Corre el año 1971. Me llamo Christian-Jacque. He decidido hacer una película para mostrarle a los tíos de mi país (y de paso a los salidos de allende Los Pirineos) las tetonas de esas dos actrices tan buenorras como son la Brigitte y la Claudia.

Sí, ya sé que el guión es pobre. ¿Importa algo, acaso?

¿Qué tetas le gustan más, las de la rubia o las de la morena? ¡Ah, pillín..!

Sí, ya sé que el cine francés es otra cosa, pero ¿qué más da?

Bueno, si usted es mujer se dará cuenta que es un canto a las mujeres...¿machista yo?

A lo que vamos, ¿a que tienen un buen par de tetas, eh?

Sí, ya sé que las peleas son un poco mediocres, pero están para rellenar metraje.

Creí que me daría buenos dividendos. ¿Un bodrio? Será para usted, a mí todos mis amiguetes me han dicho que ha salido una película interesante...

¡Jo, qué tetas! Pasarán a la historia del cine y mi nombre con ellas. ¡Hummm..!

Es la tercera película de Borau que veo. "Hay que matar a B" me pareció interesante y "Furtivos" (su mejor realización) notable. Así que me dispuse a saborear una aceptable película.

Reconozco que la fotografía es admirable y que tras la cámara el director se mueve con soltura. En principio parece un argumento atrayente (guión de mi estimado Juan Miguel Lamet, tantas veces contertulio en los programas de Garci "Qué grande es el cine", con los que muchos aprendimos mucho de cine). Pero...

Casi todo es muy previsible. Y los actores no ayudan. Sobre todo un Carlos Estrada que tiene momentos mediocres. Un actor más valorado de lo que realmente era. La Campos tampoco sobresale. Quizás un José María Prada haciendo de sastre homosexual es el único que borda su papel, pero tan sólo acumula dos o tres minutos de interpretación.

Ustedes recordarán en "Perdición" (del inigualable Wilder) esa puerta que se abre hacia afuera para ocultar a un personaje de la mirada indiscreta de otro. Bien, aquí se abre una puerta hacia adentro y suena una campanilla. Luego, cuando el sospechoso, desde dentro, quiere abrir la puerta, sujeta la campanilla para que no haga ruido y...¡¡¡la abre hacia afuera!!! No pude evitar una carcajada.

Me hubiera gustado ser más condescendiente. Pero, por si alguno no lo sabe, una película que jamás volveré a ver sólo se merece una puntuación por debajo del 6, y ésta no llega ni al 5.

Voy a ser breve. Ya hay otros usuarios que han hecho unas críticas más profundas que recomiendo leer.

Las diferencias entre el cine argentino y el español son numerosas. Una de ellas es que el cine de aquí es incapaz de confeccionar un guión interesante y acondicionarlo a grandes actores.

Con un presupuesto que podía haber sido, incluso, menor, Borensztein nos regala una historia sencilla con ternura, con una narrativa muy fluída, con un personaje que en nada se parece al de Nicholson de "Mejor imposible" (aunque algunos se empeñen en hacer comparaciones entre ambos títulos).

Ricardo Darín vuelve a demostrar lo grandísimo actor que es. Su personaje es poco sociable, rehúye el trato con los demás, pero es honrado y no consiente que le falten al respeto. Tiene sus manías y sus pasatiempos peculiares..., como casi todo el mundo. Cuando aparece en su ferretería contando los tornillos que le mangonean y se caga en la reputa que los parió vaticino que voy a disfrutar de la película. No me equivoqué.

¿Es una película para niños? Noooo...
¿Es un cuento para adultos? Noooo...
¿Es para amantes del cine de aventuras? Noooo...
¿Es para seguidores del cine fantástico? Noooo...
¿Qué es, entonces? Pues la clásica película para esnobistas cinéfilos acostumbrados a sobrevalorar lo que han aprendido que hay que sobrevalorar.
Si alguno de los cientos y cientos que han puntuado excelentemente esta película está leyendo esto que vaya directamente al NO de a Utilidad y que no pierda más el tiempo.

