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383 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
Gloria a la HBO
Dos guionistas televisivos se reunen para hablar de la creación de una serie policíaca.

El primero de ellos dice de hacer una serie sobre un grupo de científicos forenses que investigan, siempre con éxito, los crímenes a los que se enfrentan.

El segundo dice de hacer una serie sobre un grupo de policias que se las ven siempre canutas para resolver los casos de homicidios y narcotráfico a los que se enfrentan.

El primero dice que los investigadores serán megaeficientes, nunca se equivocarán y resolverán siempre sus casos, y además siempre en un solo capítulo, porque hay que darle al espectador lo que quiere; casos cerrados que aumenten su psicológica seguridad en el sistema, sentado en el sofá y sin incomodarse demasiado.

El segundo dice que sus polis cometerán errores frecuentemente como humanos que son, habrá casos que no llegarán a resolver y los que sí resuelvan tardarán en hacerlo una o varias temporadas enteras, porque para él el sistema no funciona, y lo importante no es ver resuelto el caso, sino ver el proceso y mostrar los esfuerzos y el sacrificio puestos a la hora de resolverlos.

El primero buscará a actores muy guapos, jovenes y fashions todos ellos. Lógicamente tirará de catalogo de moda para buscarlos.

El segundo buscará a actores no demasiado guapos, algunos no tan jovenes y ni pizca de fashions. Si hace falta contratará a gente de la calle interpretándose a si misma.

El primero narrará su historia al estilo moderno, con brillantina digital, como si fuera un videoclip de la MTV.

El segundo la contará al estilo clásico; se tomará el tiempo que le haga falta para contar la historia, sin artificios videocliperos y sin moderneces absurdas.

El primero ambientará su historia en Las Vegas, Miami o Nueva York, ciudades emblemas del glamour.

El segundo ambientará su historia en Baltimore, el vertedero de América.

El primero reflejará una sociedad vanguardista y moderna sonde los delitos son casos aislados cometidos por un par de perturbados.

El segundo reflejará una sociedad podrida, corrupta, mísera y decadente, donde el delito es el pan de cada día, con gente muriendo en la calle con total impunidad y donde las campañas políticas están financiadas con el dinero del narcotráfico.

El primero contará con un presupuesto de lujo y con una promoción en los medios impresionante.

El segundo contará tan solo con su talento y su imaginación.

El primero llamará a su serie “CSI“.

El segundo llamará a su serie “The Wire“.

El primero se llevará el éxito.

El segundo se llevará la gloria.
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2858 de 2924 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
"The wire": cuidado, crea adicción
Si las series fueran bebidas, "El mentalista" sería una gaseosa abierta, bebes un trago y te das cuenta de que está caliente y sin gas. "Bones", una Cola Dia, intenta copiar un producto ya existente y a veces da el pego, pero no deja de ser una imitación barata. "CSI", una lata de Coca Cola-Light: envase bonito, la bebes de un trago, produce un picor intrascendente en la nariz, eructas y te das cuenta de que no te quita la sed."House", sopa de ajo (no sé si se admite como bebida), se repite, se repite y se repite. "Me llamo Earl",cerveza de chiringuito playero, sabes que no es la mejor pero refresca y te permite seguir un rato más a la bartola con gesto atontado."Californication", cubata de garrafón a las 5 de la madrugada, a esas horas todo te da igual y hasta te da la risa."Dexter", un mojito: requiere elaboración, el ron le da cuerpo pero también refresca y deja achispado. "Los Soprano", un vino Gran Reserva, un clásico en el que siempre puedes confiar."Mad Men", un Manhattan: whisky con vermouth dulce, un toque amargo de bitter aromático con algo de hielo y una guinda, elaborado con maestría, sofisticado y necesariamente paladeado con lentitud.
¿Y "The Wire"? Un whisky escocés de malta de 12 años. No es una bebida fácil, puede resultar áspera y de gusto difícil de asimilar. Necesita paciencia, tiempo y un paladar educado, por eso la mayoría prefiere mezclarlo para hacerlo más digerible. "The Wire" es magistral de principio a fin. La calidad no decae en ninguna de sus 5 (y me parecen pocas) temporadas. La trama es un puzzle de 5.000 piezas, cuando las ves sobre la mesa parece algo confuso, cuando empiezan a encajar percibes la belleza del conjunto. En esta serie se produce la rara alquimia entre actores desconocidos pero impecables y creíbles, guión sólido y elaboradísimo y una puesta en escena sobria y realista. El ritmo de la serie es lento (en ocasiones exasperante dada la lentitud con que avanzan las investigaciones) pero al mismo tiempo frenético, ninguna escena es superflua, ningún diálogo sobra, perderte cinco segundos puede suponer perderte un momento clave, un detalle detonante de la acción. No es esta una serie de polis buenos/traficantes malos. Cada cual sobrevive como puede, de acuerdo a sus reglas y sus propias normas.
"The wire" va más allá de los aspectos policiales del tráfico de drogas. Escarba en las vergüenzas de un sistema político/policial corrupto e inoperante, en las miserias de un sistema educativo en caida libre, en la (i)rresponsabilidad de los medios de comunicación, en la hipocresía de una sociedad que públicamente se escandaliza con la delincuencia organizada mientras sus gestores se enriquecen colaborando con ella... Nadie es totalmente inocente, y por tanto nadie es totalmente culpable. Incómoda y necesaria, de visión obligatoria, solo se me ocurre una "pega": en ocasiones es "demasiado" realista y te deja hundido en el sofá tras golpearte en la boca del estómago con contundencia.
Sorry, no happy end here.
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864 de 910 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Odio esta serie
Pues si, odio esta serie. Recuerdo que comencé a verla por recomendación de mi hermano, que me "obligó" a verla.
Odio esta serie, odio lo enrevesados y a la vez simples que son sur argumentos, odio lo complejos y a la vez realistas que son sus episodios, odio lo complicadas y largas que son las mas mínimas investigaciones....
Odio esta serie al completo porque, desde entonces, el resto de las series me parecen tan anodinas que se me quitan las ganas de verlas.
La gran mayoría de lo que se emite en televisión, al lado de The Wire, es pura bazofia.
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530 de 584 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
''You play in dirt, you get dirty'' Jimmy McNulty
Llevo un tiempo pensando en cómo escribir esta crítica. En pocos meses The Wire se ha convertido en mi serie favorita, bueno está ahí ahí junto a Los Soprano.

