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39 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Declaración de la principal testigo.
-Hermosísima, bellísima, así la defino. Sólo una mujer como ella puede ponerse unos vestidos como esos. Creo, no obstante, que he advertido que es una mujer insatisfecha… No es feliz; Tal vez su ambición la pierda pero nunca podría haberme imaginado que... Menudo melodrama más impactante. Y apasionante. Un espectáculo montado entre celos y pasiones.
>>Su marido me causó una profunda impresión. Es mayor pero experimentado. Me dijo que el amor no correspondido le devora. La enfermedad de los celos; ambos destilan sus frustraciones tan perfectamente como si estuvieran ante la pantalla excelentemente dirigidos. Si él hubiera conocido a otra mujer, si se hubiera unido a una mujer enamorada de él, que no la importara tanto el lujo y la diversión estoy segura que hubiera sido feliz y muy divertido. Me asusta en cuanto le veo. Siempre como acorralado; supongo que es el reflejo de un amor no correspondido. Siento pena por él.
-¿Su marido de usted sabe algo?
-No, inspector. Mi marido no se entera, está siempre como ausente. Ahora se ha ido a pescar con su jefe. En cierta forma… A veces pienso que debería haberme casado con alguien tan pasional como… George. Lo que he vivido en este viaje ha quedado plasmado con una fotografía perfecta. Espero que el relato sea igual de bueno.
-Lo es.
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46 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Para llevar ese vestido hay que tener costumbre desde los 13 años
Un matrimonio joven y enamorado va a las cataratas del Niágara, esperando disfrutar de las vacaciones. Pero las cosas se tuercen, y no porque tengan una crisis de pareja.

Qué bien hace Joseph Cotten de marido atormentado. Y qué sensación de peligro provoca sin decir ni hacer nada, en ese plano en que aparece a lo lejos.

Qué suspense hay en la secuencia de la persecución de Cotten a la Monroe, y también en la de la embarcación que se acerca al precipicio. No sólo Hitchcock sabía crearlo.

El personaje de Marilyn se parece a las cataratas. Seres muy bellos, pero cuidado con acercarte demasiado.
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39 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Marilyn en un papel nuevo.
Es inusual ver a Marilyn hacer el papel de mujer fatal, fría y calculadora y todo ello magníficamente interpretado. Sorprende que después de haberla visto mil veces en su típico papel de rubia tonta, en este film es todo lo contrario y realmente funciona.

A destacar:
- El paisaje, por supuesto. La imágenes de las cataratas son... mejor verlo que explicarlo.
- Esa malvada Marilyn cantando a susurros.
- El punto de partida de la trama, muy atrayente.
- Conseguir una auténtica mujer fatal y sin tener que quietarse nada (Estoy de acuerdo con una de las críticas anteriores) lo cual en el cine de hoy día no es muy común. Se prefiere el destape.
- Muy bueno Cotten en su papel.

No está tan bien:
- El final se alarga demasiado, creo yo. Podría haber concluído antes y hubiese quedado mejor.
- Se echa de menos algo más de tensión en el ambiente.
- Irregular interpretación de Jean Peters, que no me la termino de creer.

Conclusión: en conjunto está bien. Bastante entretenida y por tanto, recomendable.
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32 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Algo me dejé en Niágara
"Niágara" ha sido definida como un tórrido melodrama pasional. Catapultó al estrellato a Marilyn Monroe, quien aparece en esta película extraordinariamente bella y provocativa, especialmente en la famosa escena en la que baila y se contonea embutida en un ajustado vestido rojo. El impacto que causó la sensualidad de Marilyn en "Niágara fué tal, que cierta revista, señaló, que en este filme había dos obras maestras de la naturaleza: las cataratas del Niágara y la Monroe. La película fué producida por Charles Brackett y el guión escrito por dos antiguos socios de Billy Wilder. Walter Reisch y Richard Breen.El realizador Henry Hathaway se mostró satisfecho con el resultado final de la película, si bien señaló que quizás hubiera logrado una película de mayor calidad con James Mason en el papel de marido burlado.
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23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Cataratas
Film realizado por Henry Hathaway (1898-1985) (“Valor de ley”, 1969), a partir de un guión escrito por Charles Brackett, Walter Reisch y Richard L. Breen. Se rueda entre junio y julio de 1952 en las cataratas del Niágara y en el plató nº 5 de Fox Studios (Century City, L.A., CA), con un presupuesto de 1.250.000 USD. Producido por Charles Brackett para la Fox, se estrena el 21-I-1953 (NYC).

