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Críticas ordenadas por:
Los caballeros las prefieren rubias
Los caballeros las prefieren rubias (1953)
  • 6,8
    7.799
  • Estados Unidos Howard Hawks
  • Marilyn Monroe, Jane Russell, Charles Coburn ...
7
Verdadero clásico
Los caballeros las prefieren rubias adapta una novela de Anita Loos para convertirse en una comedia clásica que, deste la parte de atrás de las cámaras hasta la de delante, destila litros y litros de humor.

El gran Howard Hawks dirige la película y lo hace introduciendo algunos gags que crearon escuela. Muchos de ellos los habíamos visto antes en comedias puras, pero encontrarnos con ellos en una de las madres de la comedia romántica como género era algo totalmente nuevo, pues aquí antes tenía cabida, solamente, un humor más fino y delicado dirigido mayormente al público femenino. Sin embargo, el guion de Charles Lederer nos prepara el terreno para que los disparates más grandes tengan espacio y Howard Hawks los ejecuta con maestría, arrancando carcajadas a cada minuto. Los personajes cumplen todos los estereotipos posibles, pero la mezcla está calibrada con precisión de cirujano para que no sobre ni falte nada en ninguno de ellos ni en ese gran personaje que es la historia en sí misma y que se forma cuando el trío protagonista logra acoplarse a la perfección. Los vivos colores, que juegan con las diferentes formas de ver la vida de las dos protagonistas femeninas, dejan paso en ocasiones a tonos más pálidos que denotan la seriedad con la que deben llevarse a cabo las comedias.

Marilyn Monroe, esa auténtica bomba de relojería, protagoniza la película, una de sus obras más conocidas y seguramente uno de sus mejores trabajos a nivel personal, pues sabe controlar los matices de su personaje aunque éste no se aleje demasiado, en principio, a la imagen que tenemos de la prestigiosa actriz. Jane Russell consigue sacar partido a su personaje y brillar con luz propia, algo complicadísimo cuando se comparte pantalla con una persona con tanto carisma como Marilyn y lo hace gracias a una seguridad en sí misma apabullante. Elliott Reid, un actor del viejo Hollywood de los que más que talento tenían presencia y cuatro caras distintas que utilizaban con verdadero acierto, está correcto y poco más. La interpretación del graciosísimo Charles Coburn es un verdadero regalo para el espectador.

Resumiendo, que es gerundio: Los caballeros las prefieren rubias es una grandísima comedia romántica que cuenta con tres nombres de envergadura comandando el cartel, entre los que destaca el de Marilyn Monroe, una de las más grandes y el ejemplo más claro de que no es necesario tener más pecho que trasero para ser una mujer de una belleza legendaria.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hellboy 2: El ejército dorado
Hellboy 2: El ejército dorado (2008)
  • 6,0
    41.316
  • Estados Unidos Guillermo del Toro
  • Ron Perlman, Selma Blair, Doug Jones ...
6
Te lo pasas pipa
Secuela de Hellboy, exitosa adaptación del cómic de Mike Mignola a la gran pantalla. Mismos mimbres, dirigida al mismo público y con las ideas bien claras. Secuela hecha con cabeza.

Guillermo del Toro dirige la segunda parte de Hellboy y lo hace abriendo la puerta de su mente y mostrándonos un mundo de fantasía de los que habitan dentro de su cocorota. Del Toro, tipo con una imaginación desbordante, consigue que el espectador sienta la presencia de esos seres fantásticos que cobran vida en pantalla. El desarrollo de los personajes principales sigue la buena dirección tomada en la primera película y, por desgracia, los villanos siguen siendo algo sosetes, algo que también ocurría en la anterior entrega. La acción está rodada aquí con tanto brío como en la primera, pero tiene más calidad y las escenas son mucho más nítidas, además de que del Toro se aplica para dar uso a los espectaculares decorados con los que cuenta (amén de ordenadores). La banda sonora es también un puntazo, pero la joya de la corona sigue siendo el tema del maquillaje, una puta pasada con todas las letras que, pese a cubrir de cabo a rabo a los personajes, no oculta sus emociones.

Ron Perlman de nuevo como cabeza visible y otro gran trabajo del carismático actor. Aquí se obliga a Hellboy a abrir más la puerta de su interior y Perlman consigue que eso traspase la pantalla. Selma Blair a mí me sigue pareciendo que hace un trabajo bastante discreto y, de hecho, diría que se ve cierta sobreactuación en su labor. Doug Jones, fantástico de nuevo escondido bajo el traje azul. Jeffrey Tambor, de nuevo a un gran nivel. Anna Walton, que encarna a Alaska en versión Guillermo del Toro, pichí pichá, ni bien ni mal. Luke Goss, actor bastante correcto por lo general, está aceptable pero no muestra su mejor versión.

Resumiendo, que es gerundio: Hellboy 2 es entretenimiento puro y duro, un paso más en ese apartado respecto a la primera película. Sin embargo, pierde el encanto que tenía la primera al descubrirnos al personaje (presentarlo, digo, que no me ataquen los fans del cómic). No es una gran película, sin duda, pero es un entretenimiento de puta madre.
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Retratos del más allá
Retratos del más allá (2008)
  • 4,3
    4.024
  • Estados Unidos Masayuki Ochiai
  • Joshua Jackson, Rachael Taylor, James Kyson-Lee ...
2
Toma gilipollez...
Retratos del más allá es un remake de una película tailandesa titulada Shutter que sigue fielmente las líneas maestras del terror asiático.

Masayuki Ochiai, director japonés al que la crítica del país del sol naciente había encumbrado unos años antes, se pone al timón de este remake. En Estados Unidos están el béisbol, el básket, el fútbol americano, el hockey y los remakes. Esos son los deportes nacionales. Cosa que destaca y que no lleva las barras y estrellas en la bandera, cosa que se remakea. Ochiai demuestra que sí, que es lógico que la crítica tenga buenas palabras hacia él, sobretodo teniendo en cuenta que para los japos las pelis de terror en las que sale una chica con una bata blanca son como para los españoles los films de la posguerra. Ochiai se dedica a seguir las pautas del subgénero nacido en Japón y eso lo hace bien, lo que pasa es que ya ni sorprende, ni acojona ni nada de nada. Cuando la cámara empieza a moverse, el espectador sabe en qué momento le van a colar el susto de turno, con lo que la palabra "susto" pierde todo sentido. Quisiera decir, ya que estoy, que la estética de la película pide a gritos un par de filtros de color, a modo de impresión personal.

Joshua Jackson (ese, el de Fringe) es el protagonista masculino y su trabajo deja bastante que desear. Hay actores que necesitan el espacio de una serie para poder apoderarse de un personaje y, en el caso de Jackson, eso es más que evidente. Rachael Taylor es la mejor de la película a años luz del resto: se implica con su personaje, sufre y por momentos da gusto ver cómo rema a contracorriente para intentar levantar la película. Megumi Okina interpreta a la asiática de la bata blanca y el pelo tapándole media cara. La actriz cambia en cada película, pero el personaje es siempre el mismo y el nivel de las intérpretes es siempre entre lamentable y responsable de suicidios.

