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Críticas ordenadas por:
El espinazo del diablo
El espinazo del diablo (2001)
  • 6,2
    22.738
  • España Guillermo del Toro
  • Marisa Paredes, Eduardo Noriega, Federico Luppi ...
6
Mítica
Recuerdo el trailer de El espinazo del diablo, con esa bomba cayendo y esas imágenes oscuras que ya de por sí daban canguelo. Una película que prometía mucho y que se quedó un poco entre dos aguas.

Guillermo del Toro, avalado por Cronos (película considerada por muchos como una pequeña joya), hacía su primera aparición el cine español con una película que despertó mucho interés. Una película de miedo dentro de la posguerra española que parecía no querer renunciar a ninguno de los dos temas que abordaba abiertamente. No obstante, del Toro se queda a mitad de camino en ambas. El segundo frente abierto se huele gracias a una ambientación que yo, personalmente, calificaría de inmejorable a nivel de color y decorados, pero se diluye un poco en el momento en el que el director se centra más en el terror que en el contenido social. Lo bueno es que, cuando del Toro se pone a dar miedo, lo consigue a base de bien. La película no tira de sustos fáciles, sino que opta por el terror que viene de la situación de una historia de la que sabemos poco, con la incertidumbre que eso conlleva. Podemos sentir miedo al ver, de lejos, cosas que no deberían estar ahí y en eso el director mexicano da en el clavo. No obstante, como digo, las partes en las que debería ir la historia potente (en este caso situada en la posguerra), no tienen demasiado que contar más allá de una pequeña trama que sirve de apoyo al resto de la película sin llegar a cuajar en el espectador en ningún momento.

Un Fernando Tielve en estado de gracia protagoniza la parte aterradora de la película. Su miedo y sus ganas de saber qué pasa en ese sitio, son las ganas del espectador. Iñigo Garcés, secundario en la trama "de los niños", también está a un muy buen nivel dentro de un personaje atormentado pero valiente que está construído de forma maravillosa. De los actores mayores, poco que decir. El gran Eduardo Noriega, en plan Tesis, deslumbra en pantalla, sobretodo en la media hora final de película en la que se convierte en verdadero protagonista cuando se juntan las dos historias. Marisa Paredes, fabulosa, como siempre. Su aplomo y su naturalidad en este tipo de papeles son dos cosas que el espectador disfruta casi sin darse cuenta. La guinda la pone el que es, para mí, uno de los mejores actores de habla hispana de la historia: Federico Luppi. Con el argentino se le acaban a cualquiera los adjetivos. Ver a un actor tan veterano en pantalla y que siempre consiga sorprender, que siempre mejore y que siempre se coma las películas, es algo que no tiene precio.
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El dentista
El dentista (1996)
  • 4,6
    1.841
  • Estados Unidos Brian Yuzna
  • Corbin Bernsen, Linda Hoffman, Michael Stadvek ...
4
El padre de Willy Wonka en versión hardcore
El dentista no es una película apta para todos los públicos, eso está más que claro. Contiene escenas macabras capaces de hacer surgir el dolor más profundo en el espectador, pese a encontrarse éste a la otra parte de la pantalla. La película es una obra de culto de Serie B (o Z).

Brian Yuzna dirige la película que haría las delicias de Pedro Piqueras si tuviera que informar de ella, ya que adjetivos como macabra, espeluznante o sobrecogedora, son de los más blandos que pueden utilizarse para definirla. Yuzna centra sus esfuerzos en que el espectador pase un mal rato y lo consigue a base de bien. El problema es que no hay nada más, la verdad. Un dentista dentro de una película gore ya resume lo que nos vamos a encontrar, pero es cierto que algo más de chicha no habría estado mal. El color de la película se acerca más al cine X que a la serie B, con escenas tórridas (la primera de ellas, vista desde los ojos del niño que era cuando la vi por vez primera, era la leche) que hacen que el espectador piense cuándo se van a poner a trincar la china y el dentista sádico.

Corbin Bernsen protagoniza la película de forma espantosa. Es de rigor reconocer que su personaje es calamitoso y que no tiene absolutamente ninguna capa oculta, comenzando como un psicópata en potencia que se convierte en uno muy macabro en cuestión de minutos. Bajo ese papel se mueve un Bernsen que parece disfrutar del personaje, lo que choca totalmente con su papel, que no es otro que el de un hombre enfermo que no disfruta con nada que no sea la mutilación bucal y que el resto del tiempo sufre por sus obsesiones y sus delirios. Solamente hay que echar un vistazo por encima de la filmografía de Bernsen para ver que el cine no es lo suyo. La guapa Linda Hoffman está a un nivel similar, aunque su aparición es más bien testimonial, ya que es testigo de la erección del chico de la piscina y es testigo, también, de la primera locura del buen doctor. El mítico Ken Foree, habitual en estas películas de bajo presupuesto, tampoco se salva de la quema de un reparto del que solamente cabe destacar la presencia del entonces desconocido Mark Ruffalo.

Resumiendo, que es gerundio: película gore que podrán ver los amantes del género y que hará que el resto del público se levante de su asiento antes de llegar al minuto 15. Mucho peor que la mayoría de películas similares, pero tiene algo especial. Tal vez sea que me impactó mucho de pequeño, qué se yo...
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casanova
Casanova (2005)
  • 5,3
    8.966
  • Estados Unidos Lasse Hallström
  • Heath Ledger, Jeremy Irons, Lena Olin ...
6
En vías de extinción
Casanova es una película de las que se ven pocas hoy en día. Una producción de época que no busca asombrar, sino que se queda en una historia ligera de esas que el cine, inconscientemente, parece querer decirnos que casi no sucedían por aquel entonces.

Lasse Hallström es un director irregular. Es capaz de dirigir la preciosa Hachiko y después cagarla con la más que prescindible Querido John, por poner los ejemplos más recientes (aunque sus dos películas más conocidas son ¿A quién ama Gilbert Grape? y Chocolat). Un director un tanto irregular, por tanto. Aquí, Hallström tiene un muy buen diseño de producción sobre el que trabajar y un guion ligero pero intenso en el que la picardía de Giacomo Casanova da mucho juego y lo aprovecha para contarnos una historia divertida en la que el engaño es el eje sobre el que gira todo lo demás. El director sueco organiza bien las escenas para que todo tenga sentido y no se noten en exceso los agujeros del guion, restando importancia a todas las situaciones para no pasar de lo gracioso a lo grotesco. La cuidada fotografía de Oliver Stapleton da el toque de color que la película necesita para demostrar que, pese a no ser la clásica película de época, no renuncia a estar bien hecha. La banda sonora contribuye a ambientar con detalles la Venecia del siglo XVIII y está metida a tiempo y con cuidado para acompañar el ritmo narrativo.

