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284 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
4
NO SE ME OCURRE MEJOR TÍTULO
American Hustle es un lío. Un lío largo y casposo con 4 caras conocidas, la misma profundisas psicológica que "Teo va al zoo" y un director que Hollywood nos quiere meter por los ojos con nominaciones y premios pero que de mediocre no pasa.
Si el año pasado ya nos la metieron doblada con "Silver Linings Playbook" todo apunta a que este año pasará tres cuartos de lo mismo. Puedo admitir las nomiciones de Lawrence y Adams, pero las de Bale y Cooper? Uno no hace nada más que susurrar y al otro creo que le vendría mejor trabajar en el circo. Y que ambos suenen para los Oscar...
Por si todo esto fuera poco, la película dura 2 horas y cuarto, de las que, evidentemente sobra casi una hora. El director intenta confundirnos pero el final estaba bastante claro desde el principio, asi que el efecto sorpresa que eleva a algunas películas, aqui no sirve de nada.
En definitiva, que esta si es la gran estafa americana, o al menos la de este año.
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279 de 417 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El ilusionista
Las dos primeras secuencias de lo nuevo de David O. Russell sientan las bases de lo que vamos a presenciar en las próximas dos horas. En la primera, vemos cómo el personaje de Christian Bale se coloca un pelo falso, poco a poco, metódicamente. En la segunda, Bale recibe al personaje de Amy Adams, y poco después entra el de Bradley Cooper. Tienen un intercambio verbal, y Cooper termiina por tocarle el pelo a Bale y deshacer lo visto previamente. Amy, rápidamente, corre a arreglárselo. Cuatro minutos y O. Russell ya deja en evidencia lo que quería: que lo que va a ofrecer "La gran estafa americana" (American Hustle) es un juego ágil donde las apariencias, por mucho que se preparen, no son más que eso. Que un soplido o un manotazo pueden devolverle a uno a la realidad. Y esto funciona con la propia película porque sus precedentes (Scorsese a la cabeza) pesan demasiado sobre sus hombros y la nueva niña mimada de la crítica norteamericana (y ojo a los premios) es ágil y aguda pero no tan inteligente como cree ser.

No es un defecto que enturbie la experiencia de su visionado, que conste. 130 minutos de fuego de artificio bien ejecutado por parte de Russell, con una dirección competente y enérgica, como siempre en su cine, aunque honestamente creo que su mejor trabajo tras la cámara lo demostró en su (a día de hoy olvidada) "Tres reyes" (Three Kings, 1999) o más recientemente en "The Fighter" (2010). Lo que es indudable, indendientemente de sus méritos como 'autor', por así decirlo, es que sabe trabajar con los actores. Para "La gran estafa americana" se rodea de muchos de sus colaboradores anteriores y se nota que se entiende con ellos porque es capaz de sacar lo mejor de absolutamente todo su reparto, con Amy Adams y Christian Bale a la cabeza, entregando unos papeles impecables, sobre todo ella. Que además -paréntesis- es un regalo para la vista. Benditos diseñadores de vestuario (o de la ausencia de). Bradley Cooper también está estupendo como pringao que cree ser algo importante y Jennifer Lawrence esta vez se queda con un rol de soporte que funciona bien, como es habitual.

"La gran estafa americana" es una película de interpretaciones, porque en lo que viene a ser narración pura no cuenta nada particularmente nuevo. No hace mal las cosas pero tampoco llega más lejos de lo que vendría a ser cumplir con un mínimo sin aburrir al respetable (aún con su larga duración), por lo que el film se ve, se disfruta, pero no deja huella. La anterior película de O. Russell si conseguia en cierta medida crear unos personajes más interesantes y en su climax final, pese a caer un poco en lo fácil, ofrecía sensaciones de mayor entidad. Aquí el realizador juega varias cartas y unas le salen bien y otras no tanto.

Queda buen sabor de boca al terminar una película como la presente pero le falta ese toque de distinción que podría haberla hecho verdaderamente necesaria. Ganará premios y su reparto puede estar orgulloso de ellos. Ese es su gran secreto, su truco de ilusionismo, el hacernos creer por momentos (escotes de Amy Adams mediante) que estamos ante algo grande. No llega a tanto, pero qué importa: se disfruta, y eso no puede negarse.
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146 de 170 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El engaño del sueño americano.
David O. Russell se consolida cada día más como un director de respeto. En los últimos años, sus películas “The fighter” (2010) y “El lado bueno de las cosas” (2012), fueron reconocidas y premiadas no solamente por la crítica especializada, sino también por el público. Su capacidad para construir historias realistas y con buenos diálogos es su sello distintivo.

Su última película, “American hustle” (2013), es otro acierto del director norteamericano. El engaño y la mentira, son el motor de la historia. Un guión que está inteligentemente bien construido, y sustentado por un gran reparto, que a diferencia de otras ocasiones, si funciona. En ese sentido, es destacable la labor del director para dirigir a los actores, sacando el máximo provecho a cada uno de ellos. Christian Bale realiza una muy buena actuación, esta vez irreconocible en apariencia física, sobre todo por esa gran panza, y la calvicie que disimula con un peluquín bastante descuidado. Amy Adams y Jennifer Lawrence dan vida a un duelo interpretativo impecable. Adams sobresale en la primera mitad de la película y Lawrence hace lo mismo en la última hora, logrando que ambos personajes, en general, tengan un peso y una presencia vital en la trama. Gran desempeño también de Bradley Cooper, que una vez más realiza una buena actuación, confirmando que lo de “el lado bueno de las cosas” no fue casualidad. Y por último, Robert de Niro, al cual es un placer siempre verlo, sobre todo en el tipo de papel que lo inmortalizó como actor.

