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Según parece la historia está inspirada en el caso Leopold & Loeb ocurrido en Estados Unidos en 1924, aunque este "Asesinato... 1-2-3" -ridícula traducción al castellano de 'Murder by Numbers'- se acerca más a un capítulo de la famosa serie C.S.I pero en formato y duración de película, pero esto no es algo despectivo sino todo lo contrario.

La trama que nos cuenta este medianamente entretenido largometraje es interesante ya que nos explica el proceso por el cual se comete el asesinato, creando momentos lo suficientemente inteligentes y tensos como para que no perdamos el interés en saber cómo y porqué han cometido el crimen estos jóvenes asesinos, porque sí, en esta ocasión sabemos quiénes son los culpables desde el principio; siendo una nueva forma de plantear el thriller.

Las interpretaciones elevan el resultado final de la película, destacando a unos jovencísimos y carismáticos Ryan Gosling y Michael Pitt, sin olvidarnos de la eficaz interpretación Sandra Bullock que capitanea el reparto demostrando nuevamente que por aquella época era una actriz infravalorada. Un aceptable y subestimado film lleno de matices y dirigido con brío por el veterano Barbet Schroeder.

Aunque el título promete una historia de asesinatos, poco sentido tiene con la historia del guión( por los números), en el que si bien es verdad se puede observar alguno o que otro. Mientras las actuaciones son correctas, a veces el film, alcanza el aburrimiento no parcialmente. La intriga pierde fuelle a medida que avanza la historia, pero la acción y sobretodo el suspense aprueban con nota. Con alguna sorpresa relativa en el desenlace, se presenta una historia sencillita que bien podría visionarse un sábado cualquiera. Sandra Bullock no participa precisamente en películas buenas, en "Miss agente especial" el film no pasa de corriente. Esta merece su visionado como una película entretenida e interesante, pero con perfil de un capítulo de CSI sin más. Calificación: 6/10.

Para otorgar suspenso a una historia de un asesinato se me ocurren dos caminos: O sabemos como se cometió el asesinato y buscamos al asesino, o como en este caso, sospechamos del asesino y recién al final entendemos cómo se cometió el asesinato. Creo que esta elección le da el punto que la película necesita para ser considerada interesante.

La idea me pareció repetida, y bastante previsible. No es mala, sin embargo, pero noté cosas de más en la película. Recordar hechos vividos suele dar fuerza a los motivos de un personaje, otorgando credibilidad a la trama. Bueno, en este caso fue totalmente inútil, pues no hay relación directa entre lo que ocurre y sus recuerdos, sino una leve y forzada coincidencia.

Quieren hacernos creer que el personaje de Ben Chaplin es necesario en este tipo de películas, cuando en realidad no lo es. Aquí no modificó en nada a la trama, su acercamiento con Sandra Bullock fue forzado y patético, y al pobre Ben no le sirvió para lucirse pues en esta lastimosa historia no hacía falta.

Por su parte resulta difícil creer en el atormentado personaje de Sandra Bullock. Ella me encanta, pero aquí es algo graciosa e ingenua; sólo con buenas intenciones se le puede llegar a creer algo.


En síntesis, lo interesante de la película es que a pesar de algunas fallas puede entretener.

Unos años antes de que a Sandra Bullock le dieran el Oscar a mejor actriz por un papel dramático la actriz ya intentaba desmarcarse de los típicos papeles de chica encantadora en comedia romántica en los que se veía ya encasillada desde que protagonizara ese exitazo de "Mientras dormías". Aquí se hace cargo de la producción y se queda con el papel protagonista, la poli que tiene que investigar el asesinato alrededor del que gira todo el film. La película está dirigida por un director veterano, un Barbet Schroeder del que al menos sabemos que vamos a conseguir un trabajo técnicamente serio y se cuenta con dos jóvenes actores que son lo mejor de la peli con diferencia. Uno es mi seguido Ryan Gosling antes de hacerse mundialmente famoso con "El diario de Noa" y el otro es Michael Pitt, actor que consigue siempre crear en mí cierto desasosiego y que se preparaba para su escalofriante papel en "Funny Games USA". Realmente non sabría con cuál de los dos quedarme porque ambos están inmensos. Sandra Bullock está simplemente correcta y Ben Chaplin hace lo que puede con su insípido personaje.