La acción dramática tiene lugar en las cataratas del Niágara y alrededores (territorio de Canadá) a lo largo de unos pocos días del verano de 1952. Allí se encuentran y relacionan dos parejas jóvenes y una mayor. Polly y Ray Catler forman la pareja enamorada y perfecta. Rose y George Loomis forman una pareja atormentada por los celos enfermizos del marido tras su participación en la guerra de Corea y su paso por el hospital para enfermos mentales de Littleman. La pareja formada por Jeff Kettering y su esposa, ambos de unos 50 años, marcan las diferencias entre jóvenes y mayores. Los papeles protagonistas corresponden a Rose (Monroe), sensual, seductora y atractiva, que desborda erotismo y carnalidad. Polly (Peters) es sobria, seria, formal y discreta. George (Cotten) es inestable, inseguro y vulnerable. Ray (Adams) encarna la figura de un exitoso ejecutivo de ventas de seguros, ingenuo y de luces limitadas.

La narración se sirve en gran medida de los contrastes para dar relieve y vistosidad al relato. Contrastan poderosamente la belleza de las dos protagonistas, sus concepciones de la feminidad y de su papel en la vida, sus gustos en el vestir y su manera de relacionarse con los hombres y las personas del entorno. Una es generosa, atenta y servicial, frente a la otra que es presumida y dada a llamar la atención exhibiendo sensualidad y una desbordante belleza. Contrastan también las dos parejas jóvenes, que encarnan, respectivamente, la felicidad y la infelicidad, la armonía y la disputa, el enamoramiento y el desamor. Los dos maridos representan papeles opuestos: mientas uno triunfa en su trabajo profesional, el otro acumula fracasos profesionales en cadena, etc.

Por lo demás, el film hace un uso inteligente y convincente de los símbolos, los paralelismos y las semejanzas. En este sentido complementa y amplía el inmenso atractivo de Marilyn enmarcándolo en el paisaje inmenso y monumental del lugar. Potencia la sensualidad de la actriz poniéndola en relación con las imágenes repetidas de las aguas que se desbordan para precipitarse en el abismo. Poco antes ha comparado la manera de ser de Polly con las aguas tranquilas y quietas, casi inmóviles, que hay río arriba. En pocas ocasiones se ha dado en cine una interrelación tan lograda y coherente de paisaje y argumento. Posiblemente decir esto es un tópico, pero es tan cierto que no se puede dejar de decir.