El tristemente desaparecido Heath Ledger, tras su rotundo éxito en Brokeback Mountain, protagoniza Casanova diciendo al mundo que su talento no es fruto de la casualidad. Una interpretación completa pero sin alardes, muy acorde a la producción. La polifacética Sienna Miller está estupenda en un personaje complicado, muy femenino pero con valores que en aquella época se atribuian a los hombres y que Miller interpreta con fe y de forma poderosa. Jeremy Irons da a su personaje lo necesario para ser tan cómico como temido, en otra gran interpretación del enorme actor. Lena Olin, actriz sueca a la que el quirófano ha convertido en inmortal, está realmente bien, al igual que un Charlie Cox en estado de gracia. Oliver Platt y Omid Djalili ponen el toque de humor sin reparo a la película.

Resumiendo, que es gerundio: Casanova no es el típico dramón de época que tanto gusta para optar a diversos premios, sino que nos cuenta una versión más ligera de la historia del rompecorazones más famoso de la historia. Divertida, colorista, acertada y, sobretodo, muy entretenida. No hace falta más.
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Leyenda urbana
Leyenda urbana (1998)
  • 4,5
    10.818
  • Estados Unidos Jamie Blanks
  • Jared Leto, Alicia Witt, Rebecca Gayheart ...
3
Otra hija bastarda de Scream
Tras el rotundo éxito de Scream en 1996, se estrenó Sé lo que hicisteis el último verano en 1997 y, en 1998, llegó Leyenda urbana. Dos hijas bastardas de la gran película de Wes Craven que se subieron al carro de lo que algunos consideran como la segunda edad dorada del cine slasher.

Jamie Blanks había dirigido un corto y una película poco distribuída (Phage) hasta que llegó Leyenda urbana. Columbia Pictures buscó repetir la fórmula de Scream con Sé lo que hicisteis el último verano y volvió a hacerlo con Leyenda urbana. Ambas películas fueron éxitos relativos entre el público joven, aunque los amantes del género se sintieron altamente defraudados. ¿Por qué? Pues en el caso de Leyenda urbana, se explica diciendo que es una película terriblemente absurda. Los asesinatos tienen una ejecución más que aceptable, pero la preparación de dichas escenas es un descalabro sin sentido alguno. El director Jamie Blanks parece no entender que el hecho de que algo no esté en pantalla, no significa que esté fuera del campo de visión de los personajes y mucho menos que, de repente, desaparezca. Por poner un ejemplo, podría remitirme a la escena del decano en el parking, donde cierto personaje desaparece y otro aparece... así, sin más. La película utiliza todos los clichés, como las tormentas o las personalidades de los personajes y acaba cayendo en el más habitual de los errores de las películas slasher: que al final todo tiene que ser explicado y que una excusa chorra que no tenga relación con lo sucedido en la película no satisface a nadie. Porque no tiene sentido alguno, coño...

Alicia Witt protagoniza la película con más interés que buenas maneras. No hace un gran trabajo y, sin embargo, es la mejor del reparto junto a Jared Leto, cuyo personaje lineal le brinda en bandeja una oportunidad de lujo para contruirlo a su antojo. Rebecca Gayheart, espantosa. Mal durante toda la película y terriblemente desastrosa en el tramo final, donde se cree la protagonista y cree que puede demostrar un talento que no tiene. Loretta Devine está correcta en un papel que parece irle perfecto. Tara Reid, más allá de hacer que el espectador no pueda apartar la mirada de esos enormes ojos azules (salvo para admirar el resto de sus encantos) aporta más bien poco en un papel al que está acostumbrada: el secundario de una película fracasada. Robert Englund aparece por ser Freddy Krueger y no tiene ningún trabajo.

Resumiendo, que es gerundio: intento de aprovechar la fórmula de moda del momento, que era el slasher, que se convierte en un rotundo fracaso. Con una fotografía salvable y una pareja principal aceptable, se mantiene a flote durante casi una hora pero queda en ridículo cuando tiene que empezar a dar unas respuestas que no tiene.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El apartamento
El apartamento (1960)
  • 8,4
    82.554
  • Estados Unidos Billy Wilder
  • Jack Lemmon, Shirley MacLaine, Fred MacMurray ...
9
Como la vida misma
Decir que El apartamento es una de las mejores películas de uno de los mejores directores de la historia del cine es aval más que suficiente para presentarla. Simple y compleja, está llena de excesos camuflados entre la cotidianidad de dos vidas grises.

Billy Wilder dirige una de sus películas más completas. Con su característico estilo en el que la acción en pantalla no se separa nunca del argumento principal, Wilder nos cuenta la historia de un pobre diablo que representa fielmente esa situación tan clásica de perder la dignidad para buscar un bien que se supone más preciado. Billy Wilder va transformando al protagonista poco a poco, haciendo que se dé cuenta de que en realidad, lo que más echa de menos, es lo que siempre ha tenido. Ese es un argumento que se utiliza hoy día en un gran porcentaje de películas de forma chiclosa, pero que el magnífico cineasta polaco supo contar aquí como pocas veces se ha hecho. Wilder se basa en el realismo de sus personajes para plantear la situación sin recurrir al sentimentalismo barato. Su labor se sustenta en plantear situaciones creíbles por muy exageradas que sean y en dejar que los personajes actúen en función de la personalidad perfectamente definida de la que están dotados. Así pues, tenemos a un protagonista que vende su vida porque no tiene nada por lo que luchar, pero que es capaz de rebelarse contra sus jefes con tal de defender aquello que, por casualidades de la vida, ha caído en sus manos: la importancia de los valores de uno mismo.

Jack Lemmon está estupendo, como siempre. En aquella época, había grandes actores en el cine que eran famosos por su escandalosa teatralidad (bien llevada), pero Jack Lemmon era un actor de cine en todos los sentidos. El soberbio personaje que diseña Wilder, se convierte en toda una realidad de la mano del gran actor. Shirley MacLaine, que encarnaba la belleza más natural, está a la altura de Lemmon. Ambos contruyen una pareja formidable ante las cámaras, con una complicidad que va más allá de las palabras y que se crece gracias a la química de dos personajes que, en cierto modo, son dos caras de la misma moneda. Fred MacMurray sí era un actor más "convencional" en aquel momento, viviendo mucho de su expresividad facial (cercana al cine mudo) y de unos movimientos exagerados que, no obstante, no le hacían caer en la sobreactuación. Aquí, en El apartamento, da buena muestra de ello.

