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Críticas ordenadas por:
El heredero del diablo
El heredero del diablo (2014)
  • 3,5
    1.544
  • Estados Unidos Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett ...
  • Zach Gilford, Allison Miller, Robert Belushi ...
2
Rosemary's Activity
El heredero del diablo es una película de las de cámara al hombro de esas que tanto se llevan en el cine de terror de los últimos años. Y quien dice cámara al hombro, dice cámara en el conducto de ventilación, cámara en la solapa, cámara en el supermercado... control absoluto, vamos. Concebida como la clásica película de posesiones, llega a los cines con unos cuantos años de retraso.

La dupla formada por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillet dirigen y, aunque su trabajo es bastante pobre en la mayoría de facetas, lo que más le reprocha quien suscribe es su alarmante falta de ideas. Tenemos que partir de la base de que el guion ya reduce las posibilidades, puesto que plantea un Rosemary's baby fusionada con Paranormal activity, pero lo de hacerlo en plan cutre es cosa de la pareja de realizadores. No hay ni un ápice de originalidad en ninguna parte y todo se reduce a un frustrado intento de crear tensión con la cámara al hombro, o a veces posada sobre una mesa. El por qué de que no haya nada de nerviosismo para el espectador en El heredero del diablo es bien simple: siempre vamos varios pasos por delante de los personajes, de las imágenes y, si me apuran ustedes, también de los directores. Haber visto cine de terror y tener en la mente escenas clásicas no es justificación para plagiarlas intentando que, por el cambio de formato, parezcan diferentes. No hay miedo porque todo se sabe, porque la estridencia llega cuando en nuestro reloj mental suena la alarma que la anuncia y porque el trabajo de iluminación, clave en películas de estas características, es, como mínimo, bastante mediocre. Por último, hay que mencionar los pobrísimos diálogos y esos ridículos momentos en los que algún personaje se encuentra hablando solo y haciendo, curiosamente, las mismas preguntas que hace el retrasado de turno que ve contigo una película que él ya ha visto y tú no, como considerándote tan tonto como para no entender tú solito lo que vas a ver. Todo muy de mentira.

Allison Miller y Zach Gilford protagonizan la película. Miller empieza bien, cuidando su vergonzosamente estereotipado personaje de chica alegre, vivaracha y llena de humor, pero cae en un ridículo importante cuando la cosa intenta (porque no lo consigue en ningún momento) ponerse seria. Gilford, por su parte, se mantiene muy regular desde el principio. ¿Que es tan creíble como un caracol interpretando a Hannibal Lecter? Sí. Pero es así de nefasto desde el principio, así que la regularidad la mantiene. De los secundarios, el único que tiene algún momento destacable en pantalla es Sam Anderson, que resulta ser el más acertado del reparto.

Resumiendo: El heredero del diablo es bastante mala, pero no es mala del todo. Podría haber sido más o menos original de haberse hecho hace 30 años, pero ha llovido bastante desde entonces y ahora no te basta con un hijo del diablo y una cámara al hombro para dar miedo o atraer la curiosidad del espectador. Es, seguramente, una de las películas más olvidables que he visto en bastante tiempo, sin ser la peor de todas.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Her
Her (2013)
  • 7,5
    79.525
  • Estados Unidos Spike Jonze
  • Joaquin Phoenix, Amy Adams, Rooney Mara ...
8
Buscaminas
Her es una película única. Una historia de amor dramática, cómica, ilógica y pese a ello totalmente comprensible... Una historia viva, en definitiva.

Spike Jonze escribe y dirige la que para muchos (entre los que me incluyo) es, hasta la fecha, su mejor película. Jonze nos presenta una historia en un futuro tan cercano que, salvo por sutilezas físicas, es casi nuestro presente. Ahí nos suelta en medio de la historia de amor de un hombre y un sistema operativo que aprende a toda velocidad. Jonze hace que lo que descrito sobre el papel parece una barbaridad se convierta en una de las historias más conmovedoras de los últimos años y eso lo logra gracias a un tacto y a una sutilidad de un calibre pocas veces visto. La dirección de Jonze es una canción de amor en el que la melodía habla de algo que todos sabemos y la letra nos cuenta una historia que hemos vivido en la que cambia el nombre de nuestra pareja. Spike Jonze coge lo general y lo convierte en particular; coge lo banal y lo convierte en indispensable; coge la fantasía y la convierte en realidad. Todo eso lo hace acompañando a su protagonista a cada rincón, destapando sus capas mientras él se desnuda interiormente ante su nuevo gran amor. Jonze trata con un tacto de seda la expresión más pura del amor y, planteando un punto de partida tan insólito como consciente y seguro de sí mismo, logra que el desarrollo sea una confirmación de sus ideas tanto para él mismo como para sus personajes y, lo que es más difícil, también para el espectador.

Joaquin Phoenix es Dios. Ya está, ya lo he dicho. Avisad a los curas de que están adorando a una deidad falsa y que el auténtico, único e incomparable, está protagonizando Her. Si con I'm Still Here parecía que Phoenix había tocado techo y que nunca podría superarse, en Her nos encontramos un último escalón que muestra una ternura, una capacidad de asimilación y capacidad de expresión de ideas a la altura de muy pocos a lo largo de la historia. Que me lapiden los puristas más puristas si quieren, pero no puedo dejar de decir que Joaquin Phoenix es uno de los actores que mejor trabaja y más completa a sus personajes de toda la historia del cine. Amy Adams ejerce de secundaria con un trabajo verdaderamente soberbio, al nivel de lo que está siendo su carrera en los últimos tiempos. Scarlett Johansson participa, con su voz, interpretando (de forma impresionante) al sistema operativo más impresionante jamás visto. Rooney Mara hace un buen trabajo pese a tener solamente una escena más allá de los flashbacks y Olivia Wilde, que también aparece en una única ocasión, hace un trabajo perfecto para cerrar un casting que completa Chris Pratt con muy buena labor.

Resumiendo: Her es indescriptible. Hay que verla. Calará muy hondo en unos y habrá quienes no puedan pasar del minuto 20. Para los que pertenecen al primer grupo, Spike Jonze es un tipo al que, desde que vemos la película, le debemos todos un gran favor. Bravo.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
12 años de esclavitud
12 años de esclavitud (2013)
  • 7,3
    64.433
  • Estados Unidos Steve McQueen
  • Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Lupita Nyong'o ...
7
La vida sigue igual...
12 años de esclavitud lleva a la gran pantalla la autobiografía de Solomon Northup, un mulato que nació libre y que, por culpa de una sociedad enferma, terminó pasando 12 largos años junto a otros esclavos que nunca debieron serlo.

