arrow

43 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
2
Pues, yo no.
El protagonista, Pablo Pineda, es un chico con síndrome de Down que interpreta a un chico con síndrome de Down. GENIAL!!!! Démosle la Concha de Plata de San Sebastián!!!! El jurado de la 57 edición de dicho festival estaba compuesto por un montón de cantamañanas.
Que sí, lo del Down lo borda, pero a la hora de decir correctamente su texto o de transmitir a cámara, es decir, a la hora de interpretar, la cosa cambia. Si, todavía, Pablo, con su síndrome, hubiese interpretado a un chico sin Down… entonces sí, pero, en fin, ¿de qué vamos?

Se supone que la película habla de integración, de igualdad, de que todos somos personas dignas y merecedoras de oportunidades y de respeto, con nuestras capacidades, cada cual las que tenga. Si yo estoy de acuerdo con todo esto. Pero las buenas intenciones no hacen buenas películas. Esas se consiguen a base de trabajo y de talento. Y aquí no hay guión, los directores hacen un trabajo de cámara paupérrimo, parece que, en vez de una película, estés viendo un largísimo anuncio de galletas dietéticas. El ritmo, como la historia, brilla por su ausencia…. Todo se resume, otra vez, a que hay un chico con Down.

Bien. Si la peli habla de igualdad de oportunidades:

-¿Por qué se le negó la Concha de Plata a un actor solvente cualquiera para dársela a un chico que no es actor? (esta pregunta, en realidad, pertenece a mi cabreo personal, pero nada tiene que ver con la peli en sí… pero ésta de abajo si)

-¿Por qué se trata a Pablo Pineda como si fuese un mono de feria en vez de una persona? Se le exhibe de un descarado y patético modo. Mirad lo que hace el chico, ¡es capaz de aprenderse su texto!... Pues claro que es capaz. Seguramente, si le hubieseis dejado dirigir la peli, lo hubiese hecho mejor que vosotros, tíos.

¿Cuál es el mensaje? Uy, qué lástima me das, te voy a echar un polvo. Uy, qué penilla, te voy a dar un premio.

Cabe destacar, eso sí, a Lola Dueñas, que también fue galardonada en la festival. Afortunadamente, hacia el final del metraje se tiñe el pelo, porque si visiono un sólo minuto más de ese rubio papa frita, me hago el harakiri ocular con un peine, a lo perro andaluz.

No es una película valiente, no es necesaria, no es optimista. Es mala, aburrida, obvia, insolvente, precaria y oportunista.

Mis respetos a Pablo Pineda. Nada de lo que digo va contra él, si no contra los que le utilizan para sentirse mejores personas o para ganar notoriedad.
[Leer más +]
56 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Corazón roto
En "Yo, también”, sus directores nos cuentan la vida cotidiana de un hombre que padece el síndrome de Down, la cual se mueve entre el rechazo solapado y la compasión de la gente que le rodea. En un momento dado, este hombre se enamorará de una compañera de trabajo removiendo la vida de ambos y enfrentándolos a sus dudas y reparos ante la indisimulable discapacidad intelectual de él.

Ante semejante argumento se podía esperar lo peor, por lo habitualmente que este tipo de historias caen en la sensiblería, la ñoñería o la complacencia excesiva con el espectador, además de la temible corrección política con la que siempre son abordadas las historias protagonizadas por minorías sociales.