Esta es una película que si bien maneja una trama similar a muchas del género, lo mantiene a uno en la silla, esperando no tanto que encuentren a los culpables, que eso siempre pasa, sino en conocer como fue el asesinato; situación que se desvela al final.

Adicionalmente, en el tranascurso de la cinta se van dando elementos, que como fichas de un rompecabezas al final se convierten en piezas claves para explicar como se realizó el asesinato.

Sin embargo, existen ciertas situaciones que le hacen perder credebilidad a la película; la primera, la escena donde llega Ben Chaplin a la casa flotande de Sandra Bullock y la increpa sobre la forma como trata a los hombres, la cual no le aporta nada a la cinta y no convence ni desde las actuaciones, ni desde el guión.

Situación similar ocurre con la escena donde Ryan Gosling se acerca al carro de Sandra Bullock al notar que lo está siguiendo y la confronta con su forma de relacionarse con el género masculino e inclusive se genera un espacio de seducción; verdaderamente una escena perdida y hasta repugnante ya que no aporta en nada al contexto general de la película y por el contrario le resta toda credibilidad que pudiera tener.

Y tercero; la justificación que se nos quiere hacer del comportamineto de la Bullock por su vida pasada, que distrae, haciéndonos dudar de si lo importante es el asesinato o el por qué la protagonista se involucra tanto en esta investigación.

Punto aparte son los efectos especiales, y es que en muchas películas del presente siglo se han vuelto tan evidentes que uno no entiende porque con tanta tecnología parecen hechos en los años 60's.

Por último, sólo pude entender el título de la película cuando vi el trailer

En conclusión una película buena, para divertirse un fin de semana

Me gustan mucho las mentes retorcidas en el cine, esos personajes que se mueven siempre al filo de la ilegalidad, del mal rollo; desarrollado en todo momento desde una mente privilegiada y poderosa para acometer cualquier acto encaminado hacia el mal. Aquí existe algo de todo ello.

Ryan Gosling fue ganador del premio al mejor actor revelación por esta película, aunque con 22 años mantenía una simpática apariencia por su aniñada carita de "sin criar" y en algunos momentos, incluso no resultaba muy creíble. El paso del tiempo le ha mejorado en todos los aspectos.

Sandra Bullock produce e interpreta un personaje complejo, obsesivo, cargado de contradicciones y matices, limitado para asumir la frustración... Muy interesante.

La película está bien confeccionada, convirtiendo al espectador en cómplice de lo que sucede; trasladando la tensión al conflicto, y haciéndole partícipe de todo ello.
Creo que se merece un siete... Si.

Thriller de investigación policial donde un par de adolescentes, Ryan Gosling y Michael Pitt, asesinan a una mujer para demostrarse a sí mismos que pueden hacerlo con total impunidad consiguiendo el crimen perfecto.

Sandra Bullock, que arrastra sus fantasmas personales y Ben Chaplin son puestos a cargo de la investigación

Dirigida por Barbet Schroeder con ritmo, con brillantes diálogos, mantiene el suspense hasta el final, que es de lo que se trata en este tipo de productos, con un notable resultado en mi opinión.

Notable, 7.

Ver a Sandra Bullock ejerciendo de ruda policía no es algo que se puede hacer todos los días por más que el personaje le acabe saliendo torcido con su oscuro pasado y dudoso presente, entre el desprecio de sus compañeros, su promiscuidad y sus problemas personales. Definitivamente me quedo con la protagonista de "Los misterios de Laura" (2009). Bueno, y con la serie antes que con esta "Asesinato... 1,2,3", thriller inspirado en unos hechos reales de 1924, el caso Leopold & Loeb, que comete el grave error de abordar un asesinato desde la peor óptica: sabemos quienes son los culpables pero no cómo se cometió. Sobre todo al principio andaba perdido, no sé si por culpa mía o por lo confuso de la narración.

