43 Críticas de los usuarios

Es entretenida, sobresale de la media de los thrillers políticos que se ven ultimamente, algo crítica con el sistema (norteamericano claro) y la guerra, el todo por el todo en la política, pero no llega a ser redonda, deja una sensación de ...esto lo he visto antes....

No llega a las buenas películas de su director pero se nota ese oficio que tiene que hace que una película de este estilo en manos de otro director hubiera sido un panfleto burdo y aburrido.

Denzel Washington no hace especialmente creible el papel (no sé porque pero todas las películas que hace este actor en los últimos tiempos giran sobre el mismo eje).

¿Quién sobresale? Pues como siempre Meryl Streep, que da igual que haga de mala, de buena, de bruja o de asistenta, es que me la sigo creyendo siempre.

Interesante pero sin llegar a ser una película que deje poso como El Silencio de los Corderos del mismo director.

Jonathan Demme, director de El silencio de los corderos, se interesa por las conspiraciones USA.
El mensajero del miedo podía haber sido otro innecesario e incómodo remake de un clásico, esta vez, de un thriller político. John Frankenheimer (El hombre de Alcatraz, El tren, Ronin…), creador prácticamente del género o subgénero, ideó en 1962 un drama de política-ficción alimentado por la paranoia de un mundo de sospecha generalizado en el que lo más aterrador no emanaba de la probabilidad, sino de la certeza.
The Manchurian Candidate (título original) mostraba un complot orquestado por comunistas para asesinar a un candidato a la presidencia de los Estados Unidos y sustituirle por un fantoche reaccionario (caricatura del presidente McCarthy) manipulado por su mujer. La novela de Richard Condon sirvió al arriesgado Frankenheimer la oportunidad de hilvanar soluciones audaces y eficaces, y de fabricar imágenes (las pesadillas de los soldados) que alcanzasen una intensidad surrealista en lo insólito. Las secuencias que evocaban el lavado de cerebro practicado en Corea, gracias a un registro sarcástico, sobrevivieron a la extravagancia del propósito, y le añadieron al film un liberador humor negro.
Ahora, de la mano del sobrevalorado director Jonathan Demme (Sólo Algo salvaje, Philadelphia y El silencio de los corderos alaban sus treinta años de carrera), la película gana sobre todo en contundencia, y limando la ignorancia de su antecesora, acaba siendo una revisión provocadora y acertada, más teniendo en cuenta los tiempos convulsos e inquietantes en que vivimos. La fotografía, el diseño artístico y la música potencian la atmósfera de desasosiego, el contexto bélico se traslada al Golfo, las grandes corporaciones son las culpables ocultas de la conspiración, y el instrumento de ésta (Liev Schreiber no llega a emular la interpretación de Laurence Harvey) pasa a ser manipulado por la madre.
Si Frankenheimer resolvía la inverosimilitud a través de la mezcla de lo barroco, la retórica y el ilusionismo, pasadas unas décadas, el reflejo del clima de inseguridad gana en empaque gracias a un referente externo de probada y contrastada solvencia (visionar Fahrenheit 9/11 para refrescar las mentes).
Con la solvencia de Denzel Washington y la veteranía que siempre mostró Meryl Streep en personajes de carácter - una madre sedienta de poder y sin escrúpulos -, el reto recobra un valor añadido a tener en cuenta. La reinterpretación ideológica y el excelente manejo del suspense por parte de Demme hacen el resto, convirtiendo esta cinta en un producto muy recomendable.

Mambrú se fue a la guerra, qué dolor qué dolor qué pena
Mambrú se fue a la guerra, no sé cuándo vendrá.
Do re mi do re fa, no sé cuándo vendrá.

Pues aquí no es Mambrú, es Denzel Washington el que se va a la guerra; y la guerra no es otra que la del Golfo (pongo Golfo en mayúsculas, a pesar de que la nueva ortografía de la RAE recomienda la minúscula para estas cosas, porque me suena fatal eso de guerra del golfo). Y vuelve de la guerra bastante perjudicado, pero no por las causas normales por las que uno vuelve fatal de una guerra sino por otras muy curiosas que cuento en el espoiler.

En realidad a mí esta peli me ha parecido un auténtico canto de fe en el ser humano. La trama va de que alguien, gente poderosa, una corporación, pretende poner al frente de la presidencia de los USA a un pelelillo que haga lo que ellos le dicten. Y para ello no pueden hacer lo que se ha hecho de toda la vida, pillar a un capullo tipo Bush, ponerle unos cuantos caramelitos en la boca con sabor a petróleo y darle cuerda. No, ellos necesitan técnicas mucho más sofisticadas y complejas, microchips... en fin, unos mecanismos superelaborados que describiré más ampliamente en el espoiler.

