Voy a ser breve. Ya hay otros usuarios que han hecho unas críticas más profundas que recomiendo leer.

Las diferencias entre el cine argentino y el español son numerosas. Una de ellas es que el cine de aquí es incapaz de confeccionar un guión interesante y acondicionarlo a grandes actores.

Con un presupuesto que podía haber sido, incluso, menor, Borensztein nos regala una historia sencilla con ternura, con una narrativa muy fluída, con un personaje que en nada se parece al de Nicholson de "Mejor imposible" (aunque algunos se empeñen en hacer comparaciones entre ambos títulos).

Ricardo Darín vuelve a demostrar lo grandísimo actor que es. Su personaje es poco sociable, rehúye el trato con los demás, pero es honrado y no consiente que le falten al respeto. Tiene sus manías y sus pasatiempos peculiares..., como casi todo el mundo. Cuando aparece en su ferretería contando los tornillos que le mangonean y se caga en la reputa que los parió vaticino que voy a disfrutar de la película. No me equivoqué.