el escenario escogido por Spielberg (no era la primera vez que el realizador norteamericano usaba nuestro país para rodar sus películas) para filmar parte de la cinta.

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17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contact
Contact (1997)
  • 6,6
    38.548
  • Estados Unidos Robert Zemeckis
  • Jodie Foster, Matthew McConaughey, James Woods ...
8
"Si de verdad estamos solos... cuanto espacio desaprovechado."
No son pocas las perlas que el director, guionista y productor norteamericano Robert Zemeckis ha ido dejando a lo largo de su no muy larga pero sí intensa filmografía. Primero marcó un hito con la célebre trilogía de “Regreso al futuro”. Después, junto a Tom Hanks, labró dos de las historias con más renombre de las últimas dos décadas, “Forrest Gump” (1994) y “Náufrago” (2000), hasta que se decidió a adentrarse en el mundo de la animación con cintas como la adaptación de la hermosa historia de Charles Dickens, “Cuento de navidad” (2009). Antes de llegar a ese punto, y entre otros trabajos realizados, estrenó “Contact”, una gran historia de muy creíble ciencia ficción que adapta la novela escrita por el prestigioso astrónomo Carl Sagan. Los guionistas James V. Hart (“Drácula, de Bram Stoker”, 1992) y Michael Goldenberg son los encargados de ello, conformando un efectivo tándem con el director, que obtiene como resultado unos adictivos 150 minutos que se hacen cortos gracias al entusiasmo con el que se siguen. En cada uno de ellos, todo es calidad técnica, narrativa, interpretativa y argumental, convirtiéndose quien visiona este film en otro de los miembros del equipo de investigación que intenta establecer contacto más allá de las fronteras universales conocidas.

Como se dice en la película, si el Universo es tan grande y sólo la especie humana es la que lo habita desde nuestro maltratado planeta, cuánto espacio desaprovechado. Después de unos brillantes minutos principales en los que se muestra el infinito viaje de las ondas televisivas y/o de radio a través de un espacio cargado de maravillas, la cámara desciende hasta la Tierra para ser testigo de la fascinación que la astronomía produce sobre una joven llamada Ellie (Jena Malone). Junto a su padre (David Morse) se plantea cuestiones acerca de los planetas después de haber disfrutado de uno de sus hobbies favoritos, el de intentar contactar por radio-frecuencia con cualquier otro aficionado de las ondas que se encuentre en algún punto de los Estados Unidos. Pasados los años, Ellie ya es una mujer adulta (encarnada por Jodie Foster) que ha convertido el asombro de su niñez en realidad profesional, dedicándose como científica al estudio de las posibles ondas que puedan transitar por el Universo y que signifiquen un primer contacto histórico con alguna población extraterrestre. Su proyecto, en una delicada situación de descrédito y amenazado continuamente por el asesor científico David Drumlin (Tom Skerritt), deberá sortear un montón de problemas para poder convertirse en algo sólido. La pasión de Ellie, el apoyo de su equipo y su amistad con el conocido reverendo Palmer Joss (Matthew McConaughey) sumarán fuerzas para convertir el sueño en una experiencia real.

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11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Clayton
Michael Clayton (2007)
  • 6,3
    21.909
  • Estados Unidos Tony Gilroy
  • George Clooney, Tom Wilkinson, Tilda Swinton ...
7
"Soy Shiva, el Dios de la muerte"
Primera película como director del que fuera uno de los guionistas de la “saga Bourne”, Tony Gilroy. Precisamente esa es la faceta del realizador que más destaca en la cinta de la que aquí se hace crítica, al haber elaborado un guión estupendo que engancha desde el inicio hasta el fin por lo bien hilvanado del mismo. Desde el argumento parece denunciarse el oscuro poder y la corrupción demostrada desde algunas grandes corporaciones empresariales que parecen vivir en un mundo paralelo desde el que tienen acceso a todo y en el que para sobrevivir hay que maquillar continuamente las apariencias, hacer desaparecer los trapos sucios que puedan comprometer la estabilidad de una empresa o de cualquiera de sus cargos, y otro sinfín de cuestiones que se escapan de mi memoria.

En esta película, la persona encargada de caminar entre los callejones de las corruptelas de despachos y buscar fórmulas para el arreglo discreto de cualquier asunto que complique a alguno de sus jefes, es Michael Clayton (George Clooney). Un siniestro y calmado personaje que trabaja para el poderoso bufete de abogados “Kenner, Bach & Ledeen” aún sin ser letrado, pues su función, como él mismo describe, es la de ser un “solucionador de problemas”. Clayton actúa cual fantasma que sale desde las sombras para convertir los problemas en soluciones, trabajando con el ingenio de un policía y la picaresca de un abogado sin ser ninguna de ambas cosas. Esto lo demostrará mientras se hace cargo de un caso en el que el abogado de prestigio Arthur Edens (Tom Wilkinson) parece sufrir una crisis nerviosa y está poniendo contra las cuerdas a su propio cliente, “U North”, una gigantesca compañía relacionada con una serie de productos agroquímicos que fueron denunciados por ser los causantes de varias muertes debido a la toxicidad de los mismos.

