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Luis y Virginia (TV) (1982)

Sinopsis
Luis y Virginia son dos maestros que han sido trasladados a un pequeño pueblo. La película narra las repercusiones del pueblo en los dos maestros, repercusiones totalmente distintas: ella está convencida de que puede contribuir a la transformación del pueblo; él es escéptico y desea marcharse de aquel lugar. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Telefilm
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Luis y Virginia
Duración
76 min.
Guion
Música
Fotografía
9
Las rutas migratorias
Luis y Virginia fue, al parecer, una película hecha para la televisión. Sin embargo, llamarla telefilm me parece desmerecerla. Lo que llevo visto de Chávarri hasta ahora, confieso, me parece irregular. Esta película sigue confirmando mi teoría, pues rompe lo mediocre y apunta altísimo, Me topé con ella hace unos días y me pareció algo irresistible, sin saber muy bien por qué. Hoy sucumbí, me decidí y la engullí de un tirón. Merece cualquier parón que hiciera en todo lo demás para verla.

En apariencia parece una peliculita sencilla, en clave de comedia ligera, algo costumbrista. Ese ambiente pétreo y nevado de la España profunda, donde los inviernos son inviernos de verdad y la vida depende de la dureza de tus piernas. Hay muchas muestras así en el cine rural español, y muchas, cojonudas. El mejor capítulo de la serie Los camioneros iba por estos derroteros. La primera parte de La mitad del cielo (1986), donde también sale un enigmático Santiago Ramos, de forma breve pero más indeleble que en esta ocasión; Los días del pasado (1977), o la maravillosa El amor del capitán Brando (1974) de mi querido De Armiñán.

Luis y Virginia no es tan plomiza y política como Los días del pasado ni es tan picarona y nostálgica como el capitán Brando (y no lo digo como algo malo). Por supuesto, no es tan «mágica» como La mitad del cielo. La única magia de esta película es la real, la buena, la que forma la química de Hinojosa y Carme Elías. No necesariamente porque se llevasen genial, sino porque son dos tremendos actores que funcionan estupendamente juntos. Carme está increíble, como siempre. Joaquín, en su línea. El papel más reseñable que recuerdo de él es en Camada Negra, donde estaba espléndido. También lo he visto en Elisa, vida mía (donde se repite el escenario de España vaciada) o en Tiempo de silencio, donde hace de pillo, o Jarrapellejos. Y es que la propia virginia lo acusa de «andar siempre con facinerosos...», algo que hace gracia, si tienes en cuenta la filmografía de Hinojosa.*

Ambos son una pareja de maestros de caracteres algo opuestos. Ella escoge (o la condenan con) un puesto rural. Es idealista, vitalista, jovial y divertida. Él estudia la oposición de maestro. Es huraño y amargado y se siente un personaje de Robinson Crusoe, aunque seguiría a Virginia hasta el fin del mundo. Al mismo tiempo completan el elenco el ya citado Santiago Ramos, en una brevísima aparición, y Luis Ciges, que interpreta a un estupendo Luis Cig... Digo..., al padre del niño bizco. Hay un niño bizco muy malo, Antonio, pero muy guapetón y con mucho gancho, junto a una diminuta y graciosa vieja de ocho años llamada Marcela, que es la niña que le gusta. Ambos están soberbios actoralmente dadas sus circunstancias. Probablemente fueran pilluelos del pueblo que nunca jamás habían actuado. Algo así creo que se decía en un comentario al inicio de la copia que yo vi.

Los diálogos a veces pueden parecer algo artificiales, pero a mí me dio la sensación de que encajaban con los personajes. No me parecían impostados ni forzados, aunque no siempre se usasen las expresiones más naturales. Algunas líneas, eso sí, como la del abuelo que se queja de estar postrado y de que la vida es una mierda cuando se es viejo, me parecieron SUBLIMES.

Todo es bastante bueno en esta película, salvo la calidad del VHS de la copia que vi en Youtube. La música corre a cargo de Aute. No está mal. Jovial, alegre, propia de una pareja de enamorados. Música de pajaritos en el bosque y frutos rojos. Yo quizá habría añadido algo más para no caer en la monotonía, como esa pieza de música clásica que suena en la radio de forma intradiegética mientras los protas estaban en la cama. No sé, ¿quizás un «Nos ocupamos del mar» de Alberto Pérez, si hubiesen podido viajar cinco años al futuro? Bueno.

La relación puer-senex que se establece entre Antonio y Luis también está muy bien conseguida. Es un punto fuerte de la película que nos muestra el talento de Luis como educador, con esa virilidad permisiva que ríe las maldades del crío a escondidas y lo aprecia. Y contrasta con la profunda severidad de Virginia en el aula, aunque luego, fuera de ella, transforme en un tacto femenino dulcísimo. Es curioso que hasta en el aspecto educativo son opuestos en lo privado y lo público en ese tandem cruzado de sus personalidades.

Lo demás lo dejo para el spoiler, puesto que en torno a esta amistad entre Luis, amigo de facinerosos, y Antonio, facineroso de buen corazón, gira el grueso de lo que realmente resulta de interés en esta película.
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