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21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
COMO UTILIZAR UN GRAN PAISAJE...
...para rodar una más que discreta película de infelidades, celos y crimen. Recuerdo haberla visto por primera vez hace más de cuarenta años (que uno ya es mayorcito). Al verla por segunda vez recientísimamente, dos cosas fueron inmediamente rescatadas del olvido temporal: por una parte, el marco incomparable de las cataratas del Niágara, explosiva belleza natural que la película resalta en un deslumbrante color, y que ya por los años sesenta estaba convenientemente acomodada para mayor gloria del turismo mundial; y por otra parte, la imagen no menos radiante de una Monroe en pleno éxtasis de gloria y triunfo. Pienso que si este producto se hubiera elevado a la categoría de obra maestra lo habría revivido mucho antes, para encontrar nuevos aromas. Pero no deja de ser una película interesante, entretenida y con pocas sorpresas narrativas (a la que me parece que le sobran unos minutos de la parte final, porque el drama estaba concluído mucho antes), aunque digna de volver a ver por los amantes del viejo y glorioso Hollywood. ¿Le gustará tanto a los jóvenes de ahora?.
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16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un torrente llamado Marilyn.
He aquí una película que nos muestra las grandes condiciones como actriz que poseía la inmortal Marilyn Monroe. Esta cinta de 1953, (para la Fox) entremezcla drama e intriga de manera tan bien lograda que en ningún momento deja de sorprendernos y por ende se nos hace hasta corta, (su duración es de 89 minutos.)
El matrimonio Cutler decide hacer una visita de fin de semana a las cataratas del niágara, como parte de su luna de miel. En el hotel en que alojan conocen a una por demás disímil pareja, George Loomis (Joseph Cotten) y su joven esposa Rose (Marilyn Monroe.)
Rose, evidentemente está mas que fastidiada de su celoso esposo, más cuando ya tiene a un joven amante para sí. Ahora la joven Rose solo tiene algo en mente, deshacerse de su marido e iniciar una nueva vida. Es aquí donde comienza la intriga, que concluye con un final de gran emotividad.
Esta cinta, sumada a la polémica visita de Marilyn a Corea, transformaron a la actriz en el mayor ícono del cine de todos los tiempos. Bajo la dirección de Henry Hathaway, la historia consigue realmente atraer toda nuestra atención desde principios a fin. (Hathaway hace la toma posterior mas extensa de una actriz en la historia del cine, con Marilyn alejándose, caminando con su sensual contorneo.)
Poco mas que agregar, solo decir que es una buena cinta de suspenso, con toques de drama, bella tomas de las imponentes cataratas del niágara y además de todo ello, por supuesto: Marilyn, única. (Incluso intrepreta una canción.)
Para agregar, Jean Peters interpreta a la señora Cutler, y Casey Adams a su flamante esposo, el guión es de Charles Brackett, Walter Reisch y Richard Breen.
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14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Marilyn Monroe 1953
Uno de los mejores físicos y talentos del último siglo puso en la Historia la primera planta hidroeléctrica, fue en las cataratas del Niágara en 1895 y uno de los mejores físicos y talentos del último siglo puso en la Historia la película Niágara, fue en sus cataratas en 1953. El primero fue el inspirado ingeniero, inventor y visionario Nikola Tesla y la segunda fue la genial actriz Marilyn Monroe causante de no cansarse de volver a ver esta película que gana con el tiempo.
Las cataratas del Niágara que, en la película, funcionan como símbolo de la pasión descontrolada, son un portento de la naturaleza; en su simple contemplación, si tienes la sensibilidad suficiente, te puedes quedar helado, cosa que, por cierto, sucede en las propias cataratas dos o tres veces al siglo. No es el caso de esta película, en la que Marilyn Monroe, el otro indiscutible portento de la naturaleza en la película, podría derretir ese hielo de éstas si fuera preciso. En efecto, Marilyn Monroe, 27 años por entonces, aunque no recibiera buenas críticas de su actuación de mujer fatal, impactó y no solo a los cinéfilos, concretamente, su segunda aparición en la película, presentada en silueta y media en la crepuscular habitación para luego inclinarse hacia la luz.
La ciudad de Niágara (en ambos lados) es horrible, es la cuna del mal gusto, una Las Vegas para recién casados, para parejas en busca de emociones débiles y anodinas; en este punto, la película de Hathaway supone una aproximación crítica sobre las lunas de miel en estos almibarados resort a través de la contraposición entre la inestable pareja Monroe-Cotten y la idealizada Peters-Adams, en las que algunas partes tienen puntos en común con su inquietante film “El correo del infierno” (1951).
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¡HÚNDELO! ¡HÚNDELO!
Niágara debería estar en los libros de la historia del cine. Debería estar por el personaje de Joseph Cotten. Debería estar por ver ese par de zapatos. Debería estar en todas las escuelas de cine la cámara yendo del asesino/asesinada hasta las campanas que ya no suenan. Debería estar por las Cataratas del Niágara. Debería estar por el final que no todos sabían como iba a terminar. Debería estar por la frase más angustiosa del cine: ¡HÚNDELO! ¡HÚNDELO!. Y Niágara está para muchos por salir Marilyn y no es poco. Níagara no es apto para aprendices de mago. Y uno de las grandes debería estar en las listas de gente tan pequeña.
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12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
UNA BUENA MANERA DE HACER TURISMO EN ESPLÉNDIDA COMPAÑÍA
Con esta película de Hathaway las cataratas del Niágara superan su auténtica prueba de fuego al resistir, con dificultades eso sí, las comparaciones con otra de las maravillas del mundo cinematográfico: Marilyn Monroe.