Steve McQueen (no, el rubio guapo no, sino el negro grandote) dirige esta gran película. La fuerza del trabajo de McQueen se encuentra más en la crudeza de la imagen muda y del diálogo que esconde violencia que en los latigazos y la tortura. De hecho, cuando el castigo y el silencio se combinan en una magistral secuencia en la que el protagonista tiene que mantenerse de puntillas para salvar su vida, es la poesía de la nada lo que hace que el dolor sea tan insufrible. McQueen se acerca a su protagonista y lo marca de cerca, ya sea en su absoluta soledad con planos cortos o en una de las escaramuzas en las que se ve envuelto, repartiendo, ahí, el protagonismo entre los personajes que abarca el objetivo de la cámara. Los campos de algodón son arte vivo en manos de una fotografía tan cuidada como la que encontramos en 12 años de esclavitud, que se esmera en la composición de cada imagen para calar más hondo al espectador que si se limitara, "simplemente", a mostrarnos una crudeza que confirma que el ser humano es el auténtico cáncer de este planeta, que siempre lo ha sido y que, probablemente, siempre lo será. Sé que mi última frase puede parecer sensacionalista, pero es algo que hay que aceptar si se ve 12 años de esclavitud, pues el único error de McQueen es que no parece confiar al 100% en su capacidad para construir la historia sin ser explícito y recurre, en demasiadas ocasiones, a masticar demasiado el producto para que el espectador lo digiera con facilidad. Eso es lo que no me gusta de 12 años de esclavitud.

Chiwetel Ejiofor hace un trabajo estupendo, pero al menos para quien suscribe, le falta un puntito más. El personaje se presta a una interpretación legendaria por la cantidad de matices, de secretos bajo la piel y de diálogos mentales que tiene y Ejiofor parece quedarse en una capa intermedia. Michael Fassbender es, en el apartado masculino, el mejor de la película y con mucha diferencia para mí. Su trabajo consigue atormentarnos más desde la mirada incomprensible y salvaje que desde el grito, algo que dice mucho a su favor. Lupita Nyong'o hace una labor descomunal, siendo una de las armas más mortíferas con las que la película hiere la sensibilidad del espectador en su apartado dramático no explícito o, incluso, siendo la máxima responsable de que se sufra a unos niveles inhumanos en determinados momentos. Sarah Paulson es otra de las que merece mención especial por el miedo que mete simplemente con esa loca seguridad que muestra cada vez que entra en plano. En un apartado ya más secundario, apareciendo en distintos momentos de la película, aparecen otros actores que aportan lo suyo, destacando Paul Dano como el más potente, tanto por personaje como por interpretación, y Brad Pitt, que aunque no parece vaciar todo su talento en su casi cameo, protagoniza una gran escena rodeado de chapas de madera. Benedict Cumberbatch también merece ser mencionado por mostrar los matices que marcan a su personaje y Paul Giamatti saca a relucir su talento en el espacio que tiene reservado en la primera parte del metraje.

Resumiendo: 12 años de esclavitud es una grandísima película, una historia que hay que ver, que sentir y, sobre todo, que conocer y comprender, y Steve McQueen es el culpable de todo lo bueno que compone la película. Sin embargo, el director es también el máximo responsable de una violencia que, si bien no es ni mucho menos gratuita, parece descomponer el alma turbia de una historia en la que es mucho más importante el silencio y la intuición que las palabras y la acción.
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Guardianes de la galaxia
Guardianes de la galaxia (2014)
  • 6,9
    62.714
  • Estados Unidos James Gunn
  • Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista ...
8
¡Toma ya!
Guardianes de la galaxia adapta un comic de Marvel que está lejos de tener la popularidad para el gran público que puedan tener los X-Men, Spiderman y demás. Sin embargo, y según los que saben del tema, es uno de los que goza de una mejor historia. Visto lo visto, me lo creo.

James Gunn dirige esta maravilla de la fase 2 de Marvel que es Guardianes de la galaxia. Nicole Perlman es la encargada del primer guion, que fue revisado por Chris McCoy para ser rematado, finalmente, por el propio James Gunn bajo la atenta mirada de un entusiasta Josh Whedon (Los vengadores) que ya se frota las manos con la tercera fase de las películas de Marvel. El trabajo de Gunn es una verdadera maravilla. Lo primero, y para mí lo más importante, es cómo consigue que los personajes se mantengan en un equilibrio perfecto y, pese a que está claro quién es el protagonista, nunca se pierden de vista las historias personales de cada miembro del grupo o, en su defecto, las características que forman la personalidad de cada uno de ellos. La acción está rodada con destreza y con una técnica limpísima y aparece en la película en su justa medida, sin hacer que se convierta en una maratón de mamporros y trallazos. Ahí es donde entra el segundo gran acierto de Gunn: equilibrar la balanza para hacer una película de una diversión desbordante, cotizando al alza los valores humorísticos pero sin dejar que el chascarrillo fácil aparezca, conteniendo las carcajadas a los momentos oportunos sin dejar que la cosa se desmadre. El tercer gran acierto de Gunn es la distribución de los sucesos, consiguiendo una narración cristalina.

El alucinante CGI de Guardianes de la galaxia y la captura de movimiento se convierten en piezas fundamentales para integrar a dos de los personajes principales en la pantalla y hacerlos sentir de carne y hueso o, más bien, de pelo y ramas. Las naves espaciales y las enormes vistas con edificios y su fantástica física son otras de las maravillas de lo que se hace a través de un ordenador en la película. Por otra parte, los "interiores" tienen un diseño fantástico en el que se cuida hasta el último detalle. La banda sonora, cambiando de tercio, no podría estar más acertada.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dredd
Dredd (2012)
  • 6,0
    22.898
  • Reino Unido Pete Travis
  • Karl Urban, Olivia Thirlby, Lena Headey ...
3
Suspende
Dredd es la adaptación moderna del populas comic de 2000 AD y un nuevo intento por sacarle partido a un personaje tan amado por los fans de la historieta gráfica como pasado por alto por los que lo conocen a través del cine.

Pete Travis es el encargado de intentar levantar el ánimo a aquellos que vemos en la primera película (esa cosa rara de Stallone) una mierda como un piano. Por lo que a mí respecta, la película que nos ocupa compite con aquella por ver cuál de las dos es más mala. De Dredd, de esta, la de 2012, destacaría un planteamiento interesante que ocupa el inicio del metraje, pero a partir de ahí la cosa se derrumba en un alud sin fin de tópicos que beben, directamente, del agua contaminada de la primera adaptación del comic, en 1995. La estética, así como la narrativa, es un batiburrillo de Riddick y 300, pero a años luz de la segunda y bastante lejos, también, de la peor película del universo "riddickiano", que es la tercera, al menos para quien suscribe. Lo jodido de Dredd es que los villanos no tienen peso, que el protagonisma tiene tan poco carisma como personalidad y que la situación que ocupa la mayor parte de la película tiene, siendo generosos, muy poco atractivo. Sin cuerpo ni alma, una película no puede llegar a absolutamente nada, por mucha violencia potente (y en ocasiones bien rodada) que tenga y mucha tensión que quiera meter, puesto que todo pasa a ser gratuito, en el primer caso, e indiferente, en el segundo.

