Empezar una nueva vida es complicado, sobre todo si se parte de un asesinato. De haber cumplido pena por un asesinato.
Jack ya es mayor de edad. Sale de la cárcel tras una condena en su triste infancia. Su error fue juntarse con una mala compañía, con un único amigo que un día le indujo a matar a una niña. ¿Eso fue un error de infancia? ¿Es consciente realmente un niño de 10 años de sus actos? ¿Se le debe juzgar el resto de su vida por ello?
En "Boy A", una película sobre las segundas oportunidades, se muestra cómo evoluciona el personaje de Jack - interpretado por un correctísimo Andrew Garfield - al llegar a la madurez. Su objetivo es comenzar de cero, llevar una vida digna a pesar de que nunca podrá olvidar aquel día de cuando tenía diez años. Aunque se vea obligadoa ocultar su pasado, éste permanecerá siempre en su memoria, persiguiéndole, atormentándole, con el temor de que alguien le reconozca y le repudie. Porque, en el fondo, a la sociedad le resulta complicado perdonar a un asesino.
En la película afloran sentimientos como la soledad, el dolor, la dureza de la vida del introvertido y extraño Jack. Y aunque los actos del pasado se puedan enterrar, siempre habrá alguien que intentará exhumar esos cadáveres.

'The cabin in the woods' o 'Tucker & Dale vs. Evil' han sido dos recientes éxitos debido a la subversión de los tópicos y el homenaje que se hace en ellas, a modo de comedia negra, a las películas de terror. Carne de festivales, ninguna de ellas se ha llegado a estrenar comercialmente en España pues cuentan con un público objetivo muy concreto, pero eso sí, que se entrega con pasión a su cachondeo inherente. No es que ésta sea la tónica general en el género de terror actual; pero llama positivamente la atención estas reinvenciones, capaces de dar un giro atractivo a los clichés del género y aprovecharse de ello para hacer las delicias de sus espectadores. Y cuando una producción se engloba dentro de este estilo y logra llegar a las carteleras españolas, nos alegramos un montón por ello, aunque sepamos de antemano que casi seguro no triunfará en taquilla.

Éste es el caso de 'Tú eres el siguiente', una survival movie que aporta frescura a los tópicos del subgénero de “invasiones caseras”. Aprovechando su 35 aniversario de boda, unos padres reúnen a sus cinco hijos y sus respectivas parejas para cenar en una enorme casa situada en un remoto lugar alejado de la ciudad. La cena transcurre con pequeñas riñas entre hermanos cuando, de repente, unos extraños ataviados con máscaras de animales empiezan a atacarles desde el exterior del caserón. Lo que no saben estos intrusos es que Erin - tremendo el personaje a quien da vida Sharni Vinson - , la novia de uno de los hermanos, es una auténtica mujer de armas tomar criada en campamentos de supervivencia. El ataque a la familia y la determinación de Erin suponen el arranque de un festival frenético de divertimento, de terror y de diálogos hilarantes. No habrá tregua para el espectador quien disfrutará con su ritmo ágil y con esa violencia vista de una perspectiva diferente a lo habitual del género.

A Adam Wingard le ha salido genial la jugada de centrarse en esta ola del actual cine de terror, sin tomarse tan en serio a sí mismo como hiciera con su anterior película. Se ha rodeado, eso sí, de nuevo de sus amigos. El brillante guion lo escribe su colaborador habitual, Simon Barrett con quien ya participó en las películas por episodios 'V/H/S' y 'The ABCs of Death'. Para las actuaciones principales repite con gran parte del reparto de su anterior film 'A horrible way to die'. Incluso su colega Ti West se deja ver en un pequeño, pero jocoso papel.

No todo es positivo en 'Tú eres el siguiente' y, aunque los “peros” que le encontramos no ensucien del todo el resultado final, sí podría haber sido una producción más redonda. En la escena inicial hubiera sido fantástico notar ya esa mala baba y parodia para con el género. La película comienza con un tono serio hasta el momento de la agresión durante la cena. A partir de ahí es cuando todo mejora y va in crescendo sin parar. Asimismo, dicha escena está rodada de forma muy mareante; no se aprecia casi nada de lo que ocurre en el interior y eso te deja un poco como en fuera de juego.

Nos quedamos sin dudarlo con las sensaciones agradables. Si se entra en el juego propuesto por sus creadores, 'Tú eres el siguiente' es una opción muy recomendable para los amantes del terror, del gore y del humor negro y macabro. Esa mezcla exitosa de horror, parodia y homenajes recuerda a lo que a mediados de los años noventa hizo Wes Craven al revitalizar un subgénero tan denigrado como era el slasher gracias a 'Scream'. Punto positivo también para Erin, quien con su brutalidad y personalidad tan alejada de lo común en el género, se convertirá en seguida en un ídolo para el público.

Jenko: El popular y el matón del instituto. Un as en los deportes. Muy malo en los estudios.
Schmidt: El pringado recibe-palizas del insti. Un inútil en los deportes. El empollón de la clase.
Cinco años después coinciden en la Academia de policía. Sus caracteres complementarios y su madurez tras haber dejado atrás la edad del pavo, harán que se conviertan en grandes amigos. Una detención sin la lectura de los derechos correspondientes por parte de Jenko, les hará ser castigados yendo al 21 de Jump Street. Allí, les encomendarán su nueva misión: hacerse pasar por estudiantes de instituto (¡oh, no!) para desentrañar una red de narcotráfico.

