¡Rarita película ésta, vive Dios! De esas que uno no sabe que nota ponerle. Por un lado me repatea esa reconcentración seca típica del cine de la Europa Oriental. Pero por otro hay que reconocer que este Bergman polaco se lo curra con unas escenas realmente bellas, macabras, enfermizas... Al Kaballerowicz lo que es suyo.

No es propiamente una película de terror, ni un drama, ni nada parecido. Sin embargo algunas escenas de "El exorcista" y "El nombre de la rosa" parecen inspiradas en ésta.

En fin, al que le guste este tipo de cosas propias de filmoteca se la recomiendo. La verdad es que no sé qué diablos hago yo tragándome esto. Sólo buscaba un exorcismo en toda regla y me topo con la gafapastada de turno. Eso sí, hay escenas para enmarcar, como esas monjas tumbadas en la nave central mientras los exorcistas entonan el Magnificat.

No sabía que Valerio Lazarov había hecho una película, pero despúes de ver "esto" estoy convencido que Paul Thomas Anderson sólo es un pseudónimo que utilizó para no reconocer la autoría de su show más penoso.

Empieza el show. Algunas leyendas urbanas que hemos oído todos como la del submarinista recogido por un hidroavión, y lo típico del maestro: ¡zooooooooooom! Creo que en los primeros veinte minutos conté unos setenta, y no exagero. Así que como estaba repanchingado en el sofá tuvo el mismo efecto que contar ovejitas.

Al despertar continuaba el macroprograma. ¿A ver qué dan ahora? Ostras, uno de esos shows de confesiones de desconocidos. Esta vez trata de pedir perdón. A mí estas cosas me dan vergüenza ajena, es un recurso tonto y faciloide para levantar audiencias del mismo modo que la pornografía levanta otras cosas. No va conmigo, es para empalmaos sentimentaloides.

Venga Anderson-Lazarov, esmérate. Vale, un show musical. ¿Per qué es esto? ¿Qué demonios es esta cancioncilla de excursión de colegio de monjas en plan cantemos juntos a la vida? Hasta al moribundo hacen cantar, qué vergüenza.

Anda, ahora un concurso. "Permanezca atento a la pantalla, que durante la publicidad le daremos unas pistas del número final del mago, y si envía un sms al 8200 con la respuesta correcta entrará en el sorteo de un jamón". Ah, pues vale. Por lo visto la respuesta era "Éxodo 8, 2" porque se ponen bíblicos y llueven ranas hasta en los camerinos. Bueno, al menos el númerito éste no es tan hediondo. Pero Lazarov, chico, has hecho programas mejores. Hasta las Mammachicho tenía más chicha que esto.

El final está copiado de revista de cabaret: la chica guiñando al público. Propio de Valerio, nada que objetar aquí.

En fin, burdo intento de llevar la telebasura a la gran pantalla. Naturalmente con éxito de crítica y público, como todo lo que tocaba este peculiar Rey Midas. Son cosas que pasan.

Se han hecho un montón de películas sobre viajes en el tiempo. Ucronías históricas, de adolescentes, comedias, dramas, de acción, gafapastas... pero moñas como ésta seguro que ninguna.

Es la típica película que uno ve y piensa: "Bueno, no está mal, pero voy a evaluarla por aspectos puramente cinematográficos bla bla bla y le clavo un tres en Filmaffinity, que es lo que la lógica indica". Queda uno muy machote.

Ay, pero si a uno le coge el día nenaza no hay salvación. Porque mira que es moñas moñas moñas ¿eh? Casi tanto como la primera traducción española del título, 'Te amaré por siempre', que es el que ha quedado para la América de habla hispana. En su descargo (y en el mío) se puede decir que al menos no busca justificaciones lógicas a los absurdos saltos del tiempo. Si se intenta contar los problemas sentimentales que puede acarrear viajar en el tiempo, lo más ilógico sería buscar una lógica a eso.