Aunque pensándolo bien, tal vez esté basada en un hecho real. Quizás Bush, tanto el padre como junior, no eran así realmente. Podría ser que llevaran un microchip. Joder, eso lo explicaría todo. Cómo no se me habría ocurrido antes.

Ah, se me olvidaba, Denzel estupendo, como siempre, a pesar del papel tan chusco que le ha tocado. Los 3 puntos son por él. Meryl, también como de costumbre, pelín sobreactuada. Todo en orden.

Una película echada a perder según avanza su trama. El inicio prometedor tanto en su presentación como en la interpretación de Denzel Washington se va diluyendo por la tendencia del cine americano mediocre de arreglar todo con golpes de efecto y tramas innecesariamente enrevesadas.
Si en un principio la película parecía creíble y con un fondo de crítica hacia la inhumanidad de los ejércitos con sus propios soldados, ésta desaparece y se orienta hacia lo que parece más un telefilme mediocre.....y una resolución final para olvidar.

Excelente película totalmente calcada a la de Frankerheimer, con simples modificaciones argumentales para aumentar el suspense y naturalmente, una realización mucho mas moderna y lograda. Un gran trabajo cuyo predecesor ya destacó, mas por su gran calidad argumental, que por sus medios. Especial mención para la interpretación de Meryl Streep, que logra, no sin meritos propios, que el personaje que intrerpreta sea aún mas sórdido que el de su homónima de 1962 Ángela Lansbury cuyo papel fué escandaloso para la época.
En definitíva una de esas películas que no puedes dejar de ver.

Atención: Es muy recomendable ver esta antes que la antigua, ya que desarrolla mejor el argumento y es menos evidente.

Ni la trama es compleja ni difícil de seguir, a pesar de algún crítico; lo que podemos ver como ciencia ficción algun día no será tal, no sé si nosotros lo veremos. Genial Meryl Streep, mucha intriga, y el personaje del vicepresidente nos deja con un halo de esperanza ante la creciente tecnología, no sé si se podrá controlar a personas, pero que nos atontan seguro (no tengo iphone, snif). Algunos dicen que el director no se moja, pues a pesar que en ningún momento se dice a que partidos políticos pertenecen unos y otros, no hay que ser Einstein para saber a que partido representa el vicepresidente.

Dr. Hackenbush.

Me encantan las películas con la temática de el mensajero del miedo. Esas donde el protagonista se parece a Don Quijote peleando contra molinos de viento, contra todas las adversidades habidas y por haber. Donde tiene más números para ser tomado por loco, que para encontrar a alguien que le preste atención.

Pero esta trama está muy bien presentada, funciona perfectamente utilizando la guerra y la política como tema principal. A mi me ha dejado helado la posibilidad de que esto pudiese ocurrir en verdad. Moldear la mente humana para sacar beneficio político es muy rebuscado, pero interesante al máximo. ¿De quién nos podremos fiar? ¿De militares? ¿De políticos? ¿De una madre?

Jonathan Demme nos deleita con esta maravilla una vez más en su extensa carrera, creando la incertidumbre y la incredulidad en el espectador. Y desde los primeros instantes sentimos empatía por su protagonista, Denzel, que está soberbio y sobrado en dicho papel. Jamás lo había visto sufrir y padecer tanto con una interpretación, creo que hasta se me paró la respiración jajaja. Meryl Streep está sobrada como madre manipuladora del político-militar. Y que decir de Liev Schreiber, fantástica interpretación, comprendiendo su decisión tomada a la vista de todos.

No entiendo la nota tan pobre que tiene este excelente trabajo, a menos que al personal no le guste comerse el coco con el tema. Muy recomendable.

Por lo general los Ee. Uu hacen esos thrillers políticos, que si bien tienen algunas fallas en lo argumental no dejan de ser un pasatiempo tan entretenido como interesante, este film entra en esa categoría.
Contando con la adpatación de la excelente película de John Frankheimer de los años 60, este film mezcla intriga política con la guerra del Golfo y sus secuelas, poderosas organizaciones y una campaña electoral con todos sus detalles. El guión sin duda ayudó notablemente a que la historia no decaiga en ningún momento y sea tan llevadera como sorpresiva en muchos tramos.
La historia es así un combatiente que no puede superar las secuelas que le dejó la guerra vive obsesionado con lo que le hicieron en un centro de torturas y también con un compañero suyo, ahora flamante candidato a vicepresidente e hijo de una influyente senadora. Esta obsesión lo llevarán a tratar de indagar que ocurrió allí y develar los oscuros secretos tras la campaña de su ex compañero.
Sostenida con la siempre solvente dirección de Johnatan Demme, con impecables rubros técnicos y actuaciones de primer nivel, arrancando del excelente Denzel Washington, que con sólo su presencia ayuda a que la trama crezca en intensidad y dramatismo, el notable Liev Schreiber y ante todo la suprema Meryl Streep, que con su maléfica senadora nos dá un retrato inigualable de lo que puede ser la ambición desmedida y la maldad, por supuesto de más esta decirles que se devora cada escena en la que aparece. Excelentes también los aportes de Jon Voight, Jeffrey Wright y Kimberly Elise.
Mas que intersante y entretenida propuesta para disfrutar a pleno.

