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42 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
CAUTIVADORA PELÍCULA ACERCA DEL AJEDRECISTA ESTADOUNIDENSE JOSHUA WAITZKIN
En el mundo del ajedrez se considera al actual ajedrecita norteamericano Joshua Waitzkin, Maestro Internacional de AJEDREZ, como el posible sucesor de Bobby Fischer, pues ya con 11 años logró hacerle tablas en una partida de ajedrez simultáneo nada más y nada menos que a Kasparov. La película nos cuenta la infancia de este niño tomando en todo momento a Bobby Fischer como la referencia y paradigma a seguir, pues al igual que Bobby Fischer, siendo un niño de corta edad empezó a jugar al ajedrez sin que nadie previamente le enseñara y a dar muestras asombrosas de ser un genio de esta disciplina.

Bobby Fischer, hombre peculiar y libre donde los haya, huyó de su agobiante patria "patriotera" en 1972, a raíz de ganar el campeonato mundial, y desde entonces estuvo desaparecido muchos años, nadie sabe dónde, aunque aparecía y desaparecía de nuevo de vez en cuando hasta ser detenido en Japón en 2004 por orden de los EE.UU. que lo reclaman acusado de antipatriotismo, pero tuvo la suerte de que en el 2005 el Congreso de los Diputados de Islandia le brindase la nacionalidad, ciudadanía y el pasaporte, regalo de esa nación tan civilizada, a un genio humano al que había que respetarle su deseo simple de querer disponer de su vida, de ser un hombre cosmopolita antes que someterse al convencionalismo de ser un etnocetrista norteamericano. ¡Ojalá aprendieran la lección los necios del nacionalismo (los necio-nalistas) que surgen como los hongos venenosos en los bosque de humedad y vida, y que no ven más allá que la programación enajenadora a qué son sometidos por tipos frustrados y cortos de miras respecto a su entorno, familia o zona geográfica!

El filme nos agarra el interés y va comparando al jovencito protagonista, en su proceso de crecimiento, con el admirado campeón mundial Bobby Fischer, probablemente el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos, el hombre que no sólo llegó a ser número uno de ajedrez mundial sino que además perdió su corona de manera no jugada, desapareció y tuvo el coraje de enfrentarse a las autoridades de su país, de las que nunca le gustó admitir órdenes.

Una buena película acerca del ajedrez, de un niño ajedrecista y de su peculiar modo de vivir yendo de torneo en torneo, etc. Para ver y disfrutar.

Fej Delvahe
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82 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¿Perdió la partida?
Este comentario es en recuerdo del gran jugador fallecido hace pocos días. Por ello, igual que esta interesante película, está principalmente dedicada a todos los que conocen el ajedrez, y han disputado alguna vez una gran partida o una serie de choques a lo largo de un campeonato.

La película sigue los pasos de un niño que es genial en el campo de batalla de 64 casillas, y que es capaz de realizar partidas rápidas con adultos prácticamente desde su infancia. Con esos adultos fascinados y apasionados por esas partidas callejeras y no oficiales. Desde luego ésta “En busca de Bobby Fischer” es una obra que aborda un juego que puede llegar a enganchar de un modo insospechado, y en el cual, como bien sabía Fischer –el excéntrico, ingenioso y mordaz jugador-, se desata una guerra cruenta y destructiva, donde cada movimiento puede llevar al adversario a una derrota casi tan devastadora como si nos disparasen a la cabeza en un campo de batalla real.
Al final el niño protagonista tendrá que enfrentarse a ese otro niño de aspecto despiadado e invencible. Y la incertidumbre de saber si podrá derrotarlo crea un buen suspense en el espectador. Un película muy interesante.
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39 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Sorprendentemente decepcionante
Una de esas películas que se me escaparon en su momento y que por fin he podido ver. Y tan bien que oí hablar de ella y...resulta que me ha decepcionado bastante. Para mi sorpresa, porque parece que hay casi unanimidad en que es una gran película.
Tiene cosas positivas, sin duda: ritmo, fotografía (la típica de peli comercial americana, muy aceptable), trabajo de los actores y interés de la historia.

