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34 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
Tan singular como hosca
Todos tenemos un plan" es la historia de un hombre (Agustín) que ni joven ni viejo decide abandonar las comodidades de la ciudad, su profesión y su mujer, para emprender la búsqueda de una vida nueva o mejor dicho interrumpida en el momento en que se apartó de su hermano mellizo (Pedro) y del lugar donde transcurrió su infancia, en la zona más agreste en las islas del Delta.
Este cambio radical coincide con una insondable crisis personal y la posibilidad de trocar su identidad por la de su gemelo. Aparentemente tan opuestos como Caín y Abel, el periplo de Agustín es un proceso que va de la civilización a la barbarie, en sentido contrario a lo convencional, y a medida que va conectándose con su costado bestial y los peligrosos vínculos que hereda, la película se va poniendo más violenta, con una naturaleza que pone a prueba para sobrevivir y descubrirse.
Es una película muy plástica y muy pictórica, en cuanto a las texturas y el color, rodada en pleno invierno, cuando hay menos cantidad de verde en los árboles isleros y se ve todo más ralo y abrupto. La hostilidad y frialdad contagia a la luz que acompaña y construye climas y tonos, registrados con una fotografía virtuosa.

En la construcción narrativa de la película hay una búsqueda que si bien tiene su punto de partida en el cine de género, se permite desvíos. El tiempo también retrocede a medida que se interna en lo agreste, alejándose de la civilización. El protagonista empieza fingiendo pero se va transformando a medida que aflora una certeza más profunda que madura en su interior.
La directora Ana Piterbarg escoge un ritmo paciente para desarrollar una historia que, como "El Aura", tiene momentos de thriller y acciones violentas, ideales para la fisicidad de Mortensen, a quien le cuestan más las escenas intimistas.
Superada la mitad del film, el thriller toma ritmos propios del drama y se torna más lento, para enfocar procesos interiores, dejando la narración en un segundo plano. Pero nunca abandona la tensión, en una trama atrapante que siempre sorprende porque no es previsible, aunque tal vez demasiado abierta.
Como la Misiones que describe Horacio Quiroga, el Delta del Tigre es una región marginal y rica en tipos pintorescos que, a semejanza de las bolas de billar, emprenden los rumbos más inesperados. El azar, la tragedia, la pasión y cierto darwinismo social en la metáfora de las colmenas y su lucha biológica que se remarca al inicio de la película así como el cierre con las imágenes aguas arriba o la lectura de "Los desterrados" reiteran el noble sustrato literario que alimenta el espíritu del film.
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27 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Una película sin plan
“Todos tenemos un plan” ofrece ciertas posibilidades en su premisa: una trama criminal con un secuestro frustrado que acaba en homicidio, una interesante base narrativa sobre el cambio de reinas dentro de una colmena para ‘regenerar’ un degradado ecosistema, la referencia a ‘Los desterrados’ de Horacio Quiroga, el propio título que marca la línea del destino sobre los protagonistas y, finalmente, la aparición de un ‘doble’ alejado de todo lo mostrado previamente. Ana Piterbarg ha marcado correctamente los paneles que forman el panal de su guión pero en el desarrollo, ya sea por abrir demasiado pronto la colmena o por ansiar una perdurable miel, se pierde la calidad completa del producto.

En apicultura la introducción de reinas en una colmena está sometida a mitos y Piterbarg ha decidido focalizar su discurso en la generación del bien y mal de las acciones para acometer un cambio. El lado criminal y oculto de un hermano gemelo choca con los recuerdos de infancia y sus roles antagónicos: el mismo cuerpo pero diferente moral. Esa línea discursiva es tan interesante —la enfermedad mortal generada desde interior como castigo— como peligrosa por sus parecidos con un culebrón de ‘gemela buena y gemela mala’. Obviamente la asimilación del rol y el cambio regenerador queda conducida a un thriller rutinario y simplista trama criminal como único camino que marca la cineasta y guionista. Esos cauces son tan formales, recurrentes y sumidos en clichés que cuesta creer que Viggo Mortensen se interesara tanto por un proyecto tan cercano al telefilme… y afirmara que había rechazado numerosos guiones durante años porque no eran buenos…