Dentro de los géneros o subgéneros en los que se enmarca The Manchurian Candidate está el de "thriller psicológico", y creo que pocas películas podían situarse tan bien en este extraño mundo de los subgéneros.
Tres grandes actores se encargan de que también los espectadores quedemos hipnotizados y confundidos durante las más de dos horas de duración del filme: Washington, Streep y Schrieber saben arreglárselas, bajo la dirección del ya director de culto Johnathan Demme, para convencernos de que la política es un campo mucho más que oscuro. Teníamos sospechas de que cosas como las que se narran el filme ocurrieran; ahora podemos confirmar que mucho de lo que sabemos sobre la guerra y lo que ocurre a los héroes de las batallas contemporáneas es cierto... ¿será que no solo en el cine?

Me gustaría saber quién fue el genio que cambió el título de "El candidato de Manchurian" a "El mensajero del miedo", un título que no dice absolutamente nada. No lo digo por este remake, que se queda con el título español de la película original, si no por esa otra.

Ni Denzel Washington, ni Meryl Streep, son santos de mi devoción, aunque en esta película están bastante bien, he de reconocerlo. La trama es un poco rocambolesca y flojea en muchos aspectos, pero bueno, para entretenerse un par de horas da el pego. Sobre todo si te gustan las películas de conspiraciones.

Si tuviera que dar una opinión escueta acerca de la película no dudaría en decir que resulta muy entretenida (así lo afirman la mayor parte de las críticas en las que he reparado) porque así lo hace posible el suspense mantenido e, incluso, acrecentado hasta el final del argumento de la novela en la que se basa, que, junto con las expresivas dotes interpretativas de los tres actores principales (Washington, Streep y Schreiber) y un director que ha sabido obtener y plasmar en escena todas aquellas maneras de sentir que permanecen bastante fieles a los papeles, tan distintos entre sí como los roles (subyacentes en la realidad actual disfrazada de progreso) de los protagonistas que la trama desenmascara (poco a poco pero sin ralentizar en demasía la historia) hasta desembocar en el final, que es cerrado pero invita al debate social...Al fin y al cabo, no sólo supone el análisis exterior y, sobre todo, introspectivo de la realidad política americana durante la Guerra del Golfo, sino también su extrapolación a la crítica de la política actual de los países desarrollados en una democracia que, en muchos aspectos, sigue siendo aparente. Merece la pena reflexionar al respecto, porque aproxima a un camino de verdad. La recomiendo a todos, a pesar de la pobreza de su desenlace en cuanto al espacio temporal de asimilación, que, a mi parecer se presenta un tanto "ahogado", tal es su aceleración que se podía haber evitado en favor de lograr una mejor comprensión de los hechos en su término final. Como de costumbre, sublime actuación de Denzel Washington. Streep es algo "robacámaras" y así hubo de ser por el ansia de poder que encierra, que le lleva a incrementar la manipulación hacia su hijo, el cual aspira a la vicepresidencia. El papel-rol de Schreiber está en su sitio y colmado de significado. Con algún error, pero magnífico.

Es la "típica-película-americana". Pero... el guión no tiene ni una sola grieta, las interpretaciones son soberbias (cien veces magnífica Meryl Streep, como siempre), las fotografías y los decorados hablan de las vidas de los protagonistas sin palabras, la música está estupendamente pensada, y esa crítica-homenaje que sólo EE.UU. sabe hacer a su propio país. Porque sólo ellos saben hacer homenaje a su país cuando lo critican hasta la saciedad.
En general, una película redonda; un argumento increíble, sí, pero redondo.

Estuvo interesante esta película y es buena pero no tanto, le falta como un poco más de emoción y la música no me ha gustado y una parte de la trama tampoco me gustó, un poco absurdo, de resto estuvo bastante bien en general.

Muy buenas todas las actuaciones, siempre es un placer ver en escena al señor Wasington, un tremendo actor, Liev Schreiber (que apellido más pesado) estuvo bastante bien, no pensé que estuviera a la altura pero creo que si estuvo.

