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38 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
ME SALVÓ LA VIDA
En 1998, cuando murió mi madre, me pasé varias semanas sin poder ver cine ni escuchar música. Un buen amigo mío me sacó de casa para ir a ver "Barrio", de Fernando León de Aranoa. Lástima que en aquella buena película se le decía constantemente al chico protagonista, "¡Tú calla que no tienes madre!" Aquello fue un desastre. Me reencontré con una de mis pasiones a golpe de martillo.

Días después, decidí poner una película en el dvd para que me reconfortase un poco. La única que me apetecía ver era esta. En realidad, no tiene mucho que ver mi amor por esta película con el hecho de que esté bien rodada, bien interpretada, bien ambientada y demás.

Mi amor por esta película se resume básicamente en que cumple a la perfección el papel en mi vida que yo le otorgo al cine: hacerme pasar un buen rato. Hacer que olvide los problemas. Reconfortarme. Trasladarme a otra época. Evocar. Hacerme soñar. Implicarme en los problemas de los demás y hacer que me salga de los míos. Dejar que otros lleguen a mí. Tocarme la fibra. Enamorarme. Sublevarme. Romperme esquemas, construirme unos nuevos.

Y esta película cumple con la mayoría de ellos. Me compadezco de Fiennes, me asocio con Morrow, me divierto con Turturro, me enamoro de Sorvino, me emociono cuando Paul Scofield explica el Quijote, el libro predilecto de mi padre, y le dice a su hijo "¡Pero tu nombre es el mío!"

Porque en ese momento me acuerdo de mi madre, y de mi padre, y agradezco enormemente que su nombre sea el mío.

Os quiero, padres, allá donde estéis.
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156 de 185 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Quiz Show, Excelente película.
Quiz Show, és una de las mejor obras cinematográficas de Robert Redford, la elección de los actores, el magnífico desarrollo de toda la historia (una historia verdadera), basada en un enorme guion de Paul Attanaiso, el despliegue de toda esa falta de escrúpulos desde el primer personaje hasta el último de sus integrantes, dejando aparte a ese joven abogado Dick Goodwin, miembro del Comité Legislativo del Congreso de Norteamérica, que por un pequeño matiz empieza a darse cuenta, que la historia no está muy clara.

Robert Redford, nos muestra lo que realmente sucede en todo concurso televisivo: Lo más importante para toda audiencia no es que el concursante sepa más ó menos, sino todo aquello que logra ganar y si además es bien parecido mucho mejor, este es el caso del joven profesor Charles Van Doren, hijo de una renombrada familia, su padre poeta e intelectual Mark Van Doren y su madre la novelista Dorothy Van Doren, se deja arrastrar por la pendiente más dura, llegando a perder su cátedra y eso sí a reconocer que realmente eran ciertos rumores.

Si el trabajo de Redford es muy bueno, excelentes están todos los actores que intervienen en la cinta, debería nombrar a todos y cada uno de ellos, cosa que haría mi crítica excesivamente larga, solo quiero nombrar a cuatro John Turturro, Ralph Fiennes, Paul Scofield y Rob Morrow, y los cameos de Martin Scorsese y Barry Levinson, y con una filmación muy correcta con el añadido de ese ambiente bucólico e intelectual de los años 50.

Solo nos queda preguntarnos ¿Qué se esconde detrás de todo concurso de televisión? ¿Cuántas veces delante de nuestros ojos, nos han engañado?, porque si en el país más adelantado del mundo ocurren cosas semejantes, ¿Cuántas no habrán ocurrido en el nuestro? A todos les vendrá a la mente un determinado concurso, que en muchas ocasiones parece que esté amañado.
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75 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¿Dónde está el dilema? (7.45)
Te ofrecen setenta mil dólares por ir a un programa y contestar una serie de preguntas de las que ya conoces las respuestas. ¿Dónde está el dilema?

