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Críticas ordenadas por:
Cómo perder a un chico en 10 días
Cómo perder a un chico en 10 días (2003)
  • 5,3
    22.135
  • Estados Unidos Donald Petrie
  • Kate Hudson, Matthew McConaughey, Adam Goldberg ...
2
Muy lamentable
Cómo perder a un chico en 10 días es esa típica película que tu novia irá a buscar en el videoclub si no es especialmente aficionada al cine. Una de esas de dos protagonistas resultones que promete gracias ligeras, algún chiste escatológico de bajo nivel, musiquita de fondo mientras los tortolitos experimentan su amor y un sinfín de clichés más.

Donald Petrie dirige la película y lo hace intentando no arriesgar demasiado. Lo que busca Petrie es un producto comercial, convencional y entretenido, una comedia romántica ligera de las de manual. Sin embargo, no da la talla. El director de películas como Niño rico o Miss Agente Especial no aporta nada a un guion ya de por sí flojo. Dicho guion, que corre a cargo de Kristen Buckley, Burr Steers y Brian Regan, plantea la nada innovadora propuesta de los intereses enfrentados de los dos protagonistas, apuesta mediante. La premisa está requemada, pero no por ello es mala, pues la base de la protagonista femenina da bastante de sí. Petrie, sin embargo, no aprovecha el relativo tirón de la chica; lo desaprovecha por querer sacarle demasiado partido, sobreexplotando sus virtudes, convirtiéndolas en defectos. Eso hace que Cómo perder a un chico en 10 días se vuelva repetitiva, tosca y por momentos muy cansina, lo que unido a una duración excesiva, no hacen otra cosa que obligar al espectador a consultar el tiempo que le queda por ver de la película. El hecho de que Petrie no arriesgue se traduce en una sucesión de escenas vistas mil veces, en unos diálogos de un nivel apenas tolerable y en una química entre sus protagonistas que no aparece por ninguna parte.

Kate Hudson es una mala actriz. Puede que no dé más de sí o puede que el tipo de cine que hace no requiera más, aunque ésto último me niego a creerlo. Diría que Hudson no da el mínimo exigible para hacer cine, pero si la siguen llamando será por algo, supongo. Aquí, la actriz de forzadísima sonrisa eterna interpreta un papel que tiene su miga, pero ni ella ni el director saben sacar nada apenas aprovechable. Matthew McConaughey es la otra cara de la película y parece estar ahí como quien espera el autobús, un poco a verlas venir y sin calentarse mucho la cabeza, simplemente cumpliendo con lo que dice el guion y, en ocasiones, ni eso. Thomas Lennon y Adam Goldberg, como secundarios masculinos, son lo mejor de la película junto a Annie Parisse y Kathryn Hahn, que ocupan ese mismo puesto pero en el apartado femenino. En un espacio menor aparecen Michael Michele y Shalom Harlow, con tan poca relevancia en pantalla como buen trabajo. Robert Klein y Bebe Neuwirth cierran con bastante acierto un reparto aceptable pero mal capitaneado.

Resumiendo: cuando una película flaquea en el guion, todo se resiente. Si además, su director es incapaz de cubrir parcialmente los agujeros y, además, crea unos nuevos como la falta de química entre los personajes, la cosa se derrumba al tratarse de una comedia romántica. Si los protagonistas son incapaces de sugerir que su amor es real y su capacidad cómica es nula en la película, está todo perdido. Y eso es lo que pasa.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hombres que miraban fijamente a las cabras
Los hombres que miraban fijamente a las cabras (2009)
  • 5,4
    29.395
  • Estados Unidos Grant Heslov
  • George Clooney, Ewan McGregor, Kevin Spacey ...
3
Soberana gilipollez
Los hombres que miraban fijamente a las cabras lleva al cine el libro de Jon Ronson en el que el autor nos cuenta la investigación que llevó a cabo John Sergeant sobre las técnicas paranormales del ejército. Una burrada tan cierta que asusta.

Grant Heslov y Peter Straughan pegan el patinazo de sus vidas. Straughan construye un guion redundante, vacío, que presume en exceso de lo que para él son sus aciertos (que al final son errores enormes). Straughan busca ya no el humor inteligente, sino el de élite, y lo hace con tanto ahínco que acaba dando la vuelta al marcador y pasa de lo pretendidamente absurdo a lo simplemente absurdo. Heslov, por su parte, mide mal los tiempos de la película y consigue un trabajo desequilibrado en el que los puntuales gags con cierta chispa se asoman como únicos supervivientes de la masacre que está siendo llevada a cabo. La película parece una recreación documental de algún programa cutre, con la salvedad de que a nivel visual es impecable. Cada secuencia irrumpe en escena atropellando a la anterior, llevándose por delante cualquier atisbo de un hilo narrativo que ofrezca la cordura necesaria que puede encajar con la locura del argumento.

Los actores disfrutan como niños, de eso no hay duda. El problema está en que sus personajes, salvando al interpretado por un brillante Ewan McGregor, son muñecos de juguetería con frases incorporadas en su diminuto disco duro. George Clooney, que es el que dispone de más espacio para dar rienda suelta a su poderío, queda enfrascado en la mente de ameba de un personaje demasiado repetitivo, errático desde su concepto y sobre todo en su limitado desarrollo. Jeff Bridges, tres cuartos de lo mismo pero sin tener tanto protagonismo. La versión estigmatizada y caricaturizada de El Nota deja que Bridges tenga momentos de lucimiento, pero son simples destellos. Kevin Spacey, un actor grande donde los haya, deambula sin sentido en ese sinsentido que es la forma de su personaje. De cinco grandes actores, solamente uno cuenta con un personaje al que interpretar. El resto son parte de la pretensión de brillantez y a la postre nefasta labor de Straughan y Heslov.

Resumiendo: Los hombres que miraban fijamente a las cabras ha sido definida por algunos críticos como una película de los hermanos Coen a la que le falta el ingenio de los hermanos Coen. Quiero sumarme a esa opinión. Misma idea, mismo reparto, Ethan Coen al guion y Joel Coen tras las cámaras. Pensadlo. No, en serio, pensadlo.
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El gran Lebowski
El gran Lebowski (1998)
  • 7,6
    121.252
  • Estados Unidos Joel Coen
  • Jeff Bridges, John Goodman, Julianne Moore ...
8
Brillante
El gran Lebowski es una de las películas más extrañas que te vas a encontrar a lo largo de tu existencia. Su aspecto visual casi normalizado la hace pasar más o menos desapercibida durante unos segundos, pero no necesitas mucho tiempo para darte cuenta de que se está montando algo gordo.