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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tropa de élite 2
Tropa de élite 2 (2010)
  • 7,4
    15.344
  • Brasil José Padilha
  • Wagner Moura, Irandhir Santos, André Ramiro ...
8
Secretario Nascimento
Cuando el talento se lleva grabado a fuego en el interior, los frutos del éxito maduran por la simple inercia de la calidad con la que se desarrolla un trabajo. Así lo demostró -y en esta secuela repite- José Padilha con su aclamada primera entrega de “Tropa de Élite” (2007), en la que se narran no sólo las difíciles experiencias a las que se enfrenta diariamente el Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE) de las fuerzas de seguridad brasileñas (peligrosas incursiones, redadas, operaciones paramilitares…), sino que también se transmite el clima de corrupción que envuelve a diversos cuerpos de policía, y el nivel de delincuencia (el de una “ciudad sin ley”) que se llega a respirar entre las cochambrosas ‘favelas’. En “Tropa de Élite 2” y como bien define su título original, “ahora el enemigo es otro”, y éste se encuentra atrapado por la tela de araña política que se extiende por la historia hasta cobrar un protagonismo superior al que obtuvo en la anterior película.

Ahora, los fusiles semiautomáticos FAL, aunque sigan siendo de vital importancia, ceden más terreno al trabajo de despacho, que es el lugar desde el que se puede asegurar todo el trabajo que el BOPE ha realizado hasta el momento en beneficio de la seguridad civil y contra la corrupción. Pero también es el lugar desde el que se pretende destruirlo, y desde el cual cientos de cargos políticos y policiales estudian la manera de sacar provecho de su autoridad en beneficio propio. Todo esto se ofrece con un realismo descarnado exento de melodramas y repleto de imágenes contundentes en las que se expresa el magnífico guión escrito por el propio José Padilha. Ninguna palabra es gratuita. Ninguna acción se realiza por querer buscar espectacularidad. Todo está desarrollado como una operación del BOPE: milimétricamente. Gracias a esto se consigue que la película mantenga el mismo nivel de fortaleza, interés y calidad durante toda su duración, transmitiendo al espectador una historia que, aunque ficticia, muestra con acierto muchos de los aspectos sociales y políticos de la realidad brasileña.

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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinco días en Saigón
Cinco días en Saigón (2007)
  • 5,8
    434
  • Vietnam Stephane Gauger
  • Cat Ly, The Lu Le, Han Thi Pham ...
7
Soledad, amor y pobreza en Ciudad Ho Chi Minh
Primera incursión en el cine como director, del vietnamita-americano Stephane Gauger, que hasta el momento había desarrollado sus funciones dentro de este arte como guionista, director de fotografía y otros empleos técnicos en diversos cortometrajes y documentales. Con “Cinco días en Saigón” ha sabido construir una historia agradable que tiene la capacidad suficiente para ser hermosa, dibujando algunos momentos de gran belleza e impacto que la benefician considerablemente. Prepara una pequeña lista de historias paralelas para intentar llegar a un punto en el que todas o algunas de estas puedan llegar a cruzarse y dar así rienda suelta a la imaginación del guión escrito por el propio Gauger, que combina el realismo descarnado con el melodrama obligado, teniendo como resultado una buena película cuya fuerza dramática, pese a no alcanzar una cima que llene la pantalla de desesperanza, ofrece diversas experiencias de marcado interés.

Por las calles de Saigón (que hoy es conocida como ciudad de Ho Chi Minh a pesar de permitir el uso popular de la otra denominación) vagan diversas almas en pena. Una solitaria pero bondadosa azafata de vuelo cuyo nombre es Lan (Cat Ly); Hai (The Lu Le), un joven encargado de un zoológico local encerrado en la melancolía que despierta el hecho de haber sido rechazado en matrimonio por la que iba a ser su mujer; y Thuy (Han Thi Pham) una adorable niña pequeña huérfana que se ha escapado desde la fábrica en la que trabajaba bajo las órdenes de su estricto tío Minh (Nguyen Hau). Mientras que la azafata, a pesar de su belleza y definida personalidad, lleva una vida bastante apartada del resto de la sociedad con el deseo de querer encontrar a su príncipe azul entre tanta penumbra, Hai vive con el miedo en el cuerpo de que le arrebaten a lo único que le queda por querer en este mundo: el preciado elefante que ha cuidado desde que nació el animal, y que hoy las autoridades locales pretenden venderlo a un zoo de la India. La pequeña Thuy, aturdida por una vida de “sólo trabajo” en la fábrica de persianas de su tío, recorre en solitario las calles de Saigón con la infante ilusión de hacer su propia vida, mientras vende postales y flores entre los mares de bicicletas que invaden Ho Chi Minh.