Sin duda que las actuaciones son el punto fuerte de “American Hustle”, pero también hay otros elementos importantes que destacan. Como señalé antes, su guión es inteligente, y da vida a una historia que tampoco derrocha originalidad, pero entretiene y mantiene la tensión, sobre todo por algunos giros que se agradecen. La fotografía está impecable. Tonos amarillos y grises prevalecen, y combinan adecuadamente con los lentes de Bale. Se agradece también la banda sonora, que posee varios estilos, absolutamente acordes a la narración.

El mensaje de fondo de la película, es básicamente una crítica a las apariencias, la falsedad en las personas y en la sociedad. La mentira del sueño americano y la infelicidad que los individuos sienten respecto a las oportunidades y posibilidades que la vida entrega. A eso hay que agregar, la corrupción política, que se oculta y funciona detrás de fachadas construidas y avaladas por la ciudadanía, que elige a sus autoridades, que poco o nada practican los valores de transparencia y la honestidad que requieren sus actos. La mentira, también presente en las relaciones de pareja, con amantes legitimados por la propia relación. Matrimonios destruidos, pero maquillados con lujos, elegantes vestidos, fiestas y excesos que, en este caso, los personajes usan para ocultar su realidad. La película destruye, una vez más, el sueño americano, y lo define sin tapujos, como la gran estafa americana.

“American Hustle” es una buena película. Le falta quizás un poco de chispa, elemento necesario para subir a un nivel artístico superior. Quedó a un par de pasos de lograr la categoría de gran película, pero aún así se disfruta. Es una obra correcta, entretenida, con mucha calidad, y en mi opinión, recomendable.
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80 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
La gran estafa hollywoodiense de este año
Muy decepcionante esta peliculita de O. Russell, un tipo que no sé a quien se ha debido tirar en Hollywood para que le lleven multinominando desproporcionadamente durante tres películas ya. Le han regalado sus tres nominaciones a la mejor dirección, puesto que siempre tenía mejores rivales que se quedaron fuera, y en ninguna hace un trabajo indiscutible o muy destacado.

Aquí la estafa (muy significativo el título español) es una estafita, sin apenas interés ni el mejor desarrollo posible, quedando todo en una sucesión de secuencias con gritos, situaciones chorras y diálogos absurdos entre los personajes principales, sin sentido del desarrollo de la intriga y sin hacer partícipe ni involucrar bien al espectador en lo que se está fraguando. Salvo excepciones, como el encuentro entre el divertido personaje autoparódico de De Niro, los protagonistas y el jeque árabe, casi nada logra convencer ni hacer apenas sonreir (el tono general pretende ser cómico pero tb "La que se avecina" lo pretende...).

Tiene cierto sentido de la producción, y un indudable atractivo en su reflejo de la horterez de la época, ejemplificado en los trapitos, peinados, complementos y estética general, con un buen trabajo de ambientación aunque insuficiente para haber sido considerado en los Oscars por encima de producciones cuyo trabajo en este sentido era mucho más laborioso. Pero la cosa es que yo a una película de timadores y estafas no le pido centrar mi atención en lentejuelas y peinaditos, sino en lo que han conseguido maravillosamente películas como "El golpe" o "Nueve reinas", por nombrar también un título contemporáneo: estar involucrado en esa trama, a menudo divertida también, de engaños, giros, sorpresas... y ser uno más del grupo o grupos que aparentemente están estafando a terceros, aunque a menudo las apariencias engañen en este tipo de intrigas y se dé vuelva a todo, cosa que tampoco sabe conseguir Russell en su producto.

En cuanto a la labor actoral, bastante bien Amy Adams, que junto al diseño de vestuario es lo mejor de la película, y cumplen sin más Lawrence y Cooper, pero en lo que respecta a Christian Bale... :o ¿En serio nominado al Oscar por encima del Hanks-Phillips, Joaquin Phoenix, Mads Mikklesen, Redford, etc? Absurda e injusta nominación, como tantas otras de la película, puesto de que de las 10 (¡diez!) que les han concedido, le sobran 7. Tan sólo las actrices y el vestuario deberían haberlo conseguido.

Al menos queda el consuelo de que es muy probable que se vaya de vacío en esa ceremonia, convirtiéndose en una de las mayores perdedoras de la historia de los Oscars, ya que en todas las categorías tiene rivales potentes -y muy superiores- como para que no rasque nada. Y si diera el campanazo y ganara (ya que se la considera la alternativa a 12 años de esclavitud y Gravity) esta obrita escandalosamente sobrevalorada en la temporada de premios (también es cierto, no hay que ser injustos, que de esto no tiene la culpa una película ni su equipo, sino los votantes y miembros de estas asociaciones), se convertiría en la peor ganadora del Oscar en muchísimo tiempo.
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55 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
"La gente cree lo que quiere creer"
Por fin he visto 'American Hustle', una de las películas que con más ganas esperaba esta temporada, y, he de decir que he encontrado en ella exactamente lo que esperaba: Una película inteligente, sexy, y muy, muy divertida.

Pero vayamos por partes.