Pero para mí pesa muchísimo más (y negativamente) lo "americanada total" que es casi todo:
trata de emocionarnos obligatoriamente con una música que nos va marcando el ritmo emocional (cuándo hay que sonreír o llorar) y las situaciones son (como casi siempre en las películas americanas comerciales) previsibles y infantilmente extremas.

Previsible porque va siguiendo todos los tópicos ya muy trillados y que tanto gustan en USA: que si o todo o nada sin punto medio (ganar o perder, héroe o villano), que si presión del padre pero madre más comprensiva, que si profesor sin piedad (por supuesto ex jugador muy fracasado) que quiere exprimir al niño al máximo, que si el amigo "liberal" algo canalla que comprende al niño, que si niño repelente contrincante poniendo caritas de malo mientras reta a nuestro héroe...y así toda una retahila de situaciones previsibles que gustan mucho en USA y que no pueden faltar en una película comercial de allí.

Y las situaciones son infantilmente extremas...en muchos momentos : los malos del parque que juegan a ajedrez pero son típicos barriobajeros chulillos vacilándose como niños, la manera de retarse y chulearse de todos con todos (incluso de personajes de los que se espera un poco más de madurez o equilibrio): el padre con la profesora del niño, los jugadores de ajedrez entre ellos, el profesor de ajedrez del niño con la madre, etc, etc).

Y ya con el impagable momento cumbre de la partida definitiva contra ese niño repelente...en que...todo parece estar perdido hasta que el niño (milagro) se rehace y oh, emoción y reacciones exultantes de todos los que un momento antes no daban un euro por él. Y ahí aviso musical para emocionarnos.
En fin, exagerado todo al máximo.

Una lástima: con esos actores y esos medios técnicos sólo hacía falta un guión normal, con diálogos y situaciones mínimamente equilibradas (como en Vitus, por ejemplo, y no me refiero a lo que allí sucede sino a cómo se desarrollan las situaciones entre personajes, cómo hablan, cómo reaccionan).
Y sólo con eso...sí hubiera salido una película muy notable y no simplemente una agradable película para pasar aceptablemente el sopor del domingo tarde.

Saludos.
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32 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
¿Dejariamos todo por dedicarnos a lo que mejor sabemos hacer?
Esa es la cuestión de fondo que permanece en todo el film.

Un niño resulta ser un portento jugando al ajedrez, brillando con luz propia en torneos y frente a grandes maestros, pero... ¿qué pasa con su niñez? ¿y qué más le deparará la vida aparte de dedicarse únicamente a ello?

Es un dilema que se plantea en todo niño prodigio, el cual puede llegar a encontrase aislado de la sociedad y con un subdesarrolle emocional precisamente por potenciar su superdotación (generalmente por la propia familia).

Basada en la vida del ajedrecista JOSHUA WAITZKIN, éste mismo se decidió por vivir una vida más completa, siendo karateka, escalador y montañero, buceador e inquieto explorador, además de maestro internacional en ajedrez.
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20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Sorprendente
El director Steven Zaillian es, por primera vez en su carrera, guionista y director de un mismo film. Tras su trabajo en "Juego de Patriotas" nadie esperaba un película con estas características, pero demuestra que puede con todo.

El joven actor Pomeranc es guaido por su padres (Joe Mantegna y Joan Allen) en su prometedora carrera en el "arte del ajedrez" (vean la película para entender esta expresión). Contratan a uno de los grandes en este arte (que coincide con uno de los grandes en el cine, el aclamado Ben Kingsley) para que le acompañe en su aprendizaje, resulta ser un gran conocerdor del desaparecido Bobby Fischer. Gracias a las jugadas de este gran maestro el niño aprender no sólo a jugar con maestría, sino a madurar y a ver la vida con otra perspectiva.
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12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una película interesante.
Película más que aceptable sobre lo que significa ganar y perder. Buenos actores bien ubicados en sus roles, con Ben Kingsley tomándose aun en serio su trabajo. Muy entretenida. No deja de ser una película "pequeña", pero compacta y sin pretensiones.