Estoy harto de oír hablar de lo genial que es House o Prison Break y realmente yo me pregunto por qué. Para escuchar las payasadas que dice un médico gilipollas o disfrutar de ''geniales'' (nótese la ironía) puntos de giro cada vez que queden 5 minutos para acabar un capítulo.
C.S.I. me viene mejor para expresar lo que quiero decir, investigadores explicándose a si mismos cada cosa que hacen (como si no lo supieran ya), casos resueltos en 45 minutos y el plato fuerte: juicios de valores dictados por el sherrif Horacio.

Pero The Wire no es nada de esto.

The Wire es lenta, pero intensa de cojones.

The Wire es real, es sincera, es transgresora.

The Wire no hace juicios de valores, en The Wire no hay polis buenos y traficantes malos.

En The Wire el sistema falla, los policías también. El papeleo es inmenso, la corrupción hace lentas las investigaciones, el departamento no tiene dinero, se falsean estadísticas, los micrófonos se rompen, los policías charlan de cosas vanales mientras los delincuentes huyen.

Los policías de The Wire investigan en silencio. No se molestan en explicarte lo que hacen, y mola. Tu te implicas en la trama, te molestas por comprender sus pasos y por qué los da, aprecias cada detalle que ellos aprecian. (Ver a Leaster Freamon trabajar es una auténtica delicia)

En The Wire los traficantes no son estúpidos, a veces son más listos que la propia policía. No se desploman a la mínima, cambian de móvil, de cabina. Cambian de topera cada día, avisan cuando viene la policía, el que da la droga no recoge el dinero. En definitiva, es difícil cogerlos, una temporada entera a veces.

En The Wire nadie se salva. Los policías son borrachos y adulteros; el alcalde putea al contrario en las selecciones; el gobernador está podrido de dinero negro, incluso las escuelas están podridas.

The Wire no es una simple serie de televisión, es arte.

Por cierto, la tercera temporada de la serie es realmente genial. De lo mejor que he visto en mi vida.
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374 de 397 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Razones.
Obra maestra.
Por Way Down in the Hole, en cada una de sus 5 versiones.
Por las calles de Baltimore. Por su puerto y el sindicato. Por las escuelas. Los bares.
Por Omar, McNulty, Kima, Lester, Avon, Marlo, Stringer, DiAngello, Los Sobotka....
Por la aspereza, la crudeza, la calidad...y la INTELIGENCIA de cada episodio.
Por el débil doble toque de platillo que suena al final de cada capítulo.
Porque no puedo escribir una jodida crítica de esto.
No sería objetivo.
¿O quizás nunca lo he sido tanto?...
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189 de 203 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Listen Carefully
Llevo un tiempo pensándolo y no me atrevo, no me decido , me da respeto escribir una crítica sobre una serie que idolatro tanto. Me da pánico no hacerle justicia, expresar con pobres palabras una descripción y una sinopsis vulgar y sólo ensalzar lo que me gusta cayendo en el forofismo radical de “está de puta madre, porque sí, porque te lo digo yo, hazme caso”. Por otro lado, la cínica arrogancia de quien cree estar en posesión de la verdad,(al igual que me imagino que los fan de “Sin tetas no hay paraíso”, o “Los hombres de Paco”, pensaran de las suyas) te hace sentir indiferencia y te viene a dar un poco igual si convences a alguien o no. Uno tiene la propia satisfacción de estar viendo algo de calidad y de saber apreciar lo bueno, lo mejor. Y si el resto del mundo no lo aprecia, el mundo está loco y ciego. Allá ellos.