Y “Yo, también” no se libra por completo de algunos de estos molestos tics, pero en mucha menor medida de lo que podía temerse. Sus noveles autores se esfuerzan más o menos dignamente en evitar en exceso insultar la inteligencia del espectador con los defectos señalados, pero se les cuelan algunas secuencias que producen algo de vergüenza ajena y que ponen a prueba excesivamente la credibilidad del espectador. Recordemos que se trata de una historia de amor entre una persona psíquicamente discapacitada y otra que no lo está, al menos mentalmente... El aspecto emocional ya sería otra cuestión…
[Leer más +]
35 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Desgraciadamente, también
Teniendo un punto de partida bastante interesante, la película de los debutantes Pastor y Naharro se me queda a medio gas de lo que esperaba y lo que podría dar de sí.
Esto me pasa porque entre las buenas críticas cosechadas y el tema en sí (Pablo Pineda) pues crean unas expectativas que no se ven cumplidas, al menos en gran medida.
Su principal problema es el género, y el segundo su nacionalidad. La comedia romántica tiene ya unos tópicos muy manidos de por sí, y ésta no es una excepción, recurre a ellos más de lo que debiera y ello resiente el conjunto. Por otro lado, el cine español con género de comedia romántica tiene sus propios tópicos, que también se encarga de recoger, cual cosecha tempranera, dejándome un regusto a tema desgastado.
No todo son pegas, se agradecen esos momentos de carisma y comicidad de Pablo Pineda, que su alegría contrasta y revive por momentos el tono del film. El tono al que me refiero es el de "¡Anda mira! ¡Si tienen sentimientos los del Síndrome de Down!", que al menos es el que percibo yo desde mi posición de espectador, con rasgos de medio documental (que se enfatiza con las imágenes de archivo en b/n) y un servidor hubiera preferido una historia de amor sin tener tan presente la enfermedad por parte del director, pues si se quiere dar la imagen de igualdad, no es bueno hacer tanto hincapié en la cierta discapacidad de estas personas.
Es ese toque doctrinario junto a los tópicos el que me hace no disfrutar del film como debiera, no me deja ver una relación veraz entre Lola Dueñas y Pablo Pineda. La trama secundaria entre los personajes de Pedro y Luisa da un buen plus a la historia, lo malo es como se engarza a la trama principal, que es a base de los tópicos que comento.
Como detalles plausibles esa muestra de un Pablo adulto y varonil, con sus deseos y carencias que puede tener cualquier hombre y la crítica a la sobreprotección de los padres con hijos con Síndrome de Down en vez de apoyar más su integración cultural y afectiva.
Película con buenas voluntades pero limitada en el plano meramente cinematográfico.
[Leer más +]
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Un acercamiento con trampa al mundo del Down.
Muy buenas intenciones para una película que se queda a medio camino entre lo políticamente correcto y lo maniqueo y que, en mi opinión, no consigue en absoluto su propósito de acercarnos al síndrome de Down desde una perspectiva "igualitaria", de tú a tú. El guión está lleno de trampas y de situaciones ridículas o directamente deshonestas, algunas de las cuales señalo en el spoiler.

Le veo muchas más posibilidades a la historia paralela de los dos chicos Down que se enamoran, y que sin embargo, está tratada muy superficialmente. El trabajo de los actores tiene muchísimo mérito, sin duda, pero hombre, esta costumbre de darle premios revelación a los actores "especiales" ya canta un poco. Raro es el año que en los Goya el premio al actor revelación no se lo lleva o bien un niño o bien alguien con algún tipo de minusvalía, lo cual me parece tremendamente injusto para los actores profesionales. Esta vez, afortunadamente, se cortaron a última hora, pero a puntito estuvieron de repetir. Lola Dueñas sí está verdaderamente bien en el papel, por el que consiguió un merecidísimo Goya. Gran parte del mérito de la película está en su actuación. Y ya sí sigo en el spoiler.
[Leer más +]
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Demasiado blanda, demasiado obvia
Los cortometrajistas Álvaro Pastor y Antonio Naharro debutan con "Yo, también", una película que narra la historia de un hombre sin Sindrome de Down (Pineda) que se enamora de una mujer que trabaja con él (Dueñas). Lo que empieza como algo curioso va subiendo enteros por momentos, presentando algunas secuencias bastante bien realizadas y un sentido del humor fácil, sin mucha garra, pero efectivo. Lamentablemente, en su ecuador, el film no sabe mantener el tono y lo que hasta el momento era (al menos) curioso pasa a convertirse en una tontería alargada.

Mediante acumulación de gags, gran parte de ellos -los de esta segunda mitad- bastante poco efectivos y subtramas añadidas para alargar un material inexistante, Pastor y Naharro echan por tierra lo poquito que habían conseguido previamente. Resolver varias historias en poco tiempo no ayuda, ni mucho menos el tan molesto final feliz para tener a todo el mundo contento. Empezaba como una buena mezcla de drama y comedia, pero pronto se convierte en un simple mecanismo para explotar (desde la correción política) las opciones que da presentar personajes con dicha enfermedad, mofándose de ellos por momentos y jugando, poco y mal, con la inverosímil relación establecida entre Dueñas (que vuelve a demostrar ser bastante mejor actriz de lo que se admite) y Pineda, que probablemente, siguiendo la tradición, se lleve el Goya a mejor actor revelación, sucediendo así a "El langui".

Pero más allá de esto, lo único que es evidente es la irregularidad de "Yo, también", si bien su visionado tampoco es excesivamente molesto y, de hecho, funciona como comedia en momentos concretos.
[Leer más +]
26 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El protagonista de nuestra historia no conoció a ningún presidente, no corrió por todo el país de costa a costa ni tampoco contó cartas en los casinos...
Sin heroicidades y con muchas dosis de realismo, esta película nos presenta a Daniel, un chico que padece Síndrome de Down, y que comienza su nuevo trabajo en una oficina de la Admón. Pública. Entre fotocopias e impresos conoce a Laura (Lola Dueñas), una compañera -aparentemente- muy lejos de sus posibilidades.