No quiero que la gente se llame a engaño, que es algo que ocurre a menudo: 'American Hustle' comparte las mismas virtudes y defectos que las anteriores películas de O. Russell. Todas están muy bien realizadas, cuentan con un gran reparto, muy buena banda sonora y, en general resultan, como mínimo, entretenidas. ¿Cuál es el problema entonces? Pues que tienen un desarrollo y desenlace previsible, y, finalmente, dejan cierta sensación dejavú por no ofrecer nada nuevo en el género.

Sin embargo, a mi esos defectos me importan bastante poco cuando una película te engancha del modo en que lo hace 'American Hustle', gracias en muy buena medida a su dinámico montaje, que casa perfectamente con un guión muy bien escrito y al saber hacer de O. Russell tras la cámara.
No obstante, si esta película es lo que es, se lo debe todo a su reparto, dirigido por un director que sabe exprimir actores como pocos. Cuando ese guión (bién escrito, sí) cobra vida en manos de estos monstruos de la interpretación, todos en la cima de sus carreras, no cabe duda de que lo que se está viendo es puro arte. Es una gozada cada vez que cualquiera de sus protagonistas comparten plano, lo elevan todo a otra dimensión. Eso sí, imprescindible versión original.
Mención especial para Jennifer Lawrence; es increíble el talento que tiene esta chica, que con apenas 23 años, tiene muchas papeletas para conseguir su segundo Oscar.

Finalmente, y enlazando con lo que decía al principio, 'American Hustle' es exactamente lo que se espera que sea, ni más, ni menos. Los "haters" de David O. Russell la odiarán como si no hubiera mañana, mientras que el resto podremos disfrutar de una entretenidísima película de estafadores y estafados con uno de los mejores repartos de los últimos años.

"La gente cree lo que quiere creer", y yo quiero y tengo que creerme a estos maravillosos personajes, aunque sepa que en el fondo es solo un truco. Es solo cine.
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40 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
¿David, qué les das?
Para ser sinceros, el caso del David O Rusell este empieza a tocar ya un poquitín mucho las narices. Dicen que en esta vida vale más caer en gracia que ser gracioso y parece que definitivamente el amigo David es de esos tipos que ha nacido con la flor en el culo. Que las tres últimas películas de su filmografía hayan acumulado un total de veinticinco nominaciones a los Oscars es todo un expediente X y amenaza desde ya con convertirse en uno de los grandes enigmas en la Historia de la Humanidad.

Ojo, que no estamos hablando ni mucho menos de un trío de obras maestras, sino de cosas tan corrientitas como “The fighther”- sí, ya sé que soy demasiado benévolo llamándola “cosa corrientita”- “El lado bueno de las cosas” o este “American Hustle” que ahora se estrena. En este caso, los grandes estafadores parece que son los miembros de la Academia hollywoodiense empeñados en darnos gato por liebre encumbrando a los altares del culto cinematográfico a un señor que ha demostrado ya sobradamente que no pasa de mediocre.- y sigo siendo magnánimo en emplear este nuevo calificativo.

Quizá haya quienes no estén de acuerdo con esta teoría de la conspiración mía tan particular, pero es que da la casualidad de que la palabra “sobrevalorado” es la más repetida en las cincuenta y tantas críticas que se han escrito hasta el momento en esta santa web. Eso, o que el fulano tiene algo que no somos capaces de ver el común de los mortales y los académicos sí. ¿David, qué les das? ¿Será ese estilo transgresor en el narrar entre hiperrealista y lírico del que habla Boyero?.No sé, pero para mí la distancia más corta entre dos puntos ha sido siempre la línea recta y la forma más eficaz de contar una historia como esta, de robos, picaros y estafas es sólo una. La que emplearon películas como “El golpe” o “Nueve reinas”… y un montón más. Este tipo de tramas tienen siempre un potencial cómico tremendo que suele conectar con el público de forma masiva… no es tan difícil. A no ser, claro, que cuentes con un guión soso y carente de gracia como el de “American Hustle”.

La película se detiene en otras cosas, la dirección artística por ejemplo tirando de tópico setentero (mucha peluca cardada, mucho cuello levantado, exceso de jukebox y clásicos del disco). Mirando “el lado hortera de las cosas”, vaya. En otros ámbitos, O Russell copia de quien sabe lógicamente, pero hasta en eso es… mmm, ¿cómo dije antes?... ah, sí, mediocre. Si copias a Scorsese para montar tu película, procura que ésta tenga el ritmo propio de los films de Marty. Hasta en eso el pobre David ha tenido mala suerte; su cinta ha llegado a nuestras salas tan sólo dos semanas después del estreno de “El lobo de Wall Street” con lo que nos ha sido muy fácil comparar.

Se dice que el fuerte de O Russell ha sido siempre el trabajo con los actores, pues bien, aquí ni eso. Christian Bale parece más preocupado en que no se le caiga en ningún momento el bisoñé que en actuar. Jennifer Lawrence y Bradley Cooper están correctos, con unos personajes tan torpemente diseñados que dejan escaso margen al lucimiento. Amy Adams parece la más atinada, aunque quizá más de uno atendió más a otras cosas que a su interpretación.

