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186 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
El psicoanálisis por Sigmund MonsterFreud
No es una película para niños, ni exclusivamente para adultos. Es una película para adultos con el fin de entender como vive, siente y piensa un niño de 8 años.
El que espere una historia infantil parida desde una mente adulta, se equivoca. El que espere una historia adulta camuflada en un ambiente de cuento, se equivoca.
Es la historia de un niño que piensa, vive y actúa por su necesidad de cariño y atención, por sus miedos, por su crueldad, por su egoísmo, por su impulsividad, por sus fracasos, por su diversión, por su imaginación, por su creatividad, por sus limitaciones, racionales y emocionales propias de un niño de 8 años.
Porque sí, queridos cinéfilos, la cruda realidad es que un niño demuestra sus frustraciones, sus miedos, sus inseguridades... no con una sonrisa precisamente. Dejemos de ocultar tras sus caras angelicales la realidad de las emociones humanas infantiles. Los niños son crueles, egoístas, duros, agresivos, impulsivos, injustos y con falta de ética o moral.
El ego, el yo freudiano en toda su fuerza imparable y libre en un bosque donde dar rienda suelta a los instintos propios de su edad. Un ego que clama al cielo la presencia del superyo, la voz de la conciencia, la moral, las reglas y el bien de lo que hay que hacer (su madre), porque es así como un niño encuentra la manera de crecer y madurar.
Y en ese bosque, su yo encuentra sus emociones más latentes en forma de monstruos. El monstruo de estar solo, a ser abandonado (Carol), el monstruo del ser ignorado (la Cabra), el monstruo de ser invisible (el Toro Alexander), el monstruo de ser cruel y dar miedo (Judith), el monstruo de ser bueno y colaborador (Ira), el monstruo de la razón (Douglas) y el monstruo del cariño y el afecto (KW). Max intenta comprenderlos, afrontarlos, resolverlos… pero sólo es un niño mandando como único rey en sus propias emociones-monstruos y eso nunca puede salir bien sin el apoyo, el cariño y el amor de una madre/padre.
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355 de 385 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Para los raros.
Ni para niños ni para mayores. En eso creo que coincidimos todos. Lo cual no significa que no vaya dirigida a un público concreto: esos seres humanos que ya no somos niños pero que nunca vamos a ser mayores.

Para mi: MAGNÍFICA.
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168 de 237 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Donde viven los más puros sentimientos
Jonze es un tipo inteligente, meticuloso y trabajador, y buena parte de razón me la da un proyecto que llega casi una década después de su último film, y no sólamente sabe con acierto trabajar en un espacio que huye del 3D y las nuevas tecnologías adoptadas por tantos otros, sino además una propuesta que en su mecanismo aparente parece querer generar escenas dotadas de un enorme aplomo visual y grandes cualidades en sus aspectos más técnicos, pero que en su fondo resultan tan sencillas que más de uno aborrecerá antes de tiempo las aventuras de Max y sus amigos, los monstruos.
Tras todo, como siempre, hay truco, y quien sepa llegar hasta su conclusión, admitiendo que "Donde viven los monstruos" es un film tan franco y sincero con lo que propone, como a su misma vez elemental, quizá se halle con una grata sorpresa ante la que servidor tuvo que tragar saliva y pensar que hay que ser muy bueno para transformar una obra de estas características en algo tan emotivo como lo que se palpa una vez terminado el film de Jonze.

Dejando de lado todo ello, esta pequeña pieza posee una virtud que quizá la hace todavía más admirable. A lo largo de todo el recorrido, y como es imaginable que sucederá, la contienda aparece para no dejar un camino tan llano a nuestros protagonistas, haciendo que se desate el conflicto y que parezca necesario buscar soluciones. Sin embargo, no es así: el niño se comporta como tal, es capaz de ver lo que sucede, es consciente de lo que acontece como impostado rey, pero no tiene a su alcance la virtud que poseería quizá un adulto, la de ofrecer una salida que lleve al diálogo, y del mismo modo les sucede a unos monstruos que se comportan de forma similar y quitan importancia a lo sucedido. Y es ahí donde radica su fuerza, en el alejamiento del sermón más convencional, de la moralina más típica, logrando que todo se resuelva con una naturalidad increíble y no se tienda a tirar del discurso para dar fin a algo que, casi sin quererlo, termina siendo solucionado.

