Pues, en resumen para el que no la haya visto, es como verte "Karate Kid" leyendo las obras completas de Paulo Coelho al mismo tiempo; donde abundan los batiburrillos sin sentido (tanto de frases como de imágenes) y chorradas pseudoespirituales aderezados con un buen chorro de autosuperación.
Un niño pijo que a la vez es un fantástico gimnasta se topa con un Nick Nolte convertido en profeta que, a pesar de no decirle jamás su nombre, se convierte en su entrenador tras demostrarle que estaba vacío. Y de ahí a la gloria, previo paso por un terrible accidente de tráfico, va solo un paso.
Ah, y lo más importante. El mayor mensaje de esta película es que nos demuestra que "Dios vuelve en una Harley" es una historia basada en hechos reales.

La temática que aborda la película es interesante y nos atañe a todos, pero no dejo de entrever que el óbjetivo de mostrar y denunciar se quedó a medio camino. Hay partes muy monónotas y aburridas que se hacen interminables y que no ahondan en lo que uno había previsto sabiendo quién dirige el film. Y, sobre todo, el final, muy exagerado, no concuerda para nada en lo que se venía viendo.
Un regular, porque para mí no cumple el propósito deseado.

Película muy lograda que nos hace un repaso de esa noche en que la dictadura más duradera de Europa (Estado Novo -Salazar y sus secuaces-) se vino abajo. Un canto a la libertad y a la soberanía del pueblo, un pueblo amedrentado por los continuos vapuleos, censuras, guerras y hambres, que queda resumido en esa bella canción (Grandola Vila Morena).
María de Medeiros se retrata de pequeña en esa preciosa niña que es un espectador más de los grandes hechos que estaban sucediendo. Muy recomendable.

Difícil de definir, la verdad. La película nos muestra el mundo hortera de los casinos de Las Vegas sin escatimar en cantantes de medio pelo, chaquetas con lentejuelas y topicazos como "ir a parar al desierto" o mostrarse duros con los que hacen trampas, eso sí, acompañado de una música ochentera para meternos bien en esa piel.
Hay tres historias dentro: por un lado, la historia principal, la de William Macy (o el hermano gafe de Horatio Caine) con Maria Bello, historia de amor que en ningún momento se sostiene y que no cuaja de ninguna de las maneras. Por otra parte, la de Baldwin, director de casino al que la soledad empieza a pesarle y ve que el paso de los años van haciendo mella y, por último, una historia incompleta, la del hijo de Macy, historia que creo que debería haber pulido más.
En resumen, una película que, entre cartas astrales y rachas de suerte y de mala suerte, nos muestra todo lo que no es un thriller y que cojea mucho, muchísimo (exceptuando a Alec Baldwin; sí, han oído bien).

Drama sentimentaloide con temática a la que se recurre por enésima vez que, a mí particularmente, me ha dejado indiferente. Ahonda en el amor de una persona por demostrar la inocencia de su hermano, y lo que deriva de ese amor (que algunos creen enfermizo) con tal de sacarlo de la cárcel. Otro más basado en hechos reales.
Bien las actuaciones de Swank y de Rockwell. Los secundarios no están a la altura de las circunstancias.
Por otro lado, deberían haber prescindido de tanto flashback que a la larga acaba por aburrir a la par de ser reiterativo.

Pues resulta que los "malos" son una banda de jamaicanos que hacen voodoo (sí, como lo oyen) y el más malo de todos se llama "screwface", que viene a significar "mira, tengo los ojos verdes a diferencia de los demás jamaicanos" y atentan contra la familia de nuestro Stevie, que se enfada mucho y va a por ellos hasta en Jamaica. Pues el tío se planta en la mansión de semejantes mafiosos y hay una fiesta, como aquellas de Tony Montana, pero en esta ocasión Al Pacino es transformado en un tal Basil Wallace y la gente oye reggea a toda hostia mientras los seguratas van con metralletas y ¿adivinan? Sí, con gorro jamaicano y con rastas, cómo no. Pues Stevie explota bombas, pega tiros y hasta corta cabezas, zasca. Diálogos duros, tan duros que duele oírlos ("Os doy hasta mañana, si no: la muerte" ¿Querías caldo? Pues toma dos tazas) y escenas de lucha cuerpo a cuerpo muy variadas (si por variedad entendemos el pegar moviendo la muñeca derecha o la izquierda). Una auténtica PARODIA pero mala, mala, mala.

