Floja, muy floja. Está llena de tópicos desde el principio hasta el final. El "respeto a las reglas del género" lleva en este caso a una sucesión anodina de anécdotas más o menos previsibles, con todos los clichés del género y todas las anécdotas absurdas de un guión que no se sostiene. No es culpa de Guy Pearce, ni de Katie Holmes, ni de la niña Madison, que está más que convincente. Es más, eso y la oscuridad de la puesta en escena es quizá lo único que puede salvar la peli de la nota mínima. El problema es que la historia no hay por dónde cogerla. Todo hace aguas, no hay lógica interna en la trama... En cuanto se rasca un poco, se llega al sinsentido más desalentador.

Y lo peor de todo, el final apunta a secuela. Si hasta lo han hecho con premeditación y alevosía...

Siempre se agradece el compromiso en el arte. Pero no basta con eso. El planteamiento es interesante, niño problemático a lo Ken Loach. Incluso hay escenas brillantes, sorprendentemente rodadas, como la del encuentro de padre e hijo en la cocina del restaurante, o la firma de la transacción que pone fin al litigio con el dueño del estanco. Pero el argumento chirría, los personajes son tan arquetípicos que resultan forzados y las situaciones terminan siendo inverosímiles. El personaje más interesante es el propio niño protagonista, y seguramente eso dice muy poco en favor de la película. La trama termina siendo un hilo de hechos previsibles. Se termina perdiendo el interés. Lástima.

El planteamiento es interesante, puro cine de género, con una cuidada puesta en escena y planos muy medidos. El director intenta generar agobio en el espectador y durante muchos minutos lo consigue, y sin necesidad de recurrir a trucos tópicos ni sustos artificiales. La extrema delgadez del protagonista juega a favor de ese ambiente siniestro. Sin embargo, el argumento va derivando sin remedio, hasta llegar a un final que deja un tanto frío. El interés por saber qué está pasando va descendiendo a medida que pasan los minutos. Lástima.

Eso sí, gran interpretación de Christian Bale, sin duda lo mejor de la película.

Interesante. El planteamiento es digno del mejor Rafael Azcona, el desarrollo no tanto. De todos modos, curiosa comedia sobre la búsqueda del sentido de la vida, sobre las relaciones con los otros... Y, de paso, una visión irónica de la jerarquía católica. La película gira en torno a la Iglesia, pero apenas habla de religión, ni de dios. Moretti centra su ataque en la institución, y ése es uno de los puntos fuertes de la peli. Entre los más flojos yo diría que sus dentelladas resultan demasiado amables. De todos modos, hace gracia esa visión infantiloide que se nos ofrece de muchos personajes.
Michel Piccoli está brillante. Moretti, por su parte, sorprende con su construcción de psicoanalista descolocado, un personaje que es la viva imagen del "pulpo en un garaje".
En fin, no es una obra maestra, pero sí es original en algunos puntos y deja algunas cosas de interés, como casi todo lo de Moretti. Recomendable.

Impactante documental sobre la marginación en los países más marginados del mundo. Interesante reflexión sobre un mundo que, en realidad, no nos queda tan lejos. Lo que se cuenta no nos es tan
ajeno, la historia no es tan remota.

Todo se nos presenta a través de los ojos de un hombre modesto que, sin medios, se muestra dispuesto a luchar contra la situación, comprometido con la idea de dignidad y libertad del ser humano. Sin embargo, a pesar de las satisfacciones que proporcionan sus pequeños logros, la heroicidad se torna ingenuidad al presenciar las escenas del retorno de los enfermos a sus familias y pueblos de origen. Se hace inevitable pensar en el mito de Sísifo, en Viridiana...

Formalmente, todo gira en torno a una sugerente música de Vivaldi y a la rotunda imagen de las cadenas... "Los olvidados de los olvidados" es la historia de un antiguo reparador de neumáticos que ha cambiado su tarea por la de liberar lacerados tobillos de sus indignantes grilletes. Curioso paralelismo, significativa trayectoria personal. En ese sentido, el trabajo físico de romper una cadena y liberar a un enfermo es mucho más que una metáfora.

Muy recomendable.