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65 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Una Serie de Época... novela a lo Oscar Wilde.
Downton Abbey es una novela histórica de época. Es leer un libro sobre la Inglaterra de 1910 a 1920, relata la historia de una Familia aristocrática que reside en Downton, una campiña inglesa, su pueblo y vicisitudes que suceden.

Desde mi percepción son tres los apartados o cuerpos que podemos establecer a grosso modo:

1. La historia Familiar, la majestuosidad de la clase alta inglesa, sus preocupaciones (nada frívolas, aunque pueda parecer todo lo contrario), principalmente de buscar un heredero y casar a su hija mayor, la desgracia de su hija mediana, y la pequeña, nada preocupada por su destino (como sus hermanas), sino que toma consciencia de la situación de la mujer, y le atrae la política (algo impensable para aquella sociedad pos-victoriana).

2. La vida de los sirvientas de la casa, las luchas de poder entre ellos, envidias, inocentes que pagan, justos que luchan, una familia dentro de la Familia, su relación tanto entre ellos como con sus señores.

3. El entorno social, político y de preguerra en el que se desarrolla toda la acción, año 1914 a 1915, la dominación de clases toca a su fin, entendiendo por ello, una alusión a la aristocracia, no a otro tipo de poder, inicio de la lucha feminista por el voto, asesinato del Archiduque Francisco José, e inicio de la Primera Guerra Mundial.

Todo ello claro está, interconectado con un guión exquisito, una ambientación perfecta, tanto de localizaciones, como en vestuario e incluso expresión verbal muy de la época. Personajes trabajados, grandes actores como Carson, Bates, Lady viuda, etc... Serie pausada y relajada, con toques de humor muy británico; se disfruta como una novela de Oscar Wilde.

Absténganse seguidores de acción y giros, habrá que aprender a escuchar a cada personaje, sus nombres se irán grabando en la retina, y al final, celebraremos que habrá segunda temporada.

Serie Muy recomendable.

Yo, Claudio.
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99 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
otra impecable joya inglesa
No puedo sino quitarme el sombrero ante el impresionante elenco de talento y buen hacer (otra vez) en esta miniserie inglesa. Espero de verdad que sigan produciendo más cosas como esta en esa fábrica suya para el deleite de todos.
Es sencillamente perfecta la ambientación de la época y las clases que en ella cohabitan. Y enseguida se te viene a la cabeza la también maravillosa "Arriba y Abajo", que aunque antigua, sigue siendo un referente.
Es una serie (otra vez) imprescindible para los amantes de las series de época, el buen hacer y los estudiantes de arte dramático en nuestro país.
Y para mi desgracia me asalta una duda: porqué nunca vemos estas series en España? Es que con Doctor Mateo tenemos que darnos por satisfechos? Lástima. Esto es arte. Y del bueno.
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52 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Excepcional calidad británica
Los que ya tenemos cierta edad recordaremos series británicas muy alabadas en su momento como fueron "Arriba y abajo" (ITV, 1971-1975, 68 episodios y emitida en España a principios de los 80) o "Retorno a Brideshead" (Granada TV, 1981, 11 episodios) protagonizada por Jeremy Irons, que nos introducían, al igual que "Downton Abbey", en el elegante ambiente de la clase alta británica de principios del siglo XX. Al igual que en la primera de las citadas, en "Downton Abbey" se nos muestra el universo íntimo de la vida diaria en las mansiones aristocráticas, las relaciones -cercanas unas veces, distantes otras- entre señores y personal de servicio y sus relaciones de poder, con sus mezquindades y brillos, de forma paralela a la descripción detallada de los amoríos, ocios y pequeñas conspiraciones palaciegas en las que ocupaban su tiempo los "señores". Y al igual que en "Retorno..." podemos ver los efectos turbadores que en la ordenado universo y en la clasista concepción del mundo de la nobleza terrateniente británica de la época podía tener la irrupción de elementos "de otras clases" con nuevas ideas y nuevas formas de ver el mundo y las relaciones sociales.

Así pues no estamos ante una serie cuya línea argumental sea rompedora, sino en la repetición de un esquema narrativo ya conocido. Pero ello se hace con un guión sobresaliente, unos diálogos inteligentes para unos actores maravillosamente metidos en sus papeles, un diseño de producción magistral que da como resultado una ambientación exquisita y una fotografía de primera. ¿El resultado? Una serie que te mantiene pegado delante del televisor.