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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Invasión a la Tierra
Invasión a la Tierra (2011)
  • 5,0
    15.976
  • Estados Unidos Jonathan Liebesman
  • Aaron Eckhart, Ramon Rodriguez, Will Rothhaar ...
6
Una invasión entretenida | Gent(uza) que vota NO a una crítica sin leerla
“Battle: Los Angeles” (que es su título original y no la denominación tan insípida y de pocas luces que le han endosado en España) ofrece sencillamente lo que promete. Ante un producto como este, que a lo lejos desprende su aroma de típica película de acción fácil y tópicos mil, no podemos entusiasmarnos poniendo nuestras expectativas demasiado altas. Jonathan Liebesman (“The Killing Room”, 2009) construye una pequeña película en clave de simple entretenimiento, beneficiada por el buen nivel que alcanzan algunas de sus escenas y un logrado desarrollo de la acción. No emociona, no hay cabida para la angustia y no cuenta con la estela brillante de un ocurrente guión (siendo correcto y ofreciendo lo mejor de sus líneas en los diálogos más simpáticos entre soldados), pero se deja ver con agrado e interés.

La historia, seguro que nos suena. Cientos de seres extraterrestres invaden la Tierra con intenciones completamente hostiles. Mientras cientos de extraños objetos caen a gran velocidad sobre varios puntos del planeta, el ejército de los Estados Unidos se moviliza en su zona afectada: Los Ángeles. Allí formará parte de un pelotón el sargento Michael Nantz (Aaron Eckhart), quien atormentado por un pasado oscuro deberá dirigir -bajo mando de un joven teniente recién salido de la academia militar- a sus hombres hasta una comisaría en la que se refugian civiles. Pero la misión es contrarreloj, pues el ejército bombardeará las inmediaciones en poco más de tres horas. En el cóctel de todos los géneros que engloba esta película, la realización falla al decidir que los enemigos de los protagonistas sean extraterrestres en lugar de algo más asumible (aunque sea otro tópico del tipo “vienen los rusos”), ya que estos alienígenas no aportan demasiado sentido al argumento: a pesar de su conseguido aspecto, su personalidad está construida a partir de todos los clichés imaginables, y para colmo, el motivo de su invasión se queda en una simple hipótesis.

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19 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jefes (Miniserie de TV)
Jefes (1983)
Miniserie
  • 6,9
    351
  • Estados Unidos Jerry London
  • Charlton Heston, Keith Carradine, Paula Kelly ...
8
Delano
“Jefes” es uno de esos productos de gran nivel que desgraciadamente llevan mucho tiempo en el destierro, esperando que algún buen samaritano lo desempolve de allá de donde se encuentra y lo saque a relucir como realmente se merece. Conducida al abismo del olvido por las grandes distribuidoras, somos los amantes de este tipo de producciones los que tenemos en nuestra mano la oportunidad de dar a conocer esta notable, entretenida y apasionante miniserie de cuatro episodios (200 minutos en total) dirigida por Jerry London, con guión adaptado de Robert W. Lenski, basado en la novela de Stuart Woods.

En ella podremos disfrutar con el desarrollo cronológico de su argumento, que muestra el estilo de vida y el progresivo crecimiento de una ciudad sureña ficticia llamada Delano (Georgia) contada desde las experiencias que el administrador de la villa Hugh Holmes (Charlton Heston), va narrando a medida que se van sucediendo los acontecimientos. La impecable ambientación de la serie nos adentra en una aparente historia común que habla del bien y del mal; del racismo y de aquellos que pretenden abolirlo; de la vocación del trabajo policial y de la corrupción dentro de ese mundo; de alcanzar una meta política desde los principios o desde la manipulación y la mentira. Muchas interesantes vertientes dentro de un guión que tiene como hilo conductor la actividad policial desarrollada por los diversos jefes de policía que va teniendo a lo largo de los años la ciudad de Delano (teóricamente recibe ese nombre en honor a Franklin Delano Roosevelt), rodeados por una intrigante cadena de asesinatos sin resolver, y un considerable nivel de racismo hacia la gente de color entre la población del lugar.


