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Críticas ordenadas por:
Sangre y arena
Sangre y arena (1941)
  • 6,3
    875
  • Estados Unidos Rouben Mamoulian
  • Tyrone Power, Linda Darnell, Rita Hayworth ...
7
Mujer de mal fario
Es de agradecer el tono tan real que muestra la película siendo como es totalmente americana con un tema tan alejado a sus costumbres. Digo esto porque por ejemplo en La condesa descalza, la señora Gardner hace de bailaora de flamenco y cuando se pone a bailar es penoso, no hace más que el ganso, lo cual es un fraude. Aquí se han preocupado de demostrar el flamenco con auténticos profesionales y el arte a la guitarra dan ganas de aplaudir esos segundos de actuación en primer plano. E igual pasa en la secuencia de toreo, sale un torero auténtico en plena faena haciendo suponer que es Tyrone Power pero no se le obliga a él a dar un penoso espectáculo moviendo el capote de arriba abajo. Supongo que se negaría a hacerlo. Así sí hay realismo.

El tema de los toros hoy día es controvertido y algún día tendrá que desaparecer como se supone que tendrá que desaparecer toda manifestación de violencia real. La película tiene un documental muy bien montado de una secuencia de toreo, como hemos dicho y el tema puede herir la sensibilidad sobre el maltrato animal pero qué coño, es una película sobre un torero y no van a salir jugando a las canicas. También se puede ser muy sensible contra el maltrato humano pero no por eso se renuncia a la calidad de documentales en los que se ve al ser humano sufrir de lo lindo.

La película está muy bien hecha con comportamientos de los personajes muy bien expresados y un argumento muy metido y acertado en el ambiente que retrata. Rita Hayworth está deslumbrante y la forma de tratar al iluso torero es grandiosa. ¡Cómo le torea!, y desde luego cuando le agarra de los pelos cualquiera se sentiría como el mismísimo Tyrone en ese momento. Hay secuencias inmejorables. El espectador no aplaudirá la faena del torero en la arena porque no va de eso, pero el baile que se marca la señora con Anthony Quinn en la tasca muestra bien a las claras lo que es la pasión. Cómo hace hervir la sangre Rita a todo el que se pone por delante, y eso es el toreo. Toreo hay aquí a patadas y no exactamente con un toro.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un vampiro para dos
Un vampiro para dos (1965)
  • 4,9
    579
  • España Pedro Lazaga
  • Fernando Fernán Gómez, Gracita Morales, José Luis López Vázquez ...
6
Ni Polanski...
El mérito de esta película está en la inmensa chorrada que puede parecer pero que no, tiene su punto surrealista, crítico, humorístico, y sobre todo, clásico. No me extrañaría que Polanski se fijara en los detalles de esta película para la suya de 1967, El baile de los vampiros, o sea, 2 años después.

Un vampiro para dos, no esconde ni intenta disimular la escasez de medios, al revés, los amolda tan bien que no se reprocha nada. El vestuario tiene también su perspectiva viendo como vemos al lacayo del Conde vestido de juez de línea que es un punto. Goyo Lebrero lo borda. La hermana del conde y sus amigas lucen camisones en sus correrías nocturnas con gran soltura y, la verdad, nos quedamos con ganas de más, pero ya era hilar muy fino. Se puede apreciar la ubicuidad de los vampiros y expone con gracia los elementos que fastidian a los vampiros. Hay un guion inmejorable entre el matrimonio y el señor Conde. Las actuaciones son, sin miramientos, dignas de elogio. Tremendo final que eleva la categoría del film a merecedora de interesantes cines forum.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al límite de la verdad
Al límite de la verdad (2002)
  • 5,7
    9.024
  • Estados Unidos Roger Michell
  • Ben Affleck, Samuel L. Jackson, Kim Staunton ...
9
A la tercera va la vencida.
A la tercera vez que la pillo, me he dado cuenta de la gran película que es. Siempre me quedaba con el enternecedor final y veía que el pobre Samu lo estaba pasando mal. El típico tío que va de culo, ha pillado la mala racha y ya no le abandona. Samu de hombre gris a la baja, pero no me enteraba bien del tema. Se va quedando sin dinero. La mujer le ha mandado a paseo con toda la pena de su corazón, pero también con todo rigor, y se lleva a los niños. Menudo panorama, y encima es socio de Alcohólicos Anónimos. Bueno, toca sufrir. Todo por culpa de un encontronazo con Ben Affleck, que tampoco lo está pasando bien porque ha perdido los papeles. Los dos andan de cabeza. Samu más.

Esta película es una película de encuentros, de entrevistas cara a cara de perro, de enfados, de toma y daca, de tú me la haces yo te la devuelvo. Secuencia tras secuencia parece que invita a que pases por encima por estar harto de tantas desgracias, pero tiene su punto. Es un drama que te implica y está sensacional.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos hombres buenos
Algunos hombres buenos (1992)
  • 6,8
    56.134
  • Estados Unidos Rob Reiner
  • Tom Cruise, Demi Moore, Jack Nicholson ...
2
Cuando salí de Guantánamo
Otra fantasmada más de los marines. No me extraña que de aquí la señora Moore quisiera hacerse Teniente. Es que esto es vivir emociones a lo grande. Para los ciudadanos de a pie que les guste el tema de juicios y confabulaciones entre militares podrán disfrutarla sin más pero siempre y cuando se vea por encima, sin profundizar. Ahora bien, el que espera ver algo real, coherente, que se base en una lógica y se atenga a lo que los escenarios militares exigen, olvídense de intentar ver una película convincente porque esto es otra fantasmada más de las películas de marines del ejército americano.