"Downton Abbey" es la enésima muestra de la extraordinaria calidad de las series "de época" producidas en el Reino Unido. Espero que los cinco capítulos restantes mantengan el nivel de los dos primeros y felicito a Antena 3 no sólo por emitir esta serie, sino por haberlo hecho casi sin interrupciones publicitarias.
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42 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Otra serie inglesa más ... afortunadamente.
Todo nos suena en esta serie. Una vez más Inglaterra, una vez más una mansión, una vez más la vida cotidiana de ricos y pobres etc, etc, etc. Pero afortunadamente una vez más tenemos:
-Actuciones maravillosas con actores en estado de gracia. Ya no solo Maggie Smith que está soberbia sino todo el resto del elenco. Me encantan Bates y Lady Mary (por cierto, espantoso el doblaje, pierde muchísimo el personaje)
-Personajes bien definidos. Ninguno es enteramente bueno, ninguno es enteramente malo, son reales , con sus defectos, sus miserias y sus grandezas.
-Guines medidos. Son 40 minutos de historia bien contada, sin rellenos absurdos, sin tramas enrevesadas, con un ritmo pausado pero no lento.
Y, por supesto, como envoltorio perfecto están la ambientación, la fotografía, el vestuario. Como se agradece oir a personas que viven en 1914 hablar como si estuviesen en 1914 y no en 2011 .Solo con ver cinco minutos de Hispania o Águila Roja uno se sonroja.
Espero que la segunda temporada esté a la altura.
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29 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Impecable
Las expectativas creadas por quienes me habían comentado de Downton Abbey me clavaron al sillón ante los dos primeros capítulos, mi temor era que esas altísimas valoraciones me llevaran a la decepción, como casi siempre. Pero según avanzaba ese primer capítulo iba comprobando que estaba viendo una pequeña obra maestra.
La ambientación, la fotografía, la solidez de las interpretaciones (¿Pero donde aprenden los británicos? ¡Qué se lo digan a los nuestros!) sirven de base para relatarnos un guión que va entrelazando una gran variedad de personajes, de historias dentro de la principal, generando en el espectador una concentración cercana a la que se siente ante un buen thriller. Pero lo que estamos viendo es un relato costumbrista de criados y señores que, por encima de parecernos unos buenos y otros malos indiferentemente de su posición social, nos expone exquisatamente bien la escala de valores personales imperante en una determinada época. Época, además, que discurre en un contexto histórico de cambio que la propia serie va apuntando hacia el ya todo no será igual.
Véanla, seguro que disfrutarán de ver la televisión, algo que lamentablemente sólo ocurre con una buena película y con series como Downton Abbey.
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28 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Un ejemplo de guión, buen gusto y actuaciones excepcionales
Qué lujo. Qué lujo poder ver una serie con Downton Abbey, en la que prácticamente todo es perfecto. Ni un sólo día me he llevado las manos a la cabeza por alguna decisión de guión. Ni un sólo día he echado en falta coherencia. Los personajes se enfadan, se alegran, aman, sufren, odian y hablan, y siempre hay consecuencias, como debería ser lo lógico y normal. Las relaciones cambian, se van modificando. No hay ese "borrón y cuenta nueva" que tantísimo me molesta en Águila Roja, sin ir más lejos...

Y además del guión, que es maravilloso, la serie también es de una perfección técnica que austa. La relaización y la fotografía son bellísimas, los decorados y el vestuario, magníficos. Los looks de los actores están conseguidísimos...

Y por si todo ésto fuera poco, esta temporada (en mi opinión, claramente superior a la primera, que ya era de por sí extraordinaria) ha sumado tres importantes puntos a su favor: el desarrollo imparable y bellísimo de los romances, la obtención de una identidad propia, y la matización de personajes.

Anna y Bates, directamente, se han alzado como la pareja más bella que yo he visto en mucho tiempo en una pantalla, y nos han dado momentos antológicos. Matthew y Mary, con su tira y afloja callado y lleno de dudas, mantienen un gran interés. Y la novedad maravillosa de Sybil y Branson, con ese amor juvenil lleno de fuerza y pasión pero no por ello menos sincero y madurado, completan el póker de ases amorosos...
Desde siempre, sabéis que he hecho hincapié en lo muchísimo que esta serie se parecía a la mítica Arriba y Abajo. Y lo sigo pensando. Pero, mientras que en la priemra temporada me parecía que la serie no sabía o no quería desprenderse de la alargada sombra de la genial ficción setentera, esta segunda temporada, en esta temporada he notado un interés mucho más claro por lograr su propia identidad, a pesar de que aún hay muchas cosas calcadas de la serie madre.... y lo han conseguido, sin duda.
Ésto ya es una apreciación personal.... pero creo que O'Brien y Mary, dos de los personajes que menos me gustaban, han mejorado mucho esta temporada. Las veo mucho más complejas, más maduras (en el caso de Mary), y por tanto mucho más interesantes.
Así pues ¿qué tiene de malo la serie? Pues así a bote pronto, sólo una cosa, en mi opinión.... Thomas sigue pareciéndome un personaje unidimensional.