Joel Coen dirige una película que sirve de "Manual Coen". En El gran Lebowski se conjugan casi todas las facetas de los hermanos Coen, en mayor o menos medida. La comedia es el vehículo que lleva a la película desde la pantalla hasta el espectador, pero es la complejidad de una buena road movie con alma de cine negro lo que la mueve. Los esperpénticos personajes que van apareciendo en pantalla van superando con creces las barbaridades esperables en cualquier situación. Son personajes bien definidos, cortados en seco por los laterales y enfocados en una única dirección con el único fin de servir de piezas para el magistral puzzle que es El gran Lebowski. Joel Coen nos deja ver lo atractiva que puede llegar a ser la indolencia, pero también nos muestra hasta dónde nos puede conducir. Los personajes van apareciendo a modo de "jefe de pantalla" de un intenso juego de rol de esos que no acabamos de entender ni siquiera cuando lo terminamos. El trabajo magistral de Joel Coen se ve reflejado en una fantástica sucesión de escenas que, pese a ser más sorprendentes de forma individual que como conjunto, sí consiguen el hito de estar bien conectadas pese a que, en algunos casos, no hay una conexión real más allá de la voluntad de los Coen.

Jeff Bridges se convierte en un auténtico icono con un trabajo sobresaliente como El Nota. John Goodman está brillante, a su mejor nivel, para convertir El gran Lebowski en cosa de dos y colarse en todos los carteles. El resto del reparto es asombroso: Julianne Moore y su macabra serenidad, Steve Buscemi y su cómica búsqueda de la aceptación, David Huddleston y su brillante maldad encubierta, Philip Seymour Hoffman y su impresionante ansia de lameculos, Tara Reid y su morbosa locura, Ben Gazzara y su frívolo egoísmo, Peter Stormare y su graciosa y ambiciosa treta... y John Turturro, al que le sobra con medio minuto para convertirse en una de las estrellas indudables de una película realmente cargada de talento interpretativo.

Resumiendo: El gran Lebowski es una película brillante. Narrada con la originalidad de quien se dirige a los más disparatados, utiliza a los personajes para ir marcando los tiempos, utiliza los diálogos para ir explicándose poco a poco, utiliza la bolera como avanzadilla y utiliza al espectador para sentirse extremadamente divertida. Lo consigue todo.
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Men In Black 3 (Hombres de negro III)
Men In Black 3 (Hombres de negro III) (2012)
  • 5,7
    37.313
  • Estados Unidos Barry Sonnenfeld
  • Will Smith, Josh Brolin, Jemaine Clement ...
7
Estemos de acuerdo, coño
Men in Black 3 es una vuelta de tuerca a la franquicia. Un enfoque más sentimental con viaje al pasado incluido que, sin dejar la comedia de lado, ofrece un cambio bastante fuerte en el que, pese a que pudiera parecer una locura, acierta.

Barry Sonnenfeld se pone de nuevo al timón en esta tercera entrega de la saga. Cuenta con los elementos técnicos habituales, como son los grandes efectos especiales característicos de la franquicia, los grandes decorados y un enorme trabajo de producción en líneas generales. Sonnenfeld vuelve a apoyarse en eso y, en este caso, utiliza el guion de ese genio llamado Etan Cohen que consigue una historia bastante redonda, con carga emocional, nuevos descubrimientos, un villano muy notable y una alternativa excelente a la relación de los dos compañeros protagonistas. Sonnenfeld, además, vuelve a atinar, como hizo en la primera, con la mezcla de comedia y ciencia ficción que insta al espectador a realizarse preguntas, preparando las escenas para que se vuelvan trascendentales siempre dentro de la sencillez, embolsadas en lo más básico del ser humano, dibujadas con colores de ciencia ficción y coloreadas con un tono de una naturalidad apabullante.

Will Smith se convierte en protagonista absoluto y su labor, como en las dos películas anteriores, es genial. Josh Brolin entra pisando fuerte, haciendo algo muy difícil: interpretar a un personaje que ya ha sido interpretado por un actor y, además, hacerlo en otro espacio temporal. Lo de Brolin es, sinceramente, una verdadera maravilla. Tommy Lee Jones, con su semblante serio característico y esa aparente y pretendida indolencia, está de nuevo sembrado. Jemaine Clement se convierte en el mejor villano de la saga Men in Black, tanto por personaje como por interpretación. Emma Thompson ocupa el gran hueco dejado por Rip Torn con una grandísima labor, como siempre que está en escena. Michael Stuhlbarg está a un nivel estratosférico, sinceramente, y hace que la baja de Frank (al que hay varios guiños en la película) sea menos dolorosa. Alice Eve cierre, con encomiable resultado, un reparto sobresaliente.

Resumiedo: Men In Black 3 es un nuevo paso adelante de una película que había trastabillado ligeramente en su segunda entrega. Una película divertida, con ritmo y, lo más sorprendente de todo, realmente emotiva. Una joya del cine ligero.
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MIIB: Hombres de negro II (Men in Black 2)
MIIB: Hombres de negro II (Men in Black 2) (2002)
  • 5,4
    46.026
  • Estados Unidos Barry Sonnenfeld
  • Tommy Lee Jones, Will Smith, Rip Torn ...
6
Entretenida
MIIB es la segunda entrega de Men in Black, la famosa saga de ciencia ficción mezclada con comedia. Aunque es menos interesante que la primera, mantiene algunos de sus puntos fuertes.

Barry Sonnenfeld se pone de nuevo a los mandos en esta segunda entrega que tira directamente por la calle del entretenimiento y deja un poco de lado los diálogos interesantes de la primera película. Del mismo modo, hay que destacar también que la historia principal de Roberd Gordon y Barry Fanaro no está a la altura de la que escribió Ed Solomon para la película original. Aquí hay demasiada causalidad y se echa en falta frescura en los acontecimientos. Sin embargo, los personajes principales siguen siendo una gran baza que Sonnenfeld explota con inteligencia, ofreciendo bastante espacio a muchos de los secundarios más carismáticos de la película. Los efectos especiales siguen siendo de una destreza máxima y de nuevo tenemos la música de Danny Elfman y una imagen final inquietante y divertida como añadidos de interés. Por otra parte, es destacable que el corte dramático de los personajes empieza a rebuscar en su pasado, dando un empaque más serio a sus vidas.

Will Smith toma el control absoluto de la película con un trabajo excelente y deja a Tommy Lee Jones encargarse de la parte oscura con una labor genial, llevando al siguiente nivel lo que ya se podía ver en la primera Men in Black. Rosario Dawson está fantástica en un personaje atormentado que inspira mucha ternura. Lara Flynn Boyle es el gran error de la película, sin ninguna duda, pues pese a su belleza, no es esa mujer paralizante que nos quieren vender y, además, su interpretación es verdaderamente floja. Johnny Knoxville, el Jackass más reconocible, hace un doble trabajo notable. Por último, la aportación de Rip Torn es impagable, con una tranquilidad y un saber hacer fuera de toda duda y atreviéndose, además, con varias escenas cómicas que encajan de manera muy particular con su personaje.