Y una última pregunta antes de terminar ¿por qué grita tanto la gente en las películas de este hombre?
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44 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Casi, otra vez
David O. Russel lleva una racha muy buena estos últimos años, gustando tanto a crítica como a público, me parece un director muy interesante que sabe sobretodo sacarle el jugo a sus repartos, en sus dos últimas pelis a hecho que casi todo sus repartos principales sean nominados a los Oscars y demás. American Hustle no es menos, me ha parecido una gran película en todos los sentidos. El argumento, las actuaciones sobresalientes como siempre, fotografía, vestuario, banda sonora etc, todo a estado a la altura de las expectativas. Sin embargo, tengo que decir que David O. Russel junto a Derek Cianfrance me pasa algo raro. Son dos directores que pese a que hacen todo muy bien pero no consiguen hacer una película realmente memorable, al menos no para mí y me frustra porque tienen todo lo necesario para hacer un peliculón de verdad. Tal y como están las carteleras sus pelis están bastante por encima de la media, sobretodo American Hustle que seguramente competirá duro en los Oscars, pero les falta algo que sinceramente no se que es, intentare explicarme con esta última de O. Russel en el spoiler.
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44 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Caos y control
David O. Russell se ha convertido en uno de los más certeros francotiradores de (sub)géneros del cine presente norteamericano. En cierta medida estamos ante un director incomprendido al quedar equidistante, por sus peculiaridades, entre la aceptación del público, el mimo de la crítica y convertirse en un habitual de los Oscars en sus últimas producciones… alejándole de un reconocimiento de la prensa especializada más hiperbólica y cultivada. Si bien siempre quedará el poso del ataque de fingir y enmascarase bajo una etiqueta indie que realmente no corresponde y su asociación con Harvey Weinstein incentivó más si cabe dicho rótulo, pocos recuerdan que la producción más mastodóntica del director de “Flirteando con el desastre” fue “Tres reyes” casi una década y lustro atrás… “La gran estafa americana (American Hustle)” es su segunda mayor producción alejado de la mano (y dinero) de Weinstein y donde O. Russell utiliza la operación Abscam, que destapó un caso de corrupción político que afectó a varios congresistas e incluso un senador de EEUU a finales de los 70 y comienzos de los 80, para representar una nueva farsa de un país que es mera imagen y siempre tiene una doble y contradictoria lectura. Podríamos definir la propuesta en ese ‘elaborado’ peinado de Irving Rosenfeld (Christian Bale) frente a la permanente de Richie DiMaso (Bradley Cooper) o esa lucha de escotes de Sydney Prosser (Amy Adams) y Rosalyn Rosenfeld (Jennifer Lawrence), entre innumerables detalles para idealizar el mundo tenebroso y criminal de la mafia y política norteamericana.

No es la cinta de estafas (y estafadores) clásica sino que el enredo entre víctimas y verdugos se entrelaza en sus sentimientos y ofrece otro tipo de engaños emocionales para evolucionar. Todos los personajes viven bajo la sombra de una trampa propia y otra impuesta y todos los actores (y estrellas) interpretan roles con los que nunca habían tratado y que a su vez fingen ser otras personas. Eso sí, Louis C.K. igual de desgraciado que de costumbre. Todo ese cúmulo de engaños, propios y externos, metaficcionales y vinculantes a nuestra presente realidad, propician al director a retratar que todo aparente triunfo oculta otra historia más oscura donde habita el fracaso. Desconozco si parte de la potenciación del discurso del cineasta pasaba por la consciencia de incluir en el reparto a Jack Huston y Shea Whigham de “Boardwalk Empire” y esos lazos de conexión con Atlantic City. Del mismo modo, la inclusión de Robert De Niro da la impresión de establecer un vínculo con Scorsese a niveles cinematográficos y trazar su incursión en un género/estilo ajeno para iconizar (de manera socarrona) la leyenda de un personaje. Pero finalmente la mafia ocupa aquí un telón de fondo para esos artistas del engaño. Hay dinero en juego pero, por supuesto, amor que dote de mayor complejidad a esos farsantes que tenemos ante nuestros ojos. El propio director es consciente de la dramatización/estilización y nos desvela como primera de las cartas que ‘algo’ de lo veremos realmente pasó. La historia real escondía otra que pudiera ser o no verdad. A O. Russell realmente no le importa sino el juego de caos y control que propicia la misma en ese intercambio de roles.

Y es que, en realidad, al director de “El lado bueno de las cosas” aquello que le interesa son sus personajes por encima de la historia y vuelve a acerarse y alejarse de ellos como les dota de chillidos, tensión y sobreactuaciones dignas de una tirante screwball. En “La gran estafa americana (American Hustle)” la indefinición se convierte en una certera arma y la cinta queda perfectamente compensada tanto el la pareja principal (Irving y Sydney) como en la secundaria (DiMaso y Rosalyn) esquematizando una lucha de sexos en el equilibrio de todos los puntos de vista. Toda esa gran estafa (y mentira) queda reducida a dos grandes verdades: la amistad y el amor; ambos, valores tan efímeros, como el poder, grandeza y dinero que está en juego en un tablero repleto de traiciones y alianzas. Un tablero que representa ese mundo de apariencias donde, efectivamente, «no te puedes engañar a ti mismo por mucho tiempo… así que tu próxima reinvención, más vale que se haga bien». La vida (y por extensión el cine) son una farsa. O una doble mascarada como parece potenciar y definir O. Russell: aquella que vendemos a la verdad y la otra con la que nos engañamos a nosotros mismos, equiparable para un pueblo y su nación. La dicotomía del caos y el control tanto de la obra como de los propios personajes (mejor concebidos para el lucimiento de Lawrence que de Cooper) parece una metáfora del jazz (y también del cine) como respuesta a esa otra verdad de la que tratamos de huir creando una farsa: la vida misma. No se preocupe, siempre nos quedará Duke Ellington o películas tan brillantes y auto-conscientes en su juego de mentir al espectador como “American Hustle”.
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39 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Hola, me llamo David O. Russell y quiero ser Scorsese
Y otro año más, como el turrón en Navidad, vuelve David O. Russell, el director más sobrevalorado de toda la historia moderna de Hollywood (junto con Tim Burton), a encasquetarnos otra película mediocre que, incomprensiblemente, tiene 10 nominaciones a los Oscars. Y lo que es peor es que tiene toda la pinta de ser la gran favorita para ganar. Sus últimas tres películas suman más de 20 nominaciones. Digno de Cuarto Milenio.