No es una gran película, pero la recomiendo para verla en la más estricta intimidad, emocionarse un poquillo y venir aquí a despotricar contra ella. El honor salvado, y al menos pasa uno un buen rato en privado.

Qué grande es el cine... también cuando disimulamos.

Barcelona, a 5 de enero de 2010

Queridos Reyes Magos,

Como este año no he sido un niño tan malo me atrevo a escribir a sus majestades. En mi haber puede contabilizar estas mejoras: le he dado muy contadas veces al NO en las críticas ajenas, aunque no me gustasen. Apenas he escrito alguna crítica que haya hecho sudar tinta china a validación. Me he leído críticas extralargas. Ya casi he dejado de tomar el pelo a los usuarios que me escribían furibundos. Aabandoné lo de escribir críticas provocativas aposta. Ya no hago negocios turbios con Baltasar, me he buscado otro camello. Este año no me he acostado con ninguna mujer casada. Y además escribo esta crítica en una película que he visto, y encima no está mal. Es una buena adaptación de una ligereza shakespeareana que tiene su gracia. Y encima Helena Bonham Carter no viste con prendas sacadas del contenedor de la basura.

En mi debe no voy a decir nada, que seguro que tenéis algún paje chivato.

Por eso, como he sido un niño buenísimo, me atrevo a pedirles:
- Que hayan cada vez menos críticas haciendo una sinopsis larga de la película.
- Que hayan cada vez menos críticas escritas con el único afán de ser la primera antes del estreno para recibir más votos.
- Que hayan cada vez menos críticas larguísimas sin punto y aparte.
- Que hayan cada vez menos críticas mencionando esa tontería del humor inteligente.
- Que hayan cada vez menos críticas coñazo.
- Que hayan cada vez más críticas creativas.
- Que hayan cada vez más críticas gamberras con gracia, no la de chulitos sin talento.
- Que hayan cada vez más críticas que enseñen.
- Que hayan cada vez más críticas de películas sin ellas.
- Que hayan cada vez más críticas de gente con talento que lo ha dejado.
- ¡Qué dejen de hacer críticas de "Avatar"!
- Que hayan cada vez más usuarias, ¡qué esto parece la mili coño!
- Que vuelvan mis insultadores favoritos a escribirme mensajes, que os echo de menos.
- Que si hacen más adaptaciones de Shakespeare que al menos sean tan dignas como ésta.
- Que Pablo Kurt nos invite a su yate.

Intentaré ser más bueno este año, traédmelo TODO.

Muchas gracias,

Gilbertito

P.D.: Ah, se olvidaba, y una bomba atómica por si no podéis cumplir lo demás.

Presentar las zonas oscuras del comportamiento humano como si se diseccionase un coleóptero quizás tenga interés para algunas personas aburridas. Como el Haneke, que es un plasta de campeonato.

Como película, si obviamos el temita que trata, es inferior en calidad a un vulgar telefilme de sobremesa. Pero claro, pongamos algo perverso para que la gente flipe en colores. Lo típico de alguien que sería un inútil hasta con la cámara del móvil, pero que tiene un gran espíritu comercial y sabe las teclas que ha de tocar para que le hagan caso. No, si de eso Haneke sabe un rato. Y no sé lo reprocho, al final los plastas heredarán la tierra aunque no tengan talento.

Yendo al temita en cuestión, pues es un retrato de una perversión. Es tan frío que ni atrae ni incomoda. A veces aburre y a veces interesa, pero poco más. Todo dentro de esa mediocridad que abunda en gente culta, inteligente... pero sin un gramo de imaginación. Muy centroeupeo, en donde tanto lo sublime como lo escabroso lo tratan con una eficacia burocrática, pero sin ninguna gracia. Como un informe cualquiera, no está mal echarle una ojeada que no entusiasma pero tampoco molesta. Eso sí, cuando acabe puede guardarlo en un cajón. Que se llene de polvo, que es inútil y olvidable.

Hacer un retrato del diablo sin su parte atractiva y tentadora ni es retrato, ni es diablo.