Lola Dueñas y Pablo Pineda se vieron recompensados en San Sebastián con una Concha de Plata cada uno por sus interpretaciones, y no es para menos. Honestas miradas, suaves caricias, íntimas confesiones, etc. todo queda al servicio del espectador que pronto se dará cuenta de que a veces distintos polos pueden atraerse. Pablo Pineda exterioriza sus sentimientos como nadie, y no porque tenga un trastorno genético, sino porque hace una actuación como la copa de un pino, así de claro, importándole bien poco el qué dirán o los tópicos que puedan verter hacia los de su enfermedad. Quizá ésta sea la excusa de su enorme cariño, su sinceridad y su amor por el prójimo que demuestra en cada una de las escenas. Él es así, un chico de 34 años acomplejado lo justo y que estoy seguro de que es el doble de listo que muchos de nosotros.

Un punto débil de 'Yo, también' reside cuando se bifurca la película en otras subtramas de escaso interés, como la del padre de ella agonizando o la de la pareja con Síndrome de Down que se escaparon del centro. Tampoco me pareció muy acorde la escena del sueño erótico con lo que se estaba ofreciendo hasta el momento. Ya puestos, tampoco me gustó la imagen de calienta-braguetas que ofrece Lola Dueñas, dando a entender en algunas ocasiones que quiere estar con él como experimento sexual en la cama.

Salvando esos aspectos, los directores Álvaro Pastor y Antonio Naharro han apostado al caballo ganador en su primer largometraje abierto al público con el tema del Síndrome de Down. Conversaciones directas y sin tapujos, donde la sinceridad empaña el ambiente y con alguna pequeña dosis de humor así como de buena música. En fin, 'Yo, también' lidia con buena nota este drama destinado a hacernos trizas nuestro corazón y demuestra que es el enésimo ejemplo del buen momento que está pasando nuestro cine patrio en la actualidad.
[Leer más +]
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
El tema es muy interesante.. ¿Por qué no un buen documental en vez de una película mediocre?
Estoy seguro de que Pablo Pineda tiene muchas cosas interesantes que contar y que su caso es digno de atención e incluso de admiración (tanto a él como a sus padres), pero creo que el vehículo escogido para hacerlo llegar al público es absolutamente desacertado. La película es aburrida, cargante y en algunos momentos ridícula (más cine mediocre a golpe de subvención).

Que conste que por una vez estas palabras no son mías, sino de la persona con la que ayer vi la película, la cual trabaja en un centro ocupacional con discapacitados psíquicos. A pesar de tocarle el tema tan de cerca se aburrió como una ostra con esta película y yo no tengo más remedio que compartir su opinión. Decir que Pablo hace un gran papel o que es un gran actor es simplemente absurdo e incluso ofensivo para los actores profesionales. Otra cosa es que nos parezca meritorio, curioso, diferente.. pero eso sólo no vale para hacer una buena película, hay que ser justos y rigurosos. De todas formas tengo que decir a su favor que la mayor responsabilidad se la llevan los directores, al hacer una película falta de ritmo y con un guion bastante cogido por los pelos.

Por cierto, lanzar el mensaje de que un Down es más o menos inteligente dependiendo de la educación que se le dé no es del todo cierto. Evidentemente, si se le estimula desde pequeño va a desarrollar más sus capacidades, pero las cosas son como son: hay Downs como Pablo y hay Downs que apenas van a poder decir una docena de palabras a lo largo de su vida, por mucho que se les estimule (aunque estos últimos no suelen salir en los anuncios, se ve que no quedan tan monos). Y aunque es verdad que suelen ser bastante majos y cariñosos (y por lo que parece, bastante cabezotas), hay que alejarse de los esteriotipos, ya que en nada se parecen a un peluche ni a un niño grande y a veces el trato con ellos puede ser muy difícil y sufrido. Vaya aquí mi reconocimiento a todos los profesionales que trabajan en este sector, cuya labor es inmensa, de un mérito terrible y, por si a alguien la cabía alguna duda, con unos sueldos de miseria!!
[Leer más +]
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Menudo BLUF: Sobrevalorada y vacía
Sinceramente, es la película más sobrevalorada que he visto en mucho tiempo. El trailer y las buenas críticas me habían llamado tanto la atención que no sé si han sido los culpables de que haya visto la película más sobrevalorada de los últimos tiempos.