¿No digo que esta serie es un lujazo? Sólo una cosa medianamente censurable....
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21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Vientos de cambio en tiempos de honor
El naufragio del Titanic marca indirectamente el punto de partida de una admirable serie de televisión que ha captado toda mi atención. El mimo con que se ha cuidado toda la hechura de esta producción inglesa es evidente en cada detalle. Los actores, soberbios, con esa sutileza, saber estar e ironía que tanto ha pregonado el carácter británico. No hay histrionismo. Las tragedias encuentran su justo punto de drama. El humor alardea de esa impecable elegancia que confiere el buen tono. Las situaciones que podrían haber caído en enredos de culebrón se sostienen con comedimiento. La pasión no es vocinglera ni se descompone.
Un creador competente se preocupa sobremanera de escoger con lupa y dirigir con buena mano a su personal, exige un nivel alto al guión, estudia al milímetro la puesta en escena y se esmera en el montaje. Inmiscuye a todo el proyecto con tanta dedicación que me imagino lo duro que tiene que ser llegar al final del colosal trabajo realizado y aceptar que al día siguiente ya no habrá que volver a los platós ni transformarse otra vez en Lord y Lady Grantham, la Condesa Viuda, Lady Mary, Lady Edith, Lady Sybill, Matthew Crawley, Isobel Crawley, el mayordomo Carson, el ama de llaves la señora Hughes, la señora O'Brien, Anna, Bates, la señora Patmore, Daisy, Thomas, William, Branson, Ethel, Jane, Molesley, Lavinia...
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20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una serie de las que hacen época
Claramente deudora de la narrativa inglesa, Downton Abbey es, desde esta perspectiva literaria, pura novela victoriana en su descripción de la realidad social en las primeras décadas del siglo XX, con bastante de las hermanas Brontë, algo de Dickens y la fina ironía de Oscar Wilde presente en Violet Crawley, la condesa viuda; un icónico personaje que, por derecho propio, ya tiene su sitio en el Olimpo televisivo.

Que una serie inglesa sorprenda por su cuidada ambientación, algo que se encuadra dentro de la tradición audiovisual británica a la hora de abordar sus series históricas y de época, es revelador del grado de elegancia alcanzado en la producción. Un magnífico casting, una exquisita realización y, sobre todo, un guión trenzado por pequeñas tramas, cuya inteligente administración provoca una tremenda adicción, son los elementos fundamentales para situar a Downton Abbey -a pesar de su corta vida- entre las series emblemáticas para la pequeña pantalla.

Pero lo que acaba por darle una hechura perdurable son los personajes que pueblan el universo de Downton Abbey, que se adueñan de la serie por encima del magnífico envoltorio. Dotados de pequeños matices que los alejan del estereotipo plano y les aportan solidez, todos acaban teniendo su propio espacio dentro de la historia y nos atrapan e interesan por igual. Y en esto hay que resaltar el esplendido trabajo de los actores, que más allá de la profesionalidad o la experiencia, alcanzan una asombrosa maestría.

Dada su formidable capacidad adictiva, imprescindible tener las temporadas completas antes de empezar el visionado.
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15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
La abadía de las trivialidades.
Lo que sigue está concebido como reivindicación ante las magníficas críticas obtenidas por esta serie británica, Downton Abbey. Mi opinión acerca de ella ha ido cambiando a lo largo de los episodios, y debo decir que lo que empezó como una grata sorpresa ha acabado siendo una desilusión completa.
Downton Abbey es agradable por su sofisticación y exquisitez, por conducirnos en la trama de una manera no tan vulgar a como es costumbre en ciertas producciones actuales. Sin embargo veo a la serie demasiado blandengue, sin el coraje necesario para despertar sentimientos realmente intensos. Hablo del tono general de la serie, edulcorado, y de la ética interna, bienintencionada pero falsa y cansinamente optimista a pesar de querer poner a los personajes en situaciones peliagudas. No digo que los hechos que ocurren propiamente en la trama estén desprovistos de garra, es el tratamiento que se les da, sin la relevancia y fuerza de las historias verdaderas, lo que hace que esta serie sea irrelevante emocionalmente. Un gran fallo de la obra es dar importancia a lo que no tiene y restarlo de aquello que lo necesita. Cada capítulo abre y cierra tramas triviales llenas de cotilleo y protocolo, mientras se desarrolla la que para mi es la única trama con nervio, la relación de Lady Mary con Matthew. Michelle Dockery, la actriz que da vida a la primogénita de los Grantham, imprime a su personaje un carácter interesantísimo que me hace querer ver todo aquello en lo que esté involucrada.
Me saca de quicio la disposición temporal de las escenas, saltando de unas a otras sin sentido alguno de la prioridad y haciendo uso de elipsis incomprensibles. Supongo que se pretende dar agilidad a la narración pero resulta contraproducente. La estructura de un capítulo es copia del anterior y anuncio del siguiente, dando demasiada información por su forma, no por su contenido, de los sucesos venideros.
En resumen, Downton Abbey es recomendable para los que buscan una serie ligera pero cuidada, amigos del refinamiento e interesados en el protocolo de las clases sociales pudientes. No la recomiendo a aquellos que busquen complejidad narrativa y emociones fuertes.
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44 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Un delicatessen.
Había perdido la esperanza de encontrarme con algo de ficción decente en la parrilla de las televisiones generalistas... por eso no dejo de alegrarme cuando descubro un producto digno ante tanta reiterada inmundicia. Esta serie sobre la opulenta familia aristocrática de los Crawley y su infinito y fastuoso servicio resulta un afortunado acierto.