Cuando una película va en serio, tiene que ajustarse a una base real. Algunos hombres buenos es una película patética sin base alguna que no hay por dónde cogerla, tiene cosas que te distraerán, de acuerdo, pero en plan bobalicón. Lo único que hay digno es la actuación de Jack Nicholson y para de contar.

Jack Nicholson, interpreta al coronel Jessep con una actuación medida, una de las suyas. Podríamos imaginar que como militar, dicho coronel en formación llevará las medallas en un carro porque no le cabrán en la pechera. Jack Nicholson de Coronel Jefe del acuartelamiento de Guantánamo es lo más. Sí señor. Ahí puedes conocer un auténtico coronel… de Cómic. Ni el Coronel Furia, ni el Coronel Tapioca, ni el Coronel Custer, ni el Coronel Kurtz, ni el Coronel Millán Astray … ¡¡¡El Coronel Nathan R. Jessep es el que gana!!! El auténtico, el coronel con los cojones más negros por el humo de cien batallas.

Porque luego tenemos al risitas Tom Cruise. Fatal. El papel de Tom Cruise es el que hizo en Cocktail, por ejemplo, aquí está pues como para pedirle un cubata y echar unas risas con él. Tom no puede interpretar a un teniente como lo hace, vacilando todo el rato. Es una estupidez que no cuadra con la formación de un oficial. Pero la película quiere que destaque de alguna manera porque todos los demás personajes expresan un drama y así se acentúa la mala leche del coronel Jessep y la simpatía del que va a enfrentarse a él. Para mí, el coronel debía estamparle una hostia como es debido al niñato ese.

De nuevo se observa que no puede faltar la presencia femenina en estos escenarios y se contrata a Demi Moore para adorno, repartiendo cartel con Tom y Jack. Un cebo básico para atraer a los peces, el recebo que se llama. Demi Moore, prescindible del todo.

Y por último resumir:
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7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basic
Basic (2003)
  • 6,0
    10.767
  • Estados Unidos John McTiernan
  • John Travolta, Samuel L. Jackson, Connie Nielsen ...
1
El pelotón chiflado
Las películas de soldados americanos son chusqueras a rabiar. Ver a los marines da vergüenza ajena. El cine bueno castrense, no el bélico necesariamente, es el clásico, el de siempre, el inglés (y me jode decirlo), el del soldado firme, elegante y educado que demuestra su valentía siempre con inteligencia. El marine es garrulo, subnormal y gritón. Samu para gritar es único, pega unas reprimendas de la leche y como lo hace bien, pues adelante con él. Travolta es otra cuestión, por mucho que se esfuerce en hacernos creer lo mucho que está metido en este entuerto que aquí se ha guisado, no se lo puede creer nadie. Cuando Travolta no baila un poco, la película la suele cagar. Ésta, en concreto, es un sinsentido de disparos y de muertos en una patrulla que es imposible que se haya dado nunca un caso parecido. Un enfrentamiento frenético que te pierde. Es absurda en toda la plenitud de la palabra. Si la ves, lo comprobarás.

No hay policía ante lo sucedido, ni policía científica, ni el FBI, ni el CSI, ni está Colombo, pero, señores, está Travolta llevando el caso... Para mearse. Interroga a los testigos heridos en la cama con la coletilla de: "¿Y luego que pasó?" y así vas viendo más y más incongruencias, bestialidades y tonterías sin duelo para irte enterando de una historia absurda. El solito carga con toda la investigación, no necesita nada ni a nadie más, porque la señorita Connie que va con él a todas partes como ayudante ocasional, no está nada más que para adornar las fotos. Simple cuestión estética. Sí, muy guapa con el pelo corto, resultona, pero nada de nada, todo el rato revoloteando de un sitio a otro como una paloma alcanzada de ala por una perdigonada. Una de tantas películas estúpidas americanas de marines.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seducción peligrosa
Seducción peligrosa (1992)
  • 4,8
    344
  • Reino Unido Russell Mulcahy
  • Michael Caine, Sean Young, Bob Hoskins ...
8
¡Yo no sé nada!
Es evidente que aquí Michael Caine, que coproduce la película, intentó hacer de Harry Palmer, retomar a ese personaje, pero tal vez por derechos de autor no pudo y se puso de nombre Harry Anders. Harry Anders bien podía ser el agente Harry Palmer ya que es también espía del gobierno (MI6), en este caso (pasado el tiempo) ya retirado y dedicado a su pub, un local de música en directo. Igual que Harry Palmer, presenta un carácter indisciplinado, incluso con su antiguo jefe que lo fue cuando estaba en activo, que por eso fue expulsado del Cuerpo. Se presenta de nuevo como entusiasta de los buenos guisos y de la buena vida, e incluso, como en Ipcress (1965), una película que en parte se asemeja a esta, sufre una tortura psicológica (impresionante la secuencia con un Michael Caine cayendo en la trampa del brebaje) cuando tratan de hacerle hablar sobre algo de lo que no tiene ni idea. Michael Caine quiso, me parece, que el espectador se diera cuenta que el personaje que estaba interpretando ya lo había hecho anteriormente.