Pablo Pineda me parece un chico digno de admiración y a Lola Dueñas, no voy a mentir, le tengo cierto aprecio. Y aún así, "Yo, también" me ha perecido una película mala, sosa y vacía. Intenta normalizar una situación poco común recreando una historia totalmente absurda. No dudo de que alguien sin ningún tipo de discapacidad pueda enamorarse de alguien que sí la tiene, y creo sinceramente que podría contarse una gran historia con este argumente, pero no es el caso de esta película. No transmite nada, se queda en un alegato totalmente vacío. Y perdonadme, pero no veo ese caracter de normalizar la situación por ninguna parte. Si así fuera, el personaje femenino no tendría ese desorden emocional. ¿Quieren que me crea la historia? Pues ponganme a una chica feliz y sin traumas enamorándose de un chico con Síndrome de Down, porque esta historia no me la creo. Porque al fin y al cabo se resume en "chica traumatizada conoce a chico inocente -que además es discapacitado- y bueno... hace el intento de enamorarse".

¿Que es entrañable? Pues sí, pero eso no es suficiente. Cuando lo mejor de la película se resume en Luisa y un melón es que algo se ha quedado por el camino. Menos traumas, menos historias superfluas y más contar una historia de manera SÓLIDA. Lo que he visto simplemente se resume en FRAUDE.

Y se llevarán todos los premios a los que opten simplemente porque la historia se presta a ello. Quizás conmueva algunos corazones, pero a mí me ha dejado helada. Y no en el buen sentido.
[Leer más +]
18 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
En busca de la normalidad
¿Puede una persona con Síndrome de Down desarrollar una vida lo más normal posible en una sociedad tan cargada de barreras (especialmente morales) como la nuestra? ¿Pueden llegar a entablar una relación sentimental con una persona “normal”? En estos y otros aspectos similares intenta profundizar tanto esta película como el anterior cortometraje “Uno más, uno menos” dirigido también por Antonio Naharro y Alvaro Pastor. Ya en este mencionado corto de 20 minutos se observa una decidida pretensión de mostrar la enfermedad del Síndrome de Dawn desde una perspectiva diferente, ahorrándose detalles minúsculos para acomodar la pantalla a la delicada situación social que tienen que hacer frente estas personas. Buscar puntos de normalidad donde la convivencia se configure de manera natural, y no premeditada. En “Yo también” existe una cierta línea continuista respecto a estos dilemas, si bien apoyándose en la ficción para conseguir un efecto más dramático e impactante.

Daniel comienza su nuevo empleo de administrativo como cualquier otra persona. Conoce a su compañera de trabajo, Laura, y con el paso del tiempo se acaba enamorando de ella como le ocurre a multitud de personas. Hasta ahí todo entra dentro de lo que podíamos llamar habitual. La diferencia estriba en que Daniel no es una persona normal, a pesar de sus evidentes diferencias respecto a otras personas con el mismo problema, y nuestros prejuicios sociales se encargan de subrayarlo demasiado a menudo. Antonio Naharro y Alvaro Partor realizarán un ímprobo trabajo por mostrar todos y cada uno de los recovecos de una posible relación entre Daniel y Laura. Dejarán desarrollar el enamoramiento de Daniel expectantes ante las reacciones de Laura, una mujer que lleva una vida complicada, y que encuentra un lazo de amistad y apoyo en Daniel. Para ello, una sensacional Lola Dueñas, en un registro poco conocido, se encargará de aportar la complejidad necesaria que requiere ese papel, y entablar una cercana complicidad con Daniel para conseguir un plausible realismo que pese a todo no se conseguirá mantenerse a lo largo de la película.

No se podía haber recurrido a un actor mejor que Pablo Pineda, primer licenciado europeo con el Síndrome de Down, y que no sólo se interpreta a sí mismo (lo cual no hubiese restado mérito) sino que le añade un vínculo reflexivo apreciable, y una capacidad para desarrollar toda una serie de situaciones morales y de gran trasfondo dramático que le otorgan un gran valor interpretativo y un meritorio trabajo.

(Sigue sin Spoiler)
[Leer más +]
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La etiqueta sin salida del down.
Pablo Pineda es conocido por ser el primer español con un título universitario. Cuando fue entrevistado en una ocasión antes de rodar la película, nos decía que las chicas no quieren enamorarse de él porque es síndrome de Down. Se ven impedidas por los prejuicios, por el miedo y por la sociedad.

Eso que nos contaba se ha trasladado a la gran pantalla. "Yo, también" es la historia ambientada en Sevilla, tiene como protagonistas a Daniel - Pablo Pineda - y Laura- Lola Dueñas. Por primera vez en su vida Daniel encuentra en Laura una mujer que le hace sentirse normal. No tiene prejuicios ni tampoco compasión. La normalidad es todo lo que busca.

La película es una apuesta arriesgada pero con excelentes resultados. No lleva las cosas al extremo sino que se mantiene en la naturalidad sin querer ser más de lo que es. Cada diálogo cobra importancia y sentido.

La trama central se rellena con historias que carecen de importancia pero que aún así oxigenan la película y consigue que cambies la perspectiva del mundo del down. La diferencia entre un down y otro no esta en la genética sino en la cultura recibida.