Y es que Marilyns hay muchas, incautas, femeninas, sugerentes, atrevidas, graciosas y hasta guerreras, pero la Marilyn de Niágara es la mujer en plenitud, la que se sabe bella y le gusta que los demás la contemplen, la de los labios rojos y reventones, la de los vestidos apretados, la de las curvas incontenibles, la del bamboleo viajando sobre tacones, la de las sabanas mimosin acariciando su cuerpo desnudo… Como dice Joseph Cotten su marido en la ficción “la de los grandes escotes que enseñan hasta las piernas”. Esa es la Marilyn de Niágara. ¿El resto de la película? Bueno, sí, no sabe no contesta. Esperen que recuerde…

Bromas aparte, Henry Hathaway sabe dirigir con pulso firme un film donde dos estrellas rivalizan por captar la mirada del espectador. Marylin y las cataratas son las dos stars de un film que hubiese podido ser filmado por el mismísimo Hitchcock y que tiene todos los ingredientes del cine del mago del suspense, aunque don Alfredo dotaba a sus películas de un elemento diferencial y sorpresivo que tal vez aquí se eche de menos. Ciertamente la trama y el desenlace resultan algo predecibles y eso mengua la nota. Estamos ante un notable film de intriga y suspense pero sin esa magia con la que el orondo inglés vestía su cine.

Con tales stars, la fotografía resulta lo mejor de la película. Los susurros cantarines de la diva están bien pero el film no es especialmente identificable por su banda sonora. Por lo que hace a la actuación de Cotten quiero calificarla de excelente en un personaje con evidentes desequilibrios mentales y un tanto poco pollo para el mucho arroz de Marilyn. Interesante también el papel de Jean Peters, actriz que también luce un palmito destacable entre tan dura competencia. La escena de la fotografía en bañador, de perfil y tomando aire, todo un lujo para la vista, aunque olvidarse de sus dotes artísticas sería imperdonable.

Resumiendo, Niágara es una película de visión obligada. Todo invita a ello. Y es además una buena forma de hacer turismo, algo más económica y con muy buena compañía. Eso sí, procuren llenar bien los depósitos de combustible.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Crítica brutalmente demoledora e inflamable no apta para incondicionales de Marilyn
La historia empieza con una Marilyn Monroe despertando una mañana en su cama perfectamente maquillada, con el gloss impecable, y, lo más curioso, ni una sola mancha de pintura en la almohada. Esto, señores, es ya de por sí altamente mosqueante. Todas las mujeres sabemos que si una se acuesta pintada como una puerta lo normal es que se levante con la cara y la almohada como El grito de Munch.

Luego ya a lo largo de la peli vemos igualmente a Monroe salir de la ducha con el mismo maquillaje impecable, gloss incluído, mojarse bajo las cataratas idem de lo mismo, etc etc y comprobamos con indignación que efectivamente, tal y como sospechábamos, los cosméticos que nosotras usamos, que se diluyen sin remedio al menor signo de sudoración o refriegue, son de ínfima calidad y que los precios que pagamos por ellos podrían considerarse de auténtica estafa.

Sé que esto va a hacer mucha pupa en algunas almas sensibles y que pagaré caro mi descaro, pero tengo que decir que en mi opinión el cine porno perdió una gran estrella al dedicarse Marilyn al cine "normal". Es fascinante cómo esta mujer, haga lo que haga e interprete lo que interprete, siempre parece que está a punto de meterse una polla en la boca para efectuar una lenta y elaborada felación de carácter cuasi profesional.

No hablemos ya de la hipnosis que provoca el movimiento pendular de su culo; con mucho menos meneo he visto yo a gente dislocarse la cadera y tirarse dos meses en rehabilitación. Avanzando toda la película dificultosamente con pasitos cortos y rápidos a lomos de unos tacones de 20 centímetros y embutida en unas faldas tubo que imposibilitan la separación mínima de las piernas para llevar a cabo el acto de caminar.