El caso es que esta especie de revisión de "La Soga" (1948) me ha recordado a aquella protagonizada por James Spader, Marisa Tomei y Keanu Reeves, "Juego asesino" (2000), por la hora de emisión, cadena, temática y elenco protagonista de peso pero mediocre resultado. Desde luego, la de Barbet Schroeder es mejor que la de Joe Charbanic, entre otras cosas, porque la trama está bien construida. Lo malo es que aparecen escenas que chirrían, por ejemplo, el encuentro de uno de los psicópatas con la policía en su coche, por favor, es una agente, o que en conjunto resulta monótona. Eso sí, hay unas actuaciones notables de los jóvenes por más que el peinado de Michael Pitt le delate como perturbado.

Son numerosas las entradas que versan sobre las expectativas, y como puede llegar a ser absurdo exigir o medir un producto solo por aquello que va acorde a nuestra semejanza. Es así que cada género, entre otras cosas, requiere un acercamiento. A priori ‘Asesinato... 1-2-3’ (2002) es un thriller convencional con aroma a producto prefacturado y protagonizado por Sandra Bullock, con todos los matices que esto representa. Sin embargo el resultado no es moderadamente correcto y/o entretenido en el mejor de los casos, no hay nada destacable en sus 120 minutos de duración y sitúan su lugar, aquel en el que se deben posar las expectativas, en el de un mal telefilme.

El personaje de Sandra Bullock esta construido para un espectador femenino y de andar por casa. Es respetable su público, su objetivo, pero no la forma en que se le aborda. Hay infinitas películas infantiles mucho menos evidentes y donde se ofrece un mayor respeto y consideración hacía la inteligencia de su receptor. Malamente interpretada, Cassie Mayweather es una detective víctima de un pasado turbulento pero aún así luchadora, tenaz, independiente y capaz por si misma, un ejemplo de pundonor. Es bondadosa y comprensible pero ostenta una coraza de sentimientos debido a todo su pesar, merece triunfar. Y además es solitaria no por merecimiento si no por la crueldad del mundo, y por supuesto, merece ser feliz. Cada secuencia, casi cada plano, es una recopilación de cliches alarmantes.

Su compañero de guardia Sam Kennedy (Ben Chaplin) es su alter ego no reconocido, es aquello que necesita para lograr todo lo que sabemos merece y en sus diferencias, su tira y afloja, nos tendrán el corazón en un puño (ironía). Ambos se verán envueltos en la resolución de un asesinato perpetrado por Justin Pendleton (Michael Pitt), personaje que cuenta con una presentación de interés fulminada por la introducción del factor amor que corta el desarrollo y lo amuerma, y Richard Haywood (Ryan Gosling), sin duda la figura de mayor interés sin suponer esto ningún alarde, su chulería, agresividad y aire a donjuán son los componentes que más juego dan al metraje.

Poco se les puede acusar a los interpretes cuando tienen que enfrentarse a tamaños esperpentos, ya que además, no hay un solo elemento tras las cámaras donde apoyarse. El guión es más que evidente con lo ya comentado, la fotografía es inane y la banda sonora torpe. Y si esta mal señalar, “simplemente” digamos que Barbet Schroeder su director, es incapaz de hacer funcionar nada o de rodar algo con mayor capacidad al plano medio o el plano contraplano.

La conclusión narrativa es igualmente disparatada, la secuencia de acción da cierta lástima (ese “nooooooo” es sublime), y los ahogados intentos por generar tensión siguen la misma línea. La resolución del caso, ese plan perfecto medido hasta el átomo y que se cae por una banalidad insultante, deja a uno estupefacto y da pie a una frase final apoteósica, liberadora y grandilocuente, (aviso spoiler) “tienes una vida, y lo que hagas con ella y lo que te hagan a ti hay que asumirlo, no puedes fingir que no ha pasado”. (fin spoiler).

Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es

Es una película en la cual se puede ver un clarísimo ejemplo de la presión que puede influir una persona en otra solo por seer como es.