La directora y guionista escuda su proyecto en el retrato y búsqueda de las segundas oportunidades, en viajes interiores que realizan sus protagonistas para acometer crisis introspectivas. Conflictos no resueltos desde la infancia que hacen que un personaje que siempre ha huido tenga que hacer frente a sus miedos enterrados. La dualidad que establecen esos gemelos queda fortalecida por la solvente interpretación de Viggo Mortensen, pero los paisajes que propone el telón de fondo están prácticamente desperdiciados. Ni siquiera estamos en una revisión de “A pleno sol” de René Clément que pudiera propiciar la novela de Patricia Highsmith. Con una Soledad Villamil muy desaprovechada y enormes lagunas y fallos de guión, “Todos tenemos un plan” queda abocada a una película que realmente no tiene ninguno.
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20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
No convence
Las interpretaciones son correctas, pero la acción es casi inexistente y el ritmo de la historia muy lento. Podía haber sido mucho más, porque la historia daba de sí, pero se quedó en el intento de lo que parecía prometer en un inicio.

El desarrollo se me antojó un poco confuso, puesto que la historia de los gemelos tarda en arrancar y no queda claro que lugar ocupa cada personaje en la trama.

De verdad, las actuaciones son buenas, pero eso no quita otros aspectos negativos. La acción se reduce a alguna trifulca y el resto del rato parece una repetición o la espera del desenlance. Cuando llega el esperado desenlace tampoco deja un buen sabor de boca.

Un intento desaprovechado.
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15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Todos tenemos un plan... menos la guionista
El debut de Ana Piterbarg, directora y guionista del film, parte de una premisa interesante:

Agustín está desesperado por abandonar su vida en Buenos Aires. Tras la muerte de su hermano gemelo, Pedro, Agustín se propone comenzar una nueva vida tomando la identidad de su hermano y regresando a la misteriosa región del Delta, en el Tigre, donde los dos vivieron de pequeños. Sin embargo, poco después de su regreso Agustín se encuentra inadvertidamente envuelto en el peligroso mundo criminal del que su hermano formaba parte.

El guión nos ofrece varios puntos de giro de calidad; nos eleva el conflicto del personaje a situaciones límite; y el medio en el que se desarrolla parte de la historia es hermoso y oscuro. Pero el plan que tenía la guionista para nosotros no cuaja ¿Por qué? Dejando pasar por alto ciertos agujeros, el principal problema de la película no es otro que el protagonista. La empatía necesaria, que el espectador necesita para sentir en su piel lo mismo que el personaje, no sucede. El diseño del personaje, junto con la interpretación de Vigo Mortensen, dejan de él, un ser misterioso que nos muestra un par de veces, de refilón, sus sentimientos. Queda por tanto ,ante el espectador, como un total desconocido. Y es que ¿Cuál es el deseo de este personaje? Al principio queda claro: Huir, empezar de cero. Pero ¿Y después? Se nos pierde la historia cuando no sabemos que está pensando el protagonista. Las dimensiones que el actor pueda aportar a su papel jugando con los silencios para aportar información, se transforman en intentos fallidos que enrarecen más la película.

Cuando llevamos casi dos horas siguiendo las peripecias del protagonista, nos enfrentamos al enfrentamiento final y resolución. A parte del problema con el personaje de Vigo Mortensen, esta parte del film es absolutamente floja. El final es de lavarse las manos. Sin duda, es la guinda casi ofensiva que nos deja tal y como estábamos antes de ver la película.

La banda sonora hubiera sido una gran herramienta a aprovechar para enfatizar ciertos sentimientos. Quizá una pequeña chuleta que nos sople por donde van los tiros. La fotografía y direción artística son impecables. En sí, la región del Delta es maravillosa como marco cinematográfico.

Dentro de la poesía del film, encontramos un subtexto interesante. Las metáforas y comparativas con las abejas y la miel son oportunas y añaden una dimensión más profunda.

