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Voto de Sandro Fiorito:
8
Drama. Aventuras. Bélico Cuando, en diciembre de 1941, el ejército japonés ocupa Shanghai, la privilegiada vida de James Graham, un niño inglés de clase alta, toca a su fin. Es separado de sus padres y confinado en un campo de concentración próximo a un aeropuerto militar chino. En un ambiente dominado por la tristeza y la miseria se verá obligado a madurar prematuramente, y eso condicionará su visión del mundo. (FILMAFFINITY)
16 de abril de 2011
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un generoso guión, una puesta en escena apasionante, una fotografía espléndida, interpretaciones para recordar, ambientación magistral, música repleta de armonía y un desarrollo argumental perfectamente construido. Estas descripciones son parte de los suculentos ingredientes de esta destacada producción ambientada en el período de la II Guerra Mundial y la Segunda Guerra Sino-Japonesa. En ella se mezclan la desesperanza de la guerra, la inocencia de la juventud, la diferencia de clases, la amistad, la confianza, las ganas y la forma de sobrevivir a un conflicto con varios frentes abiertos: el mundo se encontraba ante una de las situaciones más delicadas e importantes de su historia. Steven Spielberg (“La lista de Schindler“, 1993), un director con una más que asegurada capacidad para emocionar, dirige esta bella odisea basada en la auto-biografía homónima del novelista J. G. Ballard, adaptada por Tom Stoppard (“Shakespeare in Love”, 1998). Aunque me decidí a ver esta película por pura casualidad y con un determinado escepticismo, lo cierto es que acabé encantado con el resultado, pudiendo confirmar que “El imperio del sol” es una gran cinta llena de interés, emociones, aventuras y, en definitiva, de muy buen cine.

La trama comienza inmersa en un clima idílico, hermoso, rebosante de paz, manifestado principalmente desde la felicidad de una adinerada familia inglesa asentada en Shanghai. El joven Jim Graham (Christian Bale), apasionado de todo lo relacionado con la aviación e integrante del coro de su escuela, disfruta contemplando el cielo en busca de aviones mientras comenta estos momentos con su padre (Rupert Frazer) o juega alegremente con una bicicleta. La ocupación japonesa en territorio chino romperá la armonía disfrutada hasta el momento, transformándose lo que hasta ahora había sido bienestar, en un caos repleto de confusión, tensión y alboroto que termina salpicando a Jim, quien en compañía de dos extravagantes desconocidos divisará, en el horizonte, la amenaza de la reclusión en un campo de prisioneros bajo mando de los japoneses…

En cualquier película, y más en una ambientada en otra época, es primordial que la dirección artística, de fotografía y de vestuario realicen un buen trabajo para construir definitivamente, junto a la dirección, una atmósfera que te transporte a otro tiempo sin que ningún detalle pueda sacarte de aquel entorno. Aquí, este punto aprueba con una nota muy alta, siendo memorables cualquiera de las escenas rodadas en Shangai, Reino Unido o la mismísima España convertida en China: las marismas del municipio de Trebujena (Cádiz) fueron el escenario escogido por Spielberg (no era la primera vez que el realizador norteamericano usaba nuestro país para rodar sus películas) para filmar parte de la cinta.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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