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Seychelles Seychelles · Monchópolis
Voto de Monchita:
6
Comedia. Drama Muestra un día en la vida de un maestro de escuela de 49 años de edad que está completamente desilusionado con su realidad. Mientras busca las causas de su infelicidad, culpará a sus vecinos, a su madre, a su alumnos, a todo el mundo. (FILMAFFINITY)
24 de julio de 2012
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decía el periodista polaco Ryszard Kapuscinski que lo particular hace el mundo más comprensible que lo general. La rutina diaria de un 'wacko' ('loco' en la traducción) nos acercará más a los porqués de una sociedad tan egoísta e individualista como la de la Polonia postcomunista. Marek Koterski critica, a través de una sátira hiperexagerada, a la sociedad, cultura y economía polacas. Para ello, nos sumerge en la rutina de un poeta sin inspiración, un hombre maniático como él solo, frustrado con su vida, enfadado con los demás, un obsesivo y excéntrico enfermizo.

Los problemas del protagonista se derivan de su desencanto con la sociedad, con su madre autoritaria y con la curiosa relación con su propio hijo, dentro de una familia desestructurada. No soporta la estupidez de la gente y su único propósito es sobrevivir entre tanto idiota. Con esta premisa, el director (también protagonista y guionista) presenta a todo un elenco de secundarios estrafalarios y ridículos. Todos está hiperbolizado y llevado al extremo: las relaciones con los vecinos, con los desconocidos, con su propia familia. Esto nos lleva a momentos delirantemente cómicos aunque salpicados de cierta amargura, como todo lo relacionado con perros (muy divertida la escena de las cacas de perro).

Quizá lo único bueno para el protagonista son sus ensoñaciones pues se convierten en una vía de escape para su amargamiento personal. Sin embargo, hasta sus sueños se vuelven en su contra; no hay más que ver la escena del tren o la de la playa.

En cualquier caso, 'Day of the wacko' destaca por ser una crítica mordaz al sistema polaco, narrada en primera persona. Desde la fragmentación política (esa bandera sangrante...), a la ausencia de vínculos sociales, pasando por la queja a la sociedad de consumo y la ridiculez de los anuncios.
Monchita
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