La verdad es que tiene mérito, no se le puede negar. Así se hace un mito, a base de sacrificios sobrehumanos y meneos pendulares imposibles.

Y qué me decís del milagro de la maleta? A lo largo de la cinta la actriz cambia de modelo algo así como 10 veces, zapatos y bolsos incluídos. Pues bien, no sabemos cómo, esta especie de baúl de la Piquer consigue meterlo en una diminuta maletita de mano asombrosamente ligera que la bella y carismática diva lleva, cómo no, pasito a pasito sin separar las rodillas una de otra más que lo justo y necesario para avanzar los dos centímetros de rigor. Una hazaña sin igual, vive dios.

A todo esto, aparece Joseph Cotten (el marido cornamentado) y a los 0' segundos de conocer al personaje de Jean Peters (su vecina de cabaña), tras contarle su vida y milagros, traumas de infancia, dolencias físicas y psíquicas y evolución y estado de su matrimonio, le suelta tal que así: "La conocí en un bar, era la camarera más popular; Creo que lo que me gustó de ella fue su forma de servirme".

Señoras, señores, gente en general que está leyendo esto. Todos habéis visto ya a estas alturas alguna vez o muchísimas los ojos, la boca chupopteril, el lunar, los rizos rubio platino, las tetas inmensas, las piernas, el culo, el contoneo caderil... en fin, todos habéis visto a la pornografía en estado puro hecha hembra en la mítica Marilyn... Cómo que lo que le gustó de ella fue su forma de servir?????????????
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33 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Interesante
Es interesante por el simple hecho de ser un clásico con renombre que siempre garantiza un mínimo de calidad pero personalmente no me pareció nada del otro mundo.
Aunque Marilyn está perfecta en su papel de mujer fatal me pasé la película pensando lo cansado que debe ser ir todo el día moviendo exageradamente las caderas. La otra actriz me parece que resiste bien la exuberancia de la Monroe con una belleza más natural.
Por lo demás el argumento engancha y entretiene aunque me parece bastante previsible.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Los zapatos de Marilyn
¿Os habéis fijado? Yo sí, no puedo evitarlo. Preciosos zapatos los que lleva en «Niágara» la guapa Marilyn Monroe, especialmente bella en esta ocasión. Quizá es que es la primera vez que la veo en color, y vaya colorido que nos muestra: labios rojos, ojos azules, modelitos fucsia y zapatos de tacón atados al tobillo, las sandalias más favorecedoras que puede llevar una mujer. Me encantan.

Su presencia es la sensualidad pura, y su personalidad es tan marcada y tan fuerte (que nadie se engañe con su obvia fragilidad) que sin ella esta película sería aún más mediocre. De hecho, admito que el argumento no me gusta y que la trama toma un rumbo criminal que no esperaba. También reconozco que, pese a todo lo dicho, la película tiene un ingenuo encanto que hace que pueda verla mil veces y no me canse. A lo mejor ejerce sobre mi la misma fascinación que las cataratas del Niágara, impetuosas e hipnóticas para el ojo humano.

Además, con cada nuevo visionado espero lo que nunca pasa, y me imagino, entre el matrimonio Loomis, una historia de amor que no existe en la pantalla pero que yo intuyo desde el primer momento. La historia, en definitiva, que debería haber sido. No voy a decir lo que pasa con Rose y George, pero sí diré que el último encuentro que tienen es una escena de diez absoluto, tan perfecta que no encaja en una película tan rudimentaria, que va a trompicones, sin diálogos que destaquen y hasta con personajes discretos, como el mismísimo George Loomis, interpretado por el bueno de Joseph Cotten.