Resumiendo: MIIB es un pequeño paso atrás en líneas generales en Men in Black, pero a pesar de todo es una película disfrutable, que hace reír y que está cargada de adrenalina. Una producción comercial que parece haber doblado sobre sí misma a la primera, reduciéndola a una expresión más básica pero no por ello despreciable.
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Men in Black (Hombres de negro)
Men in Black (Hombres de negro) (1997)
  • 6,2
    140.651
  • Estados Unidos Barry Sonnenfeld
  • Tommy Lee Jones, Will Smith, Linda Fiorentino ...
8
Genial
Men in Black lleva al cine un comic de Lowell Cunningham ilustrado por Sandy Carruthers y publicado por Aircel Comics que sería más tarde adquirido por Marvel. Sin embargo, toma del comic solamente algunas cosas y en otras se basa en la famosa leyenda urbana de los hombres de negro. A partir de ahí, el resto de añadidos, son 100% de la película.

Barry Sonnenfeld dirige una película que siempre me ha gustado muchísimo. Creo, y es una opinión absolutamente personal, que es de los mejores productos comerciales que ha dado la historia del cine, entendiendo el término "comercial" desde su perspectiva más moderna. Men in Black no está dirigida con una destreza sobrehumana ni con una puesta en escena impecable, pero ofrece las dosis necesarias de calidad para no resultar mediocre en esos apartados. En lo puramente comercial, nos hace gozar con unos efectos especiales soberbios, una construcción de la organización de los MIB perfecta, unos personajes carismáticos y con química entre ellos, unos juguetitos de lo más molones y una buena cantidad de situaciones divertidas. Además, se permite el lujo de dejar algún que otro diálogo memorable, como el de K y J en el banco, en el que lo cómico se vuelve trascendental por unos momentos antes de que la película regrese a su frenético ritmo lleno de chistes sobre bichos y cargado de humor simple, del de toda la vida, del de insultos, golpes y personajes atolondrados.

Tommy Lee Jones y Will Smith forman una pareja sorprendentemente buena. Un actor veterano, curtido en mil batallas y cargado de categoría dramática y un chico que venía de ser durante años el príncipe de Bel Air pero que ya había despuntado en el cine comercial con Dos policías rebeldes y con Independence Day. Tommy Lee Jones está sembrado, aprovechando la cómica seriedad de su protagonista. Will Smith, soberbio explotando su vertiente chistosa. Vincent D'Onofrio es uno de los puntazos de la película, con un trabajo físico brutal. Linda Florentino, a mi entender, es la única que por momentos no da la talla pese a que en general se desenvuelve bastante bien. Rip Torn cierra el reparto principal con un trabajo notable que aprovecha sus escasos minutos para explotar al máximo a su personaje.

Resumiendo: Men in Black es cine comercial 100%. Buen cine comercial. Muy bueno, de hecho. Una película divertida, frenética, consciente de sí misma y dirigida al espectador. Un logro del entretenimiento que cuenta, además, con ese gran personaje que es Frank, el carlino con más carisma que se recuerda.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sombra del vampiro
La sombra del vampiro (2000)
  • 6,3
    8.138
  • Reino Unido E. Elias Merhige
  • John Malkovich, Willem Dafoe, Cary Elwes ...
8
El vampiro sin sirvientes
La sombra del vampiro es una película basada en una leyenda urbana que existió en el cine, según la cual, Murnau contrató a un vampiro auténtico para su obra maestra, Nosferatu. Dicha leyenda se formó a partir de extraños sucesos durante el rodaje y alimentada por la poca información existente sobre el pasado del actor Max Schreck, que dio vida al mítico vampiro.

Edmund Elias Merhige es un director extraño, un purista que entiende el cine como máxima expresión del arte. Esa forma de ver su trabajo es lo que lleva al director de Brooklyn a rodar La sombra del vampiro de forma brillante, filmando con mimo supremo cada escena y dejando que las imágenes hablen por sí mismas tanto o más que los personajes. El guion de Steven Hatz normaliza con solvencia la inverosímil situación que se nos cuenta y ahí es donde Merhige se apoya para construir una tenebrosa realidad acentuada por unos personajes principales potentes. El desarrollo es pausado, pero los acontecimientos se suceden a un ritmo frenético que se disimula gracias al hincapié que hace Merhige en que todo pase a la velocidad que marcan los pasos de ese vampiro que se muestra muy humano al hablar de la profunda tristeza que le produce ver que Drácula no tenía sirvientes, en una escena de una lógica apabullante y de una construcción y sentido del tiempo sensacionales.

John Malkovich protagoniza la película con su característico tesón y con ese ímpetu que ponen los grandes actores en todos sus trabajos y que acaba dando resultados alucinantes. Sin embargo, la gran estrella es un Willem Dafoe escondido entre kilos de maquillaje que no impiden una expresividad facial que inquieta y que se une a una forma de moverse, sobretodo con las manos, que constituyen un alto porcentaje del éxito del personaje. Entre los secundarios, hay que destacar el buen trabajo de Udo Kier, cuya relevancia como personaje no está a la altura de su gran trabajo interpretativo. Del resto, podría destacarse a Cary Elwes, que imprime una marcha más a la película desde su aparición, y a Ronan Vibert, con un trabajo concienzudo. La belleza y el glamour de Catherine McCormack cierran el elenco principal.

Resumiendo: La sombra del vampiro es una película para todo aquel que haya visto Nosferatu, que tenga cierto aprecio por la vida y obra de F.W. Murnau y sobretodo para todo espectador que guste de un aspecto visual cuidado, un ritmo narrativo medido con precisión suiza y unas interpretaciones de mucho nivel.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atrapado en el tiempo
Atrapado en el tiempo (1993)
  • 7,4
    75.256
  • Estados Unidos Harold Ramis
  • Bill Murray, Andie MacDowell, Chris Elliott ...
7
Mágica
Atrapado en el tiempo es un clasicazo. Una de esas películas mágicas de los 90 que nunca pasan de moda y que son incluso mejores cada vez que las ves.