Las pequeñas (o grandes) intrigas entre nobles y personal, las luchas de poder por títulos o herencias, las conspiraciones, las conveniencias y alianzas, las jugarretas y las simples y curiosas anécdotas que nos narran se sitúan en la escena con finura e interés. Y la envoltura que recubre estos devenires (veasé su bella ambientación y escenografía (tanto en interiores como exteriores... con una belleza paisajística admirable), su impoluta fotografía con una cuidada saturación de colores, su banda sonora, su impecable vestuario, etc.) es suficiente para contemplar la serie con placer y entusiasmo.

Es una serie que te la crees, con actores que no se nota que son actores (y eso es algo que no vi por ejemplo el día anterior en esa misma cadena a esa misma hora), que te zambulle en su superfluo pero majestuoso mundo de nobleza y servicio llegando a implicar (no cuesta nada sentir lástima o rabia por unos u otros personajes).

Con unos guiones sutiles (que no por ello dejan de ser complejos en muchos puntos), un ritmo desigual pero calculado (donde a veces su lentitud es observada como exquisito tacto que contrasta con la a veces endiablada rapidez con la que se suceden unos diálogos que no dejan lugar al aburrimiento), una dirección artística destacada, una realización impoluta y detallista y unas buenas actuaciones (sin histrionismos) que se ajustan con naturalidad y delicadeza a la silueta de sus personajes (a destacar Hugh Boneville como noble peterfamilias que camela con el paso de los minutos, Brendan Coyle como afable (y algo misterioso) empleado, Penelope Wilton como aguerrida madre del futuro heredo y Maggie Smith que, con su gran presencia, encaja como un guante como la anciana y rancia condesa viuda), "Downton Abbey" ofrece en cada episodio varias tramas interesantes que afectan a nobles y servidumbre... tramas que se desarrollan de manera intrigante y elegante (tratando las situaciones nunca con un drama excesivo, pero sí dejando sutileza, cierto misterio e incluso ingeniosa agudeza) mientras se nos van perfilando unos personajes (la ingenua, el utópico, el anticuado, el responsable, la conservadora, el misterioso, la conspiradora, el ambicioso, la intrépida...) que van a más en su personalidad y motivaciones.

"Downton Abbey" ofrece un escaparate de maquinaciones y personajes elegantes, exquisitos y apetitosos (que si bien no agarran, acarician). Dos capítlos han bastado para engancharme y embelesarme. Un disfrute y una evasión muy recomendables.

Lo peor:...
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¡Feliz Downton Abbey y próspero Año Nuevo!
Está claro que la etiqueta british conlleva una clase y una distinción que pocas otras pueden alcanzar, por eso quizás "Downton Abbey" nos resulta casi más placentera a los no británicos que a ellos mismos. Desde el maravilloso castillo victoriano de estilo Isabelino que sirve de mansión a la familia Crawley, la magnífica música de John Lunn, el elegante vestuario, el distinguido elenco de actores con la enorme Maggie Smith como matriarca de la familia, el exquisito acento británico con su articulación, su entonación, su énfasis, su distinción, su elegancia, sus expresiones (Nonsense!, Is anything the matter?, Can I help Your Ladyship?...) y por supuesto un equipo de guionistas, capitaneados por el creador de la serie Julian Fellowes, que están ahí para ofrecernos sus delicias en bandeja de plata.

10 razones para amar Downton Abbey:

1) Maggie Smith interpretando a Violet Crawley (Lady Grantham, la madre de Robert). Esta entrañable anciana que dice todo lo que piensa, eso sí, con la tan característica ironía inglesa que ha dado lugar a fantásticos one-liners, que vienen a ser esas frases que todos estamos esperando y en las que los guionistas ponen sus mayores esfuerzos, resultando así descarada, pero con elegancia. Mejor dejarla hablar a ella para que os hagáis una idea:

- Primero la electricidad, ahora teléfonos. A veces me siento como si estuviera viviendo en una novela de H.G.Wells.
- Soy una mujer, Mary. Puedo ser tan contradictoria como quiera.
- No soy una romántica, pero hasta yo puedo reconocer que el corazón no existe únicamente con el fin de bombear sangre.
- No seas derrotista, querida, que eso es muy de la clase media.

- Violet: Tengo muchas ganas de ver a su madre. Cuando estoy con ella, me acuerdo de las virtudes de los ingleses.
- Matthew: Pero no es americana?
- Violet: Exactamente.

- Matthew: Lo siento por el jarrón.
- Violet: Tranquilo. Era un regalo de boda de una tía mía que era horrible. Lo he odiado durante medio siglo.

- Violet: Siempre ves la manera de mejorar las cosas mires donde mires.
- Isobel: Me lo tomaré como un cumplido.
- Violet: Debo haberlo dicho mal pues...

- Cora: Espero no oir sonidos de desacuerdo.
- Violet: ¿Así es cómo se refieren a una discusión en Nueva York?

