26 Críticas de los usuarios

Cuando las cosas no van bien en una pareja, lo mejor es hablar las cosas, ser abiertos y sinceros. Habrá veces que se puedan arreglar y otras veces pues oye, a vivir cada uno por su cuenta. Es decir, que si algo no funciona es mejor comentarlo. Justo lo que sucede en ‘Bajo el mismo techo’.

Empiezo a estar bastante harto de que se vendan películas de una forma y, al llegar al cine te encuentres con otra completamente distinta. No es la primera vez que me pasa y debo decir que el noventa por ciento de las ocasiones esto me sucede con cine español.

Pues bien, esperaba de esta cinta dirigida por Juana Macías una comedia repleta de gags y mala baba pero, en realidad, es una mezcla de muchas cosas que no llega a funcionar. Por un lado, pretende ser lo que anuncia, pero los cuatro momentos divertidos funcionan mejor en el tráiler que en el montaje final de la cinta.

¿Por qué? Sencillo, porque la película quiere ser también un drama familiar sobre la ruptura de una pareja algo acomodada en la rutina. Error, no puedes mostrar esos niveles de gamberrismo e intentar que tus personajes tengan una profundidad que, neguémoslo, tienen. Él es un pobre pringado vendedor amante del fútbol, ella una mujer feminista con toques muy modernos. La ristra de secundarios van desde el amigo caradura, la jefa pelirroja, la banquera entrometida o la amiga del Sex Shop y en algo coinciden todos: sus tramas no tienen ninguna conclusión.

Así, los Jordi Sánchez, Silvia Abril, Daniel Guzmán o Malena Alterio quedan completamente desdibujados, vagando por el film sin pena ni gloria. No sé las veces que miré el reloj, pero os puedo asegurar que hacía mucho tiempo que una película no se me hacía tan sumamente larga.

‘Bajo el mismo techo’ es el enésimo intento del cine español por vendernos humo. Un telefilm que no vale ni para una tarde de domingo.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/

La idea no es mala, sin embargo, cae en demasiados tópicos al intentar hacernos reír (cosa que consigue en menos ocasiones de las esperadas). ¿Será que no hay nada de divertido en las ruinas de un matrimonio?
Encuentro a Jordi Sánchez más creíble en su papel que a Silvia Abril.
En cuanto al final, creo que es forzado y que en parte es culpable de que no llegues a salir del cine con cierta conexión con la película (o de que la pierdas si en algún momento la tuviste).
Me parece una película de tarde de domingo en casa en la que no quieres complicarte, pero en cartelera hay mejores opciones.

Sólo empiezo diciendo que esta película (si se le puede llamar así) ha tenido el dudoso honor de hacer que me dé de alta en esta página. Pasando el enorme tedio que esto supone y el malgasto de aproximada media hora de mi existencia en vomitar bilis por aquí, con la esperanza de que ello no le vuelva a suceder a nadie... Nunca....En serio...Jamás... Mientras la tierra gire...

El porqué de semejante proyección de bilis se explica en intentar evitar que subproductos audiovisuales como este puedan volver a ver la luz en los meses/años venideros.
Tan mala es -ciertamente- que no sé cuál es el apartado por el que empezar la crítica de esta cinta, dado que todos ellos son igual de malos y ni siquiera en su abyecta y terrorífica maldad, sobresale alguno.

Empezando por el reparto: que no está ni dirigido, parece más bien que todos ellos están imbuídos en una especie de histrionismo falsote, forzado a más no poder y para más inri, Silvia Abril (que no es precisamente un dechado de saber hacer actoril) parece estar más bajo los efectos de la dirección de "Spanish Movie" o la niña de "Shrek" en sus gestos y guiños mil, que bajo la dirección del guión de esta comedia ( si se le puede llamar así porque no me ha hecho ni esbozar media mueca - que no sonrisa- en ningún momento del metraje) no se sabe muy bien si es por una falta de dirección, de preparación de los personajes (más planos imposibles) o si simplemente, la pobre mujer no da más de si. Y con eso se podría decir que se acaba lo más granado del apartado "actores". Esto ya nos da una idea del máximo galardón que esta cinta va a llevarse en el hipotético caso de alcanzar algún festival, por muy bebido o deslizante que esté el jurado.