Al final no importa que no sea buena: igualmente se la quiere.
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8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
ENAMORADO
La película en la que uno, si aun no había perdido la cabeza por Marilyn la pierde definitiva e irremediablemente. Tórrida, sensual, sexual y frenética, las emociones rebasan como el agua de las cataratas. Dos parejas se conocen en un hotel de cabañas en plenas cataratas y las curvas sólo igualadas a día de hoy por las de la Bellucci, de la preciosa Monroe estallan como la pólvora.
Moderna, deshinibida y triste.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
CATARATA SEDUCCIÓN
A comienzos de 1953, el agente de Marilyn negocia su salario con los ejecutivos de la Fox y consigue aumentarlo a 1.200 dólares semanales. Sin embargo, este año es importante en la carrera de la actriz porque fue, al fin, el de su lanzamiento.
“Niágara” será el film que la consagre a escala mundial. Rodado en color y con todo lujo de medios, para mayor gloria de Joseph Cotten y Jean Peters, primeras estrellas de la Fox, Marilyn fue la principal beneficiaria de toda la operación. Vestida con un traje rojo muy ceñido y caminando siempre sobre unos tacones altísimos que acentuaban el movimiento de sus caderas (según Hathaway, director del film, la idea fue suya, al comprobar que, como no sabía andar con ellos, sus movimientos resultaban más exagerados), Marilyn llevaba hasta sus últimas consecuencias el tipo clásico de “vampiresa”, alcanzando un clamoroso éxito popular.
Como decía el New York Times: “Ignorando obviamente que las maravillas del mundo son siete, la Fox ha descubierto dos más y las ha realzado con el tecnicolor…, haciendo uso tanto de la magnificencia de las cataratas y áreas adyacentes, como de la propia magnificencia de Marilyn Monroe”.
El impacto de la película fue tal que hizo exclamar al perspicaz André Bazin: “Después de la guerra, el erotismo cinematográfico se desplazó del muslo al seno. Marilyn Monroe lo ha hecho descender entre los dos”. Argumentos parecidos festejaron en todo el mundo la inquietante animalidad de la que en seguida se convertiría en el nuevo arquetipo erótico de los años cincuenta.
El co guionista de Billy Wilder y cuatro veces oscarizado, Charles Brackett, produce y escribe Niágara, una hermosísima película de Cine Negro huyendo de los ambientes característicos, paisajes urbanos y clubes musicales, para situar en plena naturaleza salvaje este drama apasionado, de relaciones resquebrajándose a golpe de celos. Celos que destruyen una relación.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
MARILYN MONROE, MUJER FATAL
Esta película es tan de Hathaway como de Marilyn Monroe, al menos desde el punto de vista del sistema de Hollywood; al director le cabe en todo caso, el honor de haber puesto a la rubia actriz en la rampa de salida hacia el estrellato, por mucho que fueran Billy Wilder, Howard Hawks y John Huston los encargados de mostrar la consagración como mito del siglo XX.

La lectura de “Niágara” aparece casi siempre filtradas por estas consideraciones: la forma que tiene Marilyn de moverse, los gestos despreciativos hacia su celoso marido (Joseph Cotten), la provocadora canción que se saca de la manga “Kiss me” en la fiesta de las cabañas. La película fue definida como un thriller con paisaje con una bien trabajada mezcla de melodrama y serie negra, cuyo virtual colorido, obra del extraordinario operador Joseph McDonald, le aleja a priori de la estética clásica del policíaco y parece abocarla a la carnalidad cromática y dramática de un Vincente Minelli.

Hathaway quería a James Mason para encarnar al obsesivo esposo de Rose, pero declinó la oferta y sobre Jean Peters, que interpreta a una joven que acude a Niagara Falls para disfrutar de una tardía luna de miel con su esposo y se ve implicada en el turbio mundo del matrimonio Loomis, el cineasta no pudo ser más explícito: “A Jean Peters le traía todo sin cuidado. ¡Tenía a Howard Hugues!”.

Los personajes del film son presentados sin buscar explicaciones a su forma de ser, sin establecer complicidad o afecto entre ellos. Rose Loomis (Marilyn) adquiere las características de la mujer fatal, Polly Cutler (Jean Peters) está en cierto modo fascinada por ella. Ray Cutler (Casey Adams) es el marido bobalicón. George Loomis (Joseph Cotten) aparece corroído por los celos y las dudas, y es el único con un pasado tormentoso tras su participación en la guerra de Corea.

