El vampiro de la autopista (1970)

Arranca con una pareja instalándose en un hotel cuando el hombre mientras se está dando una ducha se lleva de repente las manos al cuello (estando solo en la ducha) y cae muerto, para a continuación ver a el cadáver en la sala de autopsia con una erosión en el cuello y al doctor negando la teoría de la responsabilidad de la muerte por parte de un animal que esgrime el comisario, insinuando mientras le da una vieja edición en rustica del Dracula de Bram Stoker que quizá haya sido obra de un vampiro, ya que viene observando que desde 1886 (año de la muerte del barón Winninger) y cada 28 años tienen lugar una serie de muertes de similares características y que porque antes de descartar su teoría, no se da una vuelta por el castillo del barón de marras a ver qué es lo que se encuentra, dicho y hecho, hacia allá que se dirigen en plena noche el comisario, el doctor y dos policías, siendo este viaje el último de sus vidas.
Todo esto a modo de presentación durante los primeros minutos, a partir de aquí tenemos una entretenida y original película de vampiros de los de toda la vida, poseedora de una cierta atmosfera “Hammer”, escrita y dirigida por el ecléctico y buen artesano, José Luis Madrid, (Jack el destripador de Londres 1971, con Paul Naschy), en base a las habilidades y look del vampiro y bisnieto, a unos diálogos resultones, a algún que otro despelote de teutonas de muy buen ver y a los bellamente fotografiados paisajes nevados de Stuttgart, que no es ni mucho menos el castañazo que me temía ante la absolutamente errada sinopsis (ni turista, ni Torremolinos, ni autopista, eso sí, con lo de “vampiro” han acertado) y que definiría como una rareza que merece un visionado.

Título bastante soso para lo que nos ofrece, siendo otro de sus títulos- The horrrible sexy vampire - algo más descriptivo. En los años 70, los subproductos de terror devinieron en contenedores de sangre fácil y erotismo de garrafón para adolescentes mirones. Filmes generalmente europeos, producciones alemanas y españolas, dirigidas, por ejemplo, por Jesús Franco. La sensualidad de los filmes de Hammer Films dieron pie a estas imitaciones de la Europa continental. Conforme su calidad disminuyó y las producciones eran más humildes -Series B- se incrementó el contenido erótico y zafio de los mismos.

"El vampiro de la autopista", coproducción hispano-alemana arranca con una historia que podía ser interesante, que recuerda al episodio "Tooms" del original "Expediente X". En un lugar de Alemania se producen horrorosos asesinatos cada 28 años. Así lo documenta la familia del forense, desde hace más de 100 años. Sin embargo, esta buena premisa, con unos sorpresivos sucesos a la media hora del filme, queda en agua de borrajas, transformándose en el típico producto de vampiros cutres. Una pena. Por supuesto, todas las chicas que aparecen, se desnudan frente a la cámara antes de ducharse- las alemanas son muy limpias- o para ponerse un negligé antes de acostarse. Todas. No se escapa ni una. En la escena inicial del filme, una pareja llega a un hotel y sin tiempo a que el marido se quite la gabardina, su mujer ya se ha desnudado frente a la cámara. En fin, la represión sexual de los 70. Y luego tenemos una escena en la que el vampiro parece un personaje de Shin-Chan, cuando empieza a relamerse mientras le quita unas braguitas rojas a una de sus víctimas. de vergüenza ajena. El vampiro pronto deja de chupar cuellos y pasa a estrangular a todo quisque, no se si por aburrimiento o por fallo del guión. Por cierto, un vampiro con un nuevo poder, hacerse invisible.
En fin, conforme pasa el tiempo, el filme patina más con el guión, plagado de tópicos y chorradas varias. Escenas de relleno. El protagonista andando por las calles, subiendo escaleras. Su final es un anti-climax en toda regla. Respecto a los intérpretes parece que hicieron casting en alguna asociación de albinos, desgraciadamente no era una asociación de actores. Que malos son.

Una pena. La idea de arranque era buena pero, de pronto, se les olvida ...