Tennesse Williams, premio Pulitzer de teatro en dos ocasiones, es conocido mundialmente por muchas de sus obras que fueron llevadas al cine. ¿Quién no conoce, aunque no haya visto, títulos como “Un tranvía llamado deseo”, “La gata sobre el tejado de zinc”, “La noche de la iguana”, “De repente el último verano”, “Dulce pájaro de juventud”, etc.? Dicho esto, ya es merecedora de al menos cierto respeto esta “La rosa tatuada”.

Primera parte: tras la muerte de su marido, Serafine llora sin descanso su pérdida, se refugia en los recuerdos y en la supuesta fidelidad de aquél en vida y tiraniza en cierta forma a su joven hija. El ritmo narrativo no está muy logrado y el personaje no nos resulta simpático sino todo lo contario.

Segunda parte: aparece Álvaro y todo da un vuelco. Ritmo adecuado, diálogos inteligentes, interpretaciones sublimes.

Ganó tres Oscar: el de fotografía, el de dirección artística y el de mejor actriz. Injustamente no le dieron un Oscar a Burt Lancaster, ese completo actorazo al que jamás había visto hacer un papel tan complicado y tan alejado de los habituales.

El otro día tuve doble sesión: vi por primera vez este título de Truffaut y a continuación “La impetuosa” de Cukor, por segunda vez. En Filmaffinity ésta tiene un 6’8, mientras que aquella tiene un 7’4. Me sorprende que entre mis Almas Gemelas valoren más a “Besos robados”. Se dirá que el equivocado soy yo. Ya sé que estos dos títulos no deben equipararse pero si tuviera que llevarme a una isla desierta uno de los dos...etc, etc, está claro cuál llevaría (y eso que la de Cukor tampoco es de las mejores de su filmografía). Me gustaría saber cuál elegirían ellos. Porque la de Truffaut no pienso volver a verla y la de Cukor seguro que la veré una tercera vez. Voy a apartarme de los méritos técnicos de la película (esos en los que los críticos favorables se apoyan cuando hay que valorar un film del “director de culto” y no encuentran otras virtudes) y voy directo al grano para aquellos que aún no la han visto.

Guión poco elaborado.
Personajes sin chispa ni interés.
Diálogos que no captan mi atención.
Actores nada notables.
No me conmueve el amor (?) de los protagonistas.
¿Una comedia? Ni una sola carcajada, ni una única sonrisa.
Lo peor: la secuencia de Antoine ante el espejo repitiendo sin parar los nombres de sus dos amadas y el suyo. ¡Puf! Habrá quien se baje los pantalones por esta “genialidad” del director.
Lo mejor (lo único bueno): el tema musical “Que reste t’il de nos amours?” que merecía unos planos más adecuados al romanticismo de su música y letra y no ese insípido comienzo con un plano en las antípodas de la belleza y del sentimiento.

Ya anteriormente otros usuarios han resumido el guión y han desarrollado sus alabanzas acertadas. Para mí, posiblemente, la mejor película de Woody Allen.
Después de haber quedado defraudado con las últimas seis o siete películas de Allen, al revisionar esta Hannah de nuevo, me reafirmo en lo que parece ya evidente: Woody ha envejecido y ha perdido las musas de la inspiración.
Porque hay un abismo entre "Hannah y sus hermanas" y "Scoop" (a la que ya critiqué en su momento). Un abismo de frescura, de diálogos, de dirección artística, de sentimientos, de montaje, de interpretación.
No puedo evitar enamorarme de Hannah, de Lee, incluso de Holly, gracias a la labor interpretativa de las actrices y sobre todo al cariño que muestra el director a los personajes. En cambio, no me enamoro de la Scarlett de "Scoop". No se puede comparar el gran Michael Caine con el simplemente guaperas Hugh Jackman, ni siquiera a los dos Woody Allen.
El personaje neurótico e hipocondríaco es magnífico. Woody se ríe de sí mismo, de todos y de todo. Aristóteles, Nietzsche, Freud, el judaísmo, el cristianismo, los hare-krisnas, caen en el mismo saco de lo inútil para nuestras vidas.
Recomendable para defraudados recientes del cine de Allen.