Pablo Pineda recibió un premio cuanda estaba en el colegio, el director destacaba su esfuero y subrayó que nadie le había regalado nada. No creo que nadie le regale el premio al mejor actor revelación porque verdaderamente se lo merece.
[Leer más +]
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Nosotros, Tampoco
Dejemos las cosas claras: No seré yo quien diga que en España solo sabemos hacer películas sobre prostitutas, mujeres maltratadas, toxicómanos y discapacitados, pero es innegable que al cine español no le sobran ideas. Lo cierto es que resulta muy complicado defender la originalidad temática en un panorama copado una y mil veces por un cine social que generalmente tiene mucho más de drama que de denuncia. Aunque habrá quien piense que en éste campo nuestro cine tiene un público fiel y se mueve como pez en el agua, toda producción española de éste tipo parte en clara desventaja.


Sin alardes ni excesos, los directores recurren a una cámara nerviosa y a la fotografía pálida habitual de éste tipo de producciones, dejando el protagonismo a los actores. Aunque la película malgasta parte de su metraje en historias secundarias sin mayor interés -sobre todo el drama familiar de Laura- también nos deja con algunas escenas notables como la del burdel o esa en la que la madre del protagonista se disculpa por haber contribuido a un desarrollo intelectual que a la larga solamente conduce a la frustración. Como fan declarado del compositor Guille Milkyway no puedo sino celebrar la curiosa selección de música indie (el término le viene que ni pintado a la película) que suena a lo largo del film, tema de La Casa Azul y rumba al estilo naif pop incluidos.

La película no funcionaría de no ser por sus dos intérpretes principales. Las dos Conchas de Plata obtenidas por Lola Dueñas y Pablo Pineda en el Festival de Cine de San Sebastián frente a verdaderos monstruos como Robert Duval o Ricardo Darín han generado demasiada polémica como para no pronunciarse al respecto. De Lola Dueñas sobran todas las opiniones que pongan en duda su calidad como actriz, una de las mejores del panorama nacional. En cuanto a Pineda, el sevillano firma una primera interpretación muy meritoria dando vida a un personaje con el que comparte gran parte de su historia personal. Colegueos y simpatías aparte, un galardón ampliamente merecido, aunque se puedan objetar ciertas pegas a su papel. Dejaremos en simpáticos a los secundarios, entre los que encontramos a uno de los directores.

La ópera prima de Álvaro Pastor y Antonio Naharro está llamada a convertirse en uno de los fenómenos cinematográficos nacionales del año. No le sobran motivos por haber sabido tratar un tema delicado con una sensibilidad fuera de toda duda a través de una película que dice sí al humor sencillo y entrañable frente a la lágrima fácil. Ante todo, la historia de Laura y Daniel nos llega. Es una lástima que más allá de ese adentramiento en las raíces de la discriminación mediante una historia de amor sin referentes todo termine en el final agridulce acostumbrado. Y ahí está precisamente la gran pega de Yo, también. A pesar de que en ésta película el drama social está diluido en unas buenas dosis de carcajadas, sigue siendo más de lo mismo.
Keichi
[Leer más +]
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
¡TODO UN TRUÑO DE BADEA MANIPULADORA!
Je je…bueno tal vez no sea tan truñera, pero pensando ésta película; creo que hace rato no presenciaba una propuesta que por su tan involuntaria torpeza, a la final consiguiera todo lo opuesto a lo que en un principio pretendía y la graciosa ironía de alguna manera me hace infravalorar menos ésta prescindible obra (su justa calificación quizá rozara las 3 estrellas).