2) Cómo los elementos históricos son incorporados a la trama: el hundimiento del Titanic, la llegada del teléfono, la I Guerra Mundial, la devastadora gripe española, la Guerra de la Indepencia de Irlanda, etc. Todas ellas muy bien entretejidas con la trama principal.

3) El URST entre Lady Mary y el primo Matthew, clásico, de libro incluso, pero delicioso y que funciona a la maravilla. Se odian, pero se quieren, la aparente tirantez que hay entre ellos no es más que una tensión sexual no resuelta, que necesita pasar por uno de los cien dormitorios de la mansión ASAP. Obviamente, a Lady Mary empieza a gustarle más cuando él comienza una relación con Lavinia ¿A quién no le resulta mucho más atractivo aquello que no puede tener?

4) La relación entre Anna (la sirvienta de Lady Mary) y John Bates (el sirviente de Robert Crawley). Y lo que han sufrido estos dos para estar juntos y por consecuencia, lo que nos han hecho sufrir a nosotros. Claramente si hay una pareja que se merece ya de una vez la felicidad son este par ¡Qué pobres...! Papeles de divoricio que no llegan, chantajes, falsas acusaciones de asesinato, violaciones... Una historia de amor trágica, pero maravillosa.

5) Cómo son tratados algunos temas como el aborto, las relaciones fuera del matrimonio, las relaciones entre personas de diferente raza o estatus, la homosexualidad, los derechos de la mujer... con la visión y el conservadurismo de principios del siglo pasado.

6) El (re)descubrimiento del talento de una actriz como Elizabeth McGovern, que interpreta a Lady Cora Grantham. Sus caras no tienen desperdicio...

7) Supongo que no soy el único fan del personaje de Tom Branson, el chófer que acaba casándose con Lady Sybil y teniendo una hija con ésta. Cómo la familia Crawley lo acoje dentro del seno familiar y cómo lo tienen por un miembro más de la familia resulta enternecedor. Por cierto, ¿Soy el único que piensa que haría una pareja fantástica con Lady Mary? ¿Sería demasiado descabellado?

8) Algunos villanos interesantes (los únicos que fuman en la serie, claro, porque son malos...). Me refiero especialmente a Thomas Barrow (el gay de la serie), que ha tenido algunos momentos de redención, aunque pocos... Le vimos tirarle la caña a un nuevo sirviente que llega a trabajar a la mansión, Jimmy Kent (realmente es un Ken...), un atractivo rubio al que todas persiguen, y con todas incluyo a Thomas, que intenta propasarse con él y éste le acusa luego públicamente de ello. Y luego tenemos a Sarah O'Brien (la sirvienta de Cora), que nos hizo ver cuánto daño se puede hacer con una simple pastilla de jabón... Juntos resultan maquiavélicos y manipuladores.

9) Algunos deliciosos episodios folletinescos. En el fondo tiene su punto de culebronesca, una especie de "Melrose Place" de época. Ahora mismo me viene a la mente el momento de la llegada del aristócrata turco Kemal Pamuk, quien después de que Thomas Barrow le tire un poco la caña, decidirá ir a la habitación de Lady Mary a echar un polvete de una noche. Lady Mary será incapaz de resistirse a los encantos del apuesto diplomático turco, con la mala suerte de que éste sufrirá un ataque al corazón, quedando su bonito pero inerte cuerpo desnudo sobre su cama. Todo un escándalo de alcoba de lo más entretenido.

10) El hecho de que en una serie con tantísimos personajes no haya ninguno de relleno o que esté mal dibujado. Claramente, a todo esto ayuda el hecho de que Fellowes esté trabajando con un maravilloso elenco de actores de la A a la Z, con un asombroso vestuario, una imponente localización, una brillante fotografía y una magnífica banda sonora que lo envuelve todo de manera excepcional.
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15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Culebrón culebrae culebram
Hoy, es sabido, los técnicos de filosofía (los profesores) le han ganado la partida a los filósofos, igual que los reptiles se la ganaron a los dinosaurios. Y, como es natural, cuando los técnicos ven acercarse a una de esas criaturas prehistóricas les entra el canguelo y se apresuran a insultarla y a tirarle piedras (de lejos, por si muerde), hasta que la ven desaparecer en el horizonte. De Ortega decían que era un filósofo de marquesas. Cioran tuvo más suerte: si no recuerdo mal, lo suyo eran las porteras. A ambos se les reprochaba lo mismo: fabricaban un producto de primera (filosofía) con materiales de la peor calidad. En lugar de limitarse, como buenos técnicos, a retorcer conceptos y a inventar palabras complicadísimas, preferían hacerse preguntas. Escribían sobre cosas que podían preocuparle tanto a una marquesa como a una portera, en vez de machacar hasta la asfixia los importantes problemas técnicos de la filosofía. En resumen, ejercían un trabajo noble de manera innoble. Por contra, hay una larga tradición de novelas que operan del modo inverso. Jane Austen o Dostoievski se ocupan de un género innoble, el melodrama, pero lo hacen tan exquisitamente que nadie en su sano juicio les negará nobleza. Orgullo y prejuicio o Los hermanos Karamazov son novelas de insuperable riqueza técnica (literaria en este caso), y al mismo tiempo serían capaces de arrancarle una lagrimita, si les diera por leerlas, a cualquier niñita cursi. Pues bien, parece que últimamente asistimos a un fenómeno parecido en lo que se refiere a las series de televisión. A dos metros bajo tierra o Mad men eran series para todos los públicos y eran series exquisitas, pero seguían mirando altivamente al melodrama puro y duro, se negaban a sumir sus lacras habituales (el maniqueísmo, por ejemplo) y su deseo descarado de complacer a la mayoría. Downton Abbey, en cambio, es un melodrama en toda regla, tan adictivo como el peor culebrón venezolano y tan sofisticado (en sus diálogos, en sus interpretaciones, en todo) como la obra de arte más fina que se os venga a la cabeza. Si os gustó Pasión de gavilanes os gustará Downton Abbey. Si os van más las películas de Antonioni o de Godard, os gustará Downton Abbey. Vedla, no seáis tontos. No todos los días tiene uno la oportunidad de engancharse a un culebrón sin sentirse culpable. No todos los días tropezamos con un culebrón para intelectuales.
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Una telenovela elegante
Downton Abbey es una de esas series británicas impecablemente ambientada, rodada e interpretada como probablemente solo los ingleses sean capaces de hacer. Una serie de época que recuerda a novelas del siglo XIX como las de Jane Austen, o las hermanas Brontë, o a sus adaptaciones al cine.