Dos cuentos paralelos.
Uno narra los deseos de un fulano en convertirse en samurai. Este fulano es ese típico personaje gggggilipollas que sale en infinitas películas de cualquier género y que te invita a desearle desgracias continuas. La moraleja de este cuento: a trabajar, machote, deja los sueños de grandeza para otros.
El otro cuento es una patochada infame de un alfarero que cae en las redes de una de esas ánimas errantes que vagan infelices por la eternidad si no consiguen el amor de un alguien (el alfarero, en este caso). Su moraleja: a trabajar, machote, que el trabajo da la felicidad por encima de la pérdida de algún ser querido.

Si la he puntuado con un 3 es porque la he visto en una versión doblada al castellano de juzgado de guardia y un par de puntos había que darle a la versión original.

Todos y cada uno de mis "amigos" y mis "almas gemelas" me repudiarán si llegan a leer esta crítica. Bueno.

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-¿No te ha gustado? - Pues, la verdad...
-Es cine japonés - ¿Sí..?
-Es del maestro Mizoguchi - Ah, bueno...
-El de "El intendente Sansho" - Puf, entonces...
-El cine japonés es lento y parsimonioso - Sí, ya...
-¿No has visto la belleza del paisaje? ¿La maravillosa fotografía? ¿El blanco y negro de los interiores? ¿El juego de los claroscuros? ¿La perfecta composición de los planos? - Pues, no sé...
-¿Tampoco te han gustado las hermosas canciones que cantan las mujeres? - Es que a mí no...
-No entiendes de cine, debes reconocerlo. - Sí, quizás...
-Es una de las grandes obras maestras del celuloide. - Ya, pero yo, con perdón, prefiero a Kurosawa...
-Bah, no entiendes nada - (Silencio)

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Demasiado bello el título de la película para tan aburridas historias.

Me encantó la primera película tuya que vi: "La fortuna de vivir", en la que el personaje que encarna magistralmente Jacques Gamblin te cautiva hasta el punto de convertirse en ese hermano mayor que algunos no hemos tenido y nos hubiera gustado tener.

Vi después "Un crimen en el paraíso" y me defraudó bastante. Cuando vi "Dejad de quererme"
volví a creer en tí. Otra buena película.

Hoy, mi decepción ha sido mayúscula. Porque parece que promete al principio y luego, poco a poco, va perdiendo interés y vas intuyendo todos y cada uno de los pasos del film.

Porque Depardieu está regular, quizás porque el personaje tampoco da mucho más. ¿Es retrasado, es tonto, es inculto? Los amigos del bareto, ¿son adultos, son niñatos, son ggggilipollas? Bueno, menudos amigos que no paran de reirse del pobre Germain y en ningún momento le muestran amistad, cariño, o un poco de comprensión.

Que Depardieu, sesentón, barrigudo, bobo, se líe con una guapa conductora de autobuses es tan creíble como el renacimiento de cierto partido político machacado en las últimas elecciones de mayo.

La empatía entre Margueritte y Germain, aun siendo posible, a mí me resulta falsa.

El final es empalagosamente ficticio.

Y lo que me sentó como una patada en las llamadas partes nobles (?) fue la exposición amistosa de un grupo de putas palomas, portadoras de más de cincuenta enfermedades que son capaces de contagiar a los seres humanos, a las que había que exterminar para que podamos ir por las calles tranquilos y no preocupados por esas cagadas monumentales que destrozan tu traje, tu chupa o tu cabello.

Qué pena, querido director.

Una mujer totalmente desesperada consiente en casarse para poder escapar de un campo de concentración. Lo que no sabe es que va a meterse en una pequeña isla (Stromboli) de la que parece no haber escape posible.

Es un film realista o neorrealista, pero es también un film de terror con las secuencias espeluznantes de la erupción del volcán y la huída de los isleños, un volcán que amenaza constantemente con sus explosiones de fuego y lava. (Lo que me resulta increíble es que actualmente el alojamiento en Stromboli sea practicamente imposible en verano por la cantidad de veraneantes).

Hay una bellísima y, al mismo tiempo, desagradable secuencia de la pesca del atún. Hay otra secuencia terrorífica con el hurón y un conejillo. Hay un ritmo perfecto en la película. Y lo que es innegable es la empatía que siente el espectador con la protagonista.

Siento deseos de que Ingrid escape cuanto antes de un hombre que está a años luz de ella en sentimientos y necesidades. Quiero que huya de esas gentes primitivas y cerradas. Estoy deseando que abandone la isla maldita donde no se ven árboles ni flores, donde me agobio con esos parajes yermos tánto como se agobia ella.