Karl Urban saca, de nariz hacia abajo, la interpretación del primer Dredd por parte de Stallone, consistente en apretar la mandíbula, torcer ligeramente el labio superior y dejar la línea de la boca curvada hacia abajo. Nada más. Olivia Thirlby está bastante mejor que su "instructor", pese a que tampoco haya nada demasiado destacable en su trabajo. Lena Headey, pese a interpretar a una vilana con la misma chicha que el hueso de una aceituna, o tal vez por eso mismo, es la única que consigue sacar a relucir sus virtudes interpretativas.Wood Harris está ahí como quien ve llover, pasando el rato y tal, sin implicarse mucho pero sin dejar que te olvides de él, haciendo lo justo para cumplir.

Resumiendo: pese a que, en su presentación, Dredd promete oscuridad y reflexión, durante el desarrollo cae en un pozo que parece no tener fin hasta que, llegado el desenlace, nuestra caída toca el suelo con un hostión importante. Será cosa de la droga esa que hace que el tiempo pase a una velocidad del 1% respecto a la realidad, pero a mí la película se me ha hecho eterna y, lo que es peor, no me ha quitado el mal sabor de boca de su predecesora, alcanzando niveles similares de fetidez.
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2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juez Dredd
Juez Dredd (1995)
  • 4,1
    17.978
  • Estados Unidos Danny Cannon
  • Sylvester Stallone, Armand Assante, Diane Lane ...
3
Stallone, sabías que diría esto...
Juez Dredd adapta, por primera vez, las aventuras del personaje de los comics de 2000 AD. A mitad de los 90, la película podía ser o una genialidad o un bodrio. Stallone entró en la producción y allá que fue la cosa...

Danny Cannon, actualmente más metido en el tema de las series de televisión que en el cine, daba el salto a Hollywood con Juez Dredd y lo hacía dejando bastante que desear. Cannon busca la épica en cada frase con planos cortos de su protagonista y consigue, por momentos, esperpentos de un ridículo subido que echan para atrás. El guion de William Wisher y Steven De Souza nos presenta una historia de héroe (o antihéroe) comprometido con una causa que, paradójicamente, le es totalmente ajena debido a la construcción del personaje. De ese sinsentido (luego explicado) nace un relato que se impulsa a base de frases lapidarias, giros que buscan la sorpresa y dejan al espectador riendo a carcajadas y heroicidades épicas que compiten entre ellas por llevarse el premio a la garrulada de la película. La estética tiene demasiado color del mismo modo que la película adolece de vida, confirmando esos dos puntos que en ningún momento se capta la esencia del Dredd de los cómics por parte de los responsables.

Sylvester Stallone es uno de los grandes culpables de que la película pase de regulera a mala. Por sus venas parece correr cartón piedra en estado líquido y, cuando se solidifica, no hay quien le arranque una mueca. Diane Lane es de lo poco salvable de un reparto principal en el que el único que da la talla es Max Von Sydow, que no sé cómo acabó en este berenjenal. Rob Schneider, tan poco inspirado como de costumbre, es doloroso para los sentidos en esta Juez Dredd cuyo reparto completa, contagiado del "estatuísmo" de Stallone, Armand Assante.

Resumiendo: Juez Dredd es caspa. Caspa de la que abundaba entre los 90. Una carátula llamativa en los videoclubs para engañar a los niños, un Stallone de fama olímpica para engañar a los mayores y un diseño de producción tan alejado del buen gusto cinematográfico que es, a todas luces, incapaz de engañar a nadie.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Red
Red (2010)
  • 6,0
    27.588
  • Estados Unidos Robert Schwentke
  • Bruce Willis, John Malkovich, Morgan Freeman ...
6
¡Moldovaaaaaa!
Red adapta un cómic de DC y lo hace entendiendo a qué público dirigirse y cómo venderse. La película es un homenaje a las mejores comedias de acción.

Robert Schwentke dirige y muestra unas dotes para la comedia de lo más simpáticas. Red no hará que te revuelques por el suelo con las carcajadas, pero probablemente te arranque más sonrisas que la mayoría de comedias. Tampoco verás las escenas de acción más a lo grande, pero sí estarás siempre bien ubicado y podrás disfrutar de su originalidad. Todo eso es mérito, al menos en lo referente a la película (no he tenido oportunidad de echar un vistazo al cómic) de Schwentke, que domina a la perfección, al menos en este caso, el sentido del tiempo y del espacio. El director alemán prepara bien los gags y, además, trabaja bien con los planos y con las alternancias entre estos para construir escenas bien coordinadas y de una ejecución brillante. El ritmo de la película, que pasa a un largo clímax casi desde el principio, consigue mantenerse en constante ascenso y eso es lo que logra que no se pierda el interés por parte del espectador, algo en lo que también tienen gran parte de culpa los guionistas Jon y Erich Hoeber.

Bruce Willis hace ese papel que tanto le gusta de personaje que hace lo que tiene que hacer porque no le queda más remedio, pero a sus años no le apetece demasiado, aunque en el fondo lo disfruta. Como siempre en estos casos, el tito Bruce lo hace perfecto. Mary-Louise Parker ejerce de segunda espada con un trabajo en el que el mérito se lo reparten, a partes iguales, su personaje y su interpretación, por lo que su labor es más destacable teniendo en cuenta las desgracias que suelen ocurrir cuando personajes tan extraños caen en malas manos. El cuarteto de secundarios veteranos lo forman Helen Mirren, para la que no pasan los años, John Malkovich, que disfruta cada día más de los personajes estrafalarios, Morgan Freeman, que se conforma desde hace mucho tiempo con hacer de sí mismo y Richard Dreyfuss, que tiene una comicidad innegable bajo esa capa de hombre serio. Karl Urban cierra el reparto con un trabajo muy notable.

Resumiendo: Red es entretenimiento. Debería haber más películas como Red. Humor directo, situaciones trabajadas, acción bestia bien rodada, actores que disfrutan de su trabajo y, sobre todo, mucha inteligencia por parte de una producción que en todo momento tiene claro qué es lo que quiere hacer. Y lo hace.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las tortugas ninja III
Las tortugas ninja III (1993)
  • 4,2
    6.289
  • Estados Unidos Stuart Gillard
  • Elias Koteas, Paige Turco, Stuart Wilson ...
4
Japos everywhere
Las tortugas ninja 3 cierra la trilogía noventera original sobre el cuarteto amante de la pizza más pistonudo que se recuerda. Una saga mítica que trae recuerdos a mares y que fue bastante más importante de lo que ahora se recuerda.

Stuart Gillard es el encargado de cerrar esta tercera entrega y se dedica, básicamente, a ofrecer un episodio entretenido en el que el espectador pueda distraerse. Con un farolillo del Japón feudal como detonante, nos lleva (ya que el guion también es suyo) a la época de los samuráis y deja caer ahí a las tortugas mientras, en Manhattan, aparecen a cambio cuatro escoltas del señor del castillo (cinco, si contamos al que llega primero). A partir de ahí, Gillard deja que la diversión y los combates cuerpo a cuerpo se desarrollen hasta llenar un metraje aceptable en el que uno ni se cansa ni se queda con la sensación de necesitar más tiempo. Por mi parte, aunque entiendo que había que probar un nuevo aire para la saga, echo de menos la trama principal y al villano más importante de las tortugas, pero eso es más un gusto personal que una crítica a la historia de Las tortugas ninja 3. Los combates siguen siendo tan divertidos y exagerados como en las entregas anteriores y se intenta hacer hincapié, como ya pasó con la segunda película, en un humor y unas situaciones más infantiles. Totalmente comprensible.

