No es una película para niños, ni exclusivamente para adultos. Es una película para adultos con el fin de entender como vive, siente y piensa un niño de 8 años.
El que espere una historia infantil parida desde una mente adulta, se equivoca. El que espere una historia adulta camuflada en un ambiente de cuento, se equivoca.
Es la historia de un niño que piensa, vive y actúa por su necesidad de cariño y atención, por sus miedos, por su crueldad, por su egoísmo, por su impulsividad, por sus fracasos, por su diversión, por su imaginación, por su creatividad, por sus limitaciones, racionales y emocionales propias de un niño de 8 años.
Porque sí, queridos cinéfilos, la cruda realidad es que un niño demuestra sus frustraciones, sus miedos, sus inseguridades... no con una sonrisa precisamente. Dejemos de ocultar tras sus caras angelicales la realidad de las emociones humanas infantiles. Los niños son crueles, egoístas, duros, agresivos, impulsivos, injustos y con falta de ética o moral.
El ego, el yo freudiano en toda su fuerza imparable y libre en un bosque donde dar rienda suelta a los instintos propios de su edad. Un ego que clama al cielo la presencia del superyo, la voz de la conciencia, la moral, las reglas y el bien de lo que hay que hacer (su madre), porque es así como un niño encuentra la manera de crecer y madurar.
Y en ese bosque, su yo encuentra sus emociones más latentes en forma de monstruos. El monstruo de estar solo, a ser abandonado (Carol), el monstruo del ser ignorado (la Cabra), el monstruo de ser invisible (el Toro Alexander), el monstruo de ser cruel y dar miedo (Judith), el monstruo de ser bueno y colaborador (Ira), el monstruo de la razón (Douglas) y el monstruo del cariño y el afecto (KW). Max intenta comprenderlos, afrontarlos, resolverlos… pero sólo es un niño mandando como único rey en sus propias emociones-monstruos y eso nunca puede salir bien sin el apoyo, el cariño y el amor de una madre/padre.

Dientes psicológicos es lo que llevamos muchas en la vagina, algunas temporalmente, otras en ocasiones y otras, desgraciadamente de por vida. Y sacándole el sentido más intrínseco a la película, tengo que decir, que he visto bastante más claro cómo, en el complejo y rebuscado mundo interior de la mujer, nos adaptamos y a veces malformamos nuestro entorno y nuestra realidad según las amputaciones psicológicas que tengamos. Me explico, llevamos cargando límites en el sexo que nosotras mismas nos imponemos, que nos imponen, que ya vienen impregnados en nuestros genes, que nos inculcan desde el primer aliento y que damos por verdaderos e inmutables. Somos conscientes de estos límites (la mayoría superables), pero aún así reorganizamos todo lo que haga falta (hasta nosotras mismas) para normalizar, para dar una explicación coherente a lo que no queremos admitir. ¿Alguien más ha entendido la metáfora psicológica que ofrece esta película?. Mujeres del mundo, quitaros esos dientes psicológicos y disfrutad del sexo como lo hace ellos!!!. Lo mejor de la peli? La cara de mala malísima que pone la chica al final de la peli, cuando se da cuenta del gran poder que tiene. ¿Sexo debil? ¿Quién lo dice?