A partir de esta crítica (nº 94) utilizaré el spoiler para cambiar los finales que no me hayan satisfecho.

La verdad es que voy a escribir sólo unas líneas por el hecho de no haber escrito nadie sobre este flojo film.

Karlson fue un director que no destacó ni por sus creaciones, ni por su dirección de actores.
En su no corta filmografía quizás se deba señalar "Trágica información" y "El imperio del terror" como las únicas interesantes. El resto pasarán probablemente al olvido.

Aquí el guión es irregular con altibajos constantes y con unos actores que no están a la altura de su categoría. Me refiero a Mitchum (muy soso) y a Hawkins (muy histriónico), porque la Elsa Martinelli nunca me pareció una actriz a destacar. Ya el año anterior había estado en el "safari" de "Hatari" de Howard Hawks (muy, muy superior a la de Karlson) y tampoco es que demostrara poseer cierta chispa ni gran glamour.

Hacen un safari para cazar a la "encantadora" (mitad tigre, mitad leopardo) y resulta que cuando aparece en la pantalla es como un cachorro grande de leopardo al que le han teñido de rosa el lomo. Todo es muy previsible.

Y yo digo: ¿por qué ese empeño de tantos directores (sobre todo en EEUU) de hacer "fotocopias" descaradas o remakes de éxitos alcanzados años antes?
La pasta. El puto, el vil dinero.

Pues resulta que a una tal María Lidón un buen día se le ocurre realizar una película y no se le antoja otra cosa que elegir el género de ciencia ficción… ¡Menuda castaña pilonga! Un par de años después realiza otro pilongo (“Yo puta”) y más tarde (“Moscow Zero”) una de las películas menos valoradas en Filmaffinity (2’4 puntos). María, dedícate a otra cosa. Ni como directora ni como actriz pasarás a la historia del cine.

Bueno, pues eso, la Lidón se pone a dirigir y a actuar. ¡Vaya elenco elegido de actores y actrices!

La Lidón, debutando como actriz mediocre y demostrando que no sirve ni para salir en cualquiera de esas series ñoñas españolas que pasan por televisión.

La María Medeiros , una pésima actriz que tiene que tener unos padrinos cinematográficos con mucho peso o con mucho dinero para que siga trabajando en el cine portugués.

El Joaquim Almeida, pero ¿conocéis a otro actor tan falto de viveza como éste?

El Vincent Gallo, con ese aspecto desaliñado, con la barba guarra y el pelo sucio, ¿alguien se cree que le permitirían entrar en la nave espacial?

Y, bueno, lo de José Sancho me parece una tomadura de pelo. ¿Quizás dos minutos de presencia?

No parecen un equipo de astronautas. Más bien unos coleguis que andaban ya algo mosqueados entre ellos y no se habían sometido a las condiciones requeridas para un viaje espacial de tamaña envergadura.

Pues nada, se van todos a Lanzarote a rodar paisajes marcianos y a vacacionar unas semanas.

Lo que me da risa es que Stranded fuera nominada al Premio Internacional de Cine Fantástico por mejor película en el festival “Fantasporto” portugués (salvo que lo organizara Fanta, de limón y de naranja, o sólo hubiera una película candidata).

Y lo que me produce retortijones es que ganaran la Medeiros y el Gallo los premios a mejor actriz y mejor actor en el Fantafestival de Italia (¿otro festival organizado por Fanta, de naranja y de limón?).

El guión puede resultar atractivo, aunque está ya muy manido. Aterrizaje forzoso en Marte. Agua, oxígeno y alimentos para unos pocos. Los otros tienen que ser sacrificados. ¿Qué queda de interés? No voy a contar nada del final, ni voy a escribir en el spoiler, pero da lo mismo.

En Marte hay una gravedad supuestamente tres veces menor a la de La Tierra. Observen, observen los movimientos de los astronautas en la superficie marciana.

¿Te gusta la música clásica? Imagínate a Los Jonas Brother (considerados como el peor grupo musical según New Musical Express en 2009 ó 2010, ya no recuerdo) interpretando la música sacra de Händel. Pues eso, la Lidón creyéndose capaz de emular a Kubrik.