Paige Turco vuelve a interpretar a la reportera que "pone a mil por hora" a las tortugas y vuelve a salir airosa. Elias Koteas regresa a la saga para interpretar un doble papel en el que salda con buena nota su escaso trabajo. Matt Hill, Brian Tochi, Robbie Rist y el peculiar Corey Feldman son los encargados de dar vida en forma de voz a las tortugas y James Murray sustituye a Kevin Clash como Splinter.

Resumiendo: Las tortugas ninja 3 es una película de la que no se puede hacer una valoración demasiado extensa, puesto que sirve más como episodio para seguir entreteniendo que como película a la que aplicar tecnicismos. Es un pasarratos aceptable que no hace daño a nadie, por mucho que me joda a mí quedarme sin Schreder.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cosas que hacer antes de los 18
Cosas que hacer antes de los 18 (2013)
  • 4,7
    1.759
  • Estados Unidos Maggie Carey
  • Aubrey Plaza, Rachel Bilson, Clark Gregg ...
4
Crucigramas
Cosas que hacer antes de los 18 es una película sobre la sexualidad en la adolescencia enfocada desde el punto de vista de una chica que ha pasado su vida siendo una estudiante top alejada de los placeres mundanos.

Maggie Carey debuta como directora. Su sentido del ritmo no es brillante, algo que se deja notar de forma descarada a partir de la segunda mitad de la película, pero en general tiene buenas maneras con los gags y a la hora de elaborar algunas escenas, tanto con el guion que ella misma escribe como a la hora de mover la cámara. Carey nos propone una película despreocupada y de sucia diversión y en ese aspecto cumple, provocando excitantes carcajadas; sin embargo, en la parte más dramática, Carey peca muchísimo de novata y su empeño por tapar los clichés los hace mucho más visibles. La narración se vuelve un tanto repetitiva y el humor cañero se disuelve, por momentos, entre estereotipos a los que se les da la vuelta y situaciones que se ven venir a mucha distancia.

El reparto está más que correcto. Aubrey Plaza se mete en la piel de su personaje y consigue expresar esa equivocada despreocupación y los matices que forman la evolución de la protagonista hasta la moraleja (cliché puro) final. Connie Britton y Clark Gregg forman una pareja de lo más cómica y funcionan tanto juntos como por separado. Alia Shawkat y Sarah Steele están un poco atenazadas entre tanto topicazo, pero logran hacer una labor divertida. Bill Hader es un puntazo y hace que sus momentos en pantalla sean de lo mejor de la película. Scott Porter y Johnny Simmons interpretan a dos caras de una misma moneda y lo cierto es que, más allá de lo que sus personajes (simples puntos de apoyo) aportan, ellos no nos regalan demasiado. Christopher Mintz-Plasse es un genio en esto de las gamberradas y su trabajo aquí es genial. Rachel Bilson, por su parte, nos regala su belleza y demuestra que, además, tiene talento para la comedia.

Resumiendo: Cosas que hacer antes de los 18 no es una gran película, ni la mejor de las gamberradas, ni un baúl de carcajadas ni nada parecido y, por supuesto, no es tan bueno como gran parte de la crítica pelotera nos quiere hacer creer. Eso no significa que sea mala, porque no lo es, porque nos aporta el humor suficiente, la despreocupación necesaria y el buen rollo ese que nunca viene mal. Es un pasatiempo interesante, aunque un poco bobalicón.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Need for Speed
Need for Speed (2014)
  • 5,0
    6.936
  • Estados Unidos Scott Waugh
  • Aaron Paul, Dominic Cooper, Imogen Poots ...
5
Falta algo más de "speed"
Need for Speed adapta al cine una de las sagas más populares de juegos de coches para consolas de todos los tiempos. La película no busca ganar adeptos, sino contentar con lo necesario a los fans de la franquicia y agradar al público del cine de entretenimiento.

Scott Waugh dirige la película y lo hace de forma bastante eficaz. Hay efecto túnel, hay radios de la policía sonando mientras el coche circula conducido desde primer plano, hay accidentes, hay chicas guapas y hay carreras, así que lo básico de la franquicia de juegos está. Sí es cierto que se echa en falta más interacción y, sobre todo, más tensión en las carreras, pero en lenguaje cinematográfico no podía tratarse solamente de correr y había que añadir un plus al guion, aunque este sea solvente en las consolas en su forma original en cada entrega del juego. De eso, de escribir la historia, se encargan George Gatins, John Gatins y George Nolfi, que basan su aventura en la vieja historia del buen chico con habilidades inhumanas que, "curiosamente", pasa media vida sin poder demostrar nada y la otra media acusado de ser un tipo malo malísimo. Es evidente que no se ha descubierto la pólvora, pero esa base funciona para que Waugh pueda empezar a carburar. Lo que también queda claro es que con esos mimbres, o la acción es una maravilla o no tiene demasiado sentido prolongarla las dos horas largas que dura la película y, como he dicho, la acción es más servicial que brillante.

Aaron Paul, conocido por su magistral labor en esa genialidad llamada Breaking Bad, coge cosas de su personaje en la serie de la meta azul y los trae consigo para interpretar a un personaje que tiene mucho que agradecer al actor, puesto que por momento disimula el topicazo gracias a su aportación. De Imogen Poots tengo que decir que me llevo una impresión bastante pobre, como que le falta vida y se esconde mucho en las características básicas de su personaje. Dominic Cooper, que me gustó en la desastrosa Abraham Lincoln: cazador de vampiros hace aquí un trabajo un poco pobre, insustancial, falto de carisma. El legendario Michael Keaton es, junto a Aaron Paul, el puto año de una película que vive, a nivel de calidad, de los momentos en los que Paul o Keaton están en pantalla. Kid Cudi, Ramón Rodríguez y Rami Malek forman un interesante trío que empieza como cuarteto si sumamos la aparición, con buena nota, de Harrison Gilbertson.

Resumiendo: puede que los fans más fieles de Need for Speed no encuentren lo que buscan, pero los jugadores habituales que asuman el cambio de lenguaje entre las consolas y el cine, disfrutarán de una experiencia interesante. Para los no familiarizados con los videojuegos, la película ofrece acción, velocidad y un par de chicas guapas que constituyen los ingredientes necesarios para cocinar un producto comercial.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Transformers: El lado oscuro de la Luna
Transformers: El lado oscuro de la Luna (2011)
  • 5,3
    28.430
  • Estados Unidos Michael Bay
  • Shia LaBeouf, Rosie Huntington-Whiteley, John Malkovich ...
1
Y dicen que nunca nos dejarán...
El lado oscuro de la luna es la tercera entrega de la saga Transformers, que empezó como el clásico blockbuster y se convirtió ya a partir de la segunda película en un montón de estiercol del que es imposible sacar nada medianamente positivo.