Tal y como los más entendidos advierten , The Wire no es un producto de consumo rápido ni para las masas. Es un drama policiaco que se debe digerir lentamente, paladearla y saborearla sin ansiedad, sin esperar el climax, la resolución facilona y rápida de los casos al final de cada capítulo. Aquí el realismo es completo, los personajes son lo más fidedignos a sus alter ego en la realidad. Los polis los hay buenos y malos, los buenos tienen sus miserias, los malos tienen un poco de lado humano y un mucho de condicionamiento social. Los actores son tan buenos hasta el punto de no saber si en realidad están filmando los entresijos reales del mundo del narcotráfico con una cámara oculta. Hay muchos personajes que son fantásticos: villanos carismáticos hasta decir basta, protagonistas que permanecerán de modo imborrables en nuestro memoria, con unas tramas precisas y preciosas que enmarcan las 5 temporadas que duran describiendo distintos estratos de la sociedad.

Del fondo se desprende un desencanto y una desilusión por todo el sistema, por cómo funciona el mundo. Parece más bien un estudio antropológico sobre la naturaleza humana y la sociedad actual, que una simple serie de policías. No parece haber esperanza. Una pescadilla que se muerde la cola en los barrios más marginales de Baltimore. Una tragedia shakespiriana envuelta en el mundo de las drogas de los bajos fondos.

Pero como dice el slogan Listen Carefully: es una serie inteligente para espectadores inteligentes, que no te da la información masticada, cada mensaje lo debes extraer tú. No hacen juicios de valor, ni existen moralejas ni moralinas. Nunca podremos agradecer lo suficiente lo que ha hecho HBO por las series.

Pues eso, y aunque suene un argumento pobre y arrogante, The Wire es simplemente la mejor serie que se haya rodado nunca .Esto es así. Que digan lo mismo los seguidores de Los Serrano, Sin tetas o su puta madre. Todos están equivocados. Yo no. Y no, no soy arrogante. Y no, no estoy equivocado.
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175 de 188 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Genial¡¡¡¡
Impresionante serie americana que nos regala otra vez HBO que durante cinco temporadas y más de sesenta capítulos nos hace volver a disfrutar del mejor cine policíaco. Si creíamos que con Don Siegel, Steve McQueen, Harry "el sucio", Canción triste de Hill Street ó Las Calles de San Francisco el talento de este género ya había sido totalmente mostrado...nunca más lejos de la realidad. Y una vez más gracias a HBO. Lástima que aquí no podamos abonarnos.

The Wire ("La Escucha") nos adentra en las tripas del departamento de policía de Baltimore, de su Ayuntamiento y de sus calles. Y de que manera. En sus calles el realismo alcanzado es casi de reality show. Los mecanismos del tráfico de droga son mostrados al detalle. Desde el pez gordo hasta el negro de la esquina. Y de como los persiguen. Una unidad policial montando casos espectculares mediante escuchas e impresionantes investigaciones. Y mostrando su lado más humano. El alcohol riega cada vena de cada policía. Y acción. Increibles tiroteos, persecuciones, muertes, asesinatos...

En las últimas temporadas también nos enseña los hilos de poder y demás corrupciones e influencias que empapan, en este caso, el Ayuntamiento de una gran capital americana y su relación con el periodismo.

Lo mejor: guiones perfectos, tramas montadas hasta el más mínimo detalle, actores desconocidos pero haciendo trabajos soberbios, la jerga y manera de hablar de los chicos negros (es flipante, para esto mejor verla en versión orignal), la cabecera de cada episodio, la aparición continua de personajes muy atractivos, la musica (blues y rap)...

En fin, otra grata sorpresa de la pequeña pantalla americana que últimamente nos sorprende año tras año apostando por series que ahora ya, y en poco tiempo, serán consideradas joyas del cine, aunténticas lecciones de producción, de realización y de interpretación. Gracias HBO.
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189 de 224 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Llevo una doble vida
Llevo una doble vida, me acuesto en Baltimore y despierto en Bilbao.
Llevo así una temporada, o mejor dicho, unas cinco.
Llevo móvil, pero vuelto a usar las cabinas de teléfono del barrio.
Llevo gente en mi coche, pero no se puede hablar en él.
Llevo deambulando por las mismas calles, pero todas parecen acabar en un callejón sin salida.
Llevo un tiempo disfrutando de the wire y en esto no hay peros.
El único error que se ha cometido con esta serie es presentarla a los Emmy. No ganaron ninguno porque esta creación esta por encima de todo eso, trasciende la pequeña pantalla y compite al nivel más alto, en todas las categorías de los Nóbel.