La historia va de un amor tan a lo Romeo y Julieta de un avezado chaval con Down y su normalita compañera oficinista (aunque invitada al convite más por sus roturas emocionales); que pese a los resabios sociales se dan la oportunidad de casarse quedando ella embarazada y para no arruinaros el final; baste saber que a través de esta puesta en escena tan natural y ñoña (porque así también conviene), somos testigos de todo el sufrimiento por el que debe atravesar esta pareja/dispareja para sobreponerse a las desconsideraciones del entorno, ambivalente en el manejo de la pretendida integración de las personas especiales, como desconfiado frente a las posibilidades de realización personal y autonomía de los chicos con trisomía en su par 21. Digno de mención es igual, el brillante tratamiento con que la obra nos introduce al peliagudo tema de la concepción de hijos en éstas circunstancias…¿suena transgresor? Pues no os ilusionéis! Como lo decía esta obra consiguió lo más flagrantemente opuesto a lo que hubiere o no aspirado. En fin; como intenté evidenciarlo creo que el error más prominente es la absoluta carencia de ambición alguna, tal vez por no incomodar al correctísimo público (Ja..!); aunado al conformismo más cobarde de una historia que nos pretende manipular dada la condición del protagonista; sin la cual este film sería uno más del montón. Pero en efecto uno más, si resultó Danielito (P. Pineda) en la interminable fila de Laura (L. Dueñas) con condiciones y todo espetadas por ella antes de consumar el acto. Querido Dani congratulaciones por tu título–U pero aun te falta “vislumbrar” la dignidad humana. Entonces ¿cuál es el mensaje? ¿Para eso es vuestro esfuerzo en pos de la “Normalidad” o integración, amancebarse con una promiscua más? A lo mejor la experiencia con la puta callejera hubiera resultado más exótica o satisfactoria. Todo esto en conclusión me choca y confunde; primero se eleva a un personaje marginado y después se lo traiciona al fuego en el colchón de una fulana y pues ya? Y aunque esta queja muy personal sea más dirigida a esa ideología tan socorrida en nuestros días del sexo por el sexo (¡Joder 1/100 de utilidad…!) no se puede pasar de soslayo las incoherencias del argumento.

Me uno a la aclamación a Pablo Pineda y destaco también el simpático visionado de las aventuras de la otra parejita donde se pone de relieve como el bienintencionado afán de proteger, entretener y en últimas orientar el desarrollo cognitivo de los chicos con Dawn, puede conseguir es el efecto contrario: estrechar el rango de un desarrollo emocional que podría ser más fructífero.
[Leer más +]
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Distinta pero podría estar mucho mejor.
“Yo, también” no es una comedia romántica al uso es ante todo un alegato propagandístico contra la discriminación que sufre los síndromes de Down y una llamada de atención a los padres que no se preocupan, como debiera ser, por la educación de sus hijos: Con esfuerzo, constancia y disciplina se pueden conseguir los mayores logros.

Respecto a la película en si, creo que podría se más atrevida pues en ella se refleja todavía los muchos tabúes respecto a las personas que consideramos ¿demasiados distintos a “nosotros”? (¿se podría decir así? yo creo que como dice Pablo Pineda todos somos distintos y creo que en eso mismo esta la riqueza.). ver spoiler.



Un saludo.
[Leer más +]
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
La complejidad de tenerlo todo
Alegato necesario en pro de una minoría, que como todas, reclama su parte del pastel. Enfoca a los enfermos con síndrome de down desde otra perspectiva a la habitual, desde el lado de las personas. Todo se focaliza en torno a una relación amorosa entre Daniel, un meritorio Pablo Pineda, y Laura, a quien da vida Lola Dueñas en el papel de chica fácil.

El afán por vivir, por vivir con todas sus consecuencias, que mueve a Daniel, nos mantiene pegados a la pantalla. Irradia veracidad, irradia empatía, con ese pobre muchacho que tan sólo quiere una cosa tan sencilla como es tenerlo “todo”, entendiendo por ésto, amar y sentirse amado.
[Leer más +]
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Aquí todos somos personas
Tiene mucho mérito “Yo también”. Con un presupuesto muy limitado, pero con ganas de desarrollar un tema poco explorado, acompañando a varias personas con síndrome de Down, nos cuenta, en tono cercano al documental en algunos momentos, la incorporación de Pablo Pineda, el primer diplomado europeo con esta discapacidad, al mundo laboral y la relación con sus compañeros de trabajo, especialmente con Laura Valiente, una gran Lola Dueñas.

A pesar de sus altibajos y de ser un poco irregular, la cinta mantiene el interés por la capacidad de una enorme Lola Dueñas, merecida ganadora del Goya, en un papel de una mujer desinhibida, en una actuación en la que se abre en canal y lo da todo, y la colaboración de Pablo, con una naturalidad que te abre los ojo de par en par.
Para apuntalar la relación que se establece entre ambos, Álvaro Pastor y Antonio Naharro (Santi en el film), construyen pequeñas historias alrededor, la más emotiva, y divertida al mismo tiempo, la de la pareja de bailarines. Lástima que no estén más desarrolladas porque tienen igual o más potencial que la principal trama.