Tampoco cabría negar que tiene sus pegas, como no: el estadounidense se pasa de un extremo al otro para mostrar y amplificar la gama de sensaciones que recorren el cuerpo de sus entrañables monstruos, y lo que sin necesidad de llegar a ciertos puntos, intentando sugerir y convertir algunos momentos en baches no tan bruscos para los propios protagonistas, hubiese funcionado a las mil maravillas, sorprende que en la cinta que nos ocupa lo siga haciendo, logrando un resultado que va más allá de lo imaginable, porque cuando uno conoce el final de la historia que se le está contando, se lo sabe al dedillo, observa el gesto, se anticipa y,...


(Termina en el spoiler, sin desvelar nada)
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82 de 102 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Houston tenemos un problema: Demasiado adulta para niños y demasiado infantil para adultos
Esperaba con bastante interés el estreno de esta peli, la historia era buena, los personajes entrañables, el director de los que tienen interés, la música se suponía excelente, luego tenía todos los ingredientes para ser el peliculón que algunos pregonan por ahí.

Y tiene un poco de todo, una excelente música melódica, una buena dirección, la fotografía más que pasable, los muñecos perfectamente recreados, el niño no molesta mucho pues no es en exceso repipi, luego los primeros minutos prometen.

Pero según avanza la peli te das cuenta de que algo no funciona, pese a la buena dirección de Jonze.Y lo que no pulula es que pese a que los personajes son peluches claramente infantiles, no es una película para niños, y no lo es pues el director se va por los cerros de Úbeda elucubrando en el tema pedagógico más de la cuenta, lo que seguro llevara a cualquier niño al aburrimiento más absoluto, haciéndola poco recomendable para los más pequeños de la casa.

Pero lo peor no es que pueda aburrir a los niños, lo peor es que tampoco es lo suficiente adulta para llamar la atención de los mayores, pues tampoco va dirigida en su totalidad a ellos, ya que en muchos casos es en exceso infantil, no consiguiendo en ningún momento que te sientas interesado por lo que se cuenta.

En fin, a mi gusto patinazo de lo gordos de Jonze, no ha sabido, quizá por ponerse trascendente, captar el mensaje de la historia, ni siquiera la atmósfera, una auténtica pena pues en el tema técnico se puede calificar la película de intachable.

Aprobadillo entre bostezos.
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113 de 178 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Don///=\\\de viv//\\en los sueñ//os==?
....................................................../\
.......................................................|
MAX---------------------------------------|

No sólo de niños viven los sueños. Aunque Jonze los use en este ejercicio por cuestiones prácticas de afecto. Lo cierto es que los sueños viven en cada uno de nosotros. No los noctívagos sino los conscientes. Y existe, hasta una regla de tres: a mayor descontento, mayor capacidad para crear los sueños. Cuanto más inadaptado, mayor facilidad para hilvanar historias no reales. Ergo... cuanto más adulto, más facilidad para crear fantasía. Empero, son los niños los reyes de los sueños. ¿Alguien lo entiende? Vayamos donde habitan los monstruos. Quizá alguien nos los pueda aclarar.

El poder de lo onírico se basa en que es una metáfora de lo que nos toca vivir. De ahí todas las interpretaciones e interpretadores de sueños. O eso dicen. Para mí, el poder onírico viene de su capacidad sugestiva. Quizá por ello, el cine sugestivo lo disfruto tanto.

Creo que son diez los minutos maestros que existen en esta película. Hacía casi un año, que en una sala de cine no sentía el poder de los 24 fotogramas por segundo. También era el inicio de una película. Y también era de monstruos o inadaptados de una sociedad. También usaban disfraces (para esconderse del mundo hostil). Luego Jonze nos lleva a su mundo (que puede ser reiterativo, algo machacón al no querer avanzar), pero nos ha dejado un epílogo donde suelen ir los prólogos. Y es que su inicio, de prólogo no tiene nada porque la presentación de Max es una lucha por seguir viviendo. A su manera, claro.

Entonces me tiran de una media. Poquito a poco. ¡Sigo aquí! Me dicen. ¡Hablame! Me reclaman. ¡Escuchame! Me ordenan.

Oye, una lágrima resbala por mi mejilla. Para que luego digan que no soy sentimental.

¿Es que no notas la desidia, las envidias, los temores, los deseos perdidos o encontrados? ¿Es que no oyes golpear la puerta cada vez que caes defraudado? Son los monstruos que viene a por ti. A coronarte rey de tu propio mundo. De tus propias fantasías, de tus sueños olvidados...