Nóbel de Literatura: este se lo darían seguro, no necesitan ni el guión, ni que escuchen los diálogos, basta con que lean las citas del comienzo de cada capítulo.
Nóbel de Economía: cómo se lo podrían negar, si esta serie sobre la corrupción a todos los niveles, predijo la crisis global del sistema financiero y el único que parece poder resolverla es Stringer Bell.
Nóbel de Química: si no es suficiente con la que desprenden los actores, no será por falta de investigación de substancias, en laboratorios clandestinos o policiales.
Nóbel de Física: los actores están en forma, pero cuando estudian trayectorias de balas, cuerpos y dinero cumplen con todos los principios de la termodinámica.
Nóbel de la Paz: si las consideradas mejores películas y series antibélicas pertenecen al género bélico, entonces esta serie es la más honesta, pues la guerra que filma no tiene ni principio ni fin, todos tienen sus razones y todos pierden algo, es la vida, día a día, sin tregua.
Nóbel de Medicina: este lo tienen difícil, simplemente por que no han metido la escucha en un hospital. Pero si se puede decir que el mundo está enfermo, esta serie es la mejor radiografía para acertar su diagnóstico.
En cuanto al guión, puesta en escena, ambientación, fotografía, actores…que se puede decir más, si hasta las ratas que aparecen en pantalla están perfectas.
Llevo una doble vida y las dos parecen de verdad, complejas y fascinantes, conectadas por un simple cable de televisión.
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123 de 134 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
"Debe ser la depresión post parto"*
Hace horas terminé de ver el último capítulo de la última temporada de The Wire y debo admitir que utilizo este espacio que brinda Film Affinity para salir un poco del estado de nostalgia y de tristeza en el cual estoy inmerso. A riesgo de sonar un tanto melodramático y pensando en que mañana ya me olvidaré de todo lo que me pasó en estas horas. Es que me encariñé con todos los muchachos y muchachas de The Wire. Es una serie que me hizo sentir parte, una serie que de tan bien realizada traspasa las fronteras de lo ficcional y te mete adentro como si uno fuera un residente más de esa tan amada ciudad de Baltimore. No habiendo estado nunca en EEUU, y por muchos prejuicios ideológicos que tuve y que tengo nunca teniendo ganas de estar en esas tierras, esta serie me permitió palpar de cerca lo que es el día a día, lo que es lo marginal y lo duro de vivir en una gran potencia pero de puertas afueras.
No puedo escribir mucho sobre lo técnico, lo cinematógráfico de la serie, esta es realmente una crítica más para mí que para ustedes futuros espectadores. Lo único que puedo decir es que espero que cuando la vean sientan lo mismo que fuí sintiendo yo. Eso sí, tengan en cuenta que cuando se termine, la nostalgia y un dejo de tristeza hacia toda esa gente que nos acompañó será indefectible. Lo que importa en esta serie no es tanto el final sino el viaje que se ha recorrido.

Gracias David Simon.
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88 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El mundo marcha
Sus iniciales títulos de crédito avisan que vamos a ver imágenes residuales de la propia temporada montadas con ritmo y sin aparentes intenciones. “The Wire” funciona como ese mosaico que se nos muestra sobre un mismo tema: diferentes imágenes amoldadas a una versión distinta en cada temporada de la misma canción compuesta y escrita por Tom Waits.

La serie de David Simon está simplemente tan bien armada que un breve tirón de un hilo estira y tensa a otros tres, que a su vez mueven a otros cinco y así, sucesivamente, alargando toda una pequeña madeja, que cabía en la palma de una mano, hasta abarcar una ciudad completa. “The Wire” es y funciona como suma de elementos orgánicos en pequeñas secuencias que forman un resonante conjunto. Todo está orquestado mediante innumerables personajes secundarios que forman un conjunto coral demoledor. No se puede valorar como partes de un conjunto, como una simple dosis introducida en nuestro cuerpo en dos o tres episodios porque solamente podemos valorarla en un completo abanico y conjunto. Es toda la cadena de distribución al completo. Pura simbiosis de la serie que genera su trama con breves aleteos que se convierten en feroces huracanes.

“The Wire” es una serie grande, monumental y una de las más completas vistas en pantalla pequeña porque ilustra una ciudad al completo. Desde la burocracia política y policial pasando por la que habita en la ley de las calles, comparadas con un tablero de ajedrez, hasta la que forma parte de la educación, un puerto o la de un periódico.
La construcción de la secuencia se realiza por breves ecos. Directos y sencillos. Economía en estado puro. La belleza de su construcción de guión oscila sobre un completo conjunto. En su episodio final se cierran tramas incluso circulares, ciclos vitales e instintos de supervivencia. Es la gracia del encanto artístico, de la clase conciliadora sobre fondos y leyendas, de puestos sobre puestos y de magnificencia como una apisonadora.

Genialidad que nos demuestra que la marcha es sueño en vida y las series de televisión captan una breve porción de un camino de miradas, acciones y momentos. Personajes que intentan luchar frente a un mundo hipócrita y se dan cuenta que la hipocresía es una regla y requisito más del sistema. Tal vez el leitmotiv de la serie sea el precio que hay que pagar por sobrevivir intentando ser fiel a principios. Ese es el de ser expulsado del sistema. En un mundo donde mentir es la ley y su motor la injusticia explotando los principios.
El mundo marcha porque tiene que marchar y nada puede detenerlo. Si lo observas mucho desde el exterior seguramente veas la ironía y simpleza de un objeto, que ya es difuso, dando vueltas sobre un eje inamovible. Si estás dentro e intentas ir contra su rotación acabarás mareado y vomitando todo lo que llevas dentro. El mundo marcha, míralo desde la excluyente distancia, déjate llevar o acabarás muerto en tus propias nauseas.
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80 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Lo mejor de HBO
Cuando terminé de ver el último episodio de "Los Soprano" pensé que ya ninguna serie podría soprenderme, que ya había degustado lo mejor en lo que a series se refiere. Me equivoqué, no había visto "The Wire".