Por otra parte, mencionar a Steven Zaillian: director neutral y guionista excepcional, sobre todo en adaptaciones literias; que demuestra una vez más que cuando se trata de escribir; hilvana fino, muy fino. Es uno de los guionistas a perseguir en la actualidad. Garantía de calidad.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Bobby Fischer que estás en los cielos...
Bonita película que sigue la historia real de un niño superdotado para el ajedrez mezclandola paralelamente con pequeños pasajes de la vida Bobby Fischer, el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos.
Génio y figura o visionario a un paso de la locura; Bobby Fischer puso en jaque a toda la diplomacia norteamericana y rusa con sus excentricidades, sus declararaciones y actuaciones dentro y fuera de los tableros.
"Enfant terrible",siempre politicamente incorrecto, de personalidad explosiva e inclasificable; es el padre del ajedrez moderno y su aparición marca un antes y un despues en la Historia de este grandísimo juego.
Hoy, simplemente, no se puede concebir el ajedrez profesional sin sus aportaciones...

Aunque el jugador sobre el que trata la película nunca será tan grande en los tableros como Fischer, si que sirve de ejemplo de la pasión y admiración del director hacia el mundo del ajedrez en general y a la figura de Fischer en particular.
Cualquier persona puede disfrutar esta película aunque no sepa nada del mundo de los 64 escaques porque toca además varios temas; como la problemática de los niños superdotados o los peligros del crecer antes de tiempo...
Un pedazo de drama con mayúsculas en el que brillan con luz propia casi todos los actores, especialmente Joe Mantegna y Ben Kingsley.
Ambos atrapados entre el dilema de intentar educar al chico de manera acorde a su juventud o inculcarle la ambición que requiere la alta competición y la consiguiente dosis de deshumanización prematura a un niño con la mente de un génio...
Además está Laurence Fishburne y la madre del niño (bastante desprovechados, en mi opinión) que representan la defensa a ultranza de los derechos del chico: dejar que aproveche su niñez de forma natural por encima de cualquier otra cosa.

Una grandísima película que aunque está un pelín sobre-edulcorada deja un muy buen sabor de boca y no te llega a empalagar...
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
¿Y si, quizás, fuese mejor no ser el mejor?
Es triste reconocerlo, pero muchísimos niños se esmeran en demasía para ser los mejores en actividades como el estudio, el deporte o el arte, no precisamente porque ésto los apasione, sino porque se les ha hecho sentir que, de no conseguirlo, sus padres les retirarán el afecto. Por ésta razón, los niños se sienten intimidados, bajo constante presión y con un profundo temor al fracaso porque creen que, entonces, el mundo se les vendrá abajo. Pero, lo curioso en todo ésto, es que muchos niños parecieran conservar una esencia equitativa y generosa que los lleva a sentir, muy dentro suyo, que no están interesados en ganar a como dé lugar; el derrotar a otro no les produce satisfacción alguna; y es la amistad y la camaradería, el estudio, el deporte y el arte por afición, y no por obsesión, lo que anima completamente su espíritu.

Creo que este tema, es uno de los ejes centrales de, <<EN BUSCA DE BOBBY FISCHER>>, un estupendo y necesario filme que me parece imprescindible para los jóvenes de hoy, levantados en un mundo de competencia y de zancadilla que causa verdadera grima, sobre todo porque sus principales promotores son los gobernantes, los padres de familia y los docentes.

El segundo tema importante del filme, es que demuestra una extraña verdad que cada día toma más fuerza: son los hijos los llamados a educar a sus padres y son los alumnos los que parecieran capaces de enseñar a sus maestros, pues, aquellos y éstos lucen rezagados, anclados en paradigmas en desuso y habituados a verse como unos y únicos, con una humanidad a su alrededor a la que sólo se mira con afán competidor, aprovechador y oportunista… pero, muy poco con respeto, consideración y hermandad. En el filme, ejemplar resulta la madre de Josh, quien, sin protagonismo alguno, se convierte para el niño en el mejor ejemplo de vida, carácter e integración con el Ser.

Hay diálogos precisos que ilustran el competitivo y trasnochado sentir de los ‘maestros’:
-¡No vas a perder Josh! –Le dice el padre a su hijo.
-¿Y si pierdo? –Pregunta el niño
-¡No lo harás! Ellos te temen, los tienes aterrorizados.