Y sigues siendo tú.
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53 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Buenas noches, señor monstruo
Spike Jonze —como era previsible— le encasqueta unas converse a Espinete y nos dedica un tempus fugit con ribetes “indi”. Es decir: fotografía de cariz realista, cámara y montaje al hombro, canciones “emo” y cierto esquematismo argumental.

En cuanto a la puesta en escena, es recurrente, por lo que veo, argüir la intención del director de plantear las fantasías como un mundo real, como proyección de gran fisicidad (resoles y luz azul de noches heladas) de la mente de Max (el niño protagonista). Está bien la idea, y parece encajar en el hueco a rellenar a la hora de opinar. Pero creo —es mi opinión, tan válida o inválida como cualquier otra— que encaja por casualidad. Jonze siempre rueda así, así que imagino que es más una forma cómoda de trabajar que recurso estético.

Pero la película, pese a todo, es eficaz. Aunque sus reiterativos recursos sean lo más controvertido. Porque pese a todo, como digo, queda Max: pequeño inadaptado, pequeño germen neurótico. Con su mundo imaginario de oídos afinándose en casas vacías, rastreando sonidos extraños que abren mundos detrás de las paredes, dentro del laberinto.

Max y sus amigos invisibles que le tiran de las piernas para estirar los juegos. Aunque sea tarde y su madre entone el toque de queda. Max, propietario de un espacio (bajo una cama, en el armario) en el que unos pocos pasos pueden ser una expedición por el Ártico. Construye cabañas, busca mascotas, salpica los reflejos de los charcos. Seguro que siente la nostalgia de los colegios vacíos cuando los ve. Porque el Max que me he encontrado esta noche percibe las alteraciones nerviosas del aburrimiento adulto y las va sintiendo crecer aunque aún no las entienda.

Los defensores de esta cinta te dirán que corras, Max, que tires piedras y aproveches los desiertos para revolcarte en ellos. Que apures tu tiempo antes de que tus juegos invisibles se osifiquen en lo visible y tus monstruos se conviertan en humanos.

Porque tu mundo infantil no es una historia interminable. No hay guerras ni amenazas fantásticas (aunque organices juegos maniqueos de buenos y malos, como todos los niños). No es un villano con cuernos y capa negra el que acecha. Son los celos, las envidias, los cambios de humor, la incomunicación y la inseguridad.

Tus monstruos necesitan ir al psicoanalista, Max. Habrá que remendar tu disfraz de niño a ver si aguanta. Se te está deshilachando por la pernera.
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61 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Para salir huyendo
Existe un lugar en el que ciertos críticos se mueven como pez en el agua. Un inhóspito rincón en el que las películas incomprensibles para el gran público se convierten por arte de magia en exquisitas obras de arte, repletas de múltiples interpretaciones a las que sólo determinados privilegiados pueden acceder. En ese escondido paraje es donde reinan los directores como Spike Jonze, agazapados por señores de alto intelecto dispuestos a recibirlos siempre con los brazos abiertos.

Ellos, y no los niños, son el motivo por el que en esta ocasión el realizador de Maryland ha decidido obsequiarnos con una versión, francamente particular, de un libro infantil muy popular al otro lado del charco. Tiesas deben haberse quedado estas pobres criaturas en cuanto hayan comprobado, al poco de empezar la película, que detrás de esos maravillosos monstruos lo único que se escondía es otra excentricidad de Spike Jonze, desde luego, no apta para todos los públicos.

Algunas críticas tuvieron la cortesía de advertirlo. El parecido más que razonable de los monstruos con los personajes de Barrio Sésamo era pura coincidencia. El filme podía clasificarse de todo menos de infantil. Entonces, una vez aposentado en la butaca, las dudas se van apoderando del espectador adulto. ¿A quien narices se dirige entonces Donde viven los monstruos?

Podría destacarse la labor como actor de Max Records, el niño protagonista, si no fuera porque el personaje es casi tan insoportable como los mencionados monstruos. El sinsentido parece adueñarse de todas sus actuaciones, ya que tan pronto coronan reyes como destruyen casas. Algunos dirán que es el fiel reflejo de una mente infantil, caótica y con poco sentido. Bien mirado, sólo así se entendería, por ejemplo, el mal uso de la banda sonora, encargada de dramatizar momentos de pura risa.