La calidad de los guiones, el nivel interpretativo, la ambientación, el suspense... todo en "The Wire" es mejor que en cualquiera de las superproduciones de Hollywood. Y es que la ambientación conseguida, la calidad de las interpretaciones, la crudeza de las historias, el carisma de algunos de los personajes, todo está cuidado con un mimo y un detalle que es imposible que no te atrape. A lo mejor alguno se piensa que exagero en mis alabanzas a esta serie, pero la verdad es que tras haber muchas, muchas series, ésta es la que más me ha calado. Así que, si tienes la oportunidad de hacerlo, no lo dudes, échale un ojo y dale tiempo.
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70 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
El silencio
The Wire es una serie para los amantes del cine. Tiene alma. Vida propia. Es real. Es tangible y verosímil. Sin adornos ni estridencias. Algunas de las frases que se pronuncian en los diálogos de esta obra maestra son aplicables a la vida de cualquiera, pero los silencios, eso ya es otra cosa. Los silencios en The Wire son la prueba de que todavía hay alguien ahí. Todavía existe gente con gusto por el audiovisual y el producto de calidad, que no trata al espectador como un necio llenando cada segundo de metraje con frases que intentan ser más o menos lapidarias o memorables. Gente que entiende que, en la vida, no siempre decimos algo gracioso, o definitivo, u ocurrente en el momento preciso. De hecho, casi nunca sucede así.

Muchos de los capítulos de The Wire terminan con escenas tan normales que despistan. No intentan que acabes mordiéndote las uñas en esos 2 últimos minutos. Te las muerdes porque el guión es tan poderoso y atractivo que no puedes dejar de pensar en él. Porque da la impresión de que todos esos personajes existen, y tienen que vivir en Baltimore todos los días de su jodida vida, así que para qué mostrarte a un personaje nuevo en el final de un capítulo, o dejar a medias una persecución. The Wire se paladea, y agradezco a HBO el haber hecho 5 temporadas de ésta, la mejor serie que yo haya visto jamás.
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66 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
No es posible volver limpio tras haber estado en lo más hondo del hoyo.
Cinco temporadas para construir Baltimore. Para trazar minuciosamente -con el detalle con el que Lester pule sus miniaturas- cada rincón de la ciudad y cada colectivo que lo conforma: los yonkis y sus chabolas en Amsterdam, los camellos que venden en las esquinas y los que se la suministran desde un todoterreno, los mafiosos que se reúnen con Prop Joe para repartirse el cotarro, el colegio donde Preszbaluski se convierte en héroe, los gimnasios donde algunos se atreven a plantar cara a la realidad, el diario local, los juzgados, el departamento de homicidios con sus 22 cadáveres, los muelles y la que se arma por una maldita vidriera, los despachos de abogados y fiscales sedientos de sangre, o el del alcalde que se curte en el duro mundo de la política, la cárcel, el hoyo y los mendigos amenazados por asesinos ficticios, los bares donde todos se juntan para beber sus penas, las casas donde sobreviven, los trasteros donde se refugia Omar Little, las vías del tren donde McNulty y Bunk van a refugiarse de toda la mierda a su alrededor.

Donde todos están hasta el cuello. Donde no hay ni buenos, ni malos, sino supervivientes. Donde la línea entre el bien y el mal únicamente la dicta la propia conciencia de los personajes (enorme final para esta serie). Baltimore. En lo más hondo del hoyo.

El universo más vasto, real y profundo que jamás he visto en una pantalla. Los personajes más sabiamente desarrollados que puedan concebirse para una serie. Una obra descomunal, inmensa, irrepetible. Una OBRA MAESTRA.
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63 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Omar y la transmigración
Ya es tarde en Baltimore. La noche ha caído sobre sus calles grisáceas, mudadas de color, apenas alumbradas por el tenue resplandor mohíno de uno o dos faroles aún no apedreados; aceras sucias casi desiertas, a excepción de algún chiquillo que aguarda en la esquina lo próvido de la noche. No se escucha nada, salvo la monotonía de una televisión vieja y el lamento de algún yonqui; acaso sirenas que desidiosas se pierden a lo lejos.
De repente, desde un rincón oculto un silbido emerge a través de las sombras, una canción tarareada que desteje la rutina a fuerza de melodía. Los chiquillos lo dejan todo y echan a correr despavoridos; han reconocido la canción. Sólo alguna voz exaltada advierte del advenimiento mientras las esquinas se vacían:
–¡Omar! ¡Es Omar! –gritan.
Le temen. Temen a Omar. Saben que cuando él aparece hay tiros, hay violencia, hay muerte. Por eso se oculta, porque él y sólo él se atreve a enfrentarse a los que tienen el poder en las esquinas, a los que controlan la vida de los que ya no tienen vida. Y él no les teme; les combate, les hiere, les desafía. Su arma no es la recortada que esconde entre la gabardina; su arma es su nombre. Ellos lo saben, y él lo sabe. Por eso cuando Omar aparece hay tiros, hay violencia, hay muerte. Porque Omar ya es más nombre que hombre. Porque está dentro del juego sin que el juego esté dentro de él.

