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El hombre anfibio (1962)

El hombre anfibio
96 min.
5,9
124
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Cuenta la historia de un joven que posee branquias con las que puede respirar bajo el mar. Esta mutación se debe a cierta intervención quirúrgica que su padre le realizó para lograr salvar su vida; sin embargo ahora debe enfrentarse a la maldad del hombre y a algo extraño y desconocido... (FILMAFFINITY)
Género
Ciencia ficción Romance
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Unión Soviética (URSS) Unión Soviética (URSS)
Título original:
Chelovek-Amfibiya (Amphibian Man)
Duración
96 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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6
La forma del agua soviética
Basada en la novela de Aleksander Beliaev, la película человек амфибии (El hombre anfibio, 1962) se convirtió en la película más taquillera de aquel año en la Unión Soviética, consiguiendo reunir a 62 millones de espectadores. En cuanto a terrenos artísticos los logros de la película son más discutibles, y nos encontramos ante uno de aquellos casos que dividió a crítica y público. La película está dirigida por dos directores: Vladimir Chebotarev y Genadi Kasanski. El guión del filme estuvo mucho tiempo guardando polvo en el cine estudio Lenfilm, pero ningún director se atrevía a dirigir el filme por los problemas técnicos que acarreaba el escenario en el que debía transcurrir y precisamente Vladimir Cheboratev tenía experiencia en rodajes submarinos.

La Obra de Beliaev es una obra maestra del género. Publicada en el 1926 la obra supone un punto culmen en la ciencia ficción soviética. Mezclando elementos de otros genios de la ciencia ficción, como es la visión de la Isla del Dr. Moreau de H.G Wells (donde también hay un doctor realizando experimentos científicos y biológicos entre animales) y algunas novelas de Julio Verne, especialmente las que atañen a todo lo submarino, la obra se convierte por méritos propios en una novela capaz de erigir sus propios debates morales, muy relacionados con el contexto social y económico en la que se realizaron.

El guion sigue los principales hechos de la novela, aunque suavizando precisamente lo que es más interesante de la obra original. En Argentina corre el rumor de un diablo marino que aterroriza a los pescadores. Pero resulta que no es un diablo, sino Ixtiander, un hombre medio humano medio pez, que puede vivir en el agua y que ha sido creado por Salvador, un doctor demiurgo. El pescador Pedro Zurita se encontrará con el diablo marino, e intentará quedárselo para su propio beneficio (conseguir perlas) mientras que en ese mismo encontronazo, Ixtiander se prenda de la prometida de Pedro. El lío está montado, en una película que anticipa con muchas décadas la última ganadora de los Oscars, La Forma del agua, por proponer el amor entre dos especies diferentes.

El problema principal de la película es que es una versión edulcorada de la novela, que ya de por sí resultaba totalmente Naive con los ojos de los años sesenta. El cuadrado amoroso, una de las claves de la modernidad de la novela es simplificado en la película (Apenas queda insinuado). Por otra parte, el terror que podría suponer Ixtiander queda en agua de borrajas porque en la película no deja de ser una persona corriente disfrazada con un atuendo especial para el mar. De la novela también se eliminan los experimentos al más estilo Moreau que nos mostraban fusiones entre especies animales (de eso se olvida completamente la película). Está claro que se quería presentar todo de una manera pulcra y limpia, sin intentar ofender al espectador puritano. Tampoco aparece en el filme uno de los pasajes más inteligentes de la novela de Beliaev, como es el final, donde el doctor Salvador expone ante un jurado sus experimentos, y es juzgado. En la novela este pasaje final servía como un debate moral en el que se exponían diversos temas: ¿En base a que leyes una sociedad puede juzgar a un genio? ¿Cómo puede avanzar la ciencia si es limitada por la ley? En vez de todo esto la película opta por un final mucho menos complejo. Todos estos cambios ya fueron criticados por la crítica Soviética del momento.

La película tiene su punto fuerte en la fotografía. Mientras que la trama se decanta como ya hemos visto por el pasteleo más superficial, la fotografía consigue construir un mundo de fantasía que funciona como un auténtico cuento a medias entre la imaginería de Beliaev y los mundos de Verne. Para ello se fundamenta principalmente en un pintorequismo y colorido casi extenuante, especialmente en las escenas de día y en lo que son los exteriores (O por lo menos lo que podríamos diferenciar de la Guardia del doctor Nemo…digo Salvador) pero también tiene soluciones interesantes para la salida de Ixtiander por la noche, en la que vemos todas esas luces de neón que parece indicar un peligro indirecto para nuestro protagonista (como una indicación de los males decadentes del capitalismo, el vicio e incluso alguna insinuación muy leve a la prostitución).

https://neokunst.wordpress.com/2018/12/12/el-hombre-anfibio-1962/
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La república submarina
Bajo el mar también se pueden construir utopías, imaginar una sociedad en la que no haya ricos ni pobres, un lugar en el que no haya explotados ni explotadores y en el que la libertad se pueda respirar sin impedimentos. Aunque la respiración tenga que ser como la de los anfibios y para ello tengamos que tirar de ciencia ficción, es mejor rescatar de "El hombre anfibio" la idea maravillosa de una república en la que los vastos recursos submarinos sean aprovechados por el bien común.

A partir de ahí el desarrollo tiene más que ver con lo que pasa en la superficie terrestre, porque el primer y único habitante de esa utópica república se siente solo y se aburre, y lo más lamentable que le podía pasar a la película ocurre, que no es otra cosa que la perversión del mito que arrastra nuestro protagonista. Así que dejará de ser un demonio del mar porque nuestro chico se enamora, y no sólo eso, el traje de lentejuelas que lleva para bucear puede empezar a parecernos patético. En ese momento lo que parecía que iba a ser una joya de la ciencia ficción se queda a medio camino. No pienso rajar mucho más porque "El hombre anfibio" es tan rara que merece ser vista por cualquier cinéfilo que sienta curiosidad por el cine que se hacía antes.

No hay que olvidar que la película es de origen soviético y que está ambientada en un lugar indeterminado de lo que podría ser perfectamente el Caribe. Las aguas no están heladas, el mar es un lugar cálido y afuera en la ciudad se pueden leer carteles con nuestro alfabeto e incluso algunas palabras latinas. Esos policías con sombreros mexicanos son la leche, de hecho las curiosidades son tantas que hacen de esta película todo un hallazgo, aunque caiga en lo más pasteloso con la relación amorosa y en lo más trillado en la actitud del malo. Es ciencia ficción soviética (o rusa, como sea) que merece un alto en el camino. Por último con una fotografía en color tan espectacular es difícil no rendirse, una delicia.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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