O ¿qué tal este otro?:

-Para ganar, debes sentir desprecio por tus adversarios -dice el instructor a Josh-, debes odiarles.
-Yo no les odio. –Replica el niño.
-Ellos te odian. –Insiste Pandolfini.
–Pues, yo a ellos no. –Sostiene el niño.
–Bobby Fischer odiaba a todo el mundo.
–Yo no soy como él.

El reconocido guionista, Steven Zaillian, ha logrado una Opera Prima como director, que consigue tocar puntos neurálgicos de nuestra vida, dejando sembradas trascendentales lecciones que, ojalá, traigan conciencia y un nuevo ejercicio en algunos corazones.

Título para Latinoamérica: JAQUE A LA INOCENCIA
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Excelente mensaje con la mejor interpretación infantil de la Historia del Cine
​Josh cumple 7 años cuando aparecen sus grandes dotes para el ajedrez pero en lo que verdaderamente brilla es en virtudes morales y es que Josh es modesto y bondadoso al extremo de no gustarle humillar a sus contrincantes. Ello choca con el ambicioso mundo de los adultos que se involucran en los torneos de sus hijos y les transmiten miedo e inseguridad. El protagonista también se encuentra entre dos tipos de profesores y estilos de jugar, un joven jugador callejero e impulsivo que le enseña tácticas sicológicas y la de un severo y exigente maestro. "Quizás no sea bueno ser el mejor, si pierdes no pasa nada" –confiesa Josh temeroso antes de jugar un torneo.

El filme destaca la importancia que tienen en el desarrollo emocional del niño la estabilidad familiar, el juego con los padres, el deporte y las relaciones sociales. También suscita reflexiones interesantes sobre el estudio y el esfuerzo personal (a través de la mítica figura de Bobby Fischer) y sobre del ejemplo de los padres en la educación que a veces nos convertimos en responsables de lo peor de nuestros hijos. Sin embargo Josh tiene tanta personalidad que en algunos diálogos demuestra más sentido común que los adultos, el guión no oculta que lo ha heredado de su madre.

Técnicamente la película a veces recuerda a un telefilme pero es sobresaliente en algunas escenas como la de las partidas callejeras y la final del torneo. La cámara seduce al espectador filmando unas cautivadoras miradas del protagonista que nos hablan de su riqueza interior o de lo que está pensando. A mi juicio es la mejor interpretación infantil de la Historia del Cine.

"Tienes un gran corazón y eso es los más importante del mundo" –le dice su madre al acostarlo: es la tesis principal de la película, la bondad como fuente de felicidad.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La sombra de B. Fischer
La excelencia en la infancia en el ajedrez, igual a la excelencia en la física que deriva en la astrofísica: las estrellas y lo innombrable porque es infinito y abstracto.
Con el siglo XX se agotaron los mitos, ya no tienen cabida. Por pura necesidad. No tanto a la manera de "...Liberty Valance", sino más como el umbral de "Centauros del desierto", aunque tampoco. (De hecho, la persona real de la cual es trasunto el protagonista de la película hoy día tiene su propia página web y posa de modo sensual tras un tablero, y eso da mucha tristeza).
Fischer encriptó decenas de sitios. Desde su partida "inmortal" etc. y otras, hasta aquel 1972 en Islandia repleto de periodistas y revuelo y una futura virtual desaparición -los ingredientes de mitificación en el XX-. Encriptó Islandia -donde murió en 2009-, jugando al ataque, y porque no es ruso le dicen el Genio, y con razón.
El ajedrez, ya se sabe, es el ejercicio más solitario que existe. Y es una anomalía su protagonismo.
Esta encantadora película podría haber sustituido el ajedrez por el béisbol -aunque de hecho el béisbol también aparece-, y la música nos habría anunciado y rodeado la moraleja de igual forma, pero trata sobre el ajedrez.
Y como bien dicen el ajedrez no es un juego.
(Trabajar intensamente para nada y para las estrellas. Única justificación del principio antrópico fuerte.)
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El ajedrez como filosofía de la vida.
Opera prima de Steven Zaillian, guionista de la película de Spielberg “La lista de Schindler”, que aborda el tema de la educación en la infancia asociado al juego del ajedrez. El jugador genial al que alude la película, en realidad no fue un niño prodigio, fue un adolescente prodigio porque cuando empezó a despuntar sería a los trece años. Para los no iniciados en el mundo del ajedrez, sólo decir que Fischer, ídolo de los protagonistas de esta película, fue el único campeón del mundo norteamericano, venciendo a Boris Spasky en la “final del siglo” disputada en 1972 en Reikiavik. Por unos meses la Guerra Fría se trasladó a un tablero de ajedrez. Un hombre polémico y contradictorio, genial en el tablero, su coeficiente intelectual era el mismo que Albert Einstein, pero excéntrico, en mi opinión, y poco edificante como persona.