Aceptado este hecho, la película tiene un atractivo añadido; si no, se perderá algo de su esencia. Incluso se la podrá tachar de liosa y farragosa, pero no lo es. Los asuntos de espías, de las maquinaciones secretas, no se exponen nunca a las claras primeramente. Siendo así, entrarás en una trama bien entretenida que finalmente se comprenderá sin más. Tiene secuencias admirables de persecuciones y mucha intriga. Ice Blue ofrece pues una interesante película y un no menos interesante romance entre Michael Caine y Sean Young, extraño, que para muchos será muy desigual con respecto a las edades, pero no quita que por eso tenga su punto erótico y creíble.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robin Hood, príncipe de los ladrones
Robin Hood, príncipe de los ladrones (1991)
  • 6,5
    71.014
  • Estados Unidos Kevin Reynolds
  • Kevin Costner, Mary Elizabeth Mastrantonio, Morgan Freeman ...
1
La ciénaga de Robin Hood
La de Walt Disney es la buena. Esta es penosa. Comprobarlo. Una cosa está clara, sólo el Señor de Nottingham (Alan Rickman), el gobernador de Juan Sin Tierra, es el que vale. Imagínense el nivel. Debo decir que Alan Rickman me encanta en Un plan perfecto, película del 2012, en el que hace un papelón, por eso le respeto. Siguiendo con el tema, aún me hago cruces tratando de entender cómo Lady Marian prefiere al guaperas de Robin de los bosques. Evidentemente está hechizada por la bruja. El Señor de Nottingham merecía salirse con la suya. Guerrero más pintado, más duro, más atractivo, más auténtico, más hombre que Robin, que es casi casi un imberbe, un modelo de pret a porter, de pose delicada y mirada afectada.

Cómo se puede ver, el Señor de Nottingham se asemeja al capitán Garfio en ideas malévolas, muy tiránico; eso sí: algo neurótico, pero por culpa de los inútiles que le rodean. Estos villanos son el alma de cualquier aventura, sin ellos no hay nada, como aquí, que no hay nada sin el malo. Robin está en Babia, en el país de los Sueños, vive con su gente en los árboles del bosque de Sherwood organizando guateques y tómbolas. Es un McGyver, maquina y crea infraestructuras como nadie para una vida más fácil. La historia se puede confundir con el cuento de Peter Pan en dibujos, pero ni mucho menos es Peter Pan. Ya quisiera. Donde tú vayas yo iré, donde tú pisas, yo pisaré. Qué gran muchacho era Peter Pan y que panoli este Robin (vaya rollo malo bañándose en bolas en la poza, al lado de la cascada, a la vista de la amada para que quede impresionada. Eso, en las películas, lo hacen las mujeres, por lo menos antaño, y el que miraba era él, el muy picarón. Hoy día ya no sé si estará permitido, habrá que preguntarlo a la ministra de Igualdad porque igual el tío va a la cárcel).

Robin además también inventa defensas en la ciénaga donde luego habitaría el bueno de Shrek. Diseña con pura estrategia para desbaratar cualquier ataque enemigo. Pero el Señor de Nottingham es mucho señor y Robin no es más que un soñador enamorado hasta que se da cuenta que al fin y al cabo, vive en una ciénaga donde pueden rodearle sin piedad y fastidiarle el día. Robin es una ametralladora disparando flechas, y tiene a su lado al sarraceno negro, el sempiterno Morgan Freeman, el Dios emérito, y al cura gordo, un virtuoso y catador oficial de las bebidas espirituosas, aún así, Robin es flojo y vulnerable. Esta es una película zafia, tonta, a veces grosera, ñoña, chapucera, infantiloide, no apta para amantes del cine, ni de aventuras asombrosas, ni para conquistadores, ni para espíritus inquietos y soñadores como el de Peter Pan. Se echa de menos a Errol Flynn, apuesto galán de los de siempre que sube enteros ante esta pantomima.

Robin y el sarraceno (Kevin y Morgan, ambos) tenían que haber ido cantando por el bosque, en marcha alegre a la cabeza de los suyos, brincando y bailando como luego aparecerían en la película de Shrek, y así podría haber sido una película maravillosa.
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Space Cowboys
Space Cowboys (2000)
  • 5,7
    19.264
  • Estados Unidos Clint Eastwood
  • Clint Eastwood, Tommy Lee Jones, Donald Sutherland ...
2
Haciendo amigos
Este cine de autor que va de colegas, colegas curtidos, auténticos héroes americanos, es cine de esparcimiento que funciona sobre todo a nivel recaudatorio por su carácter blockbuster de amplia cobertura social. En este caso voy a reflexionar sobre esta estúpida película pero a nivel personal. Y lo voy a hacer debido a que creo que es necesario exponer determinados contrapuntos. Empezaré diciendo que por el hecho de estar protagonizada por cuatro cowboys ya mayorcitos no la convierte en absoluto en una película sobre la vejez, según entiendo. Ni mucho menos. Lo sería si se viera o quisiera expresar que un viaje a la luna representa metafóricamente las dificultades que se encuentran las personas mayores a la hora de desenvolverse en sociedad, o sea, que conseguir algo, un beneficio, una mejora, se torna inalcanzable. Esta película no trata de eso.

Y no trata de eso porque sabemos que las dos películas anteriores que había hecho el ínclito Sr Eastwood habían fracasado en taquilla y no quería volver a pinchar. Tocaba pues hacer una nueva y no fallar esta vez, entonces para ello recurrió a los clásicos héroes de casa que en una aventura imposible subirán al cielo y más allá para… por ejemplo… salvar al mundo —en especial a los EEUU, que en definitiva es el mundo—. Un valor seguro, un argumento con posibles, como los matrimonios amañados. Hasta ahí bien. Sigamos teniendo en cuenta lo siguiente: Primero, el señor Eastwood llevaba 4 años casado con Dina Ruiz, una tía 35 años más joven que él. Segundo, la película empieza viéndosele a él, en su papel de piloto retirado, en el garaje de su casa iniciando carantoñas a su mujer para el apaño ocasional. Entonces... ¡Por favor, en el 2000 no se te podía ocurrir hablar a Clint de la vejez! ¡Estaba en su segunda juventud! Estaba eufórico y presentando batalla sin descansar. Hablar de la vejez es ajeno a esta película en todos los sentidos.