Vale, puede que yo sea un individuo de conductas amorales (sí, anormales también), pero no dejo de entender las dudas y las debilidades de los personajes que aparecen en esta historia. En parte porque el guión lo trabaja todo bastante bien, pero además porque los actores no se limitan a cumplir. Fiennes está fantástico, pero lo de Turturro... lo de Turturro no tiene nombre: ¡qué chispa!, ¡qué vis cómica!
Es una pena que el (casi) siempre correcto y nunca genial director, Robert Redford, no sea capaz de dinamizar aún más la narración, de recortar el metraje sobrante. Es algo que le suele pasar.

Curiosidades:
• Como el verdadero Charles Van Doren no quería colaborar con la película, para estudiar su acento Ralph Fiennes cogió un coche, se dirigió a la casa de campo en la que vivía y se hizo pasar por un conductor desorientado para poder hablar con él sin que se diera cuenta de sus verdaderas intenciones.
• Se barajaron muchos nombres para la dirección y para la interpretación de Van Doren: en un principio se pensó en Richard Dreyfuss y en Harold Becker como director; luego, en Soderbergh y Tim Robbins.
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46 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
No hay temas banales...
...sino películas banales. De una anécdota sale esta gran película que tiene varios grandes personajes pero sobre todo dos grandes actores que les dan vida y nos meten en la emoción de una trama tan sencilla como atractiva. De cómo las personas, hasta las más íntegras, se corrompen por un plato de lentejas...o por un poquito de eso que llaman "fama" tan mediático y de actualidad.
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32 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Podría haber tongo en "Saber y ganar"?
El apasionante mundo de la televisión y el apasionante mundo del tongo hacen piña en una historia que también apasiona y difícilmente puede dejar indiferente.

El buen hacer habitual de Redford se une a un reparto brillante encabezado por el carismático Ralph Fiennes y reforzado con la presencia de un impresionante John Turturro, que ha sido un verdadero descubrimiento para mí. Menuda interpretación de concursante friky, resentido y obsesionado! Fiennes, por su parte, sigue conmoviéndome hasta la médula. Consigue contagiarme el dolor de su personaje, su vergüenza, su pena, su arrepentimiento... Me enamora, como casi siempre.

El mundo de la televisión se nos presenta como cruel, despiadado, demoledor y sobre todo, invencible. Pueden caer los ídolos de barro que crea, pero nunca caen los directivos ni las grandes cadenas ni los patrocinadores. Todo es mierda pero mierda resistente a prueba de bomba; eso sí, siempre habrá alguna cabeza de turco que pague por toda esa mierda.

La verdad es que ves la peli y ganas te entran de romper la tele... hasta que recuerdas que no sólo la tele es mierda, sino que vivimos en una sociedad globalmente fecal. Lo peor es que todos nos esperamos cualquier cosa de programas como "Sálvame", "El programa de Ana Rosa" o "Dónde estás corazón", pero también a todos nos gusta pensar que "Saber y ganar" o "Cifras y letras" son otra cosa: algo puro, auténtico, serio, de calidad. Y después de ver esto... ahí queda la duda.
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29 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
No hay dilema: la mejor de Robert Redford
Tengo gran debilidad por esta película. Ya sé que no es perfecta, que a veces baja un poco el ritmo, etc., pero el tema es muy interesante, la ambientación es cuidadísima y estupenda y los actores son portentosos: Ralph Fiennes siempre me ha gustado, pero en esta película consigue mostrar hasta la debilidad moral que caracteriza al personaje, que encuentra el camino para superar a su famoso, e intelectual, padre: el dinero en cantidades industriales ganado con sus conocimientos, pero de forma amañada. Y Turturro está sencillamente genial. Si el físico le acompañara sería tres veces más grande que Tom Cruise (ya lo és para mí, lo digo con relación al show de Hollywood). Rob Morrow también me pareció espléndido. Una gran película.
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18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Lo tiene todo
Buena historia, buenas interpretaciones y muy buena ambientación.
Es una película que llevaba años queriendo ver y por diversas causas siempre la pillaba empezada. Por fin pude degustarla íntegra y en su versión original (siempre más recomendable) porque la elegancia y dicción con que habla el inglés Ralph Fiennes es un gustazo. Este actor es maravilloso (además de rabiosamente guapo) y consigue que adores a su personaje aunque sabes que no está actuando precisamente de manera muy ética. Sin embargo el jarro de agua fría viene al final...
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Quiz Show
Muy buena e interesante película con un gran actor como es Ralph Fiennes, que nunca decepciona. Mira sorvino tiene un pequeño papel pero lo cumple bien y John Turturro está que se sale, qué buen actor. Primera vez que veo actuar al ex marido de Helen Hunt, Hank Azaria, correcto, y Rob Morrow, el "Doctor en Alaska" también bastante bien a las órdenes del siempre notable Robert Redford.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
INDUDABLEMENTE SOLVENTE
No tengo grandes pegas contra el film. Es una máquina bien engrasada.