Una persona orgullosa y enrollada y un intelectual inpopular. Esa pareja decide intentar engañar a la policía mediante un asesinato sin pruebas ninguna, solo para demostrar que son más inteligentes que estos. En este caso el popular es el que manipula al intelectual para realizar el trabajo sucio.

Pues sí, amigos, se trata de otra vuelca de tuerca al asunto de La Soga y, si no me equivoco, de Impulso criminal, eso sí, puesto al día por el otrora inquieto Barber Schroeder. El problema es que ya lo hemos visto mucho mejor en esas dos aproximaciones, y encima sale Sandra Bullock, pobrecita, que podría dedicarse a otros menesteres. Los chicos están correctos y la película avanza con fatal determinación hacia el previsible desenlace, al menos sin moralinas. Estamos hablando de un experimento que, ay, sale mal.

Película con un guión medianamente original, aunque hay que decir que quienes se hayan sentido atraidos por el título (sobre todo por el título original, "Murder by Numbers", algo así como "Asesinato por números") se podrán llevar una pequeña decepción al comprobar que poco tiene que ver el contenido de la misma con éste, tal y como me ocurrió a mi... Quizás los números hablen sólo de la exactitud del asesinato, cada cual podrá opinar sobre esto.

Comentar también que el papel de Sandra Bullock es, a mi parecer, algo "forzado" y poco natural, aunque quizás por la condición de la protagonista se haya querido que esto sea así.

Schroeder fue muy hábil con este thriller. Dejando aparte la buena fotografía y la banda sonora, hizo una elección de actores muy inteligente. Desde Sandra Bullock, a la que es de agradecer ver en este tipo de personajes, porque se le dan de muerte, hasta su compañero Ben Chaplin, pasando por los impresionantes Mickael Pitt y Ryan Gosling. Todos están creíbles; todos realizan un excelente trabajo en esa telaraña compleja que resulta ser el guion. La cinta está ligeramente inspirada en un hecho real, ocurrido en Chicago en 1924 en la que dos chicos mataron a un adolescente de trece años solo por el placer de matar y demostrar que podían salir impunes. Los productores dijeron que se habían basado más en los crímenes de A Sangre Fría o en otro más cercano en el tiempo. Da lo mismo, en Estados Unidos estas cosas son el pan de cada día. Lo importante es que el resultado es muy bueno, siempre estás dudando de quién ha sido, qué pasó realmente (aunque me sobra un poco la historia de Sandra Bullock).
El film tiene críticas mixtas; a los que dicen que esto ya lo hemos visto…no voy a insistir en que todo está prácticamente inventado y que nos movemos en un terreno que ya se ha explorado mil veces, lo que no quiere decir que esté bien construida, que tenga un buen hilo narrativo y que queramos ver más a estos dos chicos para entender qué les mueve a hacer lo que hacen.
Las historias de crímenes perfectos las llevamos viendo décadas, pero a los que nos gusta el misterio no nos importa leer mil novelas que son parecidas y en las que sólo nos cambian los protagonistas, su edad, el lugar donde ocurre la acción, las motivaciones o la forma de matar y el asesino o asesinos lo enredan todo.
Y, aunque todos los actores que aparecen han hecho muchas más películas, en esta su papel siempre me resulta casi redondo.

Barbet Schroeder retorna a la adolescencia, inmiscuye su cámara en los pasillos de un instituto californiano y pone el acento en las perversiones juveniles de un par de psicópatas potenciales como son Richard Haywood y Justin Pendleton. Todo bajo la atenta mirada de Sandra Bullock, estrella deslumbrante de este acertado blockbuster, encargada de esclarecer el sanguinolento reto que aquí nos es presentado.

La cinta mantiene la tensión durante todo su metraje. No decae nuestra atención, y esto tiene mérito suficiente dado que uno ya sabe quiénes son los asesinos desde los primeros minutos. El empuje y el nervio viene dado por la metódica mente de Michael Pitt y por la perversa sonrisa de Ryan Gosling. Tanto Sandra Bullock y Ben Chaplin, eso sí, les aguantan el pulso, aceptan el envite y sacan las uñas.