Se deja ver, dando datos historicos que tanta falta nos hace.
Las actuaciones mas destacables son las de Carmen Conesa y de Juan Diego, no asi tanto la de Juan Echanove, papel que yo no lo veo tan creible.
Critica de los ultimos fusilamientos franquistas, convirtiendose asi en una pelicula necesaria para la memoria historica pero no tanto para el disfrute.
Lo peor, el mostrarnos a los condenados como luchadores y, asi, menospreciando la muerte de la persona por cuyo asesinato estaban siendo juzgados. Se le pudo haber dado otro prisma.

Vale que la podriamos calificar como parodia, pero realmente este mejunje de tarados no puede convertir este fallido intento en una critica al papel de la mujer en los años setenta ni mucho menos provocar hilaridad.
Lo de Will Ferrell es para hacerselo mirar. Solo opino que en España, Jose Mota podria haber hecho algo similar a lo de este sujeto y ahora lo estariamos crucificando.
La chica es de lo mas correcto que pude encontrar en la hora y media que dura, y eso ya es decir. Aunque quizas, las mejores representaciones las tengan los animales.
De verguenza es la aparicion de Ben Stiller, sin desmerecer el desproposito de Tim Tobins.
En fin, humor sin sentido y cutre de principio a fin, propio de estas pseudopeliculas.

Yo no se por que razon una persona se ve abocada a dirigir semejante mierda, pero lo cierto es que Burton deberia hacerselo mirar. Un correcalle de bichos que lo mismo corren a cuatro patas que de manera bipeda o que montan a caballo, que lo mismo hablan que emiten chillidos selvaticos, que tienen incluso casas de verano en la selva para evadirse del agobio de sus ciudades, que hablan un perfecto ingles...
Lo del final ya es que no tiene nombre. La pobre Cheeta y Copito de Nieve deben estarse revolviendo en sus tumbas cada vez que alguien ve semejante patada en la entrepierna del buen gusto. No le pongo menos nota porque no puedo.

Sobrevaloradísima película que, a la par, resulta (al menos a mi modo de ver) irritante con tantos flash-back cargándose lo anterior. Novedosa hasta cierto punto (llega a recordar "Al diablo con el diablo" cuando Brendan Fraser se despierta cada día en una vida distinta por algo que no pidió correctamente), interpretaciones justitas (sólo Amy Smart parece dar todo de sí misma) y un final aceptable. Sin más. Muy sobrevalorada. No es para tanto.

Coincido con algunos en que, visto lo visto, la idea era buena pero se ha quedado en nada. Una cutre crítica al movimiento televisivo y una cutre crítica al movimiento religioso (¿o son los dos movimientos lo mismo?).

Lo del acento de Jordi Mollá, a veces como Torrente, ha sido una sorpresa. A mí Florinda Chico no me ha gustado, ¿qué quieren que les diga? Y en cuanto a Candela Peña, pues se pasa toda su actuación leyendo en vez de hablando. En lo referente a Alex Angulo, papel testimonial que podría ser más acertado si no se tratase de un leve cameo.

En resumen, floja, muy flojita esta película. Que Mollá lo siga intentando...

Insoportable, sin gracia, patética, ridícula, estúpida, vulgar, absurda, asquerosa, ¿he dicho insoportable? ¡Dios! ¡qué cosa más mala! Lo triste es que mierdas como estas cuesten dinero (y luego se quejan de que uno las descargue por internet) ya que pagar por ver semejante bofetada al sentido común debería ser considerado delito. Me abstengo de hablar del tal Sr. Black y del Sr. Cera, ya que visionando los diez primeros minutos (si no se ha ido antes a vomitar) queda todo dicho de ellos.
En fin, el que quiera que pruebe. Y si llegan al final los consideraré héroes.