Resumiendo, que es gerundio: El apartamento es una obra fundamental de la filmografía de cualquier cinéfilo y una película imprescindible para todo aquel que quiera entender las bases del séptimo arte. Una película ordenada pero loca, simpática pero cínica, amable pero amarga y, sobretodo, trágica per muy divertida.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Zooloco
Zooloco (2011)
  • 4,2
    4.575
  • Estados Unidos Frank Coraci
  • Kevin James, Rosario Dawson, Leslie Bibb ...
4
Niños, venid, que la peli va a empezar
Zooloco es una película familiar de las que alquilas los domingos por la tarde para ver con tus hijos o, siendo más joven, para ver con tu novia si estáis cansados y os apetece algo ligero o si, simplemente, tenéis resaca.

Frank Coraci es uno de los nombres que tiene Adam Sandler en la página de su agenda dedicada a "amigos metidos en el cine", por lo que no duda en llamarle cuando le necesita. No es un gran director (pese a que Click estaba bastante bien) y eso se nota cuando el espectador ve que se dedica a grabar gags de porrazos y a regalar primeros planos a los digitalizados animales que hacen gracia al principio pero acaban siendo extremadamente repetitivos, todos y cada uno de ellos. El guion está escrito por un porrón de gente, entre la que se encuentra Kevin James, quien también produce, con lo que acaba convirtiéndose en dueño y señor de la película. Dicho guion es de manual, de los que sabes cómo va a acabar desde el primer minuto, con lo que el interés en ese sentido se pierde. Sin embargo, la comedia de porrazos y bailes raros, casa muy bien con James, con lo que no se explica que siendo él quien se encarga de juntarlo todo, prefiera quedarse en semi-comedio casi-romántica en lugar de apostar por el humor escatológico que tanto disgusta a algunos y tanto gusta a otros para, al menos, asegurarse a una parte del público.

Kevin James, como digo, protagoniza la película. Todos conocemos ya al actor gordito y gracioso que hace bien de tipo torpe e inseguro. Aquí es más de lo mismo pero en menor medida. Es torpe, pero no tanto y eso que suele pasar en sus películas (siempre, en algún momento, decide ser "chulo") también se ve aquí aunque tampoco llega a calar por estar metido con calzador. Rosario Dawson, esa mujer con la boca tan grande que podría comerse a sí misma, está al lado de James y la actriz sí está realmente bien. Bien trabajado su papel en la parte alegre tanto como en la parte triste, lo que tampoco es decir mucho ya que los matices aquí no existen y se pasa del todo a la nada en un simple fundido a negro. La guapa Leslie Bibb interpreta un papel que entra en todos los tópicos de estas películas y que cansa un poco, pero aporta cierto encanto que hace a su personaje algo mejor que los que vemos habitualmente.

Resumiendo, que es gerundio: me encantan los simios y al final ni el pequeño mono (al que pone voz Adam Sandler) me hacía gracia. Cuando pasa esto, solo queda mirar a los pequeños de la casa y ver si lo han pasado bien. Si es que sí (seguramente será que sí), la película habrá cumplido lo que prometía.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La piel que habito
La piel que habito (2011)
  • 6,6
    57.576
  • España Pedro Almodóvar
  • Antonio Banderas, Elena Anaya, Marisa Paredes ...
6
No
Estas películas tienen dos públicos claramente diferenciados: el primero es al que, por el motivo que sea, les gusta la película y el segundo (el mayoritario) es el que utiliza expresiones como "fino drama con intensas metáforas" sin saber qué coño significa eso. No hay más. Al resto les parecerá una mierda y lo entiendo perfectamente.

Pedro Almodóvar no ha sido un director convencional en su vida. Su visión del mundo está todavía bajo los efectos de la alimentación en plena movida madrileña y eso le convierte en un genio absurdo (para mí normalmente es más absurdo que genio). Mi opinión sobre el director manchego es que es mejor cuando hace cine social con menos dosis de locura, si queréis saberlo, aunque no niego porque es indiscutible que tiene un talento visual y una capacidad para la puesta en escena fuera de lo común. En la piel que habito, lo único que se salva son un par de escenas potentes y el apartado visual que es una puta maravilla con todas las letras. El resto, intentaré explicarlo de una forma sencilla: ¿alguna vez habéis tenido un sueño y os habéis despertado con una idea interesante en la cabeza? Pues Almodóvar también. Una idea interesante (interesante no significa buena ni inteligente) que el director convierte en película (inspirada en una novela de Thierry Jonquet) añadiendo un par de giros para que el guiso no se quede sin nada de caldo. Nada más.

Antonio Banderas está bastante bien. Nunca he considerado al actor andaluz un gran intérprete, pero sé reconocer las cosas aunque se salgan de mis ideas habituales, con lo que puedo decir sin que me caigan los huevos al suelo que Banderas hace un buen trabajo y que, por momentos, acojona. Elena Anaya está fantástica. No es momento este para descubrir a la actriz, pero nunca está de más recordar por qué en su momento fue una de las más prometedoras del cine patrio y por qué es de las más conocidas a nivel internacional. A Marisa Paredes no va a explicarle ya nadie nada, y en La piel que habito demuestra que su experiencia en el cine es suficiente para dar potencia al personaje más descuidado de todos. Blanca Suárez tiene que triunfar en el cine sí o sí. A diferencia de Amaia Salamanca, Blanca Suárez es mucho más que un cuerpo de escándalo. La joven actriz tiene talento y mucho tiempo por delante para mejorar, lo que debería llevarla (si sabe elegir) por el camino del éxito. Jan Cornet está bastante acertado también, cerrando un reparto principal que rinde a un nivel muy alto.

Resumiendo, que es gerundio: Almodóvar se viste de Isabel Coixet para contarnos una historia que no tiene más profundida que cualquier episodio de Historias de la cripta y que bien podría estar contada en la famosa serie de la calavera. El director manchego, no obstante, nos regala los ojos con unos decorados fabulosos, aunque nos rompe los tímpanos con los violines. Gracias a Dios, la película viene de serie con un reparto que alcanza un nivel sobresaliente.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los pingüinos del Sr. Poper
Los pingüinos del Sr. Poper (2011)
  • 4,7
    7.335
  • Estados Unidos Mark Waters
  • Jim Carrey, Carla Gugino, Madeline Carroll ...
4
Cine familiar un poco por debajo de la media
Los pingüinos del Sr. Poper no es una buena película, lo que podría disculparse teniendo en cuenta que no pretende serla. Es cine familiar, disfrutable para los niños gracias a los pingüinos pero un tanto pesado para los mayores.