Harold Ramis, recientemente desaparecido, dirige Atrapado en el tiempo y si algo hay que destacar es su impresionante sentido del ritmo. La película podría haber caído en el mismo bucle que cuenta su historia y, sin embargo, gracias al guion del propio Ramis y de Danny Rubin, se va reinventando a cada paso que va hasta ofrecer un desarrollo fluido que se ve acentuado gracias a las buenas maneras del director, que tiene claro que el espectáculo no puede detenerse en ningún momento. La forma en la que Ramis dirige y planifica el montaje de Atrapado en el tiempo es de un ingenio y de una originalidad soberbios. La historia, repleta de situaciones cómicas, evita los agujeros de guion con agilidad y se apunta un nuevo tanto con cada reto que asume su protagonista. El hecho de no dejar claro cuánto tiempo pasa en Punxstawnwey desde que vemos el "primer" Día de la marmota hace que lo que para el protagonista es algo cotidiano y repetitivo, suponga grandes sorpresas para el espectador en forma de pequeños detalles.

Bill Murray está sembrado en uno de sus papeles más recordados. Está perfecto como antipático, gruñón y egocénctrico y está todavía mejor cuando su personaje se vuelve amable, atento y altruista. Andie MacDowell brilla con una potente luz que resalta sus acciones y las hace parecer nuevas cada vez. Chris Elliott, siempre fabuloso en el papel de patán, corrobora aquí por qué fue un secundario tan importante en los 90. El elenco de secundarios lo componen nombres como un muy concienzudo y bien abufonado Stephen Tobolowsky, una correctísima Marita Geraghty o la maravillosa Angela Paton.

Resumiendo: Atrapado en el tiempo, más conocida por algunos como El día de la marmota, es un clásico superior por calidad a lo que le otorga su etiqueta de cine comercial de domingo por la tarde. Es una película familiar y para todos los públicos, sí, pero lo mejor de la película es aquello que no se ve a simple vista: su magia.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posesión infernal (Evil Dead)
Posesión infernal (Evil Dead) (2013)
  • 5,8
    19.459
  • Estados Unidos Fede Álvarez
  • Jane Levy, Shiloh Fernandez, Lou Taylor Pucci ...
3
¿Qué coño es esto?
Posesión infernal es el remake de la película del mismo nombre con la que debutó Sam Raimi en 1981. Remake lo es porque así lo aseguran ellos, pero si su nombre fuera "La cabaña del bosque" o "El sótano maldito" sería igualmente válida.

Fede Álvarez debuta en el largometraje cosechando grandes críticas. La mía no es una de ellas, pues me parece que incurre en casi todos los errores que tanto asustan cuando se habla de los remakes del cine de terror y más concretamente del slasher. Álvarez antepone dar un buen susto a evitar un gran tópico, se toma demasiado en serio a sí mismo y pone tanto énfasis en el apartado visual que acaba sobreiluminando todo lo que vemos al más puro estilo Crepúsculo. Vale que el director uruguayo hace un slasher decente para los tiempos que corren, pero de ahí a decir que "el respeto a la película original es inmenso" o que "no tiene nada que envidiar a la película de Raimi" como he leído por ahí, va un trecho bien largo. Lo que más me jode de esta Posesión infernal viene desde producción, donde pensaron que había que hacer un planteamiento serio de una película que utilizaba el terror para ser una comedia diferente. Si quieres hacer una película seria sobre zombis (porque lo de este remake son zombis puros y duros) te la montas a tu manera, escribes el guion y haces esta película, porque si las únicas referencias a la obra de Raimi van a ser la trampilla al sótano, la motosierra y la (aquí muy torpe) cámara que se cruza el bosque, lo puedes dejar como homenaje y no tener la puta cara dura de utilizar el nombre de una película mítica.

El reparto no está del todo mal. A pesar de que Ash ahora se llama David y es un guaperas (hasta el giro final) y de que los personajes viven más por lo que dicen cuando hablan que por sus actos, lo cierto es que Shiloh Fernandez aguanta bastante bien su protagonismo durante un buen rato. Lou Taylor Pucci es el más flojo, probablemente, con un personaje que intenta ser tan misterioso que acaba por no transmitir absolutamente nada. En el caso de las chicas, tenemos a tres jóvenes de cara bonita, pechos redondeados, cintura marcada y trasero vistoso, como cabría esperar. Jane Levy es la más importante de las tres en la película y lo cierto es que su trabajo está a la altura. Jessica Lucas muestra muchas limitaciones, aunque llega al aprobado. Elizabeth Blackmore merece todos los clavos que se mete sus personajes en la cara y alguno más.

Resumiendo: Posesión infernal es una mentira. No es una mala película, o al menos no una malísima película, pero no deja de ser una sucia mentira. Esto no es Posesión infernal. Del mismo modo que no hay Pesadilla en Elm Street sin Freddy Krueger o Viernes 13 sin Jason Voorhees, no puede haber nunca Posesión infernal sin Ash. Y tampoco pueden faltar las risas. Y nadie debería echar en falta el desenfreno. Si querían hacer una película seria sobre cinco jóvenes en el bosque, podrían haber tenido la dignidad de intentar buscar un título.
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El ejército de las tinieblas
El ejército de las tinieblas (1992)
  • 6,7
    22.343
  • Estados Unidos Sam Raimi
  • Bruce Campbell, Embeth Davidtz, Marcus Gilbert ...
6
Tres de tres
El ejército de las tinieblas concluye, 11 años después de Posesión infernal, esa maravillosa saga que es Evil Dead. Haciendo borrón y cuenta nueva en su temática original, se centra total y absolutamente en la comedia.

Sam Raimi cierra su trilogía maestra. En esta ocasión dispone de un presupuesto bastante alto y eso contribuye a unos efectos mejorados, a poder disponer de un reparto más amplio y a que veamos explosiones y flipadas de todo tipo en pantalla. Raimi acierta en todo, desde el guion hasta el tinte bélico de su película, ensalzando la comedia como género dominante de la película y trabajándola realmente bien, con personajes de una comicidad notable y con unos diálogos al filo del absurdo que no llegan a traspasarlo. El brutal cambio que experimenta el protagonista en (lo que para él son) unos segundos no molesta en ningún momento puesto que está adaptado a este nuevo enfoque y aquí sigue siendo, como él mismo dice, un verdadero rey. Aunque la lucha no puede decirse que sea épica, sí tiene sus buenos momentos y el encuentro de Ash con el general del ejército de las tinieblas está correcto pese a algunos fallos de coreografía. La música de Danny Elfman siempre es un interesante añadido.

Bruce Campbell se despide de la saga por todo lo alto, como un ligón gracioso y con unos cojones como melones. No se le da del todo mal la comedia sobreactuada a Campbell, la verdad. Embeth Davidtz encabeza con un buen trabajo el listado de secundarios que cuenta con nombres como los de un bastante creíble Marcus Gilbert, el de un acertadísimo Ian Abercrombie como hombre sabio y con el mejor de todo el reparto tras Campbell, que no es otro que Richard Grove, con un trabajo natural y simpático. Hay que destacar la corta aparición de un mito como es Bridget Fonda interpretando a esa mujer ya mítica que es Linda, la novia de Bruce.