Hace más de tres años, casi por casualidad, descubrí Filmaffinity. No sé si también por casualidad o por vanidad me puse a escribir unas cuantas críticas chorras, y empecé a leer a otros usuarios. Enseguida entable una amistad invisible con unos cuantos usuarios, sobre todo con Txarly, que es del que aparentemente más cosas me separaban. Pero bueno, también fue el primer contacto puramente filmaffinitero porque a los dos se nos ocurrió poner nuestro mail en las listas. Desde ese día hemos tenido una relación que ha recorrido valles y montañas. No compartimos prácticamente nada, ni gustos, ni educación, ni cultura, ni pensamiento, ni caracteres. Yo desconfío de su caprichoso carácter y él de mi carácter digamos cínico y juguetón. Pero hay una cosa que sí compartimos: amistad.

No es fácil ser amigo de Txarly. Es más propenso al incendio que a apagar llamas, y se crea bastantes enemigos, a veces de una manera estúpida. Sin embargo he notado que él no practica lo que algunos de los que no le tragan sí hacen: lo de conmigo o contra mí. ¿Quién es más tolerante?

Esta película, "Brigada 49", me puse a verla exclusivamente porque Txarly le endiñó un 10. Alguna vez me burlé de él por ese diez, pero yo no la había visto. Así que en cierta forma era una burla injusta.

Bueno, pues ya la he visto. Por la nota ya pueden imaginar qué pienso de ella. Pero entiendo que Txarly le ponga un diez. Él valora mucho la amistad, la lealtad, la camadería y todas esas cosas. Yo también, aunque tenga una visión diferente de todo eso. Valoro más la disponibilidad que la frecuencia.

Pero volviendo a la película, "la de los bomberitos" como burlonamente pensaba, hay una cualidad de Txarly que me ha hecho reflexionar: la inocencia. Sí, la inocencia, han oído bien. Que no la ingenuidad. Y he recordado mi niñez cuando me extasiaba con ciertas películas. Igual si hubiese visto "Brigada 49" en ese tiempo le hubiese puesto un diez también. No lo sé. Pero como esa cualidad no la tengo también me he preguntado si la verdadera sabiduría ha de partir de la inocencia. Si ver tantas películas cultiva o deforma el gusto. Si no habría que juzgar a cada película como si fuese siempre la primera, como si entrásemos por primera vez en una sala de cine, se apagasen las luces y de repente apareciese en la pantalla algo inimaginable, por ejemplo "Brigada 49".

También he reflexionado sobre esto de hacer críticas. Le encuentro un sentido si te pagan por ello, claro. Al fin y al cabo el dinero puede ser el menos innoble de los motivos para publicar algo. Si no es así, tal vez lo ideal es hacer una crítica, buena o mala, elogiosa o destroyer, pero siempre desde una mirada inocente. Eso es algo que tienen algunos usuarios de esta página, como nanci_nanci, Juan Cádiz, y sí, Txarly.

Tal vez la mejor crítica que podamos hacer los que no poseemos esa extaña sabiduría sea el silencio.

Cuando al final del libro de Job en el que pobre hombre ha perdido todo menos la fe, Dios interviene finalmente y no contesta a ningún interrogante. Le da la vuelta a la tortilla e irónicamente haciéndose el agnóstico le dice a Job: “Ciñe ahora tus lomos como un hombre; yo te preguntaré y tu me instruirás”. O sea, le entabla a una lucha. La reacción de Job es declararse vencido, y el vencedor lo bendice.

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Bernanos y Bresson comparten un alma jansenista, algo muy francés. Es un desgarro desesperado y pesimista sobre el hombre en el que la única y última esperanza es la gracia de Dios.

Compartiendo un alma similar, sin embargo Bresson limpia la novela de Bernanos de recursos literarios, y una vez despojada la rellena de elementos puramente cinematográficos: objetos, una voz, una cámara y poca cosa más. No es una película fácil, porque lo que intenta filmar es un alma, la del cura de Ambricourt, de la misma naturaleza que el escritor y el cineasta.