Estamos ante una película moderna con innegable encanto, e interesante por el dilema que plantea y que afecta a la educación de los hijos. Producida por Sidney Pollack, que suele tener buen olfato para las historias interesantes, ésta mantiene un buen pulso narrativo con unos actores verosímiles y el protagonismo del niño que es lo mejor del film, capaz de expresarse con los gestos mejor que con las palabras. El riesgo de una historia tan centrada en el juego (que para mí es una ciencia) del ajedrez era no interesar a los espectadores no aficionados o, simplemente, que no entiendan la dinámica del tablero. Esta dificultad la salva Zaillian con habilidad al hacer más hincapié en las personas y sus reacciones psíquicas ante el juego que en el juego mismo.

Josh (Max Pomeranc) es un niño de siete años que cada vez que pasa por Washington Square en Nueva York, se queda fascinado por los jugadores de ajedrez en el parque. Su padre (Joe Mantegna), periodista deportivo le anima a jugar al béisbol. Un buen día el niño le propone jugar al ajedrez venciéndolo fácilmente. El padre intuyendo una inteligencia innata contrata a un maestro, Bruce (Ben Kingsley) ya retirado, pero que acepta al ver las posibilidades del niño. Mientras tanto su madre le deja ir al parque donde conoce a Vinnie (Laurece Fishburne), un hombre de color que le enseña a jugar rápido y al ataque. El juego en sus diversos aspectos de diversión, lucha, estrategia o proyección de estados de ánimo, siempre ha sido una metáfora de la vida. Como afirma el maestro Bruce: “El ajedrez es un Arte que, como en la etimología griega implica la técnica y el estudio, además de la creatividad que sólo está al alcance de los mejores”.

El film reflexiona si los padres saben escoger la mejor educación, sin explotar los deseos frustrados de ellos mismos, cual es el mejor camino para triunfar, no sólo socialmente sino como realización personal. La presión a la que sometemos a nuestros hijos puede ser contraproducente en una sociedad tan competitiva. Los dos maestros que conoce el niño, representan dos actitudes ante la vida y dos modelos educativos. Vinnie es el hombre intuitivo de la escuela “de la calle” que basa su triunfo en imponer su personalidad, su juego rápido le enfrenta a la realidad con arrojo y resolución; Bruce, por el contrario es modelo de racionalidad meditada, de seguridad para elegir la mejor estrategia, es el hombre reflexivo que indaga todas las posibilidades y busca la mejor. Vinnie confía en sus cualidades personales, la intuición, despreciando la autodisciplina y el estudio; mientras Bruce sabe las limitaciones de las habilidades innatas y trata de perfeccionarlas mediante el estudio riguroso.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
la pasión del ajedrez para grandes y pequeños.
El tema del ajedrez contado en primera persona en la experiencia de un niño de seis años que vive con sus padres en Nueva York, que juega muy bien al ajedrez tanto que es lo que podríamos decir un superdotado para ese juego y cuyo mayor héroe es el ex campeón del mundo Bobby Fischer. El Tema del ajedrez y del campeón americano, es en si mismo muy interesante y raro de encontrar en el cine.. Aparte el tratamiento del director Steven Zaillian es bueno, captando perfectamente la emoción y esa especie de locura genial que envuelve a este juego a los que lo practican.
En resumen si te gusta con locura el ajedrez o cualquier otro juego inteligente y además tienes niños pequeños “En busca de Bobby Fischer” puede ser una gran película para ti.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Los mitos no mueren
Escribo esta crítica el día que el legendario Robert James Fischer ha fallecido en Islandia, país donde vivía de adopción tras haberse declarado enemigo de sus natales Estados Unidos por varios mitivos políticos y morales. Fischer consiguó el máximo galardón ajedrecístico precisamente en Reykyavik en 1972 derrotando en un grandioso y dramático match al campeón mundial soviético Boris Spassky, para después abandonar por completo el ajedrez de competición.

