21 Críticas de los usuarios

Admito que, como opera prima independiente, es loable la audacia y la determinación con la que Campanella muestra sus credenciales. Sin lugar a dudas, para presentarse al público con un proyecto como “El niño que gritó puta” hay que tenerlos bien puestos. Pero que muy bien puestos. Lamentablemente, el cine no solo es una cuestión ‘de cojones’ y aunque uno tenga mucha confianza en sí mismo y se atreva a abordar cuestiones tan peliagudas como las que expone “El niño que gritó puta”, si el resultado final no es -como poco- convincente, el descalabro puede ser de aúpa.

No quiero decir con ello que la peli de Campanella sea un descalabro absoluto, por descontado, pero resulta obvio que más que concluyente (o sugerente) la propuesta del argentino es tremendamente provocativa, adulterada y ambigua. ¿Por qué?

Para empezar, porque Campanella no es del todo honesto con el espectador. Inicialmente nos presenta a una pobre mamá desbordada y mortificada por la violencia psicológica (burlas, insultos, vejaciones, amenazas...) ejercida por Dan, su hijo mayor. En estos primeros compases el espectador se solidariza con la madre y contempla a Dan como lo que es, un pequeño hijo de puta dispuesto a hacerle la vida imposible a su progenitora. Sin embargo, ignoramos las razones. Y aunque un servidor no tiene ni puta idea de psicología ni de psiquiatría, resulta lógico y coherente que uno acabe rastreando esos motivos entre los factores externos (educación, entorno...) y los congénitos (trastorno mental). Pero a medida que va quedando claro que Dan nació con los cables cruzados y que canaliza su anomalía a través de la agresividad, Campanella nos va retratando a su madre como un ser más bien frío y banal, con lo cual nos hace dudar sobre si esos factores externos (carencias afectivas, quizás) que habíamos descartado hacía un ratito podían tener más incidencia de la que creíamos.

Total, que al final no queda nada claro si Dan es un psicótico sin remedio o más bien un niño que con una familia estable y un poco más de cariño hubiera podido llevar una vida normal y corriente. Campanella no consigue imprimir su mensaje con suficiente claridad y, por consiguiente, toda esa carga dramática que la peli lleva implícita pierde intensidad y acaba apareciendo como un fría e impostada radiografía de tantas y tantas familias con esa misma problemática.

Una verdadera lástima, porque con ese tema y la magnífica interpretación del chaval protagonista, Campanella debería haberle podido sacar mucho más jugo a su película. Afortunadamente, el argentino supo cambiar el chip tiempo después y hoy en día su cine cautiva y emociona mucho más de lo que hacía vaticinar esta –a mi juicio- desaprovechada experiencia.

No son los micrófonos asomando cada dos por tres lo que más desagradable resulta, ni la música estridente que deja un tufo ocrizo, como a cadaver en descomposición, lo que más nauseas provoca, ni siquiera las pésimas actuaciones del elenco en general, incluido el señor Brody que ya daba muestras de su inexpresivo rictus... No es solo esto lo que hace que la "película" sea pura bazofia. Y ni siquiera he mencionado que es un telefilme basado en hechos reales, eso ya de por si es sinónimo de anticine, sinónimo de arrancar una columna de la sección de sucesos y empezar un guión como quien empieza un roscón de reyes.
Lo peor de todo es que parece ser que como la ha hecho Campanella debería ser una gran película, una deslumbrante opera prima carente de recursos y brillante a pesar de ello.
Como para fiarse de las votaciones de la gente, y ya van dos si incluimos "el aura".
Lo mejor de todo... el final (el momento en que llega vamos)

Lo de los micros asomando me impactó más que la propia historia. Sin duda la interpretación del niño es lo mejor de toda la película. Sin embargo no me acaba de convencer el modo en que se profundiza en los personajes. Vemos a alguien profundamente trastornado que deambula de un lado para otro haciendo daño a quien le rodea. Pero nada más. No creo que sea una película de gran calidad técnica, ni tenga la suficiente fuerza que debería de tener para contar lo que realmente se quiso, en mi opinión, contar: la relación de amor-odio entre una madre y su hijo.