Para mí “El tercer hombre” siempre estará unido a Carol Reed, por mucho que algunas revistas especializadas digan lo contrario. Vaya esto por delante a favor de un director que me hipnotizó con esa buena película, con fotografía de Robert Krasker (igual que aquí), pero con unos actores y personajes enormemente mejores.

Dejemos a un lado las connotaciones políticas (así lo pide el director en una nota explicativa al inicio del film) y vayamos al grano.

Una banda de zoquetes planea un atraco a un banco. Al jefe, el más zoquete de todos, le dan vahídos en los momentos más inoportunos. ¡Bang!, un tiro por aquí, ¡bang!, un tiro por allá. Un muerto y un herido. ¿Quién resulta herido? Pues el gran zoquete (zoquete:" coloq. Persona tarda en comprender "), que se cae del coche y sus "amigos" discuten si echan marcha atrás o si bajan a recogerle. Ni una cosa ni otra.

Bueno, pues ya está. A partir de ese instante y durante los 110 minutos restantes el gran zoquete va a ir de un lado para otro a lo largo de una noche aburridísimamente eterna para ensalzar...¿qué? ¿Cierto sentido de la amistad? ¿La religiosidad y el catolicismo del pueblo irlandés? ¿El buen corazón de unos ciudadanos? ¿El buen cumplimiento de la ley por parte de otros? ¿La admiración por parte de toda la chiquillada hacia el “héroe” de las calles? No lo sé, pero es que los personajes son tan insustanciales (¿o quizás es culpa de los actores?) que me la trean al pairo.

Sí, destacaremos como siempre ciertos aspectos positivos, que los hay: Belfast es la principal protagonista, bajo la lluvia, bajo la nieve (aunque los papelitos de nieve amontonados en las hombreras y en las espaldas de los personajes “canten” en exceso o en defecto de un plano a otro), bajo el frío, de noche, con esos callejones oscuros, de un blanco y negro magistral.

James Mason se tira toda la película con cara de “ay, ay, que me duele” y describir su interpretación como brillante y convincente es cerrar los ojos y bajarse los pantalones (una vez más y van…). Siendo el personaje principal carece de empatía (aún considerando la empatía sólo como una sensación pasajera que puede no implicar más que compartir el sentimiento de sufrimiento), porque desde el principio el activista del IRA me deja totalmente indiferente y poco me importa su dolor físico y su dolor moral.

No entiendo la presencia de algunos personajes. Las escenas del borracho y el pintor bohemio en su casa, así como en el pub carecen de gracia alguna y están para llenar metraje. Me resultó más graciosa la célebre frase “¿Por qué no te callas?” del rey de los españoles…monárquicos, claro, que otros no lo somos.

¿Tuve, quizás, un mal día?

Muy breve. Adoro el cine argentino. Adoro el cómic. Pero... ni dios, ni patria, ni rey.

Estoy hasta las pelotas de los ensalzamientos de la violencia, sea en el cine, sea en el cómic, sea en la literatura. Cada uno es muy libre de revolcarse en la mierda o en el césped. Todos no somos iguales en el sentir ni en el pensar. A la hora de depositar excrementos lo normal es hacerlo en el retrete, en la letrina, incluso en el campo. Hacerlo sobre un lienzo, una página en blanco o una pantalla de cine, implica mal gusto, por no decir cosas peores.

Señor Fontanarrosa, usted que dijo: "Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: «Me cagué de risa con tu libro»", hace que le responda: «La película que han hecho entre usted y Gustavo Cova me ha revuelto el estómago y he terminado vomitando».

Tal bazofia para sádicos me ha resultado tan odiada como "Sin City".

Parece que en el cine lo que está de moda es la inmundicia, la casquería, la violencia, el vampirismo, lo irracional, la deificación del delincuente. Así nos va.

¿Qué opinan sus señorías de títulos como: "Luz de gas", "Luz que agoniza", "Rebeca"? Estos títulos son todos anteriores y mucho mejores (a la puntuación en Filmaffinity me remito)que "Las dos señoras Carroll", obra que copia descaradamente de ellos.