De aquí parte la historia de la película, que funciona como trasfondo ideológico de sabor norteamericano, pueblo ansioso de encontrar un nuevo killer del tablero capaz de zurrar a Kasparov & Co. y, de paso, darle un toquecito de autoridad a los rusos como país recién acabadas las hostilidades pre-Gorbachov. También funciona como un documental sobre la vida de Bobby Fischer a trozos, pero la clave para que el filme sea más que un agradable entretenimiento para freaks del ajedrez es su excelente análisis de los valores que deben aprender a adoptar los niños desde muy temprano para llegar a ser probas personas. En este caso, el ajedrez es la excusa perfecta del engranaje final del filme y no su motor principal, afortunadamente. No se quiere hacer una demostración de la dura vida de los escaquistas y su aislamiento con respecto al mundo (aunque se hace), se quiere poner en su sitio justo al deporte ciencia que jamás podrá sustituir a valores como los de la amistad, la lealtad o el amor.

La mejor crítica que se puede hacer de una película sobre ajedrez es que se puede ver con fruición por gente que no sabe ni lo que es un alfil.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
...Y EN EL FONDO ES SÓLO UN CRÍO.
Zaillian dramatiza el juego del ajedrez y se rodea de un grupo de actores se eficacia más que probada (hasta William H. Macy, Laura Linney y Tony Shalhoub aparecen en pequeños papeles) que convence. Porque no trata sólo sobre un juego. No. Trata sobre frustraciones, mediocridades, infancias perdidas y padres que vuelvan sus sueños en su hijos.

No está mal la peliculilla.

Lo mejor: El plantelazo actoral.
Lo peor: El niño resuñta un poco repollo a ratos y James Horner se repite con su BSO.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Entre el amor y el juego
Película tan sencilla como complejo es el mundo en el que se desarrolla, el de los grandes maestros del ajedrez, destaca, por encima de cualquier otra consideración, la excelente interpretación de todo el elenco de actores, destacando un asombroso Pomeranc y un no menos soberbio Mantegna. Aunque termina decantándose por el espectáculo (dentro de lo que cabe, claro, teniendo en cuenta la trama) y la emoción fácil, en el fondo nos hallamos ante una cinta intimista y sin artificios, que engancha precisamente por eso, y que deja una sensación agradable tras su visionado. No es que sea nada del otro mundo, pero cumple sobradamente.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una increíble cura de humildad
Desde la actuación del su joven protagonista hasta el argumento son impecables. Es una película muy bien llevada que deja un buen sabor de boca, quizá por la cautivadora y humilde mirada azul del niño o quizá por la increíble lección de humildad que se puede extraer de tan bella historia, donde jugar al ajedrez es algo más que tener habilidades.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El arte del ajedrez
Película que utiliza el extraño suceso de famoso ajedrecista Bobby Fischer y su desaparación, para presentarnos a un niño que parece que ha heredado sus cualidades.
La historia narra el don que tiene un niño de apenas 7 años, y que es capaz de jugar al ajedrez con una maestría que ya les gustaría a muchos campeones.
Su protagonista será testigo de la lucha de sus padres. Un padre que se obsesiona con que su hijo triunfe mundialmente en el ajedrez, y una madre que intentará que su hijo siga siendo un niño y no pierda esa inocencia.
A la par, el chico será enseñado por dos maestros. Un maestro de maestros que lo educará ante un juego estratégico y táctico, enfocado a la competición. Por otro lado, aprenderá de un mendigo del parque que le enseñará un juego rápido en el que no se piensan tanto los movimientos, sino en un juego más visceral y pasional.
Estas cuatro personas marcarán la juventud del protagonista que lo único que quiere es jugar y no competir. Lo único que quiere es amigos y no competidores. Lo único que quiere es unos padres y no unos managers.
En fin, película muy entretenida que no es muy conocida, pero que es muy recomendable. Una joya que no se ha dado a conocer en gran medida, pero que cuando la ves, algo te deja dentro que hace que no la olvides. Un peón que fotograma a fotograma se ha convertido en una reina de mi filmografía preferida.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
More than chess
Esta película ha ido a mejor en cada revisionado que le hice a lo largo de los años, y desde aquella lejana primera vez de la que sólo retenía lábiles fotogramas. Es en verdad, ante todo, un ejemplo de cómo se hace y lo que es el cine. Me he regodeado en la dirección, en el pulso de Steven Zaillian que le imprime ese sabio ritmo entre lo sereno y lo vertiginoso por momentos. Grandes colores y fotografía, pesos pesados de la actuación desplegando toda la magia de su oficio (Mantegna, Kingsley, Fishburne), realmente brillan, y aun el joven protagonista de la historia, Max Pomeranc, logra una performance impecable. ¡Ah, si todos los directores contaran las cosas así...! Cualquier historia resultaría memorable.