Quiero pedir perdón a aquellos que tuvieron la ocasión de ver esta película en los años de la niñez y, por supuesto, disfrutaron de ella. Yo la vi ayer. ¡Puf! me resultó muy difícil verla con ojos infantiles y, al menos, aguanté hasta el "The End".
Se puede ver, pero lo único que destaca es la ambientación y quizás el ritmo, porque los actores y los diálogos dejan mucho que desear. Sé que todos aquellos que hemos mamado el cine de los años 40, 50 y 60 en nuestra infancia solemos ser más benevolentes con títulos como éste, pero honradamente, ateniéndome a mi regla "revisionar sólo los films que haya puntuado al menos como interesante", no tengo interés alguno en volver a verla.

Ya en otra ocasión he escrito que para volver a ver un film tengo que haberlo puntuado con un 6 al menos (interesante, como mínimo). Ya veis que no volveré a ver este título de Truffaut. Se puede ver, simplemente eso.Y os explicaré las razones.

Está basado en un libro de Charles Williams, un buen escritor de novela negra (al estilo del gran James M. Cain) y del que recomiendo leer (si es que es posible encontrarlos, que lo dudo) "Asesinato en la laguna", "El Arrecife del Escorpión" y "Mar calmo" (del que Philip Noyce hizo en 1998 la interesante "Calma total", y digo interesante porque la he visto un par de veces ya). La novela en la que se basó Truffaut para hacer esta "Vivamente el domingo" (¡vaya titulito, joder!) se publicó en España con el título "La larga noche del sábado" ("The Long Saturday Night") y sin ser una de las grandes obras de Williams se merecía un respeto, puesto que en ella se aúnan la energía, tensión e inquietud propias de la novela negra.

A mí no me parece un sentido homenaje al cine negro americano y sí al cine timorato (salvo escasas excepciones) de Hitchcock. Y me parece que no puede uno ponerse orejeras y porque sea Truffaut perdonar lo imperdonable y exaltar lo que no tiene exaltación. Hasta los mismísimos Welles, Ford, Kubrick, Wilder, etc., hicieron alguna media cagada.

No es un film salpicado de humor suave y burlón porque algunos espectadores puedan tener una risa floja. Es más, justamente esos tintes cómicos son los que hacen enrojecer de rabia y vergüenza a los que conocemos la obra de Charles Williams y a los verdaderos amantes del cine negro. Hubiera sido más coherente hacer un guión blandengue de cualquier novelucha de la Agatha Christie y colocar unos actores más comediantes, porque ni el Trintignant ni la Ardant destacan en esa faceta cómica.

Que en cierto momento rinda un tributo de admiración cinéfila a Kubrick o a Clouzot no es para cerrar los ojos y aumentar la puntuación de una película.

¿Se puede ver? Sí, claro, no es mala, pero es un film menor en la filmografía de Truffaut que no se merece ningún tipo de alabanzas.

Supongamos que el Madrid del Capello gana la liga. Se lleva el mismo trofeo que el Barça ganó el año pasado. Ahora comparemos el fútbol de uno y el del otro.
Esta "Atrapados en el espacio" ganó 1 Oscar en 1969: Mejores efectos visuales. El año anterior había sido "2001" la ganadora de ese Oscar. Comparemos los efectos de una y los de otra.
En cuanto a la fotografía ya “lovecraft” lo ha dicho todo.
La película no está mal pero peca de un ritmo excesivamente lento, quizás influenciado el director por el ritmo pausado de la de Kubrick. Más de dos horas de metraje para contar algo que con hora y media habría bastado. Los actores no logran transmitirme del todo la tragedia que se les avecina y me rechina la interpretación del, en otras ocasiones, grandísimo Gene Hackman, quizás por el doblaje, porque siempre que hay un personaje gilipollas en un film le dobla el mismo, y es una voz que me da retortijones. La cara del astronauta soviético parece más la de un teleñeco o de alguien conteniéndose, a punto de soltar una carcajada de repente, sin motivo alguno (bueno, creo que fui yo el que se contuvo viendo su careto). El efecto antigravitatorio está muy mal conseguido... Y de todas formas, aún no siendo una de las grandes creaciones de Sturges, es un título que tiene su interés. Quizás por su actualidad, su verosimilitud.