Mark Waters me sorprendió muchísimo con Las crónicas de Spiderwick, película entretenida y valiente. Además, otras producciones suyas como Ojalá fuera cierto o incluso Chicas malas tenían su cosilla, una por contar bien una bonita historia de amor y la otra por tener su puntillo gamberro. En Los pingüinos del Sr. Poper, sin embargo, Waters se queda con todos los clichés del género y no se atreve a nada nuevo. Simplemente es una película para niños que se limita a hacer reír a los pequeños con unos simpáticos pingüinos que, pese a ser encantadores, acaban dominados por la unidimensionalidad de los personajes humanos, que parece ser contagiosa. El guion de Sean Anders, John Morris y Jared Stern es asombrosamente previsible, lo que da que pensar por qué necesitaron a tres personas para dar con el resultado que buscaban los productores si, realmente, la historia ya estaba escrita en la novela de Richard y Florence Atwater y su único trabajo era "plagiarlo", haciendo una película que no pasaría a la historia pero que podía tener su encanto. Pues entre los tres no lo consiguen.

Jim Carrey me gusta. Mola decir que Jim Carrey es un mal actor, igual que mola decir que Scorsese es el mejor. ¿Por qué? Porque así parece que quien suelta esas palabras es un erudito del cine. Sin embargo, Jim Carrey ha demostrado ya sobradas veces que puede interpretar papeles serios con mucho aplomo y buen hacer. No obstante, a Jim Carrey se le sigue contratando para que haga de él mismo, mayormente porque nadie en el mundo sabe hacer eso tan bien como el actor canadiense. En Los pingüinos del Sr. Poper, Carrey no tiene que hacer un papel duro pero tampoco puede dar rienda suelta a su escandalosa expresividad, con lo que se ve un poco perdido y, pese a no hacer un mal trabajo, tampoco llega a su nota media. Carla Gugino no tiene demasiado trabajo para meterse en un papel sin miga y lo solventa con facilidad. Angela Lansbury, cada día más encantadora, está genial. Los pequeños, bien Maxwell Perry Cotton y muy floja Madeline Carroll.

Resumiendo, que es gerundio: floja película que, no obstante, entretendrá a los niños tanto como chaplin a los pingüinos. Se puede ver con la misma facilidad con la que será olvidada.
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Charlie y la fábrica de chocolate
Charlie y la fábrica de chocolate (2005)
  • 6,6
    96.260
  • Estados Unidos Tim Burton
  • Johnny Depp, Freddie Highmore, David Kelly ...
7
Un dulce fácil de digerir
Adaptación de la famosa novela de Roald Dahl que cuenta la mágica aventura del pequeño Charlie dentro de la fábrica de chocolate que todos quisiéramos visitar. Tremendamente divertida, encantará a los niños y no defraudará a los mayores.

A Tim Burton le encantan estas cosas, eso no es ningún misterio. Una historia surrealista con un personaje pintoresco es un caramelo para el director del peinado loco. En Charlie y la fábrica de chocolate, el guion de John August es bastante fiel al libro y Tim Burton se encarga de dar el toque de color. Desde la vestimenta de ese magistral personaje que es Willie Wonka hasta todas y cada una de las salas de la fábrica, todo es tremendamente llamativo a nivel visual, incluyendo la sala de televisión, totalmente blanca y con la música de Johan Strauss ambientando la situación, lo que convierte la escena en un homenaje (dentro de lo banal que es la película que nos ocupa) a 2001: Una odisea del espacio. Burton convierte Charlie y la fábrica de chocolate en algo así como una road movie de interiores y aprovecha cada escenario para sacar todo el jugo posible, apoyándose en las míticas escenas de los oompa loompa, que son tal vez lo más representativo de la película.

Johnny Depp, al igual que su buen amigo Tim Burton, disfruta en esta clase de producciones. Si hay un personaje curioso, ahí esta él para interpretarlo mejor que nadie. El repertorio de tics y expresiones de Depp es casi infinito y siempre da con el adecuado para cada situación. Freddie Highmore borda su papel. El pequeño actor interpreta con una naturalidad asombrosa que hace que su personaje sea creíble desde el principio hasta el final. AnnaSophia Robb también lo hace realmente bien, algo necesario para convertir a su personaje en alguien tan odioso como debe ser, lo que también podría aplicarse a Julia Winter, que está incluso mejor que su compañera. Philip Wiegratz tiene poco trabajo ya que se dedica solamente a comer chocolate y el quinteto infantil lo completa Jordon Fry, que es tal vez el más flojo de los cinco con un trabajo un tanto frío, que se deja notar más por su personaje, que debería ser mucho más expresivo y nervioso. David Kelly está encantador, formando una gran pareja con el que aquí es su nieto (Highmore) que encandila al menos sentimental de los mortales. Noah Taylor y Helena Bonham Carter rinden a un buen nivel aunque no tienen excesivo trabajo.

Resumiendo, que es gerundio: Charlie y la fábrica de chocolate es una película con mucha vida que se ve con mucha facilidad. Es cierto que no es una película profunda ni que toque temas espinosos (sus "protestas sociales" no pasan de meros comentarios o situaciones pasajeras), pero su finalidad no es la de hacer pensar, sino la de entretener y dejar como apunte final que al final, no hay nada como el hogar... dulce hogar.
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Con faldas y a lo loco
Con faldas y a lo loco (1959)
  • 8,3
    83.533
  • Estados Unidos Billy Wilder
  • Marilyn Monroe, Jack Lemmon, Tony Curtis ...
9
Reunión de genios
¿Quién no ha visto el final de esta película? Ya no digo la película entera, pero en serio: ¿hay alguien que no haya visto su final, alguna parodia o un sketch en algún programa de televisión? Lo dudo mucho. Eso, a mi entender, resume la importancia de esta fantástica película.

El maestro Billy Wilder dirige Con faldas y a lo loco demostrando, una vez más, que como humorista hay pocos que alcancen su nivel y, como director, aún menos. Robert Thoeren y Michael Logan se inventan una historia a partir de la que el propio Logan escribió para la película alemana Fanfaren der liebe. Con faldas y a lo loco es un remake de aquella pero cuenta con el genio Wilder tras las cámaras. El legendario director imparte clases de puesta en escena, colocando cada cosa en su sitio para poder crear secuencias grandiosas tanto con planos cortos en espacios reducidos como con la cámara en movimiento en grandes decorados. El dinamismo de la película, cercano a la teatralidad del cine mudo en muchas ocasiones, casa a la perfección con la historia de los dos tipos con poco nervio que viven una situación tan alocada que sería patética de no ser por lo bien encauzada que está. El punto clave para que algo tan surrealista se convierta en casi verídico radica, en parte, al uso del humor absurdo en los diálogos que se extiende, en más de una ocasión, a escenas en las que no hacen falta palabras para que el espectador se divierta, ya que las situaciones son en sí mismas desternillantes sin necesitar ningún añadido. El vestuario es excepcional, recreando a la perfección el final de los años 20 y principios de los 30, cosa que se deja notar más si cabe en las constantes referencias a aquella época, haciendo humor con lo que en su momento fue algo muy serio, como el crack del '29. Billy Wilder en estado puro, sí señor.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Air (Convictos en el aire)
Con Air (Convictos en el aire) (1997)
  • 5,8
    44.854
  • Estados Unidos Simon West
  • Nicolas Cage, John Cusack, John Malkovich ...
5
Esas películas míticas...
Con Air es una de esas películas que tanto gustaban en los 90 con tiros, explosiones y villanos pintorescos a cuál más malvado. Pese a que entretiene, queda el sinsabor de haber estado comiendo algo insípido.