En definitiva, la sensación final es de que pudo ser y no fué. Tenía mucha Fé en su argumento pero se me queda a medio camino. Estoy convencidísimo que el segundo largometraje de Ana Piterbarg será muchísimo mejor. Sintiéndolo mucho, he tenido que vengarme con este post. Ya he cumplido parte de mi plan.
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13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Un debut algo gélido
El debut en la dirección de Ana Piterbarg viene escudado por una producción y promoción descomunal. Tanto que incluso el logo de la Fox presenta la película, aunque no sea americana y cosa que rara vez ha ocurrido, como por ejemplo con “Alatriste”, y que también protagonizó Viggo Mortensen. Se ha invertido dinero y se ha confiado totalmente como en una de las películas del año, incluso cara a los Goya, porque en la fecha en la que estamos el panorama indica que para las nominaciones se rascará de donde no hay porque parece que andamos peor que en 2011. Y todo esto resulta demasiado para una película que como resultado da simplemente corrección, aunque sea a trancas y a barrancas, pero que no pasa de ser lo que es, porque, aunque lo pretenda, y a pesar de contar con ciertas virtudes, francamente, no da más de sí. Contiene los fallos típicos de una “ópera prima”, pretender contar varias historias que no se terminan de sacar a flote y con un final que quizás deja en evidencia que el objetivo a conseguir como guionista Ana Piterbarg no lo tenía muy claro ya que se ha perdido en el entrelazado de las historias. También parece que los personajes los tenía definidos, pero no sé hasta que punto han sido dirigidos y para colmo el desarrollo de su historia va cambiando de clave y lo que empieza como un thriller acaba siendo un drama, forzado en su parte romántica y sin llegar a convencer. En el otro plato de la balanza: buena factura y unos muy buenos actores. Viggo Mortensen, que sin duda hace un buen trabajo, no termina por dar el do de pecho, ya que su guión que toca temas interesantes no termina de darle la oportunidad en su doble papel, de confrontar a los hermanos mayor tiempo y conocerlos mejor. Temo que todo lo que prometía en su punto de partida al final del rodaje se quedó en intención. De hecho Mortensen es uno de los coproductores de la película, o sea, que interés tenía. Habrá incluso dado el visto bueno en ciertos aspectos supongo, como a Sofía Gala Castiglione para el papel de Rosa, en la que en algunos planos nos recuerda a Ariadna Gil. Todo armado y cuidado, pero una vez más se comprueba que si el guión es importante básica es la visión que el director/a y de cómo lo va a llevar a cabo, que era lo primero que se tenía que haber tenido en cuenta. No quiero acabar dando entender que todo cae en saco roto. Esperemos que para la próxima Ana Piterbarg haya aprendido de al menos de estos errores y que si en esta ha contado con cierta complacencia igual ya en otras ni le hará falta, desenvolviéndose con mayor astucia.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
¿Hay plan?
Como todas las películas ambientadas en parajes secos, duros, poco poblados, broncos, hostiles y violentos, Todos tenemos un plan posee algo hipnótico, cautivador, fascinante. No podemos apartar la mirada. Recuerda mucho, no por casualidad, a la maravillosa Winter's bone de Debra Granik, que también sobresalía (incluso con más acierto) en contar una historia criminal en una tierra yerma y extraña. Curiosamente, ambas están dirigidas por mujeres.
Ana Piterbarg, además, es debutante, pero nadie lo diría, porque dirige con una efectividad y una confianza propias de una veterana. Arropada por una fotografía maravillosa, conscientemente gris y descolorida, a tono con la historia, la directora firma una historia que atrapa y seduce, interesando al espectador, haciéndole querer saber el final. éso ocurre también gracias a un Viggo Mortensen todo generosidad, que se presta con esa mirada tan poderosa que tiene al doble papel de Agustín y Pedro, y hace que nos creamos cada una de sus dudas y penas. Soledad Villamil es una de las mejores actrices del mundo, y con éso está todo dicho. Sofía Gala Castiglione es la gran revelación de la película, todo naturalidad y frescura.
Así, los dos fallos de la película son su duración, innecesariamente alargada, y la indefinición del personaje de Agustín. Acaba la película, y el espectador no comprende por qué ha vivido todo lo que vive en el Tigre y no se ha ido corriendo al mínimo problema. Pero quizás éso era lo que buscaba Piterbarg. Quizás la clave de todo está en la mínima personalidad que demuestra el personaje a lo largo de la película. Agustín es un tipo discreto, de eso que pasan por la vida sin dejar huella, que no tiene voluntad ni rumbo en su camino. Quizás la película sea una reflexión sobre éso precisamente, sobre la falta de objetivos en la vida. Sobre no tener un plan, por muy contradictorio que resulte con el título de la película. Porque si no, ¿a qué viene la reflexión de rosa al respecto, a la que Agustín no sabe qué decir? Pues éso.