“Niágara” proporciona algunos detalles dignos de mención. Uno reside en la inteligente utilización del propio escenario como elemento físico determinante. Las cataratas marcan la pauta de los personajes y además funcionan como símbolo natural de la pasión y la muerte, el film es mejor cuando sugiere que cuando muestra.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Celos
Cuando desde la perspectiva del siglo XXI se observa y analiza una película como “Niágara” (1953), del cineasta Henry Hathaway, en una historia en la que una pareja — los Loomis (Marilyn Monroe y Joseph Cotten) — no esconden sus problemas; podríamos ser injustos en algunas escenas de acción de la película.

Pero si ella es una mujer muy sensual, que atrae las miradas de todos los hombres, y él no tolera esa atracción de su esposa más joven, ya que los celos le tienen delirante; la intriga de la historia, con un tercer hombre en oposición, resulta ser ejemplo de buen cine en nuestros días.

Por lo demás, una película que se atreve y vemos a una Marilyn Monroe que se sale de ese prototipo de hembra que nos acostumbró a suspirar, para advertir una “mujer fatal” ¿al mejor estilo del cine negro (“Laura”, de Preminger)?

Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic, Barranquilla, Colombia)
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Marilyn está más sensual y más guapa que nunca!!
Gran película, en mi opinión bastante infravalorada ya que en ningún libro, documental sobre cine se la suele mencionar y eso me parece injusto porque es una película bastante impresionante. Su mayor atractivo sin lugar a dudas en el mito Marilyn Monroe desbordando sensualidad allá donde su presencia se hace notoria y lo cierto es que, aunque su personaje sea en gran parte el desencadenante de toda la acción, no pasa de ser una participación bastante secundaria en líneas generales siendo la joven Joan Peters la protagonista principal del film. Pero bueno, Marilyn era Marilyn y aunque aparece más bien poco en el film comparada con otros de los actores está claro que su imagen de cara al público vendía más. Pero aparte de la presencia del mito rubio la película tiene grandes atractivos, una buena trama, una historia intrigante, una realización excepcional, una fotografía colorista preciosa, unos buenos efectos especiales (más teniendo en cuenta el año de su producción), genial banda sonora... vamos, un conjunto de aspectos que desde mi punto de vista la convierten en una obra maestra que injustamente ha pasado más desapercibida que otros filmes menores a los que se ha coronado como joyas del cine véase por ejemplo las insípidas "La tentación vive arriba" (también con Marilyn) o la horrible "Desayuno con diamantes". En definitiva, un gran film con una historia buena y entretenida y en mi opinión la mejor película en la que aparece Marilyn Monroe...
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Marilyn+Fotografía=Niagara
Una Marilyn espléndida, sensual no por gusto todos suspiramos por ella si eso le sumas el hermoso paisaje que representa las cataratas del Niagara a nadie le extrañe que la película sirvió de publicidad a turismo, por lo demás actores concentrados en su trabajo, un guión simple con una historia de amor y desengaño como la vida misma y una fotografía MARAVILLOSA con todo el esplendor que logro captar Joseph MacDonald, nada, que sin viajar ya disfrute de ese paisaje
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Aguas profundas
Espléndido filme del maestro Hathaway. Espectacular la fotografía en un technicolor saturado que recuerda el de "Vértigo" y que armoniza con la estética "kitsch" de la ciudad donde transcurre la historia. Me interesó particularmente el sutil análisis de la institución matrimonial que recibe una crítica demoledora. El matrimonio que integran Jean Peters y Casey Adams muestra una felicidad ficticia, él es un mediocre que desilusiona permanentemente a su esposa, a la que se ve insatisfecha pero resignada. Jean Peters dota de una gran sutileza a su personaje, su interés por el hombre maduro y atormentado que encarna Joseph Cotten nos da que pensar. Cómo le gustaría ser amada así y qué feliz podría hacerlo.
Marilyn, como siempre, al menos en mi opinión, sobreactúa, sus contoneos y mohines llegan al desborde. Una gran película, que mejora con las revisiones.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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