El joven sacerdote también desfallece en todo, menos en la fe como él mismo confiesa. Cada vez es más nada, pero no sé escabulle, se agarra firmente aún imaginando la prisión de la santa agonía. Sólo busca la gracia.
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Cuando Jacob entabla lucha con Dios, éste le hiere en el muslo como al cura de Ambricourt en el estómago. Jacob no cesa la lucha hasta que su contendiente le dice que le deje ir, y Jacob le contesta aquello de "No te soltaré si antes no me bendices". Y el vencido lo bendice.
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Job y Jacob es el mismo nombre. El cura de Ambricourt es el mismo hombre.

No hagan caso a lo que pone en Género: Bélica (II Guerra Mundial). No hagan caso a que los protagonistas salgan vestidos de marineritos, y que en vez de sombrero cowboy lleven gorra de lobo de mar o casco.

No hagan caso a la verosimilitud de lo que cuenta, porque en los westerns nada es creíble, todo es mítico. Porque sí, señoras y señores, esto es un western en toda regla. Uno de esos duelos de dos pistoleros que se buscan durante toda la película sudando como pollos. Sólo que aquí en vez de revólveres lleva uno un destructor y otro un submarino. Vamos, la única diferencia es que los pepinos son más gordos. Lo demás se amolda al canon.

Y sí, la sobrevaloro. Entre otras cosas porque me sale de los torpedos.

Las películas que se basan en una novela "de reconocido prestigio" suelen ser vapuleadas. El caso de "Lord Jim" es paradigmático. El que se entusiasma con la novela luego ve mil y un defectos en la adaptación fílmica por falta de fidelidad o porque no explica esto o lo otro. Lógico, una adaptación fiel duraría una docena de horas. Otro cosa que suele reventar mucho es lo de la autoría, lo cual es absurdo porque casi todos los dramas teatrales de Shakespeare son adaptaciones de historias que no inventó él.

Así que hay que ver una película como algo aparte, juzgándola por ella misma. Porque si entramos en comparaciones tendría que decir que a mí no me gusta como escribe Joseph Conrad, aunque tiene ideas estupendas. Pero eso carece de importancia. Lo que sí importa es que Richard Brooks sí sabe contar historias. Es guionista de todas las películas que dirigió, y cumple muy bien la tarea bicéfala normalmente.

"Lord Jim" es una de esas buenas películas de aventuras situadas en una ambiente colonial del sudeste asíastico. Tiene su punto de complejidad psicológica, aunque hay gente que prefiera que se lo den todo mascadito desarrollando más los personajes. Yo no, tengo suficiente imaginación para montarme mi película sobre los demonios interiores con los pocos datos que den. No es necesario contar todo.

El trabajo de Peter O'Toole es bueno, aunque los tiene mejores. Destaca especialmente esa pléyade de secundarios. Jack Hawkins, Paul Lukas y Curt Jengens están muy bien. Pero los que son una joya son los personajes de Eli Wallach y James Mason, auténticos escrutadores de la naturaleza humana... desde el lado oscuro.

Ni falta que hace. Comparte con la película de Scorsese el retrato hortera y de andar por casa de los bajos fondos, precisamente por eso, porque son bajos. Y no como en "El Padrino", que a veces parece que van a ir a la recepción del embajador de los altos fondos que lo pintan.

De todas formas, el título de mi crítica no hace referencia al film de Scorsese, sino a otra cosa. Cuando la vean, y es muy recomendable hacerlo, sabrán porqué.

El principio es algo flojo, pero necesario. Tal vez un arranque más explícito despertaría más interés, pero perdería la gracia de ese ritmo in crescendo que va en paralelo con el caracter del personaje de Bob Hoskins, que está brutal en todos los sentidos.

Película rabiosa, violenta y con algunas perlas de humor negro nada suaves. Harold Shand le da mil vueltas a Vito Corleone.