Michael Bay dirige su enésimo truño. Defendí la elección de Bay en mi crítica sobre la primera película porque me parecía que obedecía a cierta lógica y, aunque lo sigo pensando, hay que admitir que el hombre bomba ha perdido el norte definitivamente. Su trabajo es desastroso. Las explosiones y los golpes no significan nada por su cuenta y, hasta para la poca exigencia que hay en las superproducciones de acción, es necesario que todo tenga un sentido visual que, al menos, se acerque a una mínima decencia visual. Lo que no puede ser es que cada plano dure dos segundos y el espectador no sepa en ningún momento la forma del escenario que rodea a la acción. Por otra parte, me parece un insulto la división de las tres partes de la película, con unos 10 minutos de planteamiento, otros 10 minutos más o menos de nudo y más de dos horas de desenlace, de clímax incombustible mermado por los altibajos de una trama absurda que intenta colarse con escenas chorras en nuestras pantallas. El guion de Ehren Kruger es, de nuevo, un absoluto disparate y cuando Kruger y Bay se unen para escribir líneas de diálogo, muere un gatito en cada esquina del planeta atropellado brutalmente dejando sus vísceras esparcidas por la calle.

Rosie Huntington-Whiteley toma el relevo de Megan Fox. No hubo acuerdo para mantener la decoración y en el casting se ocuparon de encontrar un florero nuevo al que Bay pudiera decirle descaradamente que su labor es la de ridiculizarse y rebajarse como ser humano. Shia LaBeouf mejora ligeramente, pero está lejos del nivel de la primera película. John Turturro vuelve a perder la batalla contra un personaje acartonado hasta decir basta. Josh Duhamel y Tyrese Gibson aparecen ahora por separado, pero siguen limitándose a su función con relativo "éxito". John Malkovich, el mejor actor que ha aparecido en la saga con mucha diferencia, hace poco más que un cameo largo y Frances McDormand, una diosa de la interpretación, apenas puede hacer nada con un personaje dibujado en un aula de preescolar.

Resumiendo: Transformers cuenta con muchas papeletas para ser la peor saga de la historia del cine. Un porrón de millones desaprovechados, un reparto con buenos mimbres incapaz de luchar contra la unidimensionalidad de sus personajes, un director en plena explosión de LSD montándose una orgía mental, unos guiones dignos de un episodio de 20 minutos de cualquier serie barata de animación infantil de esas que dan en las cadenas autonómicas... En fin, que qué se yo... Lo único en lo que encuentro lógica es en la duración de las películas: o te arreas dos horas y media o no puedes meter tanta mierda, es una cuestión de necesidad.
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3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Annabelle
Annabelle (2014)
  • 4,6
    14.758
  • Estados Unidos John R. Leonetti
  • Annabelle Wallis, Ward Horton, Alfre Woodard ...
3
Cataplam
Annabelle llega a las pantallas debido al exitazo que supuso Expediente Warren, de la que es un spin-off. La película, inspirada en la historia real de la muñeca, cabalga sin rumbo entre el terror de fantasmas japonés y el suspense-terror de las películas típicas de posesiones.

John R. Leonetti la caga. La caga mucho. Acierta en una cosa que me encanta: captar las amplias estancias desde ángulos amplios para que tengamos la sensación de que la liebre puede saltar por cualquier parte, algo que me encanta. Sin embargo, su labor es bastante floja en todo lo demás. La puesta en escena que tenía Expediente Warren (lo siento, pero la comparación aquí es incomparable) se pierde en favor de un sinfín de planos que no solo nos avisan de lo que va a pasar (o a no pasar), sino que se han visto tantísimas veces en el cine de terror que ya no sorprenden a nadie, sobre todo cuando se filman siguiendo el manual y sin aportar nada. Otro de los errores de Leonetti es su incapacidad para sostener el ritmo que pide la película, alternando escenas largas sin sustancia con otras cortas que sí tienen cierta intensidad pero que no enlazan con otras de su mismo tipo, renunciando al crescendo frenético que dejó en nuestras memorias James Wan con Expediente Warren. El guion, de Gary Dauberman, recurre a múltiples situaciones de película de miedo lanzada directamente a DVD, o a una de esas producciones de terror blando para adolescentes que salen cada año, demostrando nula originalidad y, lo que es más preocupante, ninguna creatividad a la hora de construir la historia para que vaya calando poco a poco.

Annabelle Wallis y Ward Horton protagonizan la película y lo único que puedo decir sobre ellos es que la muñeca que da nombre a la película tiene como diez veces más expresividad que los dos juntos. Pobres trabajos los de una pareja protagonista en la que ella no pasa de ser una scream queen crecidita de un slasher de medio pelo y él no alcanza a ser más que un florero que, además, tiene que lidiar con unas líneas de diálogo que, por momentos, hacen que el culo se te quede torcido. Alfre Woodard está más que correcta, siendo la única que consigue captar la esencia oscura que, supongo, nos hubiera gustado encontrar a la mayoría de los espectadores. Tony Amendola nos deja también un trabajo bastante acertado.

Resumiendo: la sombra de Expediente Warren es demasiado alargada y Annabelle se diluye bajo ella junto a algún que otro demonio bastante feo y a una suicida con bata blanca y pelo negro graso. Soy un fan bastante potente de la saga A todo gas, pero el blockbuster es un género que se (medio) domina en muchas partes, así que, por el bien del cine, hago una petición: vuelve, James Wan, el cine de terror te necesita. Sabemos que Leonetti es colega tuyo y tal y que te acompaña en tus películas más interesantes en los últimos años, pero no es lo mismo observar que actuar, y ahí, actuando, lo que hace Leonetti con Annabelle, es una ejecución en toda regla. En plan verdugo. No mola, tío.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
After the Dark
After the Dark (2013)
  • 4,7
    2.828
  • Estados Unidos John Huddles
  • James D'Arcy, Sophie Lowe, Daryl Sabara ...
3
El mono infinito
After the Dark es una película de "filosoficción" que trata de ofrecer al espectador ejercicios en los que involucrarse. Una película que tiene cierto aire a cine de culto pero a la que le falta sustancia.

John Huddles escribe y dirige After the Dark y lo cierto es que está mejor con las cámaras que con las letras, pese a que no consiga nada del otro mundo en su mejor faceta. En la dirección, Huddles intenta que vivamos la experiencia de los experimentos sociofilosóficos desde dentro, pero hace tantos cortes para pueriles explicaciones que lo que hace es distanciarnos cuando conseguimos empezar a saborearlos. Con el guion, lo de Huddles es una sobrada de la leche. Cuando uno intenta jugar a un juego en el que impera la lógica, es de rigor conocer todos los datos y no dejar ninguno escondido a la voluntad de un personaje que le hace el trabajo sucio al director de esconder información, aunque a pesar de eso Huddles tiene que recurrir a la baratija artificiosa y despreciable de darnos un dato a título póstumo con una salida del armario que debió costar lo suyo, puesto que el personaje hace su escapada con calzador. Huddles nos esconde información, razona con aleatoriedad según sus propios chispazos mentales, remueve las condiciones del juego a su antojo y, por último, se autoproclama vencedor en todos los escenarios gracias a unos diálogos que buscan la trascendencia trascendencia absoluta con la única base para ello de estar escritos por un tipo que se cree en posesión de la verdad absoluta puesto que enfrenta dos posturas y las razona bajo el amparo (equivocado) de que son las dos únicas alternativas.