La Gran Estafa Americana cuenta la historia de Irving Rosenfeld, un estafador que se ve obligado a trabajar para un agente del FBI que trata de atrapar a políticos corruptos. Trama fácil y sencilla. Porque lo es para todo el mundo menos para Eric Singer y el propio David O. Russell, que se escriben entre los dos un guión tan lioso y pretencioso como falto de interés. La película tiene un ritmo lento, nunca termina de despegar, no llegas a estar enganchado a la historia y lo único que haces es mirar al reloj para que pasen rápido los minutos de metraje. Parecen obsesionados en que si lían la trama más, la película es más inteligente y no. Por momentos llega hasta a aburrir. Y este guión está nominado, ojo.

Si tuviesemos que destacar algo positivo sería la ambientación. Ahí si, David, está muy lograda. También ayudado por los cortes musicales de canciones de la época (finales de los 70) en un clara "inspiración" de Scorsese, solo que peor llevada. Lo mismo ocurre con el montaje, que no hace más que recordarte a cualquiera de las películas de gangsters de Martin pero con una calidad peor.

Pero vamos con el punto fuerte y más incomprensible de todos: las nominaciones a las actuaciones. Se ve que la Academia regalaba nominaciones porque ahí están todos. Y lo peor es que realmente ninguno destaca en absoluto. Todos están correctos, cumpliendo y ya. Christian Bale tiene su nominación por la barriga que lleva, Amy Adams por los escotes, Bradley Cooper porque si y Jennifer Lawrence porque es la nueva perla de Hollywood. Cabe destacar la breve aparición de Robert De Niro, que se marca el mejor momento de la cinta.

Así que la gran esperada American Hustle resulta ser una gran decepción, floja en todos los sentidos. No aporta nada y sin embargo no hace más que recibir premios. Me gustaria un explicación. Otro día analizaremos la razón de que David O. Russell reciba tantos elogios por películas tan flojas, como he dicho arriba, habrá que llamar a Iker Jiménez.
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20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Nunca había estado tan de acuerdo con un título
¡Y que lo digan! Esta película es una gran estafa americana en toda regla.

Solo hay una cosa verdadera en “American Hustle”: la moda de los años setenta era un horror.

Ver como Christian Bale abandona su puesto de Batman para transformarse en hermano gemelo de Torrente es algo tan insoportable que ni siquiera el hecho de que en vez de El Fary y su “Torito guapo” suene de fondo "Delilah" en la poderosa voz del Tigre de Gales, consiguen hacer más llevadero.

Un astuto estafador, su amante pelirroja, el agente del FBI, la esposa del astuto estafador, el jefe del agente del FBI, el alcalde de Candem, sus amigos mafiosos, la mujer y la familia numerosa del alcalde de Candem, senadores y congresistas amigos del alcalde de Candem que quieren conocer al astuto estafador que intenta ser manipulado por el agente del FBI cuyo jefe está en contra, el Fiscal General que está de acuerdo con el agente del FBI que intenta manipular al estatuto estafador para pillar a los congresistas y a los amigos mafiosos…… ¡Bufff! Pues así durante dos horas y media. Complejo no, tedioso mucho.

Esta es una historia de esas que yo denomino “cotorras” porque los personajes se pasan más tiempo hablando sobre lo que van a hacer y decir que haciéndolo. Una película narrada, imitando ese modelo que tanto gusta a Scorsese, que resulta pesada, aburrida, sin pizca de gracia y con unos diálogos tan cargantes como el resto del conjunto.

Me cabrea el tema de los Oscar. A veces pienso que los americanos nos toman por estúpidos y piensan que, al igual que ellos hacen, confundimos el hecho de que alguien engorde 20 kg. (Christian Bale en este caso) o los adelgace (Matthew McConaughey en “Dallas Buyer Club”) con ser un buen actor y que no somos capaces de admirar lo que otros, sin una gota de maquillaje, sin banda sonora, solo con su voz y sus gestos, pueden transmitir con un primer plano de sus rostros (Chiwetel Ejiofor y Michael Fassbender).

Que David O. Russell y “La gran estafa americana” estén nominados para mejor película y director junto a Steve McQueen y “12 años de esclavitud” me parece un insulto para este último y para las personas que, como yo, amamos el cine.