En este sentido, Omar es distinto al resto de personajes que conforman el heterogéneo reparto de “The Wire”. Todos están tan cuidadosamente cincelados, urdidos en tantos matices que se nos hacen profundamente cercanos, reales, vivos. Todos aciertan –muchas veces de casualidad- y todos la cagan, de una manera u otra. Todos están vestidos con la piel sucia de la realidad, y éste uno de los mayores logros de The wire, y una de las razones de su prestigio.
Pero Omar es distinto: hay algo en Omar que no es real. Es posiblemente el único personaje de toda la serie que va en línea recta; no se desvía en ningún momento de lo que supone ser Omar. Por eso nosotros, pobres espectadores separados por barreras de tiempo y ficción, nos entusiasmamos tanto cada vez que lo vemos aparecer; por eso nos encanta, porque intuimos de alguna forma irracional que este personaje procede de algún otro lugar, que no pertenece en esencia al crudo testimonio de la realidad que estamos presenciando. Se ha abierto una brecha entre dimensiones en aquel callejón oscuro, y se ha colado Omar.
Es, en realidad, un personaje esencialmente literario. Una figura icónica que no puede existir en ningún universo plano, en un universo como el nuestro, como el que, en principio, creíamos que retrataba The wire.
Omar procede pues, del Sueño. Ésta es su dimensión: el arte, la literatura, el mito. Allí comparte constelación con otros que son como él: Odiseo, Edmond Dantés, Robin Hood.

A partir de aquí, reveló aspectos de la trama, así que no sigáis leyendo si no habéis visto completa la quinta temporada.
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59 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Una vez coge inercia...
El comienzo de The Wire comparte con otras series de HBO, como Deadwood o Los Sopranos, ese desarrollo pausado, sin estridencias, que impide que enganche como otros productos con más concesiones de guión al divertimento inmediato (Lost, Héroes o Dexter por ej.), sin menosprecias a éstas últimas. The Wire hace una apuesta por mostrar desde varias ópticas una realidad muy compleja, y además confía ciegamente en la inteligencia del espectador: no hay diálogos "aclaratorios" que expliquen al televidente lo que está pasando, no hay un repaso tipo 'previosuly on...' al principio del capítulo, no hay subtramas personales "telenoveleras" para dar un respiro al público del argumento central (lo único que se muestra de la vida personal de los personajes es lo necesario para darles una dimensión realista y comprenderlos mejor).

Con todo esto, no me sorprende que a algunos les resulte una serie árida, sobre todo al principio. Pero si persistes, ¡amigo, cómo te compensa! Una temporada-un caso, lejos de los convencionalismos de otras series policiacas donde cada capítulo está cerrado, donde todo sale como la seda para que al final el malo acabe condenado. Aquí la calle es de verdad, los policías no son adalides de la justicia, el sistema está corrupto a todos los niveles, y jueces y senadores son una maraña que dificulta una investigación que no saben si les puede salpicar, y los medios con los que se cuenta son precarios y miserables, lejos de los brillantes laboratorios de CSI.

Sólo puedo decir que me encanta esta serie, tras ver la primera temporada alucino con David Simon. Agradezco que no pretendan contarme una historia de buenos y malos y mandarme a la cama feliz de lo bien que funciona el sistema. Gracias por enseñarme los entresijos de la investigación policial, por no quedarse en lo tópico y evidente, y describir la realidad del tráfico de drogas como nunca antes lo había visto, enseñando todos los niveles, desde los trapichas que venden el producto hasta los senadores que se benefician permitiéndolo. Gracias por una serie que, cuando gana inercia, se lanza, te agarra y no te suelta hasta el último minuto.
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58 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
It’s not a war… because wars end.
Hubo una época, en las sobremesas de las cadenas privadas españolas, que los telefilmes de tres al cuarto copaban la programación. Los actores y el doblaje eran nefastos, y las historias pretendidamente lacrimógenas no resultaban ser mejores. El único interés que sustentaba un producto de tan mínima calidad era que se basaban en hechos reales, algo que en aquellos tiempos era sinónimo de implicación social o humana, y que, en teoría, multiplicaba el interés frente a historias inventadas de un guionista más o menos brillante. La fórmula puede ser que tuviese su éxito al principio, pero tras treinta historias de maltratos en un seno familiar y cuarenta historias de juicios resueltos in extremis por pruebas pretendidamente confusas, cualquier espectador con una mínima capacidad de criterio, cambiaba de canal automáticamente.

Los años han pasado. Hoy por hoy no es un secreto que las series de televisión cuentan con presupuestos similares a muchas de las películas que se estrenan en los cines. Los grandes actores no solo se pueden encontrar en la gran pantalla. Y los mejores guionistas, de repente, ven como se les da la oportunidad de desarrollar historias que no se ven reducidas a dos horas de metraje, si no que pueden alargarlas durante el tiempo que sea necesario para contar una historia de forma elegante y correcta. En esta nueva edad de oro de la televisión, la calidad de muchos de los productos es indiscutible. Series como Los Soprano o A Dos Metros Bajo Tierra han marcado un antes y un después en todas sus facetas, y es poco probable que un producto cinematográfico vaya a conseguir jamás inspirar las mismas sensaciones que estas grandes producciones.