El dictador de la Una, Grande y Libre vería con agrado este libelo.
Aún no comprendo cómo Fernán-Gómez se prestó a participar en este rancio panfleto antidemocrático.
Con la boba excusa del invento del científico don Carlos de un compuesto químico que elimina los instintos violentos de las personas, el director nos sodomiza con un guión aburrido, unos personajes estúpidos, un ataque a toda regla a cualquier intento inteligente de las naciones por lograr la paz mundial. En aquellos años España ya había entrado a formar parte de la ONU (gracias al apoyo yanqui). Bien, pues resulta que hay una reunión en París de dicha Organización y están todos los países menos España, para que los espectadores veamos que los dirigentes de esos países son todos unos botarates redomados, claro, aquí no, Dios nos libre de la Democracia y todas esas zarandajas. Resulta humillante ver que la presencia española en la reunión es la presencia de Fernán-Gómez bajo las siglas: PLUTO.
Una verdadera mierda, sin gracia alguna. No le he puesto "muy mala" por los dos minutos del personaje que encarna José Isbert.

En primer lugar indicaré que vi primero la original "Infernal affairs", hace un mes, film que me resultó interesante, bastante más que este remake vergonzoso, que copia descaradamente secuencia tras secuencia, que lo único que aporta de novedoso es (?) más cantidad de casquería y un lenguaje más soez (por cierto, cosas que ya sabemos propias de este director). Me gusta el cine de Scorsese desde 1973, año de “Malas calles”, hasta 1990, año de "Uno de los nuestros". Después, salvo la aceptable "Casino", su reciente cine me ha aburrido, decepcionado e incluso cabreado con títulos como "El cabo del miedo", "La edad de la inocencia", o los del que parece haberse convertido en su actor fetiche, el simplón Di Caprio: "Gangs of New York", "El aviador" y éste "Infiltrados".
Comparto totalmente la opinión de uno de mis críticos favoritos de este país: “Mi desencanto es grande. Me parece liosa, fría, ninguno de sus personajes consigue hipnotizarme, no aguanto a Nicholson. Pero es probable que yo tuviera un mal día..." (Carlos Boyero: Diario El Mundo). Yo no tuve un día malo.
En la primera hora hay música paliza, inadecuada, pésima, inaguantable, sin ningún miramiento al espectador que prefiere ver la película y no un viedoclip. ¡Odio todas esas películas que sin ton ni son te meten tracks uno tras otro sin orden ni concierto, sin motivo alguno, salvo que sea para luego vender el CD de la banda sonora a incautos incondicionales! Prestad atención cuando la veáis (o la volváis a ver).
El guión es el mismo de “Infernal Affairs”: dos topos infiltrados, uno en la policía, otro entre los delincuentes. El bueno y el malo. A mí me resultan los dos iguales de hijoputas en la de Scorsese, no así en la otra.
El Di Caprio y el Damon son dos mediocres actores. El Nicholson, soy fan suyo, resulta desagradablemente inaguantable (había oído maravillas sobre su interpretación, ¿quién lo entiende?). Quizás se salva, sorprendentemente, Mark Wahlberg.
Oscar mejor película, Oscar mejor director, Oscar mejor guión adaptado, Oscar mejor montaje. Mamones compadreando. Ellos se lo guisan, ellos se lo comen. Amiguismo y libre designación. Como la Administración Pública de un país (sobre todo la de éste).
Sé que todos aquellos que habéis puntuado con generosidad a esta película pondréis un NO ahí abajo. No me importa. No escribo críticas por dinero. Sé que algunos de vosotros cuando volváis a verla cambiaréis de opinión si lo hacéis con ojos críticos.

Porque sin su música la película perdería enteros y sería un tostón.
Magnífica introducción al film con títulos de crédito que apenas prestas atención puesto que tu mirada está puesta en los atletas corriendo por la playa, al ritmo de una bella música.
El resto es demasiado metraje para mostrarnos unos hombres con un loable afán de superar retos, pero creo que para incondicionales del atletismo, incluso pienso que éstos disfrutarán más con unas olimpíadas de verdad. A mí me resultó excesivamente larga y aburridilla.
Puede ser un canto al deporte pero también es una alabanza a la religión, sea ésta la que sea. Dios por aquí, Dios por allá. Sí, uno de los personajes terminó de misionero no sé donde y es parte de su vida lo que se cuenta, pero hubo, hay y habrá atletas, deportistas, que sin creer en seres superiores alcanzaron, alcanzan y alcanzarán la gloria. No aguanto los panfletos religiosos, ni los discursos extraterrenales.
Aunque parezca no venir a cuento (ver spoiler), ayer el Celta perdió en su campo tras una semana de acumular amuletos e invocar a divinidades numerosas. De nada sirvieron los (sic) "Ajos para espantar vampiros y tréboles de cuatro hojas para invocar a la suerte. Estampitas de santos y vacas pintadas de azul." (Juanma Trueba, diario "As")
Te cagas, lorito. Luego se ríen de los ritos tribales africanos ¡Qué país!