Lo mejor: Todos los actores (especialmente Mortensen, Villamil y Castiglione), la fotografía, la música de Lucio Godoy y Federico Jusid (espléndida) y la realización de Piterbarg.
Lo peor: Es demasiado larga, y las aguas grises por las que navega pueden producir desasosiego en algunos espectadores que no entiendan por qué el protagonista hace lo que hace.
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11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Pues mi plan es ver cualquier otra película que no sea esta
Ni siquiera un gran actor como Viggo Mortensen puede salvar de la quema esta bazofia disfrazada de drama trascendente.
Los escasos diálogos son muy lentos y aburren hasta a las vacas. No entiendo las motivaciones del protagonista, ni me importan. La relación de amor me parece absurda y la película en general demasiado parsimoniosa.
Una de esas películas en las que te quedas esperando que pase algo interesante y casi nunca llega. Se hace larga y los pocos momentos en los que parece que va a levantar el vuelo pasan demasiado rápido.
No la recomiendo.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Plan tedioso
A pesar de la muy buena actuación de Daniel Fanego y una aceptable performance de Sofía Gala, “Todos tenemos un plan” cuenta con una pobre “adaptación al argentino” del extranjero (más que nunca en este caso) Viggo Mortensen. De todas formas, es innegable que la presencia del afamado actor internacional es, en gran medida, lo que ha llevado al público a las salas y, en mi caso, aun habiendo leído críticas no demasiado alentadoras.

El film tiene algunas buenas: algunos diálogos metafóricos, la excelente fotografía y el ambiente, el tigre, muchas veces lo más interesante que se muestra en pantalla. Por supuesto, no alcanza. Desde el vamos, el guión es de difícil resolución, inverosímil desde el punto de vista policial, con muchos hechos sin explicar o, al menos, sin que se aclaren lo suficiente. En el arranque, la interacción de los gemelos me parece mal lograda y, a medida que la película avanza, Mortensen no puede ocultar lo poco que tiene en común con la idiosincrasia argentina, más allá del guiño cholulo con su supuesto fanatismo por San Lorenzo.

Llegando a la mitad, cuando uno imagina que la parte dramática pesada (Villamil no ayuda ni un poco) ya pasó y se viene el fuerte del thriller, el film decepciona y se convierte cada vez más en algo tedioso, muy lento y rozando lo ridículo cuando pone en juego el romance entre el actor de la saga “El señor de los anillos” y la hija de Moria.

www.quecinemirar.blogspot.com
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8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
TODOS TENEMOS UN PLAN
Todos tenemos un plan pretende ser un thriller y, a ratos, lo consigue. Sin embargo, ni en las escenas de mayor intensidad logra desprenderse de un estilo narrativo excesivamente lento, casi apático que, cual enfermedad contagiosa, termina por extenderse por todo el metraje. Su directora, la debutante Ana Piterbarg, ha hecho una apuesta decidida por apartarse radicalmente de los elementos propios del género cinematográfico que ella misma decidió escoger para rodar su ópera prima. De hecho, la parsimonia como eje central de la filmación y los personajes abúlicos sobre los que pivota la acción no han sido los mejores ingredientes para sacar adelante este proyecto. Un modelo igual de discutible se utilizó en otra película argentina -El aura- pero, en aquella ocasión, su director Fabián Bielinsky sí consiguió compensar de sobra la aparente calma narrativa con un guion impactante y pleno de intriga. Por el contrario, Piterbarg, con la forma de un drama pausado pero con el fondo de la temática criminal, firma un largometraje que transita por tierra de nadie durante demasiados minutos, de tal manera que, cuando la proyección ofrece por fin el ritmo y la fuerza necesarios para dejar en el espectador un buen sabor de boca, el lastre inicial no evita una sensación de cierta indiferencia.
Con ello no quiero decir que la cinta no cuente con algunas bazas destacadas. Las tiene, pero su peso en la balanza no es suficiente para que el título resulte destacable. Aun así, merece la valoración de esos aspectos positivos. El mejor de ellos es su protagonista, el actor Viggo Mortensen, cuya presencia en pantalla trasciende a su mera apariencia física. Se trata sin duda alguna de un excelente intérprete capaz de abordar con soltura los papeles más dispares. Su filmografía abarca desde las aventuras épicas -El señor de los anillos- hasta los dramas más originales y excéntricos -Una historia de violencia, Promesas del este, Un método peligroso-. Bajo las órdenes del director David Cronenberg ha ofrecido sus registros más sobresalientes y sus intervenciones suelen mejorar sustancialmente los títulos en cuyo reparto figura. Todos tenemos un plan no es ninguna excepción, si bien Mortensen no puede hacer más por un personaje que, debido a las exigencias del guion, está contaminado del tono pasivo del conjunto. Sus compañeros, igualmente correctos, asumen roles bastante secundarios. Desgraciadamente, la estupenda actriz Soledad Villamil -que figura en segundo lugar en el cartel promocional- apenas actúa durante diez de los casi ciento veinte minutos que dura el film.
En definitiva, comparada con otras de mayor renombre dentro de la cinematografía sudamericana, nos hallamos claramente ante una película menor. La maestría de Juan José Campanella o la eficacia del ya citado Fabián Bielinsky han dejado el listón muy alto para el resto de los realizadores argentinos. No obstante, y teniendo en cuenta su condición novel, creo que esta joven cineasta tiene ante sí una prometedora carrera profesional. Sus breves destellos de genialidad merecen más oportunidades en el futuro.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Un plan algo fallido
Todos tenemos un plan es el debut cinematográfico de Ana Piterbarg, hasta la fecha su experiencia se centraba en dirigir capítulos de series televisivas y también como ayudante de dirección en los largometrajes Adiós querida luna y Los guantes mágicos. Para esta coproducción principalmente entre Argentina y España han contado con un reparto muy interesante y llamativo, el guión lo firma la propia Ana Piterbarg en colaboración con otra guionista Argentina llamada Ana Cohan, que escribió el guión de un largometraje titulado Sin retorno que consiguió buenas críticas. La apariencia que muestra Todos tenemos un plan es la de una buena película, todo apunta hacía lo que parece una película interesante e incluso de las que puede sorprender si no hay expectativas previas, pero solo es la apariencia.