“El niño que grito Puta” es en todos los sentidos, floja.
Algunas de las actuaciones son como mucho aceptables, pero la mayoría ni llegan a eso,
Harley esta un poco sobre actuado y Karen Young solo parece una histérica sin demasiado carisma.
El guión es un tanto surrealista, mucho diálogos no tienen ni pies ni cabeza, y son mas bien un cúmulo de palabrotas estridentes y agobiantes que solo hacen que restar seriedad al propósito entero de este film.
El montaje, la producción y la dirección, parecen hechos por alguien poco perfeccionista y además con poca ambición, pues son muy flojos.
La música resulta aburrida y repetitiva.
No es una película ambiciosa, si cuando la ves pretendes ver una buena película, la decepción será importante.
En algunos aspectos es transgresora y original, pero todo su atractivo reside en ellos, y no son ni mucho menos el contrapeso necesario para que el conjunto valga la pena.
En definitiva, es una película interesante por una serie de razones como su carácter agresivo e impactante, su intención transgresora y pionera, y por ser la “opera prima” de Juan José Campanella. Pero en conjunto y como película, sus virtudes no ensombrecen sus fallos, y termina por ser un tanto aburrida y absurda, poco seria.

Estupenda película representante del cine independiente norteamericano de principios de los 90. Dirigida por el argentino Juan José Campanella, que años después ha realizado ’El hijo de la novia’, estupenda también pero antagónica a esta en intenciones, estética, objetivo, temática, público al que va dirigida...

Harley Cross (Dan Love), en el papel de un niño psicótico que va de reformatorio en reformatorio, hace una creación de personaje asombrosa en un niño de su edad, y consiguió merecidamente el premio al mejor actor en el Festival de Cine de Valladolid.

Es una película inmerecidamente desconocida para mucha gente, pero muy recomendable, por el tono oscuro y realista con la que está contada, y por la fascinante relación de amor-odio entre el niño y su madre, que da lugar a una de las escenas finales del cine más emocionantes y sobrecogedoras que yo personalmente he visto nunca.

Atención también al empleo de la música, excelente.

Curioso caso el de esta película y el de su director, el argentino Juan José Campanella que comenzó su carrera artística en el cine norteamericano antes de triunfar definitivamente en el de su país. El realizador de El secreto de sus ojos recorrió el camino inverso al de muchos otros colegas de profesión no estadounidenses que son reclutados por Hollywood después de que alguno de sus trabajos para sus respectivas industrias autóctonas conoce el éxito internacional.

En esta su opera prima, Campanella aborda un tema tan interesante como espinoso. Sin embargo, a la postre le pierden las formas. El film presenta algunas lagunas narrativas apreciables y muchos de sus personajes no nos son presentados con la profundidad que debieran. Eso si, su protagonista principal, Harley Cross está asombroso en su papel y nos regala una interpretación soberbia.

Mas que otra cosa, la película parece estar rodada a salto de mata, lo que afecta a su acabado final. Así que la cosa se queda en un ejercicio de estilo mas o menos arregladito que por el atractivo que presenta el argumento que desarrolla hubiese podido dar mucho mas de si.

Cualquiera que por su trabajo haya conocido menores con trastornos psiquiátricos, le resultará muy interesante ésta pelicula, por muchas razones, entre ellas las siguientes:
- Reconoces los personajes en personas que has conocido realmente.
- Te sorprende la osadía del autor al tratar un tema tan poco comercial.
- Se describe muy bien el ambiente en el que el menor a desarrollado su psicopatía.
- Resulta un revulsivo y una crítica (de hecho, he leído las críticas y que muchos de los que opinan
sobre ella se queden sólo en lo horrible del chico y se sienten piedad de la madre, sin percibir la
anormalidad de su comportamiento, es sólo un síntoma. Me temo que hay muchas más Candys
inmaduras (bueno y padres que abandonan a sus hijos), que están más para que las cuiden a
ellas que para educar a sus hijos ("que tengan su vida propia de eterna estudiante").