Pero la idea de que el sueño americano tiene aristas (siempre ejemplificada por los ingenuos y bonitos años 50) ya la tenago muy vista. Por otro lado, el film se da más importancia de la que tiene. La historia del concurso amañado no es tan vibrante como Redford pretende ni refleja tanto como él desea el estado de EEUU en aquellos años.

Un visionado agradable, pero no un gran film.
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17 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Yo pensaba que esto iba de concursos
Me puse a ver Quiz Show para entretenerme buscando alguna fábula sobre concursos de televisión. Además, también quería comprobar la confirmación de Redford como director, pues me dejó la boca un poco seca con su primera película (curiosamente mejor valorada), Gente Corriente.

Pero en lugar de ello me encontré algo más. Una increíble historia no solamente sobre la corrupción en sentido político y público, sino en sentido moral. En las entrañas de unas personas que engañan a medio país por dinero y no solamente por eso: también para educar a una sociedad que ellos menosprecian; "es por el bien del país", no paramos de escuchar en la película.

Esto es la historia real. Que se esté de acuerdo o no ya es otro cantar. Por ejemplo, hubiera sido mucho más atractivo una historia periodística, alejándonos de la política. Al fin y al cabo, los que se gastan el dinero y son responsables del concurso son los que deciden cómo llevarlo, ¿qué necesidad de regulación estatal existe? Otra cosa es que se tratara de la seguridad social.

Más allá de estos detalles ajenos a la película en sí, he de decir que Redford se supera sin duda en esta película, que a mi me parece bastante mejor que Gente Corriente, y sin embargo está peor valorada en el cómputo global de votos. Pero como las películas significan para cada uno una cosa diferente, pensaré que es una pequeña joyita infravalorada en la carrera de este buen hombre.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Sospechas fundadas
"Quiz Show" parece una de esas películas diseñadas para triunfar. Su formato, su guión y sus actuaciones son de las que uno, en cuanto se la encuentra haciendo zapping, dice: "esta peli tiene que ser buena".

Robert Redford parece contagiar su elegancia y su encanto ante las cámaras cuando se pone tras ellas para rodar este filme. Una historia con toques de cine clásico donde se denuncia la corrupción que hay en los entresijos de los programas de TV, y más concretamente en los concursos. ¿Quién no se acuerda de aquel concursante del "¿Quién quiere ser millonario?" consiguiendo el premio gordo gracias a unas preguntas que casi todo el público sabía y que el señor Sobera, ceja en ristre, le formuló? Allí se olía a "tongo", y no es el único concurso en el que al espectador se le trata de iluso y crédulo.

En "Quiz Show" se destapa una intriga de intereses publicitarios a base de engañar al público. Redford nos desvela la manipulación que se esconde tras las cámaras de los "quiz show", donde el ganador de cada semana no se decide en el plató sino en los despachos del producto patrocinador del programa. Todo tiene un precio, incluso para comprar el honor de los concursantes.

Ralph Fiennes y John Turturro se esmeran en sus papeles, destacando la actuación de Turturro: un concursante famoso rebosante de soberbia al que le obligan a reconocer la verdad. Atentos también al cameo de Martin Scorsese.

