Charlie Chan en París (1935)

A mediados de los años treinta, el periplo viajero del detective C. Chan carecía de fronteras porque la 20th Century Fox pretendía internacionalizar su prestigio y convertirlo en arquetipo universal.
Así que su estancia en París parecía obligada.

El episodio es certero y de una factura profesional impresionante, categórico pero fluido, emocionante, muy sugerente y, desde todos los puntos de vista, atractivo.
Una trama compleja se va diluyendo con naturalidad a medida que el heterodoxo investigador arroja luz sobre los elementos importantes.
Y, como casi siempre, lo inesperado, lo original y lo ingenioso aparecen como invitados preferentes.

Un nuevo misterio dentro de otro, como una matrioska rusa, que solo el detective Charlie Chan será capaz de desenmarañar. El personaje sigue su gira internacional, visitando las grandes ciudades europeas y del mundo, llevando a las mismas su talento para la investigación y su perspicacia, trufada de dichos presuntamente orientales, para descubrir tramas y asesinos.

Lo que podría ser un anodino caso policíaco, aquí adquiere, gracias a este personaje y al tratamiento de la historia, en una historia detectivesca de interés hasta segundos antes de aparecer "The end" en la pantalla.