La desestructurada familia Love, compuesta por la madre soltera Candice (Karen Young) y su hijo mayor Dan (Harley Cross), se tambalea por la anormal actitud del chico, propenso a sus impulsos y reacciones violentas y sin que los hermanos pequeños Mike y Nick (Jesse Bradfrod y J. D. Daniels respectivamente) puedan hallar una solución al respecto, al contrario le siguen el juego. Dan manipula el control y las pérdidad de paciencia de su madre, hasta el punto que ella decide llevarlo de reformatorio en reformatorio, hasta un centro psiquiátrico para jóvenes con problemas. Allí Dan entablará amistad con Jessica (Moira Kelly) y Eddy (Adrien Brody en uno de sus primeros papeles). El psiquiatra de la institución el doctor Orin (Dennis Boutsikaris) intentará por todos los remedios que Dan se adapte a su nuevo entorno.

Antes de dar a conocerse con los films argentinos “El hijo de la novia” (2001), “Luna de Avellaneda” (2004) o “El Secreto de sus ojos” (2009), Campanella debutó en los Estados Unidos con este intenso drama psicológico, al revés de lo que sería el simpaticón alud de películas familiares e infantiles, hacemos ojo avizor a la propuesta expuesta en este film.

Primera vez que veo este thriller psicológico y debo decir que me dejo con un buen sabor de boca, me sorprende también saber que esta basado en hechos reales...Esta es una ópera prima digna de un gran director como lo es Campanella, su facilidad y eficacia para crear tensión, suspenso e incomodidad a lo largo de la historia talvez son talvez lo más acertado de esta cinta, por otra parte el elenco esta muy bien (sobre todo el protagonista ya que tiene una gran capacidad para convencer al espectador de que en realidad es un psicópata). A grandes rasgos es una buena película que cumple con el objetivo de entretener al publico con una agradable historia de intriga y terror.

El debut del cineasta argentino Juan José Campanella, hoy casi desconocido, supone una película internacional. Grande, narrativamente, y muy al estilo del cine quinqui español, perfectamente orquestada con los personajes interpretados por Harley Cross, Karen Young, Jesse Bradford y Adrien Brody.

El drama psicológico "El niño que gritó puta" (1991) plantea un incómodo recorrido por la enfermedad mental infantil. El filme, con una gran dosis de realismo, pone el foco en un niño de doce años. Dan Love (Harley Cross) es un niño de conducta agresiva y violenta que vive con su madre, a quien prodiga un extremo maltrato psicológico, y con sus dos hermanos. Los tres hacen la vida imposible a la madre, aunque especialmente Dan. Tras una serie de sucesos, terminan ingresándolo en un centro psiquiátrico. En cuanto al aspecto amoroso de la historia, si es que hay amor alguno en la misma, lo vemos en la relación que mantiene Dan con una chica a la que conoce en el reformatorio. La agresividad del niño no es producto de los factores sociales o educación, sino una enfermedad psíquica. Pero la madre es conocedora de que no lo ha podido hacer ni mejor ni peor.

El uso frecuente de vocabulario obsceno no se puede dejar de lado, ya que el director representa con ello lo que pasa por la mente del niño, y que podamos llegar a entender su actitud agresiva, que se muestra hasta en el título del filme. A través de los diálogos se nos hace una representación del Cielo y el Infierno. La banda sonora de las respetada compositora neoyorkina Wendy Blackstone enfatiza el dramatismo de la historia y genera intranquilidad en el espectador. “El niño que gritó puta” (1991) es una inmejorable muestra de mente retorcida, por desgracia..

El niño rebelde más impactante y excepcional desde Antoine Doinel. La gracia hubiera sido ya oirle al niño su voz en inglés. Buen debut de Campanella, que ya anunciaba su capacidad para manejar historias humanas. O cómo hacer una buena historia por un puñado de dólares.

No sabría como catalogar la película, ya que es muy delirante, sobre todo el personaje del niño. ¿Culpa de todo eso? ¿La madre? ¿El gobierno mal administrado? ¿Malas influencias?

O te da por ponerte nervioso al ver ciertas cosas o te da por opinar que está sobrevalorado.

Tal como fuere, el niño protagonista borda el papel, se lo come con patatas. Un gran papel y una gran interpretación.