Así, la historia comenzará en el año 1924 con el nombramiento del primer jefe de policía de la ciudad, Will Henry Lee (Wayne Rogers), un reputado y humilde agricultor que encontrará su primer obstáculo en la falta de colaboración del rival que pretendía su cargo, Foxy Fundenburke (Keith Carradine). El tiempo pasa y las generaciones se suceden. Llegamos hasta la segunda mitad de los años 40 (final de la Segunda Guerra Mundial) y el joven héroe de guerra Sonny Butts (Brad Davis) recibe el nombramiento de máximo representante de la policía. A diferencia de su antecesor en el cargo, Sonny es racista y utiliza su empleo más como un objeto del que presumir (placa reluciente, una buena moto para lucirse...) y con el que divertirse, que como una vocación para trabajar por el pueblo. Entonces, Billy Lee (Stephen Collins), hijo de Will Henry, está inmerso en la carrera política, contando con la sensatez del asesoramiento de un Hugh Holmes -obviamente- cada vez más mayor. Llegado el año 1962, Tyler Watts (Billy Dee Williams), un mayor del ejército con una hoja de servicios impecable, recibe el cargo de nuevo jefe de policía de Delano. Un único problema: es negro.

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12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera
Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera (2003)
  • 7,6
    20.679
  • Corea del Sur Kim Ki-duk
  • Oh Young-soo, Kim Ki-duk, Kim Jung-yeong ...
7
Enseñanzas budistas desde el pequeño templo del lago
Reconfortante obra del director surcoreano Kim Ki-Duk (“Hierro 3“, 2004), que aporta otra pequeña pero necesaria y agradecida pieza cinematográfica a la corriente del budismo en este arte, que empezó a hacerse notar a principios de la década de los 2000. Esta es una historia de historias, relatos espirituales, enseñanzas, símbolos, metáforas y una ventana hacia la realidad de nuestras vidas, abierta desde una perspectiva sencilla y natural, basada en los principios de la religión budista. La realización logra, meritoriamente, captar algunas imágenes de gran belleza y calidad, a pesar de la empobrecida técnica de una cámara que se acerca más al estilo de los documentales o las series de televisión de otras décadas que al de una producción actual.

Dentro de sus relatos, divididos en las cuatro estaciones del año y el retorno a otro de estos periodos tal y como especifica el propio título de la película, encontramos toda una serie de historias que repasan varios ciclos vitales de diversas personas relacionadas con un pequeño templo situado en medio de un lago que a su vez está rodeado por impresionantes paisajes llenos de paz, belleza y un ambiente propicio para adentrarse correctamente en las prácticas de la meditación. Teniendo como testigo principal al viejo maestro que cuida el templo, interpretado por Yeong-su Oh (“Dong seung“, 2002), los relatos se limitan a exponernos unos hechos que además de pretender enseñar y abrir los ojos a todos los protagonistas de la cinta, transmiten al espectador la sabiduría sobre algunas situaciones que, debido al carácter de esta doctrina (la budista), pueden interpretarse de una forma libre que siempre tenga como finalidad el hecho de hacernos personas cargadas de paz interior, armonía, amor justo hacia nosotros mismos y hacia los demás, a la naturaleza y a todo lo que esta engloba.

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Entrelobos
Entrelobos (2010)
  • 6,3
    7.713
  • España Gerardo Olivares
  • Juan José Ballesta, Sancho Gracia, Manuel Camacho ...
6
Sierra Morena
Entretenido largometraje del realizador Gerardo Olivares (“La gran final”, 2006), quien también firma el guión de la misma. Si bien nos encontramos ante un producto que dentro del cine español resulta novedoso tanto por su sorprendente calidad técnica -visualmente resulta prodigiosa- como por la temática que aborda, esta cinta se deja ver principalmente por su carácter documental sobre unos acontecimientos reales. El problema surge cuando entre tanta belleza natural hay que labrar un argumento que enganche, cree tensión y ofrezca emoción. Nada de esto ocurre si olvidamos las apenas dos o tres escenas que alcanzan este nivel. Toda la película transcurre por un mismo camino, sin sorpresas, sin apenas acción, y con diversas historias que buscan sus minutos dentro de las limitaciones del guión. A pesar de lo dicho, “Entrelobos” es una forma de cine agradable y elegante, que además ayuda a redirigir el rumbo de las producciones españolas, tantas veces asfixiadas por el mal gusto.

La historia nos habla de la vida real de Marcos Rodríguez Pantoja, quien después de sufrir una dura infancia rodeado por un ambiente familiar hostil, acabó vagando por las montañas de Sierra Morena (en la parte correspondiente el norte de Jaén y el sur de Ciudad Real) con la temprana edad de ocho años. Hasta ese lugar llega después de haber sido entregado por su propio padre a Don Honesto, un poderoso señor que a su vez se lo cede, cual objeto, a un cabrero solitario que vive en una cueva. Ese hombre es Atanasio (Sancho Gracia), una persona de carácter reservado e imponente de la que aprenderá todo lo necesario para habitar ese terreno (supervivencia, caza, comprender a los animales…), algo que le resultará indispensable una vez se encuentre completamente sólo entre la naturaleza… y ante los lobos. El problema de esta película es que una vez mostrados estos aspectos (todo el “proceso de aprendizaje” del niño en el bosque), todos ellos se vuelven a repetir, no se sabe si por la fascinación de todo el equipo técnico al rodar estas escenas, o por la inmensidad del vacío que no consigue llenar el guión. Seguramente se preguntarán, ¿tan importante es este dato en una película en la que su personaje, principalmente, reside en completa soledad, rodeado de animales? El protagonista no es el único personaje de esta historia, pues son otros los que aparecen con malévolos fines y en ellos debería pesar la calidad de unos diálogos en condiciones.