"The Mafia? I've shit 'em."

Ang Lee tiene una camaleónica capacidad para adaptarse al ambiente realmente sorprendente en todas sus películas. Cualquier día hará un film por ejemplo danés, y seguro que algo podrido olerá.

En "Cabalga con el diablo" nos narra con su delicadeza habitual un retrato particular de la Guerra Civil americana. No nos muestra grandes batallas, ni cómo va yendo la guerra. Es una odisea de unos cuantos jóvenes que eligen bando por diferentes motivos. Por la tierra, por amistad, por lealtad o por lo que sea. Esto es muy habitual en las guerras civiles, que hay mucha gente que se sitúan en un bando porque le toca o por una elección de carácter privado. Luego vienen los "opinadores" y hablan de causas e ideas, cuando los motivos personales y casuales son los que llevan a la mayoría de la gente a elegir, como demuestra perfectamente que un negro pueda comprensiblemente luchar en el bando sudista. Lo mismo muestra Lee con el amor y otras elecciones en esta buena película con una fantástica fotografía y banda sonora. Naturalmente fracasó, hoy va más la pirotecnia o lo pretencioso.

¿Elegimos lo que amamos o amamos lo que elegimos? Tal vez ni nos enteramos, sobre todo cuando el diablo cabalga a nuestro lado.

La película es una adaptación de un exitosísimo libro de posguerra del Capitán de Navío Nicholas Monsarrat.

Destaca sobre todo por el tono realista. Empieza la II Guerra Mundial y hacen Capitán de Corbeta a un capitán de la marina mercante, y los oficiales que le asignan no tienen ninguna experiencia marítima, son abogados o capataces de fábricas. Esto era normal al estallar la guerra, no hay tantos oficiales para lo que se necesita.

Ya desde el principio el capitán, que es el que nos narra la historia, nos cuenta que el verdadero enemigo es el mar. Y efectivamente, vamos a acompañarle durante toda la guerra sin casi ver al enemigo.

Uno de los mejores films bélicos navales, sin duda. No falta el toque british, of course. Es marca Ealing.

En la primera escena el héroe se carga unos indios que están desarmados y de funeral. Y encima por la espalda. Así que el que se indignó con "Centauros del desierto" ya puede limarse los colmillos antes de ver esta película.

Pero no se hagan ilusiones, que luego los indios resultan ser malísimos jojojo. Tanto como todo hijo de vecino que sale aquí. La cosa va de cuatro tipos que se adentran en territorio mexicano para una misión suicida. Un ex comandante sudista racista, un mexicano ligón y bribón, un sosaina capitán unionista, y un negro que dice a todo sí bwana. Los moralistas se van a poner las botas, pero qué quieren que les diga, es entretenidísima, violenta y buena que te kingas. Y qué grande y desaprovechado fue Richard Boone en el cine, pardiez.

Como han señalado las críticas que me preceden, a pesar de ser serie B se adelanta a "The Dirty Dozen", y ese General Pandee prefigura claramente al Coronel Kurtz de "Apocalypse Now", aunque también podría decirse que se inspiró antes que Coppola en "El corazón de las tinieblas" de Conrad.

Película de propaganda política aprovechando la odísea personal huyendo del comunismo de Kubala, la estrella de uno de los equipos del régimen: el F.C. Barcelona, también conocido como Far$a.

Lo mejor que tiene este bodrio es que saca a la luz una de las miles de mentiras de este club de borregos amaestrados. En mi familia la mayoría pertenecían a este mentiroso club, que es todo lo contrario de lo que presume.

¿Club catalán? En primera división hay dos clubes con sede social en Cataluña: el Far$a y el R.C.D Espanyol. Y hay dos clubes fundados por catalanes: el R.C.D. Espanyol y el Real Madrid. Así que culerdos y merengones comparten el mismo grado de catalanidad.