Partiendo de esta aclaración y siguiendo con la sinopsis, Clint, con cuatro amigos y compañeros del alma ya más que jubilados, deberá subir a la lanzadera espacial para arreglar un satélite que él mismo diseñó y programó. Nadie más puede hacerlo... mira tú por dónde; era un satélite de hacía 40 años y sólo él puede meterle mano. Con esta premisa ya ves que todo lo que siga a continuación no serán más que chorradas inmensas. Y no puedo evitar hacer una comparación sobre esta estupidez. Supongamos que la radio que tuvo mi abuelo, una radio del año de Maricastaña heredada de su padre, se le estropeara en aquella época, entonces no le hubiera quedado otra por la misma regla de tres que llamar a la NASA para que le enviaran al mismísimo Marconi para arreglarla, porque hoy día al no existir radios tan antiguas, nadie podría arreglarla.

Por favor, insisto, no le hables de vejez a Clint porque con estos guiones de su cosecha demuestra que estaba en la flor de la vida. ¡Destilaba imaginación por todos los poros de su piel! La película se basa en ese argumento y no tiene más, no es simpática, no tiene intriga, ni emoción, ni se hace entrañable en nada. Al revés, William Devane masticando chicle todo el rato me estaba poniendo nervioso.

Sigue la sinopsis, por ahondar un poco más en el tema, diciendo que el satélite es ruso. Error. Era el satélite de Clint que resulta que se lo habían apropiado los rusos en plan okupa. Yo me pregunto, si los mismos rusos se habían hecho con él porque tenían las instrucciones, ¿por qué tenía que ir Clint con sus colegas a arreglarlo? Pues para molar y tirarse el rollo ante el respetable, ni más ni menos. Siento ponerme así con dicho personaje, pero ha sido alguna alabanza hacia la película que he leído por ahí que me ha sentado mal en las tripas y por eso no puedo más que afirmar que esta película es una auténtica imbecilidad, la mires como la mires. Tal vez si hubiera ido con ellos Jerry Lewis habría quedado más lógica.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los mercen4rios
Los mercen4rios (2023)
  • 4,2
    2.808
  • Estados Unidos Scott Waugh
  • Jason Statham, Sylvester Stallone, Dolph Lundgren ...
6
Tengo un amigo soldado ...
Mira que es malucha la película pero no se puede actuar en contra suya. El guion a la hora de hacer chistes no son más que clichés y según avanza un paso más la introducción, más se hunde en el barro. El caso es que logra dar el siguiente y seguir para adelante. Cuando el espectador ve que esta gente vuelve a reunirse para otra misión, supone que estarán más cascados, que perderán algo de originalidad, que unos se habrán ido y otros se incorporarán al equipo, pero lo que espera es que aún así la franquicia se mantenga a flote. Se olerá también que con esta 4ª parte estarán llegando ya al término de sus vidas activas y que, por tanto, el colofón tendrá que ser digno al menos, pero no es así, con lo presentado no ha habido una superación.

Hay que ser muy fan de esta gente para no condenarla como un auténtico bodrio. Jason Statham es un actor que en lo suyo siempre da el cien por cien así que se le aprecia. Sylvester ha sido un fantasmón en sus personajes, y bastante chuleta (que lo hace bien), así se le conoce y se le reconoce con que ahora no le vamos a traicionar. Lo malo es cuando empiezas a comprobar que todas estas películas, ya sean del género policíaco con unidades especiales, de misiones imposibles, bélicas, de artes marciales con chinos graciosos, de mafias con controles atómicos, incluso de las peores de Steven Seagal (de un género inclasificable lleno de mezcolanzas), pues lo peor es cuando pierden sus señas de identidad y te das cuenta con toda la pena del corazón, que se parecen las unas a las otras en la acción como si estuvieran calcadas.

Tiro, a cubierto, tiro, machetazo, tiro, tanda de enemigos eliminados, otra tanda y así todo en un lío tal que quitando a nuestros queridos amigos (y el siempre Reserva de Último Recurso como actor: el gran Andy García), adviertes finalmente con ese gran pesar señalado, que la rubia oriental de la peineta no sabes a qué ha venido, que Megan Fox es clavada a Pilar Rubio y temes que aparezca Sergio Ramos por la esquina con los niños, que Dolph Lundgren tiene un estropajo en la cabeza como melenita y apenas ha participado, y que si son capaces de que... (lo pongo en el spoiler porque es fortísima la secuencia)... Pues... apaga vámonos. El caso es que... por los méritos adquiridos en sus historiales... Por las ganas... Y por lo viejos tiempos... No puedo suspenderlos.
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19 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cerco de odio
Cerco de odio (1948)
  • 6,2
    348
  • Estados Unidos Rudolph Maté
  • William Holden, Nina Foch, Lee J. Cobb ...
5
Cómo volver majara perdido a uno que le falta poco
William Holden, excelente y muy querido actor, demuestra aquí cómo gracias a un tratamiento realizado por un buen psicoanalista, justo a tiempo, en esa temprana edad laboral, se puede enderezar la vida por el buen camino. Mal iba el pobre Holden escapando de las garras de la policía y del alcaide carcelero tras su errática vida de ladrón y asesino. Pero le llega la ocasión del tratamiento justo al encerrarse en la casa de Lee J Cobb, un tipo serio y con aspecto de sabueso; nada menos que psiquiatra y profesor.