Resumiendo, que es gerundio: Retratos del más allá es otro remake de mierda de otra película de terror asiática. En este caso, no he visto la original (aunque lo haré), pero a poco que me saquen a un mono bailando vestido de bombero (¡Pankun!) ya aseguro que será mejor que el remake.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hellboy
Hellboy (2004)
  • 6,0
    60.141
  • Estados Unidos Guillermo del Toro
  • Ron Perlman, Selma Blair, Rupert Evans ...
6
Entretenida
Hellboy lleva a la gran pantalla al personaje creado por Mike Mignola que, desde el cómic, consiguió convertirse en un antihéroe de culto.

Guillermo del Toro dirige Hellboy y para ello se aplica en conseguir un ritmo frenético. Tanto es así, que en las ruidosas y llamativas escenas de acción, por momentos sacude al espectador de tal manera que consigue despistarlo y hacer que éste pierda su ubicación. No obstante, el trabajo de del Toro en líneas generales es bastante bueno, pues consigue mostrar la personalidad del personaje principal con todos sus matices y lo hace muy cercano desde el principio, algo en lo que contribuye Peter Briggs, que escribe conjuntamente el guion con el realizador mexicano. El villano principal, al que se describe a la perfección en la primera secuencia para poner al espectador sobre aviso, es un tanto sosete a pesar de tener una buena base. El maquillaje y los efectos especiales están cuidados, pero si hay algo que destaca son las gracietas del protagonista, que logran expresar claves de sus puntos maestros.

Ron Perlman está bajo el maquillaje y logra apoderarse del personaje desde el principio, aportando sus ideas pero sin renunciar a la esencia que convirtió a Hellboy en un tipo tan carismático. La peculiar Selma Blair no deja un trabajo para el recuerdo, aunque tampoco merece pena de muerte. Rupert Evans pone ganas, aunque la fuerza intensa en él no es, digamos. El veterano John Hurt está sembrado y se come la película en los momentos que ésta le ofrete. Jeffrey Tambor, actor con una vis cómica muy particular, hace una buena labor. Doug Jones, escondido bajo toneladas de caracterización, mueve al personaje desde dentro de forma certera. Karel Roden hace lo suficiente para que su insulso personaje tenga algo de potencia.

Resumiendo, que es gerundio: Hellboy es entretenimiento en estado puro. Es cierto que, además de entretener, cuenta con un protagonista que engancha y eso en este tipo de producciones es un puntazo. Como película, bueno... No creo que sea lo más importante, en este caso.
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30 días de oscuridad
30 días de oscuridad (2007)
  • 5,5
    25.052
  • Estados Unidos David Slade
  • Josh Hartnett, Melissa George, Ben Foster ...
7
Tensión sí, miedo no
30 días de oscuridad fue una idea que nació en principio para convertirse en película, aunque tras unos esbozos sobre papel, se decidió convertirla en una historieta gráfica. Un tiempo después, curiosamente, llegó a la meta que se propuso.

David Slade, elevado por la crítica tras dirigir Hard Candy, dirige 30 días de oscuridad y lo hace con un aplastante sentido del ritmo que logra que el espectador llegue a vivir durante dos horas en el frío poblado en el que transcurre la acción. Slade no intenta vender una película de miedo, sino una película tensa, en la que el terror llega a la otra parte de la pantalla por el camino del nerviosismo. El hecho de presentar la rutina del pueblo en el prólogo es de una importancia vital, pues con unas ligeras pinceladas queda todo ya preparado para que estalle la película y el público pueda conocer mejor las sensaciones de los personajes ante un suceso tan particular (por llamarlo de alguna forma) como es una invasión/devastación llevada a cabo por vampiros. La fotografía es uno de los puntos fuertes de la película y el resultado final de dicho apartado es realmente interesante. Por otra parte, la decisión de Slade de mostrar mucho tiempo en pantalla a los vampiros (o lo que coño sean) se convierte en un gran acierto porque da otro aire a la línea narrativa de la película.

Josh Hartnett protagoniza la película y el pobre chico no tiene su mejor día. El guapo actor es un crack con los personajes misteriosos, reservados o que necesitan poca expresividad facial, pero cuando se le pide cierta carga dramática, desfallece estrepitosamente. Melissa George está acertada, aunque ni mucho menos deja una estela brillante en el cielo. Danny Huston es, probablemente, el mejor del reparto. Ayudado por una buena (aunque sencilla) caracterización, es el causante de varios de los momentos más inquietantes de la película. El mítico Mark Boone Junior está a un muy buen nivel en un papel más "tranquilo" que los que suele interpretar. Buena labor de Mark Rendall y muy destacable el corto papel de Ben Foster, con un personaje intenso pese a no tener demasiado peso y con una interpretación muy concienzuda del actor de Boston.

Resumiendo, que es gerundio: 30 días de oscuridad recuerda a alguna inexistente leyenda vampírica de los países escandinavos. Una historia no demasiado trabajada aunque amparada en una base sólida y elevada por el buen trabajo de su director, que la convierte en una película realmente interesante.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La semilla del mal
La semilla del mal (2009)
  • 3,7
    4.470
  • Estados Unidos David S. Goyer
  • Odette Yustman, Gary Oldman, Cam Gigandet ...
1
Interesante comedia
La semilla del mal se vende como película de terror. Sin embargo, habría que saber diferenciar los sustos puntuales del terror puro y duro. Porque a mí, que soy un caguetas, la película me deja indiferente.

David S. Goyer es un tipo raro. Aquí se casca una película en la que lo único que merece la pena es el tráiler. ¿Por qué? Muy sencillo: porque en el tráiler se pueden meter un par de sustos en unos 15 segundos y así dar a entender que te vas a pasar la interminable hora y media que dura la película con el culo apretao'. La realidad es muy, muy distinta, pues Goyer se inventa un guion que bebe directamente del cine japonés, con explicaciones de una absurdidad mayúscula y lo pone en pantalla con un trabajo lamentable tras las cámaras, buscando el susto fácil. Una cosa hace bien como director, el buen hombre: utiliza bien el sonido para crear tensión. Por desgracia, la tensión se difumina para dejar paso a una comedia involuntaria que va dejando en evidencia a Goyer a medida que pasan los minutos. El color de la película, sobretodo al final, recuerda a la estética de algunas de las peores películas de los últimos años. Demasiado gris verdoso, pesaos, que sois unos putos pesaos. Lo jodido es que David S. Goyer es el autor de la base de las películas de Christopher Nolan sobre Batman... aunque claro, también es el guionista de Kickboxer 2 o las pelis de Ghost Rider. Además, dirigió la infumable Blade Trinity.