Sí, tiene dos monstruos de la interpretación. Tanto la Barbara como el Humphrey llenan la pantalla y su presencia es suficiente para recomendar al menos un visionado. Pero la historia es pobre e irregular y sabes en todo momento lo que va a pasar. No hay golpes de efecto ni sorpresas. Los personajes que giran alrededor están metidos con calzador. Hay fallos de guión como si no se supiera qué contar en hora y media lo que habría sido suficiente con sesenta minutos pelados. Y, bueno, las campanas sonando sin parar son un martirio, no sólo para el señor Carroll, sino también para el espectador y, supongo, para los vecinos del pueblo.

La pareja protagonista y ¿qué más? ... La escalera, la casa, las ventanas y el viento, el vaso de leche, las sombras, dan la ambientación adecuada..., pero todo esto ya lo habíamos visto en los títulos antes mencionados.

Julio Coll realizó una quincena de títulos (encuadrados varios en el cine negro) que dentro de unos años pasarán completamente al olvido. Los que se recogen en Filmaffinity (siete, en concreto) tienen la típica puntuación de esas películas insulsas (el cinquillo pelao) que sólo algunos sentimentales de tiempos pasados favorecen muy subjetivamente.

"Ensayo general..." no tiene nada positivo. Guión deslavazado, personajes insustanciales, interpretaciones pésimas (sobre todo el Estrada, la Campos, el Ballesteros y la más mediocre de las mediocres: Iran Eory). El desenlace es lo peor de todo.

Le daremos un punto al blanco y negro de los interiores y otro punto a Ángel Picazo.

Por supuesto que Hitchcock realizó buenas películas pero también hizo cagadas monumentales, cagadas como las de las putas palomas que invaden cualquier ciudad (al menos, aquí, en España, país de cagadas de palomas y cagadas de perros, no sólo de sol y flamenco, querido turista) y que no te caigan encima que ya puedes tirar la prenda de vestir.

Mis calificadas por encima del 6: "Con la muerte en los talones", "Rebeca", "La ventana indiscreta", “Encadenados”, “Extraños en un tren”, “Crimen perfecto”, “El hombre que sabía demasiado (1956)”, y pare usted de contar
Mis puntuadas por debajo del 5): “Asesinato (Murder)”, “La muchacha de Londres (Chantaje)”, “El hombre que sabía demasiado (1937)”, la sobrevalorada “Treinta y nueve escalones”, “Inocencia y juventud”, “Posada Jamaica”, “Pero... ¿Quién mató a Harry?”, “Topaz”.
¡Coño, mitad y mitad!

Puntualizaciones a tener en cuenta:

1- Vemos que Hitchcock está aprendiendo…a creer en la infantilización del espectador o, lo que es lo mismo, a considerar gilipollas al espectador adulto.
2- Sí, alcanzó justamente el Oscar a la Mejor Película por “Rebeca”, una de sus mejores creaciones. Pero creo recordar que fue candidato al Oscar de Mejor Director en 5 ocasiones, consiguiendo la estatuilla … cero veces.
3- La acción, en la mayoría de los momentos, brilla por la carencia de interés alguno.
4- El ritmo es continuamente irregular. Se hacen soporíferas varias secuencias, a destacar sobre todo la del inicio del chantaje en la casa de los padres de la muchacha. Por cierto, cagada típica en España al cambiar el título original de “Chantaje” por el de “La muchacha de Londres”.
5- Es la historia de una joven (novia de un policía de Scotland Yark) que habiendo recibido una cita amorosa se presta a engañar a su novio con un desconocido. Claro, faltaría más, cuando éste intenta sobrepasarse ella se niega, no va a perder su virtud, ella estaba jugando, una es muy honrada y muy casta, aunque se cambie de vestido y esté provocando al desconocido, aunque sean altas horas de la noche y haya accedido a subir al piso de él, que no intente seducirla, qué se habrá creído ése, ella no es un putón berbenero.
6- Los actores, encasillados en el cine mudo, no sé si serían buenos. Tendría que haberlos visto con otros directores, pues los éxitos o fracasos en labores interpretativas dependen de los que dirigen. Bien, los de “Chantaje” tiran a mediocres.
7- Aunque Hitchcock no sea culpable del doblaje al español, éste es tan pésimo…
8- ¿Cómo uno de los agentes sabe que la muchacha va a confesar cuando no lo sabe ni el novio?
9- Después de la parsimonia desesperante en tantas secuencias el final es excesivamente rápido.
10- ¿Sabéis cuáles son las últimas palabras de la película?: “la mujer en la cocina”.