El drama está servido y de ahí no sales. Tiene su punto álgido, el menos álgido y otros regulares, pero lo malo es que Lee J Cobb le mete una cháchara al pobre Holden de agárrate y no te menees. Holden, todo excitado por la huida e ir con la novieta y los colegas en plan matón, no se da cuenta dónde ha ido a parar.

Como hay gente para todo, alguno se creerá eso de las buenas palabras de un profesional para convencer al descarriado. Yo no me lo creo pero Lee J Cobb con esa presencia, dice que es así, y como sabe más que yo, me callo. Para mí me digo en silencio que el que nace cochino muere marrano y ya está.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El agente Burke (Serie de TV)
El agente Burke (1963)
Serie
  • Estados Unidos Frank D. Gilroy (Creador), Don Weis ...
  • Gene Barry, Gary Conway, Leon Lontoc ...
8
La ley BURKE
Gene Barry protagonizó tres series; dos de ellas con conexiones. La primera ésta, El agente Burke, durante los 60, y en los 90, el remake: El detective millonario. Entremedias, en los 70, hizo El aventurero, a base de episodios de cariz desenfadado de media hora. El agente Burke es una serie policiaca en la que aparece como el capitán de Homicidios con el detalle que es un policía millonario. Todos lo saben e incluso explican que en vez de dedicarse a la vida contemplativa e ir soltando cuartos sin duelo alguno, prefiere seguir trabajando en su profesión porque es lo único que sabe hacer. Eso sí, en vez de ir en coche patrulla va en su Rolls con chófer, tirándose el rollo; como aquel famoso investigador: Banacek; aunque Banacek tiraba más a la serie mencionada El aventurero.

La serie del agente Burke presenta casos de asesinatos con un excelente plantel y un buen montaje. Luego vendrían series del estilo en los que los protagonistas iban más en plan duro: Kojak, Las calles de San Francisco, etc. Cada episodio de esta dinámica serie era un caso que terminaba resuelto. Víctima, sospechosos, y entre ellos, el asesino. Y el agente Burke, con la serenidad que infundía ese actor, era el potente hilo conductor de la corriente alterna hasta que se hacía la luz y caía la pieza.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rocky
Rocky (1976)
  • 7,1
    92.118
  • Estados Unidos John G. Avildsen
  • Sylvester Stallone, Talia Shire, Burt Young ...
8
¡Tranquilo Rocky, tranquilo, vamos a por él… que si lo matas... empatamos!
Rocky marcó el resurgir de un género que dio al mundo grandes películas, y hay que reconocer que ésta hay que meterla en el mismo saco. En Rocky se obvia al equipo que controlaba al aspirante de turno como en Más dura será la caída (1956), excelsa obra que dibujó muy bien a esa mafia que explota al inocente operario mientras éste produce beneficios. La verdad es que la promoción, los carteles, el anuncio del combate, los hoteles, los desplazamientos, las gestiones y etc hay que pagarlo, pero claro, la mafia se lleva el total del montante y el boxeador la gloria y nada más. Los negocios son para el que sabe.

Rocky es un aspirante potable pero no entra en ese mundo de promotores, el combate del siglo le viene solo. No necesita nada más que al “cuñao”. Y a la novia sufridora para la emoción dedicada al público llorón. Y Stallone da el perfil de sobra, musculitos y poca materia gris; así son sus personajes estrella: Rocky, Rambo…

Y no se corta. El guion está logrado; ejemplo es cuando se ilustra sobre los botes de comida para las tortugas y lee el compuesto de potingues que tiene: “Más moscas que gusanos... Más moscas que gusanos...”. Se lo repite varias veces para asimilar bien la información. Y la lata que le da a la vecina que le hace tilín: “¡Qué bien estás! Estás guapísima. Qué bien estas. Qué bien te veo. ¿Te he dicho lo bien que estás?” Persistente, reiterativo, pero es así y así funciona. Construcción perfecta del guion para un tarado mental.

Rocky es la representación del triunfo volátil, pasajero, que da paso al drama definitivo de muchos boxeadores pero en él podremos ver que no tiene porqué ser así (Apolo mismamente está ahí para demostrarlo también, claro que Apolo tiene algo de coco), y por ello Rocky es una buena película. Nos gusta saber que ese deporte tan violento ofrece una oportunidad de catapultar a la jet set a un señalado al ostracismo social.

Un film con una banda sonora exitosa, un film eterno gracias al carisma de Silvester que siempre lamentó y denunció a la productora el seguir cobrando intereses por el éxito de la película y no ser partícipe de ello él mismo, que sólo se llevó sus honorarios y nada más. Silvester fue ahí el inocente boxeador ante el ladino representante, pero tampoco es para renegar y estar jodido, era el principio y ahora tienes dinero de sobra, coño. ¡Cómo se aprende el querer más y más y se adapta uno al enjambre de los millonetis cuando se sube hasta ellos!
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La desaparición
La desaparición (1977)
  • 4,8
    97
  • Reino Unido Stuart Cooper
  • Donald Sutherland, Francine Racette, David Hemmings ...
7
La muerte es un país sin memoria
Extraña donde las haya y extraño es que te pueda gustar. Es una película de estas que estás viendo sin que pase nada extraordinario pero su desarrollo debo admitir, me ha tenido enganchado. Se prevé un misterio por resolver. La trama se mezcla con recuerdos del asesino al que le han encargado una nueva misión —en clave, localizar y liquidar al Tímido (como se le denomina a la víctima)—.