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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inland Empire
Inland Empire (2006)
  • 6,4
    12.191
  • Estados Unidos David Lynch
  • Laura Dern, Justin Theroux, Harry Dean Stanton ...
10
Viaje hacia lo más oscuro, indescifrable y brillante de la mente de David Lynch
De igual forma que en numerosas ocasiones nos encontramos ante pinturas y esculturas abstractas de múltiples interpretaciones -en algunos casos es imposible acertar con una consideración-, “Inland Empire” es al cine lo que cualquier otro arte al mundo. Para juzgar este trabajo hace falta, pienso, conocer primero la esencia, el sentido y las intenciones de su director, el personal, brillante y profundo David Lynch. Después, dejarse llevar como una hoja de árbol que es arrastrada por la corriente de un río, buscando la belleza de cada imagen, adentrándose en la aparente sinrazón de sus escenas, estando serenos ante cada uno de sus minutos para poder contemplar, sin ningún tipo de prejuicios, lo que parece ser la obra más personal del realizador norteamericano. Y digo esto, porque aunque anteriormente hayamos podido sentir su verdadero espíritu en un gran número de cintas, es en esta donde la mente de Lynch (quien dirige, escribe, produce, compone la BSO, controla la fotografía junto a Odd Geir Sæther, participa en el departamento artístico, de sonido…) hace y deshace sin importarle lo más mínimo el hecho de que el resultado final pueda llegar a ser tan controvertido que finalmente disponga dos bandos: el de aquellos que la aman, y el de los que la repudian. Sólo quiere ser él mismo y construir la película como una extensión directa de su mente, sus ideas, obsesiones y perfeccionismo bañado en una innegable calidad técnica y artística.

Y lo consigue. Porque cada trazo, cada imagen y cada detalle de este trabajo tiene ese inconfundible y fuerte aroma a Lynch que ha ido fortaleciéndose, película tras película, a lo largo de los años, consiguiendo que el mero hecho de ver una de sus cintas sea algo más que una simple excusa para entretenerse. Su cine, en la mayoría de los casos, es vivir una experiencia inolvidable. Es recorrer un camino lleno de agobios, sentir sensaciones envueltas de una atmósfera que mezcla lo aterrador con lo maravilloso, disfrutar una imagen con todos los sentidos. En la página de Facebook de “Universo David Lynch” leí a una chica (de la cual me reservo citar su nombre ante la posibilidad de que ésta no lo quiera ver aquí publicado) sugerir que para ver los filmes del brillante director del que aquí hablo, se usen auriculares, para sentir más cerca todos los sonidos que tan importantes son en cada película y que tanto determinan el hecho de poder construir un ambiente único que se antoja difícil de ser imitado por nadie. En la muy extraña y perturbadora “Inland Empire”, todo esto es importante, y todo requiere la misma atención y dedicación que el propio Lynch ha mostrado para ejecutar su “partitura visual”.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
My Son, My Son, What Have Ye Done
My Son, My Son, What Have Ye Done (2009)
  • 6,0
    1.165
  • Estados Unidos Werner Herzog
  • Michael Shannon, Willem Dafoe, Chloë Sevigny ...
7
Los flamencos
Inclasificable película dirigida y escrita por Werner Herzog (“Aguirre, la cólera de Dios”, 1972) en colaboración con Herbert Golder, y producida por David Lynch, hecho que garantiza que nos encontramos ante un producto diferente, arriesgado, excéntrico, controvertido y especial, pues el flamante director/productor de “Twin Peaks” (1990) o “Inland Empire” (2007), pocas veces se atreve a respaldar un producto que no lleve el aroma de su sello personal. Apenas dos días después del estreno de “Teniente corrupto” (2009) en el Festival de Venecia, Herzog presentaba su segundo largometraje del año en el mismo evento: “My son, my son, what have ye done”, un atípico y místico relato inspirado en hechos reales sobre el atrincheramiento de un hombre en una casa, después de confirmarse que es el sospechoso de un asesinato en los alrededores de un pueblo cercano a la frontera mexicana.