Odette Yustman es uno de tantos ejemplos del "sé guapa y tendrás un lugar en Hollywood". De actriz tiene poco, sin duda, o si lo tiene lo lleva escondido en el bolsillo. La chica sí, muy mona y tal, pero seguro que hay chicas monas, chicas normales o chicas gorditas que tienen más talento. La eligieron a dedo, supongo. Cam Gigandet, un crepusculito, aparece como novio de la protagonista y, a decir verdad, no lo hace del todo mal teniendo en cuenta la cantidad de mierda que tiene a su alrededor. Meagan Good, tres cuartos de lo mismo: scream queen que ni scream ni queen. Interpreta a un personaje refrito de tanto usarse y lo hace ya no sin aportar nada, sino restando puntos. Y ahora llega la pregunta: ¿qué coño pinta Gary Oldman aquí? No, en serio, es verdaderamente desconcertante. Un pedazo de trozo de cacho de actor como Gary Oldman, metido en un bodrio gigantesco. El hombre en su línea, claro. Cuando está en pantalla, hasta parece que estemos viendo algo decente. Cierra el reparto de los mayores el peculiar Idris Elba, que está por encima de la media. Atticus Schaffer, el pequeñajo de la serie Malcolm, está por ahí con semblante serio bastante correcto.

Resumiendo, que es gerundio: en una semana he visto aberraciones del tamaño de The Choke y The Tattooist, y en ambas he tenido la sensación de que un niño podría mejorar el resultado de esas películas. Aquí, vamos un paso más allá, porque tenemos a Gary Oldman en el reparto, ni más ni menos. Un niño trabajando con un buen actor, saca algo mejor que este mierdo que es La semilla del mal. Pero fijo, vamos... El niño sujetando la cámara, y Oldman haciendo un monólogo. Fin. Exitazo. Obra maestra. ¡Genio!
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El tatuador (The Tattooist)
El tatuador (The Tattooist) (2007)
  • 3,7
    419
  • Nueva Zelanda Peter Burger
  • Jason Behr, Mia Blake, Michael Hurst ...
1
Mala, mala...
Hay películas malas, películas estúpidas y luego está The Tattooist, que es como la cima en la que se cruzan. Un sinsentido de narices con las mismas dosis de cine que un mojón enharinado.

Peter Burger, director del que no había visto nunca nada y del que dudo que vuelva a ver algo, dirige El tatuador, una película que ni es de miedo, ni es un thriller ni es película, si me apuras. Viene siendo que el guion de Matthew Grainger y Jonathan King puede que funcione a modo de relato de unas dos o tres páginas, pero cuando quieres que dé de sí te encuentras con un vertedero de gilipolleces que no hay por dónde coger. Luego lo que pasa es que el tal Peter Burger, al que llamaré Pedro Hamburguesa a partir de ahora aunque sea más largo, tiene un concepto del miedo basado en algunos clásicos del cine de terror como Poli de guardería, Aladdin o Mujercitas. Hamburguesa deja clara su ineptitud desde el primer minuto, haciendo que la película vaya desarrollándose en no se qué puto camino sin dar respuestas a las, por desgracia, inexistentes preguntas del espectador. Lo jodido es eso, que no te preguntas nada porque lo que estás viendo te suda el nardo de tal forma que te da absolutamente igual y sigues viendo la película por el simple hecho de que ya la has empezado. La ambientación, propia de una comedia romántica de bajo presupuesto, va de puta madre con el inexplicable uso del sonido, tan importante en el cine de terror, que hace el tío Pedro.

Jason Behr protagoniza la película con más ganas que talento. Pero bueno, ponerle ganas ya es algo, puesto que el resto parece que van un poco a su puta bola, en la línea del Dios Pedro Hamburguesa. Mia Blake está en la peli como que pasaba por ahí, como que la han pillado por la calle y ya que estaba pues graba un par de escenas con un dramatismo tan absurdo como ver a un preservativo gritando porque no quiere ser violado. David Fane es el tercero en lo relativo a relevancia en pantalla y el tipo está ahí como podría estar en una película de esas en las que Eddie Murphy hace 50 personajes.

Resumiendo, que es gerundio: The Tattooist, o El tatuador, es una película mala. Pero mala, mala. Pero mala, mala, mala, mala. Mala de cojones. Mala de hartarse. Mala de pegarse un tiro, ya ves tú... Mala de enfermar viéndola. Este es el legado de un inepto llamado Pedro Hamburguesa. Y hay gente con un talento desbordante que no encuentra financiación, tócate los cojones...
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Moneyball: Rompiendo las reglas
Moneyball: Rompiendo las reglas (2011)
  • 6,8
    37.902
  • Estados Unidos Bennett Miller
  • Brad Pitt, Jonah Hill, Philip Seymour Hoffman ...
8
Magistral
Moneyball adapta el libro de Michael Lewis en el que se cuenta la historia de Billy Beane, General Manager de los Oakland Athletics, un pequeño equipo de béisbol que reescribió la historia y demostró que el dinero no es la única arma en el deporte de equipo de alta competición.

Bennett Miller triunfó con Truman Capote y ahora repite éxito con Moneyball. El director deja mucha parte del peso al reparto, eso es cierto, pero es él quien se ocupa de que la historia no pierda interés en ningún momento. A pesar de que para quienes no conozcan el mundo del béisbol o la forma de los movimientos del mercado de las grandes ligas americanas pueden resultar un tanto desconcertantes los sucesos de Moneyball, Miller se encarga de ponernos los pies en el suelo y trabaja las operaciones de los despachos desde la normalidad más absoluta sin dejar de lado las explicaciones, incluidas normalmente en los diálogos, para que se vaya captando de qué va el asunto. Eso es fundamental para que podamos vivir la historia desde dentro y para que incluso aquellos a los que el deporte les parezca una gilipollez puedan disfrutar de lo que se nos cuenta. La ambientación es una puta pasada y el realismo, teléfono en mano, del protagonista, es de matrícula de honor. El sentido del ritmo de Bennett Miller es otro de los puntos fuertes, pues consigue que cuando ya estamos dentro de la historia no queramos bajar del barco.

Brad Pitt es un crack de cojones. Al tío ya le suda el nardo el papel que se le ponga por delante, pues los saca todos sin despeinarse. Pone cada uno de sus gestos al servicio del personaje y eso consigue que todos sus papeles cobren vida. Además, cada día se parece más a Benicio Del Toro, un dato que no viene a cuenta pero que me apetece soltar. Jonah Hill... ¡Johan Hill! La madre que parió a Panete... Ahora resulta que el chico gordo de las comedias gamberras es un actorazo como la copa de un pino. Es acojonante lo que hace Hill en pantalla, consiguiendo robar protagonismo a algunos de sus compañeros de reparto. El trío principal lo completa Philip Seymour Hoffman, que lo mismo te sirve para hacer de asesino en serie que para dar vida a Teresa de Calcuta. Uno de los grandes de nuestra era, sin duda ninguna.