Mención especial a Jordi González por su vis cómica y a Daniel Guzmán porque ...eso, siempre hace de Daniel Guzmán y es bastante difícil "cagarla" si haces de tú mismo, no? Ay no! espera, que hay quien lo hace, pregúntale a Cristina Castaño.

Si seguimos por el apartado de la banda sonora, volvemos otra vez a abonarnos al epíteto plano: llámese también soso, insulso o falto de toda argumentación. Es más un relleno con alguna versión actualizada de algún tema clásico de los ochenta que -ni hasta en eso- suma el menor aporte a la obra. El resto de música accidental es simplemente patética, relleno de serie Z de tercera, que parece más bien el que alguien nos ha entrado en la habitación y ha encendido el ordenador sin darnos cuenta para escuchar las versiones "demo" de alguna librería musical "Royalty Free" o algún ejemplo de sabe dios qué sintetizador o teclado trasnochado. Con una masterización pésima, falta de todo margen dinámico, ecualización inexistente y un trato del sonido y los diálogos que más de una vez dan ganas de dejar los subtítulos encendidos para poder entender los mismos.

Abordemos ahora el tema de la fotografía y la imagen: "Señoras y señores, con ustedes el "After Effects" y demás productos "Adobe". Incluso se han atrevido a usar alguna partícula, pero no con el "Inferno o programa similar, "Action Essentials" puro y duro , que los becarios no dan para más.
Colores saturados al máximo, etalonaje de pantalla de "IphoneXXXX" y bendito "Adobe" que nos permite hacer una "noche americana" que de seguro cumplió los deseos onanistas del director de fotografía...
"Manda carallo" y yo con 19 años de profesión en el paro...en fin serafín...

Guión: "Siguienteee" , no existe, no hay, ni se le espera. Por no hablar del "Product Placement" de Ford, más que forzado, dando de pleno en lo nauseabundo, lo basto, lo absurdo, lo zafio; que ha conseguido en mí llegar a odiar la marca del óvalo por aprobar semejante despropósito, sólo equiparable -que yo recuerde- al uso y abuso con nocturnidad y alevosía de los "Lens Flare" de James Cameron . Y no sigo que me sube la tensión... Este señor, al menos, pidió perdón públicamente. Eso sí, el destrozo del Mustang modelo del 2018 "lo hacemos en dos planos", "unos cristalitos por encima y ya, que si los movemos sin la postproducción igual se nos raya la cera del coche"(debieron de pensar). Que nos comemos una oportunidad de chiste fácil o gag? , " da igual , que el concesionario como lo vea con la más mínima raya no nos paga" ...(debieron de urdir)...En fin muy patético todo...y esto , el montaje, como no; también.

Lo mejor? La caradura del guionista cuando intenta igualar la resolución de la situación en la que se encuentran los actores de esta malísima película con obras maestras del género de las que pretende beber -cual borracho cirrótico que ya ve elefantes rosas- como pueden ser: "La guerra de los Rose" o "Esta casa es una ruína".

Y nada más señores, que de puro malo ya no hay ni de dónde sacar: es mala, mala malísima, sin paliativos ni paños calientes: mala dirección , mala música, mala foto, mal montaje (los planos hay veces que te abofotean cuando son planos cortos y otras veces te desubican cuando son largos, que son los menos); guión paupérrimo sin un atisbo de gracia -ya no digamos de moralina- o crítica social o cualesquiera cosa que hiciera o hiciese de apetecer verla. Ah , perdón, el modelito de lencería que se pone Silvia Abril en determinado momento...ya le dije a mi pareja que buscase en "Ali Express" a ver si lo encuentra (de nada apartado de vestuario).