Banderillas negras para… el exageradamente sobrevalorado por todos los críticos del mundo entero, señoras, caballeros, el tramposo…¡Alfred…Hitchcock!

(Por favor, cada NO una carcajada)

Tengo una regla propia: si una película no pienso volver a verla la califico por debajo del 6. En efecto, nunca más volveré a ver esta serie. ¿Por qué?

Soy un fans de la novela negra y, por consiguiente, del cine negro. Mankell es uno de mis 20 autores favoritos, sobre todo por tres o cuatro títulos nada más, porque entre los libros del inspector Kurt Wallander ha escrito algún bodrio (por ejemplo, "La leona blanca"), siendo los mejores: "Asesinos sin rostro", "Los perros de Riga", "La falsa pista" y "La quinta mujer". Bien, he leído otros libros de Mankell pero me han resultado castañas pilongas. Aprovecho un paréntesis para hacer una recomendación al lector de novela negra. No te pierdas ni uno solo de los 10 libros que la pareja sueca Maj Sjöwall y Per Wahlöö (de los que Mankell se siente discípulo) escribieron en los años 60-70, del inspector Martin Beck, reeditadas ahora en RBA los seis primeros (Roseanna, El hombre que se esfumó, El hombre en el balcón, El alegre policía, El coche de bomberos que desapareció y Asesinato en el Savoy).

La serie de televisión inglesa no está mal, no voy a mentir, pero el personaje que interpreta Kenneth Branagh queda muy lejos del Wallander de los libros. En todos y cada uno de los episodios el Branagh tiene que echar unos lloros, tiene que cabrearse y gritar descomedido a sus ayudantes. Nada más lejos de la realidad. El inspector no es así. Es tímido, melancólico y depresivo pero no una llorona ni un histérico. La exposición que hace del padre tampoco es muy convincente. Y de su hija Linda menos todavía. Y lo que más me cabreó fue las condiciones climáticas que nos muestran. A lo largo de los seis capítulos (transcurridos algunos en invierno) vemos que los vecinos de Escania no usan prendas de abrigo. ¡En Suecia no hay nieve, ni frío! ¡Se puede ir en chaqueta o en camisa¡ ¡Temperaturas primaverales todo el año!¡Ystad es como Lanzarote!

Habiendo visto nada más que el primer episodio (de los ocho realizados en Suecia) "Inspector Wallander: Asesino sin rostro" con Rolf Lassgård de protagonista ya afirmo categóricamente que esta serie sí, ésta sí, ésta sí la veré más de una vez.

Me parece muy bien las alabanzas técnicas del cine de Lubitsch, su fotografía (sea en blanco y negro, sea en color), su iluminación, sus decorados, su vestuario, etc. Pero lo que más interesa en una película es el argumento y sus personajes y, seamos serios con los pantalones subidos, lo demás son trajes de seda para vestir a la orangutana.

Me quito el sombrero ante "Ninotchka", "Ser o no ser" o "El bazar de las sorpresas", pero también hubo cagaditas de paloma en toda la cabeza.

De acuerdo, tampoco vamos a decir que sea mala (eso sería puntuarla con un 1 ó un 2 y he sido generoso) pero es la película más ñoña de la filmografía lubitschiana, la más aburrida, lenta de cojones, con un ritmo tan irregular que no paré de mirar el reloj, con un argumento sin interés alguno, con unos actores principales mediocres (salvo Charles Coburn, el único que logra hacerme sonreir en contados momentos), unos diálogos sin chispa, un guión con un planteamiento estúpido y un desenlace para descerebrados y marujas. La única secuencia realmente buena es la de los padres de la Gene Tierney desde que están en el comedor hasta que llega ella.

Resumiendo: una levísima ironía con cuentagotas, pero ni ternura, ni emoción, ni comedia, y sí aburrimiento y cursilería. ¡Ah! Y el Don Ameche en la peor interpretación de su vida. ¡Qué sopor!

Hala, con el dedito a cliquear el NO, que para eso estáis en desacuerdo. Ya me gustaría saber cuántos de vosotros, incondicionales lubitschianos, veréis alguna otra vez esta tomadura de pelo.

Para empezar, ya me ha pasado otras veces que habiendo hecho una crítica al pulsar en ENVIAR se va a tomar por culo todo lo escrito. La culpa es mía por no haber escrito en word y copiar y pegar.
Como no tengo ganas de recordar lo que había redactado voy a ser breve.