Resumiendo, que es gerundio: la magia de Moneyball es que consigue aunar deporte de alta competición con cine sin perder seguidores de ninguno de los dos frentes. Además, la película la puedes ver con tu mujer, novia, amante, madre o abuela aunque cuando intenten decir "béisbol" digan "beirbo" y eso es algo de una dificultad enorme. Bennett Miller tiene el 40% de la culpa del éxito de Moneyball como película, otro 40% es de su trío protagonista y el 20% restante se lo reparte el resto del equipo tanto técnico como artístico. Estos porcentajes podrían ser pura ficción. ¡Jonah Hill, cabronazo! ¡Qué callado te lo tenías!
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Fast & Furious 6 (A todo gas 6)
Fast & Furious 6 (A todo gas 6) (2013)
  • 5,7
    24.065
  • Estados Unidos Justin Lin
  • Vin Diesel, Paul Walker, Dwayne Johnson ...
5
Ya van 6
La sexta entrega de Fast & Furious confirma, por si había alguna duda, que la saga ha superado las expectativas de todo el mundo. Lo que empezó como un entretenimiento de coches tuneados y chicas con poca ropa ha acabado convirtiéndose en cine de acción de lo más interesante.

Justin Lin vuelve a encargarse de la que ya es "su" franquicia. El guion, de nuevo, es obra de Chris Morgan. Vista la última película, en la que la saga tomaba un aspecto mucho más serio y cuidado, cabía esperar que esta séptima entrega siguiera el camino marcado. Sin embargo, aquí vemos a Justin Lin haciendo algo así como un crossover entre las últimas películas de Fast & Furious y las primeras. Por una parte, tenemos la acción trepidante que supera, si cabe, la espectacularidad que deslumbró en la quinta película; por otra parte, nos encontramos de nuevo con incontables imágenes tomadas desde dentro de los coches cuyo único fin es resaltar alguna frase "brillante" de algún personaje. Por desgracia, aunque sí hay algún comentario de lo más gracioso, los que se producen en el asiento del conductor se acercan al ridículo en demasiadas ocasiones, además de desconcertar al espectador que, por momentos, está perdido entre las brutales escenas de blockbuster puro y duro que, salvo por el tema de las cámaras en los coches, Justin Lin dirige con riguroso sentido del ritmo pese a su poco tino a la hora de definir la posición del espectador.

Vin Diesel sigue sembrado en ese rol que tanto le gusta en pantalla y demuestra que, muy probablemente, Dominic Toretto será su mejor personaje cuando se retire. Paul Walker sí confirma las buenas sensaciones que nos dejó en la anterior película de la saga, algo muy de agradecer. Dwayne Johnson da rienda suelta a su lado wrestling al final, pero hasta llegar ahí mantiene un tono serio y duro que casa con su personaje y, lejos de ser algo que pueda atribuirse a que es "lo que hace siempre", aquí aporta varios matices importantes. Ludacris está sembrado encabezando la larga lista de secundarios, entre los que encontramos a un muy correcto aunque poco relevante Tyrese Gibson, al sobrio Sung Kang, a la certera Gal Gadot, a la casi desaparecida, aunque correcta Jordana Brewster... y a ese aborto de actriz llamado Michelle Rodríguez, quien para mi desgracia reaparece con bastante protagonismo, repartiendo cara de estreñida por los cuatro costados. El villano, en esta ocasión, está interpretado por Luke Evans, que consigue un trabajo inquietante que transmite nervio debido a su serenidad. Por último, tenemos a Gina Carano, ex luchadora de artes marciales mixtas que se mueve bien en pantalla.

Resumiendo, que es gerundio: es evidente que la saga Fast & Furious ha sabido reinventarse con asombroso éxito, pero también es evidente que la sexta entrega es un paso adelante que trastabilla en ese proceso de transformación. No es una mala película, pero desperdicia parte del potencial que prometía la quinta entrega, pasando de ser una posible Ocean's Eleven a convertirse de forma evidente en u G.I.Joe de manual. Eso sí, a quien me diga que no entretiene como la hostia, le salto los dientes de una patada.
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Monster
Monster (2003)
  • 6,6
    30.017
  • Estados Unidos Patty Jenkins
  • Charlize Theron, Christina Ricci, Bruce Dern ...
8
Diosa
Monster lleva a la gran pantalla la historia de Aileen Wuornos, una mujer que vivió un calvario de un surrealistmo atroz.

Patty Jenkins debuta en la gran pantalla por la puerta grande. La escritora, aquí guionista y directora, nos ofrece un retrato meticuloso y sin escrúpulos de una historia macabra que agarra al espectador por el cuello desde el inicio y lo va dejando sin aire a medida que avanza la película. Jenkins convierte a su protagonista en hilo conductor y desde su enfoque nos presenta la dureza de una vida en la que no se sabe muy bien cuánta parte de culpa tiene la propia mente de Aileen Wuornos y cuál es el porcentaje que pertenece a las dificultades que tuvo que vivir. La directora permite que sea el espectador quien especule con ello y se forme una idea, haciendo visibles todos y cada uno de los actos del personaje principal pero sin hacer de árbitro. El diseño de los dos personajes principales es una verdadera gozada, así como la relación entre ellos (ellas), ya que vamos viendo un tira y afloja en el que no para de alterarse el equilibrio de la balanza que forman como pareja. La banda sonora es perfecta, así como la fotografía y el vestuario, pero si hay algo que se lleva la palma es el equipo de maquillaje y peluquería.

Charlize Theron llega al cielo. Su trabajo aquí no tiene absolutamente nada que envidiar a cualquier otro que hayamos visto a lo largo de la historia del cine. Nada. Eso son palabras mayores. Más allá de su grandísimo trabajo en pantalla, hay que destacar la preparación del personaje por parte de la actriz sudafricana, que engordó casi 20 kilos para el papel y aprendió a trabajar con las prótesis que llevaba en la boca sin perder un ápice de expresividad. Christina Ricci, generalmente, hace de Christina Ricci. Pero es que, en esta ocasión, su personaje es Christina Ricci 100%. No estoy diciendo que Ricci sea mala actriz ni mucho menos, pero sí es cierto que su modo de expresarse ante las cámaras tiene ciertos tics fácilmente identificables y eso no siempre es bueno. El caso es que, en Monster, todos esos tics tienen cabida y son necesarios. Chapeau para quien pensó en ella para el papel. Bruce Dern hace un trabajo serio dentro del poco espacio que tiene. A nivel personal, quisiera destacar la cortísima aparición de Pruitt Taylor Vince, un actor como la copa de un pino que tal vez no ha recibido el reconocimiento que merece.