Y ya dejo la zona de "spoiler" expedita más que nada porque desde el minuto uno el espectador ya se teme lo que le va a pasar...y pasa. Recomendar no verla y que espero que los productores y asociados no hayan gastado más de ciento y poco mil euros en esta..."cosa" porque sino mejor me callo para no dañar oídos sensibles o "Alan Smythee´s varios. Pero vamos, que hay mucha hambre en el mundo para jugar así con el dinero o con el pan...

Estamos ante una correcta, una pasable comedia española dirigida por Juana Macias (Embarazados) y cuyo reparto está encabezado por Silvia Abril (El mejor verano de mi vida) y Jordi Sánchez (Señor, dame paciencia). Estos dos actorazos están muy bien secundados, entre otros, por Daniel Guzmán (A cambio de nada), Malena Alterio (de la serie Vergüenza), Álvaro Cervantes (El árbol de la sangre) y Cristina Castaño (Sin rodeos). La película no es mala, sinceramente, podría valorarse como un suficiente, pero esperaba mucho más, sobretodo por la presencia de la pareja formada por Abril y Sánchez, que son los que llevan la voz cantante, el gran peso de la función durante todo el metraje. Además, he ido a verla más que nada por ellos, y porque el tráiler me agradó las veces que lo pude visionar. Se deja ver con una sonrisa (eso es innegable), el metraje es decente, pero bien podría haber durado un poco menos y haber cambiado su final. Y es que, no sé, vendo el final parece como si los cuatro guionistas (sí, ¡cuatro!) no tuvieran ni idea de cómo cerrarla adecuadamente, porque a mí me ha dejado bastante frío, qué digamos. Como plan de repuesto por si uno no tiene nada más que hacer, un sábado o domingo por la tarde, "Bajo el mismo techo" es vuestra película. Eso sí, esperad a verla en formato doméstico, no vale la pena gastarse el dinero para una entrada en el cine. Mi nota final es de 5/10.

Comedia de risa facil con nada de profundidad y muy plana.
Me esperaba una película en plan 3 bodas de más pero es más como la que se avecina.

La verdad que la película tiene algún golpe gracioso y demás, pero no deja de ser la típica película que sabes como va a ser antes de entrar al cine.
Abuso de primeros planos que no favorecen en nada a una MUY sobre-actuada labor de Silvia Abril.

No esperaba demasiado de ella. LA GUERRA DE LOS ROSE pesa demasiado como referente y Juana Macías quiere meter muchos temas dónde caben muy pocos. El guión está inconexo y resulta más absurdo de lo que se le puede aceptar a una comedia...y ese final te deja mal sabor de boca.
Jordi Sánchez y Sílvia Abril están muy bien a pesar de resultar algo histriones y sus compañeros de reparto están muy bien, en especial Álvaro Cervantes.
El porte final de la película es bueno pero la falta gracia y la sobran lugares comunes a los que no sabe llegar.
En fin...una comedia sin gracia es como un jardín sin flores.

Juntar a unos cuantos actores de “La que se avecina” y “Aquí no hay quien viva” siempre es un buen reclamo para la audiencia, pero esta película es una comedia normalita, que entretiene pero que no es excesivamente buena.
Esta claro que Jordi Sánchez y Silvia Abril tienen buena química como matrimonio que se odia a muerte. Y hay momentos realmente divertidos que me han hecho reír. Pero en conjunto, tiene algunos fallos que la dejan en la medianía.
Es la típica película de humor que al principio mantiene un buen nivel de chistes, pero que llegando a la mitad, es como si se les acabara la imaginación, bajando las gracias e incluso teniendo algún que otro tramo en donde se pone un poco más seria.
Por suerte es corta y no les da tiempo a estropearla demasiado. Además, el tramo final remonta un poco, con esa especie de guerra de los Rose a la española. Ni siquiera se cortan en referenciar claramente a esa película con Michael Douglas, de la que esta bebe mucho, así como de “Esta casa es una ruina”.
Por cierto, la banda sonora es demasiado cargante y no me ha gustado.
Al final, se puede valorar simplemente como un entretenimiento justito, que te gustará más o menos en función de la gracia que te hagan estos actores y sus discusiones caseras.