La historia no tenía grandes aspiraciones, conocedora de sus límites. Sin embargo, Schroeder logra un cocktail de gustoso sabor a base de escabrosas intrigas, maléficas intenciones y buenos personajes. No tiene desperdicio ver a dos jóvenes talentos como Gosling y Pitt foguearse en un thriller tan bien trabajado como este.

La película es un intento de imitar "El silencio de los corderos", con chicos fascinados por el asesinato y el crimen perfecto. Gosling hace un gran trabajo preludio de la inolvidable "El diario de Noa", a su lado Pitt hace de psicópata un aviso de "Funny games", años mas tarde haciendo una actuación floja de un actor sinceramente limitado. Bullock hace uno de esos papeles incómodos que la sacan del encasillamiento una mujer nada fragil, luchadora con secretos y manipuladora. Sin duda uno de sus mejores trabajos. El film se puede resumir como una busqueda de la verdad de un asesinato. Entretenida.

Realmente tenía mejores cosas que hacer, pero aproveché la sesión sin cortes del canal autonómico valenciano para ver una película en televisión sin interrupciones molestas. Seguramente, al primer descanso habría desistido, pero le eché valor y decidí acabarla del tirón. Y ¿por qué no decirlo? me intrigaba profusamente como se iba a desarrollar el fin de la trama.

Sin duda lo mejor es la interpretación del entonces joven Michael Pitt. Papel de joven raro y tímido que tan bien le va, que se viene abajo según avanza el guión. Pero de todos modos, supera interpretativamente a sus compañeros de reparto, incluyendo a Bullock y Chaplin.

Todo pierde sentido en esta película, de un inicio se muestra el plan de los asesinos, sus motivaciones (aunque vacías) y el guión no explota sus universos interiores. ¿Qué hay en la cabeza de dos adolescentes que deciden matar una persona al azar para llamar la atención? Ahí hay un filón del que no se aprovecha nada. A mitad metraje se hace un mínimo acercamiento a su entorno familiar tratándolos de "huérfanos con padres". Un acercamiento como hecho por obligación, como si de repente el guionista se hubiera acordado de dotar a los jóvenes de una familia.

Sin embargo, el guionista sí se decide por escarbar en el pasado y en la intrahistoria de la agente interpretada por Bullock, con una enrevesada historia y desafortunados flash-backs que no vienen a cuento. Papel protagonista, que estoy convencido era destinado a un hombre, pero al meterse Bullock en la producción consiguió moldearlo a su persona. Bajo mi punto de vista es una actriz que moldea los personajes a ella misma y, como todos sabemos, tiene que suceder lo contrario.

El personaje de Ben Chaplin merece esta línea en la que le hago mención. Nada más.

Volviendo al dueto de adolescentes asesinos, se hace un amago de acercamiento homosexual muy extraño. Se podría mostar explícitamente el arrebato homosexual con un beso directo en la boca entre ambos, o en el otro extremo, insinuarlo más sutilmente con comentarios, miradas, celos... Sin embargo, se quedan a mitad camino, resultando en algún momento obvia la relación gay entre ambos e inexistente al segundo.

Por lo que respecta a la trama, intenta seguir los clichés y patrones del cine policíaco en el que el espectador conoce más información que la policía y es testigo de cómo los personajes detectives van dando tumbos, cayendo en las trampas, sospechando de quien nadie sospecha y finalmente haciendo caso a corazonadas más que a pruebas contundentes.

En un colegio secundario, dos estudiantes se asocian para cometer el crimen perfecto. Uno es particularmente inteligente, introvertido y el otro es sociable, rico y muy popular. Idean matar a una mujer añadiéndole un pelo de babuino para echarle la culpa. Diseminan otras pistas falsas para confundir a los investigadores. Es decir, la película se centra en la investigación dirigida a resolver el misterio. Sandra Bullock encarna bien su papel de detective, el guión y la presentación del caso son bastante logrados, el ritmo razonable, relativamente original el argumento -considerando la multiplicación ad inffinitum del género-, las escenas de acción son correctas logrando en fin, un thriller aceptable.