Al director habría que decirle que el cine no es un videoclip musical (que es la técnica que usa).

Que encuadrar a través de ventanas y cortinas, o cristales coloreados, o desde ángulos inusuales, ni es original, ni demuestra categoría cinematográfica.

Que pocos espectadores se creen que los clientes de una cafetería dejen sus llaves al camarero, le cuenten su vida, desaparezcan y no vuelvan por las llaves.

Que tampoco nos creemos que una camarera con esa expresión facial tan seca y dura (que es la que tiene Norah Jones) se convierta en la confidente de un alcohólico y de una ludópata.

Que la fotografía y el colorido son borrosos y mediocres.

Que nos empalaga la sonrisa perpetua del Jude Law.

Que nunca he visto tan fea a Natalie Portman.

Que la Raquel Weisz sobreactúa por culpa del director.

Que si le doy 2 puntos sólo es por David Strathairn

Otro director que va a mi cajón de "Directores Pestiños".

¿Para cuándo Filmaffinity nos va a dar la posibilidad de elegir a los mejores y peores directores y actores de la historia del cine?

-Yo, afroamericano, tengo 16 años, soy un genio, tapo la boca al que ose mencionar el inicio de una frase literaria, aunque sea el profesor de literatura, pues he leído muchos, muchos, muchos libros a mi edad y entiendo de todas las asignaturas posibles, aunque viva en el Bronx, aunque esté todo el puto día jugando al baloncesto, deporte que ejercito con superioridad sobre cualquiera, es decir, soy dos genios, además no fumo, ni me drogo ni bebo alcohol, sí, aunque viva en el Bronx, y me paso el tiempo que me queda libre escribiendo y escribiendo, con categoría, con calidad, pero como sé que puedo mejorar voy a ver si ese viejo que he conocido y parece una eminencia literaria me corrige mis escritos y me ayuda a ser un gran escritor.

-Yo, escocés, quizás de la tercera edad, autor de un solo libro (pero qué libro, y si no acércate a la biblioteca y verás que la veintena de ejemplares que tienen están prestados, tendrás que ponerte a la cola), vivo encerrado en mi piso, no salgo ni a comprar, que me traigan la compra a casa, ¿véis?, ahora me traen calcetines nuevos, no hablo con nadie, enciendo los dos televisores (aunque estén en la misma línea de observación) pues soy muy especial, o muy raro, como os apetezca, me paso el día haciendo anotaciones aunque no las vaya a leer nadie, y observo con los prismáticos a esos jóvenes negros que están jugando al baloncesto a todas horas.

-Yo, estadounidense de Kentucky, me gustaba la pintura pero viendo que no me iba bien decidí hacer cine, que da más dividendos aunque no seas una lumbrera. Junté al negro y al escocés y decidí hacer una película sobre la amistad, el compromiso, la literatura y escogí a Salinger de inspiración. Espero que les guste.

-Yo, espectador amante del cine, enemigo de la cursilería, las ñoñadas, las mentiras y la pedantería, condeno a Gus Van Sant a la pena de reclusión de por vida en el cajón de directores pestiños. Que se cumpla la condena.

Con brevedad, para no cansar a nadie.

¿Alguien se cree que la protagonista, una niña de 11 años, tenga esa suma de conocimientos? Usa un vocabulario erudito, dibuja con maestría, estudia japonés, está todo el día con la cámara de vídeo y no la vemos un momento estudiando. ¡Ah! ¿Es una niña superinteligentísima? Bueno, será así cuando su intención es el suicidio… Es que la pobre vive en una familia bien acomodada…

“El erizo”, la portera, personaje tan poco creíble como Supermán. No sabemos de qué vive. No se gasta el dinero en peluquerías, ni en prendas de vestir de alta confección, ni en tomarse una caña, vamos. Porque no sale de casa más que para hacer la compra y sacar los cubos de basura. Pero eso sí, tiene una librería de cientos y cientos de libros, faltaría más, real como la vida misma, y naturalmente conoce la filmografía de Yasujiro Ozu, es que es muy culta ella, tanto como la niña. Y aunque sea fea, gorda, vieja, con cara de perro ladrador, va a cautivar al japonés de un flechazo certero. No sabemos qué habrá visto en ella, pero “colado” se ha quedado sin motivo alguno…porque no creo que haya sido porque la portera lea a Tolstoi. Él, otro personaje muy ilustrado, como si no hubiera conocido jamás a una mujer culta. Me cansa esa sonrisa perpetua.