Esto, que para la mayoría de mortales no sería más que una extravagancia pretenciosa, en el lugar donde habitan los críticos e intelectuales de alta esfera supone una auténtica revelación. Sinceramente, hay que ser redomadamente 'cool' para poder extraer tanto jugo donde no lo hay.
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54 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Monstruosamente humana
Una película muy interesante desde el punto de vista pedagógico pero nada recomendable al público infantil, o como mínimo, no a todos los niños por su, en ocasiones, cruda forma de representar los sentimientos amargos o la agresividad que puede portar un infante en su interior.

No deja de ser una obra maestra dentro de su género que seguro fascinará a los espectadores más propensos a captar el trasfondo de los contínuos y densos diálogos incluídos en la cinta.

Cabe añadir el buen aporte que hace la banda sonora compuesta por Karen O and the kids, con temas que, aunque no son magistrales, dotan de mayor dinamismo a la historia y le otorgan esa parte de entretenimiento y diversión que le falta.

Tras visionarla se podría decir que llega a estar como mínimo a la altura de la ópera prima de Jonze "Como ser John Malkovich"
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51 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
No son Monstruos, son Cosas Salvajes
Aunque parezca una tontería, es una diferencia abismal. Los seres de la película son puras metáforas de las emociones, sentimientos y perspectiva de las cosas de un niño. Un niño infeliz, un niño problemático, pero un niño que sólo intenta comprender las cosas que le rodean, el mundo cada día más amplio, cada día más difícil al que se enfrenta. Así pues, este conjunto de criaturas son Cosas Salvajes que habitan en mayor o menor medida dentro de cada niño, e incluso de cada uno de nosotros. Los Monstruos son otra cosa, son seres feroces, son incomprensibles. Pueden matar. Por eso, me parece que la traducción del título original "Where the Wild Things are" es completamente inapropiada.

La película en sí es una auténtica delicia, tanto visual como emocional. La música, generalmente suave y melancólica que rompe en crescendos salvajes cuando el ritmo del film así lo requiere, es apropiada en cada momento. Las criaturas son enormemente fieles al libro de Maurice Sendak, gigantescas y grotescas, y a la vez enternecedoras y capaces de mostrar una gama de emociones impresionante. El actor Max Records, que da vida al pequeño Max, hace una interpretación casi impecable, resultando por momentos insufrible y en otras ocasiones, cariñoso y tierno.

También hay que decir que no es una película para todos los públicos. Desde luego, no es para niños, porque el argumento les puede resultar aburrido, e incluso perturbador. Tampoco es para ciertos adultos, los que vayan a ver una simple película de entretenimiento, un divertimento de usar y tirar. La película es compleja, invita a pensar y a conectar con el niño que fuimos, al menos algunos de nosotros. Las metáforas, algunas evidentes, otras no tanto, están pensadas para hacernos reflexionar y seguir meditando sobre ellas tiempo después del visionado de la película. El ritmo es lento, melancólico, hay muchas escenas en las que "no pasa nada". Pero pasa muchísimo.

Por último, comentar que el film me conmovió profundamente. Quizás algunos de nosotros podamos conectar con las cuitas de Max y sus perturbadores compañeros más que otros. Quizás algunos de nosotros tengamos ejemplos cerca de otros pequeños Max, y quizás después de ver esta película podamos comprenderlos y ayudarles mejor.
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34 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un lobo con piel de cordero
Vayan con cuidado o puede que se lleven un buen susto, Donde Viven Los Monstruos no es un juego de niños, es un abismo, un inmenso abismo que puede llegar a ser peligroso, una fábula que nace de la mente de un arriesgado cineasta conmovido por un cuento infantil, reconvertido en un relato tremendamente profundo de nuestra geografía interna, visto desde el prisma de un niño.

Un relato que se extiende a través de la imaginación del joven protagonista y que proporciona al espectador un trascendental viaje a un mundo interior altamente identificable, en donde todo está expuesto con metáforas y dobles sentidos llenos de significado, que enriquecen a una narración ejemplar.

Extraordinaria en la concepción de esos muñecotes gigantes, que no son más que la proyección material de los sueños, los anhelos y los miedos de este crío que da sentido a todo cuanto le rodea, un ejercicio que a la postre le sirve para liberarse de esos miedos y encaminarse en el traumático y salvaje viaje a la madurez, un viaje eso si no exento de ilusión y esperanza.
En el plano musical la banda sonora es francamente destacable, encaja perfectamente con el carácter de la historia, y permítanme una recomendación, véanla en V.O., les aseguro que si lo hacen lo agradecerán, es admirable el trabajo de los actores que ponen voz a estos monstruos.