Drama, dramón, dramazo, dramísimo y cualquier adjetivo superlativo relacionado con la tristeza, la melancolía, la desgracia, el llanto y cualquier otro estado de ánimo que os haga sentir por los suelos, sería aplicable a la esperada película "Siete almas".
Absténgase, por tanto, personas demasiado sensibles o que ya tienen bastante desgracia a su alrededor cómo para meterse en la piel de 7 vidas sumidas en sus respectivos infiernos y una octava en plena búsqueda de algo bueno que sólo refleja la cobardía más grande del ser humano.
Demasiadas perspectivas creadas en el argumento, un listón bien alto que esperas del protagonista por en "Busca de la Felicidad", un guión que a priori se presenta como original y nuevo y una buenísima campaña promocional protagonizada por el mismo actor que desparrama gracia y salero allá donde va.
La realidad es la siguiente: mucho esperar para poco encontrar. La razón de todo sólo se desvela casi al final, te hace esperar. Una película lenta que intenta saborear cada segundo, cada momento, cada caricia y lágrima de los protagonistas como esperando a dar tiempo para que el espectador se conmueva de la misma manera. La espera te crea aún más espectativas, buscas motivos no esperados ni imaginados para comprender los hechos. Decepción y predecible. Tan predecible que sorprende y te desilusiona.
Me quedó la duda de si Will Smith interpretaba el papel de un tío rarito, contradictorio a veces porque no concuerdan la sensibilidad que quiere transimitir con la frialdad que realmente demuestra. O bien, es que el dramatismo del papel le quedaba grande y no supo interpretarlo. Prefiero pensar que el guión le exigía ser un personaje desconcertante, además de irritablemente enigmático y con expresion corporal y facial poco creíble.
Como decía, mucho esperar para llegar a un desenlace fácil y predecible y para colmo con algunas lagunas o interrogantes, como por ejemplo ¿seleccionó a priori el protagonista a todos los donantes para que fueran compatibles con su grupo sanguíneo? Se supone... ¿alguien puede creerse que permitirían que una misma persona donara más de un órgano (pulmon e higado)?. En fin, creo que realmente si se quiere salvar una vida (o las que sean) existen otros muchos caminos más factibles y creibles. Y si no que se lo digan al guionista de "Cadena de Favores" (no una gran película pero sí una gran idea).
En fin Sr. Smith, por mi borrón y cuenta nueva, y espero que en la próxima veamos al auténtico actor que llevas dentro, ya sea drama, comedia o lo que te echen.

Voy a hablar de lo que esta película me ha hecho sentir que creo que es de lo que se trata. Independientemente de si me parece buena o mala, larga, pesada o una obra maestra.
Parece muy evidente lo que el protagonista hace, piensa y siente. Sería como decir: siiii ya sabemos, el protagonista sale a buscar afuera lo que ya tiene aquí.... que poco novedoso. Aprende a valorar lo que tiene cuando deja de buscar.
¿Y no es eso lo que hacemos todos en nuestras vidas?. Si fuera tan fácil sentir la respuesta, y no digo saberla, porque todos sabemos la respuesta. Pero hay que sentirla. Si fuera tan fácil, todos nos sentiríamos plenos y en paz.
Tanto si te pones un traje espacial o uno de buzo, nuestra búsqueda es necesaria, pero no por lo que hallaremos al final, no por afirmar nuestras hipótesis (si hay vida inteligente o si soy más feliz de aquella u otra manera), sino por lo que nos encontraremos en el camino. Las piedras del camino, la forma del camino es la que nos traerá la certeza de que nuestra búsqueda ha finalizado ( si es que finaliza claro).
Buscar vida inteligente en los confines del sistema solar, despreciando la que hay aquí. Buscando compañia, olvidando que la tenemos aquí. Ansiadas respuestas que si miramos más cerca ya nos regala nuestra Madre Tierra. Sí, buscamos a fuera algo mejor, algo que responda a nuestras preguntas. Cada uno busca a su propio Dios. Intentando llenar un vacío interior. Buscamos en el vacío desde nuestro vacío.
Pero todo es una ilusión. El vacío interior es un estado mental o emocional decidido por nosotros mismos. El vacío exterior es otra ilusión mental o cientifica porque no hay otra cosa en este universo que Existencia que sostiene, contiene, expande y contrae. El Vacío y la no existencia no tienen razón de ser porque no hacemos más que sostenernos en la Existencia. Si la compañia es un ser inteligente, una roca o un planeta es una valoración humana que teme a la soledad de no ser amada y comprendida.
¿Pero qué otro acto puede haber cometido el Universo al crearnos que amarnos y comprendernos?. Si no fuera así, no estaríamos aquí.
No estamos solos, mira a tu alrededor. No hay vacío ni soledad. Decidir sentirlo es parte de la búsqueda y el camino.
La inteligencia esta aquí, la belleza, las respuestas y la plenitud. Pero la búsqueda que haga cada humano es necesaria para su evolución y para la de todos.
Si hay o no vida inteligente a parte de la nuestra queda en la creencia, la esperanza, la fe, el temor... de cada uno de nosotros.
Al ver tanta belleza planetaria sentí tristeza y soledad. ¿No hay nada más?. ¿Algún rastro?. Y sentí que mi tristeza y mi soledad en realidad eran miedo de estar solos en el infinito. Miedo al vacío, al infinito en soledad.
Y sentí que esta idea-emoción humana me nublaba lo que para mi es mi verdad. Que la belleza planetaria existe independientemente de mi mirada llena del juicio y valoración de la soledad y el miedo. Lo cierto es que la belleza, fuera de mis ojos no puede existir ligada a una emoción humana. La belleza de Neptuno no coexiste con la soledad, el miedo o la tristeza. Y dejo que la belleza de Neptuno llegue a mi, libre de esas valoraciones. Y se vislumbra un respiro en mi miedo a la soledad. Neptuno me acompaña en mi existencia, Neptuno desborda inteligencia. El vacío que tanto me atemoriza me acompaña y muestra su inteligencia. Porque yo soy también parte de ellos. Yo formo parte de ellos, sus átomos son mis átomos. El vacío también está en mi. El silencio y la vibración del infinito están en mi.
Así que mientras siga aquí me fundiré con mi existencia humana. Y cuando ya no esté aquí me fundiré con mi existencia cósmica.
Y mientras tanto seguiré con mi búsqueda compartiéndola con otros y experimentando las de los demás. Para hallar lo que ya sabemos todos, que lo que busco está en mi interior, que lo que me completa ya lo tengo y lo que me falta es una ilusión de mi mente.
Me caeré, me levantaré y disfrutaré del camino que no deja de regalarme señales de lo que ya sé. Sentir mi existencia plenamente y ligada a todo. Gracias.