La historia comienza enfocada desde la perspectiva de dos detectives de homicidios, Hank Havenhurst (Willem Dafoe) y Vargas (Michael Peña), quienes deberán negociar con el asesino, Brad McCullum (Michael Shannon), ante las puertas del domicilio en el que se resguarda el criminal, asegurando tener dos rehenes consigo. Así pues, el agente Hank, en su papel de negociador, deberá estudiar la psicología del sospechoso, hablando además de con el susodicho, con su novia Ingrid (Chloë Sevigny) y con Lee Meyers (Udo Kier), el director de una obra de teatro en la que intervenía como protagonista. El argumento se desarrolla alternando toda una serie de “flashbacks” que retratan las circunstancias que llevaron a Brad McCullum a sufrir un drástico cambio de personalidad, y cómo vivía totalmente controlado por su madre, con el ambiente vivido en el exterior de la casa, rodeada por varias patrullas de policía que esperan la llegada de un equipo SWAT.

La cinta está compuesta por un negrísimo humor que satiriza la radical filosofía de su atormentado y enmadrado personaje principal, envuelto por una locura que le lleva, continuamente, a mostrar lo contradictorio de sus tesis religiosas: cree ser musulmán, mientras se fascina con una canción de música gospel y pide a sus negociadores pizza de chorizo para comer. No quedan claras las intenciones de Herzog en este trabajo, en el que se busca desarrollar una historia aparentemente convencional desde una perspectiva distinta, muy original, con un ambiente gustosamente extraño y con algunas escenas incluidas en el metraje que, si bien se disfrutan por su rareza, resultan absurdas y sin ningún tipo de sentido. Recuerda, en pequeña medida, a la otra cinta que Herzog rodó ese mismo año, el remake (o mejor dicho, versión alternativa) “Teniente corrupto”, película con la que no sólo comparte una fría y seca fotografía, sino también lo disparatado de algunos de sus minutos: algo que, precisamente, define el estilo propio del experimentado realizador alemán.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Réquiem por un sueño
Réquiem por un sueño (2000)
  • 7,8
    122.545
  • Estados Unidos Darren Aronofsky
  • Jared Leto, Jennifer Connelly, Ellen Burstyn ...
7
Pupilas dilatadas
Todos tenemos un sueño, por inalcanzable que éste pueda parecernos. Hay quien piensa en grande y desea una vida ostentosa, llena de lujos y comodidades, grandes coches y un bello palacio en el que poder vivir. Quizás, salir de la miseria en la que está sumido, encontrar al amor de su vida o ver cómo un ser querido mejora, o se estabiliza sin riesgos, de una enfermedad. Otros desean una vida tranquila, sin darle demasiada importancia a lo material, porque se consideran los más ricos del mundo teniendo menos que nadie. Y entre un catálogo infinito de esperanzadores proyectos, hay personas que lo único que sueñan es con tener una vida normal (aún siendo esta, también, deprimente), dejando atrás el caos en el que se ha convertido su día a día, bien por la simple y a veces maldita fuerza del destino o por recoger el fruto sembrado desde la inmadurez, la desesperación y las malas relaciones.

Son personas como los dos principales protagonistas de “Réquiem por un sueño”. Por una parte se encuentra Sara Goldfarb (Ellen Burstyn), señora mayor, viuda, aburrida y sin más ocupaciones que las de estar enganchada a un popular programa de televisión, limpiar y ordenar la misma casa que no comparte con nadie y bajar a sentarse a la calle junto a sus amigas para tomar el sol. Por el otro lado está su hijo Harry (Jared Leto), enganchado a las drogas e inmerso en un mundo que siempre gira alrededor de ellas. Tener el dinero suficiente para poder costearse los chutes diarios es una necesidad. Tener la droga de sobra para, además de consumirla, venderla y de este modo, poder tener asegurado el consumo y, quién sabe si hasta un futuro que ofrezca el dinero necesario para salir de esa vida, es un sueño. Sara y Harry. Madre e hijo. Una sólo quiere romper la monotonía en la que se ha instalado, y disfrutar las mismas ilusiones que pudo vivir años atrás. El otro, junto a su novia Marion Silver (Jennifer Connelly) y su amigo Tyrone C. Love (Marlon Wayans) -ambos también conquistados por la adicción a las drogas- se propone nuevos caminos para salir adelante y promete lo que cualquier yonqui: “vamos a salir de esta”.

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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cabeza borradora
Cabeza borradora (1977)
  • 6,7
    19.992
  • Estados Unidos David Lynch
  • Jack Nance, Charlotte Stewart, Allen Joseph ...
8
Henry Spencer y su fascinante universo personal
Una de las principales cualidades de una buena película es el hecho de saber transmitir sensaciones. David Lynch, desde su primer largometraje, ha conseguido esto gracias a ejecutar desde la construcción de una atmósfera opresora, un espíritu capaz de aislarte por completo del mundo que te rodea durante los minutos que dura su trabajo. En “Cabeza borradora”, Lynch nos acerca a lo más oscuro, solitario y tenebroso de los alrededores de una zona industrial, desde la perspectiva de un miedoso joven llamado Henry Spencer (un excepcional Jack Nance), que tendrá que afrontar las diversas situaciones surgidas desde la neurosis de su afligida novia y el hijo que ha tenido con ésta: un extraño ser de forma indescriptible capaz de producir repulsión y ternura a partes iguales. El resto es pura magia surrealista, el arte de hacer buen cine, de sorprender, ensimismar, aterrar, escapar de nuestros miedos imaginando realidades alternativas y trazar misteriosos lienzos que se quedan almacenados en la retina por la excelencia de su calidad.