No es que Todos tenemos un plan sea una mala película, pero las intenciones son mayores de lo que al final queda en la película, lo que se nos quiere contar se desborda y las intenciones solo se quedan en eso... por suerte la película tiene elementos muy logrados y no llega a ser una de esas producciones pretenciosas, pero se mueve por esas tesituras. Con un buen inicio, la película nos procura meter en situación con una analogía entre la organización de un panal de abejas y los seres humanos, bien. También se prevé que el ritmo será pausado, así que antes de la presentación de personajes y situaciones el beneficio de la duda se activa, muchas de las piezas que componen la película son de calidad, así que con paciencia vamos viendo como despega el asunto. El problema llega cuando ves que el tiempo avanza y la sensación de apatía aumenta, por suerte la película consigue que mantegas la atención aunque siempre en el límite, pero una vez termina y piensas en ella la cosa se derrumba, lo que queda al final es la sensación de decepción.

Viggo Mortensen es el principal reclamo de la película, sobre todo a nivel comercial, lo cual es una suerte pues realiza una muy buena actuación; de todos modos no se termina de aprovechar muchas de las posibilidades que pudiese haber dado su doble papel. Otra lacra para el personaje principal que interpreta Viggo es lo desdibujado que está en algunos momentos a nivel de guión, pues así como en algunas situaciones está muy bien desarrollado, en otras parece algo absurdo y no llegas a comprender sus motivaciones, bueno, se comprenden pero el resultado en la película es algo irrisorio. Soledad Villamil, una cantante Argentina que está destacando mucho como actriz en teatro y en películas como El secreto de sus ojos, ganadora del Oscar en el 2010 y otras cómo No sos vos, soy yo o El mismo amor, la misma lluvia; realiza una aparición con cierta importancia al principio y con resonancia a ser algo determinante a lo largo de la película, pero luego queda como algo estancado e inservible. Daniel Fanego realiza un buen trabajo, su personaje es el que está más definido, trabajado y con una importancia relevante. Otra buena interpretación también es la de la joven actriz Sofía Gala Castiglione, con un personaje interesante, en el reparto también aparece Javier Godino, actor Español que también trabajó en El secreto de sus ojos.