A lo largo de las tres temporadas emitidas hasta ahora, la serie cuenta varias historias en paralelo, pero todas ellas centradas alrededor de los Crawley, una familia de la aristocracia rural inglesa, y sus sirvientes, es decir tanto historias de los señores como historias de los criados, pero en un mundo que está empezando a cambiar, pues ya no se trata de una serie de época victoriana del siglo XIX, sino que está ambientada a principios del XX. La sociedad está empezando a cambiar, aunque los personajes más retrógrados y conservadores no lo vean o se nieguen a aceptarlo, y eso se refleja en la serie en pequeños detalles (la llegada del teléfono a la casa señorial, o de los primeros automóviles) o en temas de mayor enjundia (como el nacimiento de una incipiente clase media, los movimientos sindicales o sufragistas, etc.)

Tenemos diferentes subtramas, como la relación entre Mary, la primogénita de la familia y Matthew, el futuro heredero, los enfrentamientos y zancadillas entre la altanera Mary y su hermana Edith, la segundona un poco envidiosa, el antagonismo entre Violet, la rancia abuela de la familia e Isabel, la madre de Matthew, de clase media y mucho más “moderna”, o las historias particulares y un poco ajenas a todo esto de la hija pequeña Sybil, más interesada las cosas mundanales y en los cambios sociales que están ocurriendo en la vida real que en su apolillado entorno.

Pero esto es en la parte “de arriba”, de los señores. En la parte “de abajo”, entre el ejercito de sirvientes (mayordomo, ama de llaves, cocinera y ayudante, chofer, ayuda de cámara, y un surtido de doncellas, lacayos, y demás) también existen sus propias historias y rivalidades.

Probablemente la historia más interesante de esta parte sea la de Bates, el nuevo valet o ayuda de cámara del conde, que este contrata por haber servido con él en el mismo regimiento del ejército, pese a estar lisiado, pues cojea debido a una herida de guerra. Esto no le granjea precisamente las simpatías de Carson, el mayordomo y verdadero rey entre los sirvientes, que piensa que no va a ser capaz de desempeñar su trabajo, ni tampoco de la mayoría del resto de la servidumbre, que envidia la confianza que el conde deposita en él y su reputación de recto e intachable.

Y así tenemos subtramas basadas sobre todo en los enfrentamientos de Bates con la señora O’Brien, la doncella de la señora, o con el ambicioso Thomas, uno de los lacayos y protegido de O’Brien, o la atracción mutua que sienten Bates y Anna, otra de las doncellas.

Probablemente la referencia y el precedente más obvio de esta serie sea otra serie británica de época: Arriba y abajo, hecha a principios de los años 70, pero con muchos menos medios y presupuesto que esta. Pero la verdad es que debido a cuando se emitió esta serie yo no la vi, y no guardo ningún recuerdo de ella para poderla comparar. También recuerda a películas como Lo que queda del día, en especial en lo que se refiere a los paralelismos entre Carson, el estirado mayordomo y el personaje al que interpretaba Anthony Hopkins, y a su contrapunto, la señora Huges, el ama de llaves, mucho más flexible y asequible (un poco parecido al personaje que en la película interpretaba Emma Thompson).