En este punto me encontré con The Wire. Una serie basada en hechos reales, como los telefilmes de antaño, pero desarrollada por la HBO y fuertemente alabada por las críticas y el público, como las nuevas grandes series. El argumento, visto de forma superficial, no me resultaba para nada atractivo. Unos vendedores de drogas en los suburbios de una ciudad norteamericana y unos policías que quieren meterles en la cárcel. Sin embargo, bien merecía una oportunidad. Y agradecido estoy de habérsela dado.
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47 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Bodymore, Murderland
Así es como la gente de Baltimore define su ciudad y su Estado, Maryland, de forma coloquial (en lenguaje slang) Una ciudad portuaria devastada en gran parte por las drogas y la pobreza: el mejor caldo de cultivo para la proliferación del narcotráfico.
The Wire me parece una de las series más ambiciosas de la historia. Cada capítulo es de una riqueza maniática que nos descubre el pulso que mantienen la policía de Baltimore y el crimen organizado en las esquinas, los estragos de la incompetente burocracia policial, la corrupción sindical en el puerto, las crueles disputas políticas, las deficiencias de un sistema educativo que hace aguas, o los intereses ocultos en la prensa de unos directivos perdidos por la codicia. Pero lo mejor es que The Wire nos brinda personajes humanos, que enamoran, aterran y emocionan.
Sin embargo, en la obra de Simon no existe la justicia poética: algunos personajes brillantes, que representan todo un símbolo para el espectador, acaban con un tiro en la nuca. La brillantez perdida en la calle. Y muchos otros tipejos que desearías ver mejor enterrados, seguirán mancillando la ciudad hasta el final de la serie. Además, con figuras como Omar Little o Jimmy McNulty el espectáculo está asegurado.
The Wire es una obra maestra, exigente y reflexiva, honesta e inolvidable.
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32 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La sucesora no está ni se la espera
Uno se tropieza con "The Wire" y lo hace con una serie policíaca en la que lo que rige la trama no son los crímenes sino los personajes. Es una serie de las tildadas "humanas", una serie que encuentra en su protagonista el gran atractivo, una serie que no tira de la morbosidad ni de la moda, tan solo tira de la naturalidad.
Por si esto fuera poco en el mismo momento en que se empieza su visionado suena Tom Waits y uno se da cuenta de que está viendo algo especial.
No está de más añadir que abundan las escenas de sexo y/o violencia. Pero en absoluto de manera gratuita, simplemente el entorno en el que se desarrollan los personajes está marcado por esas dos formas de mantener un dominio.

¿Todo esto le otorga la calificación cuasi unánime de mejor serie de la historia? Obviamente no.
Todo esto es, de hecho, tradición en la HBO, lo tiene "Los Soprano", lo tiene "Generation Kill", lo tiene "Roma", y la práctica totalidad de las demás.

Lo que diferencia esta serie de las otras son dos cosas: temporadas autoconclusivas y personajes "sobreinteresantes".
Lo primero delata un planteamiento anticomercial, obliga al espectador a hacer un esfuerzo si quiere tener cualquier tipo de confianza en la competencia de los protagonistas (de ambos bandos) y al final de cada una pasa lo que tiene que pasar, sin aspavientos, sin grandes alegrías o disgustos, a fin de cuentas es trabajo, siempre trabajo.
Lo segundo da un paso más en lo que suele proponer la HBO. Es obvio que el gran Tony Soprano es un personaje encantador, que tiene un atractivo innato, y que James Gandolfini es un actor más que decente. Pero no tiene eso llamado interés, pero interés veraz. Por contra, "The Wire" toma tintes de serie documental en muchos de sus momentos, y ello hace que el nivel de identificación con sus personajes sea difícilmente visto en otras. Uno acostumbra a ser "Jimmy McNulty", otro "Lester freamon", otro "Stringer Bell",... todos tenemos nuestro alter-ego en "The Wire".

Primera temporada:
Un montón de negros y el tráfico de drogas. Buen ritmo (a pesar de las opiniones), personajes frescos (D'Angelo es el mejor ejemplo de ellos) y un protagonista omnipresente (McNulty) son las tres bases de ésta. Difícilmente mejorable, engancha e incita con un memorable último capítulo a ver la segunda. Un arranque de órdago.

Segunda temporada:
Un montón de polacos y el tráfico internacional (de lo que apetezcan unos griegos). La opinión generalizada es que esta temporada supera a la primera, y la verdad, uno la ve y no lo parece: tiene un ritmo claramente más bajo, los primeros capítulos son lentísimos (volvemos al documental),... Pero todo responde a algo tan simple como la ambientación, llegado el momento la lata se rompe y todo va como la seda. Segunda hostia a la ciudad de Baltimore (sus autoridades van a terminar sin saber dónde esconderse...).