¡La cantidad de veces que he visto la serie de TV! ¡Con lo que me he reído hasta dolerme las mandíbulas y el estómago con cada capítulo..! Y en cambio, me he sentido mal con esta película tan floja, tan floja, tan floja...
No es que me haya aburrido, es que me dolía asistir al ocaso de uno de los más grandes humoristas de todos los tiempos de la televisión. Ya los anteriores intentos de cine difuminaron el personaje tan carismático que era. La anterior "Bean, lo último en cine catastrófico" me defraudó más de lo que esperaba, pero aún así me reí con varias secuencias: la del cine, la del hospital, la de los servicios, etc. Incluso los actores aportaban algo, Peter MacNicol, por ejemplo. Pero en ésta, oía reir a un par de viejas, de esas cuyas risas te mortifican cuando tú ves que no hay motivo para carcajearse, y sus risas se clavaban en mi corazón como dagas lacerantes. Los actores son tan mediocres como el 90 % de los gags. Atkinson no aporta nada nuevo a su personaje y se limita a repetir una y mil veces sus gestos y sus movimientos un tanto exageradamente. No conecté ni una sola vez con el Mr. Bean que conocimos hace más de quince años.
El personaje de la serie actuaba ante nuestros televisores en silencio, sin banda sonora que nos distrajera de la imagen. Ese era otro de los méritos de la serie. En este film hay música a patadas dando así una idem a la posible conexión entre espectador y actor.
¿Hay algo que se salve de la quema? Quizás la secuencia del auto-stop. Quizá el momento puntual de unos carnets que recuerda a otro momento de la anterior película.
Me considero un incondicional de Mr. Bean, pero con justicia no puedo valorarla ni como regular.
No, tampoco puedo calificarla por debajo del tres, por amor al recuerdo de una de las mejores series (mi favorita junto a "Los Soprano" y "Los Simpson") de la historia de la televisión. Y por piedad, el sentimiento con el que salí del cine.

Para empezar, fragmentos de críticas favorables:
“Un sólido discurso histórico”
“Un filme con empaque”
“Épica, pero también lírica”
“Aventura crepuscular con altura equiparable a un Peckinpah o un Sergio Leone”
“Una película que considero magistral”

A continuación, retazos de críticas desfavorables:
“Es aburrida, plúmbea, ridícula y patética”
“Es lenta, el guión es malo, los actores realizan caricaturas de sus personajes...”
“La realización es penosa, el abuso de los primeros planos es insultante...”
“¿Alguien me puede explicar qué se pretende conseguir dándole a Blanca Portillo el papel de un hombre?”
“El acento insoportablemente ridículo del pobre Mortensen”.


Con más de 6000 votos y unas 350 críticas “Alatriste” ha originado una suculenta polémica entre los usuarios de Filmaffinity. La conclusión es clara: a no todo el mundo le gusta la fabada. Pero, la fabada ¿es buena o es mala?
Los libros de Alatriste son aceptables, sin pasarse. Además he leído otros tres títulos de Reverte y sí, escribe bien, pero sus personajes son planos, sin chispa, sin esa energía necesaria para enganchar al lector. Como huevos fritos sin sal o esa fabada sin chorizo ni morcilla.
No valoro la película por sus secuencias de acción, que sólo son pasables, sino por el ritmo tan inadecuado y por el flojo trabajo de los actores.
Javier Cámara produce hilaridad. Ariadna Gil bochorno. Unax Ugalde bascas (invitación al vómito), el cual hace una interpretación pésima de Iñigo y al que sólo le falta decir “¡qué guay!¡mola un mazo!”. Y no hablemos de la voz “cuasi-el-padrino” del Vigo Mortensen, que es el único que se salva a medias no siendo un actor de mi devoción.
Si Díaz Yanes se hubiera limitado a llevar a la pantalla el primer libro de Alatriste seguro que habría salido una película más redonda, más sólida, menos ininteligible para los que no han leído la serie... Y le habría dado pie para realizar Alatriste 2, Alatriste 3, etc. Pero incomprensiblemente, con el consentimiento de Pérez Reverte, hace una mezcla confusa a la que falta metraje para abarcar tantas páginas.
No es un film para recomendar a los amigos.., tampoco a los enemigos ( a éstos es mejor recomendarles "Eragon")