Resumiendo, que es gerundio: Monster es una buena película, una soberbia historia y contiene una legendaria interpretación femenina. Nadie en el mundo debería morir sin ver a Charlize Theron llegando al nivel de Katharine Hepburn, Meryl Streep o Marlene Dietrich. Un verdadero recital.
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Destino oculto
Destino oculto (2011)
  • 6,1
    23.464
  • Estados Unidos George Nolfi
  • Matt Damon, Emily Blunt, Anthony Mackie ...
5
Otro desperdicio
Destino oculto es una película romántica de ciencia ficción que adapta un relato del prolífico Philip K. Dick convirtiéndolo en un producto que en el trailer se vende como interesante pero acaba derivando en comercialismo puro y duro.

George Nolfi debuta en la dirección. Tras dedicar la primera parte de su carrera a su faceta de guionista, Nolfi reescribe aquí el relato de Philip K. Dick y es él mismo quien se ocupa de darle forma tras las cámaras. A efector prácticos, su trabajo no es malo visto desde el enfoque estilo thriller que se le da a la película desde el principio, haciendo que sea ese el punto de vista del espectador mientras recorre una historia de amor ubicada en pleno centro de la ciencia ficción. El planteamiento no es malo, desde luego, y es por eso que cuando finaliza la pregunta surge la pregunte de dónde está el error. Y el fallo es evidente: algo tan jugoso como la historia de unos observadores que hacen que los humanos cumplan su destino, deriva poco a poco en una película romántica en la que el bache a la que se enfrentan los protagonistas es a un destino ya escrito, sustituyendo a problemas habituales como los suegros o las ex-parejas. Así pues, Nolfi nos acaba dando una película romántica aliñada con ciencia ficción, decantándose mucho más por la primera vertiente y utilizando el thriller como una mera excusa para su propósito.

La pareja protagonista es la que levanta la película. Matt Damon, que hace ya mucho que dejó de ser el actor guapo del que se burlaban por parecer tonto, da una lección a los actores novatos (y a algunos veteranos) de cómo se estudia y se trabaja un personaje desde la comprensión hacia sus necesidades. Emily Blunt, que podría limitarse a ser "la chica de la película" está encantadora y enamora al protagonista y de paso a todos los espectadores con una dulzura y una naturalidad sobrenaturales. Muy buen trabajo el de Anthony Mackie, humanizando a un personaje que crece mucho gracias a su interpretación. El veterano Terence Stamp aúna buenas maneras ante las cámaras y presencia, como ha hecho tantas veces en su ya larga carrera.

Resumiendo, que es gerundio: Destino oculto es una película con la que se puede pasar un rato entretenido. La buena historia del maestro Philip K. Dick se intuye bajo varias capas de ciencia ficción desaprovechada, thriller rutinario y romanticismo sustentado en los actores, pero George Nolfi no es capaz de sacarle todo el jugo. Ni la mitad. Ni la cuarta parte. Esta película podría ser unas 100 veces mejor de lo que es. Y no es mala.
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El concierto
El concierto (2009)
  • 7,0
    11.437
  • Francia Radu Mihaileanu
  • Aleksei Guskov, Mélanie Laurent, Dmitri Nazarov ...
7
Genios
El concierto es una película francesa, dirigida por un actor rumano y con un reparto mayoritariamente ruso.

Radu Mihaileanu dirige y guioniza esta comedia política en la que tienen cabida temas de lo más dispares. Basada en una historia de Thierry Degrandi y Hector Cabello Reyes, Mihaileanu presenta un guion con cierto aire al Woody Allen más absurdo. El director rumano presenta la historia como una comedia pura y dura y va dando fuerza a esa idea basándose en unos personajes construídos de forma perfecta y encajados entre sí como piezas de un gigantesco puzzle o, en este caso, como instrumentos de una gran orquesta. Tras una premisa puramente humorística, Mihaileanu da una vuelta de tuerca y deja que asombre la sombra del drama, permitiéndose la licencia de juguetear con un final "sorpresa" que empieza a prepararse mediada la película y concluye con una fenomenal secuencia de más de diez minutos de duración en el que la historia llega al clímax al compás de la música. En su labor de director, se limita a seguir unas pautas lógicas viendo la historia que quiere contar y solo se permite cierto poder en la mentada escena final.

Aleksey Guskov protagoniza la película y su trabajo es una verdadera maravilla. El actor ruso (nacido en Polonia) demuestra sentido del ritmo y una empatía majestuosa con su personaje. Mélanie Laurent, una actriz dotada de un talento bárbaro, secunda a Guskov con un trabajo que representa la parte dramática de la película y que alcanza niveles escalofriantes en los legendarios últimos minutos de El concierto. Dmitri Nazarov, igual que Guskov, se mueve bien en los dos frentes a los que nos expone la película. François Berléand, un verdadero crack que borda los papeles de cascarrabias (el inspector de policía en Transporter, para entendernos), nos deja también otro gran trabajo. Miou-Miou, legendaria actriz francesa, completa el repóker principal con una interpretación soberbia. El resto del reparto, en mayor o menor medida actores de relleno, cumple con creces aguantando el alto nivel de exigencia que ponen sus compañeros.

Resumiendo, que es gerundio: El concierto es una película interesantísima. Entra en política sin tapujos, caricaturiza sin miedo los estereotipos (incluyendo la propia etnia de su director y guionista), se ríe de temas serios y acaba por desatar alguna lágrima o, como poco, poner la piel de gallina en una explosiva escena final en la que los sentimientos de los protagonistas florecen al ritmo de un violín solitario por momentos que encuentra el apoyo necesario en los ecos del pasado. En serio, el final es una puta genialidad. Una puta genialidad...
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La trampa del mal
La trampa del mal (2010)
  • 5,4
    13.166
  • Estados Unidos John Erick Dowdle
  • Chris Messina, Logan Marshall-Green, Geoffrey Arend ...
4
Detalles interesantes
La trampa del mal es una película de terror mezclado con thriller y suspense que elige como decorado un reducido ascensor. Nacida de la mente de M. Nighy Shyamalan, tiene todo lo bueno y todo lo malo del controvertido cineasta.

John Ecik Dowdle, quien dirigiera poco antes ese "remake / copia exacta cambiando cosas a peor" de Rec titulado Quarantine, es el elegido por el hombre misterioso para dirigir su película. Y digo "su película" porque la mano del señor Shyamalan se nota a kilómetros de distancia. La historia es suya, aunque quien da forma al guion es Brian Nelson, que deja tantas incongruencias en el camino que consigue asustar más él con eso que el director con esos intentos de susto repentino que aparecen en la oscuridad del ascensor. Dowdle hace un buen trabajo con la ambientación y logra que se note en el ambiente la tensión que existe en la reducida estancia en la que se desarrolla gran parte de la película y, además, consigue un trabajo sobrio y muy eficaz, dando potencia al contenido gracias a un acertado pulso narrativo que por momentos da la sensación de pertenecer a una producción de mayor categoría.