En esta ocasión debo decir: ¡aupa Boyero!
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21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Excelente reparto e interesante guión – pero bastante pacata, simplona e interminable
En esta película hay una inflación de ingenio: los engaños, las añagazas, las suplantaciones y distorsiones, las falsedades, los disimulos y trampas varias se suceden hasta conseguir que el espectador pierda todo interés por tanto juego y por tanto tirabuzón y floritura de guión. Hay un recrearse en demasía en los enredos, maquinaciones y celadas, como si en todo momento se creyera obsesivamente que más cantidad y más confusión es mejor, sin orden, ni medida, sin prudencia, ni decoro. Sin ton ni son.

Además el inspirado reparto se lo pone fácil al espectador porque vuelve vistoso y seductor lo que no deja de ser un esforzado ejercicio de estilo donde la recreación de una época (finales de los años 70) parece tener más importancia que la consistencia de una historia o la relevancia o lo enjundioso de lo narrado. Hay una descompensación notoria entre la intención con la que se cuenta la historia (en todo momento parece que se nos quiere imponer ‘mira qué ingenioso, qué listo, qué inteligente, qué rematadamente agudo y chispeante que soy’) y la historia en sí misma, que no deja de ser un bizarro y baldío intento de falsificar la realidad para fingir lo que no hay, liar y engatusar al personal, embaucar al espectador y simular talento donde sólo hay sino afán por impresionar y empeño por deslumbrar.

Acaba cansando tanta pretenciosidad de pacotilla, tanto adorno, tanto oropel, tanta baratija de bisutería, tanto requiebro de guión y tanta recreación histórica sin alma, sin fondo, sin calado. No es que esta película sea mala (es entretenida, vistosa, amable y – a ratos – simpática) sólo que se toma por mucho más de lo que es y hace de la falsedad e impostura gala, sin darse cuenta que está tratando de colar como agudo y listo lo que no deja de ser yermo y mañoso, pero carente de originalidad o pasión.

Amable, superficial, primorosa y superflua. Hay mucho dinero invertido, buenas interpretaciones desaprovechadas, saltitos y quiebros en la trama que no acaban nunca de sorprender porque quien se jacta de tanto ardid y tanto timo acaba devaluando la mercancía hasta despojarla de todo valor e interés. A ratos simpática, a ratos tediosa (se alarga en exceso, acumulando repeticiones cargantes), a ratos estomagante y fallida, el resultado global es pobre y baladí. Vistosa y vacía – como el mundo que retrata con tanto ahínco como impotencia.
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20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Sobrevalorada película, sobrevalorada estafa
A ratos aburrida, a ratos pretenciosa, a ratos buen cine, 'La gran estafa americana' no es ni de lejos una gran película de estafas. Perdida en una bruma de actrices que destacan por su escote o por lo enfermizas y cargantes que llegan a ser, por un policía interpretado por un actor sobrevalorado que en esta ocasión se adorna con rizos y por un estafador principal que, tal vez, es el único que se toma en serio su personaje. Porque lo demás no dice nada; al contrario, llega hasta ser confusa.

Christian Bale -tal vez el mejor actor de nuestro tiempo- se embarca en este personaje que trasciende lo patético, un personaje que llega a dar pena, un timador con un corazón cansado que suele tener un alma dentro de esa vida de estafa y de mentiras (para la ocasión, se ha adaptado con peluquín, gafas y barriga cervecera). Amy Adams el la estafadora, la pareja, la que destila su actuación en planos de su escote y de su culo. Mejor no decir nada más. Y luego los secundarios, aquellos que protagonizaron "El lado bueno de las cosas": un Bradley Cooper totalmente sobrevalorado y que no es ni la sombra ni posee una mínima parte del carisma que pueda tener Bale, y aún menos con esos rizos. Jennifer Lawrence es una de las incógnitas: ¿nominada al Oscar por ese baile que provoca vergüenza ajena o por los continuos chillidos cargantes? Ah, la aparición de Robert de Niro es, de lejos, lo mejor de la cinta.

No se dejen estafar por las candidaturas o los premios.
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17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
¡Nos la han colado doblada desde Hollywood!
Y tanto que estafa. No os dejéis engañar. Una película descarrilada, aburrida, sin chispa, con un reparto excelente pero más allá del maquillaje y vestuario, no transmiten nada. Un guión que es una tortura, mal desarrollado y con escenas demasiado para la galería. Christian Bale es toda una decepción, no en cambio Bradley Cooper que es el mejor con diferencia. Lo de Jennifer Lawrence es para hacerlo revisar, madre mía, si es que ahora comprando el pan te regalan una nominación al Oscar. La oveja negra de este año.

@Condosco_Jones
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30 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Russell y el estilo políticamente correcto
Dijo Goethe que la originalidad no consiste en decir cosas nuevas, sino en decirlas como si nunca hubiesen sido dichas por otro. O algo así, pero en alemán. Cuando acudimos al cine a ver una película encumbrada por la crítica, esperamos, entre otras cosas, originalidad. Y ser original no supone abordar nuevos temas, sino hacerlo desde una nueva perspectiva, ya sea estilística, narrativa o analítica. La gran estafa americana no es original desde cualquiera de esas perspectivas.

El estilo, el ritmo y sus recursos narrativos, y el análisis de la sociedad estadounidense es el que venimos observando en la última década (o más) a través de directores como Scorsese o Soderbergh. Podríamos ser complacientes y decir que David O. Russell se halla dentro de una escuela cinematográfica que bebe de algunos grandes nombres. O podríamos decir que La gran estafa americana es decepcionante.

(...)