No ha rodado mucho más que yo sepa Steven Zaillian, pero con ésta basta para el Máster. Más vale poco y bueno. Y me ha gustado también el argumento, alrededor del juego ciencia que tanto revolucionó el mundo en su momento, en el tiempo del enigmático Bobby Fischer con su genio y su original extravagancia. La historia del pequeño Josh Waitzkin, un niño prodigio del ajedrez. No son pocos los asuntos que despliega: la sorpresa del descubrimiento por parte de los padres, el afán de desarrollar (y quizás explotar) el don del niño, los maestros que aparecen (uno profesional y solemne, el otro callejero y cálido), la competencia, la rivalidad, la amistad, el éxito inseparable a veces de la crueldad, la conciencia del pequeño Josh debatiéndose entre los múltiples conflictos imbricados en todo ello, la sombra (venerada y maldita) del impar Bobby... por mencionar sólo algunos.

Nada más se puede pedir de una película. De diez.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Mucho mejor encontrar a Josh
Creo que es mucho más envidiable alguien como Josh. Fischer era un genio del ajedrez, pero como persona era de darle de comer aparte.

La peli va de ajedrez, pero mucho más de aprendizaje. Del niño y de los adultos. Que todo el mundo tiene su parte de razón. Que un talento especial es una parte importante de la persona, pero no es la principal y no debe ahogar a las demás. Que hay que saber ganar, perder y arriesgarse al fracaso. Que el respeto a los rivales no está reñido con la ambición sana. Que no hay que confundir la debilidad con la nobleza.

Mi momento preferido es cuando llevan a los padres al rincón de pensar. Genial.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
De alegrías y tristezas jugando al ajedrez.
La alta competencia en el deporte o en la vida misma no puede darse a cualquier costo. Esta siempre está rodeada de mitos, sensaciones, recuerdos donde no faltan los entornos familiares complejos. Esto puede ser el punto de partida de "En busca de Bobby Fischer o Jaque a la inocencia (1993) sobre la vida de Joshua Waitzkin, personificado por Max Pomeranc. El niño que demostró tener cualidades innatas para el ajedrez. Teniendo como referencia desde la infancia al mítico Bobby Fischer el film desarrolla una historia mezcla de docu-ficción y drama. Lo documental, sutilmente inserto son imágenes del gran ajedrecista que adquieren climas de evocación y suspenso durante la narración en primera persona. Cuando la acción avanza se acoplan otros personajes no menos importantes como el padre, el mundo de los amigos del padre y un abigarrado instructor, que proyecta ideales personales con una muy particular visión del juego-ciencia inspirada en el gran maestro norteamericano. Vemos en el film aquellas conductas erróneas en que incurren los padres cuando tienen por delante un hijo con un don especial. Podría decirse, en cierto sentido que, la película es, también una lección para padres y que podría resumirse en la conocida frase "De buenas intenciones esta lleno el camino al infierno". Sin embargo, los sesenta y cuatro cuadros del tablero y la intuición del niño darán lugar a poder ver la alta competencia como algo que está mas allá del mero hecho de ganar por ganar.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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