Nos encontramos ante una adaptación osada, probablemente la propuesta más arriesgada, que no es decir poco, del responsable de Cómo Ser John Malkovich. A quienes les guste les va a encantar, pero recuerden no apta para todos los públicos.
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31 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Bonita...
Vaya por delante que me gusta mucho Spike Jonze.
Conocía este libro desde que era canijo. Fue muy popular en EE.UU durante los últimos 80´ y los 90´. La historia, hermosa, es de un niño "revoltoso" que escapa de la realidad creando un mundo de aventuras en el cual es el rey. En este mundo imaginario viven monstruos entrañables con los que reirá y llorará. En fin, un libro para niños muy majete y con obvios atractivos visuales en los que alguien se iba a fijar seguro para hacer una peli.
Cuando vi que la iba a hacer Jonze me sentí contentísimo. Era una peli para un Gondry, un Burton (aunque seguro que la suya habría sido demasiado oscura), o un Jonze.
La peli mola. Es visualmente espectacular, tiene una foto elegante, y la música vale muchísimo la pena. Los bichos captan perfectamente el carácter entrañable y cercano del libro, que contrasta con su imagen monstruosa.
Pero no funciona.
Es lenta lenta, el guión no te lleva a ningún parte y, siendo largo, nunca consigue enganchar del todo ni profundizar lo suficiente en ninguna de las sub-historias. Al final se queda todo en un montón de imágenes agradables.
Eso sí, tenemos un nuevo Maculay seguro! El niño tiene una cara muy maja y lo hace bastante bien, sobretodo si pensamos que está hablando con bichos de peluche que te deben de dar una réplica bastante justita... El crío promete.
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36 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Agárrate los machos
Consigo la película con toda la ilusión del mundo para ponerla con mi sobrina de 12 años, y va la criatura y me dice que ésta no le atrae mucho, vamos, que no la vería bajo ningún concepto. Con su expresión de cara me hizo sentir un estúpido. Perecía ella la adulta y yo el niño. Total, que ya que la tenía me la reservé y decidí verla solito en un futuro no muy lejano.

Llega ese futuro y en los primeros minutos sale el niño de marras en plan estoy-desquiciado-y-lo-voy-a-demostrar-maldita-sea. Sinceramente, muy desagradable.
Luego hay una escena en la que la madre del chaval lo pilla de buenas y le pide que le cuente un cuento (sí, ella a él). El niño relata una parida sobre un vampiro que pierde los dientes y ya no es como el resto de vampiros. Y atención; luego deja la mirada perdida y con registro melancólico dice "y los demás vampiros le dieron de lado". Ahí termina el cuento del nene y es precisamente con esa frase cuando comienza mi preocupación. ¡No me digas que esto va a ser una peli coñazo en la que se va a desmenuzar el corazón del niño!. ¡No me digas que como este chiquillo está perdido en su propio mundo nos vamos a tener que tragar una historia surrealista y sin sentido en plan metáforas!... Po sí, Efectiviwonder. De la que se libró mi sobrina.


La peli aburridísima como ella sola. El niño y la panda de monstruos matando el tiempo sin contar absolutamente nada durante todo el metraje. Tú no estás ahí para ver una historia (entre otras cosas porque no la hay). Tu misión frente a este plomazo es el de captar cómo el muchacho va encontrando emociones ya perdidas o parafernalias pseudointelectuales que mira tú por donde, no me interesan lo más mínimo. Y no me interesan porque el tal Spike Jonze terminó con mi paciencia muchísimo antes que acabara la peli. Eso sí, aguanté hasta el final como un campeón.

Sólo recomendable para gente que se divierta con el surrealismo pastoso repleto de mensajes.
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37 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Una película para nadie
Para los niños, una película que no podrían entender y en la que se dormirían.
Para los mayores, un largometraje exageradamente aburrido en el que el protagonista de todas y cada una de las escenas es un niño repelente que deseas desde el primer minuto que desaparezca, y aderezado por una banda sonora de chillidos de infantes que te hunde en la más desagradable de las confusiones.
Para los más filosóficos, una alegoría a la infancia que podría contarse en dos minutos y no dos horas.

En definitiva, el único público que veo posible es el de bebés que sonrían ante los colores y los ruidos de los monstruitos.