(sigue en el spoiler... delatando lo justo)
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40 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Ya no debemos soñar
El día que entré a formar parte de esta web, una de las primeras cosas que hice fue mirar que películas copaban la cima del TOP Filmaffinity y observé que las números uno eran el Padrino y el Padrino II respectivamente. Seguí hacia abajo y en el puesto tres y cuatro estabán las archirrepetidas por nuestros padres, Luces de Ciudad y Testigo de Cargo. Mi asombro llegó cuando observé una desconocida The Wire en el puesto cinco de la lista, con un increible 8'7(hoy, se encuentra en el tercer puesto y con un 8'8).
En seguida empecé a indagar, y yo que soy fan de las estadísticas y de las valoraciones, pronto noté la obligación de ver la serie.
Recuerdo que el primer capítulo me dejó un poco indiferente (es lo que tiene tener una valoración tan alta, las espectativas son inimaginables), aunque con Los Soprano me pasó algo parecido y al final me faltaban horas en el día para ver los capítulos. No lo voy a negar, al principio tuve que poner un poco de mi parte, ya que me costaba mucho entrar en los personajes y en el tempo que marcaba en el que hoy lo califico como DON David Simon. La primera mitad de la primera temporada me la pasé mirando el relojito del reproductor de DVD, era un querer y no poder. Hasta que al final de la temporada empecé a entrar en la trama. A partir de ahí todo fue diferente; la siguiente temporada fue increible, con la tercera vi el apogeo de las series de televisión; sobre ella quiero remarcar el papel de Stringer Bell, parafraseando a Mourinho para referirse a Cristiano Ronaldo, el top del top. En la cuarta, fue tal el nivel de la anterior temporada que reconozco que hubo un poco de bajón, pero solo al principio, es más, si tengo que nombrar mi capítulo favorito de The Wire es sin duda alguna el final de esta temporada, simplemente perfecto. Por último, la quinta temporada, me sentía tan dentro de Baltimore que me la ventilé en tres días. Llegando a los espisodios finales tenía el corazón divido, por una parte sentía tristeza porque llegaba al final de una serie que durante mes y medio había sido mi pan de cada día y que mucho tiempo tendrá que pasar para ver otra serie que la iguale (superarla, la veo imposible), pero por otra parte tenía ganas de acabar para poder deleitarme con el final que supo estar a la altura de la serie, no tuvo nada especial pero tuvo el toque mágico de Simon para finalizar las temporadas (secuencias de los protagonistas mientras suena una buena canción de fondo).
Para acabar esta mi primera crítica que solo The Wire podría haber hecho que empezase a escribir, mientras otras series se llevan la fama, el dinero que una vez que concluyen acaban olvidadas hay otras como la obra de D.Simon que en los amantes del cine quedará marcada para siempre y con el paso del tiempo serán las que perduren.
Como dice Stringer en el décimo primer capítulo de la tercera temporada "ya no debemos soñar", correcto, ya no debemos soñar con la serie perfecta, está aquí y es The Wire.
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28 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
BALTIMORE AL DESNUDO
Si quisiéramos definir en pocas palabras el objetivo que esta serie persigue podríamos concluir que, en esencia, constituye una penetrante radiografía de la vida de una ciudad, Baltimore, partiendo del fenómeno criminal del tráfico de drogas, pero trascendiéndolo hasta conseguir plasmar el funcionamiento de una sociedad, que nos es mostrada a través de unos personajes complejos y realistas.

Nada más y nada menos que eso es lo que consigue "The Wire"; plasmar la realidad de un lugar, sus problemas, sus gentes, y hacerlo con la brillantez y credibilidad de una gran obra artística, sin apresuramientos, sin personajes planos ni tramas innecesarias. Es una serie que más allá de las particularidades de sus cinco temporadas, requiere ser visionada en orden, con calma, porque cada episodio, cada personaje y cada situación constituyen fragmentos de un mosaico que encaja a la perfección.

Otra de sus grandes virtudes estriba en el medio a través del cual la realidad de Baltimore nos es mostrada en todas sus perspectivas y variantes: los personajes. Todos ellos son vehículos narrativos por si mismos, contienen tanta verdad, tantos matices, que su presencia, incluso cuando se trata de secundarios, se hace imprescindible para el desarrollo de los argumentos. ¿Cómo entender el oeste de Baltimore sin Barksdale, Omar, Bubbles, Marlo...? Y lo mismo cabe decir de la policía, los estibadores, la política, las escuelas, las redacciones periodísticas, todos ellos ámbitos que sirven de ejes centrales para cada una de las temporadas de la serie, y que deben su veracidad y brillantez a los personajes que en ellos encontramos.

En "The Wire" no ganan los buenos, ni tampoco los malos; la ausencia de maniqueísmo con que se abordan las situaciones propicia que podamos encontrar acciones honorables en un criminal y deshonrosas en un policía; que un político o un abogado tengan menos moral que un ladrón, y que un drogadicto imparta lecciones de tenacidad y rehabilitación personal. Así, la línea entre el bien y el mal se difumina, se oscurece, y son las actitudes y decisiones de cada personaje las que al final constituyen un triunfo o un fracaso. Así son las cosas, o como diría Avon Barksdale, o cualquier camello de las esquinas, "así es el juego".
Sigue en spoiler, sin revelar detalles.
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24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
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