Simon West debuta en Hollywood con una película destinada al público masculino pero con guiños al género femenino buscando ganarse el favor de la audiencia. West nos presenta a los personajes de forma elocuente, de modo que cuando suben al avión todos tenemos esa cosilla que da ver a muchas celebridades juntas (pese a que en este caso sean asesinos, violadores y toda clase de chusma). El trayecto en el aire es dinámico y fiel a lo que prometía: acción bien medida a cargo de los criminales más peligrosos y carismáticos. Sin embargo, el avión aterriza demasiado pronto y, a partir de ahí, todo se desata de forma incontrolable, concluyendo en una orgía de tiros, explosiones y conversaciones sin demasiado sentido. Durante casi 40 minutos, asistimos a una reverencia a la violencia gratuita que desborda testosterona y que intenta sorprender al espectador con un par de giros que estaban cantados desde el primer minuto.

Nicolas "Caracartón" Cage protagoniza la película y, bueno, pues hace de él mismo. Cage es un tipo con recursos: tiene "la mirada prepotente", tiene "la sonrisa apardillada" y tiene "el grito con el cuello estirado". Bueno, son solamente tres, vale, pero el tipo los administra bien. Como siempre, Cage caga la película, tan enamorado de sí mismo como ha estado desde que nació. Por suerte, el resto del reparto compensa. John Malkovich se convierte en el temiblre 'Virus' y sí hace creíble algo que Cage durante el vuelo y Simon West al final, tratan de destruir. John Cusack pone la cordura en suelo firme y, como casi siempre, está más que correcto en su trabajo. Ving Rhames hace uno de esos papeles que tanto le gustan en el que tiene que ser poderoso y temido, algo que se le da de maravilla, aunque tenga tan poca chicha como tiene su personaje en esta película. Steve Buscemi, por su parte, aparece poco pero es protagonista de una curiosa subtrama en la que el ser más horrible del mundo parece humanizarse y se convierte, incluso, en un tipo divertido.

Resumiendo, que es gerundio: Con Air se sostiene mientras está en el aire y es John Malkovich quien manda, pero se viene abajo cuando llega el momento en el que Nicolas Kim Coppola (lo de Cage es por Luke Cage, el primer superhéroe negro de Márvel) tiene que coronarse Rey del Mambo y solucionar la situación, algo que al actor le encanta hacer pero que a mí, personalemente, hace mucho tiempo que me tiene hasta los cojones. Que no, Nicky, que ni eres un seductor, ni impones respeto, ni eres gracioso. Déjanos en paz, coño.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Celda 211
Celda 211 (2009)
  • 7,7
    121.800
  • España Daniel Monzón
  • Luis Tosar, Alberto Ammann, Antonio Resines ...
7
Ladies and gentlemen: Luis Tosar
Celda 211 fue un pelotazo en taquilla. Bien publicitada, atrajo al público de todas las edades, niveles y colores a las salas de cine a ver a ese personaje llamado 'Malamadre' que tanto miedo daba.

Daniel Monzón escribe y dirige esta historia carcelaria basada en personajes reales y amparada en un tema siempre tan actual como los presos de ETA. Monzón apoya el peso de las cámaras en Luis Tosar, lo que es un acierto dada su brillante interpretación y sobre él gira toda la película. La estructura narrativa, pese a ser sólida en términos generales, tiene algunos puntos débiles metidos con calzador solamente para encumbrar la figura del personaje protagonista y hacer de éste alguien temible pero, en cierto modo, muy humano. La tensión que debería experimentarse en el motín que nos cuenta la película, viene y va, con lo que ahí puede decirse que Monzón se equivoca, probablemente, en recurrir una y otra vez a los "rehenes" que tienen los presos para que el espectador siga siendo consciente de que puede pasar algo terrible, ya que la mayoría del tiempo eso pasa casi inadvertido a pesar de que quienes están fuera de la cárcel lo repitan constantemente.

Luis Tosar se sale. Su interpretación es una de las mejores de la última década sin duda alguna. No hablo a nivel nacional, sino a nivel mundial e intergaláctico. Ese cambio en la voz, esas venas hinchadas del cuello, esos gestos firmes, esa expresividad violenta y ese poder y carisma que desprende el personaje se debe totalmente al trabajo de Tosar, que visitó varias penitenciarías junto a Daniel Monzón hasta encontrar lo necesario para crear este personaje legendario. Alberto Amman está bien en términos generales, aunque a veces cuesta entender lo que dice si no lo dice gritando. Su interpretación, sólida en la primera parte de la película, no lo es tanto cuando su personaje atraviesa el giro importante de la historia, costándole a Amman ser creíble en su faceta de malote. Antonio Resines se convierte en un auténtico hijo de puta a base de su trabajada inexpresividad (quien haya visto a Resines una sola vez sabrá que no moverse debió de costarle lo que no está escrito) y su frío tono de voz. Carlos Bardem, como siempre, interpretando papeles de sudamericanos, está correcto (aunque lejos de su hermano). Destacaría, por último, al magistral Luis Zahera, que se inventa un personaje soberbio en cuanto a voz, gestos y forma de caminar.

Resumiendo, que es gerundio: Celda 211 es, por así decirlo, "La película de Tosar". La historia, pese a ser aceptable, no tiene demasiado jugo y tiene que recurrir a su protagonista para sostenerse. Por suerte, ese protagonista es un actor que si existiera la justicia tendría su casa llena de Oscars.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cadena de favores
Cadena de favores (2000)
  • 6,7
    38.835
  • Estados Unidos Mimi Leder
  • Kevin Spacey, Helen Hunt, Haley Joel Osment ...
7
Salsa agridulce
Adaptación a la gran pantalla de la novela de Catherine Ryan Hyde que plantea una de las ideas más simples y más hermosas que puede tener un ser humano: ayudar sin esperar nada a cambio.