Resumiendo: El ejército de las tinieblas es más graciosa que sus dos predecesoras en líneas generales, pero también menos divertida. Pese a estar un poco por debajo de las otras dos, supone un buen broche a una trilogía que supo reinventarse de forma magistral.
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Terroríficamente muertos
Terroríficamente muertos (1987)
  • 6,8
    15.785
  • Estados Unidos Sam Raimi
  • Bruce Campbell, Sarah Berry, Dan Hicks ...
7
Secumake... Recuela... Lo que sea
Terroríficamente muertos es la segunda entrega de la trilogía Evil Dead, mitad remake y mitad secuela. Una película hecha con más medios que su predecesora y que confirma el buen gusto de su creador.

Sam Raimi dirige la segunda película de su trilogía más famosa (sí, coño, más que Spiderman) y lo hace confirmando lo visto seis años antes: era un joven con na cabeza portentosa para mezclar comedia y terror y con las ideas muy claras. Debido a problemas con los derechos de la película, Raimi tiene que utilizar el primer tercio de película para contar de nuevo los hechos (modificados) de la película original y lo hace condensando información y reubicando al espectador para que sepa lo que va a ver desde ese momento. Raimi, en Terroríficamente muertos, muestra también más partes de su vis cómica, presente en toda la película y especialmente notable en el momento en el que su protagonista se queda solo en casa, momento en el que la película pasa al género slapstick que tanto gustaba a Raimi y a Bruce Campbell en el instituto. Los efectos especiales son la hostia y en ellos se invierte un alto porcentaje del presupuesto, aprovechando hasta el último centavo. La cámara a través del bosque sigue siendo uno de los puntos fuertes, con un Raimi que grabó esos movimientos subido en una bicicleta y sobre una tabla empujada por Bruce Campbell en más de una ocasión.

Bruce Campbell vuelve a protagonizar la película y aquí se convierte definitivamente en el héroe de leyenda que es Ash. El actor es limitadísimo, pero dentro de la exageración en la que vive la trilogía Evil Dead, su interpretación encaja como un guante. Sarah Berry podría considerarse la "secundaria principal" y su trabajo no es mejor que el de cualquier componente de un slasher cualquiera de la actualidad. Los chicos están interpretados por Richard Domeier (maquillado con una boca enorme realmente brillante) y por Dan Hicks, que parece tomarse la película demasiado en serio. Las dos chicas restantes son Kassie Wesley, que repite los defectos de Sarah Berry y Denise Bixler, que sale pronto de la película con más pena que gloria. Mención especial por su gran labor merece Ted Raimi en el papel de mujer-monstruo gorda encerrada en el sótano.

Resumiendo: Terroríficamente muertos es menos desenfrenada que Posesión infernal, pero es superior en su mezcla de géneros. Una gran secuela que se convierte en el renacer de la era de Ash, un personaje para la historia que vive en una de las trilogías más locas que se recuerdan.
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Posesión infernal
Posesión infernal (1981)
  • 6,6
    22.811
  • Estados Unidos Sam Raimi
  • Bruce Campbell, Ellen Sandweiss, Betsy Baker ...
7
El hombre atacado por las estanterías
Posesión infernal es la primera de las tres películas que componen Evil Dead, posiblemente la mayor trilogía de culto en el cine de terror. Una película atípica, potente en sus virtudes y relativamente desmarcada de sus defectos.

Sam Raimi tenía solamente 22 añitos cuando estrenó Evil Dead. Raimi escribe y dirige una película extraña tanto por los géneros que mezcla como por su capacidad para no decantarse por ninguno para no dejar ningún otro a medias. El director de Michigan hace un trabajo brillante, presentando un slasher puro por planos, ambientación y desarrollo que, sin embargo, no es exactamente un slasher en ningún momento. ¿Contradicción? No del todo. El slasher se caracteriza (entre otras cosas) por un protagonista, o varios, acosados por un asesino. Aquí, el asesino es relativamente incierto y es una de las pocas ocasiones en las que el bueno de la película es el personaje que permanece en la memoria del espectador. De Raimi hay que destacar, para mí sobre todas las otras cosas, un par de travellings brillantes y casi impensables en la época. Sin embargo, el mérito de hacer lo que hizo con un presupuesto ridículo, no es ninguna tontería. Tampoco es nada fácil poner el entusiasmo y la energía que supone tener algo más de 20 años al servicio de la diversión no solamente tuya, sino también de otros. Los fenomenales efectos visuales se los debemos a un muy inspirado Bart Pierce, que es uno de los héroes de que Posesión infernal funcionara tan bien, contribuyendo a construir un producto con personalidad. El gore puro y duro es brillante, pero todavía lo es más teniendo en cuenta lo poco de lo que Pierce disponía para crearlo.

Bruce Campbell (amigo de Raimi desde el instituto) se convirtió en un icono que todavía perdura. Convertido con el paso de los años en actor habitual de TV movies, Campbell se levantó como uno de los héroes más iconográficos de una generación y su imagen sigue presente hoy en día. Él es lo importante del reparto, nadie más. Los otros nombres son los de Betsy Baker, la fantástica "zombi" aniñada; Ellen Sandweiss, maravillosa mujer del sótano bajo máscara maquillada; Hal Delrich, el más flojo del reparto de lejos y por último Satah York, que no demuestra demasiado en el ratito en el que aparece.

Resumiendo: Posesión infernal es un clásico como la copa de un pino. Una película importante por pasar de generación en generación, por demostrar que la imaginación es más importante que los medios y por crear un universo maravilloso. Sam Raimi llegó por la puerta grande.
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Chacal
Chacal (1973)
  • 7,5
    10.208
  • Reino Unido Fred Zinnemann
  • Edward Fox, Michael Lonsdale, Derek Jacobi ...
7
Grande, Chacal
Chacal adapta una novela de Fredecik Forsyth. Cuenta la historia de un asesino a sueldo y se convirtió rápidamente en un gran éxito cinematográfico. Además, según dicen (yo no tengo ni idea, disculpad), es una gran y fiel adaptación.