En el ascensor se encuentran cinco personajes: Logan Marshall-Green carece de fuerza y, sobretodo al final (un final absolutamente Shyamalaniano, por cierto), muestra una preocupante falta de emoción; Bojana Novakovic estrena su segundo trabajo en Estados Unidos haciendo de nuevo cine de "terror", como sucedió en Arrástrame al infierno y puede que sea la mejor del reparto; Jenny O'Hara, veterana actriz de TV movies, deja patente aquí el motivo de haberse pasado gran parte de su vida en la pequeña pantalla; Bokeem Woodbine representa fielmente el espíritu entregado pero poco talentoso del cine de terror contemporáneo y, por último, tenemos a Geoffrey Arend, el de menor tiempo en pantalla y que no mejora demasiado al resto del reparto. Fuera del ascensor, el protagonista es un Chris Messina que no está demasiado afortunado.

Resumiendo, que es gerundio: La trampa del mal es puro Shyamalan. Desde el principio hasta el final. O mucho cambian las cosas, o Shyamalan conseguirá definitivamente pasar de ser "el tipo que hizo El sexto sentido y su gran final" a ser "el tipo que hizo un bombazo en taquilla y repitió fórmula sin parar... sin parar de cagarla". Sería injusto decir que la película es mala por su culpa, pero dudo mucho que el señor Night permitiese a Brian Nelson escribir un guion propio, y siendo ese el punto más débil de la película, da la impresión de que a Shyamalan le apetecía producirse una película pero tenía pocas ganas de trabajar. Y así le va.
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Next Door
Next Door (2005)
  • 5,4
    1.621
  • Noruega Pål Sletaune
  • Kristoffer Joner, Cecilie A. Mosli, Julia Schacht ...
6
En el norte siguen mejorando
Next Door es un thriller psicológico que nos llega desde Noruega y que se suma a la lista de gratas sorpresas que está regalando el cine nórdico en los últimos tiempos.

Pal Sletaune es un director y guionista aficionado al thriller que, hasta Next Door, había tomado el sendero de la comedia para presentarnos sus enmarañadas historias. Aquí, Sletaune realiza un trabajo de matrícula de honor durante la primera parte del metraje que decae progresivamente hasta acabar haciendo suyos todos los clichés del thriller psicológico. En su faceta de director, consigue crear una atmósfera densa, asfixiante y absolutamente desconcertante que atrapa al espectador, pero en su trabajo como guionista acaba mostrando que la historia es, más bien, artificial, tramposa e incapaz de explicarse sin recurrir a algunos tópicos demasiado trillados a estas alturas. No obstante, yo diría que en general su trabajo es verdaderamente interesante pues, a poco que encauce mejor sus ideas, podría sorprender con alguna gran película.

Kristoffer Joner clava su personaje. Ante todo, diré que no sé si el chico siempre tiene la misma cara de no haber cagado en una semana porque no he visto todavía otros trabajos suyos, pero sea por el motivo que sea lo importante es que aquí está soberbio. Julia Schacht encabeza el grupo de chicas con papeles secundarios y lo hace con una interpretación bárbara, tan desconcertante como llena de interés y que deja clara su implicación con el papel. Cecilie Mosli hace también un muy buen trabajo, aunque algo rígido, lo que podría aplicarse, también, a Anna Bache-Wiig (con perdón por el chiste fácil que entenderán quienes hayan visto la película).

Resumiendo, que es gerundio: Next Door es una piedra más en el resurgir del cine escandinavo. Un thriller psicológico que, pese a sus deficiencias, logra dejar claro el camino que quiere tomar y lo hace gracias al nervio acompasado de su director, que se maneja mejor en esta ocasión tras las cámaras que con el teclado del ordenador en las manos.
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The Choke
The Choke (2006)
  • 2,5
    123
  • Estados Unidos Juan A. Mas
  • Damon Abdallah, Brooke Bailey, Sean Cook ...
1
Madre mía...
The Choke es una película independiente de terror. Se mueve dentro del slasher, algo lógico teniendo en cuenta su escaso presupuesto pues esta rama del terror suele ser la más barata y accesible para producciones de este tipo.

Juan A. Mas, una persona de quien no he podido descifrar casi nada navegando por internet, dirige este aborto que es The Choke. Mas intenta darle frescura a la película en los primeros compases del metraje, calcando el sonido estridente y el zoom cerrado de Robert Rodríguez en El mariachi, cosa que puede ser una casualidad o puede no serlo ya que las dos películas cuantan más o menos con la misma capacidad económica. Después, de repente, el tal Mas empieza a meter clichés como panes así sin avisar, dejando al público con una cara de gilipollas indescriptible. No obstante, no toda la culpa es suya, pues hay un par de guionistas llamadas Jessica Dolan y Susannah Lowber que perpetran un guion que es lo más parecido sobre el papel a un crimen contra la humanidad. La pareja de chicas escriben el guion de un episodio de Scooby Doo un tanto subido de tono en el que se les olvida incluir la palabra "lógica". En los primeros minutos, cuando el tugurio montado en el matadero se queda sin alcohol y asistimos a la despedida de la primera banda que actúa en él, nos damos cuenta de que no tienen ni zorra idea del entorno en el que intentan ambientar el inicio. Después de eso, vemos que han visto bastante cine slasher y que han recogido lo peor del género para alcanzar aquí el everest de la montaña de mierda más alta del mundo.

El protagonista, Sean Cook, es un presunto chico guapo con la expresividad facial del martillo de Thor. Thomas Olson tiene que arreglárselas con el papel que mejor ejemplifica la absurdidad de la construcción de todos y cada uno de los personajes y el chico, por desgracia, no es Marlon Brando. Brooke Bailey, a pesar de tener cierto encanto, hace un trabajo lamentable a la altura del surrealismo de su personaje, aunque por caminos distintos. Wonder Russell, al ser la única con un papel más o menos normalito, se permite salir de la película sin el cartel de "he hecho el ridículo". Bee Simonds, actriz de cara rara, no mejora lo que aportan sus compañeros, aunque el término "aportar" puede ser excesivo. Puede que el mejor sea Sam Prudhomme, pues es el único en el reparto que al menos está serio frente a las cámaras. La ridiculez de Andrew Parkes, mejor olvidarla.

Resumiendo, que es gerungio: como tantos otros amantes del cine, yo también he escrito varios borradores. Uno que me costó mucho trabajo era un slasher que iba a rodar en el chalet de mis abuelos con unos amigos. Un día, lleno de inspiración, lo leí entero y me pareció una mierda tan grande que tuve que dejar de trabajar en él. Si alguien ha tenido los santos cojones de sacar al mercado The Choke y la ha hecho llegar hasta España, lo interpretaré como una señal para seguir con mi mierda de guion. Y cuando me quede sin ideas, copiaré diálogos de las peores películas de serie Z que encuentre. Luego, lo venderé como The Choke 2. Nos vemos cuando sea famoso, amigos.
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Abierto hasta el amanecer 2: Texas Blood Money
Abierto hasta el amanecer 2: Texas Blood Money (1999)
  • 3,2
    3.634
  • Estados Unidos Scott Spiegel
  • Robert Patrick, Bo Hopkins, Duane Whitaker ...
2
Eso de hacer por hacer...
En 1999 llegaron un montón de buenas películas. Fue un gran año para el cine que sin embargo no pudo evitar estranar su mierda de todos los años. Las dos secuelas de Abierto hasta el amanecer forman parte de esa mierda.