Otro apartado interesante de la película reside en la fotografía, dirigida por Lucio Bonelli quien a parte de realizar la función de operador de cámara en otras películas, a realizado la fotografía de muchas otras, así como varios cortometrajes, por ejemplo Deus Irae o el largometraje Fase 7 que ganó el premio al mejor guión en el Festival de Sitges del 2010. La fotografía de Todos tenemos un plan muestra un ambiente inquietante, desolador, triste... queda muy bien reflejado el sentimiento dramático del Delta del Tigre y los personajes que ahí habitan. La utilización de los colores y los encuadres están muy bien trabajados, lastima que en muchas ocasiones hay encuadres que no son más que la sucesión de imágenes bonitas, como mucho se podrían utilizar para algún momento reflexivo por parte de los espectadores, pero es lo que falla en la película, parece que deba inducir a la reflexión, pero en realidad está constituida por un cúmulo de situaciones vacuas. Una lastima, la idea está muy bien, el guión es posible que sobre papel sea mucho más de lo que al final queda en la película, pero la sensación que deja sobre los devenires que acontecen es de precipitación dentro de una forma de lentitud contemplativa
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
EXTRAÑO DESACIERTO
Es curioso como a medida que avanza el metraje, vamos descubriendo como el prometedor inicio del film que plantea Ana Piterbarg, va desmoronándose sin que tengamos claros sus verdaderos objetivos. Acudir a este extraño experimento con la pretensión de ver una trampa al estilo de "El Aura" es una utopía en la que solamente nos hace creer el reparto.

Viggo Mortensen se presta para dos papeles, dos hermanos con problemas, algo que, como demuestra la literatura rusa, propicia muchos equívocos. Mortensen siempre es una presencia a agradecer en la gran pantalla, aunque no terminamos de coger la suficiente empatía con ninguna de sus dos encarnaciones. Para colmo de males, una actriz del talento mayúsculo de Soledad Villamil vaga, condenada a aparecer y desaparecer, sin que su personaje, supuestamente vital, importe mucho en la trama.

Eficaces secundarios para meternos en la atmósfera de la Argentina más marginal y esa delincuencia encubierta, nos hacen otra vez deslumbrarnos ante el disfraz de ese thriller prometido y que nunca llega...

Todo tenemos un plan... y temo, que lo que muchos planeamos del potencial de esta curiosa propuesta, no hemos podido evitar sentirnos decepcionados.

No es una mala película, ni mucho menos, pero... no es país para gemelos.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Ana, qué lástima... ¿qué crítica harías vos?.
Sí, es una lástima de película en la que se cortocircuita la correcta traslación entre la idea previa y el producto final. (Y que conste que, para mí, un 5 no es una mala puntuación).
Alguna opinión de filmaffiniteros se centra en el doble personaje de Mortensen, presentándolo como un ser desorientado, y considerando esto algo negativo. A mí es de lo que más me ha gustado, más allá de la verosimilitud de su impostura ocupando el lugar vital de su gemelo. Y si no queda más definido (¿es buscada esta ambigüedad por parte de la directora?, tengo que pensar en ello) es por culpa de ella. Por Dios, Ana, ¿por qué desaprovechaste la escena de la cárcel?, ¿cuántas oportunidades vas a tener, como directora, de enfrentar en un escenario minúsculo a dos artistas como Mortensen y Villamil?. Esa era la escena clave, el momento en que Pedro-Agustín debía enfrentarse a la verdad de su vida, para que su huída no le saliera gratis. Y un lujo para cualquier director. De verdad te lo digo, desperdiciar esa escena te costó la película. Si no querías concretar más, no haberla puesto porque el espectador se queda frustrado, y ya no levanta el vuelo: en el metraje posterior no avanza, quedó encallado en la pregunta que hace Soledad Villamil, y que no se contesta ni con palabras ni con acciones, y si no se contesta, ¿por qué la haces?, que la hagan los espectadores, vale, pero tú, joder, si tenías las respuestas... ¿o no?.
Por lo demás, una actriz joven prometedora, y unos actores adultos eficaces, profesionales cuando no pueden defender más a unos personajes algo desilvanados, y un descubrimiento en el escenario, que funciona como un personaje más, con una potencia enorme, y concordando (esta vez sí) con la desorientación de los personajes: ¿habrá lugar más inconcreto que un delta marismeño?.
De todos modos, si se vé, tampoco se pierde el tiempo, y "algo" hay en la pantalla que no hace salir del cine encabronado. Con lo que se vé últimamente, ¿es suficiente?, Ana, contéstanos tú...

De todos modos, seguiré tu carrera posterior...
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Somos responsables de querer lo que queremos
En la vida uno no siempre sabe por qué hace las cosas, o no de manera racional. Una vida perfecta, trabajo fijo, mujer y un hijo adoptivo en camino, pueden no ser exactamente lo que uno necesita para respirar. “Todos tenemos un plan” intenta reflejar esa irracionalidad, esa necesidad de huida, de asumir una nueva identidad gracias a una serendipia. Aunque el precio sea muy alto.