Voy a decir que ya la había visto y la tenía con el aprobado justo, está claro que de vez en cuando hay que revisar el pasado. La película desde luego tiene lagunas o cosas que quedan sin explicar, como el paquete envuelto (se adivina un marco con fotografía) que entrega el asesino en un domicilio. El asesino es Donald Sutherland (el paquete luego se lo devuelve una mujer cuando acude a una mansión, que por cierto tiene con ella una conversación intrascendente pero bien escenificada, lo que es ejemplo de ese interés que te mantiene atento).

El clima no deja ni un momento de ser bastante desolador. No aparecen más que los actores, es un mundo sin población resaltando así ese extraño y reservado ambiente del círculo de los asesinos profesionales. Luego se percata uno de la importancia de las fotos personales que se muestran cada dos por tres (no hay que desconectar con lo que uno quiere de verdad, puede ser la razón). En la oficina del jefe, éste tiene tras él a la familia en una hilera de fotos en marcos juntas una a la otra.

Por último decir que todo gira al amor entre la pareja del asesino y su mujer. Un matrimonio también con una relación bien extraña que sería inútil ponerse a dar detalles de ello porque cada uno es como es y no hay que dar más vueltas. La mujer desaparece, como se señala, y el asesino se rebota. Entran por medio los secundarios: David Warner, actor académico que siempre es un placer verlo, John Hurt en un papel interesante, y el elegante Sr Plummer, y ya por esos trabajos no decae el interés. Me ha gustado por lo extraño del ambiente y su aire misterioso; creo que el director ha buscado plasmar un mundo muy particular sin interesarle que la película pudiera gustar a la gente o no. Bien hecho.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Misterio en Venecia
Misterio en Venecia (2023)
  • 5,9
    10.356
  • Estados Unidos Kenneth Branagh
  • Kenneth Branagh, Tina Fey, Michelle Yeoh ...
5
Ya no se puede confiar ni en Poirot
Una milonga. No tanto como para hundirla pero una versión con falta de sustancia, falta de gracia, falta de sal y falta de ironía, es que ni siquiera Poirot ha tenido que soportar el insulto del típico sospechoso: “¡Miserable enano gabacho!” para defenderse con su clásica respuesta: “¡Oiga usted!, de miserable enano gabacho, nada: ¡Miserable enano BELGA!”

Voy a evitar referirme a las dos películas anteriores del protagonista-director para hacerlo con otras aún más anteriores para ajustar mejor la figura del famoso detective e indicar que veo superior, pero mucho, por supuesto, a mi adorado Peter Ustinov y las sagaces miradas que echaba en aquellas que él hizo de Poirot, incluso a David Suchet en sus caracterizaciones y modales en su serie de televisión, que a este Kenneth Branagh que tira más hacia Sherlock Holmes que hacia el detective belga. Orden y método; ya. Ha faltado el método. El orden da igual. Kenneth Brannagh —aquí— no ha sabido dotar al personaje de un típico tic característico a su redicha personalidad, como sí hicieron los antedichos actores. Ha faltado algo a sus modales cursilones, ya fueran las redecillas del pelo, una cremita…

En cuanto al resto de personajes, estamos ya muy experimentados en estas películas como para aceptar milongas como una que aquí se da. Cualquiera comprenderá a lo que me refiero nada más vea la película. Es que chirría y hunde la trama, pero bueno, es lo que hay. No entiendo como los responsables aceptan personajes tan irreales cuando deberían saber que cualquier aficionado al género que destile Poirot por todos sus poros, no lo aceptará nunca. Señores responsables, dignidad hacia el publico, que no estamos en el parvulario de los aficionados.

En estas investigaciones encerradas, sin detalles de actuación, sin escenas novedosas (no me refiero a sustos, por supuesto, porque el terror no sé dónde está) es imposible que aparezca el entusiasmo. Los diálogos habidos a veces se pasan de pretenciosos, sobre todo cuando interviene el elemento que no tenía que haber existido, vuelvo a decir. Que sí, que el film tiene un trato aceptable, que se puede ver, pero no es la película novedosa que se espera sobre un misterio que va a ser investigado por Poirot. La ilusión, la esperanza de ver algo digno se ha disuelto pronto, hay que saber admitirlo como espectadores. Para los entusiastas de este género, de este tipo de detectives con sus liturgias y sus costumbres, lo presentado aquí, son milongas.
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67 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
Radar Secret Service
Radar Secret Service (1950)
Mediometraje
  • Estados Unidos Sam Newfield
  • John Howard, Adele Jergens, Tom Neal ...
4
Radar móvil muy discreto
La película nace ya con desfase, al terminarla esos radares seguro que ya estaban obsoletos. Jamás he visto un radar del tamaño de una sandía de 40 kilos encima de un coche. La película empieza explicando la creación de estos artilugios durante la guerra y su posterior desarrollo, pero lo que no explica es cómo es posible que desde la central pudieran ver por una tele al coche que el radar iba siguiendo, porque además le ven desde delante y a poca distancia. Uno, pues ya no se molesta en buscar explicaciones porque la vida está llena de misterios que superan la limitada inteligencia del espectador perezoso, pero me gustaría saber si la gente que viera esta película en aquel entonces y se preguntara lo mismo encontrarían una razón válida porque, como digo, el radar transmitía imágenes además de las señales. Alguno diría que la explicación está en que iba un coche delante en el que rebotaban las ondas gracias a un receptor y un operario desde el asiento trasero iba filmando. Pero yo no me lo creo porque para eso también podía ir animando el trayecto transmitiendo verbalmente la carrera.