Scott Spiegel escribe y dirige esta aberración que podría ir directamente al infierno. Al principio, Spiegel nos presenta una historia que promete como mínimo ofrecer algo de diversión. La promesa se va alargando mientras atravesamos la primera mitad de la película y, cuando te estás planteando seriamente si la promesa no se ha convertido ya en una frustrante realidad, Spiegel suelta todo lo que tiene dentro y nos ofrece un sinfín de diálogos a cuál más absurdo que demuestran el poco interés o el poco ingenio (eso ya no lo sé) del cineasta. En Texas Blood Money no hay demasiado que contar, más allá de que hay unos vampiros súper chungos que te muerden y te convierten en vampiro. Lo jodido es que eso molaba en Abierto hasta el amanecer porque llegaba de repente, pero aquí ya sabes a qué te enfrentas y Spiegel no puede tener los santos cojones de no ofrecer nada más. Debido a su escaso presupuesto (que además parece que se destinó a pagar el reparto), el maquillaje es una basura importante. Eso no es ninguna crítica, porque sin dinero no hay turrón en navidad, pero si no tienes un maquillaje decente lo mínimo que puedes hacer es huir de los planos cortos.

Robert Patrick, el eterno Terminator líquido, protagoniza la película. El camino de este hombre en el cine ha sido uno de los más extraños de los últimos tiempos. Sin demasiado talento, pero perfectamente capacitado para interpretar a cierto tipo de personajes, ha ido pasando por ahí como de puntillas. Tras él, un largo elenco de secundarios entre el que destacan Duane Whitaker y un actorazo como Muse Watson. Además, en la película encontramos también a Bruce Campbell (sí, el famoso Ash de Evil Dead), a Raymond Cruz, que hace el mismo papel en todas las películas en las que le he visto aparecer o a un clásico como Bo Hopkins.

Resumiendo, que es gerundio: Abierto hasta el amanecer 2 y Abierto hasta el amanecer 3 se dan hostias para ver cuál de las dos es peor. Después de ver un soberano peliculón como es Abierto hasta el amanecer, llegan estar mierdas y uno acaba preguntándose por qué no eligió otro after.
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Push
Push (2009)
  • 5,2
    10.804
  • Estados Unidos Paul McGuigan
  • Dakota Fanning, Camilla Belle, Chris Evans ...
3
Me cago en su Pusha madre...
Los aficionados al cine se dividen en muchas categorías. No hay unas mejor que otras, simplemente son diferentes. Push es una película comercial al 100% y su problema reside, principalmente, en que no acaba de ser consciente de ello.

Paul McGuigan dirige este videoclip hecho película. El director escocés vuelve a encontrarse con un mal guion, algo que lastró también el resultado de El caso Slevin, su última película antes de Push. En aquella al menos había sentido, pero el guion que escribe David Bourla para Push es una gilipollez de dimensiones universales. Cuando termina la película, tenemos clara la historia que nos han contado, pero revolotea por nuestra cabeza la idea de si podría resumirse en un cortometraje de unos cinco minutos o, sin exagerar, si podría explicarse sin problemas con un trailer de menos de un minuto. Sucede que lo que nos cuentan viene amparado por los superpoderes de los personajes, que parecen extender una licencia de estupidez en la que todo vale para que la película siga, cosa que sería imperdonable pero al menos tendría sentido si el amigo McGuigan hiciera algo más que rodar un videoclip de casi dos horas de duración. La banda sonora no es mala, pero sí está mal elegida; el apartado estético daña la vista y el afán de McGuigan por mostrar de cerca el enorme poder de los personajes parece beber de fuentes tan potentes como Pokemon o Naruto.

Chris Evans protagoniza la película, más o menos. El chico guapo que no quería papeles de superhéroes y que ahora los interpreta a puñados no hace demasiado por levantar el nivel de la película. Dakota Fanning, esa actriz joven y pequeñaja que parece llevar toda su vida frente a las cámaras, es la más sólida del reparto junto a Djimon Hounsou, un pedazo de actor que por desgracia se ha equivocado eligiendo papeles en demasiadas ocasiones. Camilla Belle está a un nivel bastante bueno hasta que empieza a hacer de supermujer, momento en que se le va la olla totalmente y pega un bajón acojonante.

Resumiendo, que es gerundio: me he enterado perfectamente de lo que se me ha contado en Push por mucho empeño que Paul McGuigan y David Bourla han puesto en buscar tres pies al gato y ya que no soy de los más inteligentes del planeta tierra, intuyo que a la mayoría de la gente que busque algo de sentido en una película le habrá pasado lo mismo. Lo que más me jode es que para contarnos una mierda de historia, la pareja responsable de la película recurre a trampas de guion tan evidentes como innecesarias y tratan de vendernos como la hostia enlatada un final tan tonto como todo lo que sucede hasta que llegamos a él.
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Silencio desde el mal (Dead Silence)
Silencio desde el mal (Dead Silence) (2007)
  • 5,2
    8.404
  • Estados Unidos James Wan
  • Ryan Kwanten, Amber Valletta, Donnie Wahlberg ...
5
¡Otra sorpresa!
Silencio desde el mal es una película que hubiese sido un clásico en caso de haber sido parida en los 80 o los 90. Una película de macabras marionetas con tintes de Historias de la cripta que logrará conmover a más de un cinéfilo nacido por aquel entonces.

James Wan y Leigh Whannel vuelven a asociarse tras el rotundo éxito que consiguieron con Saw, una película convertida ya en clásico y referente. En esta ocasión, el binomio malayo-australiano nos presenta una película totalmente diferente, más centrada en el terror clásico. Para ello Wan, desde su poltrona de director, se sirve de un aspecto técnico muy cuidado, que supera por muchos puntos a lo que estamos a ver en estas películas de terror para melancólicos. La historia, que escriben Wan y Whannel de forma conjunta, nos presenta una leyenda urbana que se convierte en realidad ya en la primera escena de la película. Whannel cuida su guion para que no haya en él ningún error, cosa difícil por otro lado en vista del desarrollo de la función, que no se complica la vida en ningún momento.

Ryan Kwanten protagoniza la película con más esfuerzo que resultados. A su lado, Donnie Wahlberg (actor con una peculiar relación con el cine de Wan y Whannel), está muy centrado en su trabajo y logra sacar adelante un personaje que, como el resto, no está demasiado cuidado. Amber Valletta, mujer de belleza insultante a sus 40 años, pone el toque macabro dentro de lo "humano" de la película, pues también desfilan por la pantalla algunas marionetas (sobretodo 'Billy') que dan bastante canguelo de lo curradas que están.

