Day of the Wacko (2002)

Decía el periodista polaco Ryszard Kapuscinski que lo particular hace el mundo más comprensible que lo general. La rutina diaria de un 'wacko' ('loco' en la traducción) nos acercará más a los porqués de una sociedad tan egoísta e individualista como la de la Polonia postcomunista. Marek Koterski critica, a través de una sátira hiperexagerada, a la sociedad, cultura y economía polacas. Para ello, nos sumerge en la rutina de un poeta sin inspiración, un hombre maniático como él solo, frustrado con su vida, enfadado con los demás, un obsesivo y excéntrico enfermizo.

Los problemas del protagonista se derivan de su desencanto con la sociedad, con su madre autoritaria y con la curiosa relación con su propio hijo, dentro de una familia desestructurada. No soporta la estupidez de la gente y su único propósito es sobrevivir entre tanto idiota. Con esta premisa, el director (también protagonista y guionista) presenta a todo un elenco de secundarios estrafalarios y ridículos. Todos está hiperbolizado y llevado al extremo: las relaciones con los vecinos, con los desconocidos, con su propia familia. Esto nos lleva a momentos delirantemente cómicos aunque salpicados de cierta amargura, como todo lo relacionado con perros (muy divertida la escena de las cacas de perro).

Quizá lo único bueno para el protagonista son sus ensoñaciones pues se convierten en una vía de escape para su amargamiento personal. Sin embargo, hasta sus sueños se vuelven en su contra; no hay más que ver la escena del tren o la de la playa.

En cualquier caso, 'Day of the wacko' destaca por ser una crítica mordaz al sistema polaco, narrada en primera persona. Desde la fragmentación política (esa bandera sangrante...), a la ausencia de vínculos sociales, pasando por la queja a la sociedad de consumo y la ridiculez de los anuncios.

Conocía la fama que precede al realizador polaco Marek Koterski pero desde luego no esperaba que mi primer acercamiento a su cine fuese tan revelador como finalmente ha sido. Porque "Dzien swira" (o "Day of the Wacko" en occidente) es una de esas películas isla que desde luego, no abundan, pero que por su fiereza y magnetismo se adhieren al espectador y pasan a formar parte de él, viéndose éste -yo- obligado a recomendarla a todo el mundo. O al menos, a casi todo. La premisa es bien sencilla: un hombre está desencantado con su vida, y asume que sus problemas tienen que ver con todo el mundo y no con él. Así que decide de alguna forma salir adelante e inicia una exploración hacia sí mismo de la que por supuesto también nosotros somos partícipes.

El protagonista, interpretado por el propio Koterski (que además se encarga del guión) es un cabrón con el que es fácil simpatizar por la lucidez con la que aborda su discurso. Mediante la exageración de diversas rutinas acabamos entendiendo su cabreo y nos dejamos llevar por su escasas escapadas mentales en forma de ensoñaciones dulces, que terminan por desaparecer ante la presencia de la pura realidad. Visita a su madre, va a la playa, inicia un viaje en tren... todo lo que bien empieza mal acaba en este mundo de mierda en el que su protagonista se ve sumido, superado. La incapacidad de lograr un lugar, o de sencillamente encajar, dan pie a numerosas situaciones que arrancan la carcajada más sonora al mismo tiempo que la más melancólica tristeza. Algún diálogo es sencillamente brillante, para enmarcarlo, como aquel momento en el que el protagonista intenta pasar por un parque y resulta que todo está lleno de mierda de perro. "¿Es imposible limpiar lo que ensucian las queridas mascotas? / Es una plaga. / ¿Cuál es la diferencia entre la mierda de los animales y la mierda humana? / ¿Qué harían, si yo empezara a cagar en parques infantiles, en el asfalto, en los portales? / ¿Si dejara mis excrementos en hormigón, aceras, césped? / Tengo que comprar una escopeta."

Lo cómico rara vez ha sido tan amargo pero es que al final de "Dzien swira" uno sólo puede aplaudir por la lucidez de Koterski (gran actor y aún mejor guionista) y la calidad de una propuesta inusual y que probablemente nunca será masiva pero que desde luego merece una seria reivindicación y llegar a más gente. Un trabajo notable que indudablemente recomiendo a todo el mundo, desde los fans de Tarkovsky hasta a los devoradores de palomitas en los multisalas. El mundo es una mierda para todos... así que qué menos que afrontar nuestro día a día con una sonrisa. Con estos 90 minutos, tenemos para unas cuantas, y para algunas sonoras carcajadas a cargo de un personaje sobresaliente.