Recomendable.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los peligros de la televisión
Excelente película basada en hechos reales. Los acontecimientos se remontan a los años 1956 y 1959 cuando un profesor de inglés de la Universidad de Columbia, Charles Van Doren (Ralph Flennes), a la sazón miembro de una acreditada familia de intelectuales, sobre todo su padre (Paul Scofield), pero también su madre escritora (Elizabeth Wilson), por razones poco ortodoxas se convirtió de la noche a la mañana en un personaje público de primer orden en los EE.UU., famoso y requerido por la prensa, por el hecho de participar y ganar ininterrumpidamente en un concurso de TV llamado “Twenty One”.

Durante años y programa tras programa, el atractivo profesor contestaba casi sin titubear a las más insólitas preguntas que versaban sobre todo tipo de cuestiones: preguntas sobre Historia, deporte, ciencia, etc. Y justo cuando estaba en el cenit de su popularidad, otro concursante previo a él (John Turturro), que había sido eliminado con malas artes, denunció que el concurso era sin más una farsa.

En cuanto a la dirección de parte de Robert Redford, mi opinión es que esta peli es la mejor de todas las que ha dirigido. No en vano el Círculo de Críticos de Nueva York la premió en su momento como mejor película. Redford sabe describir con gran profesionalidad (no diré con maestría) el mundo corrupto de los programas televisivos, mostrando los entresijos de este tipo de transmisiones y los intereses que las dirigen, donde lo que más peso tiene es la audiencia. Entonces, lo que hay que hacer es buscar un concursante guapetón, bien parecido, con una impronta académica seductora, tal el caso del protagonista. Robert Redford, nos muestra lo que realmente sucede en un concurso televisivo donde lo más importante para la audiencia no es que el concursante sepa más ó menos, sino todo aquello que logra ganar (dinero), y si además es bien parecido, mucho mejor. Este es el caso del joven profesor Charles Van Doren (Ralph Flennes), quien desbanca de su lugar de ganador, previo acuerdo con la dirección del programa, al anterior concursante de éxito, un pobre joven desgarbado y poco agraciado que ya había cansado a la audiencia, personaje protagonizado por un enorme John Turturro, como luego referiré.

El trabajo de Redford es bueno pues logra contar la historia con agilidad y sin remilgos, poniendo la mano sobre la llaga directamente. Y lo hace introduciendo a un personaje muy interesante que juega un papel preponderante, como una especie de bisagra entre la infracción de los directivos de la cadena televisiva y la falta grave de Doren como cómplice. Esto es, el abogado y miembro del Congreso de los EE.UU, Dick Goodwin (Rob Morrow), quien sin ser el guapo ni el feo, es el que logra salvar la dignidad y la ética en el planteamiento del film.

Esta película tiene además una excelente puesta en escena, la ambientación es muy cuidada, la música de Mark Isham acompaña muy bien la trama y la fotografía de Michael Ballhaus me parece magnífica. Y en lo que toca al reparto es de lujo. Lo hace de forma más que convincente el cínico y atractivo profesor Doren interpretado por Ralph Flennes, quien saca buen partido de sus habilidades para un personaje con angulaciones variadas. El segundón concursante interpretado por John Turturro es tal vez el más sembrado de todos, pues hace una enorme interpretación: convincente, estelar, de excelencia. Pero tampoco está nada mal el insistente abogado y héroe de la peli Dick Goodwin interpretado por Rob Morrow con una vena humorística de picante inteligencia que no se queda a la zaga del resto de actores.

Y finalmente, para no extenderme, creo que hay que felicitar al consagrado actor británico Paul Scofield (1922-2008) –Oscar en 1966 por “Un hombre para la eternidad”- en el papel de padre del protagonista. Estos actores y el resto de reparto es uno de los méritos de Redford y sus asesores de casting, pues consigue, además de estrellas importantes, un grupo actoral cohesionado y muy competente.