Volver al instituto... volver a ser el hazmerreír o el más admirado. Volver y ver que ha habido una vuelta de tuerca en los roles. Ahora los inteligentes son los populares. Ésta es la primera de las hilarantes sorpresas que 'Infiltrados en clase' esconde. Porque sí, los traductores del título así como los diseñadores de los carteles, nos hacían prever otra comedia tonta de caca-culo-pedo-pis para adolescentes salidos. En esencia, lo es, pero te ríes. Y mucho.

El guión, co-escrito por Jonah Hill, depara lo esperable del prota de 'Supersalidos': humor absurdo, gamberro y escatológico, a menudo basado en gags visuales pero que funciona gracias a las numerosas sátiras y autoparodias. De hecho, es una revisión actualizada de la serie ochentera del mismo nombre (en el título original) protagonizada por Johnny Depp. Se ha creado algo diferente al cambiar radicalmente el género pues la serie era un drama y ahora nos encontramos con una comedia, con muchas referencias a la serie original. Así pues, la película es “estúpida” aposta, incluso se ironiza sobre lo viejos que son Tatum y Hill para ser unos adolescentes.

'Infiltrados en clase' tiene unas cuantas escenas destacables como las hilarantes y absurdas consecuencias de consumir drogas o la frenética persecución por las calles de la ciudad. No faltarán, cómo no, algunos tópicos como el del enamoramiento adolescente, el del amigo que te falla o la estereotipación de un policía negro cabrón, encarnado por un ridículo Ice Cube. Pero, si algo destaca por encima de todo es, sin duda, la química tan fuerte entre Jonah Hill y Channing Tatum. Su amistad se ve verdadera y funciona, como en otras “buddy movies” tipo 'Arma letal'. Sus personajes también dan lugar a la reflexión de cómo actuar en la actualidad, como adultos, tras haberse conocido en la secundaria y cómo se hacen inseparables en la academia de policía.

Chris Miller y Phillip Lord pueden estar contentos con el resultado de su comedia. Gustará principalmente al sector adolescente, que para algo es el público objetivo de la película. Pero, para los que somos algo más viejunos, si vamos sin ningún tipo de expectativas, nos sorprenderá. No deja de ser una comedia ligera, simpática, delirante sobre todo en su tramo final, con continuas parodias que, sin darte cuenta, te harán sonreír más de una vez.

'Tormenta de verano' narra el descubrimiento de la verdadera identidad sexual de Toby (Robert Stadlober) durante un campamento de verano. Es decir, es una más de tantas películas sobre jóvenes atormentados por su sexualidad.
A lo largo del filme, se descubren varios puntos flacos como los topicazos gays: el mejor exponente de ello es el equipo de remo gay o la homofobia de algún amigo... Igualmente resultan fallidos algunos insertos cómicos (no hay más que ver cierta parte del final). No obstante, aquellos que hacen referencia a símbolos fálicos, por la ambigüedad, y aunque sean tópicos, pueden producir una sonrisilla.... Los actores, en general, tampoco están ante la actuación de sus vidas.
Entonces, ¿por qué darle un 9? Sencillamente porque el único que cumple sobresalientemente con su labor es Robert Stadlober. Él es el protagonista, el que lleva todo el peso narrativo de la acción. Y en su evolución, se ve todo el tormento interior que el chaval tiene que soportar al admitir que es gay. Consigue que el espectador llegue a empatizar con él, con su dolor.
A favor, esta película alemana también cuenta con alguna metáfora narrativa (detallada en el spoiler) y, por supuesto, la magnífica B.S.O.
Inolvidable la escena del muelle en el lago.

Cuando una persona encuentra a su supuesta media naranja, ha de arriesgarse y luchar por conseguirla, por estar a su lado el resto de su vida. Este sería el principio básico para que toda relación pueda llegar a funcionar. No obstante, muchísimas veces asaltan las inseguridades, principalmente las propias, por el miedo al fracaso. El desencuentro amoroso es un tema muy recurrido en el mundo del cine y es el escogido por Álvaro Fernández Armero para presentar su historia.

'El columpio' se desarrolla en la estación desierta de un metro. Presenta a dos personajes principales que llevan todo el peso de la narración: una mujer (Ariadna Gil) en apariencia decidida, pero en el fondo una romántica; y un hombre (Coque Malla) con aspecto más bien tímido debido en gran parte a sus dudas. Entonces, sus voces en off, para hacer partícipes a los espectadores de las reflexiones de los actores, comienzan a hablar para mostrar los sentimientos de cada uno de ellos con respecto al otro. Así, se llega a una historia de amor no confeso, quizá de desamor, en la que ambos se dicen lo mucho que se aman con el pensamiento, sin que así ninguno llegue a saber la verdad. El amor, la pasión y el desenfreno ocultos unidos a la inseguridad, la indecisión y el miedo a mostrar, a ser queridos. Los primeros planos de las caras de los dos protagonistas con los que juega Fernández Armero, reflejan este cúmulo de emociones contrapuestas.