Fred Zinnemann fue un maestro. Películas como De aquí a la eternidad, Solo ante el peligro o la propia Chacal son clara muestra de un cine potente, sin fisuras y que tiene claro el compás a seguir en según qué circunstancias. Zinnemann nos deja aquí una clase de cómo marcar los tiempos: primero ofrece dos ventana a la historia que cuenta y nos dice que vamos a verlo desde ambas partes, después se centra en una de las partes cuando es más importante y más tarde se desplaza hasta la otra para culminar un trabajo que llega al clímax con el encuentro de ambas. En cierto modo, Zinnemann enfoca Chacal como una película con reparto coral, con la salvedad de que aquí simplemente (y lo de simplemente es un eufemismo como una casa) hay dos partes implicadas. El guion de Kenneth Ross está estructurado a la perfección y va paso a paso, sin saltarse nada, avanzando hacia un desenlace previsible hasta cierto punto pero que, gracias a Zinnemann, consigue no ser tan relevante como el camino que nos conduce a él. El punto fuerte de la película es, para mi gusto y sin ninguna duda, el dibujo de ese personaje llamado Chacal, que se construye con una oscuridad de macabra belleza y que se mueve entre las sombras a plena luz del día.

Edward Fox, con un trabajo memorable, interpreta al Chacal. Su templanza, sobriedad y oscuridad son claves para tal cometido. Michael Lonsdale hace una labor muy seria como "cazador", siguiendo al pie de la letra los instintos de su personaje. Tras ellos, el despliegue de los secundarios es encomiable: Alan Badel, Terence Alexander y Michel Auclair destacan sobre otros grandes trabajos como los de Cyril Cusack o Tony Britton.

Resumiendo: Chacal retrata con precisión la Francia de la época y crea además uno de los asesinos más turbios y misteriosos del séptimo arte. Más allá de eso, su grandísimo (y oscarizado) montaje y la capacidad para no caer en bucle en la persecución de un asesino (algo normal en estas películas) hacen que la película sea verdaderamente interesante. Sin embargo, y pese al gran rato que pasamos por el camino, tener el final tan claro desde el principio es algo que siempre resta importancia a cualquier otro suceso.
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El mismo amor, la misma lluvia
El mismo amor, la misma lluvia (1999)
  • 7,0
    17.002
  • Argentina Juan José Campanella
  • Ricardo Darín, Soledad Villamil, Ulises Dumont ...
6
Menor
El mismo amor, la misma lluvia es una película encumbrada por la crítica que se ha convertido, con los años, en todo un referente del cine argentino. Una historia de amor del que quema y deja marca que, sin embargo, arde con poca fuerza.

Juan José Campanella es, sin ninguna duda, uno de los cineastas con más estilo que ha dado ese maravilloso país que es Argentina. Junto a Fernando Castets formó un gran tándem de guionistas de esos que ya no quedan, de los que escriben historias que se convierten automáticamente en propiedad del espectador, pues cobran vida y es quien la ve el dueño y señor de cada suceso y de cada emoción. En El mismo amor, la misma lluvia, es tras las cámaras donde Campanella no está todo lo bien que cabría esperar de un cuentacuentos de su nivel. La película es una fábula ubicada en una complicada época para el pueblo argentino que va saltando de un año a otro de forma un tanto bacheada. El paso del tiempo se antoja más como una artimaña narrativa necesaria para la historia que se quiere contar que como parte de la misma. Los personajes, salvando al protagonista, carecen de vida y evolucionan con los golpes del paso del tiempo, con lo que se pierde la magia de descubrir su interior. Por otra parte, el sonido es un apartado flojo que llega a marear y a convertir en inteligibles varias conversaciones.

Ricardo Darín protagoniza la película con esa serenidad que tienen los actores que viven de la mirada. Darín es uno de los grandes y lo ha sido desde el principio, porque sus ojos son intensos, tienen vida y además saben traspasar la pantalla. Soledad Villamil, una de las actrices más naturales que me vienen a la mente, está sembrada pese a estar enfrascada en un personaje indefinido, cambiado a golpe de reloj. Eduardo Blanco está muy correcto en un papel que no hace las funciones de un apoyo narrativo exactamente, pero que en realidad no tiene ninguna relevancia por sí mismo. El veterano (y ahora ya desaparecido) Ulises Dumont es uno de los puntos fuertes de la película, uno de esos secundarios que, gracias al actor, se abren paso a través de la multitud. Casi escondida, aunque con gran impacto cada vez que asoma la cabecita, está Mariana Richaudeau. La simpatía corre a cargo de una maravillosa Graciela Tenenbaum.

Resumiendo: El mismo amor, la misma lluvia es una película correcta pese a sus defectos. Una historia de amor atemporal encorsetada en una época concreta de la historia reciente de Argentina que, si bien consigue llegar al corazón, se esfuma con demasiada facilidad.
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Mamá
Mamá (2013)
  • 5,3
    30.345
  • Canadá Andy Muschietti
  • Jessica Chastain, Nikolaj Coster-Waldau, Megan Charpentier ...
7
Vamos, coñe...
Mamá es una película que da esperanza. Sigue existiendo gente con talento para el cine de terror, pese a que en este caso falta pulir ciertos detalles.

Andrés Muschietti dirige Mamá, película basada en el cortometraje del mismo título del propio Muschietti. El director argentino muestra sus credenciales y hace que los que amamos el cine de terror por encima de ninguna otra cosa tengamos su nombre bien presente, justo al ladito del de James Wan. El propio Andrés Muschietti, su hermana Bárbara y Neil Cross escriben un guion bastante original en los tiempos que corren que, por desgracia, se embarulla un poco en la vertiente dramática. Andy Muschietti consigue casi tapar todo eso, consiguiendo un resultado a todas luces brillante en el apartado visual y sonoro. La película posee una atmósfera impresionante en el que los grises de otra época en los exteriores (y en mamá) se mezclan con los tonos ocres presentes en el interior de una casa que lo tiene todo para que el realizador argentino se luzca. Hay un movimiento de steadycam simplemente legendario, lleno de una tensión sobrehumana que es mérito de Muschietti, capaz de asustar con imágenes directas y también de sugerir. El único "pero" que se le puede poner a Muschietti es que su villano, esa mamá grandiosa, queda un poco desvirtuado en el último tramo de metraje.

Jessica Chastain está a un nivel de otro planeta. Muschietti es el 70% de la película y Chastain ocupa, digamos, un 29% del espacio restante en esa habitación imaginaria en la que se guardan los recuerdos de lo mejor de la película. El 1% que queda se lo reparten entre Megan Charpentier e Isabelle Nelisse. La primera imagen de Charpentier enternece y, poco a poco, va aumentando su capacidad dramática hasta bordar un papel que no entenderían la mitad de adultos. Nelisse, por su parte, es una niña pequeña muy, muy auténtica. El reparto lo cierran Nikolaj Coster-Waldau, que "empieza" como protagonista y luego desaparece bastante (razones obvias) dejando un buen trabajo y Daniel Kash, que ofrece fuerza en un personaje que requiere mucha vida, pues nos da un camino paralelo y de él depende que sea creíble. Javier Botet interpreta a "mamá" . Botet es un director, guionista, ilustrador y artista en general nacido en Ciudad Real que padece el Síndrome de Marfan, una enfermedad que se presenta alargando de forma exagerada los miembros de quienes la padecen. Así pues, Botet era perfecto para ser "mamá".