La abundancia de primeros planos y la cámara tan pegada me parece que puede ser una buena idea en ciertos momentos, pero se abusa demasiado de este recurso.
Lo mejor es que no se busca la lágrima fácil, aunque la película da la sensación de que no está todo lo lograda que podría haber estado.
Obtiene dos Goya: Mejor canción y Mejor actriz principal. No lo consigue en actor revelación (es para Alberto Ammann de “Celda 211”) ni dirección novel (se lo lleva Mar Coll por “Tres días con la familia”).
[Leer más +]
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Canto a la diferencia
Yo, también es, decididamente, un canto a la diferencia, a esos seres que se sienten al margen de este mundo, y que intentan una y otra vez integrarse en él, que intentan ser "personas normales". Ésa es la historia de Pablo... hasta que Lola Dueñas, un personaje perdido también en el mundo, le hace esta pregunta: "¿Y por qué quieres ser normal?" Yo, también plantea la cuestión de la diferencia, y plantea cómo buscar la felicidad cuando uno es diferente a todos.
La diferencia aquí se llama Síndrome de Down. Desde el principio, Yo, también pisa terreno minado. Las películas que tienen como protagonista a algún tipo de discapacitado intentando superar sus limitaciones (lo que solemos llamar "historias de superación personal") corren siempre el riesgo de caer en la sensiblería o la lágrima fácil. Yo, también, afortunadamente, sabe esquivar esos excesos lacrimógenos, y a cambio nos regala un veraz relato del encuentro vital entre dos personas aparentemente muy lejanas la una de la otra, pero que en el fondo buscan las mismas cosas.
Ahí radica la mayor parte del interés de Yo, también. La pareja protagonista alcanza momentos de verdadera y emocionante química, gracias a la compleja y sensible interpretación de Lola Dueñas y al humor y la inocencia de Pablo Pineda. Es una mezcla muy atractiva. Lástima que la historia, tal y como la desarrollan Pastor y Naharro, parezca dar poco de sí, y se siente por momentos reiterativa y alargada (con subtrama de por medio metida un poco con calzador).
Yo, también no se libra de algunos tópicos argumentales y de algunas situaciones un poco gastadas, pero su batalla se libra en el campo interpretativo, donde da lo mejor de sí. La dirección es extremadamente naturalista, centrada en plasmar en pantalla un entorno lo más realista posible. A ello contribuyen los diálogos, ajustados y creíbles (salvo cuando Pablo Pineda se pone en plan filósofo, resulta impostado).
Película que emociona por momentos, pero que no se siente redonda del todo. El ritmo decae en algunos tramos del film y la ambientación tan cercana al hiperrealismo lastra a veces la pizca de magia que tendría que tener una película así. Eso sí, repito, magia es la que consigue la pareja protagonista cada vez que comparte plano. Ellos son la película, realmente.
[Leer más +]
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Yo no quiero ser normal
Antonio Naharro y Álvaro Pastor dirigen al alimón esta película sobre discapacitados que sólo ansían ser tratados con igualdad. La trama se centra en la relación de amistad que se establece entre Daniel (Pablo Pineda), un joven con síndrome de Down, y Laura (Lola Dueñas), su compañera en un centro social, así como en las complicaciones que surgen cuando él se enamora de ella, lo que hace peligrar dicha amistad y despierta las reticencias de su entorno.

La película abre un necesario debate sobre hasta qué punto somos tolerantes o simplemente condescendientes (resulta especialmente interesante que toque temas tabú como la sexualidad de las personas con síndrome de Down). Afortunadamente, los directores no tratan de sentar cátedra y el tono de su trabajo se presenta más accesible y ameno que didáctico (en el peor sentido de la palabra). Igualmente destacable resulta la magnífica labor de Lola Dueñas y la perfecta química entre ésta y Pineda.

Los protagonistas de este bonito relato tratan de llevar una vida normal antes de descubrir lo maravillo que es ser diferente. Nunca me ha gustado la palabra normal, siempre he asociado normalidad con vulgaridad (lo normal suele ser, por norma general, terriblemente anodino), prefiero ser especial. Como especiales son ellos, como especial es su historia, como especial es esta loable película.
[Leer más +]
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Tú, también tienes que verla.
Historia de amor entre dos corazones solitarios que destaca por sus interpretaciones. En este sentido, Pablo Pineda está bien, más tratándose de un actor no profesional y siendo éste su debut, pero si el cine es magia, y los actores son la pieza principal del espectáculo, Lola Dueñas es pura magia.
[Leer más +]
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Un drama español interesante bien dirigido.
"Yo, también" es una película española escrita y dirigida por Álvaro Pastor y Antonio Naharro.

Se trata de un drama sobre la discapacidad, en concreto sobre la aceptación e integración en la sociedad actual de las personas con síndrome de Down. Integración en todos los aspectos: académicos, laborales, personales…

Realmente se ha hecho un correcto trabajo en la película, ya que siendo una historia dura por la temática, donde a priori podríamos tener cierto prejuicio (antes de verla se podría pensar que es una película hecha con el único propósito de hacer llorar, fácilmente lacrimógena, etc..) esto no resulta así, pues la narración está bien llevada, de forma muy sencilla y amena, de fácil visionado. Es indudable que el trabajo está hecho para Pablo Pineda, el personaje con síndrome de Down real, que destaca gracias a unos buenos diálogos del guión. Pero tal vez por encima quede Lola Dueñas, que está espléndida y por esta interpretación se llevó el premio del festival de San Sebastián y el Goya a la mejor actriz.