También es posible que con esa exageración de poderío pretendieran asustar a futuros criminales para que desistieran cometer más tropelías sabiendo que serían perseguidos y detenidos fácilmente gracias a la eficacia de esos radares.

Lo otro sobre la película es que trata una investigación muy vista, sin alicientes, demasiado convencional. Muy clásica, con rubia tonta, rubia lista, los jefes y los secuaces, uno de ellos es un hipocondríaco que se supone hace gracia. Muy poca, lo digo por animar pero más bien nada. Enfrente, la organización policial con dos polis de protagonistas. Hay un plan por medio de bombero retirado de la banda criminal para sacar adelante unas cajas robadas con material atómico radiactivo. Terminarían todos cayéndoseles la picha a trozos.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Equalizer 3
The Equalizer 3 (2023)
  • 6,1
    5.884
  • Estados Unidos Antoine Fuqua
  • Denzel Washington, Dakota Fanning, David Denman ...
8
Hay múltiples muertos y sólo una huella
Denzel vuelve a interpretar al personaje de Robert McCall y bienvenido sea. No ha variado lo más mínimo. Llama un poco la atención, no sé si para bien o para mal, situar la trama en la Italia de la Camorra. Pero como somos personas de mundo no vamos a buscar más explicaciones que las que dan. Denzel encuentra allí, por accidente, un pueblo pesquero del que se enamora, no porque sea bonito (que lo es) sino por la gente generosa y amable que lo habita. A partir de ahí, hay un relato simpático, bien contado, el esperado sin duda, y el otro también está, por supuesto, el tenebroso, el odioso, con una música muy acorde a la cruenta acción que sube en tono según el bueno de Denzel da un paso más en su tarea vengativa.

Denzel es mi primo. ¡Qué bien trabaja! Qué planta, qué confianza da al espectador. Lo bien que ha asumido ese papel, habla con ironía, con dulzura casi, con una sonrisa y con firmeza. Adora a los niños. Lo da todo. Eso sí, quita también. Quita a quién hay que quitar. Quita las vidas. "¿Acaso me parezco a alguien que va matando gente por ahí?" Qué va Denzel, das el pego. ¿Cómo va a ser eso posible? Y es que el fondo de la cuestión está en que sus palabras tienen un tono bíblico, es un predicador, un Mesías —"Ese hombre va a morir ahora y no lo sabe"—. A uno le gusta escucharle, ese es el otro aliciente, tan calmado, con esa personalidad de justiciero de la justicia de la buena, que se adivina será la del Juicio Final. Así que el ritmo es siempre impecable. Escucharle ya vale media película.

Hay quien piensa que la justicia no tiene que ser vengativa, pero los que no nos engañamos, sin más leches ni políticas, entendemos de sobra que no existe la justicia justa y menos cuando varía tanto según estás en un rincón del mundo o en otro. Por eso algunos justicieros son mucho más justos que un juzgado ya sea de Primera Instancia o sea el Supremo. Cada uno que piense lo que quiera pero esa es la verdad. En la película Fallen (1998), Denzel como policía tiene que enfrentarse al mismísimo diablo que va adquiriendo cuerpos por el camino según se tropieza con la gente, y canturrea cuando actúa. Creo que aquí, el personaje justiciero de Denzel es un predicador bíblico —existe desde el principio un ambiente de lo más cristiano con imágenes de cruces y figuras de la Virgen—, es un santo, un discípulo de las causas perdidas, pero cuando tiene que actuar con una violencia salvaje se convierte en un demonio, y canturrea tan tranquilo mientras ve agonizar a sus víctimas sin piedad alguna. Es acojonante. En esta vida hay que ser bueno, pero con los mierdas hay que ser un verdadero demonio. Esa es la enseñanza. Ojalá, hubiera una cuarta entrega.
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70 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
Without Warning!
Without Warning! (1952)
  • 6,6
    45
  • Estados Unidos Arnold Laven
  • Adam Williams, Meg Randall, Edward Binns ...
8
Mientras el asesino descansa
Dentro del catálogo de este género de cine de aquellos tiempos, Without Warning! puede figurar como una más de las logradas. Muy pocas se salen del tiesto. El crimen no tiene justificación pero no quita que sus efectos sean atrayentes para el público. Without Warning! tiene secuencias y persecuciones emocionantes, un ritmo certero y una lógica investigación interesante. De hecho, puede comprobarse cómo (al igual que sus coetáneas de este estilo) tiene su paralelismo con la serie documental "Crímenes imperfectos". Aparte de las obligadas encuestas, se muestra cómo en sus laboratorios y con los equipos más avanzados, la policía estudia las pistas minuciosamente, aunque sea la más tonta, para ir cerrando el círculo con una nueva evidencia.