Mimi Leder venía de dirigir Deep Impact y El pacificador, con lo que se había ganado cierta fama en el cine de acción y, por decirlo de alguna forma, menos humano. Aquí, la directora nacida en Nueva York da un giro radical a lo que venía haciendo y se mete de lleno en una de las historias más bonitas que nos ha contado el cine en los últimos años. El mayor acierto de Leder es, sin duda, la estructura que monta para contar la película, gracias a la cual nos vamos enterando de la historia desde el principio hasta el final y también al revés, hasta que los dos puntos se encuentran poco antes del clímax. Leder se agarra a la parte sentimental que domina la historia, pero no por ello tira de lágrima fácil ni busca escenas penetrantes que salgan de la nada, sino que espera el momento oportuno para tocar la fibra del espectador y hacer que éste se enamore de ese niño que todos, en cierto modos, quisiéramos ser. Las subtramas, que ocupan apenas tres o cuatro escenas, están colocadas en el sitio ideal en el que parece que la cadena puede romperse y consiguen formar eslabones sólidos a base del buen corazón de las personas. Esto, que podría considerarse una locura, no dista tanto de la realidad, pues el mundo está lleno de gente buena, pero por desgracia es difícil que se reconozca la bondad.

Haley Joel Osment está soberbio. Su personaje es un chico complicado, con no muchos matices pero sí los suficientes como para concordar con una personalidad real y, el chaval, lo entiende y lo interpreta de maravilla. Kevin Spacey es una de mis debilidades por interpretaciones como la que nos regala en Cadena de favores. Su trabajo esconde tantísimos detalles casi imperceptibles, como los cambios que experimenta su expresión cuando está con los niños en el colegio y cuando, más tarde, se ve atrapado en un amor que rompe su estabilidad habitual. Este hombre es un actor eterno. Helen Hunt también está a un nivel superlativo, en un personaje marcado por su lucha interior en la que el corazón y los problemas superan en muchas ocasiones al sentido común. Jim Caviezel, dentro de su pequeño papel, se casca el tío una labor portentosa, en un personaje no demasiado complicado para un actor de su talla pero que sí requiere mucho compromiso para ser recreado. La testimonial aparición de Bon Jovi es también de agradecer, ya que con el reparto que tiene a su alrededor, no desentona.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los chicos del maíz (TV)
Los chicos del maíz (2009)
TV
  • 4,2
    367
  • Estados Unidos Donald P. Borchers
  • Daniel Newman, David Anders, Kandyse McClure ...
3
Aceptable
Remake de la famosa película Los chicos del maíz, que adaptaba la historia corta de Stephen King incluída en su famosa antología titulada El umbral de la noche. Como no he leído el relato, no sé si la película original es más fiel o lo es esta, pero bueno, las dos tienen su cosa.

Donald P. Borchers dirige calcando muchas de las escenas de la película que dirigió Fritz Kiersch en el ya lejano 1984. La ambientación, al principio de la película, es similar, aunque desde el momento en que los protagonistas entran en Gatlin, se ven las carencias del director que falla en los encuadres, aunque tiene momentos de grandes aciertos entre su desatino con una puesta en escena muy notable en un par de ocasiones. Eso es lo único bueno por parte de Borchers, que a partir de ahí se dedica más a la paranoia de su personaje, utilizando la extraña situación en la que se encuentra para cubrir minutos de película sin aportar absolutamente nada. No hay misterio, no hay tensión y, por supuesto, no hay miedo en ninguna de sus formas dentro de este remake. Hay una nueva versión de Los chicos del maíz pintada con brocha gorda de la que se puede disfrutar si uno no espera demasiado.

David Anders se mete a fondo en su papel. Su personaje es histriónico y egocéntrico, y eso es algo que puede hacer cualquier actor que sobreactúe un poco, ya que al final una cosa enlaza con la otra. Kandyse McClure está horrenda, no consiguiendo ser creíble en ningún momento y enfrascada en un personaje que, dicho sea, funciona con una única neurona. Preston Bailey no da el pego en el papel de Isaac, sobretodo cuando aparece en nuestra mente la aterradora presencia de un John Franklin que sí supo meterse de lleno en ese mismo personaje. Daniel Newman, por su parte, está muy acertado en comparación con el resto del reparto, cosa que también tiene más valor cuando sale la comparación con la primera película, ya que Courtney Gaines es de lo peor que ha pasado por delante de una cámara (después de Belén Esteban y algún otro orco de Telecinco).

Resumiendo, que es gerundio: la nueva versión de Los chicos del maíz es floja, sí, eso es indiscutible. No obstante, tal vez debido a su corta duración, no se hace pesada y se deja ver, pese a ser un desastre en el apartado técnico y muy floja en el interpretativo. Nos quedaría, tal vez, un guion aceptable... pero claro, es que el guion ya estaba hecho.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres metros sobre el cielo
Tres metros sobre el cielo (2010)
  • 4,7
    23.265
  • España Fernando González Molina
  • Mario Casas, María Valverde, Álvaro Cervantes ...
2
¿Qué esperabais?
Adaptación española de la famosa novela de ese imbécil llamado Federico Moccia (a partir de ahora "El imbécil"), cuya simple existencia es en sí misma un atentado contra la humanidad. La película por momentos maquilla los excesos del pelele juntaletras, pero de donde no hay, no se puede sacar.

Fernando González Molina dirigió la exitosa Fuga de cerebros y ya dejó ver en ella que lo que le mola al buen hombre es la cursilada en estado puro. Vendrá gente que argumentará "que los tíos decís que no os gusta porque vais de machitos" o gilipolleces de ese tamaño, pero a mí me gusta Dirty Dancing, así que quien quiera dar por culo que se busque otra entrada. González Molina consigue, por momentos, suavizar el mundo extremo en el que vive El Imbécil, donde existe el negro y el blanco y no hay ningún matiz. O eres un ángel, o eres un demonio, o eres uno de ellos con tintes del otro. No puedes ser una persona normal, porque para El Imbécil eso es demasiado aburrido. Aquí su novela nos cuenta las aventuras de un chaval que tiene un trauma de la hostia que hace que digi-evolucione de pijo superdotado a Terminator y González Molina lo cuenta como buenamente puede, recreándose incluso en un proceso amoroso que no solo es absurdo, sino que además ha creado un "efecto Crepúsculo" que consiste, en este caso, en hacer pensar a las niñas que mola juntarse con un tipo que va por ahí pegando palizas, robando y destrozando coches. ¿Por qué mola eso? Pues porque el chaval tiene problemas. Si le da por liarse a tiros en una guardería, hay que entenderlo. ¿Por qué? Pues porque el chaval tiene problemas. En fin...
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El señor de los anillos: El retorno del rey
El señor de los anillos: El retorno del rey (2003)
  • 8,2
    186.638
  • Nueva Zelanda Peter Jackson
  • Elijah Wood, Viggo Mortensen, Ian McKellen ...
9
Inaudito
El retorno del rey cierra la trilogía de El señor de los anillos de la mejor forma posible: superando a sus dos predecesoras. Eso, teniendo el cuenta el nivel de las dos, convierte a ésta en una guinda perfecta.