Pero por debajo de esta pátina elegante de serie de época, en el fondo, no nos engañemos, esta serie tiene una estructura muy parecida a la de una telenovela, con sus amoríos, enfrentamientos y odios entre los personajes. Lo que ocurre es que no está ambientada en una hacienda en Venezuela, ni en un viñedo de California, o en una familia Tejana metida en negocios del petróleo, sino en la campiña inglesa, y centrada en la pequeña aristocracia rural inglesa de principios de siglo. Así que la serie permite que público de muy diverso tipo se enganche y disfrute un culebrón, sin sentirse culpable por ello. Entre otras cosas porque además la calidad con la que está hecha supera con mucho a la calidad de las telenovelas, incluso a las norteamericanas.

Bueno, vale,... quizás la comparación con una telenovela sea excesiva, pero desde luego si que estamos ante un melodrama de manual, un género con cierto pedigrí, pero que no es precisamente el más valorado ni el más habitual en las series actuales de calidad.

<sigo en spoiler sin desvelar nada>
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
ELEGANTE PASEO AL PASADO
Al igual que en Gosford Park, Fellows analiza las similitudes y diferencias entre los que mandan y los que obedecen en el sistema de clase inglés del siglo XX. Cuenta con pesos pesados del cine inglés como Maggie Smith y Hugh Bonneville.

Esta serie lo tiene todo: romance, sarcasmo, testamentos, desigualdades sociales, guerra, derechos de la mujer, homosexualidad, suspense y una decoración y fotografía de primera.

Si te gusta el drama de época de un domingo a la tarde, claramente ésta es tu serie. Una novela de folletín llevada al cine de modo esmerado y con elegancia.
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Sarna con gusto no pica
La pasión de los británicos por el microcosmos de la Servidumbre es bastante llamativa: no contentos con contar con un clásico al respecto (Arriba y abajo) y con su secuela, han montado este fastuoso espectáculo de aristócratas, mayordomos y doncellas. Y me fascina, para qué negarlo, la dinámica humana que generan ambos mundos, sus interacciones y su rígida jerarquía: en el fondo soy muy de la pérfida Albión, y la recreacción histórica de Downton Abbey es sencillamente espectacular y un regalo para los sentidos. El guión que hay debajo de tanto buen gusto es, pese a quien pese, un folletín canónico que está a años luz de la calidad de los productos de HBO o AMC: la linealidad de los personajes es sorprendente a estas alturas y las tramas son previsibles y muy de andar por casa, llenas de "Oh my dear!" y "Holy Goodness...!. Lo cierto es que da lo mismo, porque el plantel de actores es soberbio (cuánto tenemos que aprender en españa sobre los castings) y se genera una empatía instantánea que compensa los graves defectos del libreto. En definitiva, muy disfrutable serie de época que encantará a nuestras madres y abuelas y que también tendrá un innegable encanto para aquellos enamorados de las tramas repletitas de negros trapicheando o mafiosos de New Jersey.