Querido usuario de Filmaffinity:
Si eres un apasionado de la clásica es un pecado no poseer las mejores obras de Ludwig Van y entonces esta película te sobra, porque doy por hecho que tienes un aceptable equipo de música y para disfrutar de la Novena no hace falta que tengas que ver a unos actores haciendo como si la sinfonía hubiera que dirigirla con movimientos de tai-chi-chuan.
Si la clásica te resbala seguirá resbalándote al término de la visión de la película.
No pierdas el tiempo. Ha hecho Kubrik más con su “La naranja mecánica” por la música beethoviana que la Holland con este guión pobre y poco creíble.
Comparándola con “Amadeus” pierde por goleada. En la de Forman sientes la admiración y la pasión de Salieri por la música de Mozart. Aquí, ni la Holtz, ni el sobrino, ni siquiera Beethoven me conmueven, por mucho que lo intenten.
Me repatea en esta historia oir al maestro repetir machaconamente de principio a fin que Dios es la música. En el Infierno estarán los que creyeron lo contrario, digo yo.

Si califico a una película por encima del 5 quiero indicar que al menos tiene algún interés. En caso contrario, evidentemente, carece de él. ¿Cuándo veo un film por 2ª, 3ª, 4ª,... enésima vez? Cuando la he puntuado como mínimo con un 6 tiene posibilidades de nuevos visionados. Es decir: cuando es “INTERESANTE”. Y como a esta “VOLVER” no pienso VOLVER a verla la dejo con un 4, un 5 si soy generoso con la Penélope o con la Maura.
Porque me deja indiferente y en unos días sólo quedará el recuerdo de la silicona (¿a qué viene ese picado sobre las tetas de Penélope sino es para eso?) y del culo ensalzado con prótesis.
Sí, la película es una excusa para el lucimiento visual y, ¿porqué no reconocerlo?, lucimiento interpretativo de la Cruz, que tampoco se pasa salvo echar unos lloros por aquí, unos lloros por allá, unas sonrisas por acullá. En “Volver” todo huele a chamusquina rancia, aunque el personaje de la Portillo fume porros cual hippy inconformista.
Es una historia que me deja indiferente, porque se ve venir, nada me sorprende, el mismo universo femenino almodovariano, maridos degenerados, violadores, infieles y borrachos, play-back fútil e innecesario del tema cantado por Estrella Morente, metraje excesivo para lo que se cuenta...
Resumiendo: se puede ver, pero es un culebrón que si lo hubiera filmado Perico El De Los Palotes habría pasado desapercibido para esta crítica española tan nuestra. Me recuerda más a un programa de la llamada telebasura que a otra cosa.
¿Se imaginan ustedes si se hubiera rodado en los años sesenta, con guión de Azcona, por Berlanga? Por ejemplo.

Ante todo quiero dejar claro que el fútbol me apasiona... hasta ciertos límites.
Creo que tuvo una buena taquilla. No me extraña. Hay tantos ejemplos de bodrios cinematográficos que reportaron ingresos generosos... La estupidez humana no tiene límites, aquí, allá, antes, ahora y después.
Una historia tan predecible como inverosímil, con unos actores que están ahí ... uno no sabe bien las razones. Michael Caine y Max von Sydow dan caché pero con su sola presencia, no es menester que hagan interpretaciones sublimes y aquí simplemente están. El Stallone rechina como cuchillo cortando hierro herrumbroso. Es malo como actor y como portero es pésimo. John Huston demuestra que no tiene ni puta idea del balompié.
Stallone le pregunta a Caine momentos antes del partido “¿Qué hago en un córner?” Y yo digo: ¿pero para qué coño tantísimos entrenamientos?
Alguien por ahí ha escrito que es una exaltación del fútbol y del deporte. Lo dudo. No creo que haya un solo espectador que no gustándole el fútbol haya sentido interés por él después de ver este guiso mal aderezado.
Siento bochorno que alguien pueda equiparar este título con “La gran evasión” de John Sturges o con “Le trou” de Jacques Becker, por ejemplo.
La peor película de John Huston, o una de las peores.