James D'Arcy es la cara más reconocible de After the Dark, lo que no significa que haga un buen trabajo ni que aporte demasiado dentro de la exhaustiva prueba de resistencia a la sosería que representa la película. Sophie Lowe sufre el síndrome de Kristen Stewart, el de la cara de llevar una semana sin ir al baño y que en esos días haya muerto toda tu familia al tiempo, con una amargura imperturbable infinita. Rhys Wakefield es de lo poco positivo que encontramos en el reparto junto a Bonnie Wright, que ya ha dejado de ser la niña pelirroja con la que se lía Harry Potter para convertirse en una mujer muy guapa y con buenas maneras frente a la cámara. Daryl Sabara y Freddie Stroma son, de entre los que interpretan a personajes con menor peso, los que más minutos pasan en pantalla.

Resumiendo: After the Dark inventa un juego en el que puede cambiar las reglas a su antojo, con lo que es imposible ganarle en ningún momento. Su intento en el anticlímax de dar explicaciones es casi tan cochambroso como sus ideas de ampararse en una lógica que, con datos, apesta a código difuso y a puzzle encajado a la fuerza.
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3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Transformers: La venganza de los caídos
Transformers: La venganza de los caídos (2009)
  • 5,2
    35.798
  • Estados Unidos Michael Bay
  • Shia LaBeouf, Megan Fox, Josh Duhamel ...
1
Foxy seda
La venganza de los caídos es la segunda entrega de la saga Transformers y, sin duda, una de las superproducciones más plomizas de todos los tiempos.

Michael Bay, que es muy fan del "big, bigger, biggest", o incluso su mayor exponente, dirige este atentado contra el sentido común que es Transformers 2. Si la primera película daba al espectador lo que se le requería, esta segunda entrega lo multiplica por mil millones y, hasta el mayor amante de los pollos, se cansa de comer alitas a todas horas. El guion de Ehren Kruger es un despropósito de principio a fin en el que "porque yo lo valgo" sirve como puerta para salir de las situaciones complicadas una y otra vez, como si la palabra "lógica" hubiera sido arrancada del diccionario. Bay, por su parte, se enfunda el traje de humorista de barrio y se pone a contarnos gracietas en pantalla que en ningún momento consiguen arrancar ni una mísera sonrisa. Para colmo, el director, Mr. "explosiones para todo", quiere que luego la cosa se vuelva dramática con imágenes a cámara lenta y una musiquita triste, como buscando tocar una fibra que el espectador tiene guardada bajo llave desde el minuto uno. El trabajo con ordenadores sigue siendo bárbaro, pero en esta ocasión se encuentra con la putada de que tienen que diseñar a payasos de circo y no a guerreros, con lo que hasta el aspecto de los nuevos personajes se resiente.

Shia LaBeouf parece que se quedó tan pancho en la primera que pasó totalmente de la segunda, del mismo modo que su personaje pierde su baja autoestima en favor de un ego desmesurado. Megan Fox es, posiblemente, la secundaria más florero de todos los tiempos en Transformers 2, siendo utilizada desde el principio (sobre una moto con un tanga-short) hasta el final (con una cámara lenta que resalta el balanceo de sus turgentes pechos a la carrera) para adornar. Josh Duhamel y Tyrese Gubson siguen muy correctos como iconos de la heroicidad americana. John Turturro se ve envuelto en una caricatura de lo que fue su personaje en la primera entrega y, ni un actor con una comicidad tan fuera de discusión como la que él posee, puede levantar a un personaje tan vulgar. Ramón Rodríguez es, con ciertas reservas, el único que aguanta el tipo, tal vez junto a Kevin Dunn, puesto que lo de Julie White, que cierra el reparto, no hay por dónde cogerlo.

Resumiendo: Transformers 2: La venganza de los caídos es, para mi gusto, el peor blockbuster que he visto jamás. Sin gracia, sin acción, sin intriga, sin el menor interés y sin argumentos. Es el boom gratuito, el chiste sobrante y la chica cuya anatomía hace que valga la pena pagar la entrada. No hay más, de verdad.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las tortugas ninja II: El secreto de los mocos verdes
Las tortugas ninja II: El secreto de los mocos verdes (1991)
  • 4,7
    9.298
  • Estados Unidos Michael Pressman
  • Paige Turco, David Warner, Michelan Sisti ...
5
Pañuelos mocosos
El secreto de los mocos verdes es la secuela de la exitosa Tortugas ninja y representa una caricaturización de lo que fue la primera película. De su antecesora se extraen algunas de las virtudes y se sobreexplotan, haciendo caer a la que nos ocupa en un sinfín de momentos repetitivos.

Michael Pressman toma el relevo tras las cámaras. El veterano director, que sin embargo no ha sido nunca un hombre curtido en el cine, parece aceptar de buen grado las ideas de la productora sobre "infantilizar" a las tortugas y es por eso que su trabajo parece descaradamente enfocado a un público nada exigente. Hay patadas por todas partes, juegos de palabras extraños (algunos graciosos y otros un tanto patéticos) y predomina un estilo visual mucho más colorido que el humeante ambiente que reinaba en la primera entrega. La trama tiene un buen punto de partida, pero la inexplicable decisión de Kevin Eastman y Peter Laird (creadores de las Tortugas) de prescindir de Bepop y Rocksteady (dos clásicos) en favor de dos personajes menores como Rahzar y Tokka, ya nos pone sobre alerta de que hay algo que no cuadra. Los villanos se reducen a su mínima expresión y las tortugas apenas sufren ligeras evoluciones de personalidad. El trabajo de Jim Henson (a cuya memoria se dedica la película) sigue estando presente por herencia y eso siempre es agradable. La música de John Du Prez vuelve a dar un buen marco a la acción.

Paige Turco toma el relevo de Judith Hoag y el cambio, indiscutiblemente, es para bien. Turco tiene mucha más soltura, más naturalidad y mayor capacidad de interacción con las tortugas. Ernie Reyes Jr., que se enfundó el traje de Donattello en la primera entrega, aparece aquí al natural (entiéndase) y evidencia que su aptitud para las artes marciales es inversamente proporcional a sus capacidades interpretativas. David Warner da la sensación de ir de peyote durante toda la película, totalmente en su mundo, con gesto sonriente en momentos calientes y totalmente despreocupado cuando llegan las alegrías. Mark Caso, Ken Scott, Michelan Sisti y Leif Tilden son los encargados de dar vida a las tortugas, mientras que Kevin Clash se enfunda el traje de Splinter en las escasas ocasiones en las que la rata no es, de pies a cabeza, una marioneta robotizada. François Chau toma el relevo en el papel de Schreder, al que secunda, como en la primera película, Toshishiro Obata. Destacable, por curisoa, es la corta aparición de Kevin Nash.