Como en prácticamente todas las producciones de Lynch, la interpretación del mensaje desemboca en varias vertientes, quedando siempre el espectador como una pieza más del engranaje de la trama. En el que sería el primer largometraje de este realizador se notan unas formas estupendas y una admirable fijación en lo perfecto, pues la obra no deja vacíos, defectos, elementos que sobren o deban ser mejorados: es, en su totalidad, una gran película que absorbe, fascina y atosiga en el buen sentido, construyendo un universo propio de cuyo rey es Jack Nance, con todo ese recital expresivo que tanto me recuerda a su enternecedor personaje de “Twin Peaks”, Pete.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Torrente 4: Lethal Crisis (Crisis Letal)
Torrente 4: Lethal Crisis (Crisis Letal) (2011)
  • 4,2
    36.263
  • España Santiago Segura
  • Santiago Segura, Kiko Rivera, Tony Leblanc ...
4
Refrito de tomate
Es la lluviosa noche del viernes 11 de Marzo de 2011, y me encuentro ante las puertas del panteón cinéfilo que Kinépolis tiene instalado en la Ciudad de la Imagen (Pozuelo de Alarcón, Madrid). Al entrar, la vista se detiene inevitablemente en los gigantescos ríos de personas que hacen cola para sacar sus entradas de “Torrente 4: Lethal Crisis”, que desembocarían en toda una serie de salas adaptadas para el visionado de la película, tanto en formato digital como en 3D. Al entrar a la sala 15, se respira un ambiente ameno, divertido, con un buen puñado de centenares de personas riendo, recordando las anteriores películas del policía más puerco de España y poniendo, al parecer, sus expectativas demasiado altas para esta cinta. Este hecho contrastaría con la reacción del público (lleno hasta la bandera) al aparecer los créditos finales: un contundente silencio que retrataba la decepción, indiferencia o estupor que ha causado la última de las entregas escritas, dirigidas y protagonizadas por Santiago Segura.

Personalmente, yo -fiel seguidor de esta saga- entré al recinto con mucha cautela, pues ni el numeroso reparto ni el medio tráiler que vi sobre el film, me abrieron demasiado el apetito “torrentiano”, algo que me sirvió para que el nivel de frustración fuese mucho menor que el de algunos entusiasmados asistentes. El personaje de Torrente, con todos los defectos o adjetivos que queramos dedicarle, ha sido siempre varios activos que no se han visto en esta nueva película. Ha sido la sorpresa de dar la nota en alguna parte, de parodiar -al extremo- situaciones que a muchos españoles nos hacen gracia, de rodearse de emblemáticos ayudantes (Javier Cámara, Gabino Diego, José Mota) y memorables villanos, de usar la acción sólo en casos “in extremis”, de darse la vuelta en un bar para pedir cambio al camarero y que una vieja se le adelante y le “robe” la especial de la tragaperras...

Ninguna de estas cosas se han podido repetir en esta hiper-promocionada película, que ha abusado sobremanera de las escenas de acción (peleas, persecuciones...) y una lista interminable de cameos, en detrimento de un guión que sólo ha dejado tras de sí una pobre estela de chascarrillos ya conocidos (“¿nos hacemos unas pajillas?”) y otros que pasan ante nuestros ojos sin pena ni gloria.

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41 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Domingo de carnaval
Domingo de carnaval (1945)
  • 6,6
    1.118
  • España Edgar Neville
  • Conchita Montes, Fernando Fernán Gómez, Guillermo Marín ...
7
Rastro de Madrid
Completa, amena, bien narrada e interesante película de intriga bañada en comedia, dirigida por el madrileño Edgar Neville (“El último caballo”, 1950), IV Conde de Berlanga del Duero, director de cine además de pintor, escritor y autor teatral. La obra, además de un divertido entretenimiento, constituye un agradecido y documentalista retrato sobre una pequeña parte de la cultura popular castiza, siendo el histórico Rastro de Madrid (mercado nacido aproximadamente en 1740) el escenario privilegiado de la detectivesca trama escrita por el propio realizador.