El final no me gustó mucho pero pudo ser mucho peor.

Nuestro amigo Denzel descubre una de confabulaciones del poder, una de esas manipulaciones políticas en provecho propio de las altas esferas, se lo huele gracias a un implante que descubre en su espalda que viene de un experimento realizado durante la guerra de Irak para crear durmientes de los que echar mano cuando fuera necesario.

A partir de ahí, se dan escenas buenas pero también otras fuera de tono, las de la guerra, son demasiado crudas para el estilo de película que pretende ser, y, además, poco creíbles. Los soldados tienen compañeros y los soldados son los tíos más cotillas que existen y si alguno desaparece se enteran rápido de lo que pasa y de lo que les ha podido pasar a sus compañeros, por eso esas escenas duras de hipnosis durante la guerra de Irak están fuera de lugar y son exageradas. En cambio la secuencia que se desarrolla en el tren en la que Denzel conoce a una chica y, luego, en casa de ella, es de una fuerza romántica perfecta. Una guapa mujer que ni en sueños te pasa algo así. Es que además le invita a su casa, por eso digo.

Continuando con la película diremos que quitando esas escenas escatológicas y creo que innecesarias para lo que cuenta, el mensajero del miedo sin Denzel, no es mucha cosa. Denzel, con su extraordinario estilo da misterio a la trama y a su enigmática investigación incluyendo la necesaria carga psicológica. Luego con el candidato a presidente hace que la acción vaya transcurriendo con cierta soltura. Pero digamos que en la parte final de la película, ésta ha querido ir tan lejos que en cierta forma se estropea el tinglado. Pero mientras Denzel investiga, la película se mantiene.

He hecho un poco de memoria y pongo a continuación unos títulos que tratan del tema del control de la mente, por medio de hipnosis o drogas. Más convincentes. A modo de ejemplo.

El testamento del Dr. Mabuse (1933)
39 escalones (1935)
Crack-up (1946)
Ipcress (1965)
Teléfono (1977)
La maldición del Escorpión de Jade (2001)
Cypher (2002)

Aunque solo fuera por haber sido capaz de adaptar el argumento al día de hoy con la denuncia de la corrupción y los intereses que han en las guerras, propaganda y acciones por parte del poder, en este caso, en la teóricamente mayor democracia del mundo, USA, ya merecería la pena ver esta película, magníficamente realizada por Jonathan Demme. La elección de actores y la adaptación de la historia a tiempos recientes es excelente.

Lo que más me llega es la continua tensión de la película. La dirección de las escenas es sutil y marcadamente "thriller", casi pegando con cinta de miedo. la mano de Demme se percibe en finas hebras, pero siempre está ahí. Excelente manejo de la música con detalles de cámara. Buena dirección.
Las interpretaciones son entrañables, pues Mr. Washington hace lo que mejor sabe, que es un tipo bueno con ganas de tener hijitos para darles mucho amor, y Liev Schreiber pues aunque algo novatillo, se esfuerza para dar la talla a la película, cosa que consigue la mayor parte del metraje. Al día siguiente de verla descubres que les habías cogido cariño a los dos.
La trama es emocionante y bastante bien liada, excepto un par de escenillas de "enganche" un tanto inverosímiles, para poder encolar todo el guión, pero esto es perdonable por el excelente trabajo desarrollado en casi todos los sectores.

Jonathan Demme aún está lejos de la forma que exhibió a comienzos de los 90, cuando filmó cosas como "El silencio de los corderos" o "Philadelphia", pero esta película, y el excelente documental que realizó sobre Neil Young le han devuelto parte del crédito perdido. Tras el horroroso remake que realizó de "Charada" (sí, aquella cosa con Mark Walhberg), Demme aprueba con esta correcta película, remake del clásico de Frankenheimer con el mismo nombre. La película deja un sabor de boca agridulce, pues si bien la intriga está razonadamente bien trenzada, y los actores cumplen sobradamente (con una pérfida y manipuladora Meryl Streep al frente), existen demasiados detalles efectistas y exageraciones que lastran el filme (esas imágenes de Liev Schreiber "hipnotizado", cumpliendo las órdenes de su madre; o ese Denzel Washington sin saber dónde está). Buenas apariciones de Jon Voight y Bruno Ganz para un filme con clara vocación de denuncia contra las oscuras estrategias políticas para llevar a un candidato a la Casa Blanca, denuncia que acaba convirtiéndose en demasiado fantástica y un poco retorcida y cogida con pinzas. Interesante, no más.