El Football Club Barcelona lo fundó en 1898 un suizo, Hans Gamper. Ahora lo llaman Joan Gamper cuando ni chapurreaba el catalán. Otra mentira más. Reunió a guiris de Barcelona para jugar a este nuevo deporte. Y vistieron con los colores de su cantón suizo: azul y grana.

Dos años más tarde unos estudiantes de la Universidad de Barcelona fundaron otro club para jugar contra esos extranjeros que no admitían jugadores locales. De ahí que le llamasen Sociedad Española de Footbal, porteriormente Español. Eran todos ctalanes menos un par de vascos y un andaluz. Y vistieron los colores del blasón del almirante Roger de Llúria: blanco y azul.

El Far$a ganó su primera liga con la dictadura de Primo de Rivera. Durante la Segunda República no rascó bola, no ganó nada y apenas eran unos dos mil socios. Pero con Franco, sobre todo en los tiempos duros y más totalitarios de los años 40 empezó a ganar ligas a punta pala. Luego decayó algo, ganaron algunas copas y el Espanyol casi tenía los mismos socios. Pero con la construcción del Camp Nou (también conocido por Orinal) casi se va a la ruina. El ayuntamiento no le recalificaba el antiguo campo de Les Corts, que era zona verde privada, hasta que Franco en persona dio la orden de recalificar, y ahí basó su fortuna el Far$a. Una vez llegada la democracia presumieron de antifranquistas. Jajaja, son muy graciosos. Pero la gente extrañamente se lo tragó. Pero bueno, es lo normal en ese club tan mentiroso. Ahora lo preside un tipo que se la da de independentista cuando en su juventud era miembro de la ultraderechista y españolísima Fuerza Nueva. En realidad sigue siendo fascista, sólo que del otro lado.

La historia no ha cambiado mucho. Siguen mintiendo y robando, los medios de comunicación controlados, y los seguidores, que es lo peor de lo peor desde las Juventudes Hitlerianas, se tragan lo que les echen sin ningún sentido crítico.

Esta película es sólo un regalo más del regimen franquista a su otro equipo preferido, lo malo es que usaron al bueno de Kubala para esta bazofia. Como curiosidad lean el reparto: ¡actúa José Guardiola!

Encontrarán más espíritu franciscano en las críticas que me anteceden que en ésta. En la película lo hay, pero es tan etéreo que hay que adivinarlo. Y naturalmente hay que estar informado de San Francisco de Asís, porque sino uno va más perdido que Adán buscando su partida de nacimiento.

Tal vez Rossellini se impregnó tanto de la pobreza franciscana que hizo una película muy pobre. No sólo de presupuesto, que es encomiable. Sino que ha cogido once estampitas de las "Florecillas de San Francisco", ha parado a algunos lugareños que pasaban por ahí, les ha hecho de su capa un sayo y se han puesto a cotorrear actuando pobremente.

En fin, como introducción a la vida franciscana es pasable. Hay un par de episodios interesantes, el del leproso y el del tirano. Pero como película más que pobre es floja. Ni vemos al juglar ni su alegre y constante agradecimiento. Si quieren impregnarse del espíritu franciscano mejor leer una buena biografía. Como la de Chesterton, naturalmente. Aunque para comprender realmente ese espíritu más que ver una película o leer un libro, hay que vivirlo. No creo que hoy en día sea algo imposible. Yo he conocido a una persona así, y vaya que si impacta.

Nueva York.
Neorrealismo Yanqui.

Esos dos ingredientes son los que utiliza Jules Dassin para hacer esta estupenda película.

No hay títulos de crédito. Miento, sí los hay pero son orales. Los suelta el narrador al principio, que es nada menos que el productor del filme. Puede molestar al principio, pero tiene gracia que el amo del cotarro te cuente la película.

La historia es un caso de asesinato. Nada del otro mundo. Incluso desde el principio ya sabemos quien es el asesino. No importa, Dassin se las ingenia para darnos un paseo por la ciudad sin bajar la intensidad, con un guía de lujo: Barry Fitzgerald.