Resumiendo: mientras hay vida hay esperanza, dicen. Después de que el cine de terror atravesara un largo calvario en el pasado reciente, donde Los otros o El sexto sentido se levantaron como mayores exponentes, parece que el género vuelve al lugar que le corresponde gracias a gente como James Wan o Andrés Muschietti, dos tipos que han visto muchas pelis de miedo (sobretodo asiáticas) y que las adaptan, añaden ideas propias muy buenas y consiguen grandes resultados. Gracias, de verdad, muchas gracias.
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Más falsas apariencias
Más falsas apariencias (2004)
  • 4,9
    9.078
  • Estados Unidos Howard Deutch
  • Bruce Willis, Matthew Perry, Amanda Peet ...
4
Floja
Más falsas apariencias es una película complicada. Complicada porque continúa una historia alocada y original y tiene la misión de mantener el nivel pero sin caer en repeticiones de una comedia notable como fue Falsas apariencias.

Howard Deutch, hombre dedicado a la comedia casi siempre tras las cámaras, es el encargado de dirigir esta secuela descafeinada. El punto de partida del guion de George Gallo no es sino una excusa como cualquier otra para rodar la película. No hay sustancia y la explicación que encontramos al final, lo único que hace es confirmar las sospechas de que hacía falta una linea de salida para dar comienzo a la película y se eligió uno cualquiera. Lo característico de la primera película era que, pese a no pretender ser especialmente interesante por historia, lo era gracias a la sucesión de gags y a la importancia de los personajes. Aquí los personajes son llevados al extremo por Deutch, que impone algunos gags más por sus cojones que porque la película realmente los necesite. Si bien es cierto que hay un par de carcajadas, el resto es un poco morralla, una saturación de humor sin gracia en el que parece no tenerse en cuenta la historia, consiguiendo personajes que empiezan bien pero se tornan ridículos.

Bruce Willis es el ejemplo de la caricaturización de los personajes, haciendo un buen trabajo y dejando patente las malas maneras en la construcción de un personaje tan carismático como "El Tulipán". Matthew Perry está gracioso porque eso de darse golpes le va de maravilla, pero aquí es más un actor que enlaza un sketch con otro que uno que interpreta un papel en una película. Amanda Peet me tiene encandilado y, aunque aquí se lleva su personaje demasiado al extremo (como todos), sigue estando encantadora. Natasha Henstridge pone sus encantos al servicio del espectador y poco más. Kevin Pollack tiene un puntazo que le da mucha más gracia a su personaje, lo que sucede también con Frank Collison.

Resumiendo: Más falsas apariencias es una secuela floja. Se identifican con facilidad los mayores activos de la primera película, pero acaban desdibujados y lloriqueando. Los personajes eran su fuerte y la sobreexplotación a la que son sometidos por parte de Howard Deutch acaba matando a la película como conjunto.
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The Jackal (Chacal)
The Jackal (Chacal) (1997)
  • 5,6
    22.479
  • Estados Unidos Michael Caton-Jones
  • Bruce Willis, Richard Gere, Sidney Poitier ...
4
Chacaaarrrlllll
The Jackal es el remake de The day of Jackal. Para entendernos mejor, en la traducción al castellano, ambas se titularon Chacal. ¿Para qué calentarse la pelota? Aquella adaptaba la novela de Frederick Forsyth y esta la lleva hasta nuestros tiempos. Bueno, los 90...

Michael Caton-Jones se casca un telefilme con todas las letras. Si le quitas las caras conocidas y la pasta para hacer explotar cosas, te queda una dirección de telefilme pura y dura que, además, se mueve sobre un guion de Chuck Pfarrer que no tiene mucha más sustancia que los que dan forma a las películas que tanto le gustan a tu madre y a tu abuela y que dan en la televisión los sábados por la tarde. La película empieza de forma bastante notable, presentando a dos personajes que se antojan interesantes y el espectador empieza a pensar ya en un duelo de mentes claras y acaba viendo un claro duelo demente. Nada enturbia el duelo porque no hay ningún aditivo y nada invita a la cordura con un desarrollo que se va superando en ridiculez a medida que avanza la película. El torpe trabajo de Caton-Jones, al que se la suda contar la historia si hay una toma con la que puede aprovechar la pasta de la productora, masacra a la película. Y hay bastantes tomas así, la verdad...

Bruce Willis podría haber sido la hostia en el papel de un supervillano de un buen thriller policíaco, pero le toca bailar con la más fea, con un tipo que se disfraza como Mortadelo y que da a sus enemigos pistas obvias sobre cuál es su objetivo. Richard Gere intenta poner seriedad a un personaje perfilado con gusto pero desdibujado desde que abre la boca. Sidney Poitier aguanta estoicamente a un personaje que provoca un poquitín de risa. Tras ellos, en personajes totalmente unidimensionales, están una correcta Diane Venora y unos, digamos, aceptables Richard Lineback y J.K. Simmons. Mathilda May cierra, casi sin trabajo, un reparto que incluye la aparición de un Jack Black muy, muy raro.

Resumiendo: The Jackal es mala. Es una TV Movie con caras conocidas y nada más. Un ejercicio hinchaegos para un director con ramalazos de talento (en otra películas) que nunca termina de hacer algo del todo bien.
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Novia a la fuga
Novia a la fuga (1999)
  • 4,6
    61.653
  • Estados Unidos Garry Marshall
  • Julia Roberts, Richard Gere, Hector Elizondo ...
4
La más rápida
Novia a la fuga es algo así como un remake, pero sin serlo. Se trata de una película que une de nuevo a la pareja protagonista de Pretty Woman con su director. Más que suficiente como para llevar a la gente a los cines.

Garry Marshall tira por la vertiente ligera. Mucho. Novia a la fuga no ofrece nada por parte de su director, más allá de ciertas trabas en forma de narración lenta y repetitiva en la que los secundarios (principal activo de la película) brillan de forma intermitente y excesivamente dispersa. El diseño de los dos personajes principales está bien, pero se atasca pasada la primera mitad de la película, quedándonos solamente la curiosidad por saber cómo afrontará Marshall un final que está cantado por culpa de un guion que cumple con todos los tópicos de la comedia romántica comercial. Josann McGibbon y Sara Parriott presenta una historia aceptable, interesante incluso o, por qué no, original hasta cierto punto. A partir de ahí asistimos a una falta importante de creatividad en la que los cimientos parecen no servir para nada a una estructura de papel.

