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A sangre fría (1959)

A sangre fría
80 min.
6,0
491
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Sinopsis
Carlos, un joven que habita en el extrarradio de la gran ciudad, tiene ambiciones y desea cambiar de vida, aunque la base sea el delito. Por ello le sugerirá el plan de robar en las oficinas de la empresa donde él trabajaba a un amigo con contactos. El golpe puede darles mucho dinero... (FILMAFFINITY)
Género
Cine negro Drama Crimen Robos & Atracos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
A sangre fría
Duración
80 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
7
EL OTRO ARTURO FERNÁNDEZ
Acostumbrados a los característicos roles interpretados por Arturo Fernández, por lo general un Gigoló carpetovetónico más (aunque sin igualar las excelencias de Alfredo Landa), sorprende encontrar en los inicios de su carrera trabajos como el presente, en el que encarna con notable eficacia a un gángster.

Esta película, al igual que la mayoría de las pertenecientes al género negro español, está injustamente olvidada al tiempo que desdeñosamente valorada; da la impresión de que existe un consenso tácito en ignorar o minusvalorar los logros alcanzados en este género durante las décadas de los 50 y 60. Ciertamente, el filme no alcanza el nivel de obras como "Los Peces Rojos" o "A tiro limpio", pues carece de la profundidad argumental de la primera, y también de la brillantez formal de la segunda, pero es una producción eficaz, correctamente dirigida y bien interpretada, que reúne acertadamente varias de las características propias del cine negro, aportando también alguna que otra novedad.

Sus personajes responden a los arquetipos clásicos: un joven poco reflexivo y ambicioso que se deja llevar hacia el crimen; un viejo boxeador fracasado y enfermo que trata de salir a flote y salvar su matrimonio; una mujer fatal (la joven y atractiva esposa del boxeador) que maniobra en su propio interés, haciendo uso de su belleza; unos criminales profesionales acostumbrados al crimen y predispuestos a la traición. Todos ellos intervienen en un audaz robo que esperan sea el comienzo de una nueva vida, aspiración que poco a poco verán frustrada. Entre los aspectos novedosos cabe señalar que el realizador opta por una estética realista, despojada de encuadres o iluminaciones dramáticas, y que sitúa gran parte de la acción en anodinos barrios periféricos de Barcelona. Además, todo el tramo final de la película (aproximadamente unos treinta minutos) transcurre fuera del ámbito urbano, narrando la huída de los personajes antes mencionados, lo que no es tan habitual en un género al que le "cuesta" salir de la ciudad.

Con un guión correcto, que evita diálogos innecesarios ciñéndose a la acción, y una banda sonora interesante en clave de Jazz, el filme tiene sus mejores momentos en secuencias como la del robo, prácticamente desprovista de diálogos y muy bien planificada, y la del asesinato del boxeador, en la que la cámara se torna subjetiva por un momento, mostrándonos lo que ve el asesino (las fotos del boxeador en sus tiempos de éxito, rememorados por medio del sonido en off). Más discutible es el final, un tanto apresurado, aunque correctamente filmado (especialmente la secuencia de la escalera).

Otro ejemplo más de que nuestro cine da mucho más de sí de lo que habitualmente se dice o piensa, y que hay motivos para seguir investigando, en busca de películas similares.
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35 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un gran clásico del cine policíaco español
No se me ocurre un título mejor para mi crítica sobre este film, un excelente ejemplo del cine policíaco o el cine negro que se hacía en España a finales de los años 50. "A sangre fría", uno de los primeros largometrajes dirigidos por Juan Bosch, participa tanto del esplendor que vive el género en la década de los 50, y primeros años 60, como de la frecuente adscripción de este tipo de cine a una producción catalana de bajo presupuesto que tantos frutos dio en su día. En este sentido, el film de Bosch está a la altura de otros grandes títulos de estos mismos años, situados también dentro de una órbita barcelonesa, como "Distrito quinto" (1957), de Julio Coll, o "A tiro limpio" (1963), de Francisco Pérez-Dolz.

Es hora ya de valorar estos largometrajes no sólo por su valor dentro del género, o por lo que aportan al mismo -que es mucho-, sino además por su valor dentro del cine español de su época; no sólo por su valor testimonial, sino por sus notables cualidades cinematográficas, en cuanto a técnica y estilo. En "A sangre fría", por ejemplo, la secuencia del asesinato del personaje de Fernando Sancho destaca por los movimientos de la cámara, y, a partir de ahí, por la minuciosidad en la descripción de un ambiente doméstico, por la elegancia en la manera que la puesta en escena nos hace conocer retazos de la vida de un ex-boxeador, a la altura del mejor cine negro de, por ejemplo, Jules Dassin.

Un espectador que hubiera visto esta película podría objetar, tal vez, que la historia presenta un típico sentido moralista; pero este sentido moralista, que nos dice que el crimen no paga, ni merece la pena, ¿no está también presente en la mayoría del cine negro y policíaco mundial de estos años, especialmente en las historias de robos, golpes y crímenes, contadas desde el punto de vista de los criminales?

"A sangre fría" es una obra contada con una notable concisión, sin diálogos o frases de más, sin planos de sobra; y un largometraje sin concesiones, en el que, a partir del robo, no hay nada metido con calzador por el guionista, y los acontecimientos se suceden con una lógica absoluta, hasta el sangriento desenlace final. Por todo esto, la película de Juan Bosch es una joya que debe ser vista por todos aquellos espectadores que aún no la hayan visto. Y una joya, además, con un gran reparto: Carlos Larrañaga, Arturo Fernández, Fernando Sancho...
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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