Visualmente tiene atractivo, el ritmo narrativo es el adecuado, pero...

El film pierde consistencia por mezclar un cuento fantástico con el drama de los guerrilleros republicanos que no pudieron o no quisieron salir de España (Franco los llamaba “Bandoleros”). Es como servir en el mismo plato mezclados unos macarrones a la boloñesa con una sopa de cocido.

Tremenda violencia gratuita en las torturas efectuadas por el capitán. Escenas excesivamente truculentas para mostrarnos un sádico militar, como equivocado símbolo del franquismo. Porque sólo una parte de los fascistas queda reflejada en la figura que encarna notablemente Sergi López. En el fascismo había y hay cabida para personas aparentemente normales. Ese era y ese es su verdadero peligro.

¡Aysss!, ¿qué tendrá la Ariadna Gil que me da repelús en todas las películas en las que trabaja, pero en ésta el rechazo llega al infinito?

La Maribel Verdú está aceptable en su papel. Físicamente la pobre está hecha unos zorros.

Las series de pruebas que la niña tiene que resolver son tan incongruentes, tan fuera de lógica, que o bien Guillermo del Toro muestra una incoherencia supina o bien un cabal conocimiento de la mente ilógica de la niñez. Los detractores que se apunten a lo primero, los admiradores a lo segundo.

En el laberinto, una de las paredes se abre ante la niña y cuando llega el capitán la pared se ha
cerrado. Este suceso, ¿es realidad o es fantasía?

Estoy un poco harto de las películas que empiezan casi por el final.

Luppi, ¿qué coño pintas ahí?

La he visto en televisión, en el canal TCM. Veo que sólo tiene 150 votos, esto quiere decir que más de un 99 % de los usuarios de Filmaffinity desconocen este título y, aunque no sea una obra maestra, es merecedora de al menos un visionado.
Preminger, discípulo de Lubitsch, fue un hábil experto en el cine tradicional norteamericano con más de treinta películas en su haber, de las cuales destacaría (subjetivamente, claro) "Cara de ángel", "Río sin retorno", "Anatomía de un asesinato" y, sobre todas ellas, la magnífica "Laura".
Trata de un policía violento, Dixon, el cual, haciendo veriguaciones sobre un caso golpea y causa la muerta accidental de un sospechoso. Parece una historia simple, podemos anticipar el nudo del guión e incluso el desenlace, pero mucho más previsibles eran los guiones de Hitchcock. La película se ve con verdadero interés y merece la pena el trabajo de Dana Andrews y la participación del gran Karl Malden.

Me pasa con Imanol Uribe lo que con otros directores (españoles o no), que parece que promete...pero nunca cumple. Con un buen elenco de actores, en principio, no logra sacar partido de ellos. Solá está demasiado carente de viveza. Botto está pésimo en su rol de esquizofrénico. La Adriana o no para de hablar o no para de sonreir. causándome ambas cosas desagrado continuo. Fernán-Gómez está por estar, su papel lo habría podido interpretar desde Jesús Bonilla hasta cualquiera que pasara por la calle en el momento del rodaje. Lo mismo digo del personaje de Charo López.
La novela de Muñoz Molina será magnífica (yo no la he leído) pero el guión es flojo, repetido hasta la saciedad y conjeturable y aburrido como una misa de siete de la tarde o siete de la mañana. Cuarenta años antes ya se hizo una obra maestra: "El cebo" de Vajda. ¿Qué aporta esta "Plenilunio"? Un policía que viene de Bilbao. Un cura rojo. Una historia de amor (?) Para rellenar hasta casi dos horas tediosas de una historia que produce más bostezos que otra cosa.