También está el psicólogo que nos dice que un asesino puede ser un psicópata, un sádico o un paranoico, y en este caso del asesino de rubias a base de tijeretazos, hablamos de un paranoico vengativo. Todo suma para atrapar a tan escurridizo personaje. Pero el asesino tras su crimen pone orden a sus cosas y descansa. Estas películas están para mostrar que afortunadamente la policía al contrario, se revoluciona y no para hasta lograr echarle el guante de una forma u otra.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
River Monsters (Serie de TV)
River Monsters (2009)
SerieDocumental
  • 6,8
    75
  • Reino Unido Charlotte Jones, Barny Revill ...
  • Documental, (Intervenciones de: Jeremy Wade, Daniel Göz)
10
La pesca más variada
Jeremy Wade es un tío serio. No da el perfil de graciosillo como Josh Gates, el de Expedición al pasado, que se presenta con un título de arqueólogo (no sabemos de cuántas horas es dicho cursillo que ni siquiera muestra). Jeremy Wade es biólogo y viajero incansable en busca de las criaturas de agua dulce más extrañas. Sus programas están perfectamente construidos para atraer la atención desde el inicio. Presenta a personas que han sufrido o han sido testigos de algún ataque en el agua cuando pescaban o, sencillamente, cuando estaban en la orilla de algún río, por lo general de zonas remotas. Peces gigantescos, o voraces, con una fila de dientes como cuchillas que han dejado marcas en el cuerpo de alguna persona, o incluso como es de suponer, se las han comido. También es verdad que desbarata muchos bulos de gente impresionable. El caso es que sin dudarlo se pone en marcha y lo mismo está en África que en el Amazonas o intentando pescar el monstruo del lago Ness para demostrar la tonta fábula que es esa leyenda.

La pesca que practica es del todo deportiva y todo pez que saca del agua vuelve al agua después de medirlo y pesarlo. No hace falta ser pescador para convertirse en un forofo de esta serie documental. Jeremy, dentro de su humildad, no se destaca por presentar ningún fabuloso equipo técnico ni artilugios avanzados. Viaja en pequeños cayucos de la región de donde esté sin cañas especiales ni cebos de marca, ni lleva la botellita de agua de plástico que cualquier idiota tirará luego al río. Va a pelo y se gana a la audiencia como debe ser.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los vigilantes de la playa (Serie de TV)
Los vigilantes de la playa (1989)
Serie
  • 4,1
    63.048
  • Estados Unidos Douglas Schwartz (Creador), Gregory J. Bonann (Creador) ...
  • David Hasselhoff, Michael Newman, John Allen Nelson ...
5
No me dejaron pasar
Los vigilantes de la playa no nacieron ayer.
Llegué a la playa con mi sombrilla y buscando el mejor sitio se me planta un tiarrón musculoso con bigote y me da el alto.
—Perdone señor, pero usted aquí no puede estar, ¿vale?
—¿Y eso por qué?
—¿Es que no se da cuenta? Fíjese...
—No comprendo... —Dije mirando a los lados.
—Usted aquí desentona. Es usted feo, además, esos bañadores tipo braga ya no se llevan y menos esa panza cervecera, ¿vale? Su presencia no es sostenible bajo ningún concepto. Tiene que irse. Aquí sólo cabe gente joven y guapa como nosotros. Esa sombrilla de propaganda además es horrible y encima viene con la música inadecuada.
—Es Rafaela Carrá... También tengo a Los Manolos...
—¿Practica usted algún deporte? ¿Juega al voley playa?
—No. En verano, no hago más que descansar. En invierno voy de caza.
—¡Encima! Eso tampoco es sostenible. Largo de aquí.
—Mire... Llame a Mitch que es amigo mío y ya veremos si me voy.
Llega el jefe al cabo de un rato y me saluda con una sonrisa. El instructor viene detrás con todo el séquito de mozas socorristas. Ya se ha formado un corro y me miran como si fuera un bicho extraño.
—Hombre, Floid, ya está todo arreglado, puedes pasar pero tienes que cooperar. Estamos haciendo un cursillo de socorrismo y buscamos un voluntario como tú, un pelagre que se adentre en el mar. Luego cuando te estés ahogando vamos, te rescatamos y tratamos de reanimarte delante de todos.
—Ah, muy bien... Pero quiero que sea Pamela quien me haga el boca boca.
—No, imposible, ha dicho que ni loca. Te lo hará mi colega, luego terminará dándote unas buenas hostias en el pecho pero en este caso tú no sales vivo. Queremos concienciar a la gente de lo malo que es beber alcohol, comer grasas, no hacer deporte sostenible, no hacer bien la digestión, el ser un imprudente, no hacer caso de las advertencias, no darse la crema solar correspondiente...
Cogí y me largué a la piscina del hotel a tomar una ración de calamares y un botellín detrás de otro. En realidad, los vigilantes de la playa están bien en sus cometidos aunque tienen poco que contar, pero Mitch es mi amigo y no voy a hablar mal de él ni de las chicas, y será una serie sostenible, pero no ofrece mucha diversidad. Hála, que se jodan.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robbie Williams Feat. Nicole Kidman: Somethin' Stupid (Vídeo musical)
Robbie Williams Feat. Nicole Kidman: Somethin' Stupid (2001)
Vídeo musical
  • 5,9
    207
  • Reino Unido Vaughan Arnell
  • Nicole Kidman, Robbie Williams
10
Una tontería
De tontería nada. Es la versión de la famosa canción que Frank Sinatra cantaba con su hija Nancy y suena igual, muy bien, pero claro, cuando el vozarrón de Frank aparecía el tema subía enteros hasta el techo. No obstante la versión está lograda y la parejita de tortolitos haciendo arrumacos con tanta delicadeza es el no va más. Qué cuerpos tan perfectos. Gusta verlos. Nicole y Robbie supongo que envejecerán y no lo merecen, viéndolos le viene a uno a la cabeza cómo es posible que en este mundo conviva gente tan guapa con tanto gilipollas y tío feo.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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