Sin duda, la película causa un profundo sueño para todos los públicos.
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41 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Insultante
Realmente me ha costado ver esta "joyita" en su totalidad y he tenido la sensación de estar perdiendo un tiempo muy valioso de mi vida.

Para empezar, tengo entendido que esta película va dirigida principalmente al público infantil. Yo que considero que tengo un espíritu bastante infantil considero que la mayoría de los niños sentirían rechazo hacia esta película por dos razones: ABURRIMIENTO Y VIOLENCIA. Y en cuanto a mi espiritu adulto, éste dice: No llevaría a mis hijos a ver ésta película ya que considero que podría potenciar en ellos una conducta violenta, viendo como solución a los problemas salir corriendo, gritando por todo el vecindario y, si esto no fuera poco, morder a su madre con el único objetivo de conseguir lo que quiere cuando quiere.

La historia es poco imaginativa, no encuentro ningún tipo de trascendencia a los hechos, no hay emoción, ni nada de nada. Las cosas pasan porque sí y no hay moraleja alguna (Aunque la estuve esperando durante toda la película)

Por otra parte, el niño (Max) es insufrible. Maleducado es poco y ,en mi opinión, con algún tipo de problema psiquiátrico. Un niño que no se siente aceptado y que por eso actúa como lo hace (venga ya, eso está demasiado visto).

Sigo en spoiler:
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30 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
BAJONAZO DE JONZE
Regreso al largometraje de Spike Jonze tras ADAPTATION y CÓMO SER JOHN MALKOVICH con una historia a priori para todos los públicos sobre la imaginación y la psicología del comportamiento infantil.

Los monstruos pasan por ser lo mejor de la película, magníficamente recreados conjuntando disfraces físicos y animación CGI y reforzados por unas voces interpretativas sobresalientes. También habría que destacar la banda sonora y el universo natural donde viven los monstruos.

El problema es que todo lo demás, aunque pueda llegar a interesar, carece de sentido y/o aburre. El guión carece de estructura, de motivaciones y de clímax, y la filmación es realizada por entero con la cámara al hombro, sin aportar ningún plano reseñable.

A pesar del prometedor trailer, película insípida para los niños que no se si gustará mucho a los adultos.
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22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Cuando me morí de aburrimiento...
Cuando me morí de aburrimiento estaba sentada en una butaca en el cine viendo una película en la cual salían monstruos con ojos vidriosos y un niño medio psicótico. Al niño no le gusta el maiz, a los monstruos no les gusta el niño y a mi no me gusta la película.

Después de 1 hora, te quieres cortar las venas o por lo menos infringirte algun daño para ver si tus extremidades todavía no se han dormido porque tu cabeza si.

Después de una hora, en la peli solo han pasado 10 minutos y el guión no avanza y no avanza y no avanza... y no avanza...

Los que perdais vuestros euros yendo a ver esta película os recomiendo una buena almohada o cojín para poder recostarse y dormir en paz.
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28 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Donde aburren los monstruos
Realmente esta película está en el privilegiado grupo de las que te llevan a la desesperación, y a echar a correr del cine, dejando atrás a las personas a las que has acompañado.
No es un aburrimiento estático y soporífero, no, tienes la necesidad de retorcerte en el asiento, de insultar a los personajes y de relinchar a cada escena, conforme vas perdiendo la esperanza de que la película remonte el vuelo.
El niño protagonista roza lo odioso, lo estúpidamente caprichoso y desde luego en ningún momento puedes llegar a sentirte identificado con sus ¿problemas? de adolescente norteamericano y con sus grititos histriónicos. Y todos hemos sido niños y disfrutado de protagonistas niños en el cine.
El doblaje no ayuda, ¿qué famosillo/s han sido ésta vez? y las caritas de los monstruos con larguísimos parpadeos a lo Disney, y miradas a lo gato de Shreck, pero sin acompañar al guión, te mantienen en todo momento en alerta, sin permitirte meterte en la "historia", por decir algo. Todo es artifical y pretencioso.
Es curioso que en la portada aparezca un contraluz, porque es un recurso que satura Jonze con el objetivo de intentar enternecer un guión malo y por recortar, y desde luego no para niños. El único niño que disfrutará de este bodrio fue el protagonista al que le pagaron las vacaciones con unos sucedáneos de Barrio Sésamo.
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22 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Lo más aburrido que he visto en mi vida
¡Joder! alucinado me quedo al ver las críticas de esta película. Un 10¿?, ¿preciosa historia?, ahora bien, ¿y la historia?¿Algún tipo de argumento? ¡Ah, que te lo tienes que inventar! ¿Un cuento de 10 páginas y 4 frases se puede hacer una película aburridísima de hora y media? Me metí al cine a verla por las maravillosas críticas en todas las revistas de cine, que normalmente sulen llevar razón. Aquí se han equivocado y mucho, no, muchísimo. Una película que no se merece el punto que la doy porque no se puede poner menos. Una auténtica basura.
Un niño malcriado que se escapa así por las buenas y se va a un mundo de bichos cabezones.
¿Dónde está la obra maestra? Por aquí no la veo.
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18 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Preciosa pesadilla de una cabeza de diez años. (¿qué es lo más vacío que abunda?)
Un día cualquiera cuelgas el abrigo, te sientas en tu sitio y un señor te dice que el sol se apagará, pero descuida que para cuando se apague, la raza humana se habrá extinguido por su propio pie. En tu casa gritas porque normalmente no hay nadie que te oiga, convives con una chica que más que hermana es hormona sin ninguna empatía hacia ti y tu santa madre trata de rehacer el fortín con otro señor que no es tu padre.
"Que extraña manía le ha entrado al muchacho, construye cabañas", si tuviera los materiales necesarios haría refugios nucleares.