Una "película " que se supone que es una comedia pero que jamás te hace reir. Si acaso te da pena del dinero de los contribuyentes malgastado. Los actores son pésimos, el guión horrible y totalmente previsible. No hay ni un gag gracioso o que te haga siquiera sonreír. Habría que hacer una asociación para que la directora nos indemnice por las dos horas perdidas.
Mal interpretada, mal dirigida, mal escrita...una bazofia. Luego quieren que el cine español remonte.

Qué bochorno de película no hay por dónde cogerla de la mala qué es, y eso qué tiene actores como Jordi Sánchez, Cristina Castaño, Daniel Guzmán qué los conocemos por sus papeles en Anhqv y Lqsa pero los diálogos son tan malos y pésimos qué no se qué pensaron en hacer esta película, de comedia tiene cero, no hay ninguna escena en qué te rías, los directores de este país cuándo vayan hacer una comedia española qué se lo piensen antes de hacer por qué de 10 películas españolas de comedia, 9 son malas, hay películas de Paco Martínez Soria mas entretenidas y mejores qué este bodrio.

No, en serio, que alguien me diga si esta película le ha causado risa en algún momento porque vaya tela... esperaba pasar un rato divertido con dos protagonistas muy asiduos a este género y me encuentro con una batalla campal. No sé, yo desde luego no disfruto viendo como un matrimonio se va hundiendo poco a poco hasta llegar a los límites que llegan Adrián y Nadia.

La trama esta muy pillada en varios aspectos y el primero, como no, es la causa del divorcio. Yo lo he visto muy forzado y me ha parecido más una venganza por el cumpleaños que ganas de separarse de verdad porque falta información. Vale que se vean algunos despistes, pero cosas normales cuando tienes que dar un discurso en tu trabajo y no es lo tuyo.

Lo mejor de toda la película ha sido el final, que aun siendo muy disparatado, ha sido curioso por lo menos.

Antes que nada me asombra la nota tan baja que tiene ésta película, no creo que sea acorde con lo que ofrece al espectador.

Está claro que si vemos la carátula ya sabemos de que va la historia, hasta incluso como va a acabar. Pero, ¿con cuántas películas nos ocurre eso y no por ello deja de ser una buena historia? El dúo Sánchez-Abril está genial, para los asiduos a sus respectivas series (yo no las veo), podrán reconocer a no sé cuantos personajes me han dicho y en especial, ellos siguen cortando a las personas que interpretan por el mismo patrón.

Desgraciadamente y repito, desgraciadamente, es un hecho más actual de lo que podríamos imaginar, un matrimonio que por h o por b deciden divorciarse, pero que las condiciones económicas, no permite que ambos puedan vivir de forma independiente y no queda otra, que ambos se queden a vivir en la misma vivienda, dando esto gran cantidad de ingredientes para vivir mil anécdotas entre nuestros protagonistas.

La peli tiene mucho ritmo, no te deja descansar sin que pase algo, lo peor para mi es cuando la comedia entra en lo exagerado y aquí tendremos muchas oportunidades de comprobarlo (muro de ladrillos, televisor, vehículo). Suma también, la cantidad de personajes conocidos en la televisión española, que al menos se dejan ver por la pantalla y se hacen rostros conocidos, haciéndolo todo más ameno.

En resumen, una historia seria convertida en comedia para hacernos pasar un rato entretenido.

Juana Macías directora del film que fue nominada al Goya a Mejor Dirección Novel con “Planes para mañana” no consigue cautivar al público con ninguno de los dos films posteriores: “Embarazados” y “Bajo el mismo techo”. Ambos han dejado demostrado que no tiene tanta fuerza en el género de la comedia y es que contar con dos actores tan brillantes en este ámbito no lo es todo. Es una comedia forzada que se hunde en millones de tópicos al intentar hacernos reír y finalmente provoca un fallo de fluidez narrativa.