Lo más impactante de la película es sin duda que el protagonista sea un niño, que en mi opinión actúa de una forma impecable y te hace sentir que verdaderamente está desquiciado, en especial en las escenas rodadas en el psiquiatrico.

Película no apta para madres coraje cursis o personan que disfrutan con los pastelones.

Aunque el punto de partida es bueno, esto es, mostrar la evolución de una enfermedad mental en una adolescente que es prácticamente un niño, la idea no está bien llevada. No está bien llevada porque no hay una verdadera evolución. El chico se comporta como un rebelde, típico de la adolescencia, por lo que no está muy claro que padezca nada, y más adelante da un cambio brusco en el que ya está con la cabeza totalmente ida y soltando tópicos sin venir a cuento.

Tampoco me convence la edad. Los casos de esquizofrenia suelen darse muy avanzada la adolescencia, y no en un chaval de 12 ó 14 años.

Por otra parte tenemos a la madre, que da la impresión de que también está regular de la azotea, pero que conforme avanza la película cada vez parece más racional e inteligente, y que sin embargo no ve que el problema va a más.

Me gusta la idea, me gusta el desenlace y me gusta Karen Young. Harley Cross no sé si me gusta. Desde luego parece un niñato que necesita jarabe de palo (hasta ver que en realidad es un enfermo), pero creo que falla el doblaje. Tampoco es fácil doblar a un tartamudo.

Al final no hay moraleja, pero yo al menos hago esta reflexión. El chico puede que sea abominable, repelente, maleducado, agresivo, y todo los adjetivos que queramos ponerle, pero la verdad es que él no tiene la culpa de ser así. Con la medicación adecuada y enseñándole a reconocer su enfermedad, quizás pudiera llevar una vida normal o seminormal. Flaco favor hace esta peli a los enfermos mentales, que no sólo tienen que cargar con la cruz de su enfermedad, si no que además son temidos y excluidos por la sociedad.

El estudio psicológico de los personajes (sobre todo de la madre) es simplemente prodigioso. El tratamiento de las situaciones dramáticas, impresionante. El guión y las interpretaciones, sublimes. Una obra maestra absoluta, a la altura de "Corredor de Shock" o de "Leolo", film este del que está más próximo el de Campanella.

Me parece una película fallida en la forma, aunque no en su contenido.
Un tema tan importante como el abordaje del problema de conducta del protagonista, que por otro lado me parece que hace un papel interpretativo fabuloso, no se puede tratar tan superficialmente con la sucesión de escenas estridentes y repetitivas sin ahondar en las causas o motivos que las producen.
Viendo como se desarrolla la trama que en principio arranca decididamente provocativa, no consigue enganchar al espectador que espera algo más y que no llega en toda la película.
Poco que destacar que no sea la interpretación del protagonista y su compañero de hospital Edi.

Harley Cross consigue dar mas miedo que el niño de " La Profecía ". Gran interpretación para un drama que intenta provocar al espectador, y lo consigue. Además del espléndido actor protagonista, la música, el final y la labor de dirección y fotografía, hacen para mi gusto, que esta sea una de las películas imprescindibles para cualquier cinéfilo. Lo único que no me cuadra es que el director haya ido por la vena amable y romática en el resto de su cinematografía.
Imprescindible.

Demasiada violencia verbal(aunque es lógico que por la naturaleza de la obra deba existir el esceso) y sobraactuación del personaje protagonista.
No se profundiza en el verdadero problema del chico y no alcanzamos a ver cuales son las raíces de su disfunción psíquica.

Excelente trabajo de Campanella en un estilo totalmente alejado de ese cine que lo haría más conocido en España ("El hijo de la novia" principalmente), pero que ya daba muestras de su indiscutible talento y de su capacidad para emocionarnos.
Una historia sin concesiones a la galería en la que el péndulo amor-odio nos va metiendo en una espiral impresionante hasta su impresionante final.
La dirección de actores, como suele ser habitual en este director es estupenda y Harley Cross se sale.

En general telefilm basura de las 3 y media , o en todo caso apta para sobremesas morbosas y sin mucha chicha...
Una película pésima en el sentido más amplio de la palabra, a mí personalmente me ha decepcionado bastante.