Es duro encontrar que los caminos se separan, y que cada uno seguirá su camino según el plan pre-establecido, sus objetivos o sus instintos. La directora consigue seguir el suyo por medio de cuidadas elipsis que agilizan la historia podándola hasta su esencia. Y por medio del lenguaje no verbal de un equipo de actores estupendos: destacando Sofía Gala, Javier Godino y Soledad Villamil. Si bien en “la última de Viggo Mortensen” el artista quizá esté siendo encasillado por su cara de eterno sufridor.

La nueva vida que adopta el protagonista nos traslada de la bulliciosa Buenos Aires al isleño delta del Tigre. Una distancia de 40 km por la tierra de lo racional, pero en otro universo paralelo en cuanto a forma de vida. (Y algunos se preguntarán, ¿entonces qué parte de la película está rodada en Alicante? Los interiores del departamento en Capital Federal. Bienvenidos al mundo de la co-producción.)

Una espectadora a mi lado preguntaba también “¿Cómo ha podido poner a un señor tan malo, y con esas ideas, y siempre con la Biblia en la mano?”. Bueno, todos somos responsables de querer lo que queremos, de elegir nuestro plan; y aunque nos neguemos a elegir un camino, esa misma acción es ya una elección.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Faltó un plan cinematográfico para un buen guión
En mi modesta opinión la película no estuvo a la altura del guión.
Pienso que este era un guión muy bueno que daba para explotarlo de otra manera...como quien dice un guión para " sacarle el jugo " pero en ningún momento lo lograron hacer.
Desde el inicio amenaza con explotar y en el final uno se queda con un sabor amargo a nada.
Pienso que la historia daba para mucho más.... la narración muy lenta hace que la película se torne tediosa.... una buena perfomance de Fanego.. quien literalmente se robó la película ...
Uno se queda con toda la sensación de que el guión no fué narrado como corresponde, era una historia muy buena que evidentemente no supo ser contada de manera interesante.
La actuación de Mortensen simplemente no me gustó.... jamás logró transmitirme ninguna sensación parecida a pasión, dolor, bronca... según se sucedían los diálogos y las escenas lo suyo fué insípido.... muy chato.... casi casi igual que la narración.... chata....
Terminando.... me quede con ganas de ver este mismo guión contado y actuado de otra manera.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
No supera las expectativas.
Hoy vi "Todos tenemos un plan" con las actuaciones de Viggo Mortensen, Daniel Fagelo, Soledad Villamil y Sofia Gala. La famosa película que fue grabada en las islas del Tigre cuenta la historia de un hermano qué se hace pasar por su gemelo cuando el primero muere (interesante el como muere). Lo que no sabe era a que se enfrentaba al adoptar el modo de vida de su difunto hermano.
La verdad mucho no la recomiendo, me pareció densa, monótona, y qué no ofrece nada nuevo. La historia esta buena pero para mí no supera las expectativas.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Inquietudes de un hombre insatisfecho
El cine argentino, caracterizado siempre por su alto contenido social, nos deja esta película en la que Vigo Mortensen hace doblete e intenta superar problemas existenciales que no le dejan avanzar en la vida.

En todo momento, Piterbarg se esmera en recrear con detalle el continente de la película: las casas a la orilla del río, la ambientación lúgubre, el cielo plomizo... pero se olvida del contenido ofreciendo unos personajes que son caricaturas de su propio potencial, tan vacíos por dentro como las esperanzas de los habitantes de la población. No tenemos información suficiente como para entender lo que hacen y por qué lo hacen, y así es difícil entrar en la historia. Esos dilemas existenciales parecen una barrera difícil de superar también para el espectador.

Todo está rodado con cuidado y mimo, pero al final este ritmo tan bajo convierte en tedioso el producto final. Sus constantes son bajas y también son reflejo de la situación, pero llega un momento en el que la película debe despegar y no lo hace. Ni siquiera la labor de Villamil (corta pero muy intensa) o la de Mortensen (frío y sensible en un lado, indeciso y a la vez impulsivo en el otro) brilla demasiado por la languidez del film.

Poco beneficio el que se le saca a una película que jugaba con una idea inicial compleja y prometedora que podría haber sido abordada como un thriller interesante pero que se acaba perdiendo entre sus dilemas existenciales.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Todos lo tendremos, pero esta peña no !
Que pesadez, que aburrimiento. No me voy a alargar, pero es una cinta soporífra, lenta y plomiza. Mal llevada, explicada, personajes cansinos y casi mudos, lo de los hermanos, de telenovela, uno tose y el otro no, así que con un gorro de lana, ya son iguales, pffffff...