Me dijeron que te vería en las últimas, creía que te encontraría forzando tus posibilidades físicas, psicológicas y económicas. Quizá me hicieron creer que la dama de la guadaña ya estaría mirándote de cerca, como si tu ya intuyeras que, efectivamente, this is it.
Por si lees esto, sorry Michael por dudar de ti. Trabajas, disfrutas, ilusionas, amas y creas con toda tus energías, como un guepardo en su carrera a velocidad punta para conseguir su presa, poniendo en riesgo su fragilidad corpórea y sus últimos alientos. Lo has conseguido Michael, has echo tu carrera, con toda la efectividad que tu naturaleza guepárdica impone y has conseguido alcanzar tu presa. Aunque no has podido disfrutarla. Hoy se la comen otros, para bien y para mal.
Te he visto disfrutar y sudar, tu manera de trabajar, de exigir, de compartir, de transmitir, tu creatividad, genialidad, tu impecable manera de rozar a los mortales con tu estela brillante y fugaz, difuminando tu esencia de mito.
Gracias por darlo todo, en contra de todo. Gracias por hacerme disfrutar, desde siempre y en esta última ocasión. Gracias por ser tú y no como dijeran que debías ser. Gracias por cambiar la historia de la música. Gracias por dejar tu creatividad inmortal. Gracias por cuando disfrute de mis futuros hijos y nietos con tu música. Siempre te llevaré en mi corazón.

Al Sr. Kenny Ortega: una sensación de prisa por hacer lo que pueda con lo que se pueda en el menor tiempo posible. Da como resultado una colección de imágenes que sobrepasan el estupor de la tecnicidad y ni asoma el más mínimo atisbo de emoción y humanidad. Nos impones aquello que se pueda parecer a un concierto del King of Pop y olvidas mostrar escenas más cercanas y humanas (descansos, merendolas, momentos desenfadados con el equipo, risas, relajación, bromas de MJ y del resto de compañeros...).
Imagen tras otra de ensayos, repeticiones y comentarios que para los que no conocen Jackson, creerían que es un jefe inflexible, duro, incansable y cansino, eso sí, porque sabe perfectamente lo que quiere y lo quiere perfecto.
Nos los muestra como una máquina que no admite descanso. Estoy segura que en las más de 100 horas de grabaciones podemos encontrar al Michael más desenfadado, cercano y parecido a cualquiera de nosotros. Pero ni una imagen sobre eso. Como me dijo mi chico... es lo que yo hubiera querido ver, no lo que realmente muestra la peli. Así que, decepción en este sentido. Creía que vería abrir su corazón con pequeños guiños de momentos cotidianos, creía que le sentiría cerca... en fin ... sí le vi currar como el minero o el pescador más sacrificado de todos.
¿El concierto? UFFFFF... hubiera hecho historia, que desperdicio de medios, personal, inversión, ilusión, creatividad.... al no poder llevarlo a cabo. Que monumental despliegue de recursos y medios, de ganas por hacer las cosas maravillosamente bien hechas, como si, efectivamente, this is it.