¿Y qué se investiga? La muerte de una vieja prestamista que ha sido hallada cadáver por uno de sus vecinos y el sereno de la zona. Después de que ambos saquen simpáticas pero fundadas conclusiones sobre la muerta, cual personas aburridas que juegan a ser reputados detectives, deciden poner el caso en conocimiento de la policía. La investigación cae sobre las manos de Matías (Fernando Fernán-Gómez), un aplicado agente que deberá enfrentarse a su trabajo más importante. No pondrá reparos a la inestimable colaboración que le brindará el vecino que encontró el cuerpo, haciendo éste las veces de Watson (aunque por su orondo aspecto se parezca más a Sancho Panza) ante Sherlock Holmes, acompañando al policía durante prácticamente todas sus pesquisas, pudiendo aportar libremente sus conclusiones. Para complicar las cosas, aparece Nieves (Conchita Martín), la bella hija de uno de los acusados durante la investigación, que está dispuesta a demostrar a cualquier precio la inocencia de su padre, haciendo brotar esto un choque (digerido por el policía con suma tranquilidad) entre ella y el agente que investiga el caso.

La película se sigue con mucho interés gracias a una diligente dirección que ha sabido combinar la realidad social del momento, con una lograda trama de intriga y un gracioso y picaresco toque de humor que aumenta, aún más si cabe, la comodidad con la que se visiona el film. El nivel de misterio parece pasar a un segundo plano, siendo el mayor aliciente de esta cinta su forma de contar las cosas, los cotidianos y animados enredos que surgen y la relación entre sus personajes. Las interpretaciones, copadas por un buen Fernando Fernán-Gómez (“El viaje a ninguna parte“, 1986) y una vivaracha Conchita Montes (“La vida en un hilo“, 1945), completan el agradable resultado que consigue esta historia de crimen durante un domingo de carnavales en la ciudad de Madrid.
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Twin Peaks (Serie de TV)
Twin Peaks (1990)
Serie
  • 7,9
    48.717
  • Estados Unidos David Lynch (Creador), Mark Frost (Creador) ...
  • Kyle MacLachlan, Lara Flynn Boyle, Michael Ontkean ...
10
El habitante del umbral
Una de las más bellas melodías creadas jamás para una serie de televisión abre los fantásticos créditos de inicio de esta fabulosa producción de intriga bañada en surrealismo, atrapada por una atmósfera que se convierte en especial por lo misterioso y enigmático de la misma, y que delata el lugar en el que nos encontramos: es Twin Peaks, un pequeño y apacible pueblo maderero, consternado por la trágica muerte de la joven que daría paso a una de las preguntas más populares de toda la extensión televisiva: ¿quién mató a Laura Palmer?. Todos parecen desconcertados y aturdidos ante el asesinato de una chica feliz, amistosa, popular e hija de una buena familia. Para investigar su asesinato, la oficina del Sheriff, dirigida por Harry S. Truman (Michael Ontkean: “Su otro amor“, 1982), que comparte nombre con el trigésimo tercer presidente de los Estados Unidos, inicia sus pesquisas a la espera de la llegada del personaje más emblemático de la serie: el agente especial del FBI, Dale Cooper (Kyle MacLachlan: “Terciopelo azul“, 1986), cuyo apellido (y cuidado aspecto) parece otro de los muchos guiños que en esta serie hace Lynch a ese cine que tan bien sabe hacer.

Sorprende cómo David Lynch (“Corazón salvaje“, 1990) pudo convertir la vida de esa alegre localidad rural en uno de los lugares más indescifrables y recónditos del universo. No es sólo el nivel de suspense al que se eleva esta producción debido al célebre asesinato de Laura Palmer, sino todo en general: un gesto, una mirada, un detalle o cualquiera de los muchos personajes peculiares que, con sus ambiciones y temores, recorren el pueblo acompañados por sus secretos y una agridulce felicidad. Resulta curiosa la magnífica relación existente entre la oficina del Sheriff y la oficina del FBI. Lejos de los estereotipos acostumbrados, en Twin Peaks ambos cuerpos colaboran de una forma que va más allá de la mera cordialidad, sentando las bases de la amistad y del afecto más verdadero. Veinte años después del estreno de la serie, las historias vertidas desde su argumento no han parecido envejecer demasiado: a pesar de los aspectos estéticos desfasados de algunos de sus personajes, la excelencia (salvo las excepciones de las prescindibles subtramas correspondientes a Nadine o la relación cuasi-infantil del ayudante del Sheriff con Lucy Moran) de su atemporal guión hace de “Twin Peaks” una merecida serie de culto, llena de enseñanzas, dilemas morales y confianza o esperanza en los seres humanos.

Qué grato resulta ver al bueno del metódico, didáctico y admirable agente especial del FBI Dale Cooper, apasionado de la filosofía tibetana, tomarse su preciado café con una sonrisa de oreja a oreja, mientras la persona que tiene enfrente, sea quien sea, le devuelve el mismo nivel de amabilidad. O el siempre risueño y agradable Sheriff Truman.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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33 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
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