Resumiendo: El secreto de los mocos verdes es peor que la primera en casi todos los aspectos. Enfocada a los niños, pero siguiendo con la tónica de que la violencia es divertida (al menos lo es para los protagonistas) incurre en una contradicción que, de rebote, se carga cualquier esperanza de encontrar diversión que vaya un poco más allá de la que experimentan las tortugas. No es un bodrio infumable, pero resulta bastante plomiza. Apta para menores de 12 años, diría yo.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las Tortugas Ninja
Las Tortugas Ninja (1990)
  • 5,3
    17.993
  • Estados Unidos Steve Barron
  • Judith Hoag, Elias Koteas, Josh Pais ...
5
¡De puta madre!
Tortugas ninja lleva a la gran pantalla las aventuras de las cuatro mediaconchas más famosas de todos los tiempos, nacidas del cómic de Kevin Eastman y Peter Laird y popularizadas en una serie de dibujos animados que forma parte de la infancia de varias generaciones.

Steve Barron es el encargado de poner frente a nosotros, con actores y escenarios reales, a las famosas tortugas. El director irlandés, en su segundo largometraje, se enfrenta a la difícil tarea de hacer palpable lo que conocíamos a través de los vivos colores de la serie de animación y, si bien puede discutirse mucho la capacidad técnica de Barron y su escasa habilidad para rodar los combates cuerpo a cuerpo (fundamentales en las Tortugas ninja), hay que destacar, en positivo, que el director sí es capaz de plasmar la esencia desenfadada, divertida y profundamente ignorante del grupo, así como su conexión con su maestro. El guion, de los puños de Todd W. Langen y Bobby Herbech, es profundamente ochentero por mucho que la película pertenezca a la década de los 90, metiéndonos en la película obviando el prólogo y pasando directamente a la acción para, después, desmenuzar los entresijos del nacimiento de los personajes. Siendo cine familiar, lo de pasar directamente a la acción me parece una idea excelente. El aspecto visual fue un puntazo en su época, combinando los disfraces con las marionetas mecanizadas creadas por ese genio que fue Jim Henson, encargado también del diseño de vestuario.

David Forman, Leaf Tilden, Josh Pais y Michelan Sisti ponen voz a las tortugas, y Kevin Clash es quien se mete bajo el traje de rata gigante. Judith Hoag hace un trabajo bastante conseguido para lo que podría esperarse y Elias Koteas aporta cierto carisma que, sin embargo, se "encaspa" en según qué momentos. Por último, tenemos a James Saito en el papel de Schreder, aunque tampoco puede decirse mucho de su trabajo, escondido bajo una máscara durante todo el metraje.

Resumiendo: Tortugas ninja fue la película independiente más taquillera de la historia hasta que apareció El proyecto de la bruja de Blair. Su director, Steve Barron, pretendía un producto oscuro, aunque tuvo que ceder ligeramente ante los deseos de New Line Cinema (productora que estaba en todos los berenjenales de la época) y hacerla más infantil de lo que pretendía para ganar un público mayor. Como película es floja a nivel técnico y, aunque fue un referente en su momento, ha envejecido bastante mal, pero eso no quita que sea un entretenimiento sano para pasar un buen rato, sobre todo para los nostálgicos.
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Transformers
Transformers (2007)
  • 5,7
    54.988
  • Estados Unidos Michael Bay
  • Shia LaBeouf, Megan Fox, Josh Duhamel ...
4
Fooooooooooooooooooooooox
Transformers es la primera película de lo que parece que será una larga saga basada en las populares figuras de acción de Hasbro. Es la primera vez que se lleva al cine con actores de carne y hueso, aunque previamente había visto la luz en forma de animes.

Michael Bay dirige Transformers y, para ser sinceros, creo que es la mejor decisión. Bay es un director de pésima técnica, pero lo de las explosiones y los fogonazos lo lleva a la orden del día. En Transformers, el presupuesto y el gran porcentaje del metraje que se sustenta en el trabajo por ordenador, hacen que la película tenga que ser sí o sí una orgía de golpes, disparos de proyectiles de 40 mm y cambios de plano vertiginosos. Ahí Bay se mueve en su salsa y da al espectador de la película el entretenimiento que le pide. Sí es cierto que se le puede reprochar a Bay que la acción está mal rodada, que es confusa y que tanto nervio acaba por confundir, pero no creo que eso tenga ninguna relevancia cuando la película no engaña a nadie y da lo que promete permitiéndose la licencia de bromear con su propia vulgaridad, aunque eso, lo de bromear consigo misma, es algo difícil de asegurar cuando Bay decide meter musiquita en plan trascendental. Hay frases de diálogo divertidas, otras un tanto ridículas y, algunas, que de tan tontas hacen gracia, como esos chistes malos que, en según qué bocas, pueden hacer que te partas el ano.

Shia Labeouf saltó al estrellato con esta película y, lo cierto, es que el chico se desenvuelve con una soltura digna de un actor contrastado, mostrando grandes dotes cómicas empañadas, en parte, por su escasa aportación dramática.Megan Fox aporta ojazos, curvas y labios carnosos con un toque de sexualidad indisimulada que consigue que no nos fijemos en que apenas suma nada en su interpretación. Jon Voight, que es un fenómeno descomunal, hace que sus apariciones se conviertan en un regalo. John Turturro llega para alegrarnos el día cada vez que se posa frente a la pantalla representando al que es, sin ninguna duda, el mejor personaje de la película. Josh Duhamel y Tyrese Gibson dan el pego muy bien como militares acartonados que siguen manteniendo alguna neurona intacta.

Resumiendo: Transformers no es la grandísima mierda que se nos ha querido vender por todas partes, pero sí que es una película mala del copón. ¿Contradicción? No, amigos; simplemente da a su público lo que quiere. No todos aman a Wilder por encima de todas las cosas y, en el mundo, hay tantos colores como gustos, aunque el marrón me resulte bastante más feo que el azul.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anarchy: La noche de las bestias
Anarchy: La noche de las bestias (2014)
  • 5,7
    21.263
  • Estados Unidos James DeMonaco
  • Frank Grillo, Carmen Ejogo, Zach Gilford ...
5
Pareja a la puja
Anarchy es la segunda entrega de The Purge, una idea destinada a convertirse en una duradera saga. Ambientada en gran parte al aire libre, al contrario que su predecesora, escarba en el concepto que sugiere.