La película se abre con una escena que pone las cartas sobre la mesa. Todos los personajes de esta película ocultan cosas. La intención de Russell es tejer una historia en la que los engaños se vayan acumulando y el espectador no pise tierra firma en ningún momento. Y luego llegan los obligados flashbacks y las voces en off al estilo Scorsese. De acuerdo, Scorsese no ha sido el primero en utilizar este recurso, pero la forma en que lo hace Russell es idéntica, hasta el punto de que volvemos a mirar para cerciorarnos de quién es el director.

El aspecto estético de La gran estafa americana es lujoso, opulento y sexy… Muuuy sexy. Ou Yeah! Solo necesitamos mirar los labios o las piernas de Amy Adams. Son los años 70, como se encarga de recordarnos plúmbeamente la banda sonora. Una temazo por aquí, otro por allá. Voz en off, vestido de lentejuelas y una gran solapa. Soderbergh. No, perdón, Russell.

Y el ritmo. ¿Agilidad o precipitación? La primera media hora es sofocante. A nuestro juicio, un ritmo vivo no tiene necesidad de noquear al espectador. Solo hay que bajar un poco las revoluciones. Irv y Sid viven una vida acelerada, pero a La Gran estafa americana, especialmente en su inicio, le sobran anfetaminas.

La trama empieza a carburar una vez que el personaje de Bale toma el mando. Los encuentros con su mujer son los mejores momentos de la película. Rosalyn (Lawrence) es el personaje que mejor funciona de la historia, tal vez porque es el más original. La fiesta en la que hace acto de presencia Victor Tellegio hace contener el aliento y la tensión alcanza su punto culminante. Pero pronto Russel vuelve al hedonismo acelerado en el cual más cómodo parece sentirse.

La gran estafa americana pretende ser políticamente incorrecta en su fondo. La resolución de la historia, en la que los papeles de buenos y malos quedan muy desdibujados, ofrece una perspectiva interesante, aunque discutible. Pero la forma de American Hustle no puede ser más políticamente correcta. Es lo que se lleva. Lo que piden los espectadores… Y los productores, que es más importante.

En definitiva, La gran estafa americana es una película entretenida, con varios actores en estado de gracia, pero algo larga, visualmente excesiva y formalmente correcta. Demasiado correcta para un David O. Russell que, suponemos, pretende encontrar un estilo propio.

Lo Mejor: El personaje de Rosalyn. La escena de Victor Tellegio. La ambigüedad moral.

Lo Peor: Estilo políticamente correcto. Falta de originalidad. Empacho musical.
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18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Reinventarse o morir
Sí, David O. Russell se parece a Scorsese. Mal vamos. Muy mal.

Unos primeros diez minutos horrorosos dan paso a otros tantos con flashback incluido que terminan de espantarte. No comprendo la persistente manía de:

a) Comenzar una historia a mitad de película y retroceder para contarnos lo que ha pasado hasta ese momento.

b) Meter la voz en off de cualquier forma, y además explicándonos escenas que ya estamos viendo.

Al igual que cualquier otro Arte, el Cine no se sustrae a las tendencias culturales que dominan una época, así que «American Hustle» es hija de nuestros días: escasas emociones humanas, mucha frivolidad, mucho histrionismo gratuito, poca contundencia en personajes e ideas, y narración tópica con los puntos a) y b), además de plana. Es verdad que al menos David O. Russell tiene algún que otro acierto, como la elección de la pegadiza banda sonora (que bien suena, por ejemplo, el «Live and Let Die» de McCartney), el cuidado montaje o el sentido del humor con gracia. La historia, en realidad, no nos está contando nada relevante, a veces incluso de manera confusa y con más extensión de la necesaria, pero las historias de delincuentes de guante blanco suelen ganarse nuestras simpatías por el mero hecho de mostrar inteligencia sin caer en la crueldad.

Encima, el director tiene el gustazo de dirigir a Christian Bale, para mi el mejor del reparto con diferencia. Su transformación física es lo de menos: son sus movimientos, su simple presencia, esa expresividad del rostro que ningún otro de sus compañeros demuestra. Ojo a este detalle. Cooper, Lawrence y Adams están correctos, pero es que Bale es el jefe.

Tras ese arranque desastroso y ridículo que ya he comentado, una vez se adentra en la «gran estafa», la película gana ritmo y soltura hasta un desenlace adecuado, sin más.