Asesinato... 1-2-3 es un típico thriller estadounidense. De los malos, concretamente. Asesino vs policía y tal, con la diferencia de que aquí nos muestran a los autores del crimen desde el inicio.

Barbet Schroeder dirige un atentado contra la humanidad. A Schroeder, curtido en mil batallas, no se le despega el tufo a telefilm ni con agua caliente. Vamos a partir, para opinar de la película, del guion de Tony Gayton: el tipo quería escribir una historia en la que, pese a que los asesinos los conocemos al principio, el final resulte sorprendente y el viaje sea en tensión constante. En su lugar, lo que pasa es que los sucesos llegan así porque sí, chasqueando los dedos, ahora me conviene esto, lo escribo y santaspascuas, me suda el nardo que sea forzado. Eso, en bucle. Todo pasa porque sí, porque a Tony Gayton le parece intenso, porque puede hacer lo que quiera por aquello de "la maté porque era mía". Los personajes, para intentar (sin éxito) huir de estereotipos, se convierten en bichos raros con idas de olla que no logran definir nunca ninguna línea de sus respectivas personalidades. Schroeder lo que hace con eso es beber de la filosofía de Gayton: como soy el que mando, hago lo que me salga de los cojones, aunque vaya en contra de cualquier principio básico del cine. El amigo Schroeder empieza a meter flashbacks cuando le sale de su viril atributo para explicar la historia, como si cada espectador recibiese una paguita mensual por ser retrasado. La necesidad de Schroeder de que entiendas lo que pasa deja clarísimo que él sí creía que estaba haciendo una buena película, por lo que no quería confusiones entre los tontos de turno que estamos al otro lado de la pantalla. Dos lumbreras, Schroeder y Gayton.

Sandra Bullock muestra la versión Mr. Hyde. La de Miss agente especial y cosas así. O bien no entiende a su personaje (ni ella ni nadie) o bien simplemente es que lo intentó pero no pudo hacer nada con él. Ben Chaplin la secunda, siendo de largo el mejor de la película y, a título personal, diré que lo único que no es mierda pura. Ryan Gosling, que aquí todavía no había descubierto que su punto fuerte era la inexpresividad (bien llevada), lucha por levantar a un personaje lleno de contradicciones y lo cierto es que está lejos de conseguirlo. Michael Pitt está de diez: de diez tiros en la cabeza, uno al ladito del otro, a ver si se le pasa la tontería de querer ser Marlon Brando cuando no tiene con qué.

Resumiendo: Asesinato... 1-2-3, como título de la película, se queda corto. Por mi parte, y siempre a nivel cinematográfico, deberían quedar sesgadas las vidas del 99'9% de los participantes de este 11-S contra la inteligencia humana que es Asesinato... 1-2-3.

Descontando que uno se imagina el final ni bien comienza la película, incluyendo el último giro. Es pasable, sus actores se dividen en dos, están Bullock que como en casi todos sus films se interpreta a sí misma, y Ryan Gosling que si bien en otras películas ha hecho un trabajo relativamente bueno, en esta su interpretación es pésima, su personaje no consigue lo que (creo yo) se planteaba que era una mezcla de perversión, simpatía, cinismo, y seducción, que en ningún momento logra, ya que lo único que genera su personaje es hastío.
Por el otro lado está Ben Chaplin quien trata y por momentos consigue sacar a su personaje del mero estereotipo que es.
Y por último Michael Pitt es lejos el mejor intérprete de la película, si bien ya se ha visto en papeles parecidos, siempre logra cautivar, y que sus personajes terminen robándose la película.
Volviendo a la trama poco que contar, en fin, thriller rosa, sin pretensiones, y bastante digerible.

Pues eso. Me sorprendió lo desarrollados que estaban los personajes de los dos chicos, los problemas que tenían. Lo malo es que el guión no deja de ser un guión estándar de CSI, sólo que más centrado en los asesinos que en los policías.