James DeMonaco vuelve a escribir y dirigir esta secuela de The Purge. El director de Brooklyn lleva en esta ocasión la acción a las calles, a un mundo abierto, por así decirlo. Para ello, sacrifica la sensación claustrofóbica de la primera entrega en favor de un escenario más dinámico que ofrece más posibilidades y la opción de ir deshojando la margarita del motivo (obvio) de la purga. Las posibilidades que DeMonaco crea, sin embargo, se quedan casi sin aprovechar por culpa de un ritmo irregular y de una narración con altibajos que, en determinados momentos, se convierte en una balsa de aceite en la que ni los disparos consiguen dar algo de vida. En la primera entrega se sentía la tensión, se mascaba la tragedia constantemente y eso era fruto de la premisa, una idea lanzada al aire esperando que los acontecimientos se desarrollasen por inercia y ahí DeMonaco disponía a su antojo para crear una historia notable; en esta segunda entrega, sin embargo, las preguntas no importan demasiado y, las respuestas, vendidas como revelaciones, están en la mente del espectador mucho antes de que se pronuncien en pantalla. El juego de planos es interesante en Anarchy, pero a nivel visual falta bastante de la crudeza que tuvo la anterior The Purge, sustituyendo el cuerpo a cuerpo sangriento por los disparos.

Frank Grillo protagoniza la película y hace un buen trabajo a pesar de que su personaje, como absolutamente todos en Anarchy, es una simple herramienta que utiliza DeMonaco para ampliar información sobre su idea. Kiele Sanchez se queda encasquillada en el casi eterno sufrimiento, aunque cumple con una labor bastante buena. Zoë Soul (la hija de Lenny Kravitz) está más que correcta siendo, para mí, la mejor del repardo. Carmen Ejogo hace un trabajo que resulta un tanto indiferente y Zack Gilford cierra el reparto principal con una interpretación llena de altibajos.

Resumiendo: Anarchy: La noche de las bestias es una secuela que opta por quitar un par de capas más al concepto de "la noche de la purga" y eso siempre es atractivo, lo jodido es que lo que nos cuenta como novedad son cosas que caen por su propio peso e incluso las consecuencias de lo que propone surgen del principio lógico de acción-reacción. El entretenimiento existe, pero no hay nada que motive demasiado en Anarchy como para considerarla una buena película. ¿Interesante? Tal vez.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dragon Ball Z: La batalla de los dioses
Dragon Ball Z: La batalla de los dioses (2013)
  • 5,0
    6.956
  • Japón Masahiro Hosoda
  • Animación
6
¡Ha vuelto!
La batalla de los dioses es la esperadísima película con la que Goku y sus amigos volvían a las pantallas para recordarnos a los más nostálgicos que hubo un tiempo en el que las series de animación era una auténtica pasada.

Masahiro Hosoda dirige La batalla de los dioses y, para ello, muestra un profundo conocimiento de un mundo, el de Dragon Ball, en el que ya trabajó en la época de Dragon Ball Z. Además, Hosoda se actualiza con movimientos de cámara de lo más interesante y algunos juegos de luz y color bastante atractivos. El guion es cosa de Yûsuke Watanabe y ahí también vuelve la magia de la serie de las bolas de dragón; Watanabe aporta gags inocentes, capta la personalidad de los personajes, distribuye perfectamente en el relato los acontecimientos y, en definitiva, crea una nueva película que no desentona para nada con las anteriores. De hecho, incluso supera a más de una.

La historia está enfrascada justo tras el final de la serie Dragon Ball Z y, aunque eso plantee ciertos problemas en la línea de los acontecimientos que suceden en Dragon Ball GT (básicamente porque no hay ninguna referencia a lo que pasa en La batalla de los dioses), lo cierto es que no podía elegirse mejor momento para la película teniendo en cuenta el fracaso que fue la tercera parte de las series de Dragon Ball. A mí, personalmente, GT no me disgusta tanto como a la mayoría (y eso que me considero tan purista como el que más), puesto que ofrece un par de villanos notables, pero en general carece de la fuerza que sí tenían Dragon Ball y Dragon Ball Z. Así pues, Bils, este nuevo "villano", aparece en escena dejando la sensación de que podría volver a las pantallas en un futuro, quién sabe si cambiando de bando como en su día hicieron Yamcha, Tenshinhan, Piccolo, Vegeta o Magin Buu.

Resumiendo: La batalla de los dioses es un esperadísimo retorno que colma las aspiraciones de los fans sin desbordarlas. Un entretenimiento bastante bueno con luces y sombras que podría abrir la veda de una no menos esperada serie de películas. Los románticos nos frotamos las manos.
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Al encuentro de Mr. Banks
Al encuentro de Mr. Banks (2013)
  • 6,7
    17.682
  • Estados Unidos John Lee Hancock
  • Emma Thompson, Tom Hanks, Colin Farrell ...
4
Vamos a contar mentiras tralará
Al encuentro de Mr. Banks es una película para melancólicos, para disneymaníacos en general y fans de esa obra maestra que es Mary Poppins en particular. También es una mentira de principio a fin, pero ese es otro tema. O no.

John Lee Hancock dirige este escaparate onanista disfrazado de homenaje que es Al encuentro de Mr. Banks. El guion de Sue Smith y Kelly Marcel es una definición potente de lo que representa la palabra "mentira". No hay demasiado en la película que se corresponda con la realidad, sobre todo en el diseño de ese genio clonador llamado Walt Disney y en un final que está lejos de parecerse al que sucedió en realidad. En ese apartado, el resultado es una verdadera abominación. En la dirección, John Lee Hancock cae en el error de introducir con demasiada convicción unos flashbacks que entorpecen la narración con la única finalidad de dejar una moraleja final de psicoanalista amateur o de orador de capilla de media pelo. Aunque el diseño es elegante, Hancock nos presenta una historia plana que solamente encuentra algo de movimiento en los ya mencionados absurdos flashbacks, que son el único elemento que rompe la monotonía del relato, aunque sea para mal. Por último, quisiera destacar lo cerca que estuve de vomitar cuando escuché el alegado del señor Disney destinado a conmover; no había entendido hasta ese momento que Al encuentro de Mr. Banks era ciencia ficción y eso me chocó bastante.

El reparto es una maravilla, eso sí. Emma Thompson es una auténtica bestia y, puesto que la película gira en torno a ella, hace de contrapeso para equilibrar la balanza. Las apariciones de Tom Hanks son otro puntazo, haciendo creíble al exageradamente adulterado Walt Disney. Colin Farrell está ahí un poco como el que ve llover, con un buen trabajo pero sin relevancia real por mucho que forme parte de la moralina barata de la película. Paul Giamatti es un monstruo que lo mismo te acojona que te conmueve y todo con una facilidad pasmosa. El trío formado por Jason Schwartzman. Bradley Whitford y B.J. Novak suma muchísimo, convirtiéndose en tres encantadores secundarios.

Resumiendo: Al encuentro de Mr. Banks es una mentira de película, una estatua del autobombo disneyniano, un ejercicio de onanismo en el que la verdad importa un comino, una apelación a la piedad por melancolía y un sendero abrupto que pretende venderse como carretera asfaltada. Una castaña importante, la verdad. La cosa es que su reparto es tan, tan, tan, tan bueno que equilibra la balanza. Una cosa por la otra.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
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