Los actores defienden su papel bastante bien, y es que es innegable la química entre Jordi Sánchez y Silvia Abril debido a la multitud de ocasiones en las que han trabajado juntos. A pesar de contar con una de las grandes cómicas de este país lidiando con un papel tan flojo que parece bochornoso, desaprovecha uno de los puntos fuertes del film. Con Malena Alterio resuelven su trama de manera fugaz como si de un obstáculo se tratase impidiendo el despegue de la actriz. Todo ellos compensado con Daniel Guzmán que juega con un papel mediocre aunque consigue sacar algunas risas a los espectadores.

Respecto a los diálogos tampoco están especialmente iluminados, caen continuamente en los tópicos y provocan la evasión de la pantalla aunque lo que más llama la atención es que esté inspirado en una historia real, no se sabe hasta qué punto de realidad pero sólo eso consigue llamar la atención. El film es un bucle continuo sin ningún tipo de sorpresa, las situaciones que viven los personajes pueden resultar muy típicas y no favorecen nada a lo divertido de la propuesta. El trasfondo de la crisis económica hubiera podido ofrecer más juego con alguna historia más satírica que de verdad cambie el giro de los acontecimientos.

En relación al clímax no sorprende ya que es demasiado básico, repetitivo y habitual. Es una pena que no se arriesgue y se quede con el típico desenlace que no nos pilla de sorpresa. Tenía muy claro cuál iba a ser la meta y así acabó siendo. En definitiva, “Bajo el mismo techo” es una película deficiente que no sabe dar el material necesario para que sus protagonistas aprovechen sus habilidades humorísticas. Eso provoca que como comedia tampoco da la talla en ningún momento y que un divorcio, una hipoteca y estar compartiendo casa con tu ex acabe empalagándote.

CARLOS ANTOLÍN
TuCineCrítico
https://tucinecritico.blogspot.com/

En serio, no malgastéis vuestro tiempo en visualizar esta película.

El film es un "quiero y no puedo" bajo el paraguas de tópicos culturales españoles. Súmale a eso una trama sin un hilo argumental bien definido y unos personajes que no aportan nada, y te dará como resultado una película infumable, que pasan cosas porque sí.

Recuerdo cuando publicitaban está película en televisión en el momento que la estrenaron en el cine. Si eres como yo que se ha animado a verla porque recordaba las escenas graciosas del tráiler, terminarás sintiéndote totalmente engañado.

Me ha disgustado tanto que me ha cambiado completamente la idea que tenía de Silvia Abril.

De esta película esperaba mucho más de lo que es. Con dos actores cómicos muy conocidos, podrían haber sacado más jugo a la película pero ni eso. El guión podría estar más trabajado. En fin, una de las peores películas vistas ya en lo que va de año.

Película que desaprovecha el enorme talento cómico de Silvia Abril entregada sin demasiada convicción a un guión plano y cargado de tópicos. La química con Jordi Sánchez es mínima y los gags no llegan a esbozar ni una media sonrisa. El único que parece sentirse cómodo en su papel en Dani Guzmán, un uno fijo en la quiniela cuando el personaje no necesita de alto contenido dramático. Poco más puedo decir de una peli tan mala como esta.

La película no parece otra cosa que un "remake" español de la celebrada ácida comedia "La guerra de los Rose" (Dani de Vito, 1989), protagonizada por Michael Douglas y Kathleen Turner. Esto no tiene nada de casual y, de hecho se nombra la obra, en un momento dado de los diálogos. Está claro que sirvió de inspiración para el argumento y el guion. Se añaden elementos actualizados y algún guiño surrealista. La parodia, normalita en principio, se desbarata hasta límites exagerados cuando llega la necesaria separación patrimonial. Evidentemente, no hay que tomarse en serio una acción que sólo persigue el puro disparate sarcástico dentro del marco de una relación de amor - odio entre los dos protagonistas y con su entorno. Estas sutilezas no han sido bien percibidas o apreciadas por una buena parte de la crítica y espectadores. El film no es que sea para tirar cohetes pero ciertos detalles y el trabajo de sus intérpretes merecen su visionado.