Tras esta película es indispensable interrogarnos sobre el mundo de la televisión ¿Es tan cruel, inhumano y demoledor como plantea la película? En una parte del film se compara las cadenas de TV con otras grandes corporaciones y fuerzas de la economía como las farmacéuticas u otras. Y entonces nos tenemos que preguntar si las grandes cadenas que vemos cada día hacen lo que les viene en gana, si son invencibles, si sus magnates y grandes directivos o patrocinadores son intocables. De igual modo me pregunto: si te dan setenta mil dólares por ir a un concurso para contestar preguntas que ya conoces de antemano ¿Qué harías?
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Muy correcta
Excelentes interpretaciones de un soberbio elenco que dificilmente podría hacerlo mal, la ambientación es sobresaliente, el argumento es simple pero se beneficia de un guión preciso ejecutado con rigor, y excepto un par de momentos de notoria bajada de ritmo, entretiene lo bastante como para recomendarla sin dudas. Uno de los mejores trabajos del señor Redford al otro lado de la cámara.
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11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Buena película de Redford
Buena película de Redford, aunque el argumento es bueno sin embargo la caricatización de los personajes, sobre todo de los productores del programa no es demasiada buena. Redford ha demostrado tener buena mano en esto de dirigir, me gustan sus filmes, he visto de él como director ''el hombre que susurraba a los caballos'', ''el río de la vida'' y esta y la verdad es que me han gustado.
Quiz Show es una historia muy entretenida, se me hizo cortísima, sin embargo, la previsibilidad y la falta de profundidad del argumento la hacen un poco peor.
Del reparto destacaría a John Turturro, este hombre es un pedazo de actor, cuando lo vi por primera vez en ''la defensa Luzhin'' me impresionó muchísimo, para mí su mejor interpretación la hizo en ese film.
Buen drama de Redford pero que me dejó esa impresión de que le falta algo, sin duda podría haber estado mucho mejor.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Lo que la moneda esconde
Robert Redford, como director, no ha hecho malas películas. Tampoco las ha hecho excelentes, destacables. Se mueve en la zona media; vamos, que ni fu ni fa; ni frío ni calor.

De todas ellas, personalmente, creo que están un poco por encima su oscarizada (y lacrimosa)ópera prima, Gente corriente, y esta: Quiz Show.

Quiz Show nos muestra los interiores del mundo de la televisión en general y de los programas concursos en particular, en concreto uno de preguntas llamado Twenty One. Basada (como siempre más o menos fidedignamente) en hechos realmente acaecidos, recoge el inicio de un proceso realizado contra esos mismos concursos.

Redford toma un buen guión de Paul Attanasio (sólo su última película se ha basado en un guión que no fuera anteriormente novela) y dirige sólidamente el film, basándose en un gran reparto:

- Adecuados y correctos secundarios como Mira Sorvino, Hank Azaria y, especialmente, Paul Scofield.
- Acertado Rob Morrow, que ya comenzaba a planear abandonar Cicely (lo que ocurrió es que se encontró con la Stone bajando de la cumbre). Su decisión nos costó la serie y a él cualquier posibilidad de una exitosa carrera.
- Un gran Ralph Fiennes en una de sus mejores interpretaciones, conjugando los momentos de dudas y euforias.
- John Turturro. Sobran elogios. Compartir escena con él significa ser devorado.

En fin, más que correcta película que hace pensar sobre esos concursos y todo lo que no se nos cuenta de ellos (y, además, con Turturro)
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Permanezca en sintonía
La única película que ha visto un servidor estando Robert Redford detrás de las cámaras. Y es que, de su corta filmografía como realizador, es la única que verdaderamente me interesa; y la razón es muy sencilla: me he criado con la televisión.

Recuerdo aquellos programas de hace veintitantos años donde los concursantes ganaban dinero, recuerdo verlos totalmente emocionado por los que se habían llevado el maletín con la pasta o el coche, o lo que fuera; y me entristecía por aquellos que habían perdido y que lo único que se llevaban a casa de consuelo era aquello de 'lo importante es participar' por boca del apresurado presentador de turno. Se acababa el programa y yo aún estaba cavilando el asunto; me era imposible desconectar de aquello después de tanta expectación. Así era la tele hace dos décadas, no había Gran Hermano, ni esos programas donde la peña se tira los trastos a la cabeza.