Desgraciadamente nadie te dice: "Enhorabuena tiene usted diez años y ha recibido su primer pensamiento existencial, pulse uno si desea abortar la misión, para lo cual, estudie, trabaje, dróguese, enamórese... VIVA, ocupe su tiempo que el tiempo ya se ocupará de usted. Pulse dos si desea seguir pensando hasta la locura.
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15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Monstruos, cordones y gracias
“Donde viven los monstruos” habla de la ruptura del cordón umbilical entre su imaginativo hijo y aquella madre más preocupada que mantener su empleo o volver a empezar sentimentalmente. Es un brevísimo subtexto de esa búsqueda de libertad pero supone también la reputa del cordón que unía a Spike Jonze con Charlie Kaufman.
Los monstruos que componen la imaginación de un niño serían desfragmentados en diferentes personalidades y representaciones freudianas. Posiblemente el cuento de Maurice Sendak deje entrever cierto grado de monstruosidad infantil en pequeños actos que componen la infancia y su mundo, en la universalidad de esos deseos y temores que forman parte del universo infantil. El dolor de perder a una madre y un padre para siempre supone un viaje introspectivo para poner un nuevo rumbo a una nueva pieza en la transición a la adolescencia. Odio y furia, dolor y soledad forman parte de un universo de monstruos donde los pequeños empiezan a hacer frente a situaciones más complejas.

Spike Jonze estaba atado a otro cordón umbilical desde “Cómo ser John Malkovich” (1999) y “Adaptation. El ladrón de orquídeas” (2002) pero queda desvinculado de Charlie Kaufman y al igual que “La ciencia del sueño” de Michel Gondry tira directamente de su trabajo de clips. No va más allá de esa libertad trasmutada en un plano realista pero imaginario. De una ferocidad visual que nos mete en un inexistente realismo, de aparente poca complejidad para que los más pequeños no se centren en trazos más milimétricos, y excelsa emoción buscando el empaque de los adultos.
Las canciones de Karen O, un estilo casi semidocumentalista salpicado de ramalazos de sus propios clips son trazos firmes de una propuesta brillante. Se podría psicoanalizar ese cuento de traumas y temores, de desfragmentaciones de la personalidad de un niño en diferentes entes monstruosos, se podría ‘divanizar’ toda esa ira y frustración de sentirse pequeño, aislado y sólo en un mundo cruel de gente grande que acaba siendo extraña. Adiós al confort del capitalismo y mundo civilizado de aparente tranquilidad y bienvenido al caos de la monstruosa soledad. Unos hablan con un coco y otros, los más pequeños, dan rienda suelta a su imaginación, donde viven los monstruos.

Se podría tratar todo lo anterior por una módica cantidad: 200 € por el niño y usted, como buena madre que desea resolver sus problemas y los de su vástago, 400 €. Esta consulta son 60 €. Pida cita en el mostrador. Gracias. Sí, sí, admitimos tarjeta de débito o crédito… Cierre la puerta al salir y deje de leer esta crítica. Gracias.
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15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
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