Irregular comedia, que sí tiene un punto de partido gracioso (no original, véase: "La guerra de los Rose").
Sucede que, en líneas generales entretiene, sin duda por la indudable eficacia de sus dos protagonistas, que están excelentes.
Sin embargo el guión alterna escenas en verdad chistosas (casi todas en su primer tercio) que cuando el caos reina en el hogar.
Los apuntes costumbristas de los dos amigotes superan a veces a los dos los dos protagonistas, cuando debería suceder al revés.
No obstante, no aburre y se sigue bien, aunque al final hay un poso de cierta decepción por la oportunidad perdida al haber podido, digo yo, ir más allá y no quedarse en tierra de no ofender a nadie para gustar a todos.
Bien hecha técnicamente cumple con su función de pasatiempo, pero podría haber sido mejor.

https://filmsencajatonta.blogspot.com

Ya vimos esos chistes, ya vimos esas historias y ya vimos, hasta en la sopa, a esos actores. Juntarlos todos de nuevo es ver la versión larga de un capítulo de "la que se avecina" y, claro, se hace laaaaaaaaaaaargo, un rato te ríes, 90 minutos, no. Te cansa. Y ese final, ¿qué pretende, decir que habrá segunda parte con una hipoteca a la inversa? Cuando crees que se termina viendo marchar al camión de mudanzas, zas, te plantan ese final.
El argumento a priori era muy bueno, pero los actores, lo siento, no están tan bien. Abril y Sánchez en versión seria no se lo creen ni en sueños (y en versión cómica, que la tienen, hartan). Los demás, lo mismo, quizás salvo de la quema a Malena Alterio. Ah, y claro, la protagonista no podía ser una comercial de productos lácteos, o una gestora, o una hostelera, yo qué sé, no, tenía que tener un sexshop. Claro.
Quizás hubiera funcionado en serio, una crítica a la miseria de las hipotecas, pero así quedó como la guerra de los rose pero a la española, es decir, sin profundidad y sin sangre.

¡Quién diría que la sierra eléctrica de Silvia Abril en “Bajo el mismo techo” daría 1,1 millones de euros en la semana de estreno!! Después de una singular puesta en escena para los Goya, que la actriz presentó en Sevilla junto a su marido, Andreu Buenafuente, el público ha premiado a la intérprete con este tirón tan impresionante. ¡Felicidades, Silvia!

Y ahora, vayamos al grano:

Nadie le dijo a Jeff Bezos que viera Bajo el mismo techo antes de lanzarse en su idilio con la news anchor Lauren Sanchez. El planeta entero está pendiente del divorcio entre MacKenzie y el fundador de Amazon y propietario del Washington Post, y el enemigo del tupé rubio que filtró el romance ríe desde Washington DC mientras construye el muro entre los cónyuges.

Pero somos como el inquilino de la Casa Blanca: creemos que la inversión en ladrillo es más segura y que los chinos nos salvarán la economía, sin embargo, son las peores leyendas urbanas que se escuchan en la barra de un bar, y su aplicación es letal al combinarlas en la coctelera emocional de una parejita con el nido vacío y en pleno divorcio.

Lo más pavoroso de esta comedia es que, al contrario de Mr. & Mrs. Smith o La guerra de los Rose, nacidas de la imaginación, Bajo el mismo techo está inspirada en la realidad: una pareja en los cincuenta con visiones sobre el mundo totalmente opuestas.

Por un lado, un marido calvo y fofo, vendedor de coches que sueña con ver el fútbol en un televisor de plasma; por otro, una esposa fundadora del primer sexshop para mujeres en España y nieta de la primera divorciada durante la República, de actitud más transgresora. Definiéndolos en dos palabras a cada uno, el casposo ordinario y la activista soñadora. El marido se mueve en piloto automático hasta que ella le presenta el divorcio por su dejadez, desidia, abandono, apatía, flojedad e inercia en su vida conyugal. “Sólo ves lo que hay delante”, le recrimina ella. “Eres la Steve Jobs de los consoladores”, le acusa él, y dado que el estatismo le conviene, sus idas y venidas para que su esposa reconsidere la ruptura serán las típicas, pero al final se ve obligado a abrazar el cambio: “Los años que me quedan no los quiero pasar contigo”.

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