Siguiendo el ejemplo de nuestros amigos estafadores, el Cine, que está en peligro, también debería saber cómo reinventarse para no morir.
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
LA GRAN TORTURA AMERICANA
Después de haber "padecido" el visionado de esta horrible "cosa" solo me queda decir que si le dan más premios, dejaré de invertir mi dinero en las salas de cine para hacerlo en los billares o en los futbolines...porque querrá decir que el cine, el gran cine y el buen gusto han muerto.
Hay que tener mucha cara para hacer este bodrio pero hay que tener muy mal gusto o muy pocos escrúpulos para llenarla de premios. La gran estafa americana es una de las peores pelis del 2013. Está mal el guión, la dirección, los actores ...el diseño de producción...todoooo!!!
Y le propongo al FBI que si quiere buscar alguna forma de tortura para hacer confesar algún asunto turbio a algún corrupto, les diría: PROYÉCTENLE ESTA ODIOSA PELI.....NO CONOZCO UNA TORTURA MEJOR!!!
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26 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
¡Vaya un coñazo!
Creo que es la primera vez que me duermo dos veces en una misma película. Un mal intento de película de timadores y engaños. Como El Golpe no hay nada. Se tira uno la película deseando que llegue el momento de que pase algo, pero más de dos horas después la película ha acabado y no ha pasado nada. Lo de los escotes supongo que es para atraer la atención.
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21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
HOLLYWOOD NOS ESTAFA CON SUS MAMOMETROS
Hablar sobre esta película es hablar de otras películas con lenguajes parecidos. Tiene de Scorsese y de Cassavetes pero no llega al talento de ellos. Russell nos muestra desde el principio como va a terminar su película. Película demasiada masticada como papilla de bebé. Predecible y aburrida. Con unas actuaciones lamentables como la de un gran actor como Christian Bale que muchos críticos ven subir y bajar de peso como un talento actoral. Baja de peso para “El Maquinista” y “El Luchador”. Sube de peso o de músculos para “American Hustle” o “Batman”, respectivamente. Esas hazañas por sí mismas no deben formar parte del currículo de un actor en ninguna parte del mundo. Amy Adams como femme fatale no se la cree nadie. Demasiada encorsetada. La bella Jennifer Lawrence como siempre en su papel de “white trash woman” con sus dicotomías no convence sino irrita. Y bueno hablar de Jeremy Renner y Bradley Cooper, es como criticar un par de maniquíes hechos de músculo y belleza. En conclusión, un reparto coral que Russell ya le ha dado resultados contantes y sonantes.
Sé que esta película va favorita a los Oscar. Espero no gane. Es una película hipervalorada llena de lugares comunes. Carlos Marañón, el crítico de Cinemanía no la pudo describir mejor: “caramelo hollywoodiense, ultracalórico, divertido y resultón que se agota en sí mismo. Ni retrato de una época, ni bosquejo de caracteres, ni relato criminal. Sólo actores sabiéndose actores, autoconscientes de sus talentos desatados, en una comedia que redefine la vulgaridad y la eleva a excusa estética para hacernos pasar un buen rato. Mascarada setentera y resultona.”

(Escrito por: Sonicinema Rupturista) https://www.facebook.com/sonicinema.rupturista.5
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Cumple con su cometido: el de ser una estafa
Entré en el cine con la ilusión de salir de él con cara de pasmada y recordando una por una todas las escenas que me habrían dejado impactada. Pues no: salí con cara de pasmada, pero preguntándome por qué había dejado el dinero ahí.

El guión es plano, como la película. La comparo con un documental de "Diario De... Estafadores" donde Mercedes Milá sabría ponerle más guisa a la historia, ya que la película se ha quedado en simple documental de sobremesa de La2 para echarse la siesta. (De hecho me quedé dormida viéndola)

No tiene gancho, no pasa nada, van pasando cosas pero nada digno de una película, si tuviese que hacer un resumen con las partes de más peso no habría escrito nada en el folio.

Para colmo, el director se empeñó en solucionar toda la película en un momentillo, haciendo que la parte más interesante e intensa fuesen los últimos quince minutos, y da gracias.

En cuanto a los personajes, creo que a Jennifer Lawrence le regalan los premios con la compra de un BigMac. ¿Por qué dicen que hace un papel bueno? Vale, no es malo, pero simplemente parece bueno porque es un papel de casi madurita tonta y desdichada, que no le pega ni para el pelo y mira, ha dado el peguillo, pero nada más. No se merece la nominación al Óscar. Lo mismo digo de Amy Adams, que es una actriz plana y sosa a más no poder.

En fin, un despropósito de película, parece una película hecha a toda prisa en un par de meses para ponerse en primera fila a puntito para las nominaciones de los Óscar.
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14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
La gran estafa del año. Ojo a la originalidad de mi título
La gran estafa americana es la gran estafa del año y de los oscar. Y es que O. Russell es el mayor especialista en colarnos bodrios cada dos por tres. Lo hizo el año pasado y lo ha vuelto a hacer éste año, eso si que es de oscar señores y señoras. Y es que repite la misma fórmula que el año pasado con el lado bueno de las cosas: guión con muchas líneas pero que no dice ni la mitad e interesa aún menos, actuaciones alabadas por todo el mundo y que no se merecen tanto alboroto. Historia que a pesar que no hace ni fu ni fa esta llevada de una manera tosca, penosa y ridícula que más que interesarte por ella y por los personajes hacen que uno se desconecte y que le importe un pepino quien es quien y que hace lo que hace. No me creo la historia, ni las reacciones de los personajes. No es ni comedia ni drama ni tiene intriga alguna. Le sobra media hora, pero es que ni eso hubiese solucionado nada.
Ni un Bale exagerado que se cree que con engordar o adelgazar 40 quilos es suficiente para hacer una buena actuación, un Cooper que después de las penosas resacas nadie se lo puede tomar en serio y una Lawrence que desde el primer minuto que aparece en pantalla le meterías de hostias hasta decir basta consiguen levantar éste despropósito.
No hice lo que hice con el lado bueno de las cosas que fue no pagar por verla, gran error. Y es que sr Russell a partir de ahora no es que no vuelva a pagar para ver sus mierdas, es que directamente no las voy a ver. Retírese y deje el cine para la gente que sabe lo que hace.
PD: No se os ocurra pagar ni un euro por ver ésta mierda. Tampoco os la descarguéis.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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