Pero, saben qué?; la televisión de entonces también apestaba y en sus comienzos ni les cuento, porque ya lo cuenta Redford en esta película. Manipulación televisiva, si, pero Quiz Show va un poco más allá, pues ahonda en la moral de esos instrumentos utilizados para la farsa: los concursantes; verdaderas victimas de todo esto, personas corrompidas, alentadas a participar en el juego por su ingenua creencia de poder aportar cultura desde la caja tonta (Fiennes) o simplemente por su estúpida soberbia (Turturro) y que trás la prometida buena fama, aflorará en ellos la culpabilidad por formar parte del engaño o bien el rencor y la venganza. Lo bueno de todo esto es, que está basado en hechos reales y aunque no sea una crítica generalizada al mundo de los concursos televisivos, se puede ver en el programa Twenty One a cualquier otro de diferente nombre, tanto de la televisión de la década de los 50 como en la de ahora y aunque actualmente el espectador esté de vuelta de todo en ese sentido, no está de más tener presente lo que nos cuenta la película, ya que puede perfectamente contrastarse con algún que otro programa televisivo, sin que tenga que ser necesariamente sobre preguntas y respuestas.

Un correcto Ralph Fiennes, unos estupendos Rob Morrow, Christopher McDonald, David Paymer y, la guinda del pastel, John Turturro, son el acertadísimo reparto de una película que, desgraciadamente, no es redonda, pues le falta algo y por ello le sobran minutos; no sé, es como si al final, Redford, quisiera frenarse en su denuncia y no ofrecer más que un mero testimonio. Pero eso sí, denuncia o simple testimonio, Quiz Show no deja de ser una cinta bastante recomendable.

¿Saber y ganar?; desde luego en el Twenty One, no.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
MERCADO DE ILUSIONES: NEGOCIO LUCRATIVO EN TV
Un guapo e inteligente joven, de una prestigiosa familia, participa en un concurso en TV, pero lo que parece inofensivo, se vuelve una pesadilla para el joven. Que angustiado, no ve cómo escapar del enredo sin perjudicar el prestigio de su familia, y su orgullo personal.

Es un buen drama, aunque, por momentos un poco lento, sigue siendo inteligente, atractivo, bien ambientado y actuado.

Expone el negocio de la TV, como un mercado amplio que se enriquece vendiendo ilusiones… mentiras. Ilusiones que el mismo público consumidor pide para entretenerse… para emocionarse…

Reflexiona sobre la integridad moral de las personas, que a veces no es muy fuerte. Expone con detalle muchas sutilezas de emociones muy complicadas, que a veces no tenemos el valor de ver; como envidia, frustración, soledad, tristeza, vergüenza.. etc…

Tiene un dialogo inteligente, y un final, que aumenta mi gusto por la película.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Lo justo era un 7,5
Una de las mejores películas de Robert Redford como director.
Cuenta la historia de un show televisivo y un marco de corrupción por detrás del mismo, en el cual el boicot y el fraude eran moneda corriente.
Dicho film está basado en la vida real, por lo cual, su principal crítica es tal vez haberse salteado determinados datos o mostrar a un personaje con una personalidad que difiere un tanto con la realidad.
Más allá de toda crítica creo que es una buena película, que se disfruta (a ritmo lento) pero no llega a aburrir; en parte a la mejor actuación del film a manos de John Turturro.
Recomendada para aquellos que estén interesado en saber sobre esa historia y darse cuenta que ese aparato llamado televisión ademas de por electricidad se alimenta con dinero y lo que pareciera real, tal vez...


Joa Vottero
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
«La semana pasada recibí once proposiciones de matrimonio»
Mi superficialidad se ve recompensada muchas veces, y esta es una de ellas. Robert Redford, quien produce y dirige, demuestra un manejo como director que debemos aplaudir. Venía de hacer dos años atrás aquella patochada de «El río de la vida» y catorce la grandísima «Gente corriente», así que cualquier cosa podía encontrarme en «Quiz Show».