Tontería superlativa donde las haya, aderezada con unos "actores" que nunca encuentran su sitio. Creo que ni a Paco León puede salvársele ya que está muy impregnado de los dejes y poses que utiliza en la serie. Por lo demás, los diálogos son mediocres y la interpretación es digna de series de televisión para adolescentes.


Por otro lado, la publicidad descarada a cierto restaurante sobra en la película.

Buena película, y dentro de ello, buena por la propuesta diferente que nos ofrece. La ambientación es hermosa y, en cuanto al guión, ahí radica lo diferente, cosa que es de agradecer.
Luis Tosar está espléndido, al igual que Esperanza Pedreño.
Sin embargo, me quedo con la pareja de ancianos que nos enseña y demuestra que dentro de esa liturgia que es el amor muchas veces las palabras sobran.

Supongo que no diré nada que ya no se haya dicho de este bodrio infumable que han disfrazado (sin éxito) de película.
Me parece una falta de respeto absoluta a la inteligencia de los espectadores y al recuerdo de ese gran juego que hace años causó furor.
Sin más, no sirve ni para pasar el rato. No hay excusa que valga para verla. Me siento culpable...

No creo que deba extenderme en la crítica, en principio porque diciendo que la película es flojísima, se dice todo. La primera media hora promete a la vez que nos hace atisbar que es un aburrimiento mayúsculo el que nos espera, pero luego gira de una forma previsible y tópica, echando por tierra una idea que podría haber sido mejor aprovechada.
Poca credibilidad aporta Hugh Jackman, al que el papel se le queda grande, y flojito McGregor, como en general toda la película en sí.
En fin, una más sin mayor trascendencia y que se olvidará a las pocas horas de haberla visto.

¿Pues qué quieren que les diga? No he encontrado en esta película nada que no se haya visto ya en las miles anteriores sobre la temática estudiantil estadounidense. Todo ese tema, harto utilizado, de la popularidad llega a ser cansino. Animadoras, fiestas, padres guays, la típica protagonista que posee un dominio de la metáfora y del sarcasmo impropio de su edad... Pesadísima y aburrida, sobre todo en el tramo final (que se hace interminable), nos intenta colar que esa chica (Emma Stone) no encuentra su sitio y que es marginada por la mayoría popular y "guapa" del instituto. ¿Pues qué quieren que les diga? Yo, personalmente, no me lo creo.

La gran sorpresa me la he llevado al leer una comparación entre esta película con "Uno de los nuestros" o "Una historia del Bronx". ¿De verdad hemos visto el mismo film o es que nos hemos vuelto locos? "Memorias de Queens" es liosa, tramposa, confusa, da pie al engaño, es muy difícil de seguir y/o de entender, a parte de ser un vivo retrato de cientos de películas que han abordado esta temática con mejores resultados (el difícil regreso a casa, la marginalidad de ciertos barrios, etc).
En fin, para mí, una película muy limitada y que cae en uno de los clichés más utilizados dentro del cine. Una película olvidable.

A recalcar, ésta es una película de acción, no es un thriller. Claro está que posee un argumento mil veces usado y que mil veces más se usará, y que posee un mensaje patriótico neo-americano que puede causar repulsión en algunas partes (lo que no es entendible es que la película sea ¿francesa?).
Dicho lo cual hay que matizar en que dentro de película de acción se aproximaría más a "Misión Imposible" que a "El caso Bourne", con una nube de muertos que supera lo inverosímil.
En fin, digan lo que digan, entretiene, por eso ese 5 de nota final. Y nos hace sacar un atisbo de sonrisa al parodiarse a sí mismo con esa royal con queso que tanto nos gustó en Pulp Fiction.

Película altamente inquietante en algunos momentos y tremendamente precursora en muchos aspectos del cine. Se trata de poner en tela de juicio el concepto de caridad cristiana, o de cómo el tener buenas intenciones no siempre conlleva conseguir lo deseado.
Una introducción a la autotortura (corona de espinas, clavos, martillo) nos van dando a entender el espíritu de la protagonista, al igual que el ambiente y música reinantes en la primera media hora de la cinta.
A su vez, Buñuel traza un paralelismo entre la religión y el pueblo que queda plasmado en la escena en que se detienen a rezar el Ángelus.
Totalmente imprescindible.