Aprovechando que el 2004 fue un año electoral, "The Manchurian Candidate ", une en una sola película varios de los grandes temas del cine americano: la teoría de la conspiración, las elecciones y la guerra.

Este nuevo "The Manchurian Candidate " funciona por la autoridad interpretativa de Denzel Washington, Liev Schreiber y Meryl Streep, quien incorpora aceptablemente un papel que había interpretado con maestría previamente Angela Lansbury en el título original.

Producida por Tina Sinatra, la hija de Frank Sinatra, esta superproducción se sitúa en algún momento de los últimos tres años, en medio de un clima de terror similar al que vive Estados Unidos desde el 11-S.

El enemigo, que en la película original eran los comunistas, es sustituido aquí por las multinacionales, que quieren aprovecharse del clima de pánico que vive el país ante la amenaza terrorista para poner en la Casa Blanca a un candidato títere.

A través de este “thriller” psicológico, que da miedo en ocasiones por su verosimilitud y adecuación a la realidad, denuncia la figura de títere del presidente de EEUU dominado por las grandes corporaciones. A modo de elemento de ciencia ficción introduce la posibilidad de que este pueda estar controlado a través de un “chip” manejado por los verdaderos amos del país cuyo único interés gira en torno al interés monetario.

Sin embargo, uno de los aciertos de la película es que a pesar de la improbabilidad de su argumento, es como si pretendiese avisar al mundo de que la ficción puede convertirse en realidad si seguimos ignorando y permitiendo que las cosas sigan como están a cambio de más estabilidad, seguridad, comodidad y valores que no son los que tienen que liderar una nación.

El personaje interpretado por Meryl Streep es brillante, aporta el falso idealismo, los vacíos e hipócritas valores que suelen mostrar los que desean el poder con todas sus fuerzas, y llega a asustar a veces por su afán exageradamente manipulador y controlador.

La mayoría de los críticos apuntan esta actuación como un "homenaje" a la figura de Hillary Clinton, por ser senadoras ambas y apoyar a un hombre a un puesto importante. A pesar de este comentario, la sensación que deja la actuación de Streep es la de otra figura femenina: Jacqueline Kennedy.

La película tuvo un presupuesto $80 millones y genero por venta de taquillas la cantidad de $96, 105,964 millones, además recibió siete nominaciones a diferentes premios (incluyendo uno a los “Golden Globes” por mejor actriz de reparto: Meryl Streep ), de los cuales no gano ninguno.

No he visto la original y la verdad que este remake me ha dejado con muchísimas ganas de hacerlo.
La película es entretenida desde su comienzo hasta los créditos finales, gracias a un buen pulso narrativo, gran punto a su favor, insisto, no me ha aburrido en ningún momento.
La historia es bastante buena, o mejor dicho, muy interesante, aunque tiene sus tópicos, también un pequeño tufo a telefilm de sobremesa, y le falta esa chispa para convertirse en algo grande, pero se le perdona.
El plantel de actores es portentoso y todos realizan un buen trabajo.
Una de las cosas que menos me ha gustado es su pésima banda sonora, que no le pega ni con cola.
Entretenida e interesante película de Jonathan Demme.
Mi nota: 6,5.

Nos sentamos en el sofá armados de una buena porción de nachos con queso y unos cuantos refrescos. Hemos decidido disfrutar durante una par de horas del delirante y paranoico mundo de las teorías de la conspiración, todo ese entramado de corrupción y de anhelo desatado de poder que tantas alegrías suelen dar a sus seguidores. Ya se sabe: nada es lo que parece y fuerzas ocultas pugnan por dominar el mundo. En Estados Unidos esto ocurre por lo visto en cada panadería.
¡Que vienen los rusos! Y aparece el típico científico loco pero convencido de sus cosas. No te acerques mucho que te meto un implante que te vas a enterar y encima te hipnotizo, todo por el mismo precio. Pero por suerte aparece Denzel el Jovial que se arranca el microchip como quien se quita un granito y de repente ve la luz y se da cuenta del desastre que se avecina.
Meryl Streep está de subidón total, yo creo que se habrá arrepentido bastante de haber aceptado el papel. Sólo le falta llamar a Santa Klaus: "¿Klaus? ¿Santa Klaus? ¿El Gordo Santa Klaus?" y obligarlo a que adelante su paso por el país para que no influya en las elecciones presidenciales.
Jon Voight debe pensar que hay que trabajar para vivir, lo mismo que Bruno Ganz.
Liev Schreiber viene hipnotizado de serie, lo cual ayuda bastante.
Jonathan Demme se ha quedado definitivamente en silencio, este corderito ya no tiene nada que aportar al séptimo arte.