Peter Jackson hace bueno el "big, bigger, biggest" que tanto gusta en Hollywood y se supera creando una película sin igual. Si en Las dos torres nos encontramos con la magistral batalla de El abismo de Helm, aquí el señor Jackson rompe todas las barreras con la batalla en Minas Tirith, en la que incontables legiones formadas por todo tipo de criaturas, a cual más pintoresca, luchan a muerte en una larguísima escena con un posicionamiento de cámaras y un apartado visual impecables. Los personajes envueltos en la batalla son los que ya conocemos (Aragorn, Gimli, Legolas, Gandalf, el Rey Theoden... etc) y frente a ellos tienen a un número incalculable de orcos y uruk-hai acompañados por hombres, trolls y el Señor de los Nazgûl a la cabeza. Por otra parte, asistimos al último tramo del viaje de Frodo y Sam para destruir el anillo y vemos Mordor por dentro, en la que es la linea principal de la película pero tal vez (a mi entender, así es) la menos interesante. El trabajo digital es sencillamente insuperable, creando criaturas, explosiones e incluso lugares enteros con un realismo que deja al espectador pegado a su asiento.

Elijah Wood da un paso al frente. Pese a que su personaje pierde peso en pantalla por momentos, es en esta tercera entrega cuando más se pide del actor y él responde de maravilla. Sean Astin da una lección interpretativa y se consolida como la parte más humana de la trilogía gracias, en parte, a su impresionante expresividad facial. Viggo Mortensen pasa a ser el protagonista con todas las de la ley y, fiel a su estilo, no solo no defrauda sino que aporta mucho a su personaje. Ian McKellen cumple tan bien como siempre. Jonathan Rhys-Davies y Orlando Bloom cierran la alianza que les convierte en la pareja estelar de la película (junto a los encantadores Dominic Monaghan y Billy Boyd) con un duelo particular de lo más divertido en plena batalla. Andy Serkis vuelve a realizar un trabajo impecable dando vida a un Gollum que es ya parte de la historia del cine. John Noble está comodísimo en su papel y eso se nota por la naturalidad con la que interpreta a un personaje tan difícil de comprender para la mayoría de las personas. Miranda Otto, simplemente excepcional.

Resumiendo, que es gerundio: se cierra la trilogía más famosa de nuestra era con una película que encabeza el ranking de más Oscars junto a Ben-Hur y Titanic pero que es la única de las tres que se llevó a casa los 11 para los que estaba nominada. Eso son solamente reconocimientos, a veces merecidos y otras no, pero no cabe duda de que El señor de los anillos es mucho más importante que las estatuillas, porque es puro cine moderno. Todo un ejemplo a seguir.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El señor de los anillos: Las dos torres
El señor de los anillos: Las dos torres (2002)
  • 8,0
    171.820
  • Nueva Zelanda Peter Jackson
  • Elijah Wood, Viggo Mortensen, Ian McKellen ...
7
El puzzle de Peter Jackson
Segunda entrega en forma de película de la trilogía El señor de los anillos y segunda producción asombrosa. Rodada de forma conjunta con su predecesora y su sucesora, Las dos torres es una transición tan evidente como necesaria.

Peter Jackson da forma a la segunda entrega de la saga con una estructura que define mucho más algunos de las características que fueron ya visibles en la primera película. Las lineas de desarrollo se multiplican y todas tienen su espacio dentro de Las dos torres. Frodo es, en esta ocasión, solamente una de las múltiples piezas que conforman una película en la que lo importante es la aparición de nuevos personajes, viejas alianzas y sorpresas varias, todo ello perfectamente explicado para que el espectador siga metido dentro de ese fantástico mundo que es la Tierra Media. Además, en esta segunda parte, vemos por fin a la criatura Gollum, que supuso un avance tecnológico mayúsculo y que pasa directamente a ser uno de los protagonistas de la trilogía ya no solo por relevancia en la historia sino también en pantalla. Las múltiples vías de desarrollo hacen que la película sea menos dinámica que la primera (y mucho menos que la tercera), aunque es aquí, en Las dos torres, donde podemos ver una de las escenas más espectaculares que ha dado el cine: la batalla en El abismo de Helm. El soberbio trabajo tanto con extras como digital nos deja una secuencia impagable.

Elijah Wood sigue apoderándose del personaje, cada vez más consumido por el anillo de poder. Sean Astin, a su lado, es la voz de la razón y hace una fantástica labor. Viggo Mortensen cobra algo más de protagonismo para erigirse claramente en protagonista de su propia historia. Ian McKellen, por su parte, vuelve convertido en Mago Blanco para dar, con su personaje, un punto más de magia a la película. La labor de Andy Serkis como Gollum es maravillosa. Serkis es especialista en interpretaciones con revestimiento digital (César de El origen del planeta de los simios o King Kong, del propio Peter Jackson, son buenos ejemplos) y con Gollum se consagra en el cine. Orlando Bloom y John Rhys-Davies (este último pone voz a Bárbol también) forman una pareja que da mucho juego tanto en combate como fuera de él y los dos están fantásticos. La pareja formada por Billy Boyd y Dominic Monaghan encuentra su propia línea de desarrollo y ambos lo aprovechan. Miranda Otto está realmente encantadora, Bernard Hill impone mucho respeto y David Wenham entiende perfectamente lo que se pide de su personaje. Además, la presencia de Brad Dourif (que siempre se agradece) es un triunfo dada su corta pero soberbia interpretación.

Resumiendo, que es gerundio: la segunda entrega de El señor de los anillos no sorprende tanto como la primera ni tiene la potencia de la tercera, pero con todo, es una película excepcional metida dentro de una fabulosa trilogía que nadie debería perderse.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El señor de los anillos: La comunidad del anillo
El señor de los anillos: La comunidad del anillo (2001)
  • 8,0
    193.515
  • Nueva Zelanda Peter Jackson
  • Elijah Wood, Ian McKellen, Viggo Mortensen ...
8
Espectacular producción
La primera película con actores de carne y hueso sobre la legendaria novela de Tolkien despertó una expectación desbordante que hizo que, entre otras cosas, Peter Jackson utilizase como extras a los curiosos que se acercaban a ver el rodaje para conseguir así que nadie hablase más de la cuenta.