Confieso que me acerqué a la película por un poderoso motivo llamado Ralph Fiennes. Hasta once proposiciones de matrimonio se me quedan cortas teniendo en cuenta el carisma y el atractivo de un Fiennes de ojos que nunca dejan indiferentes y un personaje, Charles Van Doren, tan encantador que apenas puede tolerarse, aunque tenga sus sombras. Su interpretación es de un nivelazo que casi da escalofríos. Acababa de ser el impasible Amon Goeth con Spielberg, así que identificarle plenamente con un erudito caballero de clase alta con sonrisa de ángel solo hace que le admiremos más. Junto a Fiennes, encontramos un soberbio John Turturro, un Rob Morrow a gran altura o a un Hank Azaria que, pese a su seriedad, te hará reír con su cinismo. Ya os podréis imaginar el placer que supone verles a todos juntos.

Como digo, «Quiz Show» no es solo una superficial cara bonita o unas buenas interpretaciones, sino también un duro drama sobre las flaquezas humanas, la masificación del individuo o el poder que juega con nosotros, un Goliat que en la vida real sí suele vencer a David. De hecho, la historia me lleva a reflexionar sobre hasta qué punto existe el sincero perdón o sobre si tiene o no recompensa (externa, no personal) hacer lo correcto en esta vida. Así, lo que parecía una película simple y sin recorrido sobre los entresijos de un famoso programa de televisión, resulta todo un relato aleccionador, maduro, intenso, realista y claro, además de entretenido de principio a fin.

Cásate conmigo, Charles.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La prostitución del alma
La televisión "es el aula más grande del mundo". Y, desafortunadamente, no todo lo que muestra, transmite y enseña es positivo, si se entiende "positivo" como la transmisión de valores que redunden en una sociedad mejor.
La tele es pura farándula, un festín audiovisual constante que se aprovecha de su propia capacidad para enganchar, embobar y fascinar (y también embotar la mente), y con ello ha sido capaz de revolucionar el planeta entero, como nunca había ocurrido en la historia de las comunicaciones.
Que me dicen en esta película de Robert Redford que han existido programas y concursos de televisión amañados para que todos los implicados se llenaran los bolsillos... Pues por supuesto que me lo creo. La caja tonta mueve tanto dinero en publicidad, y persigue tantos intereses a cada cual más lucrativo, y se mueve hasta tal extremo por los índices de audiencia, que el hecho de que se pasen casi todo el tiempo engañándonos como a bobos es algo completamente natural y asumido. Una de las cosas malas de la tele es que lo que se ve en ella y lo que se escucha suele ir a misa. Nos lo tragamos. Ya nos pueden decir que dos y dos son cinco con un locutor atractivo, un escenario llamativo para la vista y mucho confetti, que nos lo vamos a zampar como benditos.
El trasfondo de las prioridades y los cánones que priman en esta civilización nuestra regida por lo material y lo superficial, hacen que los estudios de márketing, de audiencias y de psicología de masas dicten los modelos a imponer desde el medio de comunicación de masas por excelencia. De esta manera, un presentador/concursante bien parecido, a ser posible de raza blanca, con una voz bien modulada y que arrastre unos antecedentes personales con cachet (familia aristocrática, buen expediente académico, buenos colegios y buenas universidades, una profesión con prestigio...), será el candidato ideal para atraer las mayores audiencias. En cambio, alguien que pertenezca a una etnia/raza considerada impopular (judía, negra...), que sea un don nadie sin apellido familiar sonoro y que proceda de un barrio humilde, no puede alcanzar o permanecer en la cresta de la ola, y será eliminado de la circulación en aras del personaje popular, aquél al que el público adora (o más bien, el que los controladores de las multitudes dictan que se adore).
Y hay mucho más. La televisión llega al extremo de controlar incluso la supuesta inteligencia y erudición de sus cabezas de turco. La trampa es sólo uno de los medios para alcanzar los fines, porque, ¿qué más da el medio que se emplee si se trata de una ilusión, una quimera que se les ofrece a los espectadores para que éstos tengan su dosis de sueño americano? ¿Qué les importa a ellos si lo que presencian es cierto o no? En cierto modo, en la televisión todo es ficción, nada de lo que se ve es "real" en su sentido estricto... ¿Por qué no aprovecharse de eso? La gente no quiere la verdad, lo que quiere es que se le dé lo que pide.
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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