Resumiendo, que es gerundio: James Wan y Leigh Whannel experimentan en Silencio desde el mal un nuevo tipo de cine para ellos. Lo hacen como si no notaran la presión que hay sobre ellos tras el exitazo de Saw, y es que parece que en ese momento tenían clarísimo que eran todavía unos novatos que tenían que ir probando cosas. La película no da miedo ni de lejos (y lo dice alguien que vive acojonao), pero uno se pregunta hasta qué punto era esa la intención. Si no lo era, y el ejercicio consistía en contar la historia de la mejor forma posible incluso sacrificando para tal fin el desarrollo de los personajes, Wan y Whannel hacen un trabajo genial. Eso sí, a pesar de sus virtudes (todas ellas residen en la claridad de ideas de los cineastas), no puede decirse que Silencio desde el mal sea una buena película. Pero no es mala.
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Miedos 3D
Miedos 3D (2009)
  • 4,5
    2.989
  • Estados Unidos Joe Dante
  • Chris Massoglia, Nathan Gamble, Haley Bennett ...
5
Grata sorpresa
Miedos 3D es una película honesta que empieza con suspense, toca el cine de terror y termina con una mezcla de ciencia ficción y comedia que recuerda a alguna de las secuelas de Pesadilla en Elm Street.

Joe Dante tiene predilección por el cine de terror, pero a lo largo de su carrera ha demostrado que no le hace ascos a la comedia, sobretodo cuando ésta se mezcla con su género favorito (como por ejemplo en la maravillosa Gremlins). Aquí, Dante hace un trabajo realmente bueno en la primera mitad del metraje, consiguiendo que un agujero en el suelo del sótano consiga acojonar bastante más que una docena de esas películas arrogantes que tanto abundan en el cine de terror. El truco de Joe Dante está en la sencillez con la que nos expone la historia, utilizando clichés pero haciendo que pasen desapercibidos gracias a la corta duración de la película, lo que obliga al director (o se obliga él mismo) a poner una marcha más en el dinamismo del desarrollo. El guion de Mark L. Smith no tiene mucha chicha y se ampara en la atracción que siente el protagonista por la chica mona para dar el pistoletazo de salida a una historia que concluye de una manera un tanto alocada.

Chris Massoglia y Haley Benett son los guapos adolescentes que encabezan el reparto, acompañados por el joven y cumplidor Nathan Gamble. Massoglia está fuera del personaje durante toda la película, haciendo que la valentía de la que hace gala éste no se note en ningún momento cuando es él quien debe expresarla sin diálogos. Haley Bennett no es la primera vez que trabaja en una película de este tipo y tal vez por la experiencia de la que dispone sale bien parada. El joven Nathan Gamble es, curiosamente, el mejor del trío protagonista. Teri Polo es esa mujer que sale en las películas que ve tu abuela en televisión un domingo por la tarde. Curtida en mil batallas, aquí tiene poco trabajo y lo solventa bien.

Resumiendo, que es gerundio: Miedos 3D no llega en ningún momento a ser una buena película. Por suerte, tampoco se toma demasiado en serio a sí misma y es capaz de entablar relación con el espectador dejando claro desde el principio cuál va a ser el camino a seguir. La ambición es buena en su justa medida, pero cuando desemboca en una dirección pretenciosa y prepotente, a mí me jode bastante. Por eso valoro tanto la sinceridad de Miedos 3D.
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El cuerpo
El cuerpo (2012)
  • 6,5
    27.250
  • España Oriol Paulo
  • Hugo Silva, José Coronado, Belén Rueda ...
4
El buen final casi arregla la película
El cuerpo era esa película con la que Antena 3 dio tanto por culo metiendo su anuncio hasta en la sopa. Una producción en la que su productora participó, supongo que tenía que ser rentable. El resultado fue un éxito en taquilla y una buena aceptación de la crítica. Ellos sabrán, que para eso son los que saben, redundando.

Oriol Paulo debuta en el largometraje y en sus manos se ponen algunos de los mimbres necesarios para hacer una gran película como, por ejemplo, un reparto con nombres importantes o medios económicos suficientes para la historia que ha de contarse. Sin embargo, el problema está precisamente en la historia. Y ahí es donde entra el nombre del director, que también es guionista de su película. Da la impresión de que todo lo que se nos va contando durante los (más o menos) 100 minutos de metraje, son una simple excusa para llegar al final, momento en el que Paulo se lanza a la piscina tomando un riesgo totalmente necesario. Hablo de riesgo necesario porque, tras un prometedor arranque, asistimos impotentes a un desarrollo irregular en el que el thriller y el (medio) cine de terror no logran encajar en ningún momento. Paulo cuando escribió el guion, probablemente, ya estaba montando la película en su cabeza, así que no me sirve que me digan que "eso no es culpa del guion", porque el guion lo escribe Oriol Paulo y la película la dirige Oriol Paulo. Sobre su trabajo tras las cámaras, decir que solo consigue asustar cuando tira de clichés. Y, hablando de clichés, todos esos que se sacan a relucir en las Spoof Movies (películas de parodias, para quienes no tengan mi inglés de Harvard), podemos verlos aquí. "Mi mujer murió en una noche como esta...", dice uno de los protagonistas provocando que esté a punto de mearme encima. El final, en el que digo que Paulo acierta arriesgando, intenta que todas las chorradas que se nos han contado desde el principio tengan sentido... y lo jodido es que está cerca de conseguirlo.

José Coronado se alisa el pelo y da un yuyu que no veas. Parece que el hombre Activia está viviendo su segunda época dorada y lleva ya varias interpretaciones consecutivas a un gran nivel. Hugo Silva, un chaval de lo más guapete al que los de peluquería y maquillaje convierten en un ser de lo más curioso, está más que correcto aunque por momentos parece que se le va el tono y, por si os lo estáis preguntando, la respuesta es sí: sigue con su puta costumbre de susurrar en lugar de hablar como las personas decentes. Belén Rueda sale entre poco y nada, pero con eso le basta para dejar su sello. Aura Garrido, con unos ojazos que quitan el hipo, deja un trabajo aceptable. Del resto, destacaría a la siempre correcta Cristina Plazas y a Juan Pablo Shuk, que dejó de ser un actor de telenovela hace algún tiempo para convertirse en un actor de verdad.

Resumiendo, que es gerundio: a mí los grandes finales me molan mucho. Una película que me guste, con un final de la hostia, se me queda grabada a fuego. Es lo que tiene acabar en alto, que el espectador se queda contento. Pero claro, si estás toda la película a cinco mil metros y en el final subes, el espectador se queda sin oxígeno y flipando, pero si estás al nivel del mar, por mucho subidón que pegues, no te da ni para provocar vértigo.
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