Peter Jackson leyó la trilogía de El señor de los anillos del tirón y quedó prendado de lo que allí se contaba. A partir de ahí, su idea de llevarla a la gran pantalla fue tomando forma hasta el momento en el que se dio cuenta de que ya existía tecnología suficiente para llevarla a cabo sin saltarse una novela de la que dicen que es de lo mejorcito que se ha escrito jamás. Tras ello, se puso en marcha con la intención de rodarla en su Nueva Zelanda natal y comenzó a escribir el guion. Una vez terminado y con el casting casi cerrado (hubo varios despidos antes de comenzar a rodar), Jackson se puso manos a la obra dirigiendo hasta cuatro escenas de forma simultanea por internet mediante cámaras web de alta tecnología. No quería perder detalle el neozelandés y, desde luego, no dejó nada al azar (salvando los ya famosos gazapos).

La dirección de Peter Jackson es muy notable en La comunidad del anillo. Estructura bien el desarrollo para que el ritmo, con sus altibajos, no se haga pesado en los momentos de menos dinamismo. Una película de tres horas no puede permitirse eso, así que Jackson envuelve al espectador con unos escenarios que siguen asombrando por su realismo, lo que es muy de valorar teniendo en cuenta que, pese a ser localizaciones reales (la mayoría), todas, todas, están pasadas por filtros digitales en los que se retoca algo, ya sea en forma o en color. El cineasta no olvida la importancia que deben tener los personajes en una producción como esta. Aquí todo es nuevo, salvo los hombres: elfos, hobbits, enanos y montones de criaturas mágicas salidas de la nada que deben ser presentadas y desarrolladas con aplomo para no quedarse en simples caricaturas de sí mismas. Desde el primer hobbit hasta el último elfo, todos tienen vida y toman decisiones propias en función de su personalidad, creando, con ello, personajes muy realistas. La soberbia banda sonora ayuda a ambientar la Tierra Media y le da un sello propio que, unido a la vida que tienen desde las plantas hasta las piedras, logran un efecto en el espectador difícil de igualar.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paul
Paul (2011)
  • 5,7
    20.734
  • Estados Unidos Greg Mottola
  • Simon Pegg, Nick Frost, Jane Lynch ...
6
Público escaso
Paul es una película que toca varios géneros pero que no se casa con ninguno, intentando parodiarlos constantemente y consiguiendo, en la mayoría de los casos, conseguir su cometido. El problema es que eso puede desubicar al espectador.

Greg Mottola, quien goza de cierta fama en el género de humor gracias, entre otras cosas, a la controvertida Supersalidos, dirige esta película que unifica Alien, E.T., Encuentros en la tercera fase, Men in Black y un porrón de películas más sobre alienígenas. El guion toma la base de una road movie convencional, con sus pintorescos personajes y sus descabelladas situaciones, introduciendo un elemento nuevo como es el alienígena Paul, cuya personalidad imprime frescura a la película ya no por su comportamiento sino por el hecho de ser más humano que la mayoría de nosotros. En el desarrollo del personaje (acertado aunque escaso) acierta Mottola, así como también en aprovechar la química entre sus dos actores principales. Las referencias a películas (no solo sobre aliens) y comics son constantes y en base a ellas se constuyen los mejores gags de la película, cosa que podría hacer que el público "no iniciado" pasara por alto los mayores despelotes del metraje (los hay buenos, muy buenos, malos... y otros que no entiendo). El marciano Paul está metido en pantalla de manera bastante realista, lo que se agradece entre tanto desvarío para mantenernos dentro de la película.

Simon Pegg hace de Simon Pegg y Nick Frost hace de Nick Frost. Así de sencillo. Pegg es la parte más "normal" de la pareja (pese a sus excentricidades) y Frost es el colega medio colgado que en el fondo tiene cierto grado de cordura. Lo mismo de siempre y tan disfrutable como siempre, para qué negarlo... Jane Lynch está fabulosa en un personaje que es el que más registros toca, haciéndolo tan bien en el papel de puritana como en el de recién iniciada en el mundo de las palabrotas. Jason Bateman completa el reparto principal y hay poco que decir sobre el actor de Nueva York que no diga su aclamada carrera, aunque si hay que añadir algo es que igual te vale para un roto que para un descosido. Seth Rogen es la base del extraterrestre y sus gestos pueden verse con facilidad bajo ese pequeño cabezudo de grandes ojos.

Resumiendo, que es gerundio: Paul es una película que no solamente se ríe (desde el respeto) de las road movies y del cine de alienígenas, sino que se burla de sí misma y jamás se toma en serio. Es en eso donde más acierta, ya que de otro modo sería un enorme fracaso. Además, cuando consigue que bajes la guardia, logra incluso sorprenderte.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los chicos del maíz VII: Revelación
Los chicos del maíz VII: Revelación (2001)
  • 2,6
    205
  • Estados Unidos Guy Magar
  • Claudette Mink, Kyle Cassie, Michael Ironside ...
1
Otra más
Son ya 17 los años que habían pasado desde la primera película de Los chicos del maíz cuando llegó esta séptima entrega, que si bien es bastante floja, al menos entretiene durante unos 75 minutos.

Guy Magar hace un mal trabajo. Eso es un hecho indiscutible, creo. Si bien es cierto que el presupuesto de la película se deja notar en los efectos especiales hechos por un niño, también lo es que la serie B puede dar mucho juego con un director que sepa aprovechar lo que tiene. Magar no es ese director y sus movimientos de cámara, totalmente incomprensibles, cambian de plano para jugar al susto fácil y se pasa por el forro de los cojones cualquier tipo de lógica, intentando que el espectador se trague que porque algo está fuera de plano, los personajes no pueden verlo (algo así como taparse los ojos para hacerle una gracieta a un bebé). El guion, como suele pasar en las grandes sagas, intenta ser el que explique todo lo sucedido anteriormente, tratando de crear mitos superiores a los vistos con anterioridad y metiéndose de lleno en el ridículo. No obstante, al ser una película corta, se puede ver con relativa facilidad.

Claudette Mink está acertada... a ratos. El principio de la película, en que su personaje es bastante "normal", lo lleva más o menos bien la actriz de cara rara, pero conforme avanza la película vemos que la chica no sabe adaptarse y su interpretación cae en picado. Kyle Cassie no tiene mucho trabajo, ya que su papel tiene tantos matices como una hoja en blanco, y tal vez por eso salga bien parado de la película. Michael Ironside, con un pasado mítico en el cine, se mete en este lío de forma incomprensible y el hombre, pues bueno, aporta lo que buenamente puede.

Resumiendo, que es gerundio: la séptima y última película (por cronología, luego vendrían el remake libre y la precuela) de Los chicos del maíz confirma que la saga está acabada y que ya hay poco que aportar. Con todo, sigue más o menos en la linea de las películas anteriores y no baja la media de forma escandalosa.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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