Ju-on: Beginning of the End (2014)

Aún recuerdo cuando a principios de siglo cuando se estreno la original, lleno de entusiasmo, me dispuse a visionarla, con la luz apagada recostado en mi antiguo sofá. Me lleve una grata sorpresa, me sorprendió, y algún que otro momento me acojonó con sustos incluidos, pero lo mejor de todo, es que era un terror inteligente. Además consiguió que dos nuevos monstruos se unieran a los clásicos de toda la vida, el primero es la madre y su portentosa melena asesina morena y el otro el chiquillo con su inconfundible cla-cla-cla bañado en polvos de talco. El tiempo ha pasado, las secuelas se han producido, no en masa, pero sí una tras otra, la segunda parte aún estuvo bien, pero aquello fue el comienzo de una caída sin paracaídas, entre secuelas, reposiciones y spin-off han intentado acercarnos más y más al trasfondo de una historia que no tiene mucho ya más que dar, excepto el de ir dando tumbos y este film es eso, un bandazo a punto de resbalar, ya que no ofrece nada interesante, no asusta nada, su desarrollo es pésimo, previsible, con actuaciones aburridas y por supuesto el niño de los polvos de talco parece un mimo y la mujer de las greñas se acerca a la bruja avería. Siempre queda la esperanza de qué podría haber sido peor.

Probablemente mejor de lo que puedes esperar. Es verdad que se le nota un punto de americanización a la cinta y no es tan "abstracta" como si eran las películas de Takashi Shimizu. Masayuki Ochiai reinicia la saga pero acaba haciendo una especie de remix de todos los grandes sustos que hemos estado viviendo durante años firmados por Toshio y Kayako, todo bajo la misma estructura de relatos/episodios que dividen la película en un peculiar rompecabezas que quizá requiera que más de uno lo tenga que ver un par de veces para ordenarlo apropiadamente.

Por todo ello, da la sensación de que la película no es el reinicio que se necesitaba. Cuesta de alguna manera diferenciarla de las demás, y aunque viene bien retomar todo desde un punto de partida distinto quizá no es la manera más adecuada para catapultar de nuevo a la saga de Ju-On como el buque insignia del terror japonés.

Pero la película por sí misma es bastante buena. Como digo, está algo falta de imaginación al tirar de trucos de pasadas entregas, pero sigue siendo bastante inquietante que ya es de agradecer. Kayako es mejorable, o mejor dicho, prefiero y mucho la anterior, y Toshio vuelve a sus tinte grisáceo por encima del azulado apitufado.

En cualquier caso cumple el requisito básico de cualquier reinicio de saga: no desesperará a los seguidores de siempre y es un buen punto de partida para que aquellos que quieran unirse sin haber visto nada se enganchen.