Un par de diálogos interesantes, un final tontorrón donde se quedan muchísimas cosas en el aire, aunque la verdad es que ya me daba igual, porque encima dura casi dos horas.

Supongo que le darán muchos premios por la "intrínseca personalidad interna de las interpretaciones", pero a mi me ha parecido un auténtico coñazo.

Wolf.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
NO ES EL SECRETO DE SUS OJOS
Aunque como en aquella, lo mejor con diferencia es la brillante interpretación de la Villamil. Una historia bien contada pero con un fondo bastante malo, unas interpretaciones brillantes y un aire de cine clásico que trata de recuperar el exitazo de hace dos años sin lograrlo.
Aún así, una opción bastante a tener en cuenta, donde Mortensen hace su mejor interpretación desde aquel asesino implacable ruso, Soledad Villamil vuelve a enamorar y la tensión, la intriga y lo encubierto, a pesar de ser bastante poco logrado, no deja de parecer más atractivo de lo que es.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El espíritu de la colmena
Puede que algunos tengan un plan en la vida, ú otros simplemente improvisen sobre la marcha, pero por cosas del pasado, presente o futuro, siempre hay algo que no deja avanzar. Pero cómo ocurre en una colmena, si la abeja reina no funciona, hay que sustituirla para que todo siga su curso, aunque quizás en la vida real no es tan fácil cambiar de rumbo. Ésta es la historia de un hombre que encuentra una oportunidad para darle un giro a su vida, pero que, sin quererlo, tendrá que enfrentarse cara a cara con su pasado. No se puede decir que sea un tema novedoso, pero si al menos hubieran intentado sacar más partido a lo “de los productores de El Secreto de sus ojos” quizás podrían haberlo explotado un poquito más…

Viggo Mortensen debuta en el cine argentino bajo las órdenes de Ana Piterbarg, que se estrena cómo directora en el celuloide en un thriller policíaco de ritmo pausado y ambiente frío, de los que se centran tanto en los personajes que acaban por descuidar la historia. El actor neoyorquino da vida a Agustín, un hombre cansado de la rutina de la gran ciudad y desesperado por huir de todo lo que le rodea, que encuentra por fin un resquicio para conseguirlo. Haciéndose pasar por su hermano gemelo, regresa al lugar dónde pasó su infancia, pero el legado de su hermano empieza a florecer y los problemas empiezan a surgir.

La historia no comienza nada mal, introduciéndonos en la trama y presentándonos a los personajes, pero a medida que ésta avanza, el ritmo se vuelve lento, la acción previsible y repetitiva, y los personajes en meros estereotipos. Escenas de relleno, tramas secundarias que desaparecen sin aclarar nada y una historia que se alarga y se alarga tanto, que durante los cerca de 120 minutos que dura, es todo un reto no soltar algún bostezo. Por suerte, el reparto está espléndido, una increíble (cómo siempre) Soledad Villamil, que pese al desaprovechamiento de su personaje sabe muy bien cómo hacer las cosas, al igual que Daniel Fanego, que eclipsa por completo a Viggo Mortensen cuyo (doble) papel deja bastante que desear. La cinta, además, crea un ambiente perfecto gracias a la magnífica fotografía y a una gran banda sonora, que por lo menos, consiguen construir la atmósfera envolvente que se requiere.

Ojalá el cine negro argentino nos hubiera regalado de nuevo otra joya cómo ‘El secreto de sus ojos’, pero por desgracia, los encargados de aquella no podrán fardar de nuevo con ‘Todos tenemos un plan’. Un thriller que no es thriller, un drama que no es drama, y en general, una película fallida que pretende, sin éxito, dar alguna que otra moralina y lección fácil sobre la vida y los caminos que toma ésta. Poco se puede decir de una película tan fría cómo vacía, que ni despierta emociones ni sorprende en ningún momento, pero cuyo reparto y factura técnica consiguen salvarla de una quema desproporcionada. Una colmena con poco espíritu la verdad…
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Nada grandioso
Bien actuada, sobre todo Soledad Villamil, que ha demostrado en sus breves apariciones lo grandiosa que es como actriz.
Al guión me parece que le faltó "emoción" no atrapa al público, podría haber sido más impactante.

La historia es buena. Sofía Gala...una revelación para nuestro país.
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