La película no es perfecta, es un film bueno, correcto, con algunas cosas brillantes y algunos errores, donde en momentos puntuales el guión se hace más blando.

En último término mencionar la BSO, ganadora al goya a la mejor canción en 2009. El título es “Yo, también” y está compuesto por el grupo “La casa azul”; el tema sale justo al final de la película comenzando los créditos, y también hay una versión instrumental a piano ya muy avanzado el metraje del film, bonita.
Una película interesante.

Mi nota: 6/10
[Leer más +]
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Soy un hombre y estoy enamorado
En el mundo y el país de los tabús fuera de lo socialmente correcto, no es fácil hacer una película sobre esta temática y mucho menos acertar y más cuando se intenta hacer un film cercano, que cuente el día a día de en este caso un enfermo de Síndrome de Down sin tener que haber detrás una historia que lo convierta en un melodrama lacrimógeno sobre hazañas increíbles y heroicidades memorables. Si hablamos ya de películas que toquen el amor o el sexo ya empezamos a entrar en un terreno con obras muy contadas.

La normalización (que no integración, que aunque no soy fan de hilar fino en los términos, como el mismo Pablo Pineda explica, implica que el “imperfecto” se adapte a una sociedad perfecta) sigue siendo una de las asignaturas necesarias y pendientes de nuestra sociedad y aunque sea por un rato y que luego cada uno siga con sus quehaceres cotidianos, no está de más que se nos recuerde que todos, de algún u otro modo, tenemos alguna discapacidad.

Lo que más me podía chirriar de la película es que el protagonista sea expuesto como un “super Down”, que si no fuera por sus rasgos físicos y forma de hablar, bien podría decirse que es una persona “normal” (y con una inteligencia superior a la media de cualquiera) a diferencia de la mayoría de los que tienen esta afección que vemos en el film que se nota que lo tienen más marcado. Como él explica en una entrevista personal (no es un film autobiográfico pero si que tiene muchas cosas reales de su vida como que fuera el primero de Europa en tener una carrera) y al igual que nos cuentan en el film (y hablando con gente que conozco que trabaja día a día como voluntarios con gente con Down) todo es por la estimulación que se le dio desde pequeño y que la mayoría no sean así viene por la sobreprotección y tratarlos como niños.

Daniel, como creo la mayoría de los que somos discapacitados (sea físico o mental), solo quiere ser “normal”; ella (Lola Dueñas) lo trata así y por eso se enamora, por lo bien que se siente estando con ella, aparte de la atracción física porque no siente esa mirada mezcla de compasión, que están haciendo la obra de caridad del día o incluso de mirar por encima del hombro que por desgracia consciente o subconscientemente muchos tienen.

Retomando la frase inicial de mi crítica sobre el régimen de lo socialmente correcto y como parte de la necesidad de normalización, a muchos choca que se pueda hablar con naturalidad o incluso hacer bromas de ciertos temas, habiendo muchos tabúes con algunos temas, casi siempre referente a las minorías. Por ejemplo (por experiencia propia) si haces una broma de humor gris (ni llega a negro) sobre discapacitados en redes sociales, verás como justicieros sociales se te lanzarán al cuello para arrastrarse a besarte los pies cuando se enteran que tu formas parte de este “colectivo”. El film no llega a profundizar mucho en este aspecto pero como parte de esa sensación de naturalidad y relación entre ambos nos deja la genial escena del ascensor.

El final personalmente me gustó, sobretodo la genial escena que pone el cierre antes de entrar los créditos, quizá un poco menos la anterior donde se podría entrar en debates sobre la lástima o la consolación pero de todos modos me pareció acorde y coherente con los personajes. Otro tema que parece despertó polémica es el que el protagonista fuera premiado en algún festival y siendo servidor el primero que está en contra de la discriminación positiva, creo que más allá de que como algunos dicen en parte “hace de él mismo” tiene escenas muy meritorias que muchos actores españoles, incluso premiados, quisieran para ellos, llevando toda la vida haciendo el mismo personaje. No me olvido de una Lola Dueñas para enmarcar.


Quizá el mensaje se queda en algo light y por momentos tópico, con toques de humor poco arriesgados pero aún así en el conjunto resulta una cinta interesante que como decía no es fácil ni habitual que se toque y menos de esta forma, con unas cuantas reflexiones a tener en cuenta. Una historia bonita entre un chico con síndrome de Down y una mujer que tiene la discapacidad de ser incapaz de amar.

Nota: 6'7
[Leer más +]
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver críticas con texto completo
Más información sobre
Fichas más visitadas