Varios usuarios han escrito críticas verdaderamente interesantes. Yo sólo hago unos apuntes mínimos.
Si eres un apasionado del jazz y del cine de Woody le habrás puesto o le pondrás un 9 ó un 10.
Si odias o no te gusta el jazz y si Woody no te cae bien..., un 3 ó un 4.
Si no te molesta el jazz y no te desagrada el cine de Woody... , un 5 ó un 6.
Calificarla de mala sería propio de ignorantes, cenutrios y maníacos.
Yo le pongo un 7. Me encanta el jazz. Woody Allen me cae bien. Su cine me agrada, salvo algunas excepciones, no soy un adepto incondicional. Sean Penn está realmente muy bien. Es comedia inteligente y es drama cálido... A mí también me gusta ver los trenes pasar.

Welles era un apasionado de las tragedias shakespearianas. Rodada en 23 días con poco dinero y escasos medios vuelve a demostrar que además de cineasta es un creador. Hay un respeto a todos los monólogos de la obra de Shakespeare pero nos los relata de variadas formas, para no quedar encorchetado en una posible apatía teatral. Hace una interpretación sublime de Macbeth (todos ensalzan su labor como director y pocos parecen reconocer que era un grandísimo actor que dotaba de una energía admirable a sus personajes) lo mismo que Jeanette Nolan de Lady Macbeth (actriz vituperada en EEUU e Inglaterra por este papel, vaya usted a saber el motivo).
Fue un total fracaso comercial, bueno, también lo fue incomprensiblemente la excepcional "La dama de Shangai" de ese mismo año, pero el tiempo se ha encargado de valorarlas en su justa medida.
A pesar de la escasez de decorados crea un clima onírico, una atmósfera fantasmagórica gracias a su total dominio de la luz y de la sombra. El castillo parece más una caverna que un edificio donde no hay puertas ni casi aposentos. Con el primer plano del film mostrándonos a las tres brujas en un paisaje de niebla sabemos que vamos a asistir a la proyección de una película diferente, de un poder visual fuera de lo normal.

Escribir que es una tragicomedia lúcida, desengañada y febril me parece el colmo del snobismo propio de la gran mayoría de los críticos de cine de este país. Para que una película capte la atención del espectador requiere ciertos condicionantes: predisposición de ánimo, guión atrayente, personajes interesantes, ritmo adecuado, etc. La predisposición era óptima pues siento algunas simpatías por Cassavetes, del que he visto las aceptables “Gloria” y “Una mujer bajo la influencia”. El guión, aparentemente, parecía tener cierto interés: tres amigos que asisten al entierro de otro amigo, sus emociones y sus miserias. A los diez minutos empiezo a decepcionarme. Me encantan Gazzara, Cassavetes y Peter Falk (para siempre el afable Colombo) como actores, pero ¿de qué van en este film?. ¿Qué está ocurriendo?, ¿porqué empiezo a perder la atención? El doblaje (¡a la hoguera con esos dobladores pésimos, culpables de bajas puntuaciones!) no acompaña, estoy de acuerdo. Pero es algo más. Tres hombres hechos y derechos (en 1970 tienen entren 40 y 43 años, la edad que además aparentan) haciendo el payaso en la calle, en el restaurante, en el autobús, en el hotel, me chirría tanto, me parece tan increíble que no me deja lugar nada más que para pensar que son tres verdaderos babiecas, tres perfectos gilipollas, tres bobos de tomo y lomo y a partir de ese instante dejan de importarme sus estúpidas vidas, porque no hay una óptica de comedia sino de drama. A esto se añaden unos diálogos tan pésimos, tan de besugos, tan en las antípodas de la inteligencia, que parece como si no supieran qué había en el guión (si es que había algo). Y si hablamos del ritmo del film apaga y vámonos. La secuencia de ocho o nueve personas cantando (unos 15 minutos) cada una por separado en el restaurante es tan paliza que ya dan ganas de irse a dormir. La secuencia de los tres en los servicios del bar es tan larga y tan insultante para la comunicación humana que parecen planos y diálogos del Gran Hermano. Pero es que es así toda la película, soporífera a más no poder. Y mira que me gustaría ser más benévolo pero me es imposible. Una tras otras van sucediéndose secuencias somnolientas, de unos diez - quince minutos de duración cada una, en las que los personajes hablan y hablan para no decir nada y se ríen sin motivo alguno. A aquellos que “Whisky” les pareció una buena película que se abstengan de ver “Husbands” y utilicen el tiempo en otros menesteres. A los que no les gustó “Whisky”, que huyan raudos y veloces. ¡Qué decepcionante, señor Cassavetes!