Pues nada, con estos tres personajes y con un poco de música ñoña se hace una película cursi, pedante. Un bodrio completo. Como la había grabado en un regrabable.., pues eso. Tomaremos nota de la directora. Tengo un cajón reservado a directores pestiños.

Podría poner aquí montones de citas aludiendo a la infancia por parte de numerosos escritores, pondré solo tres:

Rilke, “la verdadera patria del hombre es su infancia”
Saint-Exupery “La infancia es la patria de todos”.
Baudelaire "mi patria es mi infancia"

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una película de animación. Quizás porque a cierta edad ya estás demasiado ubicado en el mundo de los adultos y las responsabilidades te impiden añoranzas infantiles. Pero, hete aquí que, yo que no me había entusiasmado con “Pesadilla antes de navidad”, que había dejado de ver a los quince o veinte minutos “La novia cadáver”, me pongo a ver Coraline (en la tele) y sufro una transformación completa.

Con un inicio suave, introduciendo a los personajes sin prisa alguna, vas metiéndote en la pantalla poco a poco y…De repente me convierto en un niño y me veo la película de un tirón, con la boca abierta, sin pestañear, sin hacer ni un solo comentario con mi mujer. Quedo atrapado por esa pesadilla apasionante de la que no quieres que te despierten. Me reencuentro con una infancia olvidada y doy gracias a este film bello, emocionante, tenebroso, profundo.

Tan sólo el final, los últimos cinco minutos, impide que le haya puntuado con un diez. Y reconozco que no soy muy dado a puntuar muy alto porque sí.

Hay momentos magníficos que otros usuarios ya han ensalzado. Mi crítica no aporta nada nuevo que otros no hayan aportado. Pero es que necesitaba comunicar mi satisfacción a otros.
¿Quién no ha tenido el impulso de comentar con alguien algo que te ha ocurrido y que se sale de lo normal?

Comprendo que niños de menos de 7 años (¡y eso que están acostumbrados a ver en la tele escenas macabras en esas series de forenses que muchos padres les permiten ver!) se hayan asustado en el cine. No es una película infantil. Es para adultos que quieren volver a ser niños por unos momentos.

Sí, ya sabemos que Sergio Sollima es (creo que aún sigue vivo, cerca de los noventa años) un comunistoide. Y digo comunistoide porque comunistas es difícil que existan en esta Europa Capitalista, lo mismo que hay cristianoides, que cristianos es otro cantar. Yo no veo connotación ideológica en este western fallido. El director pasará al Baúl de los Olvidados por su aporte al cine.

El guión es manido. Nada te sorprende porque todo lo que va ocurriendo lo has vaticinado antes. Lee Van Cleef no está aprovechado del todo, aunque tiene buenos momentos. Tomas Milian, no es que no esté aprovechado, es que es un actor mediocre. Otro que irá al baúl mencionado.

Y la música de Morricone es pasable en su conjunto pero con la excepción del tema de inicio con los títulos de créditos, que es pésimo.

Hay unos cuantos duelos interesantes pero tan plagiados de las películas de Sergio Leone (sobre todo al acentuarlos con el mismo estilo de música y los mismos movimiento y encuadre de la cámara) que es para que el director enrojeciera de vergüenza.

Con tántos y tan maravillosos títulos de los maestros del western (John Ford, Anthony Mann, Howard Hawks, etc., por citar a unos pocos) o los realmente interesantes Spaghetti Western del incomparable Sergio Leone, está claro que hubo directores que quisieron hacer caja como sea a costa de ausencia de calidad en sus propuestas. Y, hala, a hacer como churros mediocridades con el Tomas Milian, el Bud Spencer, el Giuliano Gemma, y demás actores de penúltima fila (dejemos la fila última vacía). Y con Lee Van Cleef, que el pobre después de hacer de secundario (terciario, diría yo) en numerosos western (de personaje malo, claro) durante años, se dio a conocer como actor principal con Leone y luego desapareció.

Lo que decía, no sé para qué me molesto en hacer una crítica.