No hay decorados, no echan a la peña para rodar. Si el metro está lleno, pues así lo reflejan. Los ruidos son los de Nueva York, que es la verdadera protagonista.

Tal vez la mejor película sobre la Gran Manzana.

Budd Boetticher hacía buenas películas con cuatro duros, sobre todo westerns. Un día quiso revitalizar las películas de gángsters de antes de la guerra. Le dieron algo más de pasta, y parió "La ley del hampa", un buen homenaje.

Roger Corman hacía buenas películas con cuatro duros, sobre todo de terror. Un día quiso revitalizar las películas de gángsters de antes de la guerra. Le dieron algo más de pasta, y parió "La matanza del día de San Valentín", un buen homenaje.

Michael Mann hace pestiños con cuatro mil trillones de duros, sobre todo moderneces. Un día quiso revitalizar las películas de gángsters de antes de la guerra. Le dieron mucha más pasta, y parió un ratón: "Enemigos públicos", un buen homenaje... a su bolsillo.

Naturalmente las películas de Corman y Boetticher no tienen reseñas de "The New York Times", "Rolling Stone", "Chicago Sun-Times", "Empire", "Newsweek" o "Time". La Mafia siempre ha sido un poco hortera y sin buen gusto.

Confieso que me dejé llevar por las dos críticas que me anteceden. Eso, y que tenga tan pocos votos me hacía intuir que podría ser una joyita por descubrir.

Pero como casi siempre mis intuiciones son una porquería. Casi tanto como esta película. Que sea algo infantil no me molesta. Hay gente que usa este calificativo para menospreciar, cuando la mayoría de las veces una mirada infantil es más sabia que una "madura". El problema no es ese. El problema es que es muy tonta y tópica, pero sin gracia. Poner música épica a todo volumen no hace épica una película. Por lo menos hay que narrar bien, y no es el caso.

Unas postalitas de guerra y caballos cabalgando no bastan. Hay que currárselo un poco más.

Dreyer me deslumbró y enmudeció con "La pasión de Juana de Arco", tal vez la mejor película que he visto jamás. Con "Ordet" no me convenció del todo, pero me inquietó con esa construcción tan emotiva. Pero con "Dies irae" me la ha colado. Ni atrae ni distrae.

Supongo que cuando a uno le atrapa una película está predispuesto a ver tropecientas metáforas. Pero como no es mi caso, no he visto nada ni tampoco me importa. Sí, hay planos de gran belleza y los movimientos de cámara están logrados. Pero me la sudaba bastante la historia del curilla, su mujer, su hijo y la madre que los parió. Va de no sé qué rollo de brujería, pero eso mismo es lo que le falta al filme, porque es más seco que un arado.

Empieza prometedora, con ese discursito de "El día de la cólera tal y tal...", pero luego ni cólera, ni emoción, ni intensidad ni nada de nada. Tres escenas muy buenas y lo demás no provoca ni entusiasmo ni ira. Sólo indiferencia.

No entiendo la razón de que esta película sea considerada un icono del feminismo o de la liberación sexual de la mujer. Yo la equipararía con "La tormenta de hielo", que habla también de la liberación sexual, pero no la defiende. Simplemente es una buena radiografía.

En la película de Ang Lee se retrata eso en el entorno familiar. Aquí en la de una joven soltera recién licenciada. Eso sí, es más profética porque está hecha en los mismos 70. Pero sirve para épocas posteriores. ¿O acaso no sigue habiendo muchas mujeres que por algún trauma amoroso no se siguen refugiando en el sexo por el sexo? A patadas. ¿Qué se pinta a los hombres como unos enfermos? Bueno, en la barra de un bar no hay machotes que sean el colmo del equilibrio precisamente.

Es una historia de soledades y desesperanzas. Diane Keaton ganó ese año el Oscar, pero por "Annie Hall". En "Looking for Mr. Goodbar" está mil veces mejor, en tal vez el mejor papel de su carrera. Esa profesora de niños sordomudos cándida de día y guarrilla de noche es de los que dejan huella.