PD: la versión original es un regalo para los oidos, pero aquellos que no estén habituados al inglés-de-Oxford entenderán lo mismo que si oyeran la jerga de los suburbios de Baltimore. Por cierto, los actores españoles deberían aprender de algo llamado dicción.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¿Y en España qué?
Downton Abbey es todo lo que una serie de época debería ser: no es larga, no se hace pesada, tiene buenas historias, está bien contada, sus personajes son atractivos (incluso los malos), la ambientación es más que correcta y el guión es más que correcto.
Al principio pensaba que sería un culebrón larguísimo de esos que ves el principio pero no el final y, aunque la presencia de Maggie Smith iba a mejorar mucho las cosas, una está tan acostumbrada a encontrarse con bodrios que es lógico que tenga sospechas.
Dichas sospechas se esfumaron en cuanto vi el primer capítulo, pues ya no pude dejar de verla semana tras semana.
La tónica principal de este tipo de series es que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Downton Abbey tiene un ritmo ágil que en ningún momento se hace pesado. La historia, aunque pueda parecer repetitiva (sobre todo si uno ha leído novelas de época victoriana o de regencia), es de lo más entretenida. También me ha gustado que pusieran los líos de los nobles por un lado y los de los criados por el otro, pues recuerda a otra serie memorable: Arriba y Abajo. Los personajes, a cual mejor. Me quedo con el Lord y con Crawley, un dúo de lo más dispar pero muy resultón. La guerrilla que se traen las viejas también me ha gustado, porque nunca gana una sola, sino que dan y reciben a partes iguales. En cuanto a los criados, me gustan mucho el mayordomo y Bates, aunque los malos también han conseguido mi visto bueno.
Algunas situaciones pueden parecer de lo más surrealistas, pero es que si no fuera así no habría humor ni originalidad. Además, no es el típico humor que tanto se da en las series españolas de la castañuela y la pandereta, sino el más refinado humor británico.
Sólo resta hacernos una pregunta: ¿Qué pasa con España? ¿Cuándo se decidirán a sacar una serie de ambientación histórica que no resulte típica y tópica a la vez? ¿Cuándo se van a currar los guiones en vez de sacarlos de las novelitas rosas más trilladas? Es un poco triste tener que recurrir a Inglaterra para ver cómo se puede hacer una buena serie de televisión, pero así nos va y no parece que las cosas vayan a cambiar.
Poco más que añadir, salvo que Downton Abbey es una apuesta segura para quien quiera ver una serie sin tener que arrepentirse de ello.
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
UNA OBRA DE ARTE QUE ADEMÁS ENGANCHA
Esta serie es una pasada de buena.En cada capítulo firman TODOS los que trabajan en ella una incomparable obra de arte que además entretiene y engancha hasta límites que yo nunca antes había experimentado.En cada capítulo queremos saber que pasará con ese personaje o el otro, ni decir como termina la 1ª temporada...que ganas que empiece la 2ª y que haya muchas más.
Increíblemente bien hecha, desde el vestuario, diálogos, actores, localización y un guión exquisito.
Es elegante, refinada, inteligente y no se hace pesada en absoluto, al contrario, queremos mas Downton Abbey.
Lo que mas me gusta de esta serie es la manera de recrear las 2 clases sociales que se muestran, cada una con sus conflictos y como se entrelazan y mezclan entre ellas.
Cada personaje tiene su historia y se cuenta de una manera soberbia.
Nada más, solo espero que sigan así y que no nos decepcionen, porque si siguen así, para mí se convertirá en la más extraordinaria serie realizada jamás.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
...Y como si fuera poco...
...Sumamente instructiva. Así como sintéticamente se vió en "La Mansión Howard", series como esta deberían exhibirse en colegios y universidades, se ahorraría con ello muchas clases de historia, sociología, psicología, antropología social, etc.
Impecable en toda su factura, presenta además "el modo de ser" de los ingleses, sus formas de relacionarse y la represión y escacez de contacto corporal, que trae como consecuencia - por un lado - formas de afecto indirectas e inexpresivas y - por otro lado - un sofisticado desarrollo del lenguaje oral, con el que se pretende compensar aquello que solo puede expresar el cuerpo en contacto con otro. No es menos importante cuánto se deja ver la inutilidad de la aristocracia, presentada como un conjunto de personas cuya mayor preocupación es preservar sus privilegios y cambiarse de ropa varias al veces al día, siempre para reencontrarse entre sí horas más tarde. Remata su descollante calidad lo escenográfico, actoral, vestuario, música, ambientación, etc; todo al servicio de la sumatoria de historias entrelazadas que vuelven a demostrar aquello de que "no importa en qué cuna nazcas, nadie se salva de vivir". En síntesis: imperdibles las dos primeras temporadas. Esperamos ansiosos la tercera.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La serie europea más cara de la historia
Nunca creí que esta serie me podría llegar a gustar y enganchar tanto. Cuando la anunciaban en televisión es cierto que me llamaba la atención, y cuando vi el primer capítulo me enganché de tal manera, que no podía parar de hablar de "Downton abbey" durante días.
Esta serie te lleva de la mano en el tiempo, hacia una época donde la diferencia de clases estaba muy marcada. Nos lleva a una Inglaterra que vivía el comienzo de una era tecnológica con la revolución industrial en pleno auge. Las mujeres eran testigos de primera con el comienzo del sufragio universal, adoptando un papel clave en la sociedad. Y en el aire, se podía respirar el olor a una guerra que no estaba tan lejos como se podían imaginar.
La historia comienza con la teoría del efecto mariposa. El Titanic se hunde a miles de kilómetros de Downton abbey, y la vida de sus dueños cambia radicalmente. En el barco viaja el prometido de la primogénita, y futuro heredero de la propiedad. Al morir, deben buscar un nuevo marido a la hija dentro de la familia, para que la herencia no pase a un desconocido; ya que las mujeres no pueden heredar.
Así comienza una historia que afecta a los señores y a los criados. Una serie estilo al gran clásico de la BBC "Arriba y abajo", con una calidad estética insuperable; y con unas interpretaciones magníficas. Todos su actores realizan un trabajo soberbio, creando unos personajes únicos e irrepetibles.
El vestuario, la ambientación, los peinados, la banda sonora... Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle, demostrando que la calidad es sobresaliente en todos los aspectos.
En fin, impresionante serie que recomiendo encarecidamente ya que uno disfrutará desde el principio al introducirse en un mundo que parece tremendamente alejado. Un mundo visto desde la fachada del edificio hasta el mundo oculto de la mansión que hace que tenga vida. Una mansión que todo el mundo sueña tener.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Engancha, de verdad.
'Downton Abbey' puede sonar, para quien no la conozca, como una serie de las típicas de señores y sirvientes con líos amorosos por el medio. Pero es mucho más que eso: es el relato visual de una época, excelentemente ambientada, del tipo de vida de dos clases sociales muy diferenciadas, es la historia de amores imposibles, de imposiciones sociales... 'Downton Abbey' es todo esto y más.

Además es una serie que, teniendo pocos capítulos por temporada, engancha desde el primero. La trama, los personajes (todos son imprescindibles, tienen un papel, no sobra nadie y los actores son excepcionales), la ambientación, la música (excelente), todo encaja perfectamente en la que, para mí, es la serie del año. Y espero que siga siéndolo por mucho más tiempo.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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