Julia Roberts, una de las mayores reinas de la comedia romántica, protagoniza la película luciendo (gigantesca) sonrisa y exhibiendo sus buenas maneras para hacer reír. Richard Gere, por su parte, aun siendo un capullo no puede evitar ser el galán que tanto ha estado interpretando a lo largo de su carrera, lo que para nada aquí es malo pese a que no sea esa la idea. A partir de ahí, aparece una larga lista de secundarios entre los que destacan Joan Cusack, Paul Dooley, Rita Wilson, Hector Elizondo o Christopher Meloni, todos con trabajos notables.

Resumiendo: Novia a la fuga no ofrece nada nuevo más allá de su idea de base. Una comedia romántica más de ese cine convencional que tanta taquilla consigue que no puede, ni de lejos, parecerse a ningún nivel a Pretty Woman, una de las banderas del género, dirigida y protagonizada por los mismo actores pero con una frescura que aquí se echa en falta.
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Tres 60
Tres 60 (2013)
  • 3,9
    1.783
  • España Alejandro Ezcurdia
  • Raúl Mérida, Sara Sálamo, Guillermo Estrella ...
2
Sara Sálamo, Sara Sálamo, Sara Sálamo...
Tres 60 te va a sonar. Antena 3 estuvo bombardeando durante meses su producto durante la publicidad, lo que es lo mismo que decir que estuvo bombardeando con él durante la mitad de su emisión diaria. La película es un thriller juvenil destinado a pre-adolescentes y niños. O eso quiero pensar.

Alejandro Ezcurdia debuta en el largometraje con un trabajo lento, torpe, lleno de tópicos, mal estructurado, forzado y, sobretodo, muy estéril. Tres 60 empieza con ese gracejo típico del cine comercial español y, por desgracia, continúa de la misma forma que la gran mayoría del cine comercial español. No hay tensión, no nos identificamos con los personajes, el calzador para meter información está colgado a la puerta de cada secuencia y, en definitiva, entre lo que no nos importa y lo que intentan que nos importe con aquello de "la letra con sangre entra", nos sumimos en un profundo sopor. El guion de Luiso Berdejo tiene gran parte de la culpa, pues aunque es Ezcurdia quien debe imprimir nervio, Berdejo no se lo pone nada fácil montando una película que recuerda al más banal de los libros de Los cinco, con no mucha más tensión que esas series sobre detectives que salen cada dos por tres dentro de la ficción española y que se caen de la parrilla antes de que aprendamos su nombre o perduran gracias a las filias del público joven con sus repartos. De Tres 60 podemos rescatar, como mucho, una fotografía bajo lluvia aceptable.

Sara Sálamo. Ella es todo lo bueno de Tres 60. Sara Sálamo huye de eso tan español de hablar a media voz, de las frases que terminan en seco y de los gestos innecesarios. Para mí, personalmente, ha sido una muy grata sorpresa encontrar a esta actriz, con un futuro brillante, en un producto tan mediocre como es Tres 60. Raúl Mérida interpreta bien con el lenguaje no verbal, pero el tono se le va de forma descarada. Guillermo Estrella está simpático dentro de ese reloj despertador de ideas que es el pequeño de la casa. Adam Jezierski ha hecho tantas veces de tío guay que, o en la vida real es de puta madre, o lo van a convertir en un capullo por hacer que se vea así a sí mismo. El reparto secundario, el de los adultos, contiene nombres como los de Geraldine Chaplin (una única escena a un nivel brillante), Joaquim de Almeida (acojona con solo mirar) o Carolina Ferre, mujer simpática donde las haya que se mete en proyectos de lo más dispares.

Resumiendo: Tres 60 es mala ficción, un mal producto, una mala película y una de esas cosas que hacen que el cine español tenga la reputación que tiene. Ya no hacemos solamente películas de la posguerra, pero de cada invento que nos viene a la mente y es bueno, diez son una castaña y otros diez son una castaña bien gorda. Aquí, lo único destacable, y mucho, es la joven Sara Sálamo. Ha nacido una estrella.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amor a quemarropa
Amor a quemarropa (1993)
  • 7,3
    36.231
  • Estados Unidos Tony Scott
  • Christian Slater, Patricia Arquette, Dennis Hopper ...
6
Tony, tío...
Amor a quemarropa es una película desaprovechada. Una road movie con reparto coral que podría haber sido una leyenda y que queda como cine de culto para un público mucho más comercial que ese para el que fue escrita.

Tony Scott dirige a su manera. Ese tono tristón que inundó su vida hasta sesgarla, queda marcado en Amor a quemarropa de forma más que notable. Incluso lo alegre es triste, aquí. Quentin Tarantino escribe un guion que, de haber dirigido él mismo, se habría convertido en una película única (y saben los que me conocen que no soy su mayor fan). Los personajes de tercera fila piden a Tony Scott que los explote, pero el director los pasa totalmente por alto. Los secundarios piden vida a gritos, pero el director los ignora. En un guion que abarca tantas vidas, Scott comete el error de centrare única y exclusivamente en una de ellas y utilizar las otras a modo de aliño. Ahí se pierde parte de la gracia. El resto de lo que podría haber sido y no fue se marcha con el desangelado proceder de Scott a nivel visual, conformándose con una violencia moderada y rodada sin nervio. Vale que la banda sonora (que nos acompaña todo el camino) es sensacional, eso es cierto. Pero que no me jodan con eso de que la escena final es maravillosa, porque la maravilla está en su planteamiento, no en su ejecución.

Christian Slater hace uno de sus mejores trabajos. De acuerdo en que eso no es muy complicado, pero aquí está realmente notable. Patricia Arquette es la primera de las víctimas de Tony Scott, quedándose con un personaje a medio desarrollar al que la propia actriz aporta mucho más de lo que pide el director. A partir de ahí, todo son secundarios (o terciarios) desaprovechados, desde un Dennis Hopper que nos deja una de las mejores escenas junto a Christopher Walken (soberbios ambos) hasta un James Gandolfini que apenas puede explotar su inmenso potencial. Gary Oldman se gana el cielo en los primeros compases de la película, Michael Rapaport a partir de la mitad del metraje y Brad Pitt se luce en ese zulo interpretativo en el que lo recluye Scott. Gran labor de Bronson Pinchot (el primo Balki Bartokomus) y también de Saul Rubinek.

Resumiendo: Tony Scott convierte en altamente comercial uno de los guiones mejor estructurados y definidos de Quentin Tarantino, haciendo de Amor a quemarropa un producto casi ligero cuando podría haber sido una película con